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Play por Oliv_Lufk

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza, de verdad. Pero andaba con sequía en el tema de la inspiración y mi musa parece haberse ido de vacaciones muy lejos de aquí ¬¬!

Espero les guste, recién hoy me dije: "¡Hey! Guachiperri, termina el bedito capítulo" Y pues después de todo un día escribiendo, borrando, volviendo a escribir, voler a borrar, reescribir de nuevo así quedó.

Lean!

Capítulo II: “Go”

By Oliv-chan

Intentó levantarse de su cama, pero a medida de que se erguía más pesado caía en el mullido colchón causándole dolor en su parte baja y en todo el resto del cuerpo. Miró el techo de su habitación con resignación, no había querido hablar con sus hermanos del tema ni referirse a las magulladuras repartidas en su cuerpo.

Suspiró con frustración al encontrarse en tan vergonzosa situación, intentó alejar los recuerdos del día pasado y sólo se concentró en el sujeto sentado junto a su cama, mirándolo divertido. Carraspeó con la garganta en un vago intento de ahuyentarlo, o en su defecto, atemorizarlo un poco. No funcionó.

-¿Por qué demonios sigues aquí?- Preguntó ya impaciente de que se marchase y le dejara solo en su privacidad.

-Cuido de Gaa-chan…- Respondió con simpleza.

Una gran vena se inflamo en su sien ante tal apelativo, volvió a carraspear con enfado y desviando la mirada de la negruzca del contrario frunció el ceño.

>Confianzudo de mierda…<

Retiró con su mano un par de mechas bermejas que taparon su rostro dándole un leve cosquilleo. Miró de mala manera al sentir la mano del contrario contra la misma que había utilizado para remover su cabello arrebatándosela en el acto.

Ceñudo miró inquisidoramente al chico de tez pálida buscando algún indicio de arrepentimiento, mas sólo encontró una sonrisa falsa y vacía en compañía de una mirada opaca y sin brillo.

Se removió incómodo recostado en su cama, buscando una mejor manera para apoyar su mal habido cuerpo y mitigar el dolor de su trasero y columna vertebral. Escuchó la risilla cínica del pelinegro y la vena, que aún no se deshinchaba, acrecentó su tamaño y longitud, pareciendo apunto de estallar.

Apretó sus dientes con fiereza y las sábanas casi las arrancó de su lugar. Miró a la “cosa”  que se burlaba de él y sin pensarlo dos veces la almohada ya estaba estampada contra el impertérrito rostro del de mirada ónix. Al ser quitada creyó ver la mirada del Uchiha, haciendo todo su organismo vibrar de algo parecido a un temor placentero que le recorría desde el coxis hasta el término de la última vertebra, haciéndole despertar algo entre las piernas.

Su respiración se cortó, pestañeó un par de veces y cuando ya iba por  la enésima se percató de un peso extra sobre él.

-Gaa-chan es muy cruel….- Susurró contra sus labios, hambriento de deseo por probarlos.

Quiso quitárselo de encima. ¡Dios, sí que quiso quitárselo de encima! Pero, en vez de eso permitió que sus labios se juntaran y que sus bocas ardientes entraran en contacto directo, traspasando sus fluidos salivales al contrario.

Cerró sus ojos dejándose llevar por el momento. Gimió cuando su erección fue friccionada contra la otra y cuando su trasero adolorido fue estrujado con vehemencia por la mano juguetona del moreno.

Al recuperar su cordura y recordar al bastardo que se hacía con su cuerpo (sin su consentimiento), lo apartó de inmediato, haciéndolo caer de lleno al piso.

Con la manga de su polera de pijama intentó quitar la sensación de suavidad y dulzura que desprendían los labios del sujeto sin sentimientos. Indignado por la osadía no salía de su estado de asombro. ¿Qué había sido esa extraña y masoquista excitación que le provocaba el sólo recuerdo del Uchiha? ¿Y el cruel parecido de su salvador con el villano?

Si hubiera podido hubiera escupido, pero esa saliva intrusa se le hacia muy deliciosa como para desperdiciarla en el suelo de su habitación. La saboreó disimuladamente.

-¿Qué crees que haces, imbécil?- Preguntó irritado.

Se puso de pié luego de procesar lo ocurrido y sus labios quemaban con un calor inusual en ellos. Sonrió como acostumbraba y vio al pelirrojo sentado a la orilla de la cama con un notorio sonrojo que intentaba incesantemente disimular.

-Besaba a Gaa-chan…- Contestó con simpleza.

-Eres un….- Mordió su labio conteniendo todas las groserías mal sanas que gustoso hubiera dejado que salieran si no se encontrara en un estado de semi shock.

-Al menos ya te levantaste, Gaa-chan…- Finalizó tomando su chaqueta que reposaba en el respaldar de la silla.- Es hora de irme. Descansa mucho y trata esa erección que dolerá….- Aconsejó saliendo de la habitación marchándose.

Apretó su pantalón con las manos, avergonzado de montar tal espectáculo frente a un tipo que ni siquiera conocía. Se colocó de pie ignorando su dolor y por la ventana lo vio partir. Campante y sonante. Pero se las pagaría, tarde o temprano se lo haría pagar.

Caminó hasta la puerta del baño y…

Tii tii tii… tii tii tii….

“¿Te encuentras bien, Sabaku?

Sasuke.”

Leyó cuidadosamente. Arrojó el celular contra la cama y volvió a dirigirse al baño.

-Como si te importara, Uchiha…- Susurró con saña, adentrándose al cuarto de baldosas blancas.

 

 

*

 

 

Posicionó su brazo encima de su rostro, tapando sus ojos. Quería que esa vez si contestara su mensaje. Tan sólo por esa vez.

Suspiró con resignación luego de unos minutos y rememoró la manera salvaje y brutal con la que se había jodido al pelirrojo. Lo había gozado, no lo negaba, pero le puteaba que el de cabellos bermejos no intentara defenderse contra su ataque.

Se volteó para quedar en posición fetal, aun sentía el resquicio del calor que despedía la sola presencia del pelirrojo. Y ya le hacía falta.

Ni el Hyuuga, que muy amablemente se le ofrecía, podía quitarle de la mente y de la piel el tacto del chico. Le encantaba y no lo negaría jamás. Adoraba esa forma de mirarlo cuando accidentalmente chocaba con él en los pasillos del instituto o en la hora de gimnasia donde al agacharse lo pasaba a llevar por atrás con su parte delantera, pero sólo por accidente.

Amaba esos pucheros involuntarios que hacía cuando los ejercicios matemáticos no le resultaban o le hacían pasar al pizarrón a resolverlos frente a la burla de todos sus compañeros, esos eran los que más lo encandilaba.

Suspiró de nuevo. ¿Cuándo se había vuelto tan dependiente del pelirrojo?

Se sentó en la orilla de la cama sujetando su cabeza entre las manos. Sentía que iba a explotar por tan siquiera hablar con el oji turquesa.

Ese día había faltado y ya se hacía a la idea del por qué.

Tironeó sus mechas azabaches con desesperación al rememorar los gemidos del otro cuando lo embestía.

Jadeó con desesperación al sentir la estrechez del interior de su  uke. Los gemidos que dejaba escapar lo prendían demasiado y estaba tan excitado que sólo quería gozar de los placeres que el Sabaku era capaz de brindarle.

Mordió su nuca sudorosa al momento en que la espalda del contrario se arqueaba, apretó su cintura con las manos dejando clara muestra de a quien le pertenecía. Y abrazándolo con fuerza para no separarse de él por lo que le quedaba de vida, mas lo tuvo que hacer al sentir su orgasmo final.

Se levantó con agresividad y pateó el velador cuando la nítida imagen de la copia barata llevándose sin reparos a su fetiche favorito se estrellaba como flashes en su memoria. Lo odiaba.

Intentó calmarse y respirando profundamente se apoyó torpe en la pared, sintiendo sus piernas temblar levemente y la ira recorriendo sus venas como fuego.

Suspiró con fuerza y se dejó caer hasta el piso, sentado y con las piernas flexionadas rememoró cada instante que, sin darse cuenta, se le hacían importante pasar con el pelirrojo. Tocó con sus manos su rostro y una sensación de melancolía se explayó por todo su ser.

¿Cuándo había permitido que el pelirrojo calara tan fuerte en él?

Se rió de sí mismo y dejó salir un suspiro cansino.

¿O tal vez él fue débil al permitírselo?

Golpeó su cabeza en la pared y miró el techo de su habitación en una cavilación flagelante. Se vio en una encrucijada.

Se distrajo al escuchar el golpe contra su puerta.

-¿Sasuke?- Oyó que lo llamaba la sutil, pero ronca voz de su hermano.

-¿Qué quieres, Itachi?- Preguntó aburrido, mientras su hermano abría la puerta y lo miraba desde el umbral de la misma.

-No has comido…- Reprochó sin cambiar en nada su voz.

-No tengo hambre…- Finalizó mirando a la nada desde su posición. Mientras su hermano lo escrutaba con su mirada calculadora.

-Mhp…- Comenzó viendo el minúsculo bulto en la penumbra.- Si tanto te gusta deja de atormentarte estúpidamente y díselo. No ganas nada estar sufriendo en un rincón de tu cuarto mientras él sigue su vida como si no existieras.- Comentó.

Su cuerpo tembló ante las frías palabras, pero que mucho tenían de razón. Por alguna razón, fuera de su entendimiento, su hermano siempre sabía que le ocurría y que decirle en esos momentos. Lo miró con fijeza y asombro.

-Él no quiere nada conmigo…- Se confesó.- Y dudo que lo quiera…-

-El hecho de que te lo hallas follado no quiere decir nada, tal vez sea un punto en contra, pero aun puedes ganártelo si te lo propones y actúas como la gente normal haría…- Habló sin cambiar su expresión desinteresada.

-¿Cómo es que lo sabes?- Preguntó abrumado.

-Sasuke…- Llamó.- Te conozco desde que eras una bola redonda que sólo sabía comer, eructar y cagar… ¿Crees que no sabría que ya te jodiste al hombre del cual hablas en tus sueños?- Miró con sus penetrantes ojos como un disimulado sonrojo se posaba en los pómulos de su tonto hermano menor.- Ahora, baja a comer algo que ya anocheció…- Dio por finalizada la conversación saliendo del cuarto.

Se levantó y caminó hasta la puerta. Puede que ese tal Sai tenga un poco más de ventaja que él, pero el juego tan siquiera comenzó.

 

 

*

 

 

Las campanas sonaron, el bullicio no se hizo esperar. Entre todo el tumulto vio a lo lejos al pelirrojo caminando velozmente y un poco más atrás a su copia tratando de alcanzarlo. Frunció el ceño.

Se dirigió a paso firme hasta su aula, donde ya se encontraban la mayoría de sus compañeros y se sentó en su puesto con paciencia.

Hasta que llegó el Sabaku y apesadumbrado tomó sitio a su lado, como de costumbre. Y sonrió con sorna.

-Tal parece que tienes sombra…- Murmuró viendo como del otro lado esa mirada, tan similar a la suya, se fijaba en ellos.

-No me lo recuerdes…- Contestó con molestia. La sonrisa del de cabellos azabache se ensanchó.

-¿Qué tal está tu trasero el día de hoy?- Preguntó, directo al grano.

-Como no te imaginas…- Comenzó con sarcasmo.- No hay momento en el que no me pida tu muerte…-

-¡Oh! Vamos. ¿Quién lo hará disfrutar si yo no estoy?- Preguntó divertido ante la fulminante mirada que le dirigía el de cabello carmesí.

Se mantuvieron en silencio por el resto de la hora. Aburridos e incómodos sin tener tema del cual hablar, ni desear tenerlo. Viendo como todo el mundo actuaba normalmente y ellos evitándose infantilmente.

Suspiraron con tranquilidad cuando se escuchó las campanas marcar el receso, pero se erizaron cuales gatos al tener frente a ellos lo que menos querían tratar en ese momento.

-Gaa-chan… ¿Te acompaño a comprar?- Preguntó mirando al Uchiha.

-Sasuke, idiota. Si yo no te busco tú te olvidas de mí…- Habló el de mirada incolora mirando ceñudo al pelirrojo.

-Primero, no me llames así, parásito. Y segunda, no tengo hambre…- Respondió el Sabaku colocándose de pie y dirigiéndose a la puerta.

Salió sin voltear, pero a sabiendas de que el chico de negruzcos y cortos cabellos lo seguía.

-¿Qué quieres, Neji?- Preguntó una vez se hubieran ido los otros.

-Me has estado evitando. Lejos de lo que creas de mí, Uchiha, no soy idiota como para no darme cuenta de lo que pasa por tu retorcida y enferma mente….- Contestó con la mirada fija en el de mechas azabaches y los brazos cruzados sobre su pecho.

-Tú lo has dicho, Hyuuga…- Contraatacó recibiendo una fulminante mirada de advertencia.- Sé que no eres idiota, pero estás en la línea límite que separa la inteligencia de la imbecilidad….- Siguió con su cháchara ante el rostro enojado el de cabello castaño.- Lo demuestras con este reproche barato y sin sentido alguno…- Se levanto y se le acercó tomando el mentón del chico con sus dedos obligándolo a levantar la vista.- Yo no evito a nadie, Neji…- Finalizó juntando sus labios en un casto beso para luego separarse y caminar a la salida, seguido por el otro que ocultaba un leve sonrojo en su postura de niño berrinchudo.

Caminaron hasta el baño adentrándose y cerrando la puerta con seguro. Si alguien andaba necesitado de orinar que se dirigiera a otro, ese ya estaba ocupado.

Acorraló al pelilargo entre la pared y su cuerpo mordisqueando su pálido y casi traslúcido cuello, beso la clavícula desabrochando los botones de la camisa luego de que la chaqueta fuera mandada lejos de su vista, acarició las tetillas semi erectas y las mordisqueó con gula. Tanteó el cinturón y lo quitó sin mayores problemas desabrochando a su vez los pantalones.

Los dejó caer por las blancas piernas y se agachó, quitando su corbata, hasta la altura del bóxer que se humedecía rápidamente. Deslizó sin delicadeza la ropa íntima que dio libertad al ya erecto pene del mayor.

-Aun no comienzo y ya estás que llegas al orgasmo…- Murmuró divertido por la reacción del Hyuuga.

-C-cállate y continúa…- El cuerpo del Uchiha tuvo un espasmo ante el orgásmico tono que empleó el otro con su reproche.

Se levantó y se deshizo de su ropa, arrojándola lejos donde no estorbara, estímulo su miembro y con brusquedad volteó al peli castaño embistiéndolo de una sola vez,  sin preparación previa ni arrepentimiento del aullido de dolor que gimoteó.

Continuó con el vaivén cerrando sus ojos y creyendo que a quien le partía el culo no era Neji. Apresuró el movimiento con la viva imagen de Gaara en su mente y los gemidos, que no se molestaba en acallar ni él ni el Hyuuga, se volvieron casi gritos.

Llegó al orgasmo disconforme con no haber gemido el nombre del pelirrojo y acallarlo en el hombro de su acompañante.

-Estuvo genial, Sasuke…- Alabó el otro acomodándose la ropa y mirando como el de mirada ónice se vestía sin premura.

-Lo mismo digo…- Mintió descaradamente.

Se acercó al lavamanos y se mojó la cara para despabilar, se secó con papel higiénico y salió del baño seguido del peli castaño.

Sus ojos se dilataron para luego pasar al enojo. Vio desde la esquina del pasillo como esos dos individuos salían de su escondrijo cuales ratas de alcantarilla pavoneándose luego de conseguir su tan preciado queso. Apretó las manos convirtiéndolas en puños bajo la atenta mirada del pelinegro atrás suyo.

-Al parecer no eres el único que satisface las necesidades de Sasuke-kun, Gaa-chan…- Comentó mirando irritado las manos del pelirrojo, sin demostrarlo en lo más mínimo.

-Cierra el pico…- Respondió tajante volteándose para marchar al aula.

-Pero Gaa-chan… ¿Estás enojado?- Preguntó fingiendo incredulidad.- ¿Estás menstruando?- Preguntó de nueva cuenta llegando a esa gran reflexión por el enfado injustificable que tenía el Sabaku.

-¡Que cierres el pico!- Grito metros más adelante apresurando el paso.

Sonrió falsamente y retomó su camino dando un último vistazo topando su mirada con la incolora del castaño que se volteaba para seguir al Uchiha. Su sonrisita se ensanchó un poco y continuó su camino.

Estaba molesto, más que molesto irritado. ¡Ese idiota se burlaba de él en su cara! Relajó sus músculos para acumular todo su pesar en la patada que le dio a la mesa del profesor que cayó al revés y ni pensaba en recogerla. Tapó con su mamo su boca. ¿Desde cuándo se colocaba celoso del bastardo?

Se dirigió a su puesto y se sentó ofuscado, con los brazos cruzados sobre su pecho y el cuerpo totalmente echado sobre la silla. ¡Parecía un crío!

Suspiró consecutivas veces cerrando sus aguamarinas y apretando sus labios en un vano intento de relajarse.

-Yo no sabía que Sasuke-kun se violaba a Neji-kun…- Comentó entretenido ante la postura del Sabaku.- ¿Y tú, Gaa-chan?- Preguntó malicioso. No hubo respuesta.- ¿Acaso te enfada que no sólo te viole a ti, Gaa-chan?- Preguntó fingiendo inocencia y un cuaderno se estrelló contra su cara haciéndole caer de espaldas.- Gaa-chan es cruel…- Gimoteó melodramáticamente sobándose con su mano el lugar donde había impactado el útil escolar al momento que todos ingresaban nuevamente a clases con el inicio de las mismas.

-Oye Sai… ¿No crees que este no es lugar para tomar una siesta?- Preguntó la voz incrédula del rubio oji azul que le miraba desde atrás con el cuaderno asesino entre sus manos.

-Eso no es lo que piensa Gaa-chan, Naruto-kun…- Respondió con su sonrisa vacía y un chichón en la cabeza.

-Esto… Gaara tú cuaderno…- Ofreció casi saltando a Sai, que aun no hacia movimiento alguno de querer levantarse.- Y… ¿Podría hablar contigo después de clases?- Preguntó nervioso rascándose detrás de la cabeza recibiendo como respuesta un asentimiento de cabeza del aun ofuscado chico.- ¡Gracias, ‘ttebayo!- Respondió animado volviendo a su lugar.

Se acomodó mejor en la silla al momento que el de mechas azabaches se sentaba a su lado sin mirarlo.

-¿Coge bien el Hyuuga?- Preguntó ácido mirando hacia el frente sin despegar su mirada del pizarrón lleno de garabatos inentendibles.

Sonrió ladino y volteó su rostro hacia el pelirrojo de brazos cruzados y mirada perdida.

-¿Celoso?- Preguntó entre divertido y serio viéndolo con fijeza.

-¿De ti?- Preguntó con desdén.- Ni en tus sueños…- Contestó sin cambiar su postura.

-En realidad en mis sueños te prefiero desnudo, a cuatro patas y esposado…- Contraatacó sonriendo y mostrando sus blancos y alineados dientes, entretenido al verlo voltearse y mirarlo como asesino en serie.

-Soñar en gratis…- Finalizó al ver entrar al profesor con sus excusas baratas y poco creíbles.

 

 

*

 

 

Y ahí se encontraban. En el patio del instituto, con un silencio incómodo y el Uzumaki que no se animaba a hablar.

-¿Y Naruto?- Preguntó mosqueado.- ¿De qué querías hablar?- Volvió a inquirir.

-Bueno…- Comenzó sonrojándose sutilmente.- Lo que pasa es que he notado que Sasuke y tú son muy apegados…- Bufó ante ese comentario.- Y yo… n-necesito ayuda para conquistar a alguien…- Murmuró apenado.

-¿A Sasuke?- Preguntó mirándolo reprobatoriamente.

-¡No!- Se apresuró a responder.- ¡Con el teme no! Que asco…- Espetó arrugando la nariz.- A su hermano… Itachi…- Respondió al fin con un sonrojo más notorio.- Lo conocí hace tiempo con un trabajo de parejas que hicimos Sasuke y yo y… y me enamoré de su hermano mayor…- Terminó por confesar cerrando los ojos avergonzado.

-Verás Naruto...- Empezó hablando sobándose la sien.- No conozco a Sasuke en lo absoluto ni menos a su hermano mayor. Te equivocas rotundamente al creer que ese bastardo y yo congeniamos en algo más que no sea odio recíproco y por último… si aprecias tanto a ese tal Itachi ve y díselo…- Le habló mirándolo penetrantemente.

-¡Es tan fácil hablar, ‘ttebayo!- Expresó apretando las manos.- Gaara…- murmuró lastimero.- Te lo suplico, ¡no sé que más hacer!- Se aferró a los brazos del pelirrojo casi colgándosele.

-Esta bien, pero suelta…- Bufó.- Trataré de hacer lo que esté a mi alcance, pero me deberás la vida, Uzumaki…- Lo miró amenazadoramente.

-Muchas gracias, ‘ttebayo…- Sonrió feliz.- ¡Nos vemos!- Gritó cuando ya estaba a metros de distancia. Suspiró.

Retomó su camino cuando una mano lo jaló para quedar frente al de mirada carbón.

-¿Qué hacías hablando con Uzumaki?- Preguntó furioso mirándolo serio.

-¿Celoso?- Respondió como él lo había hecho.

-Sí, me molesta que traten con mi propiedad sin consultármelo…- Habló soltándolo.

-Tuyo ni en un mundo paralelo…- Y se marchó dejándolo en medio del patio con la mirada perdida en su trasero.

Llegó cansado a su casa, mucha acción en un solo día y le dolía todavía su retaguardia. Pensaba en subir a su cuarto y lanzarse cual saco de papas en la cama cuando sintió un sollozo ahogado.

-¿Temari?- Inquirió entrando en la cocina.- ¿Qué te ocurre?- Preguntó ceñudo ante la imagen desmejorada de su hermana.

-E-es nuestro padre, Gaara…- Ahogó otro sollozo.- Viene a visitarnos…- Se detuvo cuando un hipillo interfirió en su tarea.- Viene a visitarte, Gaara…- Finalizó conteniendo las lágrimas que se volvían a acumular en sus ojos.

-¿Qué?- Preguntó incrédulo con un temblor de pánico haciéndose de su cuerpo.

Sin esperar respuesta se fue a su cuarto, entró y cerró la puerta apoyándose en la misma con la respiración arrítmica. Tomó el celular que estaba en el bolsillo de su pantalón, no podía estar en esa casa con él ahí. ¡No podía estar bajo el mismo techo que su padre!

Marcó unos dígitos y acercó el aparato a su oreja esperando respuesta desde el otro lado.

-¿Sasuke?- Preguntó con voz temblorosa y ojos vidriosos.- Necesito un favor…- Habló al del otro lado.

To be Continued…

Notas finales:

Ojalá no me quieran asesinar. ¿Que les pareció? Me da miedo preguntar jeje >////<.

RR?


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