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Miroku: It Never Ends por Kurenai Mido

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Notas del capitulo:

Me tardé un poco, verdad? Pero bueno, aqui el siguiente cap de este fic de los hermanos Miroku!

 

El desagradable incidente dejó a Yukihiko ocho horas en coma y dos días en observación, haciéndose más y más estudios. El pesimista del doctor Shiba dijo que no podrían operarlo en esas condiciones, cosa que no agradó mucho a Natsuhiko (en realidad lo dejó con ganas de hacerlo pedacitos), pero una vez estabilizado el moreno mejoró bastante dentro de los límites de lo posible.

-Además- señaló Kurumi, serio- no podemos esperar más. Si esto sucede otra vez, el trasplante significará más riesgos que beneficios y no podríamos hacerlo. Ya hemos pasado el límite de tiempo.

Tales palabras decidieron el asunto, y después de quince días de internación, cuando el fr5ágil cuerpo de Yukihiko ya no resistía más, se desconectó los aparatos que mantenían a Seo-Lin con vida. Unos minutos después, su corazón iba rumbo al quirófano a salvarle la vida a Yuki.

El moreno tenía un respirador y no podía hablar, peri había mirado a Natsuhiko con muchísimo amor y dulzura, como diciéndole que lo esperara, que pronto todo habría vuelto a la normalidad. Realmente había estado muy cerca: el Gen Miroku ya no lo protegía más después del infarto, por lo que estaba expuesto a romperse con la menor brisa. Natsuhiko tenía mucha angustia encima, pero no pudo contar con Narutaru: la chica debía dedicarse a las exequias de Seo-Lin, y aunque no hubiera tenido ese compromiso, estaba demasiado atontada como para prestarle ayuda a nadie. Por ende, Natsuhiko se quedó solo durante varias horas, rogándole a Dios que toda esa pesadilla acabara pronto.

Sin embargo, al bajar al jardín a respirar un poco de aire fresco, tuvo la pésima suerte de cruzarse con dos de las personas que más odiaba en el mundo: Ban Mido y Ginji Amano. ¿Qué diablos hacían ahí esos dos? Se quedaron parados, mirándose, sin saber como reaccionar.

-Vaya, pero si es Natsuhiko Miroku- soltó Ban- ¿En que andas?

-Piérdete- contestó el peliverde, molesto- no tengo tiempo para ti. Me voy.

-¡Espera un momento, Natsuhiko!- pidió Ginji, alcanzándolo- ¿Cómo está Yukihiko? Quisiera saludarlo.

-No podrás, así que déjame que tengo prisa.

-¿Por qué no podré… acaso Yuki está enfermo? ¿Por eso estás aquí?

-Si no lo saben, ¿Qué hacen aquí los dos?

-Trabajo- contestó Ban- recuperamos la sangre que precisaba nuestra clienta, Yumiko, que tuvo un accidente. La niña está mejor, así que ya nos íbamos…

-¿Pero que fue lo que le pasó a Yukihiko?- insistió el rubio.

Miroku lo miró con desagrado. Al fin y al cabo, su hermano estaba así por haber peleado con el Raitei, pero no le guardaba rencor, cosa que no comprendía. Si de el dependiera, Yukihiko no se hablaría nunca más con esos tipos, pero el moreno los apreciaba (al menos a Ginji). Suspiró.

-Le están haciendo una cirugía a corazón abierto. Estaba ya muy enfermo y necesitaba trasplante.

-¡Dios mío!- exclamó Ginji, horrorizado- ¡Pobre Yukihiko, no lo sabía!

-Como sea. Debo volver por si el médico tiene alguna noticia para mí.

-¡Espera, por favor! Déjame ir también. Quiero saber como está, es mi amigo.

-Así que amigo…- se volvió y le dijo exactamente lo que pensaba, como una forma de expiar su frustración y dolor.- Yukihiko estaba enfermo con la Reacción Cristal desde hacía años, pero fue gracias a la pelea que tuvo contigo cuando lo de la Venus que empeoró… destruiste sus defensas y de a partir de ahí su cuerpo empezó a fallar, hasta que su corazón se volvió completamente inútil.

-Natsuhiko, yo no lo sabía, lo siento muchísimo…- Ginji se sentía horrible con esas revelaciones.

-A pesar de todo mi hermano te estima, por eso no voy a impedir que lo veas si quieres. Pero te lo aclaro: tú y este cabeza de erizo me caen muy mal, y cuanto más lejos se queden de mí, mejor. Ahora, si me disculpas, subiré a averiguar como va la operación.

-Ban, no- pidió Ginji al ver como su compañero se iba sobre Miroku para hacerlo pagar por lo de “cabeza de erizo”. Tras un rato prudencial lo siguieron, Ban a la rastra, Ginji preocupado y algo culpable. Natsuhiko ni los miró, porque sinceramente no le importaban en lo más mínimo. Lo único que le interesaba era saber que Yukihiko estuviera bien.

(…)

En el Lejano Mundo de los Sueños Inducidos por la Anestesia, Yukihiko vio como su hermano mayor preparaba una habitación para ambos: una enorme cama matrimonial con dosel, cortinas color durazno y preciosas sábanas de satén. Luego lo sacaba del hospital, ya curado, y lo tumbaba en esa lujosa cama, para comérselo a besos, desnudarlo y comerse otras partes de su anatomía también, provocándole un orgasmo como nunca había tenido en la vida. Sabía que no era real; ¿pero acaso los sueños no se nutrían de la realidad? Su mente buscó a ciegas la salida de aquella nebulosa, con la idea de encontrar a Natsuhiko para hacer eso en el mundo real.

De a poco, muy de a poco, lo fue logrando. De la ligera ingravidez pasó a tener cierta conciencia de su cuerpo, además de percibir el entorno que lo rodeaba. Se sentía un poco entumecido, como si hubiera estado muy quieto, pero curiosamente su respiración era más normal que en los días anteriores. No podía ver ni oír, pero aún así sentía que había otras personas junto a él. Natsuhiko.

Obligó a su conciencia a despertar, atravesando un mar de oscuridad y confusión, hasta que logró oír los murmullos a su alrededor. Había más de una persona, y creyó que entre ellas estaba Ginji, pero era imposible, ¿o no? ¿Qué haría Ginji ahí en su cuarto?

Movió los labios con dificultad, pero no le salió ningún sonido. Sin embargo, los otros lo notaron.

-Yukihiko, cariño, ¿puedes oírnos? ¿Puedes escucharme?

-Mn… Natsu… Natsu-chan…

-¡Oh, mira Ban, Yukihiko está despierto!- exclamó el rubio contento. Natsuhiko lo apartó y se arrodilló junto a la cama de su hermano, tomándole una mano con dedos temblorosos.

-Despierta, por favor, querido… mírame…

El moreno sintió el cálido contacto de su hermano y abrió perezosamente los ojos: Natsuhiko estaba junto a él, llorando, viéndolo con tanto amor que le hizo cosquillas en la panza. Detrás estaban los Get Backers.

-Hola, hermano- saludó con una sonrisa.

-¡Yukihiko!- exclamó Miroku sin pensar. Lo apretó con más fuerza y le acarició la mejilla, terriblemente emocionado.- Bienvenido de vuelta, Yuki…

-¿Por qué lloras, Natsu-chan?- preguntó Yukihiko despacio- ¿Estás triste?

-Mira lo que preguntas- lo soltó un segundo para restregarse los ojos- casi muero de angustia allí afuera, esperándote.- Recién entonces recordó que no estaban solos y, pretendiendo que no había pasado nada raro, se sentó junto a Yukihiko y le pasó un brazo por los hombros, atrayéndolo hacia sí con una renovada sonrisa de confianza en su rostro.- Y abajo los encontré a ellos, que querían saludarte.

-¿Yukihiko, amiguito, te sientes bien?- preguntó chibi Ginji.

-Que amable en venir a verme, Ginji- dijo Yuki alegremente- estoy un poco mareado, pero vivo. Lo cual es mucho decir… creí que no despertaría más luego de la operación.

-¡No digas eso!- lo reprendió su hermano mayor.- Eres un Miroku, eres muy fuerte como para morir así nada más.- Lo besó suavemente en la cabeza.- Estoy muy orgulloso de ti, para que sepas.

En el escaso momento en que apartó la vista de su adoración, Natsuhiko se cruzó con la aguda mirada de Ban, y se ruborizó ligeramente. Sabía que era un maldito perspicaz y muy inteligente, y estaba seguro que había notado sus verdaderos sentimientos para con su hermano. Yukihiko, por su parte, fue recuperando toda la lucidez mental que tenía tan dispersa desde hacia días, y sobre todo, la esperanza de salir pronto de allí. Protestó un poco cuando la doctora Kobayakawa y el doctor Kurumi hicieron salir a los visitantes, alegando que debía descansar, pero luego decidió que si ya había pasado lo peor no le costaba nada esperar un poco más. Su tercer gran pensamiento (luego del júbilo de saberse vivo y haber tenido a su nisan ahí juntito) fue para Narutaru, a quien supuso lejos de allí, velando a la que había sido su mejor amiga. Se llevó una mano al corazón que Seo-Lin le había cedido, y de alguna manera la sintió viva, muy dentro suyo. Tal vez no fuera un gran consuelo, pero juró honrar la memoria de Seo-Lin Sunekaei, convirtiéndose en un digno guerrero del Viento Norte. Su cuarto gran pensamiento estaba relacionado con el tercero y tenía que ver con la “descendencia” de la familia. Ya no era responsable solo de continuar el nombre y la estirpe de Miroku, sino también de Sunekaei (ambos clanes antiguos y respetados en Japón), y no tenía ni idea de cómo le haría. No tenía más hermanos que Natsuhiko, y dado que estaban muy enamorados el uno del otro, ninguno se casaría y tendría hijos que continuaran la familia. Esos interrogantes le hacían doler la cabeza, así que decidió dejarlos para más adelante. Seguro que entre los dos hallarían una solución.

(…)

Natsuhiko estaba demasiado feliz y excitado por la fortaleza de su hermano, que se recuperaba rápidamente de la operación, como para preocuparse por la presencia de Ban y Ginji. Además, a Yukihiko le hacía bien conversar con alguien para sobrellevar las largas y tediosas horas en cama.

Narutaru regresó tres días después, con un rostro inmutable. Sin tristeza, pero sin alegría. Era comprensible, y el Miroku mayor no quiso presionarla a participar de su alegría. Por cierto que ella se alegró por Yukihiko, y se quedó con él un largo rato. Cuando estuvieron a solas el moreno le confió su idea de que Seo-Lin vivía dentro suyo, y para comprobarlo pidió a la pelinegra que apoyara una mano en su pecho para sentir los latidos de su corazón. Naru lo hizo y sonrió débilmente.

-Creo que tienes razón. Eres afortunado, no solo porque sobreviviste, sino porque de ahora en más estarás protegido por el espíritu de la mujer más noble que he conocido.

-Sí… es mi ángel guardiana- dijo con seriedad.

Naru ocultó una lágrima. El recuerdo de Seo-Lin era tanto más doloroso porque había muerto de una manera muy injusta. Ahora odiaba aún más a Rai, si es que era posible.

-Yuki-san, ¿tu hermano te contó como murió Seo-Lin?

-Bueno, no todo. Me dijo que la atacó un hombre de un servicio de eliminación, con una katana o algo así; yo no quise preguntarte… pues, para no traerte malos recuerdos.

-Pero yo te lo diré. Es necesario que lo sepas…- hizo una pausa- el nombre de su asesino es Rai Gyozu; no pienses que por llevar ese nombre tan feo es un idiota, todo lo contrario. Hace no mucho, lo conocimos por intermedio de nuestro jefe de entonces: él robó un objeto muy valioso de una colección privada y nosotras le mantuvimos el camino libre. Pero él nos traicionó… se llevó el objeto y nos atacó con ferocidad, y como no lo esperábamos no supimos defendernos bien. De otro modo un inútil como él no habría dañado a una guerrera como Seo-Lin.

-Comprendo- asintió el moreno.

-Rai tiene una katana mágica que fue de una antepasada suya, Shinsen Gyozu, quien fue la última miembro de su familia con verdadero poder. Hasta un simple roce de ese espada es fatal, y él… atravesó a Seo-Lin porque ella le negó el paso…- su voz se fue apagando al recordar, por lo que Yukihiko la consoló.

-No llores, Naru-san. Es cierto que fue grande tu dolor, pero eso no será en vano. Yo te prometo que Seo-Lin será vengada. En cuanto pueda abandonar este hospital, iré tras ese Rai y usaré mis nuevos poderes para hacerle pagar su crimen.

-Se lo pedí a Natsuhiko, pero si tú lo haces será más justo- dijo ella- sé que no me fallarás.- Yuki le tendió una mano, como para sellar un pacto.

-Todo saldrá bien, solo ten un poco de paciencia, y luego Seo-Lin podrá descansar en paz.

“Ella… y yo también. Mi querida Seo-Lin debe estar esperándome en el Más Allá”.

 

Notas finales:

Bueno, de a partir de ahora me voy a delirar con los personajes inventados y los poderes, asi q si esperan ver mas personajes Get Backers "originals"" no los van a encontrar... jeje pero hay cosas buenas ^^ no las digo xq haria spoiler


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