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Medicina Experimental por Izuspp

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Notas del capitulo:

  Muy buenas, primero que todo quisiera pedir disculpas si alguien estaba siguiendo este fanfic, ya que por mucho tiempo dejé de escribirlo, pero espero de ahora en adelante actualizarlo mucho más seguido, ya que aún queda mucho camino por recorrer en esta historia que recién comienza. Sin más que decir por el momento, espero disfruten el capítulo

Capítulo 3

“Creando más lazos”

 

 

   Como se lo había prometido a su amiga, ese día después de trabajar en la granja de Lillia, Jack se dirigió a la iglesia. En el camino pensaba que era increíble que ya casi llevaba un mes viviendo allí y aún no había ido ni una sola vez a la iglesia, y comenzaba a sentir un poco de remordimiento, pero se dijo a sí mismo que iría más a menudo a partir de ahora, después de todo, tampoco es que fuese muy religioso que digamos.

  Al llegar allí, entró silenciosamente con el único objetivo de buscar a Cliff entre los presentes, ya lo había visto entrar a la posada un par de veces y sabía que era un joven de cabello castaño y largo, amarrado en una coleta, no tuvo que buscar demasiado, puesto que la iglesia estaba totalmente vacía salvo por el susodicho, siquiera el pastor se encontraba allí.

 

  Se acercó lentamente hasta la primera banca a la izquierda que era donde se encontraba sentado el joven, y se sentó a su lado, Cliff siquiera alzó la mirada, al parecer o no se percató de la presencia de Jack, o no le interesaba, parecía como si estuviese rezando muy concentrado o algo así. Jack se aclaró la garganta un par de veces, pero el otro no movió ni un músculo, por lo que Jack decidió hablar  de una buena vez.

 

-Ho… hola… ¿está muy solo aquí verdad? Je je, Mi nombre es Jack y hace poco me mudé al pueblo… ¿Tú… cómo te llamas?...- preguntó amablemente.

-….- no hubo respuesta por parte de Cliff.

-¿No hablas mucho eh?- luego de ese rotundo fracaso ya no sentía la confianza que tenía hace unos minutos, pero por su promesa (y por la comida gratis que Ann le había dado) no desistiría tan fácilmente. –Te diré la verdad, Ann está muy preocupada por ti porque eres tímido y no hablas con nadie, y me pidió de favor que intentara hacer amistad contigo…- decidió que decir la verdad era la forma más sencilla de hacer las cosas en ese momento.

 

  Al escuchar las palabras de Jack, Cliff finalmente levantó su rostro mirándolo fijamente y muy serio. –Si es por eso, dile que no se preocupe, no tienes que molestarte por ella…- dijo igual de serio  y bajó la cabeza nuevamente.

 

-No lo hago tanto por ella, es cierto que si no me lo dice yo no hubiera tomado la iniciativa, porque no sabía quién eras o cual era tu situación, pero una vez que ella me lo explicó, acepté, porque pienso que los dos somos muy parecidos…- dijo Jack ahora empleando un tono igual de serio que el del otro joven. –Los dos venimos de fuera, y los dos estamos faltos de amigos ¿O me equivoco?, por eso pensé que sería buena idea el conocerte, y ¿quien sabe? Podríamos llegar a ser amigos….- al final de la frase, Jack volvió a utilizar un tono de voz  amigable y alegre.

 

  Una vez más, Cliff levantó su mirada, esta vez con una expresión que reflejaba más bien algo así como confusión, como si estuviera analizando todo lo que Jack acababa de decirle y se debatiera entre aceptar su propuesta de amistad o mandarlo a sembrar calabazas. Finalmente, una leve sonrisita se dibujó en la comisura de la boca del joven de cabello largo.

-Eres muy amable… Jack, te agradezco…Si me disculpas, ahora me voy a casa…- sin decir nada más, Cliff se levantó de su asiento y rápidamente abandonó la iglesia, dejando a Jack confuso y solo en ese lugar. Jack no sabía si eso era un sí o un no, pero al menos era un tal vez.

 

   En el instante en que Jack iba a salir de  la iglesia también, una de las puertas se abrió y de allí salió un hombre vestido con su camisa negra y su cuello blanco, ese debía ser el pastor.

-Buenas tardes Jack- dijo amablemente ese hombre que parecía nunca borraba esa pacífica y cordial expresión de su rostro.

 

-Bu..buenas… ¿Cómo sabe mi nombre?- preguntó Jack muy extrañado.

-Todos en el pueblo saben tu nombre, aunque tú no nos conozcas, es un pueblo pequeño y las mujeres que lo habitan se reúnen todas las tardes a conversar en la plaza de la rosa, no es de extrañar que se haya difundido tan rápidamente el nombre del joven valiente (o tonto) que se aventuró a comprar aquella granja abandonada- explicó pacientemente, para terminar de acercarse a Jack y ofrecerle su mano –Mi nombre es Carter y como podrás ver, soy el pastor de esta iglesia, estuve esperando a que vinieras para poder al fin conocerte- nuevamente las mejillas de Jack se tornaban de un color sonrosado, estaba avergonzado de no haber visitado la iglesia ni una sola vez en todo es tiempo, talvez si lo hubiera hecho, no le hubiese ido tan mal esas semanas...

 

-Es un gusto conocerlo Carter...-alcanzó a decir mostrando una leve sonrisita.

-Si no te molesta Jack, quisiera robarte un poco de tu tiempo y comentarte algo- el castaño se extrañó de que esa persona a quién recién conocía quisiera hablarle de algo, no se imaginaba qué podía ser.

 

-Claro, ¿que se le ofrece?-

-Bueno, estuve escuchando la conversación que tuviste hace poco con Clff y solo quería decirte que no te desanimes, él es una persona sumamente tímida, se refugia todo el tiempo aquí en la iglesia y no ha formado amistad con nadie en el pueblo.- comentó ahora seriamente. Jack pensaba que a pesar de ser el pastor no tenía prácticas muy buenas, al estar escuchando las conversaciones de las demás personas.

 

-Tendré que seguir intentando, pero ciertamente no es una persona muy fácil de tratar-

-Sé que Ann te pidió de favor que hicieras amistad con Cliff, pero ahora soy yo el que te lo pide también. ¡Bien, lo dejo en tus manos! Creo firmemente en el poder de los humanos para salvar a otros...Es todo lo que quería decirte, eres libre de venir cuando quieras, y sé que pasarás más seguido por aquí. ¡Que la diosa te bendiga!-

-Le prometo que así será… con su permiso...- Jack salió de la iglesia, pensando en que ya tenía bastantes problemas como para que le encomendaran más, pero, no podía hacer nada, después de todo, tenía pensado vivir allí por el resto de su vida y más le valía llevarse bien con todos sus vecinos.

 

  Iba en rumbo hacia la posada para cenar, pero luego pensó en que Cliff estaría allí, y no quería que pensara que lo estaba acosando o algo por el estilo, así que como ya tenía algo de dinero, pensó en usar la cocina de su casa por primera vez, aunque, no tenía ingredientes para cocinar algo decente y ya era muy tarde, probablemente el supermercado estaba cerrado. Y ahora que lo pensaba, nunca lo había visitado tampoco, pero tenía bastante hambre, así que decidió probar suerte y ver si se apiadaban de él y le vendían algo a pesar de la hora y a pesar de nunca haber pasado ni a saludar.

 

  Llegó y tocó la puerta levemente, pensando en que si no le contestaban simplemente se iría de allí y se quedaría sin cenar ese día. No hubo respuesta, pero cuando ya estaba por irse la puerta se abrió dejando ver a un hombrecito de cabello negro peinado hacia atrás y con un divertido bigote en su rostro.

-¡Ho...hola! señor, disculpe que lo moleste a esta hora, mi nombre es Jack y verá, pasé un día muy ocupado y no tuve oportunidad de venir más temprano, así que me preguntaba si era posible que hiciera una excepción por hoy y me vendiera algunas cosas... si no es mucha molestia je je...-

-Mmm - el hombre parecía que se lo estaba pensando por unos momentos, pero en seguida le mostró una sonrisita tímida y se apartó para dar paso -Está bien, si es solo por hoy, además acabábamos de cerrar-

-Muchísimas gracias señor-

-Mi nombre es Jeff, es un gusto conocerte, sírvete lo que desees-

 

  Jack entró y rápidamente escogió unos cuantos ingredientes para cocinar algo simple, pero cuando estaba pagando, una puerta que estaba al fondo de la tienda, se  abrió y de ella salió una mujer de mediana edad, con el cabello rubio recogido en un moño, quien se acercó hasta donde estaban los dos.

-Buenas noches señora…- dijo el castaño cortésmente.

-¡Jeff! ¿Porqué estás vendiendo a esta hora? se supone que ya habíamos cerrado- replicó la mujer a su esposo, sí al parecer era la esposa de Jeff y por la pose cohibida que adoptó el hombre y el regaño de la mujer, se notaba quien llevaba los pantalones en esa casa.

-El jovencito me pidió que hiciera una excepción por hoy y acepté- dijo Jeff con un tono de voz más bajo que el que de por sí ya tenía.

-Ah ya veo...- la mujer dirigió la mirada hacia Jack, mirándolo de arriba a abajo para luego mostrar una sonrisa. -Así que tú eres Jack, ¡Hasta que nos conocemos! Mi nombre es Sasha y estamos para servirte cuando lo necesites- sí, definitivamente era una de esas mujeres quienes Carter le dijo que se reunían a "conversar" todas las tardes. Aunque no tenía que sorprenderse, era un pueblo muy pequeño y aburrido, por lo que cualquier cambio era motivo para que todos hablaran.

 

  Luego de pagar y despedirse, prometiendo volver pronto, Jack salió ya más relajado del lugar. Justo al lado del supermercado, estaba la clínica, y a la puerta de esta, se encontraba Elli, quien al ver a Jack le llamó. El castaño se acercó saludando a la chica con una radiante sonrisa en su rostro, preguntándole el motivo por el cual estaba allí afuera a esas horas.

-Bueno, te estaba esperando, vimos que entraste al supermercado, en fin, el doctor quiere hablar contigo, si eres tan amable de pasar- le informó la chica.

"¿Qué querrá?..." Jack no se imaginaba para qué lo necesitaba ahora el doctor, pero igual no le molestaba en absoluto, y de hecho ganas no le faltaban para ir a verlo, había pensado en visitarlo varios días atrás pero no se animaba a molestarlo, además que aún no tenía confianza suficiente, aunque era lo más cercano que podía tener a un amigo varón allí. De modo que no desaprovecharía la oportunidad y entró seguido por la chica.

 

-Doctor, Jack está aquí- informó la chica al doctor quien se encontraba al parecer ensimismado leyendo unos papeles en su escritorio.

-Sí, muchas gracias- la chica se despidió de Jack y subió al segundo piso dejándolos solos para que conversaran. Aunque Jack tuvo que esperar al menos quince minutos, con todo y sus compras y toda el hambre del mundo, a que el doctor terminara de leer sus papeles.

-¿Y cómo te ha ido?- al fin el doctor le dirigió la palabra sin embargo no lo miró, sino que se dedicó a acomodar sus papeles.

-Mmm pues muy bien, me divierte el trabajo en la granja avícola e incluso ya tengo una gallina y un pollito.-comentó Jack no muy seguro de si le estaba escuchando o del motivo por el cual lo había citado allí en ese momento.

-Ya veo...- el doctor como si nada y sin mostrar demasiado (por no decir que mostraba nulo) interés en Jack, continuó con lo suyo.

-Doctor... ¿se le ofrecía algo?- terminó preguntando el castaño al ver el comportamiento del hombre.

-Tan apresurado como siempre... la gente de la ciudad no sabe llevar la vida con calma, por eso no son saludables... En fin, solo quería darte una mano por si aún necesitabas dinero, después de todo, llevar una granja no es nada barato, y no creo que quieras seguir viviendo del sueldo que te paga Lillia, además de que ellos te están haciendo un favor, puesto que no necesitan tu ayuda realmente- sí, el Doctor era una persona a la cual no se le trababa la lengua a la hora de decir las verdades, y todo siempre lo decía con ese tono y ese rostro indiferente, definitivamente era un hombre extraño e intrigante.

 

-Bueno, no, pero por el momento es todo lo que puedo hacer hasta que comience a ganar dinero por mi cuenta...-comentó Jack un poco cohibido por las palabras del contrario.

-No te estoy juzgando Jack, simplemente te llamé aquí porque tengo un trabajo que darte, no es mucho pero sé que te ayudará.-

-¿Un trabajo?¿Y de qué se trata?-

-Como sabrás, Elli y yo fabricamos las medicinas aquí mismo con hierbas medicinales que se encuentran en las montañas, e incluso con hongos y otras cosas, en fin, diferentes hierbas crecen en las distintas épocas del año y por eso tenemos que recolectar suficientes para que nos duren todo el año, últimamente he estado algo ocupado, y mi día libre no me es suficiente para recolectar las hierbas, y no quiero darle esa responsabilidad a Elli puesto que ella tiene que cuidar de su abuela y hermano menor. Así que me gustaría saber si estás dispuesto a hacer ese trabajo por nosotros, claro está que te pagaré un monto por la cantidad de hierbas que nos traigas. ¿Entonces que dices?-

 

  Recolectar hierbas en la montaña se le hacía un trabajo de lo más fácil y de seguro divertido, y si le iban a pagar y era para beneficio de todos los aldeanos, mucho mejor, por lo que Jack no dudó ni un momento y aceptó de inmediato. -¡Claro que lo haré!... pero ¿Cómo sabré cuales son las hierbas?-

-Te veré mañana a las ocho de la mañana cerca del lago de la montaña, yo mismo te mostraré cuáles son las hierbas que necesitamos, y luego te encargarás tú-

-Bien, entonces lo veré mañana, aunque, tendré que renunciar a mi trabajo en la granja avícola...- dijo pensativo más para sí mismo.

-No te preocupes por eso, ten seguro que ellos se alegrarán de que renuncies. Ya puedes irte, nos veremos mañana en punto- Jack no se acostumbraba a esa manera fría en la que el Doctor decía todo, pero tendría que hacerlo tarde o temprano.

-Pase una buena noche- se despidió y salió directo a su casa rápidamente a (por fin) hacer su cena.

 

 

   Al día siguiente, Jack se presentó muy temprano en la casa de Lillia, agradeciéndole a ella y a sus hijos,  toda la ayuda que le habían brindado. Ellos le despidieron con una sonrisa, y le dijeron que si alguna vez necesitaba ayuda por parte de ellos, no dudara en pedírsela.  Luego de esto el granjero marchó directo a la montaña a encontrarse con el Doctor para que este le mostrara como hacer su nuevo trabajo. El lago se encontraba en un claro de la montaña, sus aguas cristalinas alimentaban una pequeña cascada que se encontraba montaña abajo, los habitantes del pueblo decían que si ofrendabas tus productos tras esa cascada, la Diosa vendría a recompensarte. En esos pensamientos estaba sumido Jack cuando una mano se posó suavemente sobre su hombro, al voltear a ver se encontró con el inexpresivo rostro del Doctor, y a pesar de eso, pudo notar a la luz del sol de la mañana, sus fuertes facciones y la textura de su piel pálida, además del extraño color grisáceo de sus ojos y el extraodinario brillo de su cabello negro…. “¿Qué demonios…?” pensó al percatarse de las cosas en las que se fijaba, pero no podía evitarlo.

 

 -Buen día Doctor…- saludó ofreciéndole una sonrisa amable.

-Bien, comencemos…- dijo el pelinegro sin responder al saludo y fijando su mirada en el césped que crecía entre los árboles en busca de las hierbas que necesitaban.

-Bien…- Jack suspiró, ya comenzaba a acostumbrarse al Doctor después de todo.

-En primavera tenemos hierbas que no crecen en otras épocas del año y así pasa con todas las estaciones. En este momento tendrás que ocuparte de recolectar brotes de bambú que crecen en las raíces de los bosques de bambú, precisamente allí hay algunos- el pelinegro señaló hacia el bosquecillo de bambú , en  las raíces de este crecían los brotes amarillos que servían tanto para comer como para fabricar medicinas. El Doctor se acercó y  cortó los brotes para luego depositarlos en el canasto que llevaba.

 

   Por su parte, Jack observaba atentamente, no fuera a ser que se le pasara algún detalle de cúales son las hierbas correctas y terminara llevando plantas inservibles.

-Lo segundo que debes buscar es esto…- ahora el Doctor se dirigió a la orilla del lago en donde arrancó del suelo una hierba color verde. –Dependiendo de la estación encontrarás hierbas de distintos colores, las medicinales en primavera son las verdes, justo como esta- se la dio a Jack para que la observara bien y luego la depositó en el canasto también. –Por último, en todas las épocas del año puedes encontrar hierbas venenosas, por ningún motivo debes cortar esas, incluso el tocarlas te puede causar comezón y alergias, las podrás reconocer por su color rojo- terminó de explicar seriamente.

 

-Entiendo… ¡Bien, déjelo todo en mis manos, le prometo que recolectaré todas las hierbas que me sean posibles!- dijo Jack sumamente entusiasmado, el trabajo se le hacía realmente fácil y de ese modo podría ganarse el dinero para seguir adelante con su granja.

-Entonces te espero por la tarde para ver lo que pudiste recolectar, nos veremos- después de hacer una ligera reverencia, el Doctor se fue montaña abajo directo hasta la clínica.

 

 

   Y el trabajo de recolectar hierbas era bastante divertido, Jack observaba cuidadosamente a las orillas y adentrándose en los bosques de bambú en busca de los brotes y mantenía su mirada fija entre el césped para encontrar las hierbas color verde. Aunque tuvo algunas dificultades cuando por accidente movió un panal de abejas al chocar con una caña de bambú, y tuvo que salir corriendo y lanzarse al lago para salvarse de las picaduras de los furiosos insectos. Pero era un detalle menor, aunque a juzgar por lo fácil del trabajo, pensaba que de seguro el Doctor le pagaría muy poco, pero no podía quejarse, después de todo era un favor que él le estaba haciendo.

 

  El castaño de pronto se encontró nuevamente pensando en ese hombre,  en lo amable que era con él después de todo, solo era frío pero tenía una gran voluntad para ayudar a los demás, realmente era una persona digna de admirar, y de hecho, en ese momento una admiración casi llegando al extremo de idolatría floreció en Jack, pensándolo bien, la única persona que lo había ayudado sin interés desde que había llegado allí. Lillia y sus hijos le ayudaron por que el Doctor se los pidió, y Ann lo hacía por la promesa que le hizo de hablar con Cliff, fuera de eso, solo Gray le había ayudado sin obtener algo a cambio.

 

-¡Gray! Es cierto, ya ha pasado mucho tiempo y no he pagado mis herramientas ¡No puedo creer que sea tan olvidadizo!- al momento de percatarse de que a pesar de que había pasado muchísimo tiempo y aún no había pagado por la reparación de sus herramientas, Jack salió presuroso montaña abajo, tenía el dinero suficiente para cancelarlas, pero lo había olvidado por completo.

 

   Al llegar frente a la tienda de Saibara, sacó el dinero de su bolsa contándolo antes de entrar, y cuando estuvo seguro que llevaba el suficiente, entró poniendo la expresión más amigable que pudo, el día que conoció a Saibara pensó que no era un hombre que se la pasara de buen humor la mayoría del tiempo y tendría que ofrecerle muchas disculpas por el retraso con su paga.

 

  Pero entonces Jack pudo ver que había una persona que jamás había visto allí, se trataba de una jovencita de cabello largo y negro y que usaba lentes; ella se encontraba charlando muy animadamente con Saibara y Gray, Jack no podía creer que el anciano se mostrara tan amigable y el joven tan extrovertido frente a esa señorita.

 

-¡Joven, me alegro de verte por aquí! Ya había pensado en enviar a Gray a cobrarte- dijo el anciano no como una burla, pero sin rastros de antipatía en su voz, al ver a Jack en la entrada.

-¡Discúlpeme! He estado demasiado ocupado y tampoco había reunido el dinero suficiente para poder pagarle, pero le prometo que no volverá a pasar- dijo el castaño sumamente avergonzado.

-No te preocupes, ¡Pero que no vuelva a suceder!- sentenció Saibara al recibir su paga – Por cierto, ¿Ya se conocían? Ella es Mary, encargada de la biblioteca del pueblo, y él es Jack, el jovenzuelo que compró la vieja granja- los presentó.

 

-No tenía el placer, ¡Así que tú eres Jack, es un gusto el poder conocerte al fin!- dijo la jovencita amablemente con su suave, casi inaudible vos.

-El gusto es mío. ¿Así que tienen una biblioteca en Mineral Town? Supongo que no he tenido suficiente tiempo para visitar todo el pueblo, pero espero poder un día ir a verla- dijo el castaño.

-¡Te estaré esperando! Verás que encontrarás libros muy interesantes y que te ayudarán con tu granja-  contestó la pelinegra sonriente –Gray siempre va a leer en sus ratos libres ¿Cierto Gray?-

-Eh… bueno, sí… son muy interesantes…- el joven que se había ocultado tras su gorra al ver llegar a Jack apenas si contestó.

-También el Doctor pasa mucho tiempo allí en sus días libres- al escuchar esto Jack le tomó inconscientemente más importancia a la charla -Pero bueno, nos veremos luego, que tengan buen día- dicho eso la jovencita salió de la herrería.

-Yo también me retiro, disculpen nuevamente el retraso- Jack sonrió al anciano y luego le dirigió la sonrisa a Gray, el cual se sonrojó al verla y solamente hizo una inclinación de cabeza en respuesta. Jack salió de la tienda de Saibara con destino a la clínica, tenía que entregar las hierbas al doctor y a Elli.

 

-Hierbajo, hierbajo, hierbajo, césped, hierbajo, esta es algo venenosa aunque no sea roja…- enumeraba el doctor al sacar las hierbas del cesto.

-¿Pero como?... estaba seguro de que eran las correctas…- dijo Jack bastante cohibido y decepcionado de su fracaso.

-No esperes hacer todo perfecto a la primera, lo hiciste bastante bien por ahora. Aquí está tu paga del día de hoy, espero que mañana lo hagas mejor…- el Doctor entregó una cantidad no tan mínima de dinero a cambio de las hierbas.

-¿No es demasiado? No traje muchas hierbas, no creo que tenga que pagarme tanto por ellas puesto que…- en ese momento el Doctor hizo algo que Jack nunca pensó que haría; colocó su dedo índice sobre los labios de Jack para que no continuara hablando, pero lo más extraño de todo fue la expresión de casi ternura, que mostraba.

-Si es por el bien de los aldeanos, todo es sumamente valioso- el castaño observaba un tanto horrorizado aquella expresión, pero también se había sonrojado de sobremanera por aquel dedo posado suavemente sobre sus labios.

 

   Como si se hubiese dado cuenta de que lo que hizo fue muy extraño por su parte el Doctor retiró el dedo del rostro de Jack y también se alejó de él, volviendo a su expresión indiferente y fría acostumbrada.

-Solo espero que mañana te esfuerces mucho más-

-Sss…sí…- Jack salió rápidamente de la clínica, aún repasando lo recientemente ocurrido en su mente, y preguntándose por qué demonios su corazón latía tan rápidamente.

 

 

Continuará……

Notas finales:

 

Muchísimas gracias por leer, espero que si lo hicieron, no se les haya hecho demasiado aburrido o tedioso leerlo, también quisiera recordar que las críticas son siempre bien recibidas y agradecidas.

Nos vemos pronto!!!


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