El sol brillaba en lo alto, pero Trunks seguía en el mundo de los sueños, donde un pelinegro acaparaba su atención y no precisamente en un juego de niños, estaba ruborizado y babeaba un poco, en su sueño Goten lamía lenta y juguetonamente su miembro, que estaba muy excitado, tanto en el sueño como en la vida real, pero para su desgracia en la vida real también tenia los pantalones abajo y no se acostó bajo las sabanas, lo cual fue un gran error pues unos golpes en la puerta lo despertaron y acto seguido su madre, Bulma, entraba rauda en su habitación
-deberías taparte hijo, no te hace bien dormir así – dijo Bulma tranquilamente
-¿m-mamá?- preguntó un todavía adormilado Trunks, pero rápido, como un golpe de su padre, se dio cuenta de cómo estaba – ¡¡¡MAMÁ!!!– Gritó asustado y levantándose rápidamente mientras trataba de cubrirse lo más posible - ¿qué haces aquí? Es mi habitación…
- no entiendo porque te cubres tanto, soy tu madre, te he visto desnudo desde que eras un bebé- respondió con tranquilidad, apoyándose en el escritorio de su hijo y sosteniendo su taza de café
- ¡Pero no es lo mismo! Ya casi soy un adulto- contestó enfadado y cual niño pequeño infló su mejilla derecha, Bulma al verlo se empezó a reír
- Te pareces a Goten cuando se enfada ¿sabías?- dijo en tono de broma. Al escuchar en nombre de su chico, Trunks se ruborizó un poco, Bulma lo notó y luego de tomar un sorbo de su café preguntó de forma pícara:
- ¿estabas soñando con él, verdad?- con esa pregunta el rostro de trunks se ruborizó por completo
-¿D-De qué hablas? N-no entiendo
- Vamos Trunks, eres mi hijo y te conozco, además de que te he visto todas esas veces en las que te le has declarado sin tener éxito- tomó un sorbo de su café y continuó –creo que todos nos hemos dado cuenta de lo que sientes, excepto Goten
Trunks se puso bastante triste y melancólico al escuchar eso
- ¿Qué es lo que quieres, mamá?- preguntó tratando de cambiar la conversación
- bueno, tu prometiste que te quedarías con Goten todo el fin de semana, pero lo dejaste solo, sin ninguna compañía, así que decidí invitarlo a almorzar…
- oh, no-pensó Trunks
- … sin embargo, he llamado casi veinte veces y nadie contesta…
- quizás salió- interrumpió Trunks – quizás fue al río a pescar- comentó, tratando de no imaginarse a Goten nadando desnudo en el río
- lo dudo- respondió Bulma seriamente esta vez –si fuera así hubiera dejado la contestadora… y – agregó pues Trunks iba a replicar -es poco probable que esté durmiendo todavía, ya que son casi las doce del día y ningún sayajin es capaz de saltarse el desayuno
Su madre tenía razón, pero aun no sabía que demonios estaba haciendo en su habitación y qué tenía que ver Goten en eso
- ¿y? – fue su único que se le ocurrió
- quiero que vayas por él- y miro a su hijo seriamente
-¿Qué? – Lo que Trunks menos quería era ver a Goten, al menos no tan pronto, aun recordaba nítidamente lo de ayer y su ultrajada oreja - ¿pero mamá…?
- sin “peros”, ¿entendido? Iras a buscarlo, él es tu mejor amigo y si no contesta el teléfono es porque le pasó algo, de hecho le pregunte a Vegeta y me dijo que su Ki estaba bastante débil… así que iras por él te guste o no – y esa fue la sentencia, Bulma salió de la habitación y dejó a un Trunks deseando tener que entrenar por la eternidad con su padre antes de tener que ir por Goten.
Salió volando en dirección a la montaña Paoz, resignado a tener que ver a ese idiota una vez más, no era que le molestara el hecho de verlo, sólo que no sabía como iba a reaccionar cuando lo viera y tampoco imaginaba como reaccionaria Goten al verlo ahí…
- quizás, Goten pensó que yo no lo querría ver más –pensó Trunks- y si se emociona de verme y se abalanza sobre mi – pensó y comenzó a imaginarse a Goten encima suyo, abrazándolo, llorando y confesándole su amor eterno, y por supuesto su cuerpo delgado pero firme, sus piernas y su trasero… cuando comenzó a imaginar como seria besarlo…
¡PAFFF!
¡Ayyyy!- exclamó agarrándose la cabeza con ambas manos. Había chocado con un edificio de la ciudad, estaba tan concentrado en “Gotenlandia” que no se dio cuenta que había bajado la velocidad y disminuido la altura, por suerte nadie lo había visto, siguió su camino esta vez más atento.
El problema es que no era la primera vez que le pasaba y siempre era por estar pensando en Goten, sin quererlo se le vino a la mente las palabras de su madre:
- “te he visto todas esas veces en las que te le has declarado sin tener éxito… creo que todos nos hemos dado cuenta de lo que sientes, excepto Goten”
-todos, excepto Goten- repitió, y se puso a pensar en todas esas veces en que trató de declararle a Goten lo que sentía, con la correspondiente respuesta idiota, o quizás inocente, que él le daba:
A los 8 años mientras entrenaban en la montaña Paoz:
-¡Goten! ¡Goten despierta! ¿Estás bien? No quise hacerte daño, lo juro ¿te pegué muy fuerte?
-aayyy, mm…, no te preocupes Trunks, estoy bien, solo me dolió un poquito, jeje- respondió Goten
- que bueno, no te preocupes Goten yo jamás te haría daño, porque tu –inhalo profundamente - tu me… me agradas demasiado- dijo trunks con sus mejillas muy rojas
-tu también me agradas- respondió con una sonrisa el pequeño de 7 años - por eso somos amigos ¿no?
La emoción que había sentido, se desvaneció como un helado en el desierto:
- si, claro, amigo- respondió mientras pensaba –quizás es demasiado pequeño como para entender a lo que me refiero.
A los 9 años, en un campo de flores cerca de donde estaban acampando con sus padres:
-ay, que aburrido- se quejó una vez mas Goten – nuestras mamás son muy extrañas, nosotros somos hombres, no nos interesa venir a recolectar flores
-si, deberíamos estar entrenando… - y guardo silencio, había visto una flor que le parecía familiar, se acercó y la miro más atentamente y recordó todo el caos de flores que las niñas de su escuela habían hecho, porque según ellas esa flor significaba “te quiero”, se ruborizó un poco y miró de reojo a Goten quien estaba resignado cortando flores – ¿estará listo para entenderme ahora?- pensó – tendré que averiguarlo- y cortando con delicadeza la flor se puso de pie y se acercó a Goten con el corazón latiéndole a mil por hora
- eh… G-Goten-dijo tímidamente
- ¿Qué pasa? ¿Encontraste algo interesante? – preguntó con ansias Goten, deseoso de salir de ahí
Trunks pensó que era la imagen romántica perfecta: un campo de flores, el sol en lo alto, la brisa en sus rostros, Goten sentado entre cientos de flores y él de pie dispuesto a darlo todo por amor
- yo – comenzó – yo quería darte… esta flor- y estiro su brazo frente a Goten para mostrarla, todo su cuerpecito temblaba, Goten no dijo nada, así que continuo con su declaración –es un crisantemo rojo, y… y esta flor significa que… que yo… que te quiero mucho- terminó de decir con su rostro rojo como un tomate.
Goten se puso de pie, no tenia ninguna expresión en particular en su rostro, tomo la flor mientras Trunks lo miraba atento
-gracias, supongo… es la primera vez que me regalan una flor, aunque no veo la razón para hacerlo: somos amigos – respondió con su mirada ingenua – es obvio que nos queremos
El corazoncito de Trunks se rompió y sintió mucha pena y rabia:
-¡Tú nunca entiendes nada!-gritó y salió volando de ahí, dejando a Goten confundido con una flor en la mano.
A los diez fue algo parecido y se repitió en los dos años siguientes: Trunks declarando su amor con frases como “me gustas” “eres demasiado importante para mi” “te quiero” y Goten respondiendo a todo eso con “es lógico, somos los mejores amigos del mundo”, al recordar eso Trunks murmuro mientras volaba:
-eres un idiota Goten, nunca entiendes nada
Su oreja comenzó a tener la misma sensación de ayer a medida que se acercaba a la montaña Paoz, y entonces recordó lo que había pasado cuando tenía trece años:
Estaban en un valle al otro lado de las montañas, Goten lo había llevado hasta ahí para ver a unos cachorros de lobo, estaban escondidos entre los matorrales observando como los lobitos jugaban, si se acercaban mucho tal vez la mamá loba los atacaría. Los lobitos corrían de aquí para allá en su cueva, en una de esas un cachorro se puso a mordisquearle la oreja a su hermano, Trunks se reía al verlos, pero Goten se quedó pensativo, creyó que seria divertido hacerle lo mismo a Trunks y se abalanzó sobre el y le mordió la oreja, por la sorpresa trunks perdió el equilibrio y ambos se cayeron y rodaron por el valle
-auch! Oye ten mas cuidado- dijo Goten mientras se reía, pero Trunks estaba confundido y rojo
-¿cuidado? Tu eres el que se abalanzo sobre mi- dijo muy alterado
-ey, tranquilízate- y cuando dijo eso, escucharon un trueno y la lluvia comenzó a caer con fuerza – creo que es mejor que vayamos a mi casa ¿te parece, Trunks?
-si, no quiero quedarme aquí con esta lluvia, en especial porque nos van a regañar.
Y emprendieron el vuelo, bajaron un poco apartados de la casa, ambos sabían que a Milk le molestaba que usaran sus poderes cerca de la casa, en especial después de haber destruido todo su jardín mientras entrenaban.
Goten pensaba en lo que le diría su madre cuando lo viera así, todo empapado “ve a darte una ducha inmediatamte”, de seguro diría eso –una ducha-pensó y miro a Trunks y a un charco, de un movimiento tiro a Trunks al barro riéndose a carcajadas de su amigo
-¿Qué te pasa?
- bueno, creí que eras un sayajin, ¿no deberías estas siempre atento? – mientras seguía riéndose. Trunks no era tonto y mucho menos débil, sin que el pelinegro lo notara se acercó a él y lo tiró al barro, asegurándose que todo su cuerpo quedara cubierto, Goten no se dejó estar y así comenzó una pelea en el barro y bajo la lluvia, Milk sintió el ruido que estaban haciendo y salio al patio, justo cuando los chicos empezaron a lanzarse bolas de barro, le llegó una a Milk directamente en el rostro, Trunks y Goten se paralizaron.
-¿mamá?-murmuro Goten atemorizado, mientras su madre lentamente y con mucha rabia se limpiaba el rostro:
-¿QUÉ ESTABAN HACIENDO? – estalló - ¿JUGANDO BAJO LA LLUVIA? ¡NO VEN QUE SE PUEDEN ENFERMAR!
-señora Milk…
- mamá…
- ¡VAYAN A BAÑARSE INMEDIATAMENTE!
- si mamá
- si señora
Y salieron corriendo al baño de afuera que Milk había construido especialmente para que no ensuciaran la casa en días como ese. Goten iba a entrar cuando se dio cuenta que el pelilila se había sentado en una roca que estaba cerca
-¿Qué haces trunks?
- pues, espero que te bañes- como si fuera lo más lógico del mundo
- ¿De que hablas? – Goten no entendía – ven, bañémonos juntos- y tomó el brazo de su amigo para arrastrarlo hasta el baño, sin darse cuenta que con esa propuesta el rostro de su amigo se había puesto muy rojo
-¿que? Goten, no, espera
-vamos, somos amigos, no pasa nada, ya nos hemos bañado juntos antes, ¿recuerdas?
Por supuesto que lo recordaba, pero eso había sido cuando tenía 8 años, su cuerpo había cambiado mucho desde entonces y por supuesto las reacciones que tendría al ver a Goten desnudo no serían las mismas. Se quedó ahí en un rincón, con la vista en el piso sintiendo como Goten se quitaba la ropa, pero sin el valor para mirarlo
-¿Qué haces ahí? Trunks si te quedas con esa ropa mucho tiempo te vas a enfermar- se acerco a él- ven, déjame ayudarte
-¿¡Qué!?- se volteo a mirar a Goten, y lo que vio lo dejó anonadado: la piel de Goten era tan blanca y tersa que no parecía que vivía en el campo, sus músculos estaban muy bien desarrollados, aunque en su justa medida, no dejaba de verse delicado, y sus caderas… eran tan finas y delgadas que ni parecían las de un muchacho, y su miembro… guau, si que estaba bien desarrollado para tener doce años… Trunks tuvo que desviar la mirada si quería seguir actuando razonablemente y no violar a esa dulzura que tenia en frente
- v-ve a bañarte- yo te sigo
- pero vas a venir ¿verdad?- inflando sus mejillas para demostrar que estaba un poquito molesto
-claro, por supuesto, tu sólo ve a meterte a la bañera
-genial- y con una gran sonrisa, se dio un chapuzón
Después de la difícil tarea de desvestirse y tratar de calmar a su inquieta entrepierna para que su amigo no lo notara, Trunks por fin fue a bañarse, estaba de espaldas de Goten cuando de repente un montón de agua cayó en su cabeza, se volteo rapido y vio a Goten justo detrás suyo:
-te lavare el cabello- sonrío Goten y comenzó a lavar a un Trunks muy ruborizado y pensando en cosas que hacían que su miembro se alterara
Estuvieron cerca de una hora bañándose, una hora en la que Trunks había decidido intentarlo una vez más: nuevamente declararía su amor y si Goten seguía sin entender se resignaría a seguir siendo sólo su mejor amigo y nada más. Ya estaban vestidos cuando Trunks se acercó y tomó las manos de su chico
-Goten…-empezó- no sé como decirte esto, lo he intentado muchas veces, y he usado todas las frases posibles, necesito una respuesta, y la necesito ahora, espero me entiendas…yo…
- ay trunks – interrumpió Goten – no sé como no eres capaz de decirme algo, somos los mejores amigos que pueden haber en el mundo, nada va a arruinar nuestra amistad, vamos dime – y acto seguido separo sus manos de las de trunks y sonrío
- “amigos”-pensó Trunks – “sólo amigos” – y se resignó a no decirle nunca, a morir con este amor, que debía ser secreto si quería seguir siendo amigo de ese chico tan inocente, o quizás idiota
–yo, solo quería saber si quieres entrenar conmigo los fines de semana-inventó
-claro, por supuesto que quiero, ven hay que correr a la casa si no, nos volveremos a mojar- y dejó a Trunks ahí, en la puerta del baño, sumido en sus pensamientos y su dolor:
-te amo- murmuró…
-te amo – murmuro Trunks justo cuando diviso la casa de la familia Son -¿eh? ¿Qué demonios estoy diciendo?- se regañó a si mismo –a él le gustan las chicas, me lo ha demostrado muchas veces…
-¿y que me dices de lo que paso ayer?- oyó a una vocecita en su cabeza, se enfadó y comenzó a repetirse a si mismo: “no me haré ilusiones, no me haré ilusiones, no me haré ilusiones…”
Bajó a la casa bastante enfadado y tocó a la puerta, era obvio que su madre estaba exagerando, Goten de seguro estaba bien… volvió a tocar la puerta, ¿Por qué no habría?
Espero un poco y volvió a tocar, esta vez un poco más fuerte, empezó a impacientarse ¿Qué demonios le pasa? ¿Acaso no abre porque soy yo? ¿No piensa nunca mas abrirme la puerta? Ya estaba bastante enfadado, entonces recordó: ¿y si mamá tiene razón? ¿Y si le pasó algo? ¿Si hizo alguna estupidez por haberlo dejado sólo? Comenzó a alarmarse tanto que ni se le ocurrió sentir el Ki de Goten para saber si estaba o no, pasaba el tiempo que se asusto y comenzó a gritar:
-¡Goten! ¡Goten abre la puerta! Por favor ¡Goten, Goten!
Pero nadie respondía…