Se sentía rara, tenia un presentimiento en su pecho, aunque no era ese que te decía que las cosas saldría mal, Mizuki entro sin tocar al cuarto de Shizuma encontrándola acompañada como siempre acompañada de dos jóvenes quienes la ayudaban a peinar su largo cabello, su mirada estaba triste pero al mirarla había sorpresa -¿Shizuma te encuentras bien?- pregunto la chica de cabellos cortos y azules, la Etoloi suspiro -si-contesto mirándola por el espejo
Shizuma se sentía rara como si perdiera una parte de ella mas no encontraba la razón de su sentir, todo el día lo vivió como si de un sueño de tratara, estaba distraída, distante, miraba a la pelirroja que sonreía a Tomoe, cada que le sonreía o miraba sus ojos ella se quedaba sin habla, con una presión en el pecho
-Shizuma - hablo trayendo de vuelta la de cabellos azules, sus ojos se despegaron de Nagisa la cual sentía incomodidad sin saber muy bien por que, la mirada de la Etoloi le causaba dolor en su pecho, Shizuma sonrio -Les deseo mucha suerte- dijo antes de entregar el ramo, Nagisa le sonrio haciendo vibrar su pecho, pero no eran esas sonrisas ni miradas las que solía entregarle, con una ultima mirada se fue del lugar
Con pasos tranquilos llego a refugiarse al invernadero, sentía su corazon herido, los recuerdos la atormentaron en el lugar, las veces que le sonrio, que le miro con amor, ahora en su mirada había nada, no podía estar tranquila ahí, sentía que se ahogaba, salio en busca de un aire que no la llenaba, seguía faltando aire, el pecho con el pasar del tiempo se le cerraba.
Dio una bocanada de aire, intentando llenar sus pulmones, sus manos tocaron el tronco donde había conocido a la chica de cabellos rojos, sentía que la estaba perdiendo, pero no quería hacerle mas daño.
-Ve Shizuma- una voz cual susurro le hablo -Lucha por ella, Shizuma, no la dejes ir- como si fuera todo lo que la Etoloi necesitaba corrió, corrió hasta que su respiración dejo su cuerpo, dejando a tras en aquel árbol a una joven de cabellos negros, ojos rojos -Tienes que ser feliz Shizuma- dijo antes de desvanecerse del lugar.
Cuando Shizuma abrió esa puerta, sintió el aire de nuevo, aspiro profundo llenando sus pulmones de aquel aire con un olor muy particular, ese olor que sientes en el aire cuando estas enamorado, se planto enfrente de las dos parejas -Nagisa- grito llamando la atención de todas las presentes, el grito hizo eco, el corazon de la mencionada latido desbordado confundido.
Nagisa no entendía que hacia ahí la Etoloi pero por alguna razón su cuerpo reacciono, su corazon latido desbocado, sentía que saldría de su pecho -Te quiero- grito Shizuma frente a todas, las mejillas de la pelirroja se pusieron carmín, sus manos fueron a parar a su pecho intentando calmar al alocado corazon, que con fuerza retumbaba en sus oídos dejándola en una especie de letargo, no entendía las razones de la Etoloi para decir aquellas coas.
Tomoe sabia que aunque no la recordara, el amor que ellas sentían no se iba a borrar, la tomo de la cintura aferrándola a su cuerpo, entre sus brazos sintió temblar a Nagisa -Tomoe chan- susurro con un nerviosismo al que no le hallaba sentido -¿Que esta pasando?- quería saber la pelirroja
-Ve, Nagisa, aunque tu mente no comprende tu cuerpo quiere ir ¿verdad?.
Nagisa asintió como respuesta, pues su corazon la aturdía de tal manera que sentía la falta de aire con solo hablar, sintió la mano en su espalda, el fuerte empujón que la obligo a dar los pasos necesarios para llegas a Shizuma, el listón de su cabello deslizarse cual cadenas que la ataban, su cabello cayo suelto por sus hombros, esparciéndose por todos lados de su cabeza, tapando su vista momentáneamente.
Los brazos de Shizuma la tomaron entre ellos, sintiendo que era el lugar al que pertenecía, la Etoloi no lo soporto mas tomo el rostro de Nagisa entre sus manos acariciando sus mejillas deposito un suave beso, diciendo todo lo que su corazon sentía, calmando aquella angustia del pecho de Nagisa, sintió aquello que creía perdido, los sentimientos dieron paso atra vez de su cuerpo como veneno que se esparce, sus memorias, su amor entonces Shizuma hizo una pregunta -Huyamos- pidió la de cabellos plateados que como respuesta obtuvo un beso
Salieron del lugar, los gritos de Miyuki se escucharon en todo el lugar, Tomoe sonrio con tristeza pero sabia que su amiga seria feliz.
Nagisa caminaba de la mano de Shizuma, entre la blanca nieve, sus corazones latia a un solo ritmo -Siento todo lo ocasionado Nagisa- susurro la Etoloi, Nagisa sonrio negando para fundirse en un apasionado beso