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El último día por Badlolita

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Notas del capitulo:

Como aclaré en el cap anterior, ando subiendo nuevamente el fic asique desde ahora seré Badlolita ( ;_; tantos años siendo Mikeas...).

Gracias por leer!

"Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa."
 Macbeth 5to acto, escena V ,William Shakespeare


Capítulo 2: El alma del ingenio

-pero que auto destructivo resultó ser, Mr.- el hombre que sostenía el arma sonrió con sorna y burla, y ante el repentino movimiento de Heero Yuy, su gorra calló dejando ver aquel rostro pálido que con aquella luz, parecía brillar. No es que no pudiera librarse de eso,  el intruso estaba más que capacitado para situaciones similares, sino que simplemente le divertía la reacción de Mr. Yuy.  ¿A quién, en su sano juicio, se le ocurría zamarrear de ese modo a una persona que sostenía un arma, y mas aún si le había apuntado hacía no mas de un minuto? - ¡¿Quién eres, qué haces aquí?¡- Heero exigía, eso siempre se le había dado bien, y nunca había dado un paso atrás; simplemente no era algo que pudiese permitirse. El mas fuerte se come al mas débil , esa era su ley, aunque nunca se había encontrado en una situación similar.

Se percató entonces, en una fría evaluación parcial, de la extraña familiaridad de aquel rostro ahora descubierto, de la expresión gélida en los ojos magenta que parecían brillar de una forma extraña tras un largo flequillo castaño. Heero se sintió inquito, mas allá del fin del mundo, de su mundo; mas allá de saberse en peligro: lo conocía.

-"El pájaro rompe el cascarón. El huevo es el mundo. Quien quiere nacer tiene que romper un mundo." (1) - dijo aquel sujeto extraño, y sus cejas castañas se arquearon denotando una sonrisa, aunque no necesitaba observar sus labios para saberlo. Heero tironeó mas del cuello de la camisa del sujeto trenzado, acorralándolo contra la pared en un ataque de adrenalina y masculinidad.

¿De qué diablos hablaba? ¿ Un huevo, el mundo, nacer? ¡No había necesidad de ser muy listo para darse cuenta que ese tipo estaba completamente loco! Y entre un loco y un delincuente, prefería millones de veces al delincuente, pues sabía como terminaría todo.

Heero tenía ganas de gritarle, desquitarse con aquel tipo por hacerle perder el tiempo, pero en el momento menos inesperado aquella maldita migraña, mas fuerte ahora que nunca, golpeaba su cabeza haciendo zumbar sus oídos,mareándolo por un momento. 

El frío filo de aquel cuchillo apoyándose sobre su yugular, fue suficiente para despabilarlo, aflojando el agarre hasta soltar al sujeto americano no sin fruncir el ceño ante el desagrado de sentirse nuevamente en desventaja - que bueno que comprendas- las orbes violetas se entrecerraron un poco, como si dudase de aquello, pero el filo del cuchillo ajustándose mas sobre su cuello, hizo a Heero desestimar cualquier idea por golpear al sujeto y salir corriendo de allí.

De alguna forma que no había percibido, aquel hombre, o niño, porque lucía realmente infantil ahora que lo miraba detenidamente, había apoyado su cuerpo por completo sobre el suyo impidiéndole movilidad, y era extraño sentir que la rodilla del trenzado se había deslizado entre sus piernas. Era perturbador!

- Estas loco, de seguro escapaste de un psiquiátrico- dijo Heero, casi conteniendo la respiración al sentir su abdomen chocar contra el del americano. Podía notar los músculos tensados bajo al ropa negra, las piernas apretándose contra las suyas, un extraño aroma en la piel del  intruso.

- ¿ Cómo adivinaste? - la voz de aquel hombre resonó extraña, muy íntima al sentirlo respirar tan pausadamente sobre su rostro, pero la sensación de entumecimiento fue poca pues el disparo hacia el tubo de luz hizo a Heero respingar ante el repentino sonido y el aroma a pólvora.

- ¿ Qué demonios haces?! Si vas a matarme hazlo, ya deja de joderme!- ¿Cuándo había perdido así el control? NUNCA. Heero nunca, en su vida, había perdido el control como en ese momento, y no era la situación, sino aquel personaje que ahora le cubría la boca apretándose mas contra su cuerpo. - calladito, que no serás el primero que este shinigami se cobre- La sola mención de aquello, hizo a Heero inclinarse aun mas hacia el sujeto, otro ataque de migraña, mas fuerte aun. - quién diría que pudiese tener así al soldado perfecto- dijo el hombre de larga trenza, antes de soltar el cuchillo y sostener al hombre de traje gris.

-Calla... nos están vigilando, ahora debo sacarte de aquí- El sonido del ascensor llamó la atención de ambos hombre, aunque no tanto como la explosión detrás de ellos que derribando una pared, dio acceso al garage del edificio.

-Te estoy robando-dijo el americano, a un Heero quien apenas podía mantenerse el pie debido a la maldita migraña y a la impresión ante los hechos reciente. ¿Quienes los estaban vigilando?¿Dónde lo llevaría aquel loco?
Se sorprendió cuando el trenzado lo cargó , no sin antes amarrarle  las muñecas, y pasando a través de los escombros de la pared , lo llevó hasta aquel auto azul marino. ¡¿ Incluso le robaría el auto?!

-me importa un bledo si nos siguen o lo que sea , no iré con un desquiciado a ningún lado- pero Heero lo último que vio fueron los ojos violetas del trenzado y como todo se volvía negro. El muy maldito le había dado un culatazo con el arma!

 


 

(1) Cita de "Demian", del autor Hermann Hesse. Premio Nóbel de Literatura en 1946

Notas de Autor: Espero que les haya gustado el capítulo. Saludos!

Notas finales:

Son libres de agregarme al nuevo mal badlolita@hotmail.com.ar

 

Saludos!


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