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Cuatro larukus y un bebé por Niji_Takagawa

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Notas del capitulo:

En lo personal este capítulo me gustó mucho, pues en esta ocasión les traigo mucha ternura, y más risas por supuesto; espero que a ustedes también les guste, y les agradezco por sus reviews.

Esa mañana fue afortunadamente más tranquila que la anterior… mucho más tranquila a pesar de que la bebé amaneció en un sitio distinto a donde la habían acomodado en primer lugar: ahora se encontraba acomodada sobre el pecho de Tetsu, con una mano de éste sosteniendo su cabecita y apretando en una de las propias un dedo de Hyde. Por otro lado el bajista, además de sostener firmemente a la niña, abrazaba también a su novio con su brazo libre; por último, Hyde tenía la cabeza en el hombro del mayor y una mano en su pecho. El primero en despertar fue Tetsu, quien se quedó maravillado al observar esos dos cuerpos en sus brazos, y con esa felicidad besó suavemente una frentecita y un par de labios, con lo que su novio fue el siguiente en despertar con sólo sentir ese cálido contacto.

–Umm buenos días amor —sonrió con una expresión adormilada, dándole un beso más en los labios a su pareja.

–Buenos días cariño, ¿cómo te sientes? —La mano que anteriormente se hallaba sobre su cintura, subió para alcanzar a acariciar sus cabellos.

–Muy bien… aún algo cansado por lo mucho que nos desvelamos, pero bien ¿y tú?

–Bien también… creo que para haber sido nuestra primera noche como papás estuvo algo tranquila ¿no crees?, relativamente hablando.

–Aww me encanta como suena lo de “papás”… momento Tetsu…–Con una expresión de extraleza impresa en su rostro, alzó cuidadosamente la cabeza para voltear a mirar su mano al sentir un agarre sobre su dedo– aww, ¡qué lindo! ¿Ya viste amor?

–¿Qué?, ¿qué pasa? —Esta vez fue su turno de mostrar extrañeza.

–Aiko-chan tiene mi dedo agarrado en su manita.

–¿En serio? –Finalmente se despejó lo suficiente para alzar la cabeza, y así poder ver también esas manos, sintiéndose fascinado– aww sí, qué ternura…

–Definitivamente esta pequeña vino a cambiar nuestras vidas, ¿verdad cariño?

–Así es mi amor: ahora estaremos aún más unidos y felices que nunca, y tenemos otra razón más para estar juntos.

–Bueno, me duele tener que soltar mi dedo de aquí…–dijo con un gran puchero– pero tenemos que levantarnos, hay mucho por hacer hoy mi amor.

–Está bien amor… entonces yo bañaré a Aiko en su tina mientras tú tomas una ducha.

–Umm pero yo quisiera que también me bañes a mí…

–Lo sé mi cielo, yo igual –besó sus labios con ansias, acariciándole un poco el costado tiernamente– pero por hoy no podemos mi amor, porque te aseguro que si entro a esa ducha contigo no podré resistirme.

–Ah está bien, me resignaré a bañarme solo hoy.

Se levantaron para dirigirse a hacer precisamente lo que el bajista acababa de sugerir, tras lo cual fue su turno de tomar una ducha mientras Hyde preparaba el desayuno de los tres. De esa forma, cuando Tetsu llegó a la cocina la mesa estaba cuidadosamente puesta, aunque Hyde estaba tan entretenido encargándose de darle leche a Aiko que no se dio cuenta de que lo observaban.

–Te ves tan lindo dándole de comer…—una vez que ya no pudo mantenerse mirándolo en silencio, decidió hacerle notar su presencia, por lo que éste dio un respingo.

–¡Amor me asustaste!, no me di cuenta de que llegaste, ¿hace cuánto que estás ahí?

–No mucho, sólo lo suficiente para verte –se sentó a su lado y le dio un pequeño beso en los labios– serás muy buen papá, te lo aseguro.

–No estoy muy seguro: viste lo nervioso que me ponía cada vez que se despertaba, ni siquiera fui capaz de cambiarla ni una sola vez.

–Cariño tú nunca habías cuidado un bebé, así que ésta fue la primera vez; por lo tanto, es normal que estuvieras nervioso.

–Espero que haya sido eso… trataré de hacerlo mejor cada día, lo prometo mi amor.

–Ya verás que así será.

Desayunaron en paz… aunque con cierta prisa también, pues para cuando terminaran tenían planeado dedicarse a guardar la ropita y demás cosas en el clóset, para lo cual necesitaron toda la mañana. En la tarde, después de haber comido en medio de besos y risas, Hyde partió rumbo al hospital para ver al pediatra, con quien tuvo la precaución de agendar una cita previamente. Desde luego no podía negar que definitivamente se sentía bastante extraño y torpe al traer una carriola, un bolso con las cosas de la bebé, y por supuesto a la bebé consigo; empero, debía admitir que aquella experiencia no le pareció desagradable en lo absoluto. Además todo le resultó mucho más sencillo de lo que podía haber pensado en un principio, por lo cual le fue sumamente bien: gracias al pediatra descubrió que la pequeña tenía alrededor de un mes de nacida, quizá sólo un par de semanas más, y se hallaba en un perfecto estado de salud. Desgraciadamente no todo fue color de rosa para el vocalista, ya que la verdadera odisea se presentó con las vacunas: tuvieron que ponerle tres ese mismo día y Hyde casi se puso a llorar con ella desde la primera.

–Tranquilo Takarai-san, es normal que llore así por lo pequeñita que es —aquélla fue la casi rutinaria respuesta de parte de la enfermera, quien siempre se enternecía cuando presenciaba las reacciones de los padres sensibles.

–Pero ¿está segura? Es que hasta a mí me dolió y me siento mal de verla llorar así de desconsolada…—decía con evidente angustia mientras observaba detalladamente a la niña, como en busca de algún indicio que confirmara lo dicho por la enfermera.

–Aww se nota que usted es un papá muy protector ¿verdad? Pero no se preocupe, su hija estará perfectamente bien ahora.

En cuanto terminaron de aplicarle las tres vacunas que Aiko debía recibir aquel día, el pelinegro la tomó de nuevo entre sus brazos y la arrulló mientras le cantaba para tratar de calmarla, lo cual funcionó muy bien. Por ello, una vez que consiguió que se calmara la colocó suavemente en su carriola y se fue, aún estando bastante sentimental.

–Esas enfermeras son unas salvajes, si hasta a mí me dolió, con mucha más razón a ti nena… mi pequeña Aiko, lo bueno es que ya estás bien y… un momento…–Hasta ese entonces había seguido sumido en aquel estado tan sensible que tuvo que pasar tanto tiempo para que lograra procesar lo que había dicho la enfermera– ella dijo “su hija”, o sea “mi hija”. Ésta es la primera vez que lo veo así: mi hija, ahora yo soy tu papá… y tú eres… mi hija… nuestra hija… mía y de Tetsu… ¡mi hija…! –Se acercó a la pequeña y con una gran sonrisa presente en sus labios le dejó un beso en su frente– qué lindo se siente decirlo, mi hija… bueno, vámonos cariño… tu papá nos espera…

Durante la odisea y esa epifanía que Hyde había recibido casi simultáneamente, Tetsu aprovechó ese mismo tiempo de un modo muy eficiente, ya que consiguió armar todos los muebles que habían pedido el día anterior, en un tiempo casi récord. Tanto la cuna como el mueble para cambiar a la pequeña, además de las repisas para acomodar sus juguetes ya estaban en su sitio, así que en ese preciso instante se estaba encargando del último detalle faltante: estaba terminando de instalar el móvil de la cuna justamente cuando Hyde llegó.

–¡Tet-chan, ya llegamos amor! —Lo llamó desde la puerta principal para esperar a que él mismo le indicara dónde se encontraba.

–¡Aquí estoy mi amor, en la habitación de Aiko! —Ya había finalizado todo, pero ya que tenía que encargarse de recoger las herramientas utilizadas, decidió llamar a su novio para que él fuera a su encuentro.

Y tal como el bajista había esperado que hiciera, Hyde dejó inmediatamente las cosas en la sala de estar, tomando solamente a la bebé en brazos, y se dirigió a encontrarse con su novio en donde le había indicado.

–¡Vaya! Mi amor sí que eres… rápido, ya lo armaste todo —no era que dudara de esas capacidades de su pareja, pues sabía que Tetsu era bueno cuando se trataba de usar las manos; sin embargo, no podía negar que de todos modos lo había sorprendido.

–Claro que sí, no subestimes a tu hombre mi amor –se acercó hasta él para rodearlos a ambos en un abrazo cálido, al mismo tiempo que besaba los labios de su amado y la frente de la bebé– ¿cómo les fue?

–¡Muy bien!, esta pequeña está perfectamente sana y resulta que sólo tiene un mes de nacida —explicó el vocalista, tras darle un par de besos.

–Aww qué bien, pero ¿qué tal con las vacunas? —Ya que ése era el tema sensible, en el fondo temía preguntar; sin embargo, debía estar enterado.

–¡No!, no me lo recuerdes, tuvieron que ponerle tres y te juro que quería llorar cuando la escuché así de desconsolada…

–¿En serio?, creo que alguien se puso bastante sentimental ¿verdad? —En situaciones como ésa veía a Hyde tan tierno e indefenso, que no podía evitar preguntarse cómo le era posible tener una faceta tan sádica.

–Sí –dijo haciéndole un puchero– esa enfermera es una salvaje, la hizo llorar mucho.

–Cálmate mi amor –sin embargo, dicha faceta sádica del vocal no era lo importante en esos momentos, por lo cual lo abrazó de la cintura desde atrás con la intención de que se tranquilizara– es normal que haya llorado.

–Pero no así, yo no me trago ese cuento —a pesar de que ya había escuchado aquello muchas veces, aún no podía creerlo.

–Ya amor, lo que pasa es que estás muy sensible… ven –lo dirigió a la sala y se sentó en un sillón para acomodar a su novio sobre su regazo, donde volvió a abrazarlo por la cintura– todos los bebés lloran así cuando los inyectan, sobre todo si tienen un mes de nacidos. Aunque de todos modos, teniendo en cuenta cuánto te afecta, me parece que será mejor que yo la lleve la próxima vez.

–Sí Tet-chan gracias –volvió a besarlo colocando una mano en su nuca– es que no me gusta verla llorar.

–Aww entonces creo que ya sabemos quién va a ser el papá sobre protector.

–Podría ser –mientras hacía otro puchero, y como si el hecho de hablar de ello hubiera invocado el llanto, la niña comenzó a llorar en ese momento bajo la mirada angustiada del cantante– ¡no! ¡¿Ahora qué tiene Tet-chan?! ¡Auxilio!

–Tranquilo mi amor, ya te expliqué que un bebé no llora únicamente cuando le sucede algo malo: también lo hace si necesita algo, es su forma de pedir –decía revisando a la bebé– y lo que te pide en este momento es que la cambies.

–Uff qué alivio… entonces tenla y cámbiala –dijo extendiéndole a la pequeña.

–Umm no –con dicha respuesta tan inesperada recibió una mirada confundida de parte del vocalista, a lo que sonrió le divertido– porque esta vez lo harás tú –ante semejante explicación, el pelinegro estuvo a punto de negarse, pero no se lo permitió–. No acepto una negativa Doiha: el mueble para cambiarla ya está armado y todo lo necesario está dentro en él, así que anda –lo levantó con cuidado haciendo un ademán con la cabeza para que fuera, dándole una palmada en el trasero– ve.

–Pero amor…—dijo, aún no muy convencido– tengo miedo de hacerlo mal…

–Lo harás bien mi amor; ya me viste hacerlo, así que sólo haz lo mismo.

Luego de hacerle un puchero mucho más pronunciado, que para su sorpresa tampoco funcionó, se dirigió hacia la recámara; una vez ahí acomodó a la bebé sobre el mueble diseñado para esa tarea, y con todos los nervios del mundo procedió a cambiarla.

–A ver… tranquilo Hyde, si puedes cantar enfrente de enormes multitudes de miles de personas, puedes hacer algo tan simple como esto. –Respiraba profundamente, con la intención de tratar de calmar sus nervios, lo cual afortunadamente funcionó ya que por unos momentos, todo marchó bien: le retiró el pañal sucio correctamente, y ya lo había dispuesto todo para colocarle uno nuevo. No obstante, fue hasta que tenía que ponerle el talco que comenzó a experimentar dificultades: tomó el bote que lo contenía, pero al parecer no quería salir– ¿qué rayos…? –Lo abrió un poco más y lo agitó… aunque no pudo hacer nada peor – ¡ah!

Tan sólo ese grito tan súbito fue suficiente para alarmar a Tetsu, quien llegó corriendo inmediatamente hasta la habitación para cerciorarse de que todo estaba bien; empero, lo que vio no se lo esperaba: un poco de cierto polvo blanco en la nariz del cantante, el cual había salido disparado cuando agitó el bote de talco.

–Hideto –dijo tratando de aguantarse la risa para sonar serio– pero ¿qué acaso no te da vergüenza hacer eso frente a la bebé?

–¿Eh?, ¿de qué hablas? —Cuestionó confundido ya que no comprendía.

–De tu nariz… por lo menos no seas tan evidente.

–¿Mi nariz? –Sintiéndose aún más confundido, se pasó una mano por la nariz, la cual quedó blanca al instante – ¿qué dem…? –Entonces tuvieron que pasar unos segundos para que lograra darse cuenta de la situación– aghh muy gracioso Tetsu.

–¡Ah deberías haber visto tu cara! –Exclamó en medio de una carcajada finalmente.

–¡Ya cállate que no es gracioso! –Frunciendo el ceño con evidente enfado, terminó de cambiar a la bebé por fin, sin dedicarle una sola mirada al bajista; después la acomodó dentro del portabebés y se dirigió a la cocina.

–Oh vamos mi amor no puedes molestarte por esto…—inquieto al notar ese cambio tan brusco del vocalista, lo siguió fuera de la habitación para tratar de calmarlo.

–Si puedo… y ¿qué crees? ¡De hecho ya lo hice! –estando en la cocina, y tras dejar a la bebé sobre la mesa, se dispuso a sacar los ingredientes que utilizaría para preparar la cena—. Y sabes que es mejor que no me hables mientras esté molesto, así que vete si quieres que por lo menos te permita cenar…

–Pero mi amor…–estaba a punto de seguir insistiendo, sin embargo decidió desistir al recibir sólo una mirada asesina– está bien… vamos cariño…–estaba a punto de tomar a Aiko, cuando un golpe en su mano con una cuchara lo detuvo– qué rayos…

–¡Que ni se te ocurra atreverte a tocar a mi bebé!, dije que te fueras tú, y eso significa que ella se queda conmigo —puntualizó el pelinegro con evidente severidad.

–¿“Tu” bebé? ¡Pero también es mía…! —Si bien comenzó a reclamar de inmediato, fue bruscamente interrumpido antes de que terminara de expresar su idea.

–Por el momento no… ahora ¡largo! —Exclamó de esa forma terminante en que, Tetsu había aprendido, no había manera de hacerlo desistir.

Por este motivo, con una expresión de absoluta resignación, el bajista terminó por salir de la cocina arrastrando los pies y con la cabeza agachada, dejando solo a su colérico pelinegro… luego, durante la cena toda la atención de Hyde se centró solamente en la bebé ya que seguía estando molesto con Tetsu, a quien le prohibió acercarse a ella tal como a sí mismo. Finalmente, a la hora de dormir el vocalista acomodó a la niña en su cuna, antes de dirigirse a su recámara; ahí se dispuso a buscar “algo”, lo cual mantuvo escondido tras su espalda hasta que llegó el castaño…

–¡Oh Tetsu! –Canturreaba “felizmente”.

–¿Qué pasa mi amor? –Esta vez su expresión era más feliz debido al aparente cambio de actitud de su novio.

–Es que… te tengo un regalo —seguía usando ese tono de voz musical.

–¿En serio mi amor?, ¿qué es? —Poco a poco se mostró entusiasmado ante la idea de que su amado ya había olvidado su enojo.

–Ah no, es sorpresa, primero cierra los ojos y extiende las manos “ca-ri-ñi-to” –cuando éste lo hizo, sin decir nada colocó en sus brazos una almohada y una manta.

–¿Qué es esto mi amor…? —Si bien ya lo intuía, su temor le hizo querer pensar que se podía tratar de una equivocación.

–Ay ¿cómo que qué es?, pues es tu regalo “corazón”…–comenzó a decir con una gran y cálida sonrisa…– esta noche duermes en el sillón –que fue reemplazada por un ceño fruncido y una mirada severa.

–Ah claro amorcito en el si… ¡¿qué?! ¡No Hyde!, amor por más molesto que estuvieras tú nunca me habías mandado a dormir solo…

–Siempre hay una primera vez para todo Tetsu… así que ahora, fuera.

–¡Buaa! Pero…–ya que una idea cruzó su mente, se acercó hasta su novio para besar su cuello un par de veces– ¿acaso no… me vas a extrañar amor?

–Umm creo que… por ahora no… ¡fuera! —Se había mantenido completamente inmóvil al recibir esos besos, aunque eso no significaba que lo aceptaría así de fácil.

Debido a esto, y más resignado que antes, el bajista salió de la habitación; pero antes de irse a la sala se detuvo en el umbral de la puerta durante un momento, haciendo un puchero para tratar de conmover a su vocalista. Lamentablemente fue inútil, ya que un furioso Hyde le cerró la puerta en la cara, así que retomó su trayecto hacia la sala para dejar las cosas en el sillón, y muy sigilosamente se dirigió por fin a ver a su pequeña.

–¡Y que ni se te ocurra entrar a esa alcoba tampoco…! –Anticipándose a lo que quería hacer, el pelinegro gritó desde su habitación justo antes de que el más alto atravesara la puerta de la habitación de la bebé.

–¿Eh…? Oww…–con una expresión completamente triste, se dirigió de vuelta hacia la sala para acomodar su “cama provisional”– rayos, no traje mi pijama y Hyde no me va a dejar entrar por ella…–pensando en eso, supo que no tenía más que sólo quitarse la ropa y dormir en bóxer–no debí haberle dicho nada mientras estaba tan sensible…

Esa noche la pequeña Aiko parecía estar bastante tranquila, ya que no despertó ni una sola vez durante las primeras horas; no obstante, aún así ninguno de los dos músicos era capaz de conciliar el sueño: uno por tristeza y el otro por culpa. De hecho, Hyde no había tardado demasiado en arrepentirse de haber corrido a su novio de la alcoba, así que había pasado todo ese tiempo dándole vueltas al asunto… hasta que un repentino llanto lo hizo levantarse de golpe para correr hacia la otra habitación… y al parecer no fue el único: apenas había cargado a la pequeña, cuando Tetsu llegó corriendo.

–¿Está bien? —Cuestionó con evidente preocupación.

–Sí, sólo necesita que la cambien…–al decir eso pudo notar esa súplica en la cara del bajista, lo cual lo hizo decidir tratar de arreglar todo– ven acá, hazlo tú.

–¿Me vas a dejar?

–Claro que sí, también es tuya ¿no?

Con una pequeña sonrisa, Tetsu finalmente tomó a su bebé en brazos para dedicarse a cambiarla, y después arrullarla suavemente para que volviera a dormir. Por su parte, Hyde tan sólo lo observaba, recargado en el marco de la puerta; estaba empezando a sentirse muy ansioso, y más al ver el bajista de esa forma: con el cabello revuelto que le daba un toque salvaje y sólo usando bóxer lucía demasiado tentador como para ser capaz de resistirse. Entonces sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando lo vio acercarse tras dejar a la niña de nuevo en la cuna, aunque no se movió de su sitio.

–Terminé, ya puedes volver a la cama, todo está bien.

–¿A dónde vas?

–Pues al sillón…–respondió con cierta tristeza aún reflejada en su rostro– ya no quiero molestarte más, aunque te…

–¡Ah! ¡Ya no lo soporto más!

En ese instante ya no pudo resistirse más, por lo que terminó por ceder a sus impulsos y se abalanzó a besar a su novio apasionadamente, abrazándolo por el cuello. Debido a esto su pareja se sorprendió tanto sorprendido que sólo atinó a tomarlo por la cintura para sostenerlo, correspondiendo el beso ansiosamente; sin embargo, una vez que se recuperó del impacto, y aún besándolo con desesperación, lo guió hacia la habitación, donde conforme se iban acercando a la cama, permitieron que la ropa salió volando al suelo. A la mañana siguiente el vocalista despertó acomodado en el pecho de su novio mientras su cintura era rodeada posesivamente por los brazos de éste; estando así, lo contempló unos minutos más, hasta que empezó a despertarse.

–Buenos días Tet-chan…

–Muy buenos días cariño…–inmediatamente le dio un beso en los labios, tras lo cual lo miró con una gran sonrisa– me da gusto ver que ya no estás molesto conmigo…

–Es que ya no podía seguir así… te extrañaba demasiado…–agregó, aferrándose con más fuerza al cuerpo del bajista– sabes que no puedo estar mucho tiempo sin ti, y que te necesito siempre conmigo mi amorcito, por favor perdóname.

–Yo me siento igual, tú eres lo más importante en el mundo para mí mi amor… pero no entiendo por qué te disculpas tú, eso debería hacerlo yo, porque te hice enojar con mis bromas, lo lamento…

–A pesar de eso yo no debí reaccionar así y después torturarte de esa manera…

–Ay mi amor ya no te preocupes, comprendo que estabas demasiado sensible y fue mi culpa al no ser más sutil… pero bueno, yo te perdono pero perdóname tú también.

–Uff ¿cómo no perdonarte después de lo de anoche mi amor?, fuiste una fiera…—tras terminar de pronunciar su respuesta, una sonrisa ladina curvó sus labios.

–Tienes puntos extra por elevar el ego de tu líder —agregó medio en broma, por lo cual rió de manera leve antes de besar los labios de su amado— ya me sentía muy ansioso amor… te extrañaba demasiado y necesitaba sentirte.

–Pues siendo así, creo que debería dejarte así más seguido, eso fue delicioso —abrazó el cuerpo de su pareja de manera más estrecha, alternando sus palabras con besos.

–Vaya que lo fue… aunque prefiero que no vuelvas a dejarme así, por favor… a pesar de que sólo fueron unas horas, me hiciste demasiada falta mi amor –tomó su mentón con una mano y se acercó despacio a su rostro para besarlo apasionadamente– pero ¿sabes qué? Aún me quedé con ganas de ti –mientras hablaba, fue deslizando una de sus manos por el costado de su amado.

–Uy eso suena peligroso –dijo con una voz seductora y en seguida paseó su mano por el torso de Tetsu hasta posarla sobre su mejilla con la intención de volver a besarlo; no obstante, cuando se hallaba a unos centímetros de sus labios, fue interrumpido por un llanto– eh creo que alguien más nos necesita ahora amor.

–Sí, yo iré cariño, no te preocupes –luego de darle un pequeño beso en los labios a su novio se levantó, y salió corriendo tras ponerse el bóxer, llegando así a la recámara de la pequeña Aiko–. Hola mi amorcito –le habló a la bebé con un tono de voz infantil y la tomó en brazos para arrullarla– hubieras esperado un poco más pequeña– le susurró y besó su frente mientras se dirigía al cambiador.

Por otro lado, Hyde igualmente se levantó en cuanto el bajista salió de la habitación y se metió al baño para tomar una ducha: eso complementaría la relajación que la noche de pasión anterior le había proporcionado. Fue por eso que cuando Tetsu regresó a su alcoba, tras dejar dormida a Aiko, se sorprendió al no encontrar a su novio en la cama.

–¡¿Doiha?! Amor ¿dónde estás?

–¡Tomando una ducha! –Respondió el aludido desde el baño.

–Uy con que una ducha…–con una sonrisa lujuriosa entró silenciosamente al baño, se quitó el bóxer y entró en la regadera abrazando a Hyde por detrás.

–¡AH! Amor me asustaste qué haces aquí.

–¿Tú qué crees?, obviamente vine a tomar una ducha también, y espero que no hayas hecho esto para escaparte de mí porque no te va a funcionar –decía interrumpiéndose entre cada beso que depositaba en su cuello.

–Claro que no amor, ¿cómo crees que querría huir de ti? –Se giró aún entre los brazos del bajista hasta quedar de frente y le rodeó el cuello con ambos brazos para así poder besarlo– ¿pero y si la bebé llora?

–Ella va a estar bien por un largo rato.

–Pero…

–Shh prometo que sólo será un momento.

Luego de decir aquello lo acorraló contra la pared, y recibiendo por detrás el chorro de agua nuevamente dedicó los labios a besar su cuello y las manos a explorar la piel de sus costados; tarea que le resultó más sencilla gracias a las gotas de agua que corrían por su piel empapada. Mientras tanto, Hyde enredaba desesperadamente una sola de sus manos por los castaños cabellos de su bajista y acariciaba su espalda con la otra, aumentando cada vez más los gemidos que escapaban de sus labios debido a la lluvia de besos apasionados que recibía. Aquellos sonidos desesperados que escapaban de su garganta se convirtieron entonces en la mejor invitación para Tetsu, quien sin decir ni una sola palabra tomó ambas piernas del cantante; de esa manera lo cargó, alzando sus piernas lo suficiente para enredarlas alrededor de sus caderas. Simultáneamente, el más bajo de los dos apoyaba ambas manos sobre sus hombros para sostenerse, y así tomó su turno de repartir besos por su cuello.

A continuación, el líder pasó un brazo por la cintura del menor y llevó la otra mano a su entrada, la cual se dedicó a acariciar y presionar con dos de sus dedos; empero, antes de que pudiera hacer lo que evidentemente tenía planeado, las protestas por parte de su pareja lo detuvieron, ya que éste se rehusaba a que utilizara sus dedos. Al principio no estaba seguro de que fuera lo mejor pero no podía negar que esas palabras, dichas con esa voz tan tentadoramente sensual y en medio de suaves gemidos, resultaba la mejor manera de convencerlo. Por ello, llevó su propio miembro a la entrada del menor y lo introdujo lentamente en su interior, siendo ayudado con los movimientos de cadera y las piernas del cantante; cuando terminó de entrar por completo, se quedó quieto un momento. Sin embargo al sentir que se frenaba, el pelinegro le suplicó en medio de un ligero jadeo que comenzara a moverse de inmediato; petición que le fue concedida en cuestión de microsegundos, ya que el más alto comenzó a moverse en un lento vaivén que fue acelerando poco a poco, gracias a los frenéticos movimientos que las caderas del más bajo realizaban.

No podía negar que él también se sentía bastante desesperado, pues esa sensación del agua tibia cayendo en su espalda y ese cuerpo mojado enredado en el suyo sólo lo excitaban aún más. A tal grado que sus embestidas se habían vuelto bastante rápidas y profundas, haciéndolos gritar a ambos de tanto placer. Por ello, el correr del agua, la unión de sus gemidos enunciando el nombre del otro, jadeos y un cuerpo rechinando contra la pared húmeda eran los únicos sonidos dentro de esa habitación testigo de su gran amor. Tampoco había nada más alrededor: sólo ellos dos demostrándose cuánto se deseaban… y así, después de varias estocadas más, ambos se corrieron al mismo tiempo que gritaban el nombre del otro una vez más. Entones se quedaron totalmente inmóviles por un momento más, tratando de regular sus respiraciones, y en cuanto se sintió un poco más calmado, Hyde bajó sus piernas temblorosas.

–Lo dicho amor eres una fiera…–aún tembloroso llevó ambos brazos a rodear el cuello del más alto para sostenerse, y se recargó por completo en la pared.

–Es tu culpa, sólo tú puedes ponerme así –respondió, sosteniendo su cintura con una mano y sujetándose de la pared con la otra.

Terminaron de bañarse mutuamente como siempre hacían, en medio de más besos y caricias, tras lo cual salieron del cuarto de baño aún abrazados, y bastante cariñosos todavía. No obstante, aprovechando que afortunadamente la bebé tenía el sueño muy pesado ese día, decidieron arrojar al olvido las toallas que los cubrían para seguir con su momento amoroso, que por lo visto todavía no terminaba.

El tiempo se les fue pasando demasiado rápido, de tal manera que los meses parecían convertirse en semanas, aunque supieron aprovecharlo muy bien: durante esos meses registraron a la bebé con el apellido de ambos. No podía negarse que tuvieron algunos problemas con eso, pero lograron solucionarlo, así que ahora Aiko era oficialmente hija de Tetsuya Ogawa y Hideto Takarai. De esa manera llegaron al punto en que faltaban únicamente dos meses para celebrar su primer cumpleaños, mientras que la banda se encontraba terminando con las grabaciones de su décimo álbum: “Awake”, y ya habían decidido que cuando terminaran todo lo relacionado a ese lanzamiento se tomarían un año de descanso.

–Amor apúrate, ya quiero terminar las grabaciones —apresuraba el líder de L’Arc, quien ya llevaba al hombro la pañalera con las cosas de su hija.

–Sí, ya voy cariño –fue cuestión de segundos para que el vocalista llegara con la bebé en brazos– lo siento amor, es que Aiko-chan no encontraba su mordedera favorita.

–Bueno, entonces ya vámonos.

Subieron al auto para partir rumbo a Ki/oon con algo de prisa, pues ese día finalizarían las grabaciones de la última canción del álbum; por esta razón, todos estaban bastante ansiosos. Les había sido muy difícil para todos trabajar teniendo a la niña tan pequeña pero lo lograron con mucha paciencia.

–¿Sabes amor?, ya no pude decirte ayer, pero el doctor me dijo que Aiko-chan ya está en edad para hablar, así que ya no tardará mucho en darnos la sorpresa.

–¡¿En serio?! ¡Qué emoción! Ya la imagino diciendo “papá” con su dulce vocecita…

–¡Buen día señores! –Exclamó un muy animado guitarrista al momento que entró en la sala de ensayos perteneciente a su banda– y señorita.

La niña, que hasta el momento había estado muy contenta jugando con su mordedera, se puso seria al ver llegar al guitarrista; empero, en el momento que le habló empezó a llorar, escondiendo su carita en el pecho de Tetsu.

–Oh bien hecho poste parlante ¡mira lo que hiciste!

–Buaa pero yo no le hice nada…

–Tú sabes muy bien que no te quiere y que le molesta tu sola presencia –respondió el vocalista de nuevo, dirigiéndole una mirada completamente fulminante– aunque… por algo es mi hija –con el propósito de calmarla, tomó a la pequeña, cargándola por sobre su cabeza, consiguiendo una sonora risa divertida–. Y es justo cuando te veo haciendo llorar a este horrendo troll con tanta facilidad que compruebo que te pareces tanto a mí mi princesa –la abrazó fuertemente contra su pecho y besó su frente– y me siento tan orgulloso de ti mi amor.

–Tranquilo Ken, estoy seguro de que algún día se acostumbrará a ti y dejará de llorar cada vez que te vea.

–Eso espero Tetsu, yo soy el único al que odia… hasta el mánager le cayó mejor que yo y se dejó cargar por él…

–Ya verás que le vas a agradar muy pronto…

–¡No! —Exclamó súbitamente el cantante, causando un respingo colectivo— es mi hija y siempre se parecerá a mí, y si eso cambia me encargaré de eso… así que no te hagas ilusiones horrenda cigüeña desplumada.

–¿Tan temprano y ya están peleando?, no lo puedo creer —intervino Yukihiro mientras se adentraba finalmente en la sala, pues lo había escuchado esas peleas desde varios metros atrás— debería darte vergüenza Hyde, ¿qué ejemplo le das a tu pequeña hija?

–Sólo le enseño a ser igual a mí Yukkie… nada me haría sentir más orgulloso que ver en ella un pequeño reflejo mío.

–¡No! —Esta vez fue el turno del guitarrista de exclamar, conseguiendo un respingo por parte de todos— lo que menos necesita el mundo es que esta pequeña y tierna criatura se convierta en un horrible duende del mal como su padre.

Y como siempre todo se convirtió en una enorme discusión dirigida por Hyde y Ken, la cual se encontraba llena de insultos de ambos y súplicas de los otros dos para que se calmaran; y así habría seguido de no ser por una dulce vocecita…

Papá…”

Los gritos cesaron de golpe… pues todos se quedaron en shock, a tal grado que ahora eran ellos los que no podían hablar; tan sólo podían contemplar perplejos a Aiko, quien seguía en brazos de Hyde.

–Aiko-chan… cariño…  ¿hablaste? ¡Tú hablaste!

–¡Oh, mi niña! Repítelo, dime papá…

–Papá –repitió la pequeña acariciando tiernamente el rostro de Tetsu frente al suyo.

–¡Lo dijo lo dijo! ¿La escuchaste amor? ¡Me dijo papá! –Esta vez fue él quien tomó a la bebé, cargándola encima de su cabeza y frotando su nariz con la de la pequeña– aww mi amorcito ¡estoy tan orgulloso de ti!

–¡Qué emoción! Mi pequeña habló –agregó Hyde al borde de las lágrimas, dejándose abrazar por Tetsu y tomó una manita de la niña– no puedo creerlo… tu vocecita es tan dulce mi amor…

–¡Qué increíble…! Aww qué bonito habla –terció el guitarrista.

–Aww sí –habló esta vez el baterista mientras se acercaba a la pareja en el sillón para arrodillarse frente a la bebé– pequeña ¿puedes decir tío? Dilo nena: tí-o.

–To… to…–aunque tuvo problemas en esta ocasión, la pequeña comenzó a tratar de repetir la palabra hasta lograrlo– tío.

–¡Ahora me llamó tío! –Totalmente emocionado, le tomó su carita y besó su frente con una gran sonrisa– ¡qué linda!

Uniéndose a la celebración, un muy emocionado Ken se acercó corriendo hacia ellos y empujando un poco a Yukkie se logró posicionar frente a la pequeña.

–Ahora dímelo a mí pequeña, llámame tío…–la bebé sólo lo observó un momento, con una expresión seria– aww vamos dilo nena anda.

–Deja en paz a mi bebé horrendo troll, no quiero que la hagas llorar otra vez.

–T-tooll… toll… troll –le dijo aparentemente molesta, abultando su boquita parada con el ceño fruncido, imitando la expresión de Hyde.

–¡¿Eh?! –Entonces el rostro del más alto no pudo expresar más sorpresa, por lo que Tetsu y Yukkie lo único que lograron fue carcajearse– ¡no! Toll no nena, dime tío…

–Troll…

–Creo que… aún tendrás que esperar para eso Ken…–decía el bajista entre risas– de tal palo tal astilla ¿verdad Doiha? –Volteó a mirarlo al no escucharle decir nada, por lo que se preocupó al verlo llorar– ¿amor? Doiha… mi amor por qué lloras…

–¡Se siente mal por mí!, yo sabía que en el fondo eras bueno Hyde…–dijo el guitarrista con una expresión conmovida ante lo que creyó una muestra de solidaridad del vocal.

–Es que… nunca pensé llegar a sentirme tan…

–¿Tan triste por mí? Yo sabía que me querías Hyde, mi amigo del alma…

–¡Tan orgulloso de mi nena! – Exclamó repentinamente, mostrándose conmovido, y en seguida se levantó con la bebé, alzándola lo más que pudo– mi bebé, no sabes lo feliz que me haces –a continuación la abrazó protectoramente contra su pecho, llorando de la emoción– primero me dices papá y después llamas troll a este idiota… en algunos años serás igualita a mí, yo lo sé…

–¡No! Todas las esperanzas de que algún día Aiko me quisiera se fueron a la basura…

–Pero… al menos… ya no llora cuando te ve amor.

–No… ¡pero ahora se enoja!

–Yo les dije que haría que se pareciera a mí.

–Maldito y estúpido gnomo diabólico perverso…

–Troll –dijeron esta vez al unísono el vocalista y la pequeña.

–¡Aww!, algún día mi princesita será igual de genial que su idolatrado padre –luego de aquellas palabras, rió de manera malévola, abrazando más a su hija.

–Tal vez algún día pueda cantar en L’Arc~en~Ciel la nueva generación mi amor.

–¡Sí!, que siga mis pasos sería lo más maravilloso de toda mi vida amor…

Nadie hubiera podido imaginar que ése sería el día en que escucharían por fin la dulce vocecita de la pequeña Aiko… y que para desgracia del guitarrista, ella demostraría la influencia malvada de su padre.

Notas finales:

¿Qué tal?, lindo ¿no? Y ya verán lo que tengo preparado para el sigiente, espérenlo por favor, pues recibirán muchas sorpresas muy hermosas.

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Mi libro: Shamukha


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