Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Varados por Iztaxochitl

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfruten

 

 

-Mmm…- Joey comenzaba a sentir una mano vagar por su abdomen, acariciándolo suavemente.

-Ahhh…- el gemido fue más fuerte cuando la mano que acariciaba su abdomen pasó a su sexo.

-Mmm… te deseo mi cachorro- fue la sexy voz que escuchó en su oído, e inmediatamente sintió unos lengüetazos en este. Joey no pudo pensar en una mejor o más deliciosa manera de despertar… así, estaban acostados en una gran cama, juntos, como les gustaba estar.

Seto volteó a su cachorro para verlo de frente, cuidando de no romper el contacto con su ahora despierta hombría. Verlo así frente a él, sonrojado por el contacto y con los ojos cerrados por el placer, era una sensación hermosa. Lo besó, calurosamente, apasionadamente, transmitiéndole todo el amor y el deseo que sentía… y prendiéndolo aún más.

-Seto… eres… mmm… eres lo máximo, Seto…-

-Así eres tú, mi cachorro- No podía aguantarlo más. Se montó sobre él, abrió sus piernas con su cuerpo, y entró lentamente, sin previo aviso. Nunca antes lo había penetrado así. Siempre había sido cuidadosamente, poco a poco, pues por más que hicieran el amor, el cachorro siempre era estrecho como la primera vez.

Esta vez el castaño no se detuvo, siguió el vaivén de sus caderas, lenta pero firmemente. Al principio, fue doloroso para el menor, pero admitía que le gustaba la rudeza de su amante.

-Másss, Seto… dame más… ahhh!- El ojiazul hizo caso a las peticiones del menor, aumentando el ritmo considerablemente.

-Cachorro… podría pasar toda la vida haciéndote el amor… y juro que nunca me cansaría-

-Pervertido… mmm… Seto… te amo- el ritmo aumentó aún más, generando que ambos amantes se derramaran, uno entre ellos y el otro dentro de su amor, casi inmediatamente. Espasmos de placer aún recorrían el cuerpo de Joey, y Seto se retiro cuidadosamente para poder abrazarlo mejor. Lo atrajo hacia su pecho, y le besó la cabellera en diversas ocasiones.

-Seto… donde estamos?- dijo el menor, tomando consciencia de la enorme habitación en la que se encontraban. Había una gran cama en la que estaban acostados, un escritorio, dos closets que parecían gigantes en comparación del que él solía tener, y hasta una pequeña sala. Había una puerta cerrada aparte de la de la entrada, el cual, dedujo, era un baño. Todo estaba perfectamente fino y arreglado, y con una hermosa decoración.

-Esta es nuestra habitación, cachorro- Joey no podía creer lo que el castaño acababa de decir…

-Pero Seto…- el rubio se sentó, y vio todo mejor. La verdad es que la habitación era hermosa, pero no quería ser malentendido. Volteó a ver a su amado dragón.

-Yo… no quiero que pienses que estoy contigo por esto… yo puedo trabajar y ganarme las cosas por mí mismo… yo-

-No seas tonto, Joey- El castaño se sentó para tenerlo a la par. –Sé perfectamente que no estás conmigo por esto… Me lo dijiste varias veces en la isla, y debido a lo hemos vivido juntos, y lo mucho o poco que te conozco, sé que nunca has estado conmigo por mi dinero… Pero eres mi cachorro, te quiero chiquear y dar todo lo que tú quieras. Ahora me toca a mí cuidar de mi amado…- Le acarició una mejilla, y el rubio le sonrió.

-No seas tonto tú, Kaiba… lo único que yo quiero… es a ti- Y lo besó ardientemente.

-Mmm… creo que puedo hacer algo acerca de ello…- Seto correspondió el beso con más pasión que antes, ambos preparándose para hacerse el amor una vez más… y para disfrutarlo tanto como siempre…

 

 

Eran alrededor de las 11:00 am, y el peliverde estaba algo preocupado. Desde que habían llegado el día anterior, su hermano y su nuevo cuñado no se habían dejado ver. Unos guardaespaldas los habían trasladado a la antigua habitación de Seto, y no había señales de vida.

-Tranquilo Noah, seguramente están descansando todo el tiempo que no pudieron hacerlo. Deben tener cansancio y estrés acumulado. Ya sabes como es Seto… que la mosca lo sobrevuele lo estresa- Rió divertido Mokuba, quien se sentó al lado de su koi-hermano en el sillón que este se encontraba.

-Sí… supongo que sí… Aún se me hace extraño que esté mi hermano allá arriba, más aún durmiendo con alguien-

-Bueno… no es como si fuera el fin del mundo… aunque pareciera, pero… Seto se ve contento a su lado, y creo que es lo único que nos importa… Incluso tú lo viste muy diferente… Parece que este tiempo le ha caído bien, aunque no sabemos por las duras experiencias que esos dos hayan pasado- Definitivamente Mokuba ya no era un niño, había madurado y lo demostraba con sus palabras.

Noah pasó el brazo por encima de su koi, y lo atrajo a si mismo.

-Por cierto, y Sora?-

-Jugando en el jardín. Ya sabes que le gusta explorar- dijo el menor de los Kaiba. –Oye y… que crees que diga Seto acerca de nosotros… y de Sora…- el pelinegro parecía aún preocupado.

-Te lo dije ayer, él no tiene por que decirnos nada… ni nosotros a él, simplemente es nuestro hermano y hay que apoyarlo, esperando que él también nos apoye- Depositó un suave beso en la frente de Mokuba, asegurándole silenciosamente que todo estaría bien.

Estaban así bien agusto, cuando escucharon unos pasos, y se separaron sabiendo que era su hermano y su cuñado.

Se pusieron de pie y voltearon a las escaleras, para ver a un tierno Seto guiando a su novio, llevándolo de la mano, como si se fuera a perder en la mansión.

-Hola Seto- dijo Noah, llamando su atención, y para hacerle notar que estaban en la sala.

-Hermano!- Mokuba le sonrió y no detuvo su impulso de ir a abrazarlo. El castaño lo abrazó fuertemente con su mano libre, y besó su frente en señal de cariño fraternal. Después de eso, fueron a sentarse a la sala; Noah y Mokuba en un sillón, y Joey y Seto en otro, unos frente de otros.

Noah pidió al mayordomo que llevara el desayuno a la sala, dándole órdenes específicas de que quería que le llevaran.

-Hermano… por que te rehusaste a ver un doctor antes de venir? Estás terriblemente delgado-

-Yo diría anémico- Dijo Noah apoyando al pelinegro en cuanto acabó de dar instrucciones. –Hoy iremos a un doctor, para que los revise a los dos-

 Joey no objetó y el castaño tampoco… sabían que tenían razón.

-Bien… primero que nada, quisiera saber que les pasó y como sobrevivieron…-

-El avión tuvo un accidente, un rayo le dio a un motor, y después otro a la cola cuando estamos a punto de acuatizar. Yo salí del avión, y por poco muero. Fue Joey quien me salvó- dijo Seto, como si fuera cualquier cosa.

-Entonces estuvieron juntos todo este tiempo?- preguntó Mokuba.

-Sí, tu hermano y yo llegamos a una isla, en donde estuvimos todo este tiempo… por cierto, cuanto tiempo fue?- El siempre curioso Joey…

-Casi 4 años- dijo Noah, y rubio y castaño voltearon a verse a los ojos, sorprendidos de que fuera tanto tiempo.

-Esa tarde, recibimos una llamada, diciéndonos que el avión había desaparecido del radar. La preocupación se disparó al instante, pero por más que lo intentamos, no podíamos encontrarlo- fue el pelinegro quien comenzó con la historia, seguido del peliverde.

-Entonces, 2 años y medio después, nuestros buscadores encontraron los restos del avión bajo el mar. Fue impactante para nosotros, pues no podían adivinar si te habías ahogado con ellos o no. Fue el terco de Mokuba quien ordenó seguir buscando hasta que te encontraran. Pero lo curioso fue que, por más islas y lugares que investigaban, no había señas de ti… o ustedes, aunque no sabíamos de ti, Joey…- Joey se sonrojó al recordar la razón por la cual subió al avión en primer lugar.

-La única razón por la que Joey estaba en el avión, fue por que el destino ahí lo puso. De no haber sido por él, yo no habría sobrevivido ni un día- dijo el CEO, tomando la mano de su cachorro, sorprendiendo cada vez más a sus hermanos con su actitud de “enamorado empedernido”.

-Bueno, pues el caso es que buscamos alrededor y nada… entonces cerraron el caso… pero como ya te dije, aquí el terco Moki siguió buscando con investigadores privados… entonces recibió una llamada muy extraña-

-Así es- continuó el menor de los Kaiba. –Recibí una llamada de Duke Devlin, un hombre que intentó hacer negocios contigo años atrás, y por lo visto lo bateaste- Joey se tensó un poco al oír el nombre de su acosador, pero siguió escuchando el relato.

-Al parecer, tenía información de donde podías estar, pero el no podía mandar a nadie a buscarte, quería que yo los mandara- Seto enarcó una ceja.

-Y por que quería él rescatarme?- dijo algo incrédulo de la situación.

-Por que, según dijo, no estabas solo, y quería rescatar a quien estaba contigo… o sea, a Joey, pienso…- El castaño volteó a ver a su Koi.

-Yo nunca le dije a Duke donde estaría… no se como se enteraría, pero… yo siempre rehuía al contacto con él, ya te lo he dicho- dijo a un evidentemente celoso CEO.

-Bueno, comprar información no es difícil para alguien como él, ni para nosotros, así que eso hice, le di una suma de dinero y me dio la información. Tardó un poco, y en cuanto mandé al equipo de rescate, me dijeron que no habían encontrado nada… Fue totalmente decepcionante. Pensé de verdad que habías muerto. Luego, 2 meses después de esa mala noticia, recibí tu llamada- Dijo Mokuba entre lágrimas y sonrisas.

-Nunca fue mi intención preocuparlos…- el CEO bajó la mirada.

-Sabemos eso, Seto… dudo que haya sido tu intención perderte en una isla durante casi 4 años…- dijo Noah riendo levemente. –Lo único que no me explico es… como sobrevivieron?-

-Al principio no fue fácil, sobre todo con la terquedad andante que tienen por hermano. Pero pronto encontramos agua y fruta para solventar lo básico, y más delante él aprendió a pescar y comíamos pescado también. Dormíamos en una cueva, y… pues de ahí en más, no hacíamos mucho…- Mokuba y Noah estaban atónitos, no por el relato de cómo habían sobrevivido, sino por la manera en que el rubio hablaba de su hermano.

-Qué?- dijo Seto al ver que ninguno de los dos hablaba. Pero ambos se echaron a reír estruendosamente, mientras que ojiazul y ojicastaño se miraron con cara de “what the…”.

-Lo que pasa, es que es sorprendente ver como alguien te puede hablar así y que no te molestes, hermano- dijo Mokuba entre risas y lágrimas, tomando su estomago pues ya comenzaba a dolerle.

-Sí Seto, que alguien te diga terquedad andante y tú ni te inmutes es por que de verdad te debe de importar…- los dos hermanos menores rieron un poco más, y ya calmaron su risa para seguir la plática.

Justo en ese momento, fueron interrumpidos por la servidumbre que llevaba los desayunos. Hot cakes, huevos estrellados, platos de fruta picada y más era lo que conformaba lo que Noah había pedido. Seto lo vio incrédulo.

-Tienen que alimentarse bien, si no murieron de hambre allá afuera, no la harán aquí- dijo un bien argumentado Noah. Y ambos amantes optaron por un plato de fruta cada uno.

-No puedo creer que, después de años de comer pura fruta, escojamos fruta al llegar- dijo un divertido rubio, llamando la atención de su koi, quien se acercó por mero instinto a besarlo, olvidando a sus hermanos, una vez más atónitos. Cuando se separaron, ambos estaban rojísimos, pues habían caído en cuenta del lugar donde estaban, y que no estaban solos… pero bueno, Seto volteó todo rojo, con la vista fija en el plato, sin poder voltear a ver a sus hermanos de la pena.

-Joey… dime, que le has hecho a mi hermano?- preguntó un extrañado Mokuba, a lo cual Seto y Joey voltearon a verlo.

-Cómo?- dijo un incrédulo rubio.

-Sí… yo nunca lo había visto actuar así… no solo atento contigo, si no que se dan un beso y no es capaz ni de voltear a vernos… es como si fuera otro Seto…- Mokuba hizo su expresión sonriendo, mostrando que, a pesar de lo que decía, aprobaba el que estuvieran juntos.

-No sé… al principio no nos fue fácil relacionarnos. Éramos como el agua y el aceite… pero al final esas diferencias fueron lo que nos hizo enamorarnos y decidir que queríamos estar juntos- Joey sonaba seguro de si mismo, e hizo que el ojiazul sonriera.

-Oye por cierto, yo también tengo preguntas- Seto vio fijamente a Mokuba, quien mejor se volteó a otro lado.

-No te hagas, Moki, quien es Sora, y por qué se apellida Kaiba?- El CEO hablaba en serio, su tono lo decía y quería respuestas.

-Sora es mi hijo, Seto. Nació poco después de tu accidente. Quería decírtelo a tu regreso… pero hasta ahora regresas, no te lo pude decir antes-

-Y su madre? Tú siempre admitiste tu homosexualidad…- Mokuba suspiró.

-Murió al darlo a luz. Era tan solo un bebé, pero… lo amé desde el principio… y pues, fue producto de una borrachera… lamento decirlo, pero es lo que es- A Joey le conmovieron las palabras del menor de los Kaiba.

-Y por qué me dijo que tu eres su papá y Noah es su padre?- Oh oh… la esperada y desagradable pregunta…

-Oh, eso… es que…- Noah sonrió prepotente.

-Es que tú no eres el único con novio, Seto…- el CEO enarcó una ceja, sin entender realmente, cuando Noah se acercó a su hermanito y lo besó en la boca… entonces comenzó a entender.

-Ohh, así que, por fin te diste cuenta, Noah…- Ahora el confundido era el peliverde.

-Qué?-

-Vamos… me vas a decir que nunca te diste cuenta de cómo te miraba Mokuba, casi babeando y siempre suspirando por ti?  Si hasta yo me di cuenta…- Para cuando Noah volteó a ver a su koibito, este volteaba a ver el otro lado de la habitación silbando como si nada pasara.

-Es más, estoy seguro de que esa borrachera fue por Noah, verdad Moki?- Mokuba solo atinó a sonrojarse, muy fuerte y violentamente, afirmándolo sin decir una palabra. Noah estaba conmocionado, e iba a decir algo, cuando apareció un remolino de pelo negro corriendo, saltando sobre Joey, haciendo que casi tirara el plato de fruta.

Cuando todos se dieron cuenta, Sora abrazaba fuertemente a su tío Joey.

-Oye Sora- el castaño le habló a su pequeño sobrino, haciendo que lo volteara a ver.

-Qué te parece si tu tío Joey y yo nos quedamos a vivir aquí en la mansión?- Los ojos de Sora brillaron, casi saliéndoles estrellitas.

-Sí!!- Ahora fue sobre del castaño que se abalanzó, haciendo que este sí tirara la fruta. Todos rieron un poco.

Después del desayuno, se cambiaron y salieron al hospital. Antes de ir, Seto y Joey se rasuraron. Al menor no le había salido tantos barba y bigote como al mayor, pero ya le urgía quitárselos… ya se sentía extraño verse así al espejo. Ninguno de los dos quiso cortarse el cabello. Era una nueva imagen para una nueva vida. Les costó mucho trabajo desenredárselo, y hubo bolas que no pudieron quitar y sí tuvieron que quitar, pero en general lo traían largo, rubio más que castaño, viéndose hermosos los dos.

 

Dos días después de estar en el hospital, regresaron a casa. Les habían puesto intravenosa para darles nutrientes. Ambos presentaban una desnutrición en extremo, y hubo que tratarlos por ello.

El castaño se aseguró de que al regreso estuviera ahí ropa para su koi, y todo lo demás que necesitara. No lo iba a dejar ir por nada. Estaban juntos, felices y se amaban con el corazón. Nada más podía pedir a la vida.

Ya había, incluso, lo que más había pedido durante un tiempo de su vida…

Un heredero de la familia Kaiba…

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).