Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Varados por Iztaxochitl

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfruten

 

-Bueno, ahora sí, ya me voy Joey… dicen que el que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse…- El más pequeño sonrió a su amigo.

-Hasta luego Yug, nos veremos pronto, ya verás-

-Sí. Despídeme de Kaiba por favor- Joey asintió, y vio como su amiguito salía de su mansión. Había venido a visitarlo para que le contara de sus aventuras y de por que ahora estaba viviendo con el gran magnate Seto Kaiba, pasando un rato muy agradable.

Joey cerró la puerta y fue a la cocina. Desde que habían llegado, su apetito había regresado a la normalidad… es decir, a “come todo lo que puedas mientras puedas”.

Tomó unas galletas y las tragó casi sin masticarlas, y se fue a la habitación, donde le dijo Seto que lo estaría esperando. Afortunadamente, ya no se perdía como los primeros días.

Llegó a la habitación, y no vio a su koi, pero se pasó de todos modos.

-Seto?- llamó, sin escuchar respuesta alguna. Pero vio una luz en el baño, así que fue a ver si su koi estaba ahí, o si simplemente había olvidado apagar la luz.

Al entrar, no vio a nadie en el espacioso baño. Estaba seguro de que no necesitaba tanto, pero… por más que se lo hacia saber a Seto, a este no le importaba… simplemente le daba todo capricho que por alguna razón expresaba. Vamos, quien necesitaría un baño con una espaciosa tina, un gran jacuzzi y una regadera también de buen tamaño? Era cierto que le gustaba bañarse, pero no era para tanto, todo esto sin contar el espacio para cambiarse y el closet extra que habían colocado ahí.

Súbitamente, unos fuertes brazos lo jalaron, metiéndolo al jacuzzi con todo y ropa. Cuando pudo ver algo, ya tenía encima a Seto Kaiba, besándolo con pasión. Fue una sorpresa terminar todo mojado, pero sentir los labios de su koi era lo máximo en la vida para él.

-Cachorro, tengo una sorpresa para ti- el rubio lo miró curioso, pensando que sería otra de sus sorpresitas sexuales, pero no fue así.

-Te tengo la buena noticia de que dentro de una semana, tu hermana vendrá a quedarse unos días con nosotros, de visita- Joey lo veía incrédulo.

-De… de verdad, Seto?-

-Cachorro, crees que bromearía con algo así? Ya hablé con ella personalmente, y quiere conoce…- no pudo seguir, Joey se le abalanzó, llorando, a besarlo. No fue un beso deseoso, fue un beso cargado de amor, puro y total.

Cuando se separaron, Seto y Joey se veían fijamente a los ojos. “Y eso no es todo” pensó el CEO, pero sin decir nada… prefería ver la cara de sorpresa del cachorro esa tarde.

-Gracias, Seto… muchas gracias mi dragón, de verdad…- Joey en verdad no sabía como hacerle para agradecer a su amado. La euforia que sentía en su corazón era incontrolable, y no sabía como transmitirla.

-No es nada, mi cachorro… es un placer. Todo por verte feliz…- Y besó sus cabellos. –Pero por ahora, date un baño, que vamos a comer todos juntos. Hoy es el día libre de todos los empleados, pero al parecer Noah y Mokuba quisieron prepararnos una comida ellos mismos.

El ojicastaño sonrió, y asintió. Le extrañó un poco, pues Seto en verdad nunca perdía una oportunidad como esa para hacerlo suyo, pero al fin y al cabo, estaba radiantemente feliz.

Se dio un fresco baño, se puso unos jeans y una camisa blanca, que le quedaba un poco ajustada, pero hacía verle muy bien. Se agarró el pelo de manera un poco suelta, por que al fin y al cabo estaba mojado. No le gustaba mucho la formalidad, pero tampoco quería verse en fachas todo el tiempo frente a sus cuñados.

A decir verdad, en un principio pensó que se sentiría extraño de vivir en la misma casa de sus cuñados… pero ellos eran muy buena onda con él, y no lo ponían para nada incómodo. Lo hacían sentirse parte de una familia, una de las cosas que siempre había querido en la vida.

Se puso sus zapatos y bajó al comedor. Se sorprendió al ver que no lo usarían en esa ocasión, sino que comerían en la cocina, donde había una mesa pequeña.

Se sentó, siendo invitado por Noah, viendo que su koi aún no estaba ahí.

-Y Seto?-

-Fue a buscar a Sora, que está en el jardín, explorando los árboles de nuevo- sonrió Mokuba a la vez que ponía la mesa.

-Necesitan ayuda en algo?-

-No, para nada. Es más, si quieres ve y busca a tu romeo, que se está tardando- dijo el peliverde.

-Seguro que Sora se está escondiendo de él otra vez- suspiró el menor de los Kaiba, y Joey rió un poco.

-Sí, iré a buscarlo. No tardo- Se levantó y fue rumbo al jardín trasero. Dio unos pasos, tratando de divisar al CEO, pero no vio señas de él, ni de su ahora sobrino. Buscó un poco, y unos pasos después vio a lo lejos a su castaño.

-Seto- le habló, y el ojiazul volteó, para recibirlo con una sonrisa. Se acercó hasta el ojiazul, y este lo recibió con un gran beso y abrazo.

-Hola Joey, que haces por acá?- dijo jugando su nariz con la del rubio, divirtiendo al menor.

-Buscando a cierto dragón tardado que de seguro no encuentra a su sobrino…-

-Sip, creo que ese soy yo- ambos rieron divertidos, y Seto recargó a Joey en un árbol, besándolo. Cuando se rompió el contacto, el rubio quiso externar algo que rondaba su cabeza desde hacía días.

-Seto… quiero decirte algo-

-Que me amas? Por que amo cuando me lo dices- Dijo depositando un corto beso en los adictivos labios de su cachorro.

-Sabes que lo hago, siempre. Más, es otra cosa- Seto notó que el menor estaba un poco nervioso.

-Dilo, sabes que puedes decirme lo que quieras- Lo miró a los ojos, incitándolo a abrir la boca.

-Seto… yo no necesito todo esto… es que, de repente pienso que son demasiados lujos, demasiadas cosas… no sé, me siento extraño, y… no quiero pedir nada… me siento extraño, es como si abriera la boca y automáticamente eso apareciera frente a mí… es tan… raro… y no es que no me guste, pero… apenas han pasado 2 meses desde que regresamos… no sé, me siento que me estoy aprovechando de ti…- Joey bajó la mirada.

-Cachorro- Seto lo abrazó, pegando la cabeza del rubio en su pecho, apretándolo fuerte sin hacerlo de más.

-Escúchame bien… Me has enseñado muchas cosas, Joey. Me has enseñado que para vivir, tan solo necesito comida y agua, que la Naturaleza y la vida me dan todo lo que necesito… que el destino se mueve de manera misteriosa, y que todo quien se cruza en nuestro camino es por algo en especial. Me has enseñado que las cosas son pasajeras, y que lo único que llevaremos cuando nos toque partir, serán nuestras experiencias… me has enseñado que el amor puede con todo y lo perdona todo, que expresarlo no solo es importante, sino que es maravilloso, y, más que otra cosa, mi cachorro…- esta vez, lo despegó de sí, y lo vio fijamente a los ojos, sosteniendo su rostro con su mano obligándolo a que él también lo viera.

-Que lo único que necesito en esta vida… es a ti. No me importaría tirar todo lo que tengo, mandar al carajo toda la fortuna y la corporación… Tú eres la razón de que yo despierte por las mañanas, y por lo que vivo pleno y feliz… solo tú, mi cachorro- le dio un suave beso, y lo volvió a abrazar.

-No me importa darte lo que quieras, se que son solo cosas, y para eso existe el dinero… para darnos esos pequeños gustos que hacen nuestra vida más placentera. Sé que podemos vivir perfectamente bien sin todo eso, pues ya lo hemos hecho… contigo a mi lado, yo soy feliz, eres el alimento de cada día, y eres lo único que necesito- Joey estaba conmovido por las hermosas palabras de su amante… tanto, que comenzó a llorar.

-Es que… no tienes que hacer tanto, Seto… soy solo yo… y yo solo te necesito a ti-

-Al contrario, Joey- le levantó la barbilla de nuevo, viéndolo a los ojos.

-Es por que eres tú… todo esto, todo lo mío… todo yo, es solo para ti. Así ha sido, y así siempre será. Quieres que nos vayamos a un lugar más pequeño? Solo pídelo, haré lo que quieras mi cachorro, por tenerte a mi lado viendo esa radiante sonrisa todos los días. Podemos vivir sin cosas, Joey, lo material no importa… y tú me lo enseñaste… En la vida, lo único esencial es el amor… y eso eres tú para mí- Seto lo besó, y Joey se tranquilizó.

-Seto… yo lo único que quiero es estar contigo… aquí, en una isla o en China-

-Entonces vamos mi cachorro, a donde quieras, pero juntos caminando por la vida, que te parece?- El rubio sonrió, enamorado.

-Me parece perfecto… que te parece si empezamos por encontrar a nuestro escurridizo sobrino?- Ambos rieron, llamando a Sora, sin tardar mucho en encontrarlo.

 

Comieron deliciosamente. Y ahora se dedicaban a platicar en la sala.

-En serio, Mokuba, cocinas delicioso-

-Vamos Joey, me estás apenando- dijo un sonrojado Mokuba.

-En serio hermanito, quien te enseñó a cocinar así?- El CEO tenía curiosidad por eso.

-La verdad… es que me metí a clases, para pasar el tiempo, y descubrí que realmente me gustaba. Ahora solo cocino en días de descanso, ya sabes… KC…-

-Deberías dejar de trabajar tanto, Mokuba- Noah no pudo más, estalló en risotadas. Escuchar a Seto Kaiba, quien apenas hace unos años no salía de KC a veces ni para comer, decirle a su hermano menor que ya no trabajara tanto, era motivo de revolcarse de la risa. 

Estaban en esas, cuando sonó el timbre, siendo Mokuba quien se levantó a abrir, sin intercambiar unas miradas con su hermano, el mayor.

Después de unos minutos de burla y carrilla entre peliverde y castaño, regresó el pelinegro.

-Joey, alguien te busca- El rubio se sorprendió muchísimo de eso.

-Mmm… a mí? Seguro?-

-Joseph Wheeler, a.k.a. Joey, no creo confundirme, o sí?- Esto extrañó al rubio, pues el único al que frecuentaba era Yugi, y a él lo había visto en la mañana.

Se levantó, siempre curioso como el cachorrito que era, y se dirigió a la puerta, sin saber que su koi lo seguía por detrás de cerca. Llegó al recibidor, y vio a un hombre de espaldas… más alto que él, de cabello también rubio, aunque obviamente no tan largo como el suyo, y con un traje gris. No supo quien era.

-Que se le ofrece?- El hombre volteó, sorprendido de la voz el “chico”.

-Joey… Joey, eres tú…- dijo el hombre, y se le llenaron los ojos de lágrimas. A Joey le parecía un perfecto extraño, e iba a decirlo, pero su koi percibió todo, y lo interrumpió.

-Joey, se que no lo recuerdas, pero él… es tu papá…- Gracias al cielo que Seto estaba junto a él, pues de no haber sido así de seguro había azotado en el suelo. Su koi lo atrapó, ayudándolo a ponerse de pie después de la impresión.

Una vez que hubo pasado la sesión de abrazos y lágrimas del siempre sensible cachorro, pasaron todos a la sala, donde el hombre, conoció a Mokuba y Noah.

Se sentaron todos, Mokuba y Noah compartiendo un sillón, también con Sora cuando ocasionalmente entraba a saludar, Seto y Joey otro, y el padre de Joey uno frente a su hijo. Preguntas típicas de un hijo abandonado, y toda una conversación amable y conmovedora, fue lo que se suscitó esa tarde en la mansión Kaiba.

Y ya por la noche, cuando el Sr. Wheeler se hubo retirado, los 4 platicaban y tomaban una bebida caliente antes de irse a dormir y descansar.

-Vaya… no puedo creer que haya venido…- El rubio estaba muy contento. Siempre había querido ver a su padre, y después de esa visita, la casa de su progenitor quedó abierta para él siempre, así como la de él para su padre, como le había hecho saber Seto.

-Cómo fue que lo localizaste?- le preguntó al CEO.

-No fue muy difícil. Averigüé en que orfanato te dejó, los datos básicos, y aunque ya se había mudado y cambiado su teléfono, no fue muy difícil dar con él. Además, en cuanto supo que tú eras la razón de mi llamada e invitación, aceptó sin dudarlo- Joey traía sonrisa de sandía.

-Quien diría, siempre se sintió culpable, y pensando que lo odiabas, nunca fue a verte… Es un poco triste, pero al final de todo, se solucionó. Eso es bueno- Un tierno Mokuba sonreía, mientras acariciaba los cabellos de su hijo, dormido en su regazo.

-Oye Joey, solo hay algo que no me explico del todo- exclamó Noah, y el rubio lo volteó a ver, escuchando su duda.

-Él dijo “vaya, te ves en verdad mucho mayor para tu edad”… sé que eres menor que Mokuba, pero, cuantos años tienes?- Seto volteó a ver a Joey incrédulo.

-No, no es menor que Mokuba- Aunque mentalmente se dio cuenta de que estúpidamente, y siendo algo tan básico, nunca le había preguntado la edad a su cachorro.

-Sí, soy menor que Mokuba, Seto…- Seto enarcó una ceja, y bebió de su té.

-Tengo… 19 años…- Seto literalmente escupió todo lo que había en su boca. Qué? 19? De verdad no lo podía creer. Por su parte, Noah y Mokuba estaban sorprendidos también, pero estaban aún más divertidos con la reacción del CEO.

-Espera… entonces… cuando tú y yo empezamos… no, no te creo cachorro…- Joey se sonrojó.

-Sí, la verdad no lo hubiera adivinado- Dijo Noah.

-Ni yo, para nada. Te ves más grande que yo- exclamó Mokuba.

-Sí… suelen decirme eso, pero… pues así es- El CEO seguía estupefacto.

-Espera, entonces… como fue que te dieron un trabajo a los 16? O 15?-

-No, ya tenía 16 y unos meses… pero la verdad es que, nadie parecía querer aceptar el trabajo, así que… más bien yo fui el único lo suficientemente suicida como para aventurarme a hacerlo… o intentarlo, por que nunca lo logré…- El rubio se rascaba la cabeza, apenado. Ya les habían contado a Mokuba y Noah el por que Joey había subido al avión aquel fatídico día.

-Seto… definitivamente eres un asaltacunas- dijo Noah divertidísimo con las reacciones del CEO, quien todavía no podía creer que su cachorro estuviera tan pequeño… eran casi 10 años de diferencia.

-Sí, quien te viera… nunca quisiste novia, y te le montas al primer chiquillo que tienes al alcance- Mokuba y Noah en verdad no podían más de las risas, y Joey había comenzado a reír.

Y Seto… llegó a un punto donde decidió no pensar. Se acercó al oído de su cachorro y le susurró “sea como sea, eres mío”, y lo lamió, generando escalofríos en él, callados por las grandes risotadas de los menores Kaiba.

Y mientras Seto intentaba callarlos, Joey tan solo observaba el cuadro.

Por fin, se había reencontrado con su padre, y vería a su hermanita muy pronto.

Ahora era parte de una familia, la familia Kaiba, siendo felizmente el novio del mayor, y disfrutando cada momento a su lado.

No pudo sentirse más afortunado, ni más feliz. Esa era su familia, entre risas, golpes… y mucho amor…

Silenciosamente dio gracias a la vida, y al Creador… por que a pesar de nunca haber sido muy devoto, supo que todas las vivencias en los últimos años, eran producto del orden mayor. Alguien allá arriba se hacía encargado de juntarlo con Seto Kaiba, salvando ambos corazones y haciéndolos extasiantemente felices. 

Sí… Joey dio gracias, justo antes de que un almohadazo lo sacara de sus pensamientos, y se uniera al juego.

Tenía nuevos hermanos, un sobrino, su padre y su hermana de nuevo…

Y lo más importante de todo…

Es que tenía por novio a un dragón romántico y terco, de nombre Seto Kaiba…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).