Epílogo
Ya han pasado 3 años desde que nuestros protagonistas regresaran de la aventura de sus vidas.
Qué ha pasado con ellos y con su familia?
Serenity se reencontró con Joey, iniciando una hermosa relación en donde convivían lo más posible, tomando en cuenta de que ella vivía en España y el ojicastaño en Japón.
Joey veía a su padre todas las semanas, cuando lo invitaba a él y a su novio a comer a su modesto departamento, o cuando ellos lo invitaban a la mansión. El rubio era muy feliz cada vez que veía a su papá, y que decir de este…
Mokuba y Noah llevaban una bonita relación, igual de enamorados que el primer día. Mokuba por fin estaba con su amor platónico, y eso lo hacía botar de felicidad.
Y Sora estaba creciendo maravillosamente. Tenía ya casi 7 años, y era todo un Kaiba, con el porte y todo… tenía la alegría de Mokuba y la tenacidad de Seto, así como en ocasiones era directo para decir las cosas, como solo Noah podía serlo. Amaba a sus padres y a sus tíos, y estaba muy feliz de vivir todos juntos.
En cuanto a Seto, se dedicaba todos los días a una simple cosa… amar y chiquear a su cachorro al ser lo más preciado en su vida. Al principio, el rubio se sentía con exceso de atención, pero había comprendido que lo único que Seto quería era hacerlo feliz, y cedió ante las complacencias del mayor.
Seto ya no trabajaba en KC. Ahora Noah era el presidente y Mokuba el vice-presidente, haciendo un trabajo fenomenal, sin dejar que los absorbiera de más, como paso en un tiempo con el castaño.
Y Joey… Joey era el cachorrito más feliz del universo entero. Estaba al lado de su dragón, tenía a su fiel amigo Yugi, ahora también comprometido con un chico extraño, que quien sabe por que se parecía mucho a él, solo sin lo enano. Y tenía a sus “hermanos” quienes le hacían la vida más divertida, a costa de bromas y cotorreos, pero a fin de cuentas los amaba y agradecía cada momento con ellos.
Estaba pensando en su dragón, un viernes por la tarde mientras caminaba de regreso a la mansión… Se había visto con Yugi en un café y como no le gustaba lo ostentoso, decidió caminar de regreso. Y en eso, sonó su celular.
“Número desconocido” marcó la pantalla, y extrañado contestó.
-Hola-
-Hola Joey- dijo una voz que no le era del todo extraña, pero que no atinó a reconocer.
-Quién es?- Se escuchó una muy ligera risilla del otro lado del teléfono.
-Soy yo, Duke- Joey se tensó. Recordó que cada vez que le hablaba era para decirle que iría por él y lo raptaría, y le haría de cosas y… por ahí seguía el asunto.
-Se te ofrece algo?- Joey quiso sonar cortés, pero sin realmente ganas de hablar.
-No, solo quería saber como estabas, y como esta Kaiba…- Joey se sorprendió. A pesar de ser la pareja de Seto Kaiba, nunca había sido molestado por la prensa ni nada así. Siempre se preguntó por que, pues a 4 meses de haber regresado, el castaño había dado una conferencia de prensa, anunciando que estaba vivo, que tenía pareja y quien era, y que KC estaba a cargo de Noah y Mokuba. Entonces… por que hasta ahora recibía esa llamada, y como se enteró?
-Cómo es que tienes mi número?- No pensó en algo mejor que decir.
-Joey, yo siempre tuve tus números telefónicos, siempre supe donde encontrarte…- Sip, Joey era un chico muuuuy distraído, pero captó algo en la voz de Devlin, y se le prendió el foco. Tuvo que sentarse un momento en el pavimento, donde no pasaba casi gente, para no caerse de la impresión.
-Un momento, tú… !!!!!!!! Tú me rescataste! Tú mandaste ese helicóptero por nosotros, verdad?- Nunca había quedado claro como o por que había llegado ese helicóptero por ellos, siendo que pareciera que sabían que alguien se encontraba en esa isla.
-Vaya, estar con Kaiba te ha contagiado de algo de neuronas…- dijo Duke divertido.
-Pero…. Por qué nos rescataste?-
-Por que te quiero… siempre lo hice, y al enterarme que estabas ahí, decidí traerte de vuelta-
-Y por qué le diste información falsa a Mokuba?- El rubio estaba totalmente estupefacto.
-Por que yo no sabía que era falsa… y en ese momento no tenía capital para mandar buscarte yo… Mis fuentes me dieron ese lugar como tu paradero, pero resultó que se equivocaron. Después me pasaron la información que sí resultó ser cierta- El ojicastaño tenía los ojos bien abiertos, sorprendido con las revelaciones.
-Y quienes eran tus fuentes?- El pelinegro rió una vez más.
-Eso no te lo puedo decir-
-Y por qué me hablas hasta ahora? Me parece sorprendente que hayas salvado a Kaiba si lo que querías era estar conmigo- el mayor suspiró, y Joey lo notó a través del teléfono.
-No debía hablar antes, tampoco te diré por que… y acerca de lo otro… yo siempre supe que tú no me querías a mí. Y cuando me informaron que venías en el helicóptero, sano y salvo, y que otro chico te estaba abrazando protectoramente, supe que había ganado tu corazón- Joey no entendía del todo, entre más le respondía Duke, más dudas le llegaban.
-Entonces, por que hablaste con Mokuba diciéndole que sabías donde estaba Seto, pero no le hablaste de mí? Un momento, cómo demonios sabías que yo estaba con Kaiba?-
-Recuerdas a Tristán, el hombre que te dio el empleo? Yo le pagué para que te lo diera a ti. Sabía que necesitabas el efectivo, y que por más que yo te lo ofreciera, nunca lo aceptarías. Vamos, Joey, quien te contrataría a los 16 años?- Todo era obra de Duke… el rubio estaba muy impactado.
-Pero no todo salió como lo pensé, y desapareciste casi 4 años. Hasta que por fin pude dar contigo-
-Y por qué no me dijiste antes que habías sido tú?-
-Por que tú no querías ni que me acercara a ti, mucho menos con un celoso Kaiba a tu lado- El rubio sintió muchas cosas en ese momento.
-Duke, yo…- lo interrumpió el mayor.
-No tienes que decir nada, la verdad es que hablo por que quería escuchar tu voz, pero no me debes nada-
-Pero…- A Joey nunca le había gustado estar en deuda, y esta vez no era la excepción.
-No, no, no… si quieres darme algo, hazme un favor. Te conozco, se que eres terco- Joey tragó saliva, esperando que no pidiera lo impensable.
-Sigue siendo feliz al lado de Kaiba, sí?-
-Duke…- el rubio no podía casi creer lo que le acababan de decir.
-Joey… algún día vas a entender que, ver a tu persona especial feliz, aunque sea con alguien más, es la sensación más hermosa y dichosa que hay…- Joey no dijo nada, y Duke tampoco. Tan solo colgó, esperando que Joey lo entendiera.
El rubio se puso de pie, y caminó en silencio hacia la mansión.
Cuando llegó, preguntó por Seto, y le dijo el ama de llaves que estaba en la habitación. Ahí se dirigió, y se encontró con un dormido CEO.
Se sentó al lado de él, y le acarició la mejilla. Seto abrió los ojos suavemente.
-Perdón, no quise despertarte- dijo el rubio mientras el mayor bostezaba.
-No importa, estar contigo es la mejor manera de despertar- Lo atrajo hacia él y lo besó… luego Joey se recostó en su pecho, sin decir nada, tan solo disfrutando de escuchar los latidos de su koi.
-Sabes… recibí una llamada extraña- rompió el silencio el ojicastaño, sin moverse para no romper el contacto.
-Ah sí? De quién?- Preguntó curioso el castaño.
-De Duke Devlin- No supo por que, pero no sintió que su amante se tensara como otras veces. Eso aligeró su propia tensión.
-Y qué te dijo?-
-Pues… confesó que él fue quien mandó rescatarnos… que fue él quien le pagó al hombre que me contrató para el trabajo de tu exclusiva, para que me diera a mí el empleo… y me dijo que me quería…-
-Ohh- el castaño estaba más calmado que de costumbre, sobre todo cuando escuchaba ese tipo de cosas.
-Y eso? Estás muy tranquilo…- Joey se levantó y lo vio a los ojos. El CEO sonrió.
-Al cachorro le gusta que su amo lo cele…- con un movimiento, Seto puso a Joey sobre la cama, y se puso sobre su boca, besándolo una vez más.
-Jejeje, Baka, no es eso… es que estás demasiado tranquilo… otras veces que te hablo de Duke no te pones así…- El castaño sonrió.
-Joey… te acaba de hablar alguien que antiguamente te acosaba, y lo primero que haces es venir a decírmelo… me siento feliz de la confianza que me tienes…- el rubio comprendió la tranquilidad del ojiazul.
-Es que te amo, mi dragón…-
-Y yo a ti, mi cachorro- Se besaron, comenzando a subir de tono…
Esa tarde, ambos se amaron con el corazón… entregándose el uno al otro como siempre lo hacían… totalmente.
Sabiendo que eran libres, y que en su libertad, habían elegido compartir su vida y entregarse en cuerpo y alma… en una bella historia de amor…