Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

[Reviews - 133]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lo sé, lo sé... He tardado una eternidad en subir este capítulo T^T P-pero es que he estado de vacaciones y-y... no he tenido mycho tiempo que digamos -////- ¡De todas formas ya lo he terminado! :D Y ya está a vuestra entera disposición ^3^ jeje, me lo pasé genial escribiendo los momentos de Burn y Gazelle, así que espero que vosotras ((No me neguéis que la mayoría de los lectores son chicas >3<)) También lo disfrutéis tanto como yo. :)

Se despertó envuelto en una agradable sensación de calidez que le resultaba peculiarmente familiar. Pero no le dio la más mínima importancia. Cuando estuvo lo suficientemente despejado, abrió los ojos, pudiendo apreciar así que todavía era pronto para levantarse, ya que el silencio reinaba en los alrededores y el Sol no iluminaba la habitación.

 

Sin muchas ganas se dio la vuelta en el colchón, con los ojos cerrados, con la intención de volver a dormirse.

 

Estuvo así un par de minutos, pero no conseguía conciliar el sueño, así que abrió los ojos nuevamente, con la esperanza de descansar un poco más por los suelos.

 

Cuando consiguió distinguir lo que tenía en frente casi le da un infarto. Tenía a menos de cinco centímetros la radiante cara de su surfista favorito, durmiendo tranquilamente.

 

Contuvo un grito de sorpresa y se quedó inmóvil mirando el rostro del moreno. Sentía su aliento chocar con el suyo y como su cuerpo subía y bajaba con cada respiración. Cuando recuperó la movilidad que había perdido a causa de la impresión, con mucho cuidado se incorporó sobre el colchón y pudo observar que se encontraba en la cama del mayor, recordando así como es que había acabado allí la noche anterior.

 

-``Es verdad… Tsunami-san me dejó dormir en su cama´´ -Pensó el pequeño portero -``No sé como he sido capaz de olvidarlo, sólo con pensar que hemos estado tan cerca…´´-No pudo evitar ruborizarse al pensar en ese hecho.

 

Volvió a fijar su vista sobre el moreno y sonrió con dulzura. Pocas veces se tenía la oportunidad de ver al surfista tan tranquilo. Al principio no lo había notado, pero Tsunami dormía en una posición bastante extraña. Se abrazaba a la almohada a la vez que apoyaba su cabeza en ella, y tenía estirada una pierna, mientras que la otra mantenía en posición fetal. Era bastante gracioso ver al mayor así.

 

Se levantó con cuidado de no interrumpir el sueño del pelirrosa y su fue al baño a darse una ducha.

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

-Ah… N-Nagu…

 

-¿Q-qué pasa?

 

-Un poco más… f-fuerte…

 

-… ¿Así está mejor?

 

-Si… ah…  un poco más abajo Nagu, por favor…

 

-¿Aquí?

 

-Justo ahí… ¡a-ah!

 

-Joder Suzu, como no te calles voy a acabar desangrándome –El pelirrojo dejó de masajearle la espalda al moreno y se llevó las manos a la nariz, para contener la hemorragia.

 

-Calla y sigue masajeando –Dijo medio adormilado el albino sin prestar atención a las palabras del pelirrojo.

 

Haruya se levantó de encima del peliblanco y se dirigió al baño de su habitación, se limpio la sangre, y salió del baño con un trozo de papel en cada orificio nasal, para contener el derrame.

 

-Lo que tengo que aguantar… -Haruya se volvió a colocar sobre el moreno y continuo con el masaje -¿Cuánto más voy a tener que ser tu masajista personal? –Preguntó con cinismo el pelirrojo.

 

-No eres mi masajista, eres mi esclavo y lo serás hasta que a mí me dé la gana –Le corrigió Gazelle tranquilamente.

 

-Eres muy malo Suzu-chan –Fingió tristeza el oji-ambarino.

 

-En vez de intentar darme pena deberías terminar el masaje- El albino se dio la vuelta como pudo para encarar al chico de fuego –Y luego nos divertiremos un ratito… ¿Si? –Le acarició sutilmente el pecho por encima de la camiseta con la yema de su dedo índice.

 

Un escalofrío recorrió la espalda del pelirrojo.

 

-¿D-dónde masajeo ahora? –Preguntó con dificultad el oji-ambarino. Se le hacía la boca agua sólo con imaginarse lo que le esperaba.

 

-Mmm... Dónde tú quieras –Respondió con voz lujuriosa Suzuno, haciendo un gesto bastante sugerente con las caderas, lo que provocó que sus tapones para la nariz del pelirrojo no pudieran contener el gran derrame que le había producido.

 

Nagumo tardó un poco en reaccionar  por las inusuales  palabras de su novio, y cuando por fin lo hizo se quedó embobado.

 

-¿Quién eres tú y que has hecho con mi novio? –Preguntó bastante sorprendido el pelirrojo, que no se acababa de creer el reciente comportamiento del peli-blanco.

 

-¿Qué te pasa? ¿No quieres jugar conmigo? –Preguntó con falsa inocencia el oji-azul, a lo que el pelirrojo no contestó. Estaba demasiado asombrado.

 

-Pues tú te lo pierdes –Dijo Suzuno, levantándose de la cama y poniéndose en pie. –Vete preparando, en cinco minutos nos vamos.

 

-¿Qué? ¿A-a dónde? –Preguntó confuso el ex-capitán del Prominence.

 

-A Terra Mítica –Respondió con tranquilidad le albino, mientras se ponía de nuevo su camiseta.

 

-a ver, a ver ¡Tiempo muerto! –El pelirrojo hizo el susodicho gesto, cruzando sus brazos en el aire. –¿Todo esto va en serio?

 

El albino asintió con la seriedad que lo caracterizaba.

 

-¡WAAAAA!- Haruya se tiró encima del moreno, haciendo que los dos cayeran sobre la cama.

 

-¡Espera, espera, espera! –Le empezó a quitar la camiseta al albino. -¿¿Qué pasa con lo de ‘’divertirse un ratito’’??

 

El moreno sujetó su propia camiseta, para evitar que su novio se la quitara – Pues eso, que nos vamos a Terra Mítica –Habló intentando aparentar tranquilidad el chico de ojos azules.

 

Haruya le dedicó una mirada de indignación total -… ¿Qué?

 

-Lo que oyes, cariño –Le respondió con sorna, haciéndole enfadar más.

 

-Me estás diciendo que todo lo que has insinuado antes… ¿Era de ir a Terra Mítica?

 

Gazelle asintió con naturalidad.

 

-¡¡Eres Horrible!! ¡¡Lo has hecho aporta, seguro!! –Se había enfadado realmente.

 

-¿Cómo puedes pensar eso? –Habló el albino, que se hacía el dolido por las palabras del pelirrojo.

 

-¡Y encima haciéndote la victima! –Se sentó en el borde de la cama, dejando libre al su chico –Lo que más me molesta es que me dejas con las ganas –Susurró para sí Nagumo, pero lo suficientemente alto como para que Fuusuke lo escuchara.

 

-Haru…  -Le llamó dulcemente el chico de hielo. Pero el aludido ignoró su llamada.

 

-Venga Haru, no te enfades… -Se acercó hasta quedar sentado a su lado y apoyó su cabeza en el hombro de este, pero Nagumo se alejó de él. Estaba claramente enfadado.

 

-Haruya, no te enfades… -Se acercó nuevamente hasta él, rodeando su cadera con sus brazos, para que no huyera. –Haru, mírame… -Le pidió con voz melosa en moreno. Pero el pelirrojo se negaba a hacerle caso.

 

-Haruya, por favor… -En vista de que el oji-ambarino no iba a colaborar, le sostuvo de las mejillas con ambas manos y le obligó a mirarle a los ojos.

 

-Haru, no te enfades –Se acercó poco a poco hasta besar sus labios con cuidado. A lo que el pelirrojo no se resistió. El moreno se separó del oji-ambarino y le dedicó una pequeña sonrisa.

 

-Cuando volvamos, ya habrá tiempo de ‘’divertirse’’ Te lo prometo. –Le guiñó el ojo de forma cómplice, y el pelirrojo sonrió satisfecho.

 

-Bueno… me parece bien –Dijo alegremente Nagumo. Su enfado se fue tan rápido cómo había venido. –Pero hay una condición.

 

-¿Cuál? –Preguntó el albino, él cual no tenía un buen presentimiento.

 

-Esta vez tú serás mi esclavo.

 

 

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

-Oye Hiroto… -Le llamó tímidamente el peliverde amante de los helados. -… ¿Tienes planes para hoy? –Preguntó finalmente.

 

-La verdad, es que sí –Contestó el pelirrojo con su tono amable de siempre.

 

Mido entristeció al oír la noticia, y siguió vistiéndose en silencio.

 

-Tenía pensado pasar todo el día con mi adorable novio –Agregó Hiroto, abrazando por la espalda al moreno, que se sorprendió y alegró al oír sus palabras.

 

- ¿Y qué vamos a hacer hoy según tú? –Se volteó para poder encararlo y le dedicó una de sus angelicales sonrisas.

 

-Pues… Podríamos ir a la playa a algún lugar apartado, nadar un rato, comer helado… Más tarde tú me echas crema por las espalda, y yo a ti…  Luego paseamos por la costa, tú me miras, yo te miro, nos besamos… nos tumbamos sobre la arena, te muerdo el cuello, tú empiezas a gemir… -El oji-jade tenía pensado continuar hablando, pero fue interrumpido por su compañero.

 

-Su-suficiente Hiro-chan, p-pero creo que sería mejor ir… Err…  -Pensara en el lugar que pensara, todos los sitios le parecían peligrosamente íntimos –Mmm… ¿Qué te parece… esto… -No se le ocurría nada.

 

-Tranquilo Mido-chan, no haré nada que tú no quieras, elige el sitio que más te guste –Habló con suma tranquilidad el chico de piel pálida.

 

-B-bueno… si te parece bien, me gustaría ir a ver la competición de deportes acuáticos. –Dijo avergonzado el peliverde.

 

-Claro que me parece bien ¿Dónde se celebra? –Se interesó el oji-jade.

 

-Pues… No lo sé con exactitud, pero si sé que es muy cerca de dónde solemos ir cuando vamos a la playa. Eso es lo que le oído decir a Tsunami.

 

-Entonces simplemente tenemos que darnos un paseo por la playa hasta que la encontremos, y si no, siempre podemos preguntar a la gente. –Se terminó de colocar los pantalones sin prisa alguna y se estiró la camiseta.- ¿Te falta mucho?

 

-Ya he terminado –Contestó rápidamente, mientras se daba los últimos retoques, y se recogía el pelo en su usual coleta.

 

-Pues vámonos –El pelirrojo cogió la mano de su novio, agarraron sus mochilas y ambos salieron de la habitación. Dejaron las llaves en recepción y fueron al comedor a desayunar. Con un poco de suerte el surfista del equipo todavía no se había ido a entrenar y podían preguntarle acerca de la competición.

 

 

 

Llegaron al gran comedor del hotel y se dirigieron a las mesas en las que siempre solían comer ellos y todos los demás. Allí estaban sentados Sakuma y Genda. Ellos eran los que más madrugaban, y siempre estaban allí los primeros.

 

 

 

-Me duele la cabeza… -Se quejaba cómicamente el chico del parche, recostándose un poco sobre la mesa.

 

El castaño le acarició con cuidado los azulados cabellos a su novio, y le habló con un tono de voz suave –Come un poco, te sentirás mejor – Le acercó un plato con galletas que había en la mesa, y que ellos mismos habían pedido.

 

-No me apetece comer, no tengo hambre… -Refunfuñó el moreno, haciendo un puchero.

 

-Venga Saku, No te hagas el difícil… -Canturreó el portero, cogiendo una galleta y extendiéndosela al chico de ojos cobre, para que la cogiera.

 

-No quiero… - Apartó la mano del castaño en la que estaba la galleta y volvió a acurrucarse en la mesa.

 

-Sakuma –Le llamó el mayor. En vista de que el delantero no contestaba le cogió le obligo a mirarle a la cara, poniéndose en frente de él y llamando así su atención. –Saku-Saku di ‘’Aaah ~~’’ –Cogió una galleta y se la acercó a la boca.

 

Sakuma lo mirada con un sonrojo bastante evidente. Genda era tan lindo cuando hacía esa clase de cosas, que le daba ganar de tirarse a su cuello y comérselo.

 

 

 

Midorikawa y Hiroto miraban la escenita desde una esquina de la sala. Estaban esperando a que terminaran de coquetear para no estropear su momento.

 

Sakuma acabó abriendo la boca, y así el castaño le pudo dar de comer la galletita, tan feliz de la vida.

 

-Buenos días~~ –Saludaron a dúo el pelirrojo y el peliverde mientras tomaban asiento enfrente de los jugadores del la royal Academy.

 

Los aludidos le devolvieron el saludo y les ofrecieron galletas. Por lo visto iban a sobrar.

 

-¿Por casualidad no habréis visto a Tsunami? –Preguntó Hiroto.

 

-Sí, estuvo aquí hace un ratito, y luego se fue a una competición de no sé qué con otro chico. –Hizo memoria el delantero.

 

-¿Y Tachimukai? –Preguntó ahora el peliverde.

 

-Se fue también a la competición – Agregó el castaño.

 

-Y no sabréis dónde es esa competición ¿No? –Preguntó nuevamente el oji-jade.

 

-Ni idea –Contestaron a la vez el castaño y el peliazul.

 

 

 

Los recién llegados pusieron cara de rendición. ¿Cómo es posible que las únicas dos personas que conocían la localización de la maldita competición no estuvieran?

 

 

 

Desayunaron rápidamente  y salieron por la puerta del hotel con bastante prisa.  Empezaron a caminar sin estar muy seguros de por dónde tenían que ir. Cuando llegaron a la playa siguieron a una multitud que tenía pinta de ir a la competición, más que nada porque la mayoría llevaba tabla de surf. Después de un rato detrás del grupo de deportistas, se hicieron visibles unas pancartas que anunciaban el evento. Se acercaron a la costa para tener una mejor vista de lo que allí ocurría, y se quedaron perplejos al contemplar la cantidad de gente que inundaba las aguas del mar, entrenando y calentando antes de que empezara la competición.

 

Un grupo de chicas jóvenes animaba de forma entusiasta a unos chavales que practicaban Windsurf cerca de la costa, otro grupo de chicos estiraban sus músculos en la arena, y algún que otro impaciente ya estaba montando las primeras olas del día. La mayoría de los participantes estaban preparando su instrumentaría deportiva, o relajándose antes de entrar en la competición. No era el caso de cierto pelirrosa, que ya era famoso entre la gente del mundo deportivo de esa zona. Y es que era normal, era uno de los mejores surfistas que allí había.

 

 

 

Hiroto cogió la mano de su chico y empezó a atravesar la concentración en busca de un jugar para sentarse y estar tranquilos. Encontraron una especie restaurante muy apacible al aire libre, y a dos metros del evento, así que se sentaron a esperar y tomar un refresco, en caso de Mido un helado, para soportar mejor el calor.

 

 

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

-Date prisa –Se quejaba el chico de fuego mientras corría desenfrenado a una de las atracciones del parque, que parecía ser de las más visitadas.

 

-No hay necesidad de correr, tenemos todo el día –El moreno lo seguía con paso tranquilo, mientras ojeaba un plano del lugar, donde estaba indicado la localización de los juegos, atracciones, restaurantes y todo eso.

 

-¡De todas formas date prisa! –Volvió a refunfuñar el oji-ambarino –Quiero montar en todas las atracciones fuertes ahora que no hace mucho calor y que aun no hemos comido nada de lo  que luego podamos arrepentirnos, y así cuando pegue el Sol nos refrescaremos en las atracciones acuáticas –Explicó muy convencido de sus palabras Burn.

 

-Sí que lo tienes todo pensado –Se burló el albino cuando lo alcanzó.

 

Haruya se cruzó de brazos e ignoró la burla de su novio.

 

-Pero… -Le acercó a su cuerpo rodeando su cadera con su brazo –La verdad es que es una buena idea –Le sonrió dulcemente y se recostó un poco sobre él, como muestra de cariño.

 

-En serio Suzuno, Hoy estás muy, muy raro – El moreno se separó unos centímetros del pelirrojo y lo miró con duda.

 

-¡N-no es que no me guste! –Se corrigió a sí mismo al ver la mirada de póker que le dedicaba su novio –Es sólo que me sorprende un poco –Le acercó a su cuerpo, recuperando la postura que antes tenían.

 

Gazelle prefirió no sacar el tema a relucir para evitar peleas estúpidas. Esa mañana ya habían discutido y quería pasar el día con un ambiente apacible acompañado de su novio.

 

-¿Cuál es esta atracción? –Preguntó el oji-azul, señalando la cola de la atracción en la que estaban esperando para montar.

 

-No sé cuál es su nombre, pero es la atracción más brutal de todo el parque –Hizo gestos con las manos, demostrando así su emoción.

 

-Ajá… ¿Y en qué consiste? –Preguntó el moreno sin mucho interés aparentemente.

 

-¿Ves esas vías de ahí? –Señaló el pelirrojo a lo lejos. Suzuno asintió. –Son parte de la atracción. Primero te suben hasta llegar a lo más alto, y luego caes en picado unos treinta metros, y cuando parece que te vas a estampar contra el suelo, subes nuevamente y empiezas a dar vueltas y vueltas y vueltas… Por último te dejan suspendido arriba del todo, boca abajo, y cuando notas que la sangre te sube al cerebro, termina la atracción y bajas suavemente al suelo.

 

A Suzuno se le revolvieron las tripas sólo con escucharlo. Pero no pensaba dejar que Haruya pensara que le asustaba, ni mucho menos.

 

-Ya veo… -Comentó con tranquilidad el ex-capitán del Diamond.

 

-Nee, Suzu-chan –Le llamó el pelirrojo –Si te da mucho miedo puedes agarrar mi mano –Le dijo con cierto tono burlón, que no le gustó nada al moreno.

 

-Baka, eso debería decírtelo yo a ti –Se defendió el peliblanco encarando a Nagumo.

 

-Sabes de sobra que no es así, nunca te han gustado este tipo de cosas, sé que tienes el estomago muy sensible –El pelirrojo hablaba con total seguridad, y Gazelle no podía decir nada en contra de lo recientemente dicho, porque desgraciadamente era verdad.

 

-Puede que tengas razón, pero eso no significa que me den miedo estas atracciones.

 

-Vale, vale, comprendido. Pero que sepas que mi mano está disponible si cambias de opinión –Le dedicó una sonrisa de las suyas y apretó el agarre que tenía alrededor de su cintura.

 

La larga fila de gente empezó a avanzar y inicialmente aunque había mucha gente,  en poco tiempo les tocó montar en la atracción.

 

Por suerte o por desgracia para el moreno, a ambos les tocó en primera fila de la atracción. La verdad es que al principio no le daba el más mínimo  miedo, pero después de haber oído el recorrido de los labios de Haruya, tenía un mal presentimiento. Cómo se alegraba de no haber comido nada.

 

Mientras los demás visitantes se sentaban en los asientos de la maquinaria, Gazelle observaba el recorrido que realizaban las vías y que en pocos minutos recorrería él. ¡Dios! Eso estaba más retorcido que la columna con escoliosis. ¿Dónde estaban todas las coss positivas que le habían animado a subir? A saber…

 

De repente los mecanismos de seguridad se colocaron automáticamente, dejándonos prácticamente pegados al asiento y al respaldo. Esa mierda de cosa de plástico y metal casi no nos dejaba respirar, y encima me hacía daños en mis partes bajas.

 

-Mis… Mis pequeños…-Se quejaba Haruya con pequeñas lagrimitas en los ojos. Suzuno sabía de sobra a qué se refería el pelirrojo, a él también le estaban aplastando sus ‘’pequeños’’.

 

Antes de que pudiera decirle a su novio que comprendía su dolor, la atracción empezó a avanzar lentamente. El corazón de Fuusuke se aceleró.

 

-Suzu-chan –Le llamó la atención el oji-ambarino, ahora que la maquina iba despacio –Intenta no gritar demasiado –Soltó una pequeña carcajada, y lo miró con gracia.

 

Al pobre moreno sus acciones le delataban. Tenía las piernas encogidas y su cara estaba levemente acalorada, sin contar la fuerza con la que se agarraba al seguro de la máquina.

 

 

 

Miró hacia abajo y pudo ver que ya estaban a varios metros sobre el suelo. La altura no era lo que le asustaba, sino lo que venía después.

 

La atracción se detuvo. Todos los que estaban subidos a bordo se asomaron para verificar que ya estaban en lo más alto. La vista era asombrosa. Pero la mayoría estaban demasiado nerviosos como para fijarse en ese detalle.

 

-Hey Haru ¿Y-y ahora qué? –Preguntó intentando calmar sus nervios.

 

-Pues… nos dejan colgados un ratito aquí arriba, luego suena un ‘’clik’’ y bajamos en picado –Contestó alegremente el pelirrojo.

 

-¿Qué quieres decir con un cli…? –Antes de que terminara la frase, se escuchó un pequeño chasquido, procedente de la maquinaria. Una especie de ‘’clik’’.

 

Ambos chicos se miraron. El pelirrojo con adrenalina dibujada en la cara, y el albino con una expresión tétrica nunca antes vista.

 

-3… 2… 1… -La estructura empezó a caer a una velocidad de vértigo, era de esperar de una caída libre. Se estaban acercando al suelo, y la máquina no se detenía ni aminoraba la marcha.

 

Cada vez estaban más y más cerca. La velocidad iba en aumento. Iban a colisionar contra el suelo.

 

-¡¡¡AAAAAHH!!! –Gritó el moreno involuntariamente al ver que estaban a escasos metros del suelo y a la velocidad que iban.

 

La atracción en el último momento dio un giro brusco, y volvieron a subir con la misma fuerza de la caída. Al pobre albino casi se le sale el corazón por la boca del susto, pero tenía que mantener la compostura. Con un poco de suerte Nagumo no lo había notado.

 

La atracción volvió a girar, esta vez a la derecha, sacando gritos de euforia de todos los jóvenes que montaban.

 

Volvió a subir a toda potencia, y haciendo uso de la potencia de la caída, empezó a girar sobre sí misma, haciendo que ninguno de los allí presentes supiera en que posición tenían la cabeza. Todo giraba y giraba.

 

-¡¡¡YUUUUUUJU~~!!! –Chillaba el pelirrojo, con las manos extendidas, muestra de que no le tenía ningún miedo a la dichosa máquina y de que se lo estaba pasando en grande.

 

-¡¡¡JODEEEEEER!!! –Suzuno se aferraba a la barandilla de seguridad como si la vida le fuera en ello. Por suerte, o eso pensó él en el momento que la atracción dejó de dar vueltas, y empezó a subir y a bajar de un sitio a otro, como si estuviera fuera de control.

 

Fuusuke mantenía los ojos cerrados. Sus sentidos estaban totalmente desorientados. Sólo distinguía los gritos de su querido pelirrojo en su oído izquierdo y el zumbido del aire en su oído derecho.

 

La maquinaria dejó de moverse a la velocidad a la que tenía acostumbrado a los jugadores, y empezó a coger altura muy lentamente. Fue inclinándose hasta quedar totalmente del revés, haciendo que los jóvenes vieran el paisaje dado la vuelta.

 

-Ha-Haru…  -Llamó quedamente el albino. Se estaba mareando, y la sensación de estar boca abajo no le gustaba para nada. En cierta forma le daba miedo, pero no lo aceptaba y se negaba a reconocerlo.

 

El pelirrojo lo miró con curiosidad y una sonrisa iluminando su rostro. Realmente disfrutaba de ese tipo de emociones.

 

-T-tu mano… -Susurró el oji-azul, extendiendo su mano levemente hacia Nagumo.

 

Al pelirrojo se le iluminó la mirada al oír esas palabras.

 

El oji-ámbar  dejó de sujetarse a la barandilla de seguridad con la mano derecha, y con ella aferró la mano que le había extendido su querido chico. –Todo está bien –Le dedicó una de esas sonrisas que sólo le podía dedicar a él, y eso le tranquilizó un poco. Pero no le duró mucho.

 

La máquina volvió a coger velocidad y comenzó otra caída en picado, a toda potencia. Suzuno volvió a gritar a todo pulmón, apretando el agarre que tenia con la mano de Haruya. El pelirrojo también gritaba, pero de diversión y adrenalina.

 

-¡¡¡AAAAAAAHH!!! – Cerró los ojos con fuerza mientras sentía como su cuerpo daba vueltas y giros.

 

-¡¡¡SUZU-CHAN!!! ¿¿¡¡TE LO PASAS BIEEEEEN!!?? –Gritó el pelirrojo al darse cuenta del estado de su novio.

 

-¡¡¡IDIOTAAAA!!! –Fue lo único que se le ocurrió contestar al comentario. Nagumo empezó a reír a carcajadas, y apretó más la mano del albino, para intentar tranquilizarlo.

 

Estuvieron así unos segundos, hasta que la atracción se detuvo, y comenzó avanzar a lugar de inicio, para que los pasajeros pudieran salir.

 

 Se quitaron el seguro y salieron de la atracción. Fuusuke salió con bastante prisa, para evitar que su novio le molestara con sus sarcásticos comentarios.

 

-Hey Suzu-chan, al final sí que me cogiste de la mano –Dijo con dulzura el oji-ámbar, cosa que sorprendió un poco al moreno.

 

-Bu-bueno… -Jugueteó con su flequillo nerviosamente –A sido un acto reflejo… -Se defendió el albino. Un pequeño toque magenta adornaba sus mejillas.

 

-Por supuesto… –Le siguió la corriente el pelirrojo. Se acercó a su cuerpo y le tomó la misma mano que anteriormente había agarrado para tranquilizarlo. –Pero que sepas, que no me molesta en absoluto-. Besó la mano del peliblanco con sumo cuidado, como si fuera de cristal.

 

Suzuno empezó a enrojecer más y más con aquel gesto.

 

-Te encanta molestarme ¿Verdad? –Preguntó quedamente el chico de hielo, con un adorable puchero.

 

-Ya sabes que sí –Contestó con una gran sonrisa. Besó por última vez la mano de su chico y comenzó a andar sin soltar el agarre que los unía.

 

-¿Te apetece volver a montar?-

 

Gazelle miró a Burn con ojos de asesino psicópata, lo que interpretó como un no.

 

 

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

-¡Wow! ¡Eres genial! – Jordan no se cansaba de admirar al pelirrosa, que acababa de salir del agua. Tachimukai lo miraba con recelo.

 

-Bueno, eso intento –Respondió alegremente el surfista, retirándose las gafas de buceo de los ojos, y acomodándolas en su pelo.

 

-Eres demasiado modesto Tsunami-san –Insistía el oji-carmín. El pequeño portero del Raimon empezaba a disgustarse de verdad. Ese chico llevaba todo el día detrás del pelirrosa, y eso le sacaba de sus casillas.

 

-Es cierto, eres uno de los mejores –Agregó el castaño con una sonrisa tímida.

 

-Jaja, en serio, me abochornáis… - Sus mejillas se tiñeron de un leve color rosado.

 

-¡Es la verdad! –Dijeron a dúo el portero y su rival. Se miraron con un aura asesina, que asustó un poco al pobre Tsunami.

 

-E-esto… ¿Tú no te metes Jordan? –Preguntó el pelirrosa señalando al mar, para borrar ese ambiente tan tenso.

 

-¿Eh? Sí, ya voy – Cogió su tabla de surf y comenzó a correr hacia el mar.

 

Tsunami se quedó en la arena con Tachimukai, observando cómo la gente surcaba las olas.

 

Oye Tachi, dime una cosa… ¿Te cae mal Jordan? –Preguntó el moreno sin mala intención en sus palabras.

 

-¿Qué? ¡N-no! Que va, es sólo que aun no nos hemos…. Mmm…  ¿Cómo decirlo? Aun no hemos conectado, eso es todo –

 

-Ammm… -Asintió un poco pensativo el mayor, devolviendo la vista al mar.

 

 

 

-``No es que me caiga mal ¡Es que le odio! ¡Le odio, le odio, le odio! ¡Yo te vi primero, me enamoré primero, y llevo contigo mucho más tiempo que ese surfista de tres al cuarto! ¡Tú eres mío y de nadie más! Y no pienso dejar que nadie diga lo contrario…

Notas finales:

¿Os ha gustado? Espero que si -/////- ((A veces me pregunto; ¿Alguien lee esto? Por qué si no... ¿Con quien estoy hablando? Es una cosa muy rara -.-)) Sentiros libres de comentar ^^= Se despide servidora. Besos~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).