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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del capitulo:

¡Hoooola! >////< Estoy muy feliz, por fin he subido mi primer capítulo de dos cifras *0* ((Aunque figure como capítulo 11, es en realidad el 10 OwO)) >///////< y por eso en este capítulo hay un suuuuper lemmon ((Qué por cierto, me lo pasé genial escribiendolo XD)) Y espero que les guste tanto como a mí. Muchos besos a todas y gracias por los Reviews, me animan mucho a continuar con el fic ^w^. Sin más os dejo el capítulo. Muchos besos~~

 

 

El ambiente ya empezaba a calentarse. Se acercaba la hora de comer y la temperatura no había dejado de subir desde las doce de la mañana.

 

Llevábamos todo el día corriendo de un lado a otro para poder montar en todas las atracciones ‘’fuertes’’ antes de que el Sol se nos echara encima y que llegara la hora de comer.

 

 -Suzu, quiero montar en esa atracción de allí ¿Podemos? ¡Di que sí! –El pelirrojo señaló una torre muy alta de la cual salían carriles que acababan atravesando un gran lago a mucha velocidad.

 

-No sé para que me preguntas, si al final siempre hacemos lo que tú quieres- Dijo sin mucho entusiasmo el moreno, dando a entender que daba su aprobación.

 

-Cómo te lo sabes- Dijo con una sonrisa mientras arrastraba al albino hacia la susodicha atracción.

 

Llegaron a la cola que había para poder montar y a los pocos minutos ya estaban a bordo de la atracción.

 

-No deberías haberte vestido de blanco –Le decía el pelirrojo con una sonrisa traviesa adornando su rostro, mientras miraba de reojo la camiseta de su novio, que era de color blanco.

 

Gazelle no comprendió del todo el comentario del ojiambarino, así que decidió ignorarlo y centrarse más en el recorrido que estaba punto de hacer la máquina.

 

Llegaron a la zona más alta y empezaron a descender. Esta vez al moreno no le dio el más mínimo temor, ni siquiera cerró los ojos, excepto cuando aterrizaron de golpe sobre el agua, y una gran ola les caló por completo, dejando a los jóvenes de la atracción completamente empapados.

 

Bajaron de la atracción y comenzaron a andar, dejando un rastro de gotas de agua a su paso y salieron de la zona de atracciones para poder secarse con más comodidad.

 

-Genial… -Dijo sarcásticamente el ojiazul, mientras intentaba quitarse la mayor cantidad de agua posible, escurriéndose la ropa.

 

-Suzuno –Le llamó burlonamente el pelirrojo.

 

-¿Qué quieres? –Le contestó sin dejar de secar su ropa.

 

Haruya la abrazó por la espalda, sintiendo así el frío y húmedo cuerpo del moreno en su torso. Movió sus manos hasta llegar al pecho del peliblanco, y empezó a delinear cada curva de este, con mucha sensualidad.

 

-¿Q-qué haces?- Preguntó con timidez el chico de hielo, girando levemente su cuello para poder mirar al pelirrojo a los ojos.

 

-¿Sabes una cosa? –Preguntó al oído del moreno, susurrando lentamente cada palabra.

 

El albino negó suavemente con la cabeza, sin dejar de mirar los hipnóticos orbes dorados de su novio.

 

-Estás realmente sexy con la ropa tan ceñida- Susurró quedamente al oído de su chico, dejando que su aliento llenara la cavidad auditiva del moreno. –Me pone mucho- Añadió mientras le mordía el lóbulo y pegaba más su cuerpo al del ojiazul.

 

Fuusuke sintió como un escalofrío le recorría todo el cuerpo. Sus mejillas se tiñeron de un tenue color rojo.

 

-Haruya… - Desvió su mirada de la del pelirrojo, a causa de la vergüenza que sentía -¿Q-quieres hacerlo aquí? ¿… Ahora? –Logró articular finalmente. Notaba cómo su respiración se agitaba por momentos, y sentir las manos del chico de fuego masajeando su torso no le ayudaba.

 

El pelirrojo aspiró el olor del cuello de su chico antes de contestar- No hagas preguntas si ya sabes la respuesta- Le dijo con voz ronca, colando su mano derecha por dentro de la camiseta del capitán del Diamond.

 

-E-espera… -Dijo al sentir la escurridiza mano de Nagumo acariciando su piel.

 

-¿Qué pasa? –Deslizó su mano hasta la espalda del moreno, masajeándola con deseo y suavidad al mismo tiempo.

 

-A-aquí nos van a ver…  -Se giró para quedar cara a cara con su novio.

 

-¿Y a dónde quieres ir? –Le canturreó muy cerca de sus labios, haciendo que estos se rozaran al hablar.

 

 

 

El albino inspeccionó el lugar en busca de miradas curiosas y de un buen lugar en dónde poder desahogar sus deseos.

 

-¿Qué te parece… Allí? –Señaló un pequeño hueco que había entre los soportes de una de las atracciones. Estaba rodeado de plantas y arbustos y no se veía a nadie cerca.

 

-Perfecto –Le robó un beso y se separó del cuerpo del peliblanco, le cogió la mano y ambos se encaminaron a su nuevo escondite.

 

Haruya fue el primero en acomodarse entre la maleza y posteriormente atrajo hacia sí al moreno, haciendo que este quedara sentado sobre su regazo.

 

Le rodeó la cintura con los brazos y acercó su cara al pecho del peliblanco, pudiendo observar a través de su camiseta cada rasgo y cada centímetro de su piel, gracias a que esta se transparentaba a causa del agua.

 

-Nee… Suzu-chan –Delineó el pecho del ojiazul por encima de su camiseta- ¿Sabes que se te transparenta la camiseta? –Fue descendiendo sus manos por el abdomen del chico hasta llegar a sus caderas, donde se detuvo –Es cómo si no llevaras nada puesto – Comenzó a repartir besos por el terso cuello del moreno, sintiendo cómo Gazelle reaccionaba con pequeños espasmos.

 

-P-pervertido- El peliblanco se abrazó a la espalda del pelirrojo, repartiendo caricias al mismo tiempo- Sólo te fijas en ese tipo de cosas… ¡Ah! –Sintió los colmillos del ojiambarino clavarse en su cuello. Era doloroso, pero lo encontraba realmente placentero, sobre todo en esa zona tan sensible.

 

-Ah… Nagu, e-esto va a deja marca – Sentía como la lengua del chico de fuego jugueteaba con su piel.

 

-No te preocupes por eso –Dejó de succionarle el cuello y observó la gran mordedura que le había dejado- Ahora, sólo preocúpate de disfrutar-.

 

Sus labios volvieron a unirse en un cálido y profundo beso. Sus lenguas luchaban por el control dentro de sus bocas.

 

El pelirrojo comenzó a acariciar en bien formado trasero del albino con fuerza y con lascivia, provocando notablemente el moreno.

 

-A… ah- Gimió quedamente el ojiazul, aferrándose con más fuerza al chico de fuego.

 

-¿Te gusta, Fuusu-chan? –Le susurró al oído de forma sensual, sin dejar de acariciarle los glúteos, cada vez con más lujuria.

 

El albino jadeaba por la excitación  y hacía pequeños movimientos de vaivén con las caderas, de forma involuntaria.

 

-Nagu, yo también quiero… -Se separó un momento del pelirrojo para dirigirse a su cuello y empezar a dejar maracas, al igual que había hecho él.

 

Nagumo se dejó llevar totalmente complacido por las acciones de su novio. Le gustaba que tomara la iniciativa de vez en cuando.

 

Suzuno fue bajando hasta llegar a la clavícula del ojiambarino. Se detuvo durante unos segundos, los que tardó en deshacerse de la camiseta de Haruya, y siguió con su recorrido, dejando besos y leves marcas por todas partes.

 

Burn se recostó del todo sobre el césped, quedando totalmente tumbado, con el albino encima. Esa perspectiva era un poco extraña para él, normalmente era al revés.

 

Gazelle le desabrochó el pantalón con algo de prisa, quitándole los zapatos de paso,  y dejó todo al lado de la otra prenda que le había quitado al pelirrojo, pudiendo observar el nivel de excitación que su novio había acumulado en la entrepierna.

 

-``No me puedo creer que yo mismo me haya buscado esto´´-. Pensó el albino mientras le retiraba la última prenda al pelirrojo y lentamente se introducía el miembro de Haruya en la boca.

 

Burn dio un respingo al sentir esa agradable calidez en una zona tan sensible. Estaba muy sorprendido por la actitud que había tomado el peliblanco, ya que, teniendo en cuanta las incontables ocasiones en las que habían tenido sexo, Fuusuke casi nunca le había hecho una felación. No recordaba cuando había sido la última vez.

 

 

 

Se aferró a sus blanquecinos cabellos, dejando que el moreno marcara el ritmo que quisiera.

 

Cuando cayó en la cuenta de que trataba de una ocasión ‘’especial’’ se incorporó apoyándose en sus codos, para poder observar el rostro del ojiazul. Era lo más erótico que había visto en la vida.

 

-Ah… ‘’¡Mierda! ¿Por qué nunca hay una cámara cuando se necesita?´´ -Pensaba el ojiambarino sin poder apartar la mirada del rostro de Gazelle.

 

Mientras tanto el albino se centraba en hacer bien su tarea, ya que no tenía mucha experiencia en ese terreno, e intentaba complacer al máximo al chico de fuego.

 

Burn se dio cuenta de todo el empeño que estaba poniendo el moreno en su trabajo, así que decidió darle un poco de confianza.

 

-Muy bien Suzu-chan… ah… l-lo haces genial- Le acarició los cabellos con suavidad mientras le hablaba con la lujuria.

 

Suzuno entreabrió sus hermosos ojos azules y miró al pelirrojo sin detenerse. Parecía que lo estaba disfrutando.

 

Sonrió para sus adentros y continuó sus acciones, aumentando el ritmo, haciendo que Nagumo se encorvara de placer.

 

-Ah… ¡Ah! –Apretó con fuerza los cabellos de Suzuno, Provocándole un leve dolor, pero no le disgustaba. Le gustaba cuando era rudo con él. –¡Su…zuno! –Gimió con voz grave y ronca el pelirrojo, dejándose caer nuevamente sobre el pasto.

 

El ojiazul rodeó las piernas del pelirrojo con sus brazos para mayor comodidad y comenzó a profundizar todo lo posible el contacto, haciendo que Nagumo rozara ya sus límites.

 

-¡A-ah!- Se retorció en el sitio, cerrado los ojos con fuerza- ¡Suzuno, M-me…! –Trató de hablar el ojiambarino, pero no llegó a terminar la frase.

 

Haruya alcanzó el orgasmo sin poder avisar al peliblanco, quien con algo de dificultad consiguió tragar lo que esto conllevaba.

 

 Se separó del pelirrojo, bastante agitado por lo que acababa de ‘’sufrir’’ mientras miraba disimuladamente a su novio, esperando su veredicto.

 

-Ahh… -Haruya aun estaba recuperando la respiración – Suzu-chan…  -Se sentó sobre la hierba y le hizo un gesto con la mano para que se acercara.

 

Gazelle se acercó gateando tímidamente hasta quedar a pocos centímetros del chico de fuego.

 

-Lo has hecho muy bien –Le dijo de forma infantil mientras le daba palmaditas en la cabeza, para después darle un pequeño beso en los labios –Te has ganado una recompensa-.

 

Le recostó en el suelo con una mirada que era de todo menos inocente, y sonrió picaronamente. –Dime Suzuno… ¿Qué es lo que quieres? –Preguntó felizmente el pelirrojo.

 

Gazelle se sonrojó ante aquella pregunta. Nagumo lo miraba fijamente.

 

Al ver que no contestaba, se le ocurrió redactarle mentalmente una lista de sugerencias- ¿Quieres que te haga sentir bien? ¿Verdad? –Le acarició la mejilla con el dorso de a mano. Fuusuke seguía sin responder -¿Te gustaría…? –Se acercó a su oído y empezó a susurrarle todo tipo de obscenidades, haciendo sonrojar al peliblanco hasta límites insospechados.

 

-H-Haruya, yo… -Burn le hizo callar, tapándole sutilmente los labios.

 

-Shh… -Pidió silencio –Calla y déjamelo todo a mi –Le guiñó un ojo y sin esperar a nada comenzó a desvestirlo, empezando por los pantalones.

 

Se los quitó de un solo tirón, y los dejó tirados encima de uno de los arbustos que allí había.

 

-Haruya ¿Q-qué vas a hacer?- Sentía las ágiles manos del pelirrojo recorrer sus piernas.

 

-Ya lo veras… - Se posicionó entre las piernas del albino y aupó su cadera, de forma que esta quedara sobre su regazo.

 

Empezó a repartir besos por las largas piernas del moreno, haciéndole cosquillas.

 

Gazelle empezaba a impacientarse por la lentitud de las acciones del ojiambarino.

 

Haruya notó su nerviosismo y se tumbó sobre él. –Nee Suzu-chan… ¿Ya estás al límite? Qué pervertido~~ -Canturreó en su oído con maldad, haciendo que se ruborizara.

 

-C-cállate… - Le apartó un poco de su cuerpo, pero el pelirrojo en seguida volvió a acortar la distancia entre ellos.

 

-Vamos, no seas así~~ - Subió la camiseta del moreno y dejó su pecho al descubierto.

 

Comenzó a hacer dibujos con su lengua sobre su abdomen, dejando un pequeño camino de saliva por donde pasaba.

 

Fuusuke dejó escapar un profundo suspiro de satisfacción y cerró los ojos, cediendo a las acciones del pelirrojo.

 

Burn fue bajando poco a poco y cuando llegó a la altura de la cadera del peliblanco, de un movimiento certero, volteó el cuerpo del albino, dejándolo en la postura del ‘’perrito’’ o comúnmente conocido como ‘’a cuatro patas’’.

 

Le retiró la ropa interior con lentitud y sensualidad, y acarició la tersa piel de esa zona.

 

-``Qué suave~~´´ -Al pelirrojo se le caía la baba.

 

Le agarró firmemente de las nalgas, haciendo gemir al moreno en el acto. A ambos les gustaba ese provocativo gesto.

 

-Suzuno… Recuéstate- Le ordenó con voz sexy el pelirrojo.

 

-¿Qué?

 

-Tú hazme caso –. El albino dejó de apoyarse sobre sus brazos y se dejó caer suavemente sobre la hierba, apoyándose en su pecho y parte del torso, ya que su abdomen y caderas se apoyaban en la cintura del pelirrojo.

 

-Buen chico –Dijo complacido el ojiambarino. Dejó de acariciar posesivamente el trasero de su novio y las llevó la entrepierna del moreno, empezando a masajear la zona con mucha lentitud. Demasiada.

 

El albino gemía y jadeaba por lo bajo, intentando que se oyeran lo menos posible.

 

-Ah…  -Dejó escapar un gemido más audible, que el pelirrojo no pasó por alto. Aprovechó para aumentar el ritmo, pero aun así seguía yendo demasiado despacio. Llegaba a transformarse en una tortura.

 

-Burn…  V-ve al grano… -Artículo con dificultad el ojiazul, aferrándose al pasto, arrancando algunas hebras y manchándose las manos de tierra.

 

-Qué impaciente~~ -Aprovechó que el ojiazul estaba húmedo como lubricante y deslizó sus manos hasta llegar a su entrada, y la empezó a estimularla con su dedo índice, haciendo pequeñas penetraciones.

 

Gazelle se tensó un poco al notar la intromisión, pero hizo un esfuerzo por relajarse y respiró hondo, haciendo más fácil disfrutar de las acciones del ojiambarino.

 

Pronto el pelirrojo añadió otro dedo y aumentó el ritmo de las penetraciones. Suzuno ya era casi incapaz de mantenerse callado.

 

-Ah ¡Ah! ¡Nagu…! –Tragó saliva con dificultad- ¡Hazlo ya! –Su respiración casi no le permitía hablar.

 

Haruya no se hizo de rogar. Se acomodó de rodillas sobre la hierba, sostuvo la cadera del peliblanco con las dos manos y comenzó a penetrar lentamente la entrada del albino, con sumo cuidado.

 

Fuusuke apretaba sus puños con fuerza y se mordía el labio, intentando no gritar ni gemir hasta que el pelirrojo terminara su cometido.

 

Finalmente Nagumo entró completamente dentro del peliblanco, y esperó unos segundos a que se acostumbrara del todo, después comenzó a moverse suavemente, esperando a que el albino correspondiera sus movimientos con la cadera.

 

Gazelle reaccionó casi al instante, respondiendo al vaivén. Los gemidos de ambos se mezclaban en el aire y la temperatura de la atmosfera aumentaba por momentos.

 

-¡A-Ahh! – El cuerpo del moreno se estremeció cuando el chico de fuego alcanzó un de sus puntos más sensibles, haciendo imposible acallar su voz.

 

Nagumo jadeaba y gemía roncamente con cada estocada. Su agitada respiración no era muy distinta a la del moreno. Se aferró a los costales del chico de hielo, para ayudarle con el ritmo que marcaba, y así intensificar el placer.

 

Tanto Nagumo con Suzuno estaban en las últimas, y con cada movimiento veían en final más cerca.

 

El pelirrojo volvió a aumentar el ritmo, y a tras un par de embestidas frenéticas, los dos chicos llegaron al clímax, liberando un gemido ahogado y ronco.

 

Gazelle se quedó en el sitio, tumbado en el pasto, recuperando su entrecortada respiración y el pelirrojo se dejó caer sobre el tibio cuerpo del moreno, con cuidado de no aplastarlo. También estaba intentando recuperar el aliento.

 

-Ahh… Suzuno… -Le llamó el chico de fuego. Gazelle entreabrió un poco los ojos y miró de reojo a su novio- Hoy te has portado muy bien –Le abrazó por la espalda y acurrucó su cabeza en el hueco del hombro derecho del ojiazul.

 

-Pues no te acostumbres… -Contestó en un suspiro, ya un poco más calmado.

 

Haruya salió lentamente del moreno, se incorporó para poder besar la mejilla del albino y de paso se sentó a su lado, para empezar a buscar su ropa y poder vestirse. –Aunque seas malo conmigo, sé que me quieres –Le dijo burlonamente.

 

Suzuno se dio la vuelta torpemente, quedándose boca arriba. –Si no lo hiciera… No saldría contigo -.

 

Burn sonrió con orgullo y se inclinó sobre el moreno para robarle un pequeño beso. –Vístete, antes de que cojas frío –Cogió sus pantalones y se los ofreció a su propietario.

 

El albino los miró con pereza, y finalmente acabó levantándose. Los cogió y se puso a buscar su ropa interior. La encontró colgando de la rama de un arbusto. Se vistió rápidamente y se sacudió las hojas y la tierra. Se recolocó el pelo todo lo que pudo y se estiró la camiseta, que no se había llegado a quitar y que todavía seguía empapada, al igual que el resto de sus ropas.

 

Se dio la vuelta y pudo comprobar que Haruya también había terminado de vestirse y ahora estaba terminando de atarse los zapatos.

 

-¿Qué hora es?

 

El pelirrojo rebuscó en sus bolsillos hasta que encontró su teléfono móvil. –Las tres menos cuarto –Dijo sin mucho entusiasmo.

 

-¿Te apetece comer? Se nos está haciendo tarde –Dijo el peliblanco masajeándose el estómago.

 

-Claro –Se acercó al albino y le dio una palmadita en el culo- Hay que reponer fuerzas para esta noche –Le miró de forma pervertida.

 

Suzuno lo miró sin expresión en el rostro, cómo hacía siempre que el pelirrojo le decía ese tipo de cosas.

 

-Estás enfermo Nagumo – Comenzó a andar con la cabeza alta, como si estuviera indignado por el comentario. El pelirrojo echó a andar detrás de él.

 

Burn seguía al peliblanco, que lo había dejado un poco atrás -``Perro ladrador, poco mordedor´´ -Pensó mientras esbozaba una de sus típicas sonrisas. -``Hoy va a ser un día memorable, sobre todo para ti, Suzu-chan´´-.

 

No pudo evitar esbozar una sonrisa perversa. Por suerte para él, Gazelle no pudo verla.

 

 

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

El peliverde comía de su copa de helado, rebañando la cuchara con la lengua de una forma un tanto…  Err… ¿Cómo decirlo? … ¿Sugestiva?

 

 

 

-¿Sabes, Hiro? –Se sacó la cuchara de la boca- Me encanta esta cafetería, el helado está riquísimo – Hundió su dedo índice en la nata de su copa y se lo metió en la boca, bajo la atenta mirada del oji-jade.

 

-Aunque bueno… El helado siempre está riquísimo –Sonrió tontamente mientras volvía a remover la nata con el dedo, para volver a metérselo en la boca. Se dio cuenta de que el pelirrojo lo miraba y sonrió tímidamente, aun con el dedo dentro de su boca.

 

A Kiyama le dio un tic nervioso en el ojo ante aquella visión. Al menos ya no se desangraba.

 

-¿Tengo helado en la cara? –Preguntó el peliverde al sentir la insistente mirada del pelirrojo sobre su rostro.

 

-¿Eh? No, no –Respondió nerviosamente, a lo que el moreno le respondió con otro bonita sonrisa.

 

-``Dios… ¡No estoy preparado para esto! La carne es débil y yo no estoy hecho de acero… Ni que lo hicieras aposta Mido-chan… … ... ¿¡P-Pero, quién como el helado así!? Ayy… Esto es malo para mi salud´´

 

El peliverde seguía a lo suyo, comiendo helado de esa forma tan única que lo caracterizaba, y Hiroto intentaba no maquinar cosas no aptas para menores en su mente, sin mucho éxito.

 

-Esto… Mido-chan ¿Has terminado ya? –Preguntó el pelirrojo, intentando evadir los estimulantes gestos de su novio.

 

-Un segundito- Cogió su copa con ambas manos y comenzó a beber lo que quedaba de helado, que ya se había derretido por el calor. Una gota de líquido empezó a deslizarse por una de sus comisuras, dejando un rastro de color blanco en su bronceada piel.

 

-¡Ahh~~!- Volvió a coger aire después de haberse terminado hasta la última gota de halado- ¡Delicioso~~! –Se relamió los labios con la punta de la lengua, y se limpió la pequeña mancha de su comisura con el dedo, para luego lamerlo. El helado era demasiado valioso coma para desperdiciar una gota.

 

Hiroto tardó un par de segundos en procesar lo que sus ojos habían visto.

 

-¡V-voy al baño, vuelvo en cinco minutos! – Salió corriendo sin darle tiempo al que el peliverde dijera nada.

 

-Vale… -Respondió, pero el pelirrojo ya no estaba. El pequeño Midorikawa se quedó un poco extrañado por la repentina huida de Hiroto. –``Creo que pediré otro helado´´… ¡Camarero~~!-.

 

 

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

``Atención a todos los participantes, la competición de la categoría de surf está a punto de comenzar. Por favor, recojan sus números de identificación en la cabaña central. La primera prueba comenzará en cinco minutos´´ -Anunció la voz de una mujer, haciendo que todos los surfistas se abalanzaran sobre la cabaña dónde se repartían los números. Obviamente, Tsunami no iba a ser menos.

 

 Salió corriendo como alma que lleva el diablo. Cuando se trataba de surf, el pelirrosa siempre quería ser el primero. Kazemaru se hubiera puesto celoso si lo hubiera visto correr.

 

Jordan también salió corriendo tras el pelirrosa, mientras que Tachimukai buscaba un buen sitio en la costa para poder ver con todo detalle a su surfista.

 

Pasó un cuarto de hora y el pelirrosa ya tenía su número, el cincuenta y siete. Él había pedido el doscientos setenta y tres, pero no se lo habían dado.

 

Aunque había mucha gente, el portero y el surfista enseguida se reencontraron, y se sentaron en la arena, a esperar su turno.

 

-La verdad… Estoy un poco nervioso, no pensé que iba a venir tanta gente –Confesó el moreno sin dejar de mirar a la gente que iba y venía de un lado para otro.

 

-No hay por qué estarlo, tú eres un profesional del surf, seguro que dejas al jurado alucinado- Le animó el portero suplente.

 

-Gracias Tachi, no sé qué haría yo sin ti- Le revolvió los cabellos y le dedicó una de sus grandes sonrisas.

 

-¡Tsunami! –El oji-carmín se acercaba corriendo hacia ellos alegremente, con su tabla debajo del brazo.

 

-¡Jordan! Pensaba que ya no iba a verte –Soltó un par de carcajadas y saludó al moreno chocando sus puños.

 

-``Oh vamos… ¿Tenías que venir a molestar justo ahora?´´ -Pensaba el castaño bastante enfadado por la aparición de su competencia.

 

-¿Qué número te ha tocado? –Preguntó Tsunami mientras enseñaba el suyo- Yo soy en cincuenta y siete-.

 

-Yo soy el sesenta y uno –Enseñó una tarjeta con su número.

 

Ambos jóvenes empezaron a hablar te surf y otras cosas poco importantes, mientras Tachi miraba con recelo la escena. Cada vez odiaba más a ese tal Jordan.

 

 

 

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

 

 

 

-¡Hiro! –Gritó alegremente el peliverde cuando divisó a su novio salir de la cafetería, mientras corría hacia él –Cómo tardabas mucho decidí esperarte fuera –Le abrazó cariñosamente.

 

Hiroto le acarició la cabeza al peliverde –Esta bien, no te preocupes –Le acarició la mejilla y le dedicó una de sus tranquilizadoras sonrisas.

 

-Por cierto Hiroto ¿Por qué has tardado tanto? –Le preguntó con un adorable puchero adornando su rostro, y los mofletes inflados, como un niño pequeño.

 

-P-por nada Mido-chan, es que he tenido que esperar porque había más gente para entrar al baño -. El pelirrojo dijo la primera excusa que pasó por su mente, porque claro, no le iba a contar que había estado masturbándose pensando en él, porque le provocaba inconscientemente comiendo helado de esa forma tan… sexy.

 

-Ah... Era eso. Me alegro de que no te pase nada –Le dedicó una sonrisa radiante, de esas que lleva un mensaje oculto, algo así como ``viólame´´ o ``Haz lo que quieras conmigo´´.

 

-Gra… Gracias… –Dijo finalmente el pelirrojo, con un notable sonrojo. Cómo era muy pálido se le notaba enseguida.

 

-Hiro, te sangra la nariz –Comentó preocupado el peliverde, mientras examinaba la nariz de su novio.

 

-``¡Mierda! ¡Otra vez no!´´ No es nada, no te preocupes. Es por el calor –Contestó mientras se limpiaba la sangre con un pañuelo que llevaba especialmente para esos casos.

 

-¿Seguro que estás bien? Si te encuentras mal podemos volver al hotel -.

 

El moreno seguía preocupado por la salud de su novio. Demasiadas casualidades en un mismo día.

 

-Ya te lo he dicho, me encuentro perfectamente –Sonrió como solía hacerlo siempre –Pero me alegra que te preocupes por mi –Le besó la mejilla en un rápido movimiento, y el peliverde no pudo evitar sonrojarse.

 

Escucharon unos gritos detrás de ellos y vieron a las mismas chicas que hacía un par de días les habían sacado fotos. Las locas de las parejitas gays.

 

-Mido- Le llamó en un susurro –Vámonos de aquí ¡Pero ya! –Le cogió del brazo y salieron corriendo en dirección a ninguna parte.

 

Corrieron y corrieron hasta despistar a las locas obsesas, y cuando se dieron cuenta, estaban al lado de la playa, casi en la orilla.

 

-Mira Hiro-chan… -Respirando profundamente- Estamos al lado de la zona de prácticas, seguro que la competición está a punto de comenzar –Dijo alegremente el peliverde.

 

-¡Mira! ¿Esos no son Tachi y Tsunami? –El pelirrojo señaló a lo lejos a los aludidos -¿Vamos a saludarlos?-.

 

-Mejor no –Respondió el moreno-  Se ve que están muy ocupados- Mirando cómo los dos chicos se reían y el pelirrosa le revolvía los cabellos.

 

-Quizá tengas razón –Le hizo caso y se sentaron en el sitio, bajo la sombra de una sombrilla.

 

-Claro que tengo tazón ¿Acaso no la tengo siempre? –Preguntó indignado el amante del helado.

 

-No, yo no he dicho eso –Se defendió el pelirrojo.

 

-¡Jmp! –Refunfuñó el peliverde mientras se cruzaba de brazos.

 

-Vamos Mido-chan, no te enfades. Te compraré un helado del sabor que quieras ¿Vale?

 

Al moreno se le iluminó la mirada y se le sonrosaron las mejillas -¿¿En serio?? ¡¡Gracias!! –Se le tiró encima y le abrazó por el cuello.

 

-Eres el mejor –Le apretó contra su cuerpo, más feliz que Sakuma en un zoo de pingüinos.

 

Kiyama observaba con disimulo la preciosa expresión que adornaba el rostro Midorikawa.

 

 -``Si esto sigue así me temo que no podré aguantar mucho tiempo´´ -Pensaba apenado el pelirrojo mientras abrazaba a su adorable y, para su desgracia, violable novio.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado ^w^ Sólo quería decir que aunque tarde un poco en actualizar ((Es que tengo que seguir con otro fic que acabo de subir ^^U que sepáis que no me olvido de este fic, y que subiré la conti a lo largo de la semana que viene. No me olvido ^////^ ¡¡Muchos besos a todos/as y gracias!!


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