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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del capitulo:

Wola!~~ u////u Hoy estoy muy triste, porqué puede que cierren un de mis foros favoritos ;///; Y no quiero ni pensarlo TT////TT... ¡Pero aquí dejo el capítulo 11! Que me ha quedado un poquito más largo de lo normal, pero creo que no me ha quedado mal u///u En fin, espero que les guste ¡Muchos besos!

 

-Hemos elegido un buen día para venir – Comentó el albino, para después beber de su refresco tranquilamente.

-¿Por qué lo dices? –Preguntó el chico de fuego mientras partía en varios trozos la pizza que habían pedido.

-Porque hoy se celebra una competición de surf, o algo así, que por lo visto es bastante popular, y gracias a ella poca gente ha venido hoy aquí –Explicó Gazelle.

-¡Ahh! Esa competición… Oí a Jordan hablar de ella, creo que va a participar –Terminó de trocear la comida, le ofreció una porción a Suzuno y se llevó otra a la boca.

-Deberías haberlo dicho antes, así podríamos haber ido a animarle –El moreno le dio un mordisco a la pizza mientras esperaba una respuesta por parte del pelirrojo.

-Creo que prefiere estar solo, así puede ligarse a su‘’novio’’ sin nadie que le moleste-.

Fuusuke se sorprendió al escuchar las palabras del ojiambarino. -¿Jordan va detrás de alguien?-.

-Si, del surfista del Raimon, Tsunami creo que se llama –Contestó tranquilamente mientras cogía otra porción.

-Pues no lo sabía… Tiene unos gustos un poco raros, no sé… No le veo con ese chico –Dijo algo confuso el moreno.

-Eso mismo le dije yo, pero me dijo que le gustan ‘’maduros’’ –Dio un largo trago a su bebida y exclamó satisfecho –Ahh~~ que fresquita -.

-De todas formas, no creo que lo consiga, ese tal Tsunami siempre está con otro chico… Yo creo que tienen algo.-

Haruya dejó de comer y apoyó su cabeza sobre su mano derecha, mientras apoyaba el codo en la mesa.

-Yo también lo pensé al principio, pero no tienen ninguna relación entre ellos –Contestó el pelirrojo.

-Bueno, era solo intuición… -.

-… A propósito ¿Por qué estamos hablando esto? –Preguntó de la nada el chico de fuego.

-¡Y yo que sé! Tú has sacado el tema –Respondió el albino con indiferencia.

 

Se hizo el silencio entre ellos.

 

-Por cierto Suzu-chan, todavía no te he agradecido lo de antes –Dijo el pelirrojo con una sonrisa prepotente adornando su rostro- Gracias~~ -.

El moreno miró a un lado para que su novio no pudiera ver su notorio sonrojo. No sabía cómo había podido ceder a hacer tales guarradas en medio de un parque público. Pero en el fondo había disfrutado mucho, así que no podía replicarle nada al oji-ámbar.

-Sí, bueno… De nada –Contestó tímidamente mientras se peinaba su flequillo, evitando mirar a los ojos al pelirrojo. -``Maldito Nagumo, ¡Parece que saca este tema aposta para abochornarme!´´-.

 

Haruya se le quedó mirando sin decir nada. El moreno estaba realmente precioso en ese momento. Su piel morena al Sol se veía tan suave que daban ganas de acariciarla. Su pelo aun seguía alborotado, y le daba un aspecto muy sexy, su ropa, desarreglada y todavía un poco húmeda y su expresión tímida y adorable…

-``Y luego se queja de que lo violo… Es que así no hay quien se resista´´ -Pensaba el pelirrojo mientras se daba la razón a sí mismo.

-¿Decías algo? –Preguntó el moreno, que juraría haber escuchado como su chico murmuraba algo en bajo.

-¿Eh? ¡No! Nada, nada… ``Tengo que dejar de murmurar mis pensamientos´´  -.

 

El sonido del teléfono móvil del chico de fuego llamó la atención de los dos jugadores. Haruya rebuscó en sus bolsillos hasta que lo encontró.

-¿Hiroto? … … No me vengas con preguntas tontas ¿Para qué me has llamado? … … A ver… ¿De qué se trata? … ¿A-a qué viene esa pregunta? … … Sí ¿Y qué? ¿Tienes algún problema? – El albino miraba como su novio hablaba mientras se terminaba su refresco.

El pelirrojo se puso en pie y se fue a una esquina para tener más intimidad con su conversación.

Pasaron los minutos y finalmente tras un cuarto de hora el pelirrojo volvió a reunirse con el moreno.

-Perdona que te haya dejado solo, es que era algo privado –Se disculpó el ojiambarino mientras se sentaba de nuevo en su sitio.

-¿Con Hiroto?

-Si, bueno, algo así…- Le restó importancia.

-Al menos cuéntame un poco de que habéis hablado –Exigió el albino, que en el fondo estaba un poco celoso.

-No estés celoso Suzu-chan, ya sabes que eres el único para mi- Dijo con tono cursi mientras sostenía su mano y se la restregaba por la cara.

-Suelta mi mano, que me la llenas de babas –Forcejeó hasta que el pelirrojo soltó su susodicha mano, un poco a regañadientes.

-Puedes maltratarme todo lo que quieras, hoy estoy de buen humor –Dijo con picardía el pelirrojo mientras estiraba sus brazos y los colocaba detrás de su cabeza.

-Pues me alegro de que los disfrutes, porque no se repetirá en mucho tiempo – Dijo fríamente el albino condenando con la mirada al pelirrojo.

-Suzuno, los dos sabemos que eso no es verdad, siempre vas de frío por la vida pero te conozco y sé que también tienes tus necesidades –Se apoyó sobre la mesa –Así que no me asustan tus amenazas. –Comenzó a beber su refresco.

-Me hace gracia que lo menciones, por que resulta que Afuro está instalado en el mismo hotel que nosotros, y podría desahogar mis necesidades con él –Dijo tranquilamente el albino, lo que hizo que Haruya se atragantara.

-¿¿¿Aphrodi??? –Gritó el pelirrojo entre enfadado y sorprendido.

 El albino asintió con la misma tranquilidad que antes.

-No serás capaz –Dijo el pelirrojo, qué más bien trataba de convencerse a sí mismo.

-Puede que yo no, pero él sí –Respondió perversamente el moreno. Lo peor es que Nagumo sabía que tenía razón.

-Suzuno, no bromees con esto, sabes que no me gusta nada –Advirtió el chico de ojos color ámbar.

-¿Quién te ha dicho que esté bromeando? –Le contestó burlonamente el albino, haciéndose el interesante.

-Suzuno –Le llamó en forma de amenaza. Odiaba con todo su alma que el albino se refiriera de esa forma al ‘’chico ángel’’, le sacaba de sus casillas.

-¿Qué pasa? –Fingió inocencia el moreno, poniendo ojitos brillantes.

-Como te vea con  ese, te juro que cogeré su cabeza y me haré un cenicero con ella –Dijo con tono muy seri, lo cual, al parecer, hizo gracia al albino.

-Pero si tú no fumas –Comentó divertido sin quitar su mirada de falsa inocencia.

-¡Pues empezaré fumar, y no pararé hasta haber llenado su cráneo de colillas! ¿Me oyes? –Preguntó totalmente alterado.

-Sí, no estoy sordo –Dijo tranquilamente, con cara de angelito. Nagumo lo miraba con el ceño fruncido, esperando alguna otra respuesta por parte de su novio.

-… No sé por qué odias tanto a Terumi ¿Qué te ha hecho? –Pregunto, pero sabía perfectamente cual era la respuesta. Él siempre había sido muy amable con el rubio y eso a Nagumo le sentaba como una patada en la entrepierna. Además de que Afuro siempre había demostrado un cariño especial por el peliblanco.

-Cómo si no estuviera muy claro, ese tío va detrás de tu trasero –Le señaló acusadoramente –Y sinceramente, no me quedo tranquilo sabiendo que circula por el hotel ¿¿Y si te viola en los baños de la cafetería?? -. El pelirrojo ya empezaba a exagerar las cosas de manera descomunal. Suzuno era violable, sí, pero no tanto.

-Estás alucinando, además, no todos somos tan indecentes como tú -. Ahora era el albino el que lo acusaba.

-Es que tú no te das cuenta, pero Aphrodi te mira con ojos de pervertido –Insistía el chico de fuego.

-Nagumo, según tú hasta el gato de la vecina me mira con ojos de pervertido, en serio, creo que estás obsesionado con eso-.

-Cuando ese loco te viole y te convierta en su esclavo sexual, ya vendrás a mi llorando para que te consuele –Decía mientras se cruzaba de brazos.

-Correré el riesgo –Canturreó el albino, dando a entender que las palabras de su novio le entraban por un oído y le salían por el otro.

Fuusuke se levantó de la mesa. El pelirrojo imitó su gesto y ambos salieron de la especie de cafetería en la que estaban.

Anduvieron un rato sin hablarse hasta que el pelirrojo no lo aguantó más. Ahora que sabía que el rubio andaba cerca, sentía que cada segundo que él y el albino no se hablaban, era cómo si se lo estuviera entregando a Aphrodi en bandeja de plata.

-Nee Suzu-chan –Le rodeó la cintura con su brazo- Ya sabes que soy muy celoso, y más si se trata del afeminado ese, pero… -Se paró en seco, deteniendo también el paso del moreno –No tengo la culpa de quererte tanto. –Le miró a los ojos fijamente, perdiéndose en los hermosos orbes azules del moreno.

Suzuno se quedó inmóvil… ¿Había escuchado bien? Nagumo… ¿Nagumo había dicho eso? Algo no encajaba.

-Lo… ¿Lo dices en serio? –Preguntó tímidamente el chico de hielo, fusionando sus miradas.

-No lo diría si no fuera verdad –Contestó rápidamente, acortando la distancia que separaba sus cuerpos.

-O-oye… –Se separó del pelirrojo con la mirada gacha –No creas que con esos ojitos de cachorro vas a conseguir… -Veía como el pelirrojo se acercaba más y más- que… -Antes de que pudiera reaccionar ya le había robado un beso. Ese día el pelirrojo estaba muy cariñoso, auque ni era de extrañar, teniendo lo que había pasado hace apenas una hora.

Se separó lentamente del ojiambarino sin decir nada.

De fondo se podía escuchar a un grupito de chicas gritar emocionadas por sus muestras de cariño, un grupo de adolescente mirándolos sorprendidos y una madre tapándole los ojos a sus hijos.

Gazelle suspiró totalmente abatido y se fue andando en dirección contraria a las chicas, los adolescentes y la madre homófoba. Se sentía abochornado.

-¡Corre! ¿¡A que esperas!? ¡Qué se te escapa! –Gritaba una de las chicas que anteriormente había gritado, dirigiéndose a Haruya.

-¡Luchar por su amor! –Gritaba otra.

-¡Date prisa!- Animaba una tercera joven.

Haruya las miró con una gotita en la nuca, pero las hizo caso y salió corriendo tras el peliblanco.

 

Lo encontró sentado en un banco, ocultando su cara con las manos.

Se acercó a él lentamente y se sentó a su lado. Apoyó su cabeza sobre su hombro y se quedó así sin decir nada, hasta que el albino rompió el silencio.

-Eres un idiota ¿Lo sabías? –Susurró el albino sin levantar la mirada.

-Sí, lo sé -.

-Y yo soy el más idiota por dejarme llevar- Se lamentaba el moreno.

-Bueno, en eso tienes razón –Le siguió la corriente el chico de fuego.

Suzuno le dio un zape en la cabeza.

-Ay… -Se lamentaba el pelirrojo, sobándose el chichón que le habías salido.

-Desde luego, eres de lo que no hay –Fuusuke su puso en pie y se peinó el flequillo. –Date prisa, nos quedan muchas atracciones por probar.

El ojiambarino se alegro al oír eso. Parecía ser que el albino no iba a dejar que los comentarios de la gente le afectaran, y le estropearan un día tan maravilloso como ese.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

-``Acaban de ver la exhibición del número  cincuenta y seis, con una puntuación total veintidós puntos´´ -Anunciaba nuevamente la encargada de narrar los resultados –El siguiente en entrar al agua es Jousuke Tsunami´´-.

-Joder, joder, joder ¡Qué es mi turno! –Dijo nerviosamente el pelirrosa mientras salía disparado al mar, con su inseparable tabla y sus amigos animándole a gritos.

-¡Tú puedes Tsunami!-.

-¡Demuéstrales lo que sabes!-.

El moreno les dedicó una sonrisa antes de entrar al agua y comenzar a adentrarse en el mar, nadando sobre su tabla.

Llegó a la zona de mayor oleaje y se puso a observar detenidamente las olas, esperando que llegara una grande, digna de su nivel. A lo lejos divisó una ola que resaltaba por encima de las demás, y sin dudarlo empezó a nadar hacia ella.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca se puso en pie sobre su tabla y comenzó a deslizarse por el interior de la ola con gran maestría, haciendo movimientos precisos y ágiles. Mantenía el equilibrio sin problemas y tocaba la ola con su mano más cercana, un ejemplo perfecto de precisión.

Cuando llegó al final de la ola, se dio impulso, y aprovechó las últimas fuerzas de la ola para hacer una pirueta y dar una vuelta en el aire, para después aterrizar con cuidado sobre la superficie y regresar tranquilamente a la costa.

Una actuación simplemente brillante.

-``Una gran exhibición por parte de Tsunami, ahora el jurado dará su opinión´´ - Todas las miradas se centraban en las tres personas que habían sido elegidas como jurado, y que ahora debatían en bajo su calificación. A los pocos segundos le comunicaron la puntuación a la narradora.

-``¡Increíble! ¡Tsunami Jousuke, a pesar de ser tan joven ha conseguido una calificación de veintinueve puntos sobre treinta!´´ -Anunciaba la presentadora.

El pelirrosa no parecía del todo conforme con el resultado, pero sonrió orgullosamente y volvió a reunirse con sus compañeros.

-No esperaba menos de ti Tsunami-san –Le animaba el otro surfista mientras le palmeaba la espalda enérgicamente.

-Sí, aunque creo que podría haberlo hecho mejor… -Comentaba el defensa sin dejar de sonreír mientras se sentaba en el mismo sitio de antes.

-No seas tan exigente, yo creo que lo has hecho genial –Le animaba el portero suplente del Raimon.

Tsunami soltó un par de carcajadas y se alborotó sus propios cabellos –Vaya, muchas gracias –Contestó modosamente.

Sus admiradores sonrieron alegremente y después se miraron entre ellos, cambiando la amabilidad de su rostro por un odio más negro que el carbón. Por poco no salían chispas.

 

El pobre Tsunami miraba con una sonrisa nerviosa en comportamiento de sus amigos, y mentalmente se preguntaba por qué actuaban así y por qué se llevaban tan pésimamente mal.

-Voy a por un refresco –Dijo el pelirrosa mientras se ponía en pie.

-¡Te acompaño! –Gritaron a dúo los dos rivales por el amor del surfista, lo que ocasiono que volvieran a mirarse con odio y a echar chispas.

-C-casi que mejor voy solo jejeje… -De un momento a otro el moreno había desaparecido, dejando a los pretendientes solos, y con un ambiente más espeso que el puré de patata.

-No creas que te vas a salir con la tuya –Dijo desafiante el pequeño portero del Raimon.

-Pues yo creo qué si lo haré, y luego te lo restregaré en la cara –Le respondió de mala forma el otro surfista.

-Más quisieras –Contestó Tachimukai. No pensaba quedarse atrás.

-Escucha chaval ¿Crees realmente que si no ha salido contigo en todo el tiempo que lleváis juntos lo va a hacer ahora? –Preguntó con ironía y después dejó escapar una risotada –No me hagas reír…

Ese comentario le hizo mucho daño al pequeño portero. Y es que tenía razón… ¡Pero no pensaba rendirse!

-Si no ha salido conmigo, es porque no se lo he pedido –Contestó el castaño con mucha seguridad, que en el fondo no tenía, pero tenía que aparentar ser fuerte.

-Pues entonces, pídeselo –Dijo muy confiado el chico de cabellos azul oscuro.

-¿Qué?

-Lo que oyes. Cuando Tsunami regrese pídele que salga contigo –Explicó con una sonrisa triunfante el moreno.

El oji-azul estaba apunto de contestar al comentario del muchacho cuando la presentadora anunció que el siguiente en exhibirse sobre la tabla de surf era el oji-rojo.

-Bueno, me toca –Se puso en pie y cogió su tabla. –No olvides lo acordado.- El moreno se dirigió al la costa sin dar tiempo a que Yuuki le contestara.

Justo en ese momento apareció Tsunami en escena, con un cóctel de frutas en la mano.

-Ya he vuelto –Dijo alegremente el pelirrosa- ¿Quieres un poco? –Preguntó mientras le ofrecía su bebida al portero.

Tachimukai cogió tímidamente la bebida que le ofrecía el surfista y le dio un trago, mientras agradecía a las fuerzas de la naturaleza o a lo que fuera que Tsunami no hubiera llegado medio minuto antes.

Pero lo peor estaba por llegar… Cuando volviera el estúpido de Jordan tendría que… ¿Declararse? ¡Ni hablar! Tenía que pensar en algo… ¡Pero ya!

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

-Tsunami lo ha hecho muy bien –Comentaba Midorikawa que veía animadamente la competición mientras se comía el tercer helado en lo que llevaban de día, sentado en el regazo de su novio.

El pelirrojo asintió.

-¿Y ahora que hacemos? Ya le hemos visto, y no me apetece quedarme aquí tooodo el día –Lloriqueaba el peliverde cómicamente.

-Podemos ir a donde quieras –Le tranquilizó el pelirrojo, acariciándole la cabecita a su novio.

-Mmm… Podemos alejarnos de la muchedumbre y darnos un baño en la playa, ya que hemos venido hasta aquí… ¿Te apetece? –Preguntó inocentemente el moreno, con los ojitos brillantes.

-Claro ``Esto va de mal en peor… Ahora encima tengo que soportar ver a Mido en bañador jugueteando con el agua y sonriéndome con su sonrisa de ‘’Por favor Hiroto, viólame’’-.

Midorikawa se levantó de su cómodo asiento y ayudo al pelirrojo a que hiciera lo mismo, ya que se la habían entumecido las piernas de haber tenido el peliverde encima durante tanto tiempo.

Luego comenzaron a andar hasta haber dejado atrás la competición, y buscaron un pequeño hueco dónde no había nadie nadando.

-Muchas gracias Hiro, creo que eres demasiado bueno conmigo –Decía alegremente el peliverde mientras se abrazaba al brazo del pelirrojo.

-Es lo normal, somos novios –Intentaba restarle importancia el oji-jade.

-Pero tú siempre estás dándome caprichos, y yo nunca hago nada por ti... Me siento mal por eso –Decía con tono triste el moreno mientras terminaba de comerse su helado. -… ¿Hay algo qué pueda hacer para compensarte? ¿O algo que te apetezca hacer? –Preguntó inocentemente, mirando los ojos verdes de Hiroto tímidamente.

La mente de Hiroto colapsó.

-``Si te contara todas las cosas que me gustaría hacerte… Te asustarías´´- Pensaba el pelirrojo, intentando espantar todo los pensamiento pervertidos.

-No te preocupes por eso Mido-chan,  cuando se me ocurra algo te lo diré ¿Vale?- Le rodeó la cintura con su brazo derecho y continuaron andando. –Yo con estar contigo me conformo -.

El peliverde le sonrió alegremente, se separó un poco de él y se empezó a quitar la ropa, bajo la atenta mirada del ex-capitán de Génesis, hasta quedarse sólo con el bañador que ya traía puesto.

-Voy a darme un chapuzón ¿Vienes conmigo?-.

Hiroto dejó de mirarle el culo a su novio y le miró a los ojos nerviosamente –A-ahora voy, tu ve adelantándote –Dijo nerviosamente el chico de piel pálida.

Mido hizo caso al pelirrojo y se fue dando saltos al agua. Hiroto suspiró pesadamente y sacó su móvil del bolsillo. Buscó un número en su lista de contactos y pulsó el botón de llamar.

Al poco rato la persona a la que llamaba contestó.

-¿Hiroto? –Se escuchó la voz de Haruya al otro lado de la línea.

-Hola Haruya ¿Qué tal?

-No me vengas con preguntas tontas ¿Para qué me has llamado? –Preguntó secamente el otro pelirrojo. Sospechaba que Hiroto no le llamaba sólo para saber qué tal estaba.

-Tengo un problema –Dijo apesadumbrado el capitán de Génesis.

-A ver… ¿De qué se trata?

-… ¿Tú estás saliendo con Gazelle verdad?

-¿A-a qué viene esa pregunta?

- Tú solo contesta

-…Sí ¿Y qué? ¿Tienes algún problema? –Preguntó enojado el ojiambarino.

-No, claro qué no, es que quería asegurarme, para poder pedirte consejo –Aclaró el oji-jade.

-¿Consejo? ¿Sobre qué?

Hiroto respiró hondo y le explicó a Nagumo todo lo que había ocurrido con Midorikawa, sus intentos fallidos de intentar intimar con él y sus ganas de poder ‘’divertirse’’.

-Ahh… A mi al principio me pasaba igual, Suzuno se hacía el estrecho y no había forma de hacer nada, pero un día que ya no aguantaba más le arrinconé contra la puerta de los vestuarios y le solté un discurso; Que por qué no quería, que si es que no le gustaba estar conmigo, que si bla bla bla, todo tipo de cosas sentimentales, entonces él se sintió mal y acabó cediendo –Explicaba orgulloso el chico de fuego.

-Eso es un poco rastrero ¿No? –Decía con una gotita en la nuca el chico de piel pálida.

-Tú di lo que quieras, pero no veas cómo lo disfruté  –Decía sin quitar su tono de superioridad.

-Entonces ¿Tu consejo es que le soborne con sentimentalismo barato?

-Sip –Contestó alegremente- Y si no funciona siempre puedes recurrir a los afrodisíacos, conozco una marca realmente buena… ¿Cómo se llamaba?-Fue interrumpido por Hiroto.

-¡No voy a drogar a Mido!

-Solo era una sugerencia –Se encubría el pelirrojo.

-Bueno… gracias por el consejo, ya veré que hago…

-Nah, de nada, suerte –Se despidió el chico de fuego y colgó.

Hiroto guardó su teléfono móvil y se desvistió al igual que había hecho su novio. Dejó la ropa junto con la del peliverde y se acercó a la costa.

Midorikawa estaba nadando animadamente de un lado a otro, así que el pelirrojo decidió darle una sorpresa y abrazarle por la espalda.

-Mi-do-chan –Le llamó sílaba por sílaba mientras le abrazaba por sorpresa, lo cual hizo que el peliverde se sobresaltara.

-Hiroto, me has asustado –Decía con un adorable puchero el moreno.

-Eso pretendía –Contestó divertido el pelirrojo, tirando de las mejillas del ojinegro.

El peliverde lo miró mal por unos segundos, pero en seguida cambió su expresión a una de felicidad. Se separó de él y le tiró un poco de agua a la cara como castigo. Después salió corriendo como buenamente podía, teniendo en cuenta que estaba con el agua por las rodillas.

Hiroto enseguida empezó a perseguirlo para tirarle agua, y cuando lo alcanzó se cambiaron los roles, y era el peliverde el que perseguía al oji-jade. Así estuvieron un buen rato hasta que se cansaron. Correr en el agua era muy duro.

-Ah… Estoy agotado… ¿Podemos volver al hotel? No quiero pasar el resto del día con el pelo así- Comentaba el peliverde mientras se escurría el pelo, que estaba lleno de partículas de sal, por culpa del agua salada.

-Me has leído el pensamiento -. Cada uno cogió sus cosas y se encaminaron al hotel con paso lento. No tenían prisa.

Llegaron a la media hora o así, ya que se entretuvieron por el camino, mirando la playa. El amable portero del hotel les reconoció enseguida, pues no conocía muchos jóvenes con el cabello verde, y les dio la bienvenida.

Entraron con prisa, ya que solo llevaban el bañador, y les daba un poco de vergüenza andar así por el hotel. Pidieron la llave de su habitación en el vestíbulo y cogieron el ascensor, que tuvieron que compartir con un señor que no le quitaba el ojo al peliverde, cosa que molestó de sobremanera al oji-jade, y por instinto atrajo hacia sí el cuerpo de Midorikawa, haciendo que a este se le enrojecieran las mejillas.

-¿H-Hiro? –Preguntó tímidamente el moreno.

-Es que tengo un poco de frío –Mintió para no asustar al peliverde con la verdad. Midorikawa reaccionó abrazando al pelirrojo por la cintura. –¿A-así mejor? -.

Hiroto sonrió para sus adentros, apretando más su agarre –Sí, mucho mejor -.

El hombre salió del ascensor cuando las puertas se abrieron, y Hiroto y Midorikawa esperaron a que el ascensor llegara al piso veintitrés.

Cuando se abrieron nuevamente las puertas los jugadores salieron disparados hacia su habitación. Por el camino se cruzaron con Kidou y con Fudou, que caminaban uno al lado del otro, y sorprendentemente no estaban peleándose. Los estrategas los miraron con sorpresa y se echaron a un lado para dejar vía libre a los recién llegados.

Hiroto y Midorikawa los saludaron rápidamente, sin detenerse, y siguieron corriendo hasta llegar a la puerta de su habitación. Midorikawa encajó la llave en la cerradura y tras girarla, abrió la puerta, y al instante se encerraron en su cuarto.

Los dos suspiraron aliviados.

-Me pido primero en entrar al baño –Dijo Mido en cuanto recuperó el habla.

-Ni lo sueñes –Replicó con una sonrisa en pelirrojo- Yo entro contigo –Canturreó felizmente mientras entraba al baño.

-No es que me moleste, pero no es obligatorio que nos duchemos juntos todos los días –Decía tímidamente el peliverde, entrando también en el baño.

-Menos hablar y más desnudarse –Cambió de tema radicalmente mientras se quitaba el bañador y entraba en la bañera.

Al pequeño Mido no le quedó otra que acceder a la petición de su novio, y sin mucho entusiasmo y con un mar de nervios se quitó la única prenda que llevaba y se metió en la bañera, de espaldas a Hiroto. No importaba cuantas veces se ducharan juntos, siempre le daría vergüenza.

-``Bueno, ya está todo listo… ¡Qué comience el plan ‘’Seducir a Mido’’!´´ -Pensó el pelirrojo mientras se volteaba para ver a su presa. -``Lo siento Mido-chan, pero de esta no te libras´´

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

Un joven de cabellos azul claro, piel morena y un curioso parche en el ojo se entretenía dibujando monigotes en una servilleta de papel, intentando así aminorar su aburrimiento, pero ya había rellenado cinco servilletas con dibujos mal hechos de pingüinos y empezaba a ser algo repetitivo.

Pero poco más podía hacer en esos momentos, ya que nadie estaba en el hotel, y no podía irse porque tenía que esperar a su novio.

Endo y Kazemaru habían ‘’desaparecido misteriosamente’’… Cosa que ocurría últimamente todos los días. Un poco sospechoso.

Kidou y Fudou si que estaban, pero para una vez que no se estaban peleando, no quería molestarles. A ver si esos dos se declaraban de una maldita vez.

Casi todo el mundo estaba en la competición de deportes acuáticos, haciendo yo que sé qué, el pobre Sakuma estaba condenado al aburrimiento hasta que el portero se dignara a aparecer.

- Ya he vuelto –Anunció alegremente el castaño en el momento que entraba en la habitación del peliazul.

El amante de los pingüinos, al verlo, se emocionó tanto que se le tiró encima, y los dos cayeron al suelo estrepitosamente.

-Pensaba que me habías abandonado… -Lloriqueaba cómicamente el chico del parche mientras se aferraba al oji-azul.

Genda le dio un par de palmaditas en la espalda y haciendo uso de su fuerza consiguió ponerse en pie, aun con Sakuma encima.

-¿Cómo voy yo a abandonarte? –

El chico de ojos rojizos se encogió de hombros, y al portero le salió una gotita en la nuca.-Bueno, pues tengo una buena noticia –Puso pose guay. –He conseguido unos pases para una fiesta esta noche, en un local no muy lejos de aquí –Comentaba alegremente el castaño, haciendo una especie de danza de celebración.

Cabe decir que Genda era un amante de las fiestas, y siempre acababa arrastrando a Sakuma a todos los garitos a los que iba. Claro está que Sakuma no quería dejar solo a su novio en un lugar lleno de violadores, o eso decía.

-Pero eso no es todo –Detuvo su alegre danza –He conseguido más pases, y he convencido a Kidou y a Fudou para que vengan con nosotros –Volvió a iniciar su baile de celebración.

-Oye Genda, mi vida, me parece genial ir de fiesta contigo, me lo paso muy bien, pero… -se cruzó de brazos- ¿Por qué no podemos ir al zoo?-.

Genda lo miró tiernamente y lo abrazó sin dejar de bailar. –Venga Saku-Saku, no te enfades -Le puso morritos para darle pena-  Además ¿Para qué quieres ir al zoo si ya me tienes a mi? Grr~~- Imitó el gruñido de algún animal salvaje, dándole un toque ¿Sexy?

-Eso es trampa –Murmuró al moreno, con un adorable rubor en las mejillas- ``Sabes que no me puedo resistir a eso… Maldito portero sexy´´´-.

-Iremos al zoo otro día ¿Nee? –Le besó la mejilla con cariño.

Sakuma asintió con una pequeña sonrisa en el rostro y tras un  poco de charla los dos salieron de la habitación que compartían con Kidou y comenzaron a anda sin rumbo fijo, a ver si encontraban algo con lo que entretenerse. Y casualmente lo encontraron.

 

-Genda… ¿E-estás viendo lo mismo que yo? –Preguntaba el moreno asombrado y feliz al mismo tiempo.

El mayor asintió. –Qué fuerte… -Exclamó el castaño, frotándose los ojos.

-Se veía venir –Decía el chico del parche, dándose la razón a sí mismo.

Los dos chicos comenzaron a dar sus puntos de vista, sin percatarse de que hacían demasiado ruido.

Fudou se dio cuenta de que no estaban solos y se separó de Kidou, rompiendo así el beso que compartían.

El estratega de las gafas se quedó un poco confuso, hasta que también se percató de que tenían público.

Ambos enrojecieron como tomates y se quedaron mudos. Y es que se morían de la vergüenza.

Tenían muchas cosas que explicar a sus compañeros.

 

Notas finales:

Bueno~~ Espero que les haya gustado jejeje >w< El siguiente capítulo será el bombazo XD Sucederan un montón de cosas y se descubrirán y explicarán otras muchas... ((Nagumo, cuida bien de Suzu-chan XD)) ¡Nos leemos!


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