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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del capitulo:

Hola a todo el mundo ^w^ Hoy realmente tengo ganas de morirme y decir adiós al mundo, pero no lo voy a hacer porque tengo que terminar este fic ._. ... En fin... He conseguido cumplir el plazo por los pelos, pero algo es algo ¿No? jejeje, os aviso de que este capi no me convence demasiado (aunque al principio nunca me convencen o3o) que es un poco más largo de lo usual, y que me ha costado mucho escribirlo, ya que ando corta de musas. Espero que os guste y que no tengais ganas de matarme después de leerlo. Besitos~~

Caían las nueve y media de la noche y en el comedor del hotel Bali, alrededor de una mesa redonda, se reunían algunos de los integrantes del Inazuma Japan y algún que otro invitado especial.


El caso es, que el estado de ánimo de los jugadores era bastante irregular, empezando por un pelirrojo de ojos color ámbar, con cara de pocos amigos.


Ninguno de los presentes sabía el porqué del enojo de Nagumo, a excepción de sus compañeros de Academia, Midorikawa y Hiroto.


Pero el chico de fuego no era el único que presentaba un humor poco usual. Mismamente, el pequeño Mido tenía dibujada en la cara una expresión de dolor bastante notable, y lo intentaba disimular apoyando su cara en sus manos como si estuviera descansando. Lo que en realidad le pasaba es que cada segundo que pasaba sentado en esa infernal, y aparentemente inocente silla, era una tortura para el peliverde.


Hiroto, por supuesto, se había dado cuenta y le había traído un cojín para mejorar su situación, pero el moreno seguía sufriendo en silencio.


Y bueno… a pesar del mal estar del peliverde, su novio no podía estar más feliz y relajado después de haber descargado toda la tensión sexual que llevaba acumulada durante esos días.


Si dejamos atrás a Mido y a un feliz Hiroto, nos encontramos con Tachimukai y Tsunami, que sinceramente, parecía que se habían intercambiado los papeles.


Jousuke no hacía ninguna de sus peculiares bromas y casi no había dicho una palabra, sólo algún que otro breve comentario con el portero suplente y ‘’gracias’’ cuando un camarero le trajo la comida, por lo demás no había abierto la boca. No parecía estar triste, sólo actuaba con seriedad.


Y a su lado, Yuuki, no podía estar menos reconocible; sorprendentemente acababa de descubrir que se llevaba de maravilla con Hiroto, y ambos charlaban efusivamente sobre cangrejos ermitaños, y de vez en cuando debatían con Sakuma sobre que animal era mejor, si los pingüinos o los cangrejos, en fin…


Junto a Tsunami se encontraban Endo y Kazemaru, que era la primera vez que cenaban con sus compañeros desde hacía un para de días, ya que habían estado saliendo mucho juntos, y casi no se les había visto por el hotel. Eran los únicos que tenían su actitud de siempre, sin contar a Genda, que intentaba calmar a su novio defensor de aves acuáticas, que iba perdiendo el debate.


Y para terminar la ronda, tenemos a Fudou y a Kidou. Que por cierto, el segundo de los nombrados se negaba a sentarse por razones misteriosas, que sólo el estratega número ocho conocía.


-¿Alguien ha visto a Afuro-san? –Preguntó amablemente el pequeño portero del Inazuma.


Nagumo apretó con fuerza el tenedor que tenía en la mano, hasta el punto que el cubierto empezó a doblarse por la fuerza con la que lo sujetaba el pelirrojo.


Tachimukai al ver el gesto del ojiambarino decidió no sacar más el tema y guardar silencio.


-Dinos Haruya ¿Qué haces tú por aquí? No te habíamos visto antes –Comentó Kazemaru sin mala intención, intentando cambiar de tema.


Burn levantó la mirada de su plato y encaró al ex-velocista con mirada de no estar de muy buen humor. –Había venido a pasar las vacaciones con Gazelle, pero ese idiota se ha ido de juerga con un hermafrodita violador sin decirme nada, mientras yo me quedo aquí, más solo que la una, esperando a que ese insensato vuelva –Contestó secamente el ex-capitán del Priminence.


Kazemaru sonrió nerviosamente ``Pobrecillo, padece el síndrome del seme celoso´´- Pensó el peliazul mientras miraba de reojo a Endo, el cual también padecía esa enfermedad.


-No tienes que preocuparte Haruya-san, no conozco mucho a Gazelle, pero parece un chico muy fuerte. Estoy seguro de que no le pasará nada –Le animó Tachi con una pequeña sonrisa.


Burn durante unos segundos aparentó cara de tranquilidad, pero enseguida volvió a fruncir el ceño –De todas formas ese imbécil me las va a pagar – Gruñó el chico de fuego, mientras se cruzaba de brazos.


Hiroto y Midorikawa lo miraron con gracia.


-Y hablando de imbéciles ¿Alguien ha visto a Goenji? –Bromeó el Fudou, que no es que estuviera enfadado con el susodicho ni nada, es sólo que le gustaba burlarse de sus compañeros de vez en cuando.


Algunos compañeros le miraron un poco mal por la broma, como Kazemaru, Endo, Hiroto y Kidou, mientras que Sakuma, Genda, Haruya, Mido y Tachimukai se rieron por lo bajo. Obviamente al pequeño portero le pasaba algo.


-La última vez que lo vi fue esta tarde en la playa – Dijo tranquilamente el surfista del equipo, que por fin se dignaba a hablar. –Estaba con Fubuki –Agregó sin mucho entusiasmo el pelirrosa.


Cada jugador empezó a sacar sus conclusiones y a comentarlas entre ellos, mientras el surfista volvía a refugiarse en su silencio.


Estaba mirando tranquilamente su plato hasta que sintió la mano del pequeño portero sobre su rodilla.


-Tsunami ¿Te pasa algo? –Le preguntó en un susurro el castaño, con una pequeña sonrisa.


El moreno lo miró con un pequeño sonrojo. –No, no me pasa nada – Le sonrió como él solía hacerlo, y Tachi le devolvió la sonrisa con gusto.


Ese día habían pasado muchas cosas el la vida del pequeño portero.


 


 


XxXxX Tachimukai’s Flash Back XxXxX


 


 


Tsunami había estado genial en la competición. Yo no me había perdido ni uno de sus movimientos, y sé que todos los había ejecutado a la perfección, no sé como al jurado se le pasó por la cabeza quitarle el primer puesto, aunque a Tsunami no le ha importado. …l participa por amor al deporte, no por un estúpido galardón.


De todas formas Tsu-chan ha sido y va a ser siempre el mejor surfista del mundo.


Cuando entregaron los trofeos correspondientes a los ganadores fui corriendo a darle la enhorabuena a Tsu-chan, y a decirle que los jueces no tenían criterio.


…l solo me dedicó una de sus grandes sonrisas y me revolvió el cabello. Cuando parecía que todo había acabado se inauguró una pequeña celebración por la gran competición que se había celebrado este año. Yo convencí a Tsunami para que nos fuéramos de la fiesta, ya que él no puso pegas desde el principio porque estaba cansado de tanto surfear.


No sé de donde saqué el valor, pero le cogí de la mano y empecé a caminar entre la gente para salir de la fiesta sin perder a Tsu-chan por el camino.


Cuando conseguimos salir de entre todo el mundo, para mi desgracia nos encontramos con Jordan. ¡Ese pesado siempre aparece cuando menos se le necesita!


-¡Tsunami! Menos mal que te he encontrado – El idiota se le tiró encima para abrazarlo ¡En cuanto esté a solas con él, me lo cargo!


-¡J-Jordan! Pensaba que ya te habías ido – Por suerte Tsu-chan es muy fuerte y no se cayó cuando el patán de Jordan le hizo ese placaje de ‘’bienvenida’’.


-¿Cómo iba yo a irme? ¡Y encima sin despedirme! – Dijo intentando hacerse el gracioso ¡Y lo peor de todo es que Tsunami es tan amable, que le rió la gracia!


-Bueno… Tachi y yo volvemos al hotel, yo estoy cansado y ya casi es hora de comer –Dijo Tsunami, que claramente no quería que ese plasta nos acompañara.


-Genial, yo también tengo que ir –Contestó con una sonrisa tonta.


Y de esa forma los tres emprendimos el camino de vuelta al hotel.


Yo estuve callado todo el recorrido. No me apetecía decir nada con el pelmazo de Jordan al lado. Así que me limité a mirar el mar y a Tsunami de vez en cuando.


Pasaron unos largos minutos y por fin llegamos al hotel, donde era inevitable que nos separáramos de Jordan ¡Chúpate esa!


Nos despedimos de él y cada uno se fue por su lado, por suerte para mí, Tsu-chan y yo compartimos habitación.


Tsunami dejó su tabla de surf sobre su cama y empezó a rebuscar algo en su maleta. Resultó ser una especie de trapo que usaba para abrillantar su tabla y limpiarla. Fue al baño para humedecer el trapo y se sentó en su cama, con su tabla de surf sobre su regazo, y comenzó a frotarla con mucho cuidado y suavidad.


Yo estuve mirándole durante unos minutos hasta que él se dio cuenta de que le observaba y me dedicó una pequeña sonrisa. Yo desperté de mi trance y reaccioné devolviéndole la sonrisa torpemente.


-Me voy a dar una ducha –Anuncié mientras cogía algo de ropa limpia de mi armario y me dirigía al baño.


…l me contestó con un simple ``Vale´´ y tras eso me encerré en el baño, para darme una merecida ducha.


Al entrar suspiré pesadamente y empecé a desnudarme. Dejé la ropa sucia en una esquina del baño y la limpia en una repisa de la ducha.


Abrí la llave del agua y esperé a que saliera caliente. Me metí en la ducha y empecé a enjabonarme sin muchos ánimos… No podía sacarme de la cabeza a ese cretino de Jordan. Tener competencia es algo muy duro.


Estaba sumergido en mis pensamientos cuando escuché un ruido proveniente de la habitación. Al principio estuve alerta por si Tsunami se había daño, pero luego pensé ``Se trata de Tsunami´´ y dejé de preocuparme. Ni que tuviera cinco años.


Terminé de enjabonarme, me lavé el pelo y dejé que la cascada agua de la ducha se llevara todo el jabón de mi cuerpo.


Cuando noté que se me estaban empezando a arrugar los dedos salí de la ducha sin prisa alguna, me sequé el pelo y el cuerpo y comencé a vestirme de igual forma.


Por mi mente rondaba la molesta personalidad de Jordan. Ya sé que me repito, pero es que no puedo pensar en otra cosa, como ese idiota acabara por quedarse con Tsunami, no sé que haría… Tenía que pensar en algo para quitarle de mi camino de una vez por todas.


Si tuviera el valor que me hace falta para decirle a Tsu-chan lo que siento por él… Pero es mucho más fácil pensarlo que decirlo.


Y además… es casi imposible que Tsunami sienta lo mismo, y no quiero perder nuestra amistad, después de todo… él es mi mejor amigo.


No podría soportar perderle del todo, y sé que debería conformarme con su mera compañía… pero por mucho que me lo repita a mí mismo, no puedo evitar desear tenerlo como algo más. Maldito corazón humano ¿Quién te mandó enamorarte?


Suspiré nuevamente, me coloqué bien mi camiseta y salí del baño con una toalla sobre los hombros.


Miraba al suelo sin mucho interés, y cuando levanté la vista me quedé petrificado. No sé cuando, por qué, ni cómo había entrado Jordan en nuestra habitación, y mucho menos sabía la razón por la que estaba encima de Tsunami, no quería saber porque Tsu-chan no le apartaba, y en general… no podía creerme lo que veía.


Lo único que sé es que mi cuerpo fue más rápido que mi mente. Fue cómo si perdiera el control de mi propio cuerpo… Como si mis piernas se movieran solas, realmente no recuerdo muy bien lo que hice, todo ocurrió tan rápido y a la vez tan lento…


Creo que ver a Jordan tan cerca de Tsunami, tan cerca de arrebatármelo, hizo que algo despertara en mi.


-¡¡ALEJAT… DE …L!! –Agarré a Jordan del cuello de su camisa y con una fuerza que ignoraba totalmente que tenía, le lancé hacia el otro lado de la habitación, alejándolo así de Tsunami.


-¡¡NO LE TOQUES!! –Le grité con todas mis fuerzas, mientras me ponía enfrente de Tsu-chan -¡¡…L ES MIO ¿¡ME OYES!? NI SE TE OCURRA ACERCARTE A …L!! –Nunca en mi vida me habían temblado tanto las piernas, en mi interior rezaba para que mis rodillas no me dejaran caer. Notaba mi cara arder, mi respiración exaltarse por momentos, sentía como mi corazón bombeaba a mil por hora.


La habitación se quedó en silencio. Lo único que se escuchaba eran mis jadeos.


-Vete de aquí… -Susurré con mis últimas fuerzas. Levanté la mirada y observé atónito como Jordan se ponía en pie y se retiraba sin decir una palabra.


En el mismo segundo en el que el surfista cerró la puerta y nos dejó solos, me derrumbé sin remedio, quedando de rodillas sobre la suave moqueta que acolchaba el suelo.


-Tachi… -Escuché la voz del defensa a mi espalda, y sin dudarlo me di la vuelta para poder mirarlo a los ojos. Su mirada era claramente de confusión.


Iba a decir algo, pero yo me adelanté a sus palabras. –No digas nada… -Susurré, acercándome a él hasta abrazarlo. …l no me lo impidió.


-Hay… Hay algo muy importante que llevo queriéndote decir desde hace mucho tiempo –Cogí aire. Era el momento de de poner las cartas sobre la mesa.


-Tsunami, tú… Tú me gustas… -volví a coger aire- ya… ya sé que no es normal, y no pido que me correspondas… sólo… lo único que quiero es que lo sepas y que por favor, lo entiendas, no quiero perderte, eres mi mejor amigo… –Sentía como mis palabras comenzaban a quebrarse – Te lo ruego… -Susurré antes de que mi voz se apagara. Tenían un nudo en la garganta que ahogaba mis palabras.


Noté sus brazos rodear mi cuerpo y corresponder a mi abrazo en silencio. Ante ese gesto de comprensión no pude evitar romper a llorar en su regazo. Era demasiadas emociones al mismo tiempo.


Al darse cuenta de que lloraba me acarició la cabeza, revolviendo mis cabellos, como siempre hacía, y me acercó más a su pecho.


-No llores Tachi –Me dijo dulcemente sin dejar de acariciarme –No me gusta verte llorar – Acercó su rostro al mío muy lentamente, hasta quedar a pocos centímetros de distancia. Y me besó. Así sin más. Fue un beso corto y superficial, pero para mi fue algo que no olvidaré nunca. Yo me quedé absorto, de milagro no se me paró el corazón.


-Esto… No se me dan bien este tipo de cosas, pero… -Pude apreciar a la perfección cómo se le enrojecían las mejillas –Tú… Tú también me gustas –Dijo finalmente, más rojo que yo incluso.


Tardé en procesar esas palabras, pero finalmente reaccioné. No era momento de dejarse vencer por la timidez. -… ¿De verdad? –Le miré a los ojos, y él asintió. No sé ni por qué pregunté eso. Sabía de sobra que Tsunami, aunque era muy bromista, se tomaba muy enserio ese tipo de cosas. Creo que era que no terminaba de creérmelo. Era demasiado bueno como para ser cierto.


Solté un largo suspiro, que se llevó consigo todos mis temores, mis miedos, mis nervios, y en general todos mis males, y me abracé nuevamente a mi surfista.


-¿Por qué no me lo había dicho antes? –Le pregunté con mi voz más relajada.


-Por lo mismo que tú tampoco me lo habías dicho antes –Respondió el tranquilamente.


-Buena respuesta –Contesté con una pequeña sonrisa. Dios… era tan feliz que no podía creérmelo.


-Entonces… -Comentó al aire con un gracioso sonrojo- ¿Tú y yo ahora somos…? -.


-¿Novios? –Terminé la frase por él. Tsunami asintió. -Pues… yo diría que sí –Dije tímidamente, esperando que Tsunami también diera su aprobación.


Sentí como él se volvía a acercar a mí, y casi al instante sus labios se posaron sobre los míos de la misma forma que había hecho con nuestro primer beso.


-Me encantaría –Dijo él, regalándome una de sus maravillosas sonrisas.


Yo me quedé embobado mirándole hasta que recordé algo muy importante. –Quiero hacer mi primer decreto como tu novio –Le advertí muy serio. –En cuanto veas a Jordan, le tienes que decir que no estás disponible porque eres MI pareja, y le dejas bien claro que eres de MI propiedad ¿Entendido?- …l me miraba con gracia, pero para mí era algo de suma importancia.


-Eres muy lindo cuando te pones celoso –Comentó con una sonrisa gatuna, a lo que yo me sonrojé y bajé la cabeza.


-Descuida, le haré saber que ya tengo dueño –Me dio unas palmaditas en el pelo y se puso en pie.


-Me voy a dar una ducha… ¿Quieres hacer algo después?... ¿Salir a tomar algo…? –Miraba a un lado mientras hablaba por vergüenza. Quien iba a imaginar que Tsunami también tenía su lado tímido. Pero eso no me importaba ¡Lo importante era que me estaba pidiendo una cita! Cada vez le quiero más…


-Estaría bien salir a dar un paseo… -Sugerí tímidamente, escondiendo las manos tras mi espalda.


-Pues en cuanto salga de la ducha salimos ¿Vale? –Yo asentí y él se fue al cuarto de baño a ducharse. Cerró la puerta, y a los dos segundos salió del baño tal cual había entrado, me dio un beso en la mejilla y volvió a meterse en el baño. Yo me quedé un poco sorprendido por el gesto, pero tengo que reconocer que me encantó.


Me tumbé en mi cama y suspiré de felicidad. Estuve allí tumbado hasta que se me ocurrió una idea mejor. Me levanté con cuidado, y con mucho sigilo me acerqué a la cama de Tsunami, donde tras verificar que nadie me estaba mirando, cosa que no tenía sentido, pero bueno, me tiré en plancha sobre su cama y me abracé a su almohada, que desprendía su olor… Debo parecer un pervertido…


Al final me quedé dormido. Aunque no era nada raro, había sido una mañana de locos y estaba agotado. Su almohada era tan cómoda y reconfortante, que no pude evitar abrazarme a ella.


Cuando desperté Tsu-chan estaba a mi lado durmiendo y casi era la hora de cenar. No habíamos salido a pasear, pero no me importaba nada en absoluto. Tenía a Tsunami para mí solo, y una hermosa relación por delante… ¿Qué más podía pedir?


 


XxXxX Tachimukai’s Flash Back End XxXxX


 


 


El surfista del equipo observaba con gracia como su pequeño novio miraba a la nada, totalmente en su mundo.


Le alegraba de sobremanera tener a Yuuki como algo más, y por eso mismo estaba tan serio. Tenía demasiadas cosas en las que pensar metidas en la cabeza, y además, siempre había sido bastante tímido con respecto a temas amorosos, cosa que le daba vergüenza admitir.


Después de todo, le gustaba describirse como una persona extrovertida.


La voz de uno de sus compañeros le sacó de sus pensamientos.


-¿No te sientas? –Preguntó con tono de burla el estratega número ocho, mientras le acomodaba la silla a su compañero de las gafas.


-Qué te den –Contestó agresivamente Kidou, controlándose para no hacer uso de la violencia. Algo muy malo tenía que ocurrir para que el calmado y reflexivo Kidou Yuuto actuara así.


Fudou soltó una pequeña carcajada e ignoró por completo el comentario del otro estratega.


-Eso mismo te digo yo a ti –Canturreó mientras le dirigía una mirada descarada. Estaba claro que esa frase iba con doble sentido.


-Hijo de la gran… - Apretó sus puños y soltó todo el aire de sus pulmones, con la esperanza de que se le enfriara la sangre. Aunque razones no le faltaban para matar a su estúpido novio.


 


 


XxXxX Kidou’s Flash Back XxXxX


 


 


-¡NOOOO!- Recuerdo que grité tan fuerte que tuve la sensación de que se me iban a romper las cuerdas vocales. Forcejeé con todas mis fuerzas, pero desde esa posición no podía hacer nada.


-¡Suéltame!- Le exigí, pero obviamente, Fudou no me hizo ni caso.


-Eres muy molesto –Fue lo único que me dijo, mientras se iba deshaciendo de mi ropa a una velocidad alarmante.


-O-oye, Fudou, estoy hablando en serio –Le dije con la voz más firme que podía entonar.


-Lo sé –Contestó con indiferencia, tirando mis pantalones favoritos al suelo, sin que le importara donde pudieran caer.


Yo me quedé perplejo ¿Es que le daban igual mis sentimientos?


-Date la vuelta –Me ordenó, mirándome con total naturalidad.


-Ni pienses que te voy a poner las cosas fáciles –Le contesté a regañadientes. Si ese idiota pensaba que sería coser y cantar, estaba muy equivocado.


-Venga Kidou, pon un poco de tu parte, si al final el qué más lo va a disfrutar vas a ser tú –Me intentaba convencer a la vez que forcejeábamos nuevamente.


-No me cabe la menor duda –Contesté sarcásticamente. Eso no se lo creía ni él.


Estuvimos así un buen rato, hasta que Fudou me quitó la camiseta en un descuido.


-¡Devuélvemela! – Le pedí, pero como era de esperar, pasó olímpicamente de mí, y la tiró junto con mis pantalones.


Mis esperanzas se estaban esfumando, y realmente me apenaba. No quería que mi primera vez fuera así.


Dejé de forcejear y Fudou me miró extrañado. -¿Ya te rindes? –Me preguntó con burla, pero yo no le contesté, es más ni siquiera le miré. Sólo me dí la vuelta en silencio y con la tristeza marcada en la cara. Si lo íbamos a hacer quisiera o no, lo mejor era intentar que fuera lo menos doloroso posible, y ya tenía los brazos cansados de luchar con Fudou.


Noté como él se quedó mirándome inmóvil. Sabía que no se esperaba ese comportamiento por mi parte, y también sabía que se sentía culpable, aunque nunca lo reconocería. Por mucho que se empeñe en ocultarlo, Fudou tiene un gran corazón.


Se Sentó a mi lado y me acarició la cabeza con suavidad.


-Esto… -Se le notaba en la voz que le daba vergüenza – No tenemos porque hacerlo de esta forma… -Comentó finalmente. Yo alcé la vista para encararle. –Ya sabes… Creo que esto podría gustarnos a los dos si cada un pone algo de su parte, no sé si me entiendes… - Es tan lindo cuando expresa sus sentimientos… En el fondo es muy tímido.


-Creo que sé a lo que te refieres, Pero de todas formas… -Puse un puchero. Ahora que se había puesto en plan sentimental me costaba decirle que no.


-Por favor… -Me miró con ojitos de cordero degollado, y carita de inocencia. Sabía que de eso no tenía nada, pero es que esa cara me podía…


-Bu-bueno… -Aparté la vista al suelo, para que mi sonrojo no se notara tanto. – Haré lo que pueda… -Dije más rojo que mi capa. –Pero que sepas, que sigo enfadado contigo –Me crucé de brazos y cerré los ojos, demostrando así mi enfado.


A los pocos segundos noté como Fudou me basaba la mejilla, seguido de la comisura, y por último un pequeño roce en los labios.


-Eres un cabezota –Me dijo con una pequeña sonrisa, mientras me abrazaba.


-Y tú un violador –Le contesté.


-Bueno… Nadie es perfecto –Dijo con burla, mientras se iba recostando sobre mí.


Me tumbé sobre la cama, notando la suave sábana acariciar mi espalda. –Tendrás que compensarme mucho por haber accedido a esto – Le dije, con mi enfado presente en mi tono de voz.


-Te compensaré haciéndote sentir bien- Canturreó graciosamente, a lo que yo suspiré en símbolo de derrota. Y encima luego el cabezota era yo.


Alcé mis brazos y rodeé el cuello de Fudou con ellos, acercándolo hasta juntar nuestros labios. Era un beso apasionado, y a vez delicado. Que poco a poco se fue desbordando hasta convertirse en pura lujuria.


Terminé de desvestirme, y conseguí quitarle la camiseta a Fudou. Seguía igual de pálido que siempre, por mucho Sol que hubiéramos tomado en la playa.


Se separó un poco de mí para quitarse los pantalones, y me pidió que me diera la vuelta otra vez. Yo dudé, pero finalmente accedí.


Noté como deslizaba sus manos por mi pecho y mi abdomen, y sinceramente, era muy agradable.


Continuó por mi cintura y mi cadera, hasta que llegó a mi entrepierna. Yo me estremecí cuando noté sus manos en esa zona, pero en cierta forma lo estaba esperando. Me besaba la espalda y la nuca mientras me masturbaba, y yo no podía hacer nada que no fuera jadear y suspirar.


Fudou también estaba muy excitado, lo notaba en su respiración, al chocar contra mi piel.


Giré mi cuello, hasta tener a la vista su rostro, y le lamí la mejilla con sensualidad. Ya que lo estábamos haciendo, quería tomar parte.


…l parecía complacido por mi gesto, así que seguí actuando de esa manera tan… bueno, tan pervertida.


Cuando ya estaba en mi limité, Fudou paró de golpe y acercó a su cuerpo, sosteniéndome de los glúteos.


Noté su miembro en mi entrada, y no pude evitar sonrojarme.


-Kidou… Ya no aguanto más… -Me dijo entre jadeos, de forma… mmm… yo lo catalogaría como sexy.


En ese momento me puse nervioso, pero me mantuve todo lo sereno que pude para no perder los estribos.


-Estoy listo –Dije de forma firme, mientras apretaba mis puños con fuerza.


Estoy seguro de que en ese momento estaba sonriendo, aunque no pudiera verle la cara.


Poco a poco comenzó a dilatar mi entrada. Yo intentaba relajar mis músculos para que resultara menos doloroso, pero no era tarea fácil.


Al final terminé por acostumbrarme a la intromisión, y quitando el dolor, que disminuía por momentos, era bastante placentero.


Cuando creí que ya estaba preparado, avisé a Fudou tímidamente, y él empezó a penetrarme poco a poco.


Al principio era doloroso, pero tenía que aguantar.


Fueron unos segundos eternos para mí, pero finalmente acostumbré e esa sensación y comencé a disfrutar cada pequeño movimiento que Fudou hacía.


Empezó marcando un ritmo lento, pero no duró mucho, ya que los dos necesitábamos más.


Lo único que se escuchaba era mis gemidos y sus jadeos.


Perdí totalmente la noción del tiempo, no sé cuanto estuvimos haciéndolo, lo único que sé, fue que antes de darme cuenta experimenté la sensación más placentera de toda mi vida.


Me dejé caer sobre el colchón, totalmente agotado. Era más duro que cualquier entrenamiento de los que había realizado, y eso que Endo no se las daba con chiquitas…


Fudou salió de mi interior y se tumbó a mi lado, mirándome con expectación.


-¿Te… ha gustado? –Preguntó, aun con la respiración exaltada.


Yo cogí aire y respiré hondo –Mucho –Contesté con una pequeña sonrisa -… ¿Y a ti? –Le devolví la pregunta.


-Digamos que… No ha estado nada mal –Contestó, haciéndose el interesante, y sonriendo con prepotencia –Pero no me esperaba que accedieras… Eres más pervertido de lo que pensaba –Se burló de mi, mientras me tiraba de una de las mejillas.


-Cállate –Le dije con un puchero. Estaba demasiado cansado como para empezar una discusión. Ya lo haría después de dormir un rato.


Fudou pasó su brazo pasó encima de mi cadera, y cerró los ojos, en señal de que pensaba dormir en esa postura.


Yo simplemente pasé la mano por debajo de la almohada e imité su gesto. No sabía la tortura que me esperaba al despertar.


 


 


XxXxX Kidou’s Flash Back End XxXxX


 


 


El estratega de las gafas decidió ignorar el infantil comportamiento de su compañero, aunque obviamente le molestara. Se sentía idiota por haber hecho caso Fudou, aunque ya se le ocurriría algo con lo que cobrarse su venganza.


Por otra parte, los demás comensales observaban su disputa en silencio. Kazemaru ya se había cansado de intentar intervenir o cambiar de tema.


-¿Qué tal te encuentras de ‘’eso’’? –Le preguntó Hiroto a su pequeño peliverde por lo bajo, cuando los demás jugadores empezaran de nuevo una conversación normal.


-Bi-bien… -Contestó tímidamente Mido, bajando la mirada con adorable sonrojo sobre sus mejillas.


Era obvio que el moreno no estaba bien, pero no quería preocupar a su novio, y menos que se sintiera culpable, así que le contó una pequeña mentira que de las que no hacen daño a nadie. Por supuesto Hiroto sabía que no era así.


-Nee, Mido –Le llamó el pelirrojo con un tono de voz meloso –Cuando terminemos de cenar te daré un masaje –Le guiñó el ojo de forma cómplice y luego se llevo el dedo índice a los labios, como si fuera un secreto.


A Midorikawa le salió una gotita en la nuca.


Le devolvió el guiño para no desilusionar a su novio, y se puso a pensar en lo que se refería el pelirrojo con darle un masaje… Un masaje ¿Dónde?


Mientras se dedicaba a intentar descifrar la insinuación de su chico, Nagumo imaginaba que su tenedor era Afuro, y disfrutaba estrujándolo y descuartizando comida. Estuvo así un rato hasta que se aburrió de desmigar el pan y decidió irse a esperar al albino en su cuarto.


-Yo me voy –Anunció mientras se ponía en pie –Buenas noches chicos… y Sakuma –Tras haberse despedido y haber llamado afeminado a Sakuma, se fue con viento fresco a su habitación.


En la puerta se cruzó con un chico, con el que se golpeó el hombro, pero no se molestó ni en despegar la vista del suelo. Siguió caminado.


El chico con el que chocó se disculpó, y al ver que el otro chico pasaba de largo, se encogió de hombros y continuó con su camino.


Buscó con la mirada a sus amigos, y cuando los localizó se acercó con paso ligero a ellos.


-Buenas noches –Saludó amablemente el rubio, con una sonrisa.


-¡Afuro! ¿Dónde estabas? –Preguntó con curiosidad el portero de la Royal Academy, mientras le dejaba un hueco en la mesa para que se sentara.


El rubio cogió la silla en la que anteriormente se había sentado Haruya, y se acopló a la mesa, al lado de Genda y Sakuma.


-He salido a tomar algo con un amigo –Contestó alegremente. No se imaginaba lo cerca que había estado de la muerte al haberse cruzado con Burn.


-¿Y se puede saber quien es tu amigo? –Preguntó de forma pícara Fudou.


-No os lo vais a creer, pero bueno… Es Gazelle, el capitán del equipo Diamond –Explicó tranquilamente el chico de ojos rojos. De repente se hizo el silencio en la mesa.


`` se ha ido de juerga con un hermafrodita violador sin decirme nada, mientras yo me quedo aquí, más solo que la una, esperando a que ese insensato vuelva´´ -Esa frase, antes dicha por el pelirrojo estaba presente el la mente de todos los jugadores que allí estaban.


-… ¿Qué? –Preguntó el rubio, que no entendía nada.


-Nada, nada –Contestaron rápidamente, todos a la vez, lo que desconcertó al recién llegado. Unos lo decían entre risas, y otros entre sonrisas nerviosas.


 


 


XxXxXxXxXxXxXxXxX


 


 


Un peliblanco abría con mucha lentitud la puerta de su habitación, haciendo el menos ruido posible. La entornó lo justo para que pudiera pasar, y cerró la puerta tras él, con el mismo sigilo.


Se quitó los zapatos, para que no hicieran ruido al andar y comenzó a avanzar de puntillas por la sala. La luz estaba a pagada, lo que le hacía pensar que su novio ya se había acostado. Suspiró aliviado y continuó hasta llegar a su cuarto. Dejó los zapatos a un lado y se aproximó muy lentamente hacia la cama, para comprobar si su novio estaba dormido. Estaba a punto de conocer la respuesta, cuando la luz se encendió, dejando ver a un pelirrojo con cara de pocos amigos en el umbral del cuarto, con la mano sobre el interruptor.


Haruya cerró la puerta para que el albino no pudiera escapar y empezó a andar en dirección al moreno, muy lentamente.


-Valla, valla, valla… ¡Pero si es Suzuno, que ha vuelto de su cita! –Dijo con tono molesto el ojiambarino, acorralando con cada paso al peliblanco.


-Ha-Haruya… y-yo… -Retrocedía a cada paso que avanzaba el otro hasta que tropezó con la cama. Se sentó en ella y subió los brazos como forma de protección.


En una milésima de segundo, Burn se tiró encima de Gazelle, abrazándolo contra su cuerpo. Suzuno no se esperaba esa reacción, así que se quedó quieto.


El pelirrojo pasó sus manos por su espalda, hasta llegar al su hermoso cabello blanco. Acercó su rostro al cuello del moreno y aspiró su aroma detenidamente.


-… No hueles a él –Comentó en un susurro, notablemente más tranquilo.


Fuusuke parpadeó un par de veces y lentamente correspondió al abrazo de su novio.


-… Quítate la ropa- Ordenó secamente el pelirrojo, separándose del cuerpo del otro para mirarle a los ojos, con total seriedad.


Suzuno se sobresaltó cuando escuchó esas palabras salir de la boca del chico de fuego, y cuando le miró a los ojos se asustó al ver la infinita seriedad con la que lo miraba.


Tragó saliva con fuerza. Tenía la sensación de que algo malo estaba apunto de ocurrirle.


 

Notas finales:

Y Bueeeeenooo... eso es lo que hay ^^UUU el siguiente capítulo será mucho mejor, ya lo veréis, tengo muchas ganas de escribirlo nwn. Muchos besos a todas, soys las mejores, y si algún chico lee mi historia, pues besos para él también >w<


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