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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del capitulo:

Lo sé, lo sé… No he actualizado en muuuucho tiempo, lo admito, y me arrepiento, pero he estado con depresión y con un examen de matemáticas, y entre todo me han quitado las ganas de vivir y de escribir. Me he esforzado mucho y ayer decidí ponerme a ello, y con micho trabajo he conseguido tener listo para hoy el capítulo 14… Sé que no es excusa, pero espero que lo entendáis, no ha sido fácil para mi.

Muchos besos y espero que os guste~~

 

-O-oye Burn –Le llamó albino bastante confuso, y en parte asustado por la actitud que presentaba su novio.

-Lo repetiré una vez más –Dijo cortante el pelirrojo, sin dejar terminar de hablar al moreno. -Quítate la ropa –Repitió con el mismo tono frío e intimidante.

Gazelle empezó a sudar frío. No le gustaba para nada como sonaba esa orden.

-Nagu –Volvió a llamarle, mientras intentaba alejarse del cuerpo del chico de fuego, pero este se lo impidió.

-Si no lo haces tú, lo haré yo -. Comenzó a subirle la camiseta con rapidez. Suzuno prefirió no oponer resistencia, de todas formas acabaría igual, y así al menos se ahorraba poner aun más tensión a la situación.

-Comprendo que estés enfadado, pero esta no es forma de solucionarlo –Intentó entrar en razón a su chico, pero este seguía con su labor de desnudarle.

- ¿Ah, no? –Fingió sorpresa y le arrancó los pantalones de un tirón.

-Nagu, en serio, para –Le ordenó en vano el ojiazul, con la voz más firma que pudo articular.

El pelirrojo se detuvo, sorprendiendo al moreno, y se quedó mirando el cuerpo de Gazelle en silencio. Lo examinó detalladamente durante unos interminables segundos.

-Date la vuelta –Dijo nuevamente, con voz seria. Suzuno accedió tímidamente, y le dio la espalda al pelirrojo, que se quedó observando su cuerpo sin decir nada. Al cabo de un rato Haruya se tumbó en la cama pesadamente y suspiró con alivio.

-Menudo susto me has dado, idiota –Dijo con su tono de voz de siempre, mientras se abrazaba a la cintura del peliblanco, que seguía sentado en la cama, bastante confuso.

-Siento haberme portado así, pero es que estaba preocupado –Se disculpó el chico de fuego, mientras le daba pequeños besos en los costados. –Por si el capullo ese de Afuro te había hecho algo… - Se incorporó sobre la cama, y se levantó a recoger la ropa que le había quitado antes a su novio. –Toma –Se la ofreció, y este la cogió, aun un poco nervioso.

Comenzó a vestirse rápidamente, empezando por la camiseta.

-Eres un idiota… ¿Cómo piensas que Afuro me había hecho algo? Él es un buen amigo mío, y además, le he contado lo nuestro, y apoya nuestra relación, es más ¡Le parece genial! –Se puso en pie para poder ponerse los pantalones. – Y tú encima desconfiando de él… Se te debería caer la cara de la vergüenza –Le regañó el albino.

-Le… ¿Le has dicho que estamos saliendo..? –Haruya estaba todavía procesando la información.

-Bueno, más bien él lo descubrió –Hizo una pausa- Dijo que parecía que nos gustábamos mutuamente, y entonces le dije la verdad. Creo que era lo más justo –Terminó de vestirse y se sentó nuevamente en su cama. –A ver si ahora te quedas más tranquilo. Esos ataques de celos que te dan no me gustan nada –Le miró con ojos asesinos. El pelirrojo se rascó la nuca y sonrió nerviosamente. –Lo siento, lo siento… -Se acercó al moreno y lo abrazó nuevamente, a la altura de la cintura- ¿Cómo puedo compensarte~? –Le preguntó pícaramente, con claras intenciones de pasar un buen rato con su chico. El chico de fuego era una especie de fan de los polvos de reconciliación.

Suzuno seguía mirándolo mal, pero ver todo lo que su novio se había preocupado le había enternecido un poco, aunque lo hubiera asustado con su actitud en un principio.

-Está bien... –Cuando Nagumo le ponía ojitos de cachorrito arrepentido era difícil negarse –Puedes compensarme, pero que conste que no pienso mover ni un dedo –Le avisó el ojiazul, a la vez que se cruzaba de brazos.

Burn sonrió. –Está bien –Se recostó sobre el moreno de un solo movimiento, dejándole tumbado en la cama, y él encima, por supuesto. – Gracias Suzu-chan – El pelirrojo se quitó la camiseta y ayudó al albino a quitarse la suya. Estaba bastante sorprendido. Normalmente Fuusuke se hacía el difícil, y si le sumábamos el susto que le había metido el pelirrojo… Las posibilidades de tener sexo eran bastante escasas.

… Por lo menos el día había acabado bien.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

Los demás jóvenes habían terminado de cenar hacía un buen rato, y cada uno estaba en su respectiva habitación, a excepción de Goenji y Fubuki, que seguían desaparecidos, y Kido, que por lo visto iba a pasar la noche en el cuarto de Akio. Había dicho algo a cerca de una venganza que tenía pendiente.

El resto era de lo más normal, o al menos eso parecía. Si pasabas por el pasillo, podías escuchar claramente a Sakuma haciendo ruiditos raros... Por suerte a esas horas nadie andaba por esa zona.

En la habitación 273 Tachimukai dormía placidamente abrazado a su compañero, el cual intentaba dormir, algo intranquilo por la cercanía del menor. Era demasiado inocente, y no entendía que  a Tsunami esa posición le sugería otro tipo de cosas que se hacen en una cama.

Por suerte para el portero, el surfista era demasiado bueno, y no pensaba tocarle un pelo, mientras pudiera contenerse al menos.

En la 274, tanto Hiroto como Midorikawa dormían placidamente, aunque se hubieran echado una siesta después de su primera vez, seguían bastante emocionados, y cayeron dormidos con facilidad. Mejor así. El peliverde necesitaba descansar, y su trasero también.

Más adelante, en la 276, Kazemaru y Endo se morían de vergüenza por estar solos, sin Goenji, que era el que hacía que la situación fuera más normal.

Las demás habitaciones estaban en completo silencio. Los jugadores dormían y todo era normal, hasta que llegamos a la habitación de Fudou. Pocos jugadores se podían ni siquiera ni imaginar lo que estaba pasando ahí dentro.

Si pegabas el oído a la puerta lograbas escuchar algunas voces y ruidos… La única conclusión que se podía sacar es que Yuuto estaba disfrutando de su venganza de una forma un tanto... mmm… peculiar.

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

-Goenji… t-tengo miedo –Susurró el peliplata, sin moverse de su posición. La noche se les echaba encima, y teñía los árboles de negro.

-Tranquilo, creo que ya se ha ido –Le intentó tranquilizar el moreno, acurrucando más al chico de ojos verdosos en su pecho.

El chico de ojos café se asomó un poco por encima de su escondite, verificando así que lo que fuera que les perseguía se había marchado.

-Se ha ido, no te preocupes –Le acarició la cabeza –Y a estamos a salvo.- Se puso en pie con cuidado y ayudó a su compañero a levantarse, ya que le temblaban un poco las rodillas por el miedo que habían pasado.

¿Q-Qué crees que era esa cosa? –Preguntó aun susurrando el pequeño de cabellos color plata.

-No lo sé… Pero será mejor irnos antes de que vuelva –El moreno le cogió de la muñeca y los dos salieron corriendo hacia la salida de aquel parque. No sabían que era ese ser que les había atacado, pero preferían no pensar en eso, y centrarse en correr como nunca en sus vidas para salir del recinto.

Estaban a pocos metros de dejar atrás el parque cuando nuevamente la cosa que les había perseguido apareció de nuevo, avanzando a gran velocidad hacia ellos, moviéndose entre las sombras para no ser descubierto.

Los dos chicos lo miraron aterrados y aceleraron si se podía, aun más su paso. La extraña bestia se acercaba a gran velocidad, y ya casi les había alcanzado, cuando de un brinco lograron salir del parque, cruzando la pequeña verja que marcaba el final del recinto. El monstruo paró en seco, y al ver que sus presas estaban fuera de lo que parecía ser su territorio, con notable enfado se dio la vuelta y desapareció nuevamente entre la maleza. Goenji y Fubuki se quedaron en silencio, intentando recuperar el aliento.

-Se… S-se ha ido… –Murmuró nerviosamente el chico de piel pálida, mientras se ponía en pie y se quitaba el polvo de la ropa.

-Eso parece… -Comentó el moreno imitando el gesto de su compañero –¡Vámonos de aquí ya!- Cogió a Fubuki de la mano y salió disparado, llevándose al peliplata a cuestas, alejándose lo antes posible de ese lugar.

Lo único que querían era llegar al hotel, ducharse, comer algo y dormir.

Llegaron al hotel a las doce y diez de la noche. Fubuki recogió sus llaves, y ambos se metieron el la habitación del peliplata. Goenji no tenía las llaves de su habitación, y seguramente Kazemaru y Endo ya estuvieran dormidos.

Los dos chicos se dieron una ducha rápida, juntos, y Fubuki se puso su pijama, mientras que Goenji se quedó en ropa interior. De todas formas hacía calor, y a Fubuki no le molestaba.

-Venga, vamos a dormir… - Dijo cansadamente el menor mientras se metía en la cama. Goenji Cogió uno de los cojines que había en la cama de Fubuki, y se fue al sofá de la sala a acostarse.

-¿Qué haces? –Preguntó el chico de piel pálida –Ven a la cama –Se hizo a un lado y desplegó la sábana para que el moreno se metiera.

Shuuya lo miró un poco sorprendido, pero no se hizo de rogar, y se levantó del sofá para juntarse con su chico en la cama. Nada más tumbarse el chico de ojos claros lo abrazó por el pecho. Goenji le devolvió el gesto y le besó cariñosamente la frente.

No hubo más palabras, cada chico buscó una postura con la estuvieran a gusto y no tardaron mucho en dormirse. Había sido un día que parecía sacado de una película de terror. Seguramente sus compañeros no se lo creyeran cuando se lo contasen.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

Salía el Sol por la mañana y el día empezaba con buen pie. Las temperaturas habían bajado un poco, y el calor no era tan agobiante, a parte de que hacía una brisa bastante agradable.

-¡Sakuma, Sakuma, Sakuma! ¡Despierta! –Genda tironeaba del pijama de su novio, que empezaba a despertarse, con mala cara, por cierto.

-¿Qué coño… quieres ahora? –Preguntó al aire mientras trataba de abrir sus ojos. Un mechón de pelo azulado ocultaba su ojo, que acostumbraba a llevar tapado con un parche.

-¡Ya es por la mañana! Venga, despierta~~ -Se subió encima de él y le abrazó por la espalda –Que hoy tenemos que hacer muchas cosas ¿Recuerdas? –Le revolvió los cabellos y se tumbó a su lado, a esperar a que se levantara.

-Joder Genda… Ve tú solo, yo no quiero ir, estoy de vacaciones… ¡Dame un respiro! –Comenzó a montar uno de sus culebrones, pero el castaño ya se los conocía de sobra, y no iba a caer en la trampa.

-De eso nada~~ -Le cogió en brazos y le intentó poner de pie, pero el moreno se negaba a colaborar y se agarró a las sábanas, y cuando estas acabaron cediendo, se agarró a la cabecera de la cama.

-¡No quiero! –Sentenció Sakuma abrazado a uno de los tabiques de Madera del cabecero.

-Por Dios Saku-Saku, no empecemos… -Le agarró de las piernas y empezó a tirar de ellas, peo el peliazul no parecía querer soltarse.

-¡Ya te he dicho que no! –Empezó a patalear, pera que el portero lo soltara, pero Genda también se negaba a ceder.

A todo esto entró Kidou por la puerta, quedándose un poco desorientado por la extraña actuación que estaban montando sus compañeros.

-Buenos días –Saludó intentando ignorar su peculiar numerito.

-B-buenos días –Le contestaron sus compañeros, que no se habían dado cuenta de la presencia del tercero.

-Esto… Veo que estáis ocupados, así que cojo mis cosas y me voy –Y tras decir eso salió por la puerta, sin ni siquiera esperar una respuesta.

La habitación quedó en silencio.

-¡Mira lo que has hecho! –Se quejó el moreno -¡Ahora Kidou a saber qué piensa de mí! –Se aferró al cabecero con más fuerza todavía.

Genda suspiró. Sakuma a veces podía ser ‘’algo’’ testarudo.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

-Fudou~~ -Le llamó al entrar nuevamente a la habitación del aludido. –Ya he vuelto ¿Me has echado de menos? –Preguntó pícaramente mientras dejaba su ropa encima de la mesita de noche y se sentaba al lado del cuerpo de su chico, que seguía tendido sobre la cama, tapado hasta la frente con las sábanas.

-Muérete –Le contestó cortantemente mientras se volvía completamente con las sábanas.

Kidou soltó una pequeña risita y se coló por dentro de estas, aunque el otro chico no parecía recibirlo bien.

-Vete –Le dijo de mala forma, empujándolo hacia el exterior, pero acababa de despertarse y no tenía mucha fuerza.

Kidou se acercó a él con un poco de esfuerzo y le besó en los labios superficialmente, para después abrazarle, sin dejar que Fudou se separara.

-No te pongas así –Se acurrucó a su lado –Si bien que lo disfrutaste –Le sonrió burlonamente, a lo que Akio le puso mala cara y se dio la vuelta, ignorándole.

Kidou apretó un poco su abrazo, y apoyó su cabeza en el hombro del castaño. -Voy a ir a por algo de comer… ¿Quieres que te traiga algo?

Fudou no contestó.

-No te quejes si no te gusta lo que te traigo –Le avisó con una pequeña sonrisa, mientras comenzaba a ponerse la ropa que había cogido de su cuarto.

A los pocos minutos salió de allí y se encaminó al comedor, donde algunos de sus compañeros estaban desayunando como cada mañana. Genda y Sakuma también estaban allí. Por lo visto Genda había conseguido que el moreno se vistiera, y sobre todo, que se soltara del cabecero de su cama.

 

-Buenos días a todos –Saludó alegremente el ojirojo. Estaba realmente de buen humor.

Todos los allí presentes le devolvieron el saludo.

-¿Qué tal has pasado la noche? –Preguntó el portero de la Royal Academy.

Kidou sonrió nuevamente. –Muy bien, gracias por preguntar –Caminó hacia la bandeja de fruta y cogió un par de plátanos. Recordaba que a Fudou le gustaban.

-Muy feliz te veo… - Comentó sospechosamente Sakuma - ¿Qué has hecho Yuuto? –Preguntó como si se tratara de su madre, y tuviera que estar al tanto de todo.

Kidou cogió un puñado de galletas del plato de Sakuma, que siempre pedía de más y le miró con cara de superioridad total.

-Pues… Más o menos lo mismo que hicisteis vosotros ayer –Dijo refiriéndose a sus dos compañeros, que al instante pillaron la indirecta. –Pero con un pequeño cambio de papeles –Añadió prepotentemente, orgulloso de sí mismo.

Genda se levantó de la silla al escucharlo, todo emocionado.

-¡Así se hace compañero! –Le dijo mientras le daba palmaditas en el hombro, todo orgulloso. Sakuma lo miraba con una gotita en la nuca.

-Por cierto... ¿No te sientas? –Preguntó el chico del parche, olvidando el comentario de su novio, y fijándose en que Yuuto estaba recolectando comida.

-No, tengo que llevarle el desayuno a Akio, que no se puede mover –Comentó, aguantándose una risa mientras caminaba hacia la salida.

Genda y Sakuma, por el contrario rompieron a reír. En cuanto vieran a Fudou se lo iban a echar en cara.

Kidou desapareció por la puerta tan rápido como había llegado, casi al mismo tiempo que Kazemaru entraba al comedor junto con Midorikawa y Hiroto.

Los tres saludaron a sus compañeros y se pusieron a desayunar con el equipo. Al poco tiempo los jugadores que faltaban llegaron y se unieron al desayuno, incluidos Goenji y Fubuki, que llegaban acompañados de Endo, con quien hablaban animadamente.

Se sentaron a la mesa y los que habían estado desaparecidos todo el día de ayer, fueron saludados efusivamente, y asaltados con preguntas de todo tipo;

-¿Dónde habéis estado?

-¿Cuándo habéis llegado?

-¿Estáis bien?

-¡Podríais haber avisado! Nos habéis tenido preocupados – Afuro fue el último en hablar, dejando clara su posición de enfado y a la vez alegría por ver a sus compañeros a salvo.

-Lo sentimos, es que… -Fubuki se pensó lo que iba a decir unos segundos –Fue muy repentino, no teníamos pensado llegar tan tarde –Finalizó la frase.

-¿Y que os ha pasado? –Preguntó Midorikawa, sentándose al lado de su novio para escuchar la explicación de los recién llegados.

Goenji y Fubuki se miraron, como preguntándose con la mirada si debían contárselo o no. Después de todo era una historia un tanto irreal.

-Si os lo contáramos, no os lo creeríais… -Dijo finalmente el delantero de fuego, cruzandose de brazos.

-Intentarlo –Pidió Kazemaru amablemente.

Ambos chicos suspiraron –Está bien… ¿Se lo cuentas tú o se lo cuento yo? –Le preguntó el peliplata a su compañero, el cual le cedió la palabra.

-A ver… Estábamos dando una vuelta por el parque que está a tres calles de aquí, ya saliendo para llegar a la hora de cenar, cuando de repente una cosa nos atacó. –Explicó Fubuki sin mucho entusiasmo, dejando confusos a sus compañeros.

-¿Os atacó? –Preguntó incrédulo el capitán del Raimon.

-Sí, o eso parecía, desde luego… Por suerte no nos hizo daño a ninguno de los dos –Comentó Goenji, contestando así a Endo.

-Pero… ¿Por qué os atacó? ¿Qué era esa cosa? –Preguntó Sakuma, incorporándose un poco sobre la mesa para estar más cerca de los agredidos.

-No lo sé, no pudimos verlo, pero… parecía como una especie de bestia, o algo parecido… No sabría como definirlo. –Se explicó Goenji.

Sus compañeros los miraban sorprendidos.

-Bueno, lo que importa es que estáis bien –Cambió de tama el peliverde del equipo- Así que lo que fuera esa cosa ahora no tiene importancia –Le dedicó una sonrisa al sus compañeros, y todos decidieron dejar aparte ese escabroso tema y seguir desayunando tranquilamente, como en un principio hacían.

-¿Y vosotros que hicisteis ayer? –Preguntó alegremente Fubuki, que comía un tazón de cereales con leche.

-Cada uno estuvo a lo suyo todo el día, y luego nos reunimos para cenar, lo de siempre vamos- Respondió Hiroto- La única diferencia es que Haruya estuvo cenando con nosotros –Finalizó, mirando de reojo a Afuro, que había sido el causante, aunque el no lo supiera, de la desgracia del pelirrojo la noche anterior.

-¿Haruya..? ¿El capitán de Prominence? –Interrogó el Goenji.

-Ex-capitán, y si, el mismo –Explicó Midorikawa –Es que él y Suzuno, el ex-capitán del equipo Diamond, están alojados aquí también, y bueno… digamos que por distintas razones Haruya acabó cenando con nosotros –Sonrió levemente y le pasó la cesta de las galletas a su novio, quien la recibió con gusto.

 

Después de la pequeña charla continuaron con el desayuno, y cuando terminaron, se despidieron y cada uno tiró por su lado, dividiendo en pequeños grupos el quipo.

 La mayoría iba a ir a la playa, a hacer turismo, o de compras, excepto Genda y Sakuma, que habían quedado en recorrerse toda la manzana para buscar locales que le gustaran al castaño para poder salir de fiesta. Al delantero no le hacía mucha ilusión que digamos, pero se lo pasaba bien con su chico, así que acabó acompañándole. Además… era divertido pasar las noches de fiesta con el portero.

Estaban caminando por la calle tranquilamente cuando se cruzaron con un perro que no tenía puesto collar ni correa, de un tamaño considerable, correr por las calles alegremente.

-¡¡Que alguien pare a ese perro!! –Se escuchaba la voz del dueño por detrás del animal, corriendo para intentar alcanzarlo.

Los chicos de La Royal, no pudieron evitar que su espíritu salvador se hiciera presente, así que cuando el perro estuvo en frente suya, lo agarraron como pudieron.

El perro aunque era muy grande era muy juguetón, así que no tuvieron problemas, sólo que no paraba de dar saltos y brincos.

-¡Muchas gracias! –El dueño del animal se acercó a ellos, y le puso al perro su collar y la correa, y así los jugadores pudieron dejar de sujetarle.

-Perdonar, es que este perro es un diablo –Le dijo mientras se recolocaba la gorra que traía puesta.

-No ha sido nada… -Tanto Sakuma como Genda se quedaron mirando asombrados el rostro del dueño.

-Perdonarme, tengo prisa, muchas gracias por todo –Se despidió el chico, y salió corriendo nuevamente, con el perro siguiéndole.

-E-espe… ra –Ya era tarde, el chico había salido disparado y ya no les escuchaba.

-¿Pero ese no era…? –Preguntó al aire el chico de cabellos azulados.

-No –Contestó el castaño –No nos ha reconocido, y que yo sepa Fubuki no tiene un perro -.

-¿Estás diciendome que ese chaval es…? –No terminó la pregunta.

-No lo sé -.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

-¡Maldito perro! ¿¿Sabes lo preocupado que me has tenido?? -.

El perro no contestó.

-¡Como te vuelvas a escapar no te traeré nunca más de viaje, y te quedarás en una residencia para mascotas hasta que vuelva! –Le dijo seriamente, a lo que le perro ladró un par de veces y se tiró encima de su dueño, para lamerle la mejilla.

-No creas que con eso voy a perdonarte –Le regañó infantilmente el joven mientras le acariciaba la cabeza.

-Me has tenido toda la noche en vela buscándote –Le dijo con un puchero, a lo que el perro nuevamente le lamió la cara.

El joven suspiró, se puso de cuclillas y le acarició el hocico. –Eres un desastre, pero aun así no puedo enfadarme contigo – El perro ladró.

-Anda, vamos a por algo de comer y luego seguiremos buscando –Se puso en pie y comenzaron a andar por las calles con paso rápido. No tenían un segundo más que desperdiciar.

Caminaron por la acera hasta encontrar una cafetería. El chico entró un momento, ordenando al perro que se quedara quieto a fuera esperándole. A los pocos minutos salió d la cafetería con una bolsa de papel llena de rebanadas de pan con mantequilla.

-Ten –Le ofreció una al animal, y este de un bocado se lo comió.

-Vamos Yako, comeremos por el camino – Iniciaron nuevamente la marcha, andando sin rumbo por las calles, con la esperanza de encontrar el maldito hotel Bali, que no habían tenido casi oportunidad de buscar desde que habían llegado a Benidorm

Estuvieron andando y preguntando a varias personas, y acabaron encontrando el lugar, ya que era prácticamente imposible no encontrarlo. Sobresalía por encima de los demás edificios.

-No creo que dejan entrar a animales, así que tendrás que esperarme aquí… -Dejó la correa atada a un bolardo y le dio la última rebanada de pan.

-Por favor, pórtate bien, esto es muy importante –Le pidió el joven, mientras se quitaba la gorra –No tardaré mucho –Le acarició la cabeza y entró al hotel, mientras el perro se quedaba sentado firmemente esperando a su dueño. Aunque fuera revoltoso era muy fiel a su querido dueño.

 

Buscó con la mirada la recepción y se encaminó a ella cuando la encontró. En ella había una joven con el uniforme reglamentario de los trabajadores del hotel, que le regaló una pequeña sonrisa y le ofreció una llave.

-Buenos días Fubuki-san, le queda muy bien ese corte de pelo –Le dijo amablemente la recepcionista mientras le extendía la llave de su supuesta habitación.

-No, se equivoca, yo no soy Fubuki –Le corrigió amablemente a la muchacha. Estaba feliz de que lo confundiera, eso significaba que él estaba aquí – Soy un familiar, y he venido a visitarle –Explicó.

-¡Oh! Perdóneme, es que su parecido es increíble… -Se disculpó la joven -¿Quiere que le de el número de su habitación? -.

-Preferiría que enviara alguien a llamarlo, es que quiero darle una sorpresa –Dijo el muchacho con una pequeña sonrisa. -¿Puede ser? –Preguntó.

-No se preocupe, ahora mismo me encargo –Le dijo la amable chica, cogiendo el teléfono y marcando un número.

El chico suspiró y se puso a un lado a esperar a que la chica terminara la llamada y le comunicara el veredicto.

Al cabo de unos minutos la chica apartó el teléfono y le hizo una seña al chico para que se acercara. Estaba notablemente impaciente.

-El señorito Fubuki se encuentra ahora mismo en el hotel, y uno de nuestros empleados se va a encargar personalmente de avisarle de su llegada ¿Qué quiere que le diga exactamente?-.

-Dígale que un muerto ha venido a visitarle – La chica lo miró extrañada –Cuando me vea lo entenderá –Explicó con una sonrisa traviesa.

La chica sonrió graciosamente y le traspasó el comunicado a su compañero al otro lado de la línea.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

 

-Estoy agotado… -Se quejaba el pequeño delantero defensa del Inazuma Japan, mientras se apoyaba sobre la mesa del comedor. Todavía seguían allí él, Goenji y Afuro, que se había quedado a hacer compañía a los ‘’desaparecidos’’

-Puedes dormir un poco más –Le dijo Goenji, dándole palmaditas en la cabeza suavemente.

-Si duermo ahora, no podré dormir esta noche… -Se restregó los ojos y movió un poco la cabeza para despejarse.

-Entonces sólo te queda aguantarte -.

-Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerdes... –Comentó con un puchero el chico níveo, apoyando su cabeza sobre la palma de su mano derecha.

 

A todo esto entraba por el umbral del gran comedor un empleado del hotel, con correspondiente informe, que rápidamente se acercó a la mesa donde estaban los jugadores.

-Fubuki-san, hay una persona que pregunta por usted en el vestíbulo – Dijo el empleado, llamando la atención de los jóvenes.

-¿De quien se trata? –Preguntó el chico de ojos claros.

-Sólo me ha dicho que le diga que un muerto ha venido a verle –Le explicó el empleado con una sonrisa nerviosa –Y parecía importante -.

Fubuki lo miró extrañado y se puso en pie. –Ahora vuelvo chicos, voy a ver de quien se trata –Y tras decir eso, salió del comedor acompañado del empleado que hacía de mensajero.

Recorrieron los pasillos, bajaron las escaleras, y llegaron al recibidor. – Es ese joven –El empleado señaló a un adolescente que se encontraba apoyado en el mostrados, mirando al lado contrario a donde estaban, sin que pudiera verle la cara.

-Gracias –Fubuki empezó a caminar hacia el supuesto muerto, cuando este giró la cabeza, y sus miradas se encontraron, haciendo que Fubuki se parara en seco, y se quedara mirando boquiabierto al joven que tenía en frente.

-A… A-a… -No le salían las palabras, estaba totalmente impactado con lo que veía.

-Cuanto tiempo… hermano –El pelirrosa se acercó a él y lo abrazó a la altura del pecho juntando sus brazos en la espalda de su hermano mayor.

-¿A… Atsuya..? – Seguía inmóvil, hasta que consiguió reaccionar, y abrazó a su hermano pequeño con todas sus fuerzas.

-¡Atsuya! –Lo apretó contra su pecho, derramando algunas lágrimas de emoción y de alegría que no podía contener.

-Te… te he echado mucho de menos –Él también estaba llorando sin quererlo, pero es que lo que sentía en ese momento era demasiado fuerte como para reprimir sus lágrimas.

El mayor de los hermanos se separó un poco de su gemelo para poder observarle –Dios.. mira cuanto has crecido, ya casi ni te reconozco… -Comentó emocionado, teniendo que llevarse una mano a la cara para limpiarse las lágrimas.

-Tú sigues igual, hermanito – Dijo con una sonrisa el menor, sosteniendo el rostro de su gemelo entre sus manos.

Shiro le sonrió y volvió a abrazarlo.

 

-Bienvenido al mundo de los vivos, hermano – Le dijo con una amplia sonrisa, a lo que el menor le revolvió el cabello y le besó la frente.

-Es genial haber vuelto –Le siguió el juego sin pensarlo. Por fin sus vidas volvían a reencontrarse, y ahora, no permitirían que nada los separara.

 

Notas finales:

 

Bueno, el fic a tomado de repente un toque misterioso y sentimental… o3o pensaba que necesitaba un nuevo atractivo y una trama un poco más definida, así que así he hecho los cambios pertinentes. Mandarme vuestros comentarios, con vuestras opiniones, las recibiré con gusto. Besos y nos leemos~~ (Espero que no haya muchas faltas de ortografía, pero es que no tengo ni fuerzas para revisarlo... os juro que mañana lo revisaré TT///TT y otra cosita, estoy terminando el capítulo 3 de 'Cambio de papeles' así que por favor, no me metáis prisa x/////x que ya casi lo he terminado, y me está a punto de estallar la cabeza ^^UU ejeje, lo subiré pronto. Gracias a todas (y a todos por si hay algún chico leyendo) por vuestro interés >w<)

 


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