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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del capitulo:

Lamento muchísimo haber tardado tanto en actualizar, pero es que he estado liada con los exámens y otros asuntos personales, pero ya tengo el capítulo y creo/espero que os guste ^w^ Muchos besos a todas y gracias por leer :3 Y deciros que a partir de ahora trataré de no demorarme tanto u/////u

 

Los dos jóvenes entraron en su habitación y cerraron la puerta a su paso. El chico pelirrojo no tardó ni medio segundo en quitarse la camiseta, y ayudó al albino a desprenderse de la suya. Acarició su torso con firmeza mientras le quitaba la prenda, deleitándose con la suavidad de su piel.

-Tus manos están calientes – Susurró el peliblanco dejándose desvestir, mientras iba desabrochando el pantalón de Haruya.

-No es lo único que está caliente ¿Sabes? –Le susurró fanfarronamente el pelirrojo, empujando levemente al chico de ojos azules, hasta dejarlo arrinconado contra una pared, justo al lado de la puerta de la habitación. Tenían la suerte de que a esas horas ni un alma deambulaba por los pasillos, ya que todos estaban en la playa.

-Estás que te sales Burn –Le canturreó al oído, justo antes de que este apresara sus labios con ansia. Mientras lo besaba recorría su espalda con las manos, ciñéndolo más contra su cuerpo.

Se separaron unos instantes para terminar de quitarse los pantalones y cuando lo hicieron volvieron a juntar sus bocas.

-¿L-lo vamos a hacer aquí? –Preguntó el moreno, recostándose del todo sobre la pared, y deslizándose poco a poco hasta quedar sentado en el suelo, con Nagumo sobre él.

-¿Prefieres hacerlo en la cama? –Burn detuvo sus movimientos y le miró a los ojos, esperando una respuesta para poder continuar.

-No… Aquí está bien – Sonrió tranquilamente y volvió a atraer al pelirrojo hacia sí. El chico de fuego le devolvió la sonrisa y hundió su rostro en el cuello del moreno, aspirando su olor y mordisqueando suavemente la zona.

Fuusuke se dejaba hacer todo lo que el pelirrojo quería, y mientras tanto se encargaba de quitar del medio la ropa interior del ojiambarino.

-Nee, Haru… Ve al grano –Le pidió de forma sexy, acariciando sus hombros con lentitud, lascivamente.

-¿No quieres preliminares? –Preguntó con tono tristón el aludido.

-No es que no quiera... Es que no quiero dejar a Mido y a Hiro a cargo de las mochilas todo el día… -Se explicó el moreno, con un pequeño sonrojo –No es justo que ellos estén al cuidado de nuestras cosas mientras nosotros… -Nagumo le cayó poniendo un dedo sobre sus labios.

-No te preocupes por eso, se les veía muy a gusto tan juntitos, no creo que les importe –Introdujo su mano por dentro de los boxers del albino, haciendo que este se estremeciera y soltara un profundo suspiro.

-¡P-pero..! –Calló al sentir un suave vaivén sobre su miembro, que le obligó a contener su respiración para no gemir.

-Suzu-chan, no pienses en eso ahora~~ -Le sacó la ropa interior con cuidado y la tiró sobre la cama –Sólo… ábrete de piernas para mí – Dijo con tono lujurioso, recostándole casi totalmente sobre el suelo,  separando sus piernas para tener acceso sus zonas íntimas. Suzuno enrojeció por el comentario, pero no se hizo de rogar y le facilitó la tarea.

-Nagu, lo-los cal… calcetines… -Le dijo entrecortadamente el albino, a lo que el chico de fuego rió levemente. –Ya voy, ya voy –Se incorporó un poco, lo justo y necesario para llegar a quitarle los calcetines a su chico, ya que no le gustaba hacerlo con ellos puestos a no ser que lo estuvieran haciendo con ropa. Manías suyas.

-Ya está ¿Mejor ahora? –Volvió a colocarse entre sus piernas y le apartó unos mechones rebeldes que tapaban parte de su rostro. Gazelle asintió y extendió sus brazos para que el pelirrojo se acercara más a él.

Volvieron a besarse. Fuusuke deslizó sus manos hasta el miembro de Burn, y comenzó a masturbarlo, al igual que hacía el ojiambarino con él.

-Suzu –Le llamó el chico de fuego, haciendo que ralentizara sus movimientos – Quiero hacer algo que hace mucho que no hacemos… - Canturreó levemente, dándose la vuelta, quedando en la postura del “69”.

Suzuno se sorprendió un poco, pero no porque su novio hubiera cambiado de postura repentinamente, sino porque él en esos casos solía ir arriba.

-¿Me dejas abajo? –Preguntó el albino algo sorprendido, ya que Haruya solía ser muy estricto con eso de ``cada uno en su sitio´´ es decir, que no le gustaba estar en la posición de pasivo.

-Si a ti no te molesta, a mi no me importa –Dijo antes de acercar su rostro a las intimidades del moreno, y comenzar a besar sus muslos y caderas, rozando tentativamente su miembro.

-N-no… Está bien así – Cogió un poco de aire y comenzó lamer con lentitud el miembro de su chico. No iba a dejar que Burn hiciera todo, ni mucho menos.

-Ah… -Se escuchó el primer gemido del peliblanco resonar en la habitación.

Haruya sonrió satisfecho y aumentó el ritmo, lo que provocó más gemidos ahogados por parte del moreno.

-``Está bastante sensible hoy´´-Pensó el pelirrojo, ralentizando un poco sus movimientos, y pasando sus manos por los glúteos del ojiazul, acariciándolos.

Suzuno no tardó en comprender los gestos del ojiambarino, y pasó de masturbar al chico con la boca, a hacerlo con las manos, para poder regularizar mejor su respiración.

El chico de fuego comenzó a estimular la entrada del albino con los dedos y su lengua, lubricándola con su propia saliva.

-¡H-hn! -Gazelle intentaba no hacer mucho ruido, pero era demasiado excitante como para mantenerse callado.

-Sólo… espera un segundo – Dijo el pelirrojo terminando de lubricar la entrada del peliblanco, intentando colocarse de forma que accediera a esa zona de su uke sin romperle la espalda. -``Era más fácil cuando estaba abajo´´-Pensó el chico de ojos amarillos.

-Nagu…  Levántate un momento, por favor –Dijo con un hilito de voz el albino. Haruya parpadeó un par de veces, pero le hizo caso, y dejó que Gazelle se colocara como más le gustara.

El chico de hielo apoyó parte de su pecho y los antebrazos en la pared, quedando de espaldas al pelirrojo, con el trasero levemente alzado.

-Date prisa –Le susurró con la voz inquieta.

-``¡Joder!´´-Haruya se limpió  la baba con el dorso de la mano y agarró con firmeza las caderas del ojiazul.

-Lo haré despacio, no te impacientes –Le canturreó con su típica voz ronca.

-Tú… hazlo – Fue lo único que alcanzó a decir el chico de hielo, mientras cerraba los ojos y esperaba lo que vendría después.

El pelirrojo tomo aire y comenzó a penetrar al albino con mucha lentitud, mientras sentía como su cuerpo y sus músculos se estremecían.

Suzuno se acostumbraba rápidamente a la intromisión, y el placer aumentaba por momentos.

Su sonora respiración inundaban los oídos de Nagumo, al cual no le molestaban para nada.

A los pocos segundos ambos chicos estaban impacientes por continuar, y fue Burn quien tomó la iniciativa, aprisionó aun más el cuerpo del albino contra la pared, profundizando las leves penetraciones que más tarde marcarían un ritmo rápido e intenso.

-Haru… -Le llamó por lo bajo el chico, sólo para decirle que ya podían empezar en serio.

El chico de fuego no contestó. Se limitó a satisfacer las peticiones de su adorado moreno, y porque no, también las suyas.

 

 

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-Oye Goenji, esto no pinta bien –Decía con cierto tono de preocupación Afuro, mientras miraba a los gemelos que estaban delante de ellos, caminando tan tranquilamente cogidos de la mano, acompañados por Yako, que no se separaba de las piernas del pelirrosa.

-Lo sé, pero no sé que quieres que haga yo. No puedo prohibirle a Shiro que se ponga cariñoso con su hermano gemelo perdido y recientemente reencontrado, el cual pensaba que había muerto cuando era pequeño –Remarcó el final de la frase, como haciendo obvio que no podía quejarse de que su novio no le prestara tanta atención.

-Hombre, es normal que se ponga cariñoso y todo eso, pero… ¿No crees que es un poquito exagerado? – Ambos semes volvieron a mirar al par de gemelos. Shiro le colocaba el flequillo con delicadeza mientras le sonreía, y Atsuya se dejaba mimar por su hermano, con un tenue sonrojo adornando sus mejillas. Más que hermanos parecían una pareja de recién casados.

-Si, bueno… Se me hace un poco raro ver a Shiro tan cariñoso, pero es su hermano, si es feliz así… -Goenji se llevó las manos a la nuca y suspiró pesadamente. –Supongo que yo también debo estar feliz ¿No? -.

Afuro sonrió melancólicamente y apoyó su mano en el hombro del moreno. –Eres un buen tío, Goenji, espero que te sea leve –Y tras decir estas palabras dejó atrás al delantero y se acopló al dueto Fubuki, donde comenzó a hablar con el pelirrosa, preguntándole si tenía algo que hacer por la tarde, o si necesitaba ayuda con su mudanza, o si quería que le enseñara el hotel. Atsuya, por supuesto le dio una negativa a todo.

-Que te sea leve a ti también, Afuro –Dijo para sí en bajo el delantero de fuego. Si lo pensaba a fondo el más perjudicado en esto era el rubio de ojos rojos.

 

 

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-¡Ah! ¡Haruya! ¡Ah, ah! –La suplicante voz del peliblanco hacía eco por todo el pasillo, dando una idea bastante aproximada de lo que se maquinaba en esa habitación.

-¡Ah! Suzu, no… ``No grites tanto´´ -Eso fue lo que el pelirrojo pensó en un principio, pero la poca razón con la que contaba en ese momento desapareció en medio de los jadeos y gemidos del albino. ¿Cómo le iba a pedir que se callara, si le encantaba escucharlo de esa forma? Que los huéspedes del hotel se taparan los oídos.

-Venga Suzu, aguanta un poco más –Habló con tono irregular y grave, sin detener los movimientos de su cadera. No sabía si el peliblanco era capaz de escucharlo, o estaba demasiado ocupado gozando del momento. Si ese era el caso, no le molestaba.

 

- ¡Ven Yako! – El menor de los Fubuki  intentaba que su mascota le obedeciera para que no les pillara algún empleado del hotel. –Estate quieto ¿Me oyes? –Le agarró del collar y caminaron así hasta que llagaron a la puerta de la habitación de su hermano mayor, mientras Shiro había ido a buscar la llave de la habitación a recepción.

-Eres un alborotador ¿No puedes quedarte quieto ni cinco minutos? –Atsuya regañaba arduamente a su perruno amigo, mientras Afuro y su cuñado, que estaba vigilando las escaleras y los pasillos por si venía alguien que pudiera dar el chivatazo de que tenían una mascota dentro del hotel, se dedicaban a identificar los sospechosos sonidos que cambiaban de intensidad irregularmente, y que tras adivinar de que se trataba, harían mal pensar a quien fuera. El chico pelirrosa estaba demasiado introducido en su conversación (que más bien era un monólogo) con Yako, que no se enteraba de nada.

-Joder, menuda forma de gritar –Comentaba por lo bajo el moreno, entre risitas.

El chico ángel se rascó la nuca nerviosamente y asintió – Y pensar que planeaban mantener lo suyo en secreto… -Suspiró y se apoyó en la pared, volviendo a posar su mirada en las escaleras.

A todo esto Shiro había recogido la llave y tras haberle contado su vida a la chica de la recepción, que se había quedado muy confusa tras haber hablado con Atsuya, se pegó una carrera hasta el ascensor y finalmente llegó hasta sus compañeros.

-Perdonar la tardanza, he tenido que explicarle unas cosas a la recepcionista … ¿Qué es ese ruido..? –A medida que se adentraba en el pasillo, los “gritos” se hacían más audibles.

-Gazelle y Burn, celebrando su reconciliación –Dijeron a dúo los semes. Shiro notó una gotita de sudor  deslizarse por su nuca.  Hoy el día estaba siendo bastante completo.

Sostuvo fuertemente la llave y se acercó con paso rápido a su habitación, abrió la puerta y metió a Atsuya y a Yako en el cuarto.

-Vamos a estar ocupados, así que creo que tardaremos en terminar ¿Nos esperáis en la playa?-Preguntó con una pequeña sonrisa el chico de tez pálida.

El rubio y el moreno intercambiaron miradas por unos segundos hasta que Afuro se encogió de hombros, dando así a entender que le daba igual.

-Claro, estaremos con Endo y los demás – Contestó el delantero de fuego.

El mayor de los Fubuki sonrió dulcemente. –Gracias, intentaré estar allí cuanto antes –Se aproximó a su chico y le dio un pequeño beso en los labios. –Hasta luego –Se despidió y desapareció por el umbral de su cuarto. Lo siguiente que se escuchó fueron los gritos de Atsuya diciendo ``¡Hermano, venga, vamos a ducharnos!´´ y como Shiro le contestaba diciendo ``¡Atsuya, puedo quitarme la ropa solo!´´.

Afuro y Goenji coincidieron al pensar que lo mejor era irse cuanto antes, para evitar imaginar escenas de lo que podía estar ocurriendo en esa habitación.

 

 

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-¡AH! ¡HARUYA! ¡NHN!~~ -Gritó el albino extasiado, mientras se retorcía bajo el cuerpo del pelirrojo, que simplemente se deleitaba con la imagen del moreno disfrutando como nunca, aunque le costara mantener los ojos abiertos.

- Suzu-chan~~ - Dejó que su cuerpo liberara toda la tensión acumulada en esa larga y pasional sesión de sexo, y se dio el lujo de cerrar los ojos y coger una gran bocanada de aire.

Fuusuke recuperaba el poco aliento que le quedaba, aún recostado sobre la pared.

-Hey… ¿Estás despierto? –Le preguntó el chico de ojos dorados con tono cariñoso, mientras acomodaba al albino en su regazo, dejándolo sentado, apoyándose en su pecho y con la cabeza reposando sobre su hombro.

-Nh… -Fue la respuesta que recibió por parte del chico de hielo.

-Estás muy cansado ¿Verdad? –Le retiró el flequillo de la cara y se lo puso hacia atrás, para que no le tapara ni un centímetro del rostro. Le cogió en brazos con cuidado y se puso en pie, para dejar al albino sobre la cama.

-Espero que no te duela mucho la espalda por esto – Se sentó a su lado y le tapó con las sábanas. –Tú descansa, yo iré a darme una ducha, y cuando salga del baño te daré un masajito ¿Vale? –Burn estaba por retirarse cuando la mano de Gazelle sobre su brazo se lo impidió.

-Espera media hora… Y nos duchamos juntos –Le dijo el chico de ojos azules, con una voz de lo más risueña, mientras se daba la vuelta torpemente para encararle.

Nagumo no pudo evitar sonreír. –Como quieras –Se tumbó a su lado y le abrazó con su brazo derecho, atrayéndolo hacia sí, mientras usaba el brazo izquierdo como segunda almohada.

-Más vale que no nos quedemos dormidos, que tenemos a Hiro intentando mal tirarse a Mido, a cargo de nuestras cosas -Recordó el pelirrojo en alto, mientras miraba la hora en el reloj de la pared.

 

 

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El pequeño Mido se había quedado dormido entre tantas caricias en la cabeza y en las mejillas por parte del ex-capitán de Génesis, que por cierto, se había convertido en su colchón. A Hiroto no le molestaba, obviamente, le encantaba tener al moreno en brazos, y si estaba ligero de ropa, mucho mejor.

-Hiroto, vamos a jugar otro partido de balonmano ¿Te apuntas? –El capitán del Inazuma se acercó a la parejita, pero al darse cuenta de que el peliverde dormía, dio por supuesta la respuesta de Hiro.

-Gracias por la oferta, quizás en otra ocasión –Le dedicó una pequeña sonrisa, y Endo se reunió nuevamente con los demás en la red, donde se disponían a jugar la revancha y a evitar que Endo les rompiera algún hueso con sus pocos dotes para ese deporte. Algo irónico sin duda.

El chico de ojos jade devolvió su mirada al apacible rostro dormido de su chico y sonrió traviesamente.

Levantó su mano silenciosamente y la llevó “discretamente” al trasero del peliverde, posándola suavemente, para luego apretar su agarre y poder palpar a gusto el suave tacto de la piel del moreno. Hay que recordar que el bañador de Mido era bastante corto, y se descolocaba con facilidad.

-``Oh… Dios´´- Observó el rostro del moreno, pero no daba señales de que se estuviera enterando de su nueva forma de pasar el rato. -``¡Q-qué suave~~!´´ - Sintió como se le subían los colores a la cara, pero no le importó. Ya estaba impaciente por que llegara la noche y Mido le concediera algo de tiempo para hacer cosas de adultos.

 

 

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-Dios, esos dos van a acabar matándome –Decía dramáticamente el rubio de ojos carmesí, mientras caminaba al lado del delantero estrella del Raimon.

- Sí… -Suspiró –Parece que se acerca un largo periodo de sequía… -Comentó Goenji mirando al cielo, como si de una telenovela se tratara.

-¿Sequía? –Preguntó el rubio, al que le había cortado su rollo dramático con ese comentario.

-Bueno, ya me entiendes… “sequía” –Hizo un pequeño gesto con la cadera para que Aphrodi pillara la indirecta.

-Ahh… Ya lo pillo –Se llevó la mano a la nuca y sonrió melancólicamente. –Y sí, parece que no va a haber oportunidad de… -Se detuvo de repente y dejó de hablar. Goenji al percatarse también detuvo su paso y dirigió su mirada al punto fijo al que miraba Afuro.

-¿Pero qué…? –Se quedaron entre sorprendidos y a punto de partirse de risa al ver a su pelirrojo amigo disfrutando en silencio de meterle mano a su novio mientras este duerme, con una cara de depravado sexual que daba miedo.

-Y yo que pensaba que hoy ya lo había visto todo… -Dijo entre risitas el moreno volviendo a reanudar su paso. El rubio le siguió casi al momento.

-Al menos él toca carne –Dijo aun con una pequeña sonrisa en los labios el chico ángel.

-No me lo recuerdes – Le miró con cara de pocos amigos.

-Perdona… Es que no puedo sacármelo de la cabeza… -.

-¿A Hiroto metiéndole mano a Midorikawa…? –La cara de Shuuya era incomprensión y terror.

-A Atsuya, gilipollas –Corrigió el rubio mirándole con ojos asesinos. Goenji suspiró algo más calmado, hasta que analizó las palabras del rubio.

-¿A Atsuya? – Volvió a preguntar.

-… Pensaba que sabías que me gustaba –Dijo el rubio con cara de póker - ¿No ves que estamos juntos en esto? Tú con Shiro y yo con Atsuya –Dijo con mucho seguridad el chico de largos cabellos, con cara maravillada. – Porque no hace falta que me digas que estás saliendo con él para que me de cuenta, además, con la bronca que se ha montado antes, ha quedado más que claro –Concluyó aireando su melena dorada con una mano, haciendo que ondeara al viento.

-Fue un acto reflejo, mi cuerpo se movió solo –Se defendió el moreno, con un leve rubor. No sabía que había sido tan poco discreto con eso, aunque si hacía memoria recordaba haber llamado a Atsuya cuñado…

Sí, había sido muy obvio.

 

-De todas formas, es que yo tengo una especie de radar para estas cosas… debe ser por haber estado demasiado tiempo en el mismo vestuario que Burn y Gazelle… ¡Eso si que era obvio! Vamos, a Haruya no se le desviaba más la mirada porque era biológicamente imposible… Y eso de que siempre se quedaran los últimos en las duchas era un poco sospechoso… -Terumi recordaba la de polémica que había dentro de los vestuarios del Fire Dragon, incluso algunos compañeros apostaban si a Suzuno le dolería “la espalda” al día siguiente, o al revés, no tenían muy claro quien hacía el papel de… ¿Cómo lo llamaban? Ah, sí, de muerde almohadas.

-Pero bueno, eso no viene al caso jejeje – Rió nerviosamente el chico ángel, llevándose las manos a la espalda.

-Esos dos deben de llevar mucho tiempo juntos, y eso que a primera vista parecía que se odiaban –Comentó el moreno pensativo.

-Las cosas no siempre son lo que parecen – Dijo con aires de grandeza el rubio, poniendo un dedo en alto.

-No plagies a Midorikawa, que con él ya tenemos bastante –Le regañó Goenji. Ya estaban muy cerca de la playa.

Siguieron hablando de tonterías y cosas sin sentido hasta que llegaron  a donde los demás jugaban al balonmano o tomaban el Sol. Los semes cogieron sus respectivas toallas y se sentaron bajo la sombrilla del mayor de los Fubuki.

-Supongo que ahora nos toca esperar… -.

-Goenji asintió y cerró los ojos pesadamente. Mientras su lindo Shiro no hiciera cosas “raras” con Atsuya todo iría bien ¿No? … Pero a ver… ¿¿Quién haría ese tipo de cosas con su hermano?? ¿Es que esto solo es cosa de los Fubuki o qué?

 

 

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-Atsuya, estate quieto – Resonó la voz del chico níveo por todo el baño, que estaba inundado de vapor.

-Sí, perdona hermano –El pelirrosa dejó de salpicar con el agua de la bañera y se quedó arrodillado frente al mayor, mientras este le enjabonaba el pelo con cuidado. El pequeño ojiverde miraba con dulzura a su hermano. –Tienes el pelo muy suave –Comentó el peliplata con una sonrisa, mientras peinaba las hebras de pelo con cuidado.

-Como el tuyo, en eso somos iguales – El menor se incorporó un poco, lo justo para estar a la misma altura que Shiro, y puso sus manos sobre las mejillas del níveo. –Te he echado tanto de menos, Shiro… -Se acercaba lentamente al chico, que lo miraba con ojos confusos. Poco a poco el espacio entre ellos iba desapareciendo, hasta que terminó por esfumarse. Atsuya besaba los pálidos labios de su gemelo de forma suave y pura, con apenas un roce.

Shiro estaba estático, más no apartó a su igual, y cerró los ojos, hasta que su hermano pequeño se separó por decisión propia.

-P-perdona…  -Un adorable sonrojo adornaba las pálidas mejillas del pelirrosa –Hacía tiempo que quería hacerlo… -Se disculpó el menor, volviendo a ponerse de rodillas, bajo la sorprendida mirada de Shiro.

Le miró por unos segundos antes de decirle nada y sonrió dulcemente. –Ha estado bien –Le dijo aumentando tímidamente su sonrisa, acariciando la cabecita del contrario. –Yo también te he echado mucho de menos, Atsuya –Le abrazó con fuerza, envolviéndole con sus brazos, haciendo que quedara recostado en su torso. –Pero… Verás, Atsuya… Yo tengo a alguien especial, y… no está bien que hagamos esto ¿L-lo entiendes? –Dirigió su cristalina mirada al pequeño que tenía recostado en su pecho, esperando su respuesta.

-Sí… -tardó en contestar unos cuantos segundos largos, pero finalmente habló. –Tampoco es como si… -Volvió a reinar el silencio. –Si tú estás bien así, entonces yo también lo estoy –Sonrió como él solía hacerlo, y se recostó un poco más en el regazo del mayor. – ¿Y de quien se trata?-.

-Le conoces –Dijo el mayor con un pequeño rubor.

-¡Dios! ¡Dime que no es el rubio ese! –Gritó a todo pulmón, rompiendo la tranquilidad del baño.

-No, tranquilo, no es Afuro –Contestó con una sonrisa y una gotita en la nuca el peliplata. –Puedes hacer lo que quieras con él – Le dedicó una mirada divertida y le guiñó el ojo. Atsuya procesó las palabras del níveo, y terminó por sonrojarse nerviosamente.

-¡N-NO LO DECÍA POR ESO! –Se intentó explicar el pelirrosa. –E-es sólo que es demasiado idiota como para que salgas con él, eso es todo, no es que me guste ni nada de eso – Se cruzó de brazos con el ceño fruncido y las mejillas coloreadas de rojo.

Shiro soltó una pequeña carcajada y abrazó al menor y le revolvió el pelo. – Que mono eres cuando te enfadas, Atsuya –Cogió una de sus mejillas y tiró de ella, como suelen hacer las abuelas a sus nietos. –Pero no te preocupes, yo salgo con Goenji y soy muy feliz con él, así que Aphrodi es todo tuyo –Dijo con tono pícaro Shiro, ignorando la negativa que le había dado su gemelo.

-¡YA TE HE DICHO QUE ESE AFEMINADO NO ME GUSTA! -.

 

 

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-A… ¡Achús! – El chico ángel se rascó la nariz y pestañeó un par de veces -¿Se ha levantado viento..? –Preguntó.

-No –Contestó tranquilamente el delantero de fuego, que estaba sentado a su lado.

-Pues que raro… - Miró al cielo durante unos instantes y luego volvió a mirar la revista que tenía en las manos para seguir leyendo.

 

 

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-Claro hermano, lo que tú digas –Se defendió el mayor, poniendo sus manos frente a él, en señal de paz. Atsuya volvió a fruncir el ceño e hizo un gracioso mohín. - ¡Hm! –Se puso en pie y encendió la ducha, para empezar a aclararse el jabón.

-Un momento ¿¿Has dicho que sales con el pelo cactus?? –Preguntó de improvisto el pelirrosa, dejando helado al delantero-defensa del Inazuma.

-E-es posible que lo haya mencionado… -Dijo con la mirada baja, mientras jugueteaba con sus dedos índices.

Atsuya abrió los ojos desmesuradamente, apretó los puños y…

 

 

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-¿Has oído eso? –Preguntó el chico de ojos escarlata y dorada melena, desviando su mirada de la lectura para encarar a su compañero.

-¿El qué? –Le miró sin interés, girando su cabeza débilmente.

-Juraría que… no, no es nada –Volvió a enfocar su mirada en la revista, ignorando lo que había creído escuchar.

 

 

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-Atsuya, por favor, no grites –Le pidió mientras se ponía en pie, al igual que él –Van a pensar que están asesinando a alguien – Dijo bastante sorprendido por la potencia que tenían los pulmones de su hermano. Estaba seguro que los de la primera planta le habían oído.

-¿¿Cómo quieres que no grite?? ¡Estás saliendo con ese… yo que sé! –Dijo muy disgustado el menor.

-P-pero si ni siquiera le conoces –Dijo con una sonrisa nerviosa, mientras terminaba de enjabonarse el cuerpo.

-Le conozco lo suficiente como para saber que tiene cara de pervertido y que… -Se mantuvo callado unos momentos, ya que no tenía más quejas razonables que incriminaran a Goenji -No me gusta y punto- Sentenció.

-No sé porqué sabía que dirías algo así… -Suspiró pesadamente y se acercó a su hermano, para que el agua de la ducha también le calentara y le quitara en jabón.

-Shuuya es una de las mejores personas que conozco, no seas malo con él, estoy seguro que con el tiempo le cogerás cariño – Aseguró el peliplata con una de sus sonrisas tranquilizadoras.

-Sí, ya, lo que tú digas… - Comentó no muy convencido, saliendo de la ducha y enrollándose una toalla en el pelo –Espera sentado –Se puso uno de los albornoces que colgaban de la percha de la puerta y abrió un poco la misma, para que no se fuera el calor. –Te espero fuera, iré a ver si Yako se ha comido alguno de los trastos de la sala –Y tras decir esa frase, volvió a cerrar la puerta y dejó a su hermano solo en el baño.

-``Es increíble que en todo este tiempo no hayas cambiado nada´´ -Pensó el chico de piel pálida, cerrando el grifo, para salir y reunirse con el pelirrosa.

-``Y me pregunto… Dónde habrás estado todo este tiempo´´-.

 

 

Notas finales:

Ejeje ^w^UU Bueno, eso es lo que hay :3 espero haber dejado a todo el mundo conforme nwn. En el próximo capítulo se contará el pasado de Atsuya en su desaparición, y habrá más de Kidou y Fudou :3 entre otras parejas, claro~~ Muchos besitos.

F: Ruu~~


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