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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, y aquí vengo con un capítulo dedicado exclusivamente a Nagumo y Suzuno (Los protas que fueron suplantados en el capítulo anterior -.-U) En fin... u.uU Os dejo la conti ¡¡Espero que os guste mucho!!

El chico de ojos ámbar se distraía acariciando el blanquecino cabello de su novio, mientras este descansaba sobre él.  Suzuno ya se encontraba mejor. El estomago ya no le dolía y las nauseas habían desaparecido. Lo único que le molestaba era su fuerte jaqueca, que se suavizaba con las caricias que le daba el pelirrojo.

-¿Ya te sientes mejor? –Dijo con un tono de voz dulce el ex-capitán del Prominence.

-Sí, solo estoy un poco mareado… -Le restó importancia a sus dolencias el albino.

Haruya se incorporó sobre la cama, con cuidado de que el moreno no perdiera el equilibrio, y volvió a acomodar a su pareja sobre sí, empezando nuevamente con las caricias.

-¿Luego te apetecería salir?                                      

-No mucho la verdad… pero puedes salir tú si quieres –Contestó el moreno con un tono de voz muy bajo.

-Paso –Hizo una pequeña pausa- Si salgo es para que podamos pasar tiempo juntos. Además, prefiero quedarme contigo hasta que te recuperes –Dijo mimosamente el pelirrojo, abrazando con una mano la estrecha cintura del chico de hielo., atrayéndolo más hacia sí, y aprovechando la cercanía para besar una de las sonrojadas mejillas del peliblanco.

-Haru… -El chico de ojos azul hielo, se separó un poco del pelirrojo, evitando así que siguiera besando su rostro –No empieces… -

Nagumo se extrañó cuando su chico se separó de él, y cuando le dijo esas palabras se quedó más que sorprendido, algo frustrado.

-¿Es que no puedo ser cariñoso con mi novio sin que le esté pidiendo sexo? –Preguntó algo enojado el pelirrojo. Para una de las pocas veces que se ponía en plan mimitos con Gazelle, este tenía que malinterpretarle.

-Puedes, pero no es algo muy común viniendo de ti –Dijo Fuusuke con tono de obviedad. –Que a estas alturas ya nos conocemos Nagumo.-

Haruya lo miró con un gracioso mohín. - ¿Por quién me tomas? ¡No soy un pervertido! Sé que no te encuentras bien, también tengo sentido común ¿Sabes? -.

Suzuno lo miró alzando una ceja -¿Tú? ¿Sentido común? No me lo trago –

-Eres tú el que siempre está malinterpretándome –Se justificó el chico de ojos ámbar.

-¿Quieres que te ponga ejemplos que demuestren que eres un pervertido sin sentido común?–Preguntó el peliblanco con mucha confianza.

-Adelante –Le retó el chico de fuego.

-¿Te acuerdas cuando me fracturé la tibia en un entrenamiento el año pasado?

Haruya venía venir la anécdota que iba a contar.

-S-sí…

-Entonces recordaras que ese mismo día lo hicimos en el hospital ¿Te parece racional? Me acuerdo que la escayola todavía no se había secado del todo, y tuve muchos problemas para mantener la pierna en alto mientras me violabas.

-¿¿Qué?? ¡Yo no te violé!

-¡Pero si hasta me rompiste la camiseta mientras forcejeábamos! Sólo te faltaba atarme a la cama, un momento… ¡Lo hiciste! –Dijo con tono sarcástico el chico de ojos azules.

-Es que no parabas de moverte, y además… pensaba que te gustaba ese rollo…

- Hombre, si te parece dejó que me sodomices cuando te dé la gana por las buenas… un momento ¿Pensabas que me iba el sadomasoquismo?

-Pues sí, y sinceramente, tienes que reconocer que no te disgusta del todo, que se te ve en la cara que te pone.

-No, no, no, no… No nos desviemos del tema, estábamos hablando de ti y tu ``sentido común´´ no de mis preferencias sexuales–Le señaló acusadoramente el oji-azul.

-¿Y qué quieres que te diga? Ese día me prometiste que lo haríamos. Yo solo cumplí mi parte de la promesa.

Suzuno lo miró con mala cara -¿Y tú a se le llamas tener sentido común?

-A eso le llamo tener ganas de fo…- El pelirrojo no pudo terminar la frase, porque fue interrumpido por una llamada a su móvil.

Nagumo estiró su mano y llegó a coger su dichoso teléfono. Miró en la pantalla a ver si reconocía el número de la persona que lo llamaba.

-¡Es Osamu!

-¿En serio? ¡Hace mucho que no le vemos!

-Y tanto… desde que se fue a Washington  para mejorar su inglés…

- ¡Rápido, contesta!

-Uff… Me da un poco de palo, hace la hostia que no hablamos…

-Anda, dame –El albino le arrebató el teléfono de entre las manos- Que si no, nos mandará una carta, y ya sabes cómo son sus cartas; El diccionario en comparación es lectura ligera, ya me entiendes…

Nagumo recordó las cartas que el pelinegro les mandaba todos los años por navidad y un escalofrío le recorrió la espalda.

-¿Sí? –Contestó al teléfono el peliblanco.

-¿Suzuno?

-Hola tío, ¿Qué tal? ¡Cuánto tiempo!

-Muy bien, gracias ¿Y vosotros qué tal?

-De lujo, en Benidorm de vacaciones

-Mido ya me contó vuestro encuentro…

-Pues no me dijo que había hablado contigo

-Es que fue una llamada muy corta, se le debió olvidar, ya sabes lo despistado que es…  Por cierto ¿Por qué has contestado tú al móvil de Nagumo? ¿Le ocurre algo?

-No, ¡Qué va! Es que estaba en el baño –El moreno miró con complicidad al otro chico, y este le agradeció la mentira piadosa.

-Ah, bueno. Me alegro de que os lo estéis pasando bien.

-Y nosotros de que des señales de vida, te dábamos por muerto. ¿Qué tal las clases de inglés?

-Very well, Thanks

-Ya veo, ¿Quieres que te pase con Haruya?

-Te lo agradezco, pero dentro de medio minuto tengo que estar en clase. Dale recuerdos de mi parte. Os volverá a llamar en cuanto tenga algo de tiempo ¿Vale? Cuidaos mucho y no hagáis locuras. Eso va sobre todo por Burn, díselo de mi parte también. Bye!

-Bye! –Después de despedirse de su compañero, colgó.

-¡Oye! ¡Podrías haberme pasado con él! –Se quejó el chico de fuego.

-Pensaba que te daba palo

-Ya, pero eso era antes de que tu hablaras primero con él

- ``Menuda excusa´´-Bueno, de todas formas tenía mucha prisa y no podía hablar. Te manda recuerdos, y dice que como eres un loco descontrolado y peligroso, que tengas cuidado de no meterte en problemas.

-¿Eso ha dicho?

-Con otras palabras, pero sí, eso ha dicho.

-``No sé por qué me da la sensación de que Osamu no ha dicho eso´´- Pensó el pelirrojo. Las palabras del moreno no le eran del todo creíbles.

 

El pelirrojo decidió guardar silencio, no quería empezar una discusión, otra más, con su novio.

-¿A ti no te dolía la cabeza?

-¿Para qué me lo recuerdas? Ahora que empezaba a olvidarme de la jaqueca… -El albino se tumbó sobre la cama nuevamente y puso una de sus manos sobre su frente.

-Si quieres puedo ayudarte a que se te olvide –El pelirrojo acorraló a su novio entre su cuerpo y el colchón. Su mirada ardía en lujuria.

-Si tuviera fuerzas te pegaría una paliza –Dijo el albino intentando ignorar el comportamiento de su amante.

-¿Eso es un sí? –Preguntó esperanzado el pelirrojo, acercando sus labios al cuello de Suzuno, repartiendo pequeños besos.

-Déjame… -Le apartó un poco de su espacio vital, pero el pelirrojo enseguida volvió a acercarse. –No estoy de humor-.

-No tienes que estar de humor, con que estés cachondo me conformo –Dijo sensualmente Haruya al oído de su chico.

-En serio, déjalo, estoy cansado… -Intentaba apartar al chico de ojos ámbar sin poner mucho esfuerzo en ello.

-No tienes que hacer nada, déjamelo a mí… -Empezó a besarle la oreja, mientras una de sus manos se deslizaba por su ropa.

-Ha-Haruya... Para ya… -El albino intentaba ignorar todas las acciones del chico de fuego, pero era algo complicado. De todas formas él pensaba que el otro lo hacía para molestar, no para llegar al final del asunto.

-Venga, uno pequeñito… -Introdujo una mano por dentro de la camiseta del moreno, rozando con la yema de los dedos su bronceada piel.

El albino pegó un respingo y se separó del cuerpo de su novio y lo miró a los ojos.- ¿¿Hablas en serio??-.

El pelirrojo lo miró con expresión de indiferencia. – Claro –Dijo tranquilamente.

-¿¿La conversación de hace un momento no significa nada para ti??- Preguntó exasperado el pobre peliblanco.

-¿Qué conversación? –Preguntó el pelirrojo.

Suzuno se llevó las manos a la cabeza de pura desesperación. - …  Me rindo… Eres un caso perdido.-

-Entonces… ¿Tengo tu permiso? –Peguntó el chico de fuego mientras se le echaba encima nuevamente.

-¡Claro que no! ¿Es que eres idiota? –Ambos empezaron a forcejear.

-Con lo guapo que estas cuando colaboras… -Comentó el pelirrojo, que llevaba ventaja y que casi le había quitado del todo su camiseta.

-¡Cállate!

-Me excitas mucho cuando te pones así de agresivo, es muy sexy -Nagumo seguía despojando al moreno de sus prendas, con esfuerzo, pero poco a poco lo estaba consiguiendo.

 

-¡Por dios Nagumo! ¡Suéltame! – El albino notaba como su ropa iba desapareciendo, en vano, ya que sentía que no podía hacer nada.

-Es que recordar buenos momentos me ha abierto el apetito –Se excusó el ex-jugador del Prominence.

Fuusuke, haciendo uso de una fuerza mística logró despegarse del insistente pelirrojo, pero por desgracia acabó cayéndose de la cama, y dándose un buen golpe en la cabeza.

-¡S-Suzuno! ¿¡Estás bien!? – Burn se bajó de la cama y se acercó al cuerpo del moreno, que seguía tirado en el suelo.

-A… a-ay… - Se lamentaba el peliblanco, sin moverse de su posición.

Nagumo cogió al chico en brazos con suma delicadeza y lo dejó sobre la cama.

-Suzuno ¿Te duele mucho? ¿Cuántos dedos ves? – El pelirrojo puso su mano a escasos centímetros de la cara del ojiazul, con su dedo índice y anular extendidos.

-Violador… -Susurró el chico de hielo mientras se sobaba la zona de la cabeza donde se había dado el golpe.

El pelirrojo suspiró aliviado. Por lo visto la cabeza de su novio no había sufrido daños.

-Lo siento, no quería que te hicieras daño

-Ya lo sé, sólo querías violarme. Es muy caballeroso por tu parte –Dijo sarcásticamente Gazelle.

El pelirrojo pasó por alto todos los comentarios de su chico, se acercó a su rostro, y le dio un suave beso en los labios. –Di lo que quieras, pero no te librarás de mí. –Después se separó de él y se tumbó a su lado, pero sin intentar nada, solo se dedicaba a mirarle.

-¿Qué me miras?

-Es que res muy guapo.

El albino se quedó callado por vergüenza. Haruya a veces era realmente impredecible.

-Perdona por el golpe, me he pasado un poco… Prometo no hacer nada malo hasta que estés en buenas condiciones. –Sonrió cariñosamente el ojiambarino, acomodando su cabeza sobre la almohada.

-Me gustaría creerte…- Dijo el albino sin fiarse de la palabra de su novio.

-Te lo prometo ¿Sí? Confía en mí, no haré nada. –Le dio un pequeño beso en la nariz y volvió a tumbarse en el colchón.

-Y oye… ya es tarde ¿Te apetece comer algo?

-Por no levantarme, prefiero quedarme sin comer –Contestó el peliblanco pesadamente, hundiendo la cabeza en la almohada.

-No te preocupes, ya bajo yo a por algo de comer… ¿Quieres algo en especial?

-Cualquier cosa ligera.

-Como deseéis majestad –El pelirrojo hizo una reverencia y le dedicó una sonrisa burlona. Se puso los primeros zapatos que encontró y salió de la habitación no sin antes coger la llave del cuarto, luego se encaminó al comedor del hotel a por algo de comer para su novio y para él.

 

Bajó las escaleras con paso calmado y en menos de dos minutos ya había llegado al lugar.

Allí no había mucha gente, ya que era tarde para comer.

Unas amables camareras le prepararon la comida que pidió en una bolsa, y después de despedirse formalmente regresó a su habitación.

Por el camino de vuelta vio a Tsunami hablando con su amigo Jordan, en el fondo era inevitable que esos dos se conocieran tarde o temprano, si no supiera que era imposible, diría que esos dos eran hermanos.

-¿Te gustaría quedar luego para montar algunas olas? ¡Me han dicho que las de hoy son especialmente grandes!

-Me encantaría, pero no puedo –Contestó el chico del pelo rosado – Tengo todo el día reservado, lo siento. –Tsunami le había prometido a Tachi que irían a dar una vuelta por la ciudad para conocerla y luego tomarían un helado. Habían vuelto al hotel sólo para coger algunas cosas y volver a las andadas.

-No pasa nada… -El chico de cabellos azul oscuro entristeció notablemente.

-Pero si quieres podemos quedar mañana – Dijo de forma entusiasta Tsunami.

-¿En serio?- Ha Jordan le brillaban los ojitos.

-¡Claro! ¿A qué hora y dónde?

El otro surfista estaba a punto de sugerir una hora y lugar, pero por su mente pasó una idea mucho mejor.- Mmm… Tengo que hablar con mis compañeros sobre los turnos de la mañana en la cafetería… ¿Te parece si me das tu número de teléfono y te llamo en cuanto lo sepa?-.

Como Tsunami era una persona muy extrovertida, seguramente la más extrovertida del equipo seguido de cerca de Endo, no dudó ni en segundo en darle su número, y Jordan le dio el suyo también.

-Aquí tienes, llámame en cuanto puedas quedar, ¡No me gustaría perderme las olas de esta temporada!

-¡Ni a mí! –Los dos surfistas hicieron una de sus súper poses mega-guays. –Te llamaré en el mismo minuto en el que sepa mi turno ¿Vale?

-Lo doy por hecho

Por un pasillo apareció el portero suplente del Inazuma y se detuvo al lado de su compañero.

-Tsunami-san, ya estoy listo… -Se dio cuenta de la presencia del otro surfista –Esto… hola, me llamo Tachimukai, mucho gusto-.

Ambos se estrecharon la mano. –Y me llamo Jordan, encantado -.

-Bueno, tenemos que irnos… -Interrumpió sutilmente el pelirrosa –Ya nos veremos Jordan.

Los tres chicos se despidieron y cada grupo se fue por un lado.

El pelirrojo esperó a que se hubieran alejado lo suficiente un grupo del otro y tomó el mismo camino que había cogido su amigo Jordan.

-¡Hey! –Jordan giró su vista y se encontró con Haruya.

-Hola Nagu ¿Qué tal?

-Yo muy bien, y por lo visto, tú también ¿Eh? –El pelirrojo le codeó con complicidad.

-No sé de qué me hablas –Canturreó el surfista.

-No sabía que andabas detrás del pelirrosa, pensaba que no era tu tipo –Ignoró la negativa que le había dado su amigo.

-A ti no puedo mentirte… La verdad es que ese chico me gusta bastante.

-¡Salta a la vista! Y encima has conseguido su número…

-Bueno, soy un profesional  ¿Qué esperabas? –El surfista se peinó el pelo hacia atrás con la mano, muy orgulloso de sí mismo.

-Ya, seguro… -Le miró con una gotita en su nuca – Pero, yo pensaba que tú eras… a ver cómo te lo digo… más de ``dar´´ que de ``recibir´´ -Intentó explicarse el pelirrojo.

-Y lo soy –Dijo con seguridad en sus palabras.

-Pero Tsunami no tiene pinta de ser de los que ``reciben´´ -Obvió Haruya, que estaba un poco desorientado dentro de la conversación.

-No hay problema… Le gustará tanto que no le importará ~ -Canturreó feliz el chico de ojos rojizos.

-Y yo que pensaban que te gustaban más los chicos tímidos e inocentes…

-Jeje, pues va a ser que no. Los prefiero maduritos ~ -Volvió a canturrear.

-Bueno, Tsunami es el más mayor de su equipo, creo que tiene quince o dieciséis…

-¡Perfecto! Yo dentro de un par de meses cumplo los dieciséis, no hay tanta diferencia

-Te veo muy seguro ¿Qué pasa con la competencia?

-¿Qué competencia?

-El chico con el que acaba de irse tu ‘’novio’’

-¿Él? ¿Cómo ha dicho qué se llamaba…? Tachi… ¿Tachimukai?

-Yuuki Tachimukai –Aclaró el pelirrojo.

-¿Es su novio o algo?

-No creo, ese chico es muy tímido y dudo que se haya atrevido a declararse

- Le conoces muy bien ¿No?

-Nunca he hablado con él realmente, pero un amigo mío se lleva mucho con él, y como nos cuenta su vida, pues… acabas conociendo al personal.

-Y entonces… ¿Tu amigo te ha dicho que a ese chico le gusta Tsunami?

-No, eso es lo que pienso, y sinceramente, creo que es bastante obvio…

El pelirrojo comenzó a contarle a su amigo toda la información que poseía sobre el chico de cabellos rosados y su amigo Tachimukai, hasta que recordó que su novio le esperaba en su habitación desde hacía casi un cuarto de hora.

-¡Tengo que irme! Ya nos veremos ¿Vale? ¡Suerte con tu presa!

Haruya salió corriendo mientras se despedía, sin esperar a que el otro chico le contestara. Llegó tan rápido como pudo a su cuarto, y se encontró con el albino tirado en la cama. Se había vuelto a poner la camiseta y tenía cara de pocos amigos.

-Pensaba que te habías ido a por la comida a China –Comentó con un puchero el moreno.

-No es para tanto, es que me he encontrado con Jordan por el camino y me he entretenido… Pero a cambio te he traído una ensalada y un poco de fruta –Sacó de la bolsa una manzana que pensaba comerse, y le entregó el resto.

-¿Qué tipo de fruta?

-Una naranja, dos manzanas, un plátano, un mango y un melocotón.

Gazelle cotilleó un poco el contenido de la bolsa y al final se decidió por el melocotón.

-No sé qué vamos a hacer con tanta fruta… -Dijo Fuusuke, viendo que iba a sobrar un montón de comida.

-Nos la comemos mañana y ya está –Pegó un bocado a la fruta que tenía en las manos y se recostó sobre la cama. Cada uno comenzó a comer en silencio, hasta que el pelirrojo decidió romper el hielo por aburrimiento.

-Sabes… Tenía la esperanza de que escogieras el plátano –El albino se atragantó al escuchar el elocuente comentario.

-¿¿Q-qué?? –Preguntó cuando consiguió tragar el trozo de fruta se había extraviado.

-Era broma… más o menos, es que me aburro mucho

-Puedes salir si quieres, no tienes porqué quedarte conmigo todo el día

-Ya sabes que no quiero dejarte solo ¡Y no lo voy a hacer!

El albino sonrió para sus adentros. Cuando el pelirrojo demostraba tanto interés en él se sentía muy feliz, era muestra de que ambos se querían.

-Seguro que hay algo que podamos hacer aquí en el hotel que no requiera mucho esfuerzo… -Pensó en alto el peliblanco.

-Podemos ir a la piscina, aunque sea a tomar el Sol o a mirar el cielo, cualquier cosa es mejor que estar aquí tirados sin hacer nada- Propuso el pelirrojo mientras se ponía en pie.

-No es mala idea, hace mucho calor… pero no me apetece ponerme el bañador –Dijo perezosamente el chico de hielo.

-No te preocupes… -El pelirrojo se acercó al albino y empezó a juguetear con uno de sus mechones que estaban despeinados –De eso me encargo yo.-

Haruya se tiró encima del peliblanco y se las apañó para inmovilizarlo y llevarlo a rastras al baño, para ponerle el bañador, o eso decía él. Suzuno no estaba seguro del todo.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

Midorikawa había vuelto al hotel después de lo sucedido con Hiroto en la playa. No tenía ganas de verse las caras con ninguno de sus compañeros. Estaba muy deprimido por que nada más haber hecho las paces con Hiro, ya había vuelto a fastidiarla.

Ahora se entretenía  salpicando con los pies el agua de la zona poco profunda de la piscina.

Estaba pensando en qué les diría a sus amigos cuando les viera, cuando irrumpieron en el lugar un chico pelirrojo y otro con el pelo blanco, que no tardó en reconocer.

 

Burn y Gazelle se acercaron al césped de la piscina y pusieron sus toallas en un hueco desocupado, donde daba luz y sombra por igual.

Ambos chicos se quitaron la camiseta y se quedaron sólo con el bañador que habían traído puesto.

-Burn, yo me voy al agua –Avisó el albino mientras estiraba un poco sus músculos.

-Te acompaño –Se acercó a su novio y le rodeó la cintura con su brazo derecho.

-O-oye… no tienes que estar pegado a mí las veinticuatro horas del día… – Mientras hablaba miraba en dirección contraria para que el pelirrojo no notara su leve sonrojo.

-¿Y sí te da un chungo mientras nadas? –Hablaba preocupado el oji-ambarino.

-Para eso está el socorrista –Contestó rápidamente el chico de hielo, señalando disimuladamente a un joven musculoso que llevaba un bañador rojo y una camiseta blanca, y que claramente era el socorrista.

-No me fío de los socorristas… ¿Qué pasa si se ahogan dos personas a la vez? ¿Eh? Yo me mejor me quedo contigo y nos ahorramos problemas.

El albino cedió a la petición de su novio para no acabar discutiendo. Estaba muy claro que a Nagumo no le gustaba la idea de que un chico musculoso y guaperas se acercara a Suzuno.

Midorikawa se quedó observando cómo la parejita se daba un remojón en las duchas de la piscina, por los gestos que ponían los chicos el agua estaba helada, y se acercaban al borde de la piscina de la zona profunda para tirarse, o eso parecía.

-Suzuno… ¿Por qué huyes? –Preguntó de forma pícara el pelirrojo, que veía como su pareja se alejaba todo lo posible de él.

-Nagumo, no pienso dejar que me tires a la piscina ``otra vez´´ - El peliblanco sabía que Haruya se divertía cómo el que más gastando ese tipo de bromas. No pudo evitar recordar todas las veces que habían ido a la piscina con el Sun Garden, y cómo el pelirrojo siempre le había empujado a la piscina a traición.

-¿Por qué iba yo a hacer eso? –Nagumo se acercaba lentamente –Sí yo sólo me preocupo por ti… -Dijo con inocencia fingida.

-¡No te acerques! –Dijo seriamente el chico de hielo.

Burn hizo caso omiso de las palabras del moreno y se acercó hasta su posición y le abrazó por la espalda.

El pelirrojo empezó a arrastrar a su novio hasta el borde de la piscina en contra de su voluntad, y al llegar al último centímetro antes de tocar el agua paró.

-¿Últimas palabras? –Preguntó burlonamente Haruya antes de tirar al pobre Suzuno

-¡N-Ni se te ocurra! –Amenazó el albino, intentando librarse del fuerte agarre de su chico.

Nada más terminó de hablar Fuusuke, Haruya hizo uso de toda su fuerza para tirar al albino al agua. Pero no contaba con que el chico de hielo se agarraría en el último momento de su mano, y le haría caer consigo.

Gazelle cayó de espaldas y Burn encima de él. Por suerte había suficiente separación entre sus cuerpos y no llegaron a golpearse.

A los pocos segundos de haberse sumergido, los dos muchachos asomaron la cabeza a la superficie para coger aire.

-¿Por qué has hecho eso? –Preguntó indignado el pelirrojo mientras se acercaba nadando a Suzuno.

-Es culpa tuya, por haberme tirado – Sintió como los brazos del pelirrojo volvían a abrazarle, pero esta vez de forma cariñosa  delicada. Los hermosos ojos ámbar del chico lo miraban con expectación.

-¿Q-qué?- Volvió a desviar su mirada de la de su novio. Su rostro volvía a tintarse de un ligero color magenta.

Nagumo dejó de abrazarle con uno de sus brazos, y con su mano libre le tomó del mentón para que le mirara a los ojos. Cuando sus miradas volvieron a conectar, con la misma mano retiró unos mechones de pelo que ocultaban parte del rostro del albino y se los colocó detrás de la oreja.

Midorikawa miraba con curiosidad la escena.

El pelirrojo aproximó su rostro al del moreno hasta que sus labios se juntaron en un pequeño beso.

El chico de hielo colocó sus manos en el pecho Nagumo y lo separó de su cuerpo. Miró en todas direcciones para ver si alguien había visto su desliz amoroso, pero todo el mundo estaba o tomando el Sol o leyendo una revista, así que nadie excepto Midorikawa, que se había escondió bajo el agua en cuanto notó que el albino miraba en la dirección en la que él se encontraba, había visto el beso.

-No te preocupes, nadie nos mira –Volvió a juntar sus labios con los del oji-azul en un pequeño, suave y húmedo contacto.

Gazelle no estaba del todo cómodo con esa situación, pero no quería rechazar los besos de su novio, le preocupaba que el pelirrojo llegara a pensar que no le gustaban.

 

Burn se fue separando del moreno hasta romper el beso, pero dejando sus rostros a escasos centímetros de distancia.

-Hacía mucho que no íbamos a una piscina… -Comentó alegremente el ex-capitán del Prominence.

-Desde que éramos pequeños…-

Los dos chicos se quedaron en silencio, hasta que el pelirrojo decidió hacerle una aguadilla a su novio. Así empezaron una batalla por ver quién era el que hacía más aguadillas al otro.

 

Mido seguía viendo como sus dos compañeros se divertían jugando a matarse. Realmente estaba sorprendido por la relación que tenían, desde que se conocían siempre estaban discutiendo y nunca parecían estar de acuerdo en nada ¿Cómo era posible que aun así se complementaran tan bien? Al final iba a ser cierto eso que decía el refrán; ‘’Los polos opuestos se atraen’’

 

Notas finales:

Espero que me haya quedado aceptable n.nU La verdad es que no me complacía del todo, pero cuando lo releía no era capaz de cambiar las palabras TT3TT Besos y saludos~~


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