POV YUURI
Vamos camino al Templo de Shinou para recibir a mi hermano mayor. Y conmigo vienen Conrad, Gwendal y… Wolfram.
Viajo solo en el carruaje, él ya no suele viajar conmigo. Siempre va afuera montado en su caballo, tal cual honorable príncipe. Se siente extraña la ausencia de su persona, antes tan cercana a la mía.
Por fin llegamos. Esperamos un poco y finalmente el chapoteo del agua me obliga a acercarme a la fuente. Wolfram me sigue, muy callado y se queda unos pasos más atrás.
Mi hermano está en la fuente, con los ojos fuertemente cerrados, si no mal recuerdo, me dijo que aún no se acostumbra a viajar así. Los abre cuando está seguro de que llegó y nos observa a ambos, pero en cuestión de segundos, solo fija su mirada en Wolfram.
Mi rubio acompañante le sonríe y se acerca para darle una mano. Shouri duda un poco, como si estuviera nervioso, pero termina aceptando su ayuda. Wolf tira de él con fuerza, solo la necesaria, y logra ponerlo de pie. Mi hermano no deja de mirarlo, tampoco suelta su mano y Wolfram le muestra nuevamente una sonrisa y eso extrañamente me… molesta.
-Bienvenido Shouri-sama- lo saluda el rubio, que yo recuerde es la primera vez que lo llama así.
-H-hola… Wolfram.- le cuesta trabajo hablarle… eso no es normal.
-Shouri, ¿estás bien?- siento que algo raro le pasa a mi hermano mayor.
-Sí, solo me sentí algo mareado. Ya estoy bien.- dice, pero no me parecen convincentes sus palabras. Por fin suelta la mano de Wolfram y se da cuenta de que Conrad y Gwendal están presentes.
-Tanto tiempo sin verte Shouri.- le dice mi “padrino”
-Conrad, Gwendal. Un placer verlos nuevamente.- de verdad algo… ¿por qué habla tan educado?
Wolf agarra la mochila de Shouri, lo mira con suma tranquilidad y paciencia (demasiada para mi agrado) y levanta una mano, para mostrarle el camino.
-¿Nos vamos?- su suave voz provoca en mi hermano una extraña reacción, porque éste lo veo… extrañado.
Shori no dice nada, simplemente se queda como tonto mirando a Wolfram y eso es bastante molesto. Pongo mi mano en su espalda y empujo con fuerza para que se mueva y avance. Me mira y no dice nada. ¿Acaso le habrá comido la lengua el gato? Pero ni siquiera hay gato cerca y en la Tierra no tenemos. Él está actuando extraño también.
-Vamos al castillo- sonrío para que tenga confianza, pero no puedo evitar mirarlo raro y es que su comportamiento es confuso. No entiendo nada.
Mi hermano acepta. Caminamos en silencio. Detrás de nosotros caminan Gwendal y Conrad y al frente va caminando Wolfram. Mi hermano va a un costado mío, nadie dice palabra alguna, lo observo por unos instantes y lo descubro contemplando la espalda del rubio; por detrás parece tan frágil, su apariencia te da una idea equivocada porque Wolf en realidad es muy fuerte y su rostro te hace pensar que es en extremo dulce y delicado, cuando en realidad es brusco y arrogante, sin embargo tiene un gran corazón…
Observo nuevamente a mi hermano, que ahora contempla todo el cuerpo de Wolf, de arriba abajo y su mirar refleja algo… ¿cómo puedo llamarlo? Tal vez… deseo, quiero hacer algo para que deje de mirarlo de esa forma tan enfermiza, pero Wolfram voltea, lo mira y le sonríe, después vuelve a su antigua postura.
Mi cuerpo reacciona ante la escena poniéndose rígido y entonces eso cruza por mi cabeza. He notado que durante este tiempo Wolfram le sonríe a todos, a todos menos a… mí. Ahora son mis ojos lo que no pueden dejar de mirarlo, me preocupa y al mismo tiempo me deprime.
Finalmente llegamos al carruaje. Wolf abre la puerta e invita a Shouri a pasar. Mi hermano le acepta el ofrecimiento y lo mira a los ojos, tropieza, pero Wolfram logra sostenerlo antes de que golpee el suelo.
-Con cuidado, majestad- es la primera vez que usa ese título en él.
Shouri se incorpora y entra al carruaje, Wolf le da su mochila y se vuelve a parar junto a la puerta. Lo miro, pero él ni siquiera corresponde mi mirada. Resignado intento subir al coche, pero tropieza y caigo bruscamente. Conrad acude veloz en mi ayuda, pero su hermano menor no se mueve si quiera.
-¿Está bien Yuuri?- me pregunta el soldado.
-¿Te lastimaste Yuu-chan?-
-No, estoy bien- intento sonreír, pero no resulta.
-Debe procurar tener más cuidado, Yuuri heika. No querrá lastimarse.- sugiere Wolfram, no muestra ninguna expresión. Ya no se preocupa por mí.
Ninguno de nosotros logró decir nada. Conrad abrió los ojos, del tamaño de platos, Shouri no dijo nada y yo solo pude sentir como mi mandíbula chocaba con el piso. Me siento deprimido de inmediato, me acomodo en mi sitio y oculto mis ojos bajo el cabello. ¿Por qué las cosas cambiaron tan radicalmente? ¿Será ésta la forma para vengarse de mí?
-¿Yuuri?- susurra Conrad.
No le contesto, no quiero que me consuele.
Me siento demasiado triste. ¿Ya no quedará nada del antiguo Wolf?
El silencio reinó la mayor parte del camino, hasta que mi hermano llamó mi atención.
-¿Algo pasó entre Wolfram y tú?
-No lo sé- contesto sin entusiasmo.
-¿No lo sabes? Él…
-Él se ha estado portando así desde hace poco más de un mes. No conozco las verdaderas causas, sin embargo, sospecho lo que puede ser. He tratado de disculparme, pero siempre dice que no hay razones para que lo haga… no sé qué hacer- confesé sintiéndome aún mas devastado.
-¿Acaso pelearon?- pregunta con su tono de “hermano-mayor-sabelotodo”
-De la peor forma hasta el momento- prefiero ver fuera de la ventana.
-¿Y por qué? –pregunta como niño pequeño.
-Creo que fue culpa mía. No estoy seguro. Creí que me gritaría toda una gama de insultos y maldiciones, pero no lo hizo. Pensé que si me disculpaba todo volvería a la normalidad, como siempre. Pero me equivoque. Y ahora es así…- siento dolor en el corazón solo de recordarlo.
-Entonces, ¿crees que fue por la pelea?
- Más bien creo que esa pelea solo fue el detonante.-lo miro no muy animado- No sé qué hacer, todos estamos preocupados por él y es que… este ya no es Wolfram; no grita, no regaña, no insulta, no hace nada de lo que solía hacer… es tan extraño.- quiero llorar, de verdad deseo llorar, pero es mejor soportar.
El silencio reina nuevamente.
-Yuuri, ¿quieres a Wolfram?- me pregunta ansioso, tomándome por sorpresa.
-Por supuesto, él es mi mejor amigo- la respuesta sale de mi boca por sí sola.
-No. Me refiero a que si él te gusta… ¿lo amas? – vuelve a sorprenderme, ¿por qué suena desesperado por saber mi respuesta?
-No, él… solo es mi amigo- respondo son seguridad, pero no sé por qué siento mis propias palabras como falsas. Al escuchar mi respuesta mi hermano parece… feliz.
Nadie dice más. El silencio es el único que habla nuevamente.