La noche siguiente las campanas volvieron a repicar insistentemente, niveles E atacaban otra vez y como siempre el que iría a enfrentarlos seria el menor de los Lawliet. Pero no fue la única vez que las campanas sonaron, lo hicieron varias veces en una semana. Esa era la noche del domingo y el moreno creyó que podría descansar pero no, el deber lo llamaba. Llego a la plaza principal fastidiado por tener que hacer eso, pero no encontró a nadie ahí. “¿habrá sido un falsa alarma?”, pensó mientras recorría el lugar algo confundido… pero al llegar a una banca una criatura brinco de entre las tinieblas hacia el derribándolo.
Rápidamente se lo quitó de encima y saco unos cuchillos de plata bendecidos y se los arrojo, al instante el cuerpo comenzó a arder por el contacto con aquel metal. Se acercó a cortarle la cabeza, ya que si no lo hacía no moriría rápidamente como él quería.
- Últimamente se han incrementado el número de ataques, este es el quinto en lo que va de la semana… alguien debe estar convirtiendo a todos estos seres y los deja libres para que ataquen – suspiro – seguro que querrán que investigue… y eso significa que tendré más trabajo.
Mientras, Light aprovechaba para conocer más a Mihael y conquistarlo, después de todo ningun humano o vampiro se había resistido a sus encantos… pero por más que se esforzaba en conversar con el, el chico siempre sacaba a tema al vampiro de ojos negros, cosa que lo enfurecía pero disimulaba a la perfección. ¿Por qué siempre su “hermano” era por el que todos se preocupaban? Él era el mayor y por lo tanto debía tener la atención de todos.
El castaño llevaba toda la semana tragándose su orgullo, desde que Mihael llego pasaba mucho tiempo con el malnacido de su hermano, incluso este le daba un ligero entrenamiento de cazador. Si eso seguía así no podría conquistarlo y nuevamente Elle lo habría vencido, y es que cada que estaba con el rubio este se alejaba cuando veía al pelinegro.
Esa era otra ocacion en las que Light trataba de acercarse al otro vampiro, estaban medio platicando pero de pronto sintieron la esencia de Elle que ya había llegado, este al pasar por donde se encontraban los saludo y Keehl se dirigió a con él con el pretexto de querer saber cómo era que peleaba con vampiros nivel E.
Los dos se encontraban en el jardín donde se conocieron, llevaban horas conversando, de cómo era pelear con ese tipo de vampiros, lo que pasaría si Mihael no elegía a ninguno, etc. La pasaban también juntos que no se dieron cuenta de que en unos minutos amanecería, hasta que oyeron cantar a los pájaros y el maullido de un gato que Elle había recogido y tenía por mascota.
- Deberíamos entrar, está por salir el sol – se levantó de donde estaba sentado y camino hacia el interior del lugar, pero se sorprendió al no sentir al otro junto a el - ¿Elle?
- Ahora voy – se retrasó porque estaba buscando al gato - ¿no ves a Neko? – el rubio negó y siguió buscándolo por el jardín mientras Mihael lo observa desde la entrada.
“Es como un niño buscando un juguete que se le ha perdido” pensó Keehl, le encantaba verlo se le hacía como un niño, tan inocente y puro… sonrió al ver la cara del chico al encontrar al gato, sin embargo noto algo que había olvidado pero que ya era tarde para advertirle, el sol ya había salido.
- ¡Elle! – el aludido volteo como si nada y eso le sorprendió - ¿no te has quemado?
El chico sonrió y camino junto con el gato hacia el.
- ¿Te sorprende que el sol no me dañe, cierto? Pues veras, es una de las ventajas de ser un hibrido – sonrió con dulzura – vamos, debes estar cansado.
Entraron y Mihael seguía admirado con el chico, cualquiera odiaría no ser un sangre pura completo y culparía a sus padres por eso pero en cambio el miraba todo eso por el lado positivo y hablaba muy bien de sus progenitores en especial de su madre… algo que su hermano no hacía, el solo hablaba de el mismo y eso fastidiaba demasiado al chico (a cualquiera).
Cada vez Mihael y el menor de los Lawliet eran más unidos, cosa que desagradaba del todo al vampiro de ojos café pues el mes estaba por cumplirse y sus planes no estaban funcionando… debía hacer algo pronto para evitar que Mihael eligiera a su hermano, después de todo en la guerra y el amor todo se vale, ¿no?. Y mientras pensaba una idea le llego, necesitaría la ayuda de esa fastidiosa chica pero sí que le serviría.
Elle se encontraba haciendo una ronda de inspección al pueblo después de eliminar a tres nivel E. Caminaba aburrido, pensando en que aunque sus abuelos le ordenaran a Light ayudarlo este no lo hacía. Cuando de pronto una ventisca helada se soltó, conocía ese viento, no era uno cualquiera, era uno frio y cortante, pero lo curioso era que estaban en primavera, y solo había una vampira que lo producía y esa era…
- Sal ya sé que estás ahí Misa – dijo sin voltear - ¿Por qué estás aquí?
- Elle – corrió y lo abrazo – hace tanto que no te veía.
- ¿Qué quieres? – dijo con frialdad.
- Verte.
- Pues ya me viste, ya te puedes ir – se liberó del insoportable abrazo y retomo su camino – deben estar preocupados por ti, mañana hare que te lleven a tu cas…
- ¡NO! Yo quiero estar contigo
El moreno suspiro resignado, Misa era tan desagradable y desesperante no tenía nada contra ella pero simplemente no la quería tener cerca, pero sabía que lo correcto era llevarla con sus abuelos y luego mandarla a su casa.
Resignado le pidió a la rubia que lo siguiera y está feliz corrió a su lado para irse. Cuando llegaron ella seguía colgada a su brazo como garrapata, no quería soltarlo y la paciencia del moreno se estaba agotando.
- Misa por favor ya suéltame, ¿Qué quieres arrancarme el brazo? – trato de soltarse pero más fuerte lo agarro la rubia.
- Oh Elle, es que hacía mucho tiempo que no te veía – puso cara de cachorro abandonado – y solo quería estar un poco cerca de ti, ¿Qué hay de malo en eso?
- Misa entiende que ya no siento mi brazo de tanto que lo has apretado, y que siento que mis oídos van a explotar de tanto que gritaste tan cerca de mi… estoy cansado y…
- ¿Necesitas sangre?, toma la mía – le ofreció su cuello. Claramente quería formar un lazo de sangre con él.
- No gracias…mira, si me dejas descansar y no te me acercas en lo que resta de la noche te prometo que cuando mis abuelos te manden a tu casa yo mismo te llevare, ¿sí?
La joven asintió y aliviado se dirigió a su habitación a descansar. Misa comenzó a buscar al vampiro de ojos amielados, y cuando lo encontró hablaron de sus planes para separar a los otros dos vampiros.