Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor editado o ¿inédito? por senyu

[Reviews - 141]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El día continuaba, estaba cerca a la finalización del día laboral y su humor iba mejorando a cada minuto que iba acercándose la salida. Tarareaba feliz mientras revisaba esos papeles urgentes que necesitaba para antes de su partida.

Asahina lo miraba desde su escritorio notando lo feliz que le veía y que no había tenido que discutir con él ese día para que pusiera más atención a las cosas que tenía que hacer,  de igual modo seguía sintiéndose incómodo desde que todo aquello  había comenzado. No le había costado mucho comenzar a revolotear de un lado a otro en busca de pistas de aquel extraño proyecto de su jefe y novio  y a cada paso que daba más retorcido le parecía su proyecto.

— ¿qué pasa? ¿Porque esa cara?— escuchó que le preguntaron sacándolo de su aletargamiento notando los ojos lilas de Isaka sobre él.

— no, no es nada…— dijo sacudiendo la cabeza espabilándose un poco, continuando con su trabajo como si con ello esperara alejar las dudas de su amante, pero este continuo mirándole, sonriendo coqueto.

— Anda, dime… — insistió levantándose de su asiento para terminar al lado suyo, sentándose sobre el escritorio de Asahina.— sabes que no puedes ocultármelo.

Asahina dejo entonces la computadora para fijar sus ojos sobre Los de Isaka y entonces sonrío viéndose descubierto.

— te he notado revoloteando por aquí y por allá y noto que sigues con ese proyecto tuyo.— hablo entonces con una sonrisa de diversión mezclada con curiosidad.

—¡oh! Has estado espiándome.— amplío  esa sonrisa coqueta de la cual era dueño ahora, dándole un beso en la mejilla.— tú lo dijiste es sólo un proyecto.

— un proyecto que se está llevando a cuatro personas… ¿no crees que deberías acabar ya?— le cuestionó dejándole ver su inconformismo al fin.— cuando comenzó te apoye y lo sabes mejor que nadie pero creo que ya tienes todo el material que necesitas para terminar ese libro que quieres hacer.

— de hecho sería más divertido ver por mí mismo cuál podría ser el desenlace de esta historia.

—¿cómo crees que podría terminar? — le pregunto curioso.

— bueno, todos son personajes impredecibles así quiere darle yo un final no seria ni el cinco porciento de bueno que sería el verdadero final, el final que ellos me den, bueno, malo, regular, sera un final propio de todo este enredo.

— espero que sepas bien lo que haces.

— créeme que jamás había estado tan seguro de algo.

— creí que habías dicho que dejarías esa vida de letras que ansiabas por tomar el control de esta compañía.

— bueno, sí…— Admitió dando una pequeña carcajada. — pero ahora que tengo el material quiero ambas cosas.

— Siempre tan ambicioso.— sonrió su secretario y novio impresionado inflando con ello el ego del otro.

— sí, así soy yo, ya me conoces.

***

Entró en el apartamento totalmente ido pero en cierta forma feliz, era la primera vez en mucho tiempo que podía regresar temprano a casa y descansar como Dios mandaba.

Colgó su mochila en el perchero y se quitó las zapatillas, estirándose un poco para sacarse algo de esa tención no sólo por la tonelada de trabajo que tenía que enfrentar sino por su hiperactiva mente que no había logrado más que hacerle pensar en todas las  situaciones con Usami y esa última conversación que habían tenido en las puertas de la editorial Murukawa justo delante de la persona que no quería que estuviera presente, Onodera.

Pronto su mirada se fijó justamente en la persona que había estado ocupando toda su mente, Usami estaba sentado en el sillón largo de la sala, su expresión totalmente ensimismada lograba captar absolutamente toda su atención, estaba allí mirando el libro entre sus manos sin siquiera notar su presencia.

<¿Qué podía estar abarcando toda la mente de Usagi?> se preguntó mentalmente hasta que se vio en la necesidad de interrumpir los pensamientos de Usami.

— Ya llegué… — fue lo único que se le ocurrió decir y fue más que suficiente cuando vio como los ojos del peliplata se fijaron en él aunque su expresión de preocupación no se desvaneció.

—Misaki... — dijo como saludo, sacudiendo su cabeza para despabilarse un poco desviando su mirada al reloj de pared a un lado notando que este marcaba las siete de la noche. — qué bueno que hayas llegado temprano.— dijo dejando que sus labios embozaran una sonrisa aunque Misaki seguían notando el desánimo en él.

— sí, hoy estuvimos un poco más relajados. Debe ser porque Takano San también estuvo fuera todo el día.

El peliplata  apenas sonrío dejando el libro que miraba sobre la mesa de centro frente a él.

Misaki seguía estudiando la expresión de desasosiego del escritor y entonces recordó las palabras de esa mañana y sintió que era momento de tomar al toro por los cuernos, de hablar y solucionar todo ese conflicto.

—¿Pasó algo con Onodera?— cuestionó no pudiendo evitar que saliera más como una recriminación que como una duda.

El peliplata se le quedó mirando confundido terminando por suspirar.

— entre nosotros no pasó nada, pero a el si que le pasó algo… — le contó prendiendo un cigarrillo.

Curioso el castaño se sentó frente al escritor esperando que eso fuera suficiente razón para que él empezar a contar que había pasado, y fue así, ya que el escritor prosiguió.

— hablamos de la idea nueva para el manuscrito que comencé y lo dejé bien… Si es que a como estaba en ese momento se le podía decir "bien", una hora después nos vimos en la entrada de la editorial; él estaba muy afligido cuando paso corriendo a mi lado, no quería hablar supuse que le había pasado algo con el trabajo por esas palabras que había dicho antes de que los llevara.

— si, que no tenía muchas ganas de ir a Murukawa, lo recuerdo.— dijo pensativo.

— sí, exacto, pensé que alejándolo de allí era la mejor idea para que me dijera que estaba pasando pero no paraba de decirme que era su problema, que no me metiera, que lo solucionaría sólo…

—Usagi, ¿tu crees que Takano Pudo decirle algo?— cuestionó el pequeño Misaki en su mente al igual que Usami durante ese día decifrar lo que al otro castaño le pasó, pero el peliplata negó con su cabeza.

— al principio quise creer eso, Pero creo que si hubiera sido así de alguna forma por todo lo que e visto es que más que triste y deprimido  en el caso de Takano se pone molesto y reacio, pero en este caso fue muy diferente. — explicó pensativo.

Misaki bajo la cabeza desanimado, tal vez molesto porque ahí estaba nuevamente esa prueba que temía taladrando su cabeza desde que todo eso había comenzado, Usami se llevaba tan bien con Onodera, mejor de lo que nunca se había llevado con nadie Solo con el y su hermano. Onodera era importante para Usami sin duda, se preocupaba por el y se atrevía a  opinar en su vida incluso hasta el punto de entender y diferenciar sus estados de ánimo y que podía provocarlos.

—Misaki... — le llamo entonces el peliplata mirándole fijamente. — lamento todo lo que ha pasado, la discusión de ayer y la de hoy.

El castaño parpadeo sorprendido sintiendo como su rostro comenzaba a colocarse rojo, caliente y su corazón se agitó producto a la manera tan dulce y llena de cariño con la que lo miraba el escritor que lo hacía estremecer.

— me encanta ver tu rostro pintado de rojo… Te me haces muy adorable.

Trago saliva avergonzado pero feliz hacía tanto tiempo que no se sentía así con Usami, que revolcara su corazón y lograra que toda su mente se pusiera en blanco.

— si tienes algo que decirme, si algo te incomoda o te molesta jamás dudes que podrás decirmelo para mí tú siempre serás lo más importante.

—yo... —  Suspiro totalmente embelesado con esas palabras.— yo me siento inseguro ahora…

—¿Porque?— Cuestiono Usami totalmente sorprendido de esas palabras.—¿por lo que ha pasado últimamente?

—Si... — Respondió bajando levemente la cabeza avergonzado. — es que tú y él… se ve que se llevan tan bien… Que son tan cercanos.

—Misaki... — sonrío el peliplata acercándose e inclinándose frente a el acentuando lo que pretendía decir ahora. — sé que soy una persona extraña y tan celoso que muchas veces te he colocado en situaciones muy incómodas, pero jamás pongas en duda lo que yo siento por ti.

Miles de preguntas agolpaban la cabeza de Misaki tras esas palabras que hacían saltar su corazón de emoción y adrenalina, Quería estar tan seguro de tantas cosas…

—¿él... Él te gusta?— cuestionó entre dientes avergonzado.

—¿Onodera?— cuestionó el peliplata sorprendido.—¿porque crees eso?

— bueno él es tan… Serio, mayor… Competente, comparten mucho en común.

— es un buen chico, me recuerda mucho a ti en muchos aspectos…— explico con una sonrisa.— es mi editor eso nos obliga a tener una relación más cercana, si él está mal su trabajo mi afecta y es lo suficientemente abierto que me permite ver mucho de su alma, eso hace parte del don que me regaló mi talento, puedo ver más allá que los demás sobre una persona. El es mi editor posiblemente casi un amigo pero Tú…— le sujeto el menton para que no dejara de mirarle. —eres la persona a la que amo.

Se quedaron mirando durante unos segundos, El silencio que hizo luego de las palabras de Usami no era incómodo, ni molesto sino un sueño una de esas escenas digna de los mangas shojo que solía leer con tanto entusiasmo y con los que ahora trabajaba, Un momento tan puro Que a cada segundo la emoción de su corazón era más fuerte.

Pronto se encontró nariz con nariz con Usami sintiendo su respiración contra sus labios, lo deseaba, deseaba que el escritor le besara  y volviera a demostrarle con sus palabras y sus gestos ese sentimiento que sostenía hacia él.

Sus labios se unieron en un beso dulce, Suaves roces que hacían vibrar todo su Ser, las manos del escritor fueron directamente a su rostro para lograr profundidad en aquel acto con el que pretendía dejar cualquier duda o inseguridad  de parte de su adorado  castaño hacia su persona y sus sentimientos De lado.

— te amo.— Le dijo alejándose apenas unos milímetros de los labios del menor, fijando sus ojos lilas en los ojos esmeraldas del castaño. ¿Cómo no creerle a esos ojos lilas que lo miraba tan amorosamente? ¿Cómo no creerle a la devoción que le expresaban al mirarlo a él solo a él?  por primera vez se sintió seguro de sus sentimientos hacia el escritor, llevando sus brazos a rodear el cuello del Peliplata acercándole para volver a besarle más seguro de sí mismo.

— Yo también te amo…— Susurro entre Rose y Rose de sus labios, al fin había podido aclararse sobre sus sentimientos. Usami  jamás se había sentido tan feliz, jamás se había sentido tan completo hasta el momento en el que el pequeño Castaño  había entrado a su vida y no sabía del regalo tan grande que le había dado al pronunciar esas palabras que correspondían a todas esas cosas que sentía.

Empujó más hacia el castaño, Acorralandole contra el sillón donde estaba sentado, lamiendo sus labios para Instarle a abrir la boca y así entrelazar sus lenguas Con suavidad, era el beso perfecto, Era diferente a los cientos que habian compartido; esa noche Misaki sería suyo nuevamente pero esa vez en particular sería diferente, sería su verdadera primera vez.

***

Volvió a tocar el timbre en espera de una respuesta de parte de Onodera, pero nada, ni un ruido al otro lado de la puerta.

Había regresado temprano solo por intentar hablar con él, al no verle en la oficina pensó que tal vez y sólo tal vez el castaño estuviera en casa pero ahora no estaba muy seguro. Cada treinta minutos salía de su apartamento con la intención de tocar el timbre y ver si Onodera ya había regresado pero sin éxito alguno.

<¿Dónde estás?> pensó preocupado regresando a su apartamento para cerrar la puerta sacar su teléfono marcándole nuevamente al castaño, no había contado cuántas llamadas le había hecho desde que sabía que no había regresado a casa. Colgó y se quedó pensando al no recibir respuesta, ese mal presentimiento atracaba su cabeza de una manera que hacía que la angustia se apoderara de él.

"¿Dónde estás?"

Escribió en un mensaje esperando que con ello al fin el castaño diera alguna señal de vida, algo que le ayudara a calmarse, sólo necesitaba una señal para probarse a sí mismo que estaba paranoico.

Una respuesta a su mensaje no tardo mucho en llegar haciéndole saltara apresurado.

"Estoy en casa de mis padres no iré esta noche."

Fue la respuesta que recibió, entrecerró los ojos sin entender que hacia este alli, normalmente Onodera tendía huir de ellos… Algo dentro de él se inquietó más.

"¿cómo que no vendrás? Necesito hablar contigo"

La respuesta no tardo mucho más.

"no quiero hablar contigo, al menos no hoy… Mañana quizás sea mejor, que tenga mi cabeza más clara y despejada."

Entrecerró los ojos sintiendo la ansiedad y la preocupación, volviéndole a marcar al castaño pero este no le contesto.

"Ritsu... Contéstame"

Le exigió con un mensaje volviendo nuevamente a llamar pero cuando pensó que le había contestado y se apresuró a hablar recibió un fatírico mensaje.

—Ritsu.— dijo con ansiedad.

— El número al que está llamando está temporalmente fuera de servicio o fuera del área de cobertura.

Takano se desesperó colgando la llamada, sentía esa ansiedad y una ufane intensión de salir a buscarle y que le explicara qué era lo que pensaba… abrazarle y besarle para que se sintiera bien y más tranquilo, pero la resignación le llegó rápidamente, no podia hacer nada sólo podía esperar a hablar con él, lo más pronto posible al día siguiente y poder recuperarlo, sólo quería recuperarlo.

"no sé qué pasa, no sé porque estás así, no sé si fue por lo de ayer o ¿porque?, sólo no olvides que te amo y que te quiero conmigo"

Envío ese último mensaje y dejo el teléfono sobre la mesa, ya al menos había podido expresar lo que sentía aunque tal vez Onodera no lo vería hasta el día siguiente.

***

Se recostó en la cama con el escritor colocándose encima suyo volviendo a unir sus labios en un acalorado beso lleno de lujuria y pasión. Sus bocas se entreabrían dejando que sus lenguas se encontraran permitiéndose  recorrer la cavidad bucal del otro con esmero y dedicación mientras sus manos recorrian el cuerpo del contrario rozandose entre ellos llenos de ansiedad y  desesperación.

Misaki sentía como su pie ardia a cada rose del escritor y como su mente no se preocupó por otra cosa que no se tratara de ese momento de total entrega que ambos estaban compartiendo.

Las manos de ambos Se dirigieron a la camisa del otro con Usami jalando de aquella camiseta dejando al fin el torso del castaño desnudo, de igual modo Misaki desató la corbata del escritor comenzando a desabrochar los botones de su camisa, dejando una caricia en sus hombros mientras la apartaba de estos.

Pronto uno a una las prendas fueron cayendo al suelo quedándose ambos totalmente desnudos y se quedaron mirando por unos segundos en total silencio, el peliplata sonrío acariciando el rostro del menor con total dulsura y entonces hablo.

— te amo. — susurró inclinándose nuevamente para besar a Misaki, un beso que no duro mucho Cuando a punta de besos y pequeñas y suaves mordidas se desplazó hasta el cuello del castaño sacándole un par de jadeos que aumentaba la excitación de ambos. Las manos de Misaki acariciaba la espalda del escritor clavando de vez en vez sus uñas en la espalda de este cada vez que lograba que fuertes oleadas de placer recorrían al su cuerpo.

—Usagi— dijo su nombre entre gemidos, el escritor jugaba con la piel de su oreja, sus gemidos se hacían  Cada vez más fuertes de total excitación, podía escuchar los gemidos roncos de Usami contra su oreja y no pudo evitar ese reflejo de su parte doblando las rodillas, estaba totalmente caliente y deseoso de volver a sentir a Usami dentro suyo, marcandole como de su propiedad.

En un camino deleitante de besos y roses de sus labios, el peliplata bajo por su cuello hasta su clavícula, sus dedos capturaron su pezón izquierdo, mientras sus dientes se apoderaban del derecho, mordiendo y succionando con deleite sonsacándole fuertes jadeos de placer a Misaki acrecentando su excitación y su deseo, su pene se movía con leves saltos cada cierto tiempo al sentir el placer recorrer su cuerpo demandando atención urgente, como su piel se erizaba al paso de los labios del peliplata, llegando prontamente a su ombligo, introduciendo su lengua en este logrando que el castaño diera un fuerte alarido que le obligo a arquear su espalda.

--Usagi… -- gimió con desesperación, cuando pudo sentir al escritor tan cerca de sus partes más demandantes, esperaba con ansias a ese momento, uno para el que sabía por más que estuviera mentalizado no podría prepararse.

Usami comenzó a masturbarse mientras lamia todo el glande del pene del universitario de la base a la punta, terminando acto seguido por introducirlo a su boca por entero, arrancándole un largo suspiro lleno de placer.  Las manos de Misaki instintivamente se colocaron en la cabeza del peliplata  enredando sus dedos en su cabello; la leve presión que ejercía el menor en su cabeza era suficiente señal para comenzar a moverse, su mano seguía aprisionando uno de los pezones del castaño apretándole y jalando de él en lo que intensificaba el vaivén de su boca chupando y succionando el sexo del castaño aplicando el mismo ritmo en su mano al masturbarse.

Así pasaron varios minutos en los que las palabras favoritas de Misaki variaban entre los placenteros “más”, los gemidos inconclusos, las palabras inentendibles y el delirio al que había arrastrado al pequeño Misaki, le observaba cada cierto tiempo, su rostro rojo y su boca no pudiendo guardarse ninguno de esos sonidos que eran como música para sus oídos, su incapacidad para poder abrir sus ojos. Podía sentir las piernas de Misaki temblar cada cierto tiempo dependiendo del movimiento de su lengua contra la cabeza de su pene y sus manos fuertemente cerradas en torno a los cojines de la cama a los que se apegaba para poder soportar la deliciosa presión que le aplicaba.

Se separó del pene del joven y de su pezón comenzando a masturbarle ahora, solo para darse espacio para poder besarle de manera ardiente, su mano, esa que había estado usando para masturbarse así mismo, ahora estaba llena de líquido seminal y el ansioso por darse más placer no con su propio tacto sino con la idea de por fin poseer ese cuerpo como siempre deseaba, porque desde ese día, no había podido evitar no desear a Misaki, podía desear a muchos, podía amar a otros, pero jamás habían sido las dos como le pasaba con Misaki, incluso era capaz de sostenerle al que fuera que amaba incluso más al pequeño Misaki que a su hermano, ese delirio de toda su vida hacia Takahiro, se había visto opacado y olvidado por lo que sentía por el pequeño Misaki.

El castaño se sujetó a él, gimiendo entre dientes al sentir como uno de los dedos de Usagi se internaban en su interior, el escritor se estaba preparando para hacerle suyo, dilatando su entrada, para hacer de sus más impensables delicias. Así pronto los besos se siguieron dando, el segundo dedo se internó en su interior el movimiento de esos dedos dentro de su interior lo hacía delirar, a esos dos dedos se sumó un tercero más que le obligo a arquear la espalda fuera de sí, necesitaba más  e inconscientemente había comenzado a mover su cadera acelerando el movimiento del escritor contra su cuerpo y así sin más y perdiéndose de las acciones del Usami y centrándose solo en lo que le hacía sentir su espalda se latigueo al sentir como le penetraba de una sola estocada arrancándole un pequeño grito de total placer, al fin estaba dentro como jamás nunca le había deseado, había jalado las sabanas con él y sus piernas instintivamente se habían levantado  más al sentir la pelvis del escritor en contra de sus glúteos.

--te amo…--volvió a susurrar el escritor mientras esperaba que esa nueva presión que había colocado en Misaki fuera asimilada solo y solo para que lentamente comenzara a mover sus caderas aunque por dentro ardía de deseos por intensificar y acelerar sus embestidas.

--Yo… Yo también te amo, Usagi…-- susurro totalmente excitado apenas mirándole con los ojos entreabiertos y su rostro totalmente pintado de rojo producto al increíble placer que sentía y aun a pesar de todo se sentía algo incómodo, le era aún difícil soportar que Usami le mirara, sentía que perdía el aire con solo notar esos ojos lilas mirándole con dulzura y amor, reflejando también el placer y esas ganas de poseerle, de hacerle suyo sin darle ni un segundo de tregua, le daban ganas de esconder su rostro y solo pudo mover sus manos a buscar una almohada con la cual pudiera cubrir su rostro y evitar la vergüenza que le provocaba el que solo Usami le viera así, pero el escritor se anticipó a sus acciones, sujetando sus manos a mitad de camino, para aprisionarla con las suyas entrelazando sus dedos con fuerza, cuando se recostó casi por completo sobre el cuerpo del castaño comenzando a intensificar sus embestidas.

--Usagi…--volvió a pronunciar ese apodo que su hermano le había puesto al escritor hacia tantos años y como se había acostumbrado a decirle, gimió contra su oreja, alcanzándola con sus dientes, para jalar levemente de ella, y bajar a base de besos por su cuello hasta la curvatura de este, de las pocas acciones que había podido ejecutar en el cuerpo del peliplata aparte de unas caricias que había regalado por todo ese fuerte torso.

Las manos del escritor soltaron las manos del menor, posicionándose en las nalgas del otro abriéndolas levemente para poder ir un poco más al fondo con más libertad, le obligo a levantarse de la cama sin abandonar su cuerpo dejándose caer de espaldas terminando con el castaño sentado en sus caderas, con sus manos ahora en estas impartiéndole un compás de movimiento delicioso que lo estaba volviendo loco, el ritmo iba cada vez más rápido, más certero, atentando contra las miles de terminales nerviosas y sensitivas del pene del mayor, como este rosaba contra la próstata del menor arrancándole gruñidos y jadeos incontrolables. Las manos de Misaki que le servían de soporte sobre el pecho del peliplata se apoderaron de los pezones de este, acariciándolos y apretándolos a medida que sentía que el orgasmo estaba tan cerca.

Usami logro sentarse en la cama, para poder abrazarse al cuerpo de Misaki, mientras seguía arremetiendo contra este con mucha pasión, sus labios buscaron desesperadamente los labios de Misaki no tardando en encontrarlos, besándolo con desenfreno, sintiendo como al fin todo ese trabajo ese anhelado y perfecto acto los había arrastrado al clímax sacándoles un gemido largo de sus gargantas sin poder separarse de los labios del otro.

--eres todo lo que quiero en mi vida, Misaki….—susurro cansado pero feliz.

***(Continuara)***

 

 

 

 

Notas finales:

Como lo prometido es deuda, aqui esta el nuevo cap, se que debi actualizar el viernes pero el lemon aunque no quedo como queria me la complico bastante. espero que les guste, entrando al climax de la historia

 

feliz lectura

 

 

SENYU


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).