Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor editado o ¿inédito? por senyu

[Reviews - 141]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—“Saga Sempai… usted me gusta”


Saga Masamune, estaba frente a frente con un joven castaño, su furtivo observador. Un fantasma que solía rondar la biblioteca, esconderse entre los libros y mirarle creyendo que no se daba cuenta.


Si, Saga le miraba con atención, repitiendo las palabras del menor en su cabeza. Solo le miraba fríamente. ¿era el? ¿ese era dueño del nombre que estaba bajo el suyo en todos aquellos libros?... Oda Ritsu…su acosador


El escenario se torno negro y el calor aumento, aunque a la vez soplaba una suave brisa fría que no parecía importar. Ardía y le gustaba.


Un gemido liego dos y de pronto no dejaron de detenerse.


—“Saga… Sempai… i— esas palabras salían tan tímidas y tan puras, eso le excitaba tanto; enterró su rostro en el cuello de su acompañante besándolo y mordiéndolo y por primera vez en mucho tiempo se sentía seguro, se sentía protegido, inmune a todo lo que pasara a su alrededor.


Pronto el sonido de algo cayendo y rompiéndose en mil pedazos hizo que levantara la cabeza de golpe, saliendo de su pequeña burbuja, para ahora solo ver oscuridad, densa e inquietante oscuridad. Habían botellas, libros ropa, sabanas tiradas por todos lados. Ahora no se sentía seguro, ahora se sentía perdido, confundido, triste y desesperado.


—Oda Ritsu…— susurro para si con desazón, el castaño no estaba por ningún lado y eso lo inquietaba cada vez más.


—¿el se fue?— se pregunto como si apenas pudiera ser consciente de esa realidad. —¿por que?...


el sabia que ya había pasado por esa situación, que el sentimiento no era el de siempre, que no era esa depresión que le acompaño durante sus últimos años de escuela y a lo largo de la universidad, era una sensación peor… que le oprimía el pecho y le impedía respirar.


—Oda Ritsu…. No… Onodera…


se levanto como un resorte de cualquier lugar donde había estado acostado y corrió hacia la puerta, pero esta más se alejaba, le tomaba ventaja a una velocidad irrisoria y pronto lo dejo encerrado en la mas profunda oscuridad.


—me rehusó a no hacer nada esta vez— gruño para si mismo.—no volveré a rendirme… lo voy a encontrar.


—Masamune…— retumbo en algún lugar impensable. —¡oye!


El pelinegro miro a su alrededor pero no veía nada mas allá de la palma de su mano.


—¡Oye! ¡Masamune!


***


se sentó en el sofá de golpe agitado y sudoroso, la luz golpeo sus ojos como fuertes rayos eléctricos que jugaron fuertemente con el dolor de cabeza que tenia en ese mismo instante.


No sabia donde estaba, ni como había llegado o si estaba solo o con alguien, continuaba en un fuerte shock, casi como si hubiera visto a un fantasma, o aparición horrible que le impedía reponerse del fuerte porrazo que el sentía haber recibido.


—al fin despiertas…


esa voz obligo a Takano a volver su mirada a la cocina, ahora podía oír las ollas hervir y el olor a consomé en su olfato. Pero sobre todo podía ver al hombre que estaba en la cocina preparando la comida.


—¿qué haces aquí?—cuestiono con voz áspera, Yokozawa no era la persona que quisiera ver justo en ese instante y no dudo en hacérselo ver con su actitud.


—no has estado bien…— se justifico el hombre con una actitud seria y firme, no estaba de humor en ese mismo instante para soportar una pataleta de parte del pelinegro. Pero mas que pudiera estar enojado de ver como Takano, su amigo, su mejor amigo y amor platónico parecía ir en caída libre en esa conocida espiral directa al desastre, pero mucho mas terror le daba el pensar que quizás Takano no lo lograra.


—estoy bien… — le escucho decir a Takano pero no lograba convencerse de sus palabras. Pero tampoco pretendía enfrascarse en una pelea sin sentido con el jefe de editores de Esmerald, por que sabia como era, lo terco que podía llegar a ser.


—tu…—comenzó a decir Takano de pronto tras algunos segundos de silencio y solo esa palabra hizo que Yokozawa posara toda su atención sobre el pelinegro.


—¿yo…?


—¿tu le dijiste algo a Onodera?


Frunció el seño, esa era quizás la pregunta mas extraña que le habían hecho en mucho tiempo, pero quizás era la culpa la que había hecho saltar su corazón. Por que si, así se alegrara que Onodera desapareciera y nadie pudiera dar con el, en el fondo se sentía culpable, no podía evitarlo, quería convencerse de que era lo mejor, que Takano caería pero como antes lo podría ayudar a sobreponerse y todo estaría bien, podría sacarlo adelante y todo volvería a ser como antes.


—nada que no le hubiera dicho antes…—respondió Yokozawa, era una respuesta muy ambigua para una pregunta que no tenia nada de ambiguo y eso llamo la atención de Takano.


—entonces si le dijiste algo… ¿qué fue? ¿qué le dijiste? Y no mientas…— gruño el pelinegro con un dejo de rabia y algo de fastidio.— algo muy dentro de mi, me hace pensar que tuviste mucho que ver en la desaparición de Onodera.


—no le dije nada que no fuera verdad.


—¡mentira!— gruño con rabia y de pronto toda la habitación se sumió en un silencio incomodo, el ambiente se enrareció y se torno tan denso que incluso un suspiro podía cortarlo.


—¿a que punto quieres llegar? —cuestiono Yokozawa con un tono frio y tajante.


—a que me digas la verdad… se que algo le dijiste, no te culpo pero algo fue, un pequeño nudo mas que provoco que se fuera.


—¡déjale ir!—grito el as de ventas posando de mala manera el cucharon sobre el mesón de la cocina. —si, le dije que te dejara en paz, que su presencia te destruye como un cáncer, que era un inútil, que no importaba que hiciera solo seria una carga para los demás, que se fuera o se suicidara, lo que fuera pero que dejara de estorbar pero sobe todo de molestarte.


El silencio tras esas palabras se hizo mas intenso que el anterior, Yokozawa no sabia ya ni que decir, tampoco lograba hacerse a una idea de que tan enojado estaba Takano ni que palabras saldrían de su boca, lo que tenia claro era que no estaba listo para escuchar cualquier cosa que el pelinegro pudiera decir, no estaba listo para enfrentarlo.


Sintió el movimiento y se volvió a mirar a Takano, este se dirigía a la puerta a paso seguro.


—¿a dónde vas? — cuestiono yendo tras él sin dudarlo.


—no lo sé, pero si se que a intentar arreglar esto.— respondió el pelinegro colocándose el suéter y la bufanda.


—¿qué es lo que vas a arreglar? ¿el que te siga haciendo daño?— cuestiono Yokozawa sintiendo que perdía el control.


—¡lo que tu arruinaste!— le grito Takano volviéndose para clavar sus ojos grises sobre él de manera asesina. —tu eres el que se esta volviendo la piedra en el zapato de mi vida… con esa obsesión enfermiza de alejar a Onodera de mi; creí que todo había quedado aclarado, que aceptabas que yo lo amo y quiero que este en mi vida ¿por qué te cuesta tanto entenderlo?


—es a ti a quien le cuesta entender el daño que te haces y por eso tengo que cuidarte…— se justifico el azabache y eso solo consiguió que Takano riera, una risa sin nada de gracia pero que alcanzo para molestar al otro.


—¿te quieres convencer de eso? ¿quieres pensar que sigo siendo el mismo de la universidad?—el silencio reino nuevamente hasta que Takano decidió proseguir al no ver muestras de que Yokozawa tuviera algo que agregar. —no te metas… o prometo que esto me lo pagaras.


—¿amenaza?— cuestiono Yokozawa entre dientes furioso.


—advertencia…


sin mediar una palabra mas el pelinegro salió del departamento sin un plan en la cabeza, confundido, desesperado y mas perdido que nunca pero dispuesto a morir en el intento de terminar con todo, pero sobretodo, que Onodera volviera.


***


la pequeña bola blanca surco el cielo al don del golpe del palo de cabeza plana que lo impulso hasta casi llegar al hoyo numero cinco de ese campo de golf. La bola había aterrizado a apenas centímetros del mismo haciendo gruñir al golfista de turno.


—espero que tu juego mejore— oyó decir con voz divertida a su compañero de juego, logrando que su cara adoptara una mueca de seriedad mas inclinada al descontento que sentía tras ver que a cada golpe, parecía acercarse cada vez mas a la perdida. Isaka gruño molesto pero finalmente se volvió a mirar al hombre ocultando su fastidio.


—no se vanaglorie señor Onodera, le puedo dar una gran sorpresa.—sonrió Isaka acercándose al hombre mientras le entregaba su palo al Caddie, para luego seguir al señor Onodera, un hombre de mediana edad de cabello castaño y un porte elegante.— hablando de sorpresas… ¿como esta su hijo?


El hombre lo miro meditabundo, nada seguro de que debía responder ya que incluso para él, el ver a su hijo e intentar entenderlo era como intentar resolver el laberinto mas grande del mundo.


—bueno… pues él… — el hombre se callo sin saber que decir, no solía discutir sus problemas familiares con nadie, menos hablar de los bruscos cambios de personalidad de su hijo. El mismo que había sido un niño dulce y se había convertido en un adulto joven agridulce y ahora mas amargo que acido.


—¿esta todo bien?— pregunto Isaka ante el mutismo del mayor y el hombre solo pudo negar con la cabeza.


—él no esta bien…— fue la respuesta del señor Onodera e  Isaka no se pudo guardar su sorpresa ante tal revelación permitiéndose incluso permanecer en silencio no queriendo demostrar las ansias que le carcomían por saber más, dejando que el confundido y abatido hombre continuará. —Ritsu siempre fue un buen chico, pero siempre que me descuido le pasa algo que le cambia por completo. A mitad de la preparatoria le pasó algo que lo hizo dejar de un chico dulce a ser una cosa amorfa de remordimientos y culpas y ahora es otra masa totalmente irreconocible de rencor y misterio.


— ¿ya probó el hablar con él ? — cuestionó Isaka sin poder creer que lo que le decían describiera a Onodera, Ese mismo empleado que como él, parecía desesperado de salir de abajo de la sombra de su padre y su apellido.


—claro que lo hice, pero no me escucha…


él hombre suspiro abatido acariciándose las sienes intentando contener el enfado y evidenciando el agotamiento que sufría el solo pensar en el tema.—mejor no hablar de ese asunto, algo debe pasar para que todo se arregle.


—¿usted cree?—cuestiono nuevamente Isaka quizás también queriendo creer que las cosas mejorarían; por que si, justo en ese Instante le había picado el bichito del remordimiento, sentía que su mente comenzaba a culparle intensamente de las cosas que debían estarle pasando a Onodera y lo malo que eso pudiera traer. Por un segundo se detuvo a pensar que quizás y solo quizás se le había ido la mano por completo.


Sacudió la cabeza, era imposible, lo que paso solamente fueron una serie de eventos que ellos mismos habían desarrollado, poco o nada hizo el mismo para provocar las situaciones que sabia, había visto y lo estaban ayudando a cumplir un sueño.


—… lo único que se en este mismo instante es que Ritsu la esta pasando mal, en el trabajo, consigo mismo, con nosotros… parece en guerra con el mundo… —continuo el señor Onodera sin siquiera percatarse de que Isaka había dejado de escucharle. — mejor no hablemos mas de eso—sonrió el hombre despejando rápidamente las preocupaciones de él.— hay un juego que debo ganar.


<<y yo tengo un asunto que resolver, es el momento de entrar al desenlace…>> pensó Isaka comenzando a fraguar un plan que quizás pudiera arreglar todo y quizás y solo quizás darle ese final feliz que desde el inicio él no quería, por que si, pensaba que el mejor toque ara su obra maestra seria un final trágico, un final digno de la desesperanza… pero el por fin dimensionar la magnitud del final de su obra maestra asesinaba su consciencia, era mas de lo que podía manejar.


***


--El numero al que esta llamando esta apagado o fuera del área de cobertura….


Colgó el teléfono dejándolo a un lado con un lúgubre desanimo, su cabeza se dejó caer hacia atrás siendo amortiguada por el suave espaldar del sofá y se quedo mirando el techo meditabundo. Quizás no tenía la mejor relación interpersonal, a  veces le era difícil ponerse en el lugar de la gente, sobre todo de esa que no importaba mucho, pero no lograba deducir lo que Onodera pensaba, no se explicaba por qué un día amaba su trabajo y al siguiente tiraba todo por la borda.


--Usagi…. — esa voz preocupada le hizo salir de sus pensamientos y levantar su cabeza a mirar a Misaki— ¿lo encontraste?


--no contesta –respondió prendiendo un cigarrillo queriendo que esa fuera una de esas tantas situaciones donde realmente no le importaba lo que pasara, pero lo malo era que si le importaba y más de lo que jamás algo le había importado nada.


— ¿Crees que podamos lograr que regrese?— cuestiono Misaki y Usagi se quedó en completo silencio sin saber que contestar. Que más daba si no volvía, eso realmente no tenía por qué quitarle el sueño, editores afortunadamente habían muchos.


— ni se por qué lo estoy intentando, normalmente no me importa lo que haga, total esta grandecito para hacer lo que se le dé la gana… y si eso incluye destruir su vida, es cosa suya.— Usami exhalo el humo del cigarrillo y miro la nada, claro que si importaba si no volvía, no quería otro editor, no a menos si era Aikawa, solo soportaría a ese par y solo a ese par, a nadie más.


—yo tampoco  lo entiendo solo creo que es lo correcto. — comento Misaki y Usagi termino por asentir. Total esa era la única respuesta lógica, aunque también sabía que algo de responsabilidad tenía en el hecho y lo entendía muy bien.


—Sea lo que sea que pase, no tardaremos nada en enterarnos. — comento el peliplata levantándose de su asiento en dirección a las escaleras.


— ¿a dónde vas? — cuestiono Misaki sin quitarle la mirada de encima.


—de pronto me entro la inspiración.


***


era un día lluvioso, oscuro y lleno de melancolía, parecía que enmarcaba toda su existencia. Caminaba bajo la lluvia como un ente perdido, sumido mas en sus recuerdos acercándose mas y mas y mas a la muerte mental.


Miro a su alrededor. Gente compartiendo sus sombrillas para protegerse de la lluvia, la gran mayoría eran parejas; era como si el destino le remarcara algo importante, por que a cada uno que veía, sonreírse, abrazarse, besarse de manera furtiva, le hacia desear tener eso.


Contuvo una carcajada, ni él mismo se entendía, su vida era un asco, su trabajo era un pozo oscuro sin salida, su vida social inexistente, su vida profesional daba lastima y tenia su propio acosador personal y ¿estaba pensando en una pareja? No, no solo estaba pensando en una pareja, estaba pensando en Masamune, pero no en Takano Masamune, no… ese solo era un acosador que sabia acabar con sus nervios, pensaba en Saga Masamune… en Saga Senpai.


Siguió caminando, las calles estaban muy concurridas para estar lloviendo tanto, esquivaba a la gente un poco molesto; solía evitar las calles concurridas o la aglomeración de gente, odiaba los contactos y las miradas, sentía que la gente se entretenía con él mas de lo que realmente debía, pero de pronto se detuvo, a lo lejos volvió a verlo a apenas unos metros dejando que la lluvia callera sobre él, estaba Takano Masamune caminando por allí como si buscara algo que se le había perdido.


Onodera se detuvo de golpe mirando a su alrededor. Esperaba confundirse entre la gente y Takano no le viera, quería que volviera a ser ese fantasma que creía jamás tener que volver a ver, pensando que tuviera una linda vida donde el jamás seria un tema para pensar.


Pero se había detenido, estaban frente a frente ahora. Mientras pensaba estupideces le había dado tiempo al pelinegro para descubrirle entre la multitud. El tiempo parecía haberse detenido y el espacio reducirse solo y solo a ellos dos.


—Onodera… —le llamo el pelinegro y el castaño retrocedió un par de pasos sin dejar de mirarle. —¡No huyas!


La petición no había surtido el mas mínimo efecto, el castaño comenzó a correr regresándose por el camino ya recorrido apenas logrando esquivar algunas personas, se escuchaban sus pasos fuertemente contra el pavimento mojado igual que los de Takano persiguiéndole con la gente mirándoles como si fueran un par de locos, probablemente no faltaría el que tuviera algunas teorías conspiratorias sacadas de las películas de acción típicas de Hollywood.


La persecución se extendió unas cuadras hasta llegar sin saberlo a uno de esos sitios donde había acontecido uno de los momentos mas románticos y peligrosos de su vida, la biblioteca. Pero cuando quiso doblar en una esquina para alejarse de allí y de ese nuevo recuerdo que asaltaba a su mente, repentinamente el suelo mojado le traiciono tal y como en esa ocasión haciéndolo caer estrepitosamente al suelo.


Esta vez ni siquiera Takano había podido evitar esa caída. El castaño se había golpeado pero eso no le había importado mucho, lo que si era importante era el hecho de que estaba tan cansado de correr que se haba quedado tendido en el suelo, inerte apenas moviéndose por su respiración agitada; sentía como la lluvia caía sobre su cuerpo y pronto la sombra que le cubrió al detenerse a su lado le hizo desviar su mirada de las nubes grises sobre su acompañante, al pelinegro que estaba a su lado.


Sin decir nada, Takano se inclino tomando las manos de Onodera, ayudándole a levantarse con todas sus fuerzas. Ahora Onodera estaba atrapado en los fuertes brazos de Takano Masamune. Le sujetaba por la cintura y las manos del castaño estaban en el pecho del pelinegro; ambos se miraban directo a los ojos y no parecía haber palabras para iniciar cualquier mediación.


—Takano… —quiso pedir que le soltara y que no quería hablar con él, pero el pelinegro le beso, con hambre, con necesidad, con angustia estrechándole fuertemente entre sus brazos, tan fuerte que casi parecía posible que se fusionaran.


Habían pasado un par de días desde que se habían visto… desde ese acontecimiento en su departamento, mas concretamente desde que se habían acostado y Onodera había huido dejándole una vieja carta que le dejaba muchas respuestas pero aun mas preguntas; Y ahora que le tenia hay, después de tantos mensajes y llamadas sin respuesta, con una renuncia y una posible despedida… mas bien un abandono… no pensaba dejarle ir, no repetiría esa historia, no podía dejarle huir de todo otra vez.


—quédate…—susurro contra sus labios con un tinte a desesperación. — si te vas… yo no soy nadie, volveré a ser nadie.


—Takano…


—te necesito… siempre te necesite…


***(continuara)**

Notas finales:

Bueno bueno

primero que todo saludarles y dejarles este nuevo capitulo, 

les dije que lo normalizaria y lo prometido es deuda. Se que debi actualizar el sabado, pero siempre ahi algo urgente que hacer, pero no me tarde tanto como la ultima vez (un año y medio XD) ¡en fin!

como siempre espero que les guste el cap, cada vez estamos mas cerca del final.

chicas, espero que les guste, dejen sus reviews con sus dudas, inquietudes y observaciones y solo me queda desearles una feliz lectura.

He regresado para quedarme.  Búsquenme por Facebook como Escritora Senyu y Twitter como Escritora_ Senyu. Atenderé todas sus dudas inquietudes y conversaciones.

Gracias por leer.

 

ATT 

 

SENYU


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).