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Amor editado o ¿inédito? por senyu

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Eran las siete y cuarenta y cinco de la mañana y el universitario se encontraba de pie justo frente al edificio de Editoriales Murukawa no muy seguro de sentirse preparado para entrar allí; tal vez los nervios era lo que lo hacían sentirse inseguro a pesar de que uno de sus más grandes sueños era estar allí editando los mangas que tanto le gustaba leer, era tan irreal como el hecho de estarlo cumpliendo tan de repente que apenas podía notar como se movía por si solo entrando a las instalaciones.

Como un robot abordo el ascensor, cabizbajo y muy asustado. Camino inconscientemente sumido en sus los pensamientos acerca de lo que había leído en el manual de Onodera y en la primera impresión que había tenido acerca de aquel pelinegro que estaba a cargo del departamento de Esmerald.

Se sentía poco preparado, había leído todo el material que Onodera tan amablemente le había enviado y había repasado el manual con las recomendaciones que aquel editor había redactado para él y que llevaba en su mochila en ese momento para ayudarse al primer día, pero solo había una cosa que le preocupaba y era su nuevo jefe… Takano.

 

Masamune Takano es nuestro editor en jefe, el revisara todo lo que hagas y hasta estará pendiente de todo lo que digas; tiene muy mal genio, grita y es demasiado sátiro, ten mucha paciencia y no le demuestres miedo, se alimenta de él y le da más poder

 

Ese fragmento del material de  Onodera Ritsu era lo que había conseguido asustarle de trabajar en el departamento de manga de aquel editorial, pero agradecía que el editor hubiera sido sincero con él, ya que si lo hubiera descubierto por sí solo no dudaría que podía salir corriendo al primer percance…

Las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse cuando dos hombres abordaron el mismo poniendo al castaño inmediatamente más nervioso porque no había tardado en reconocer a uno de ellos.

 — Buenos días… — Saludo Takano muy serio, sin mirarle siquiera, era bastante obvio que su presencia para el editor en jefe era totalmente irrelevante.

 — Buenos días —. Respondió Misaki sin despegar su mirada del piso como si aquello pudiera mantenerlo a salvo de cualquier posible peligro que pudiera representar el pelinegro y su acompañante azabache. El que si lo estudiaba detalladamente era Yokozawa que había abordado el ascensor junto con Takano.

 — ¿Tú sabes quién es él? — Pregunto despectivo el jefe de ventas al editor en jefe de manga, que le miro no muy interesado en su pregunta pero aun así respondió.

 — Es el reemplazo de  Onodera… —  Respondió molesto el pelinegro, no le gustaba la idea de tener que recordar que tenía editor nuevo y a Onodera lejos  — .Creo que ya te abras dado cuenta que Onodera está reemplazando a una tal Aikawa en literatura.

 — Oh… si… eso me recuerda que tengo que torturarle —. Sonrió el azabache con una sonrisa malévola en sus labios que no pasó desapercibida por Takano y menos para Misaki que había estado en silencio, escuchando cada palabra que salían de boca y boca de los otros dos, siguiendo la charla que le suministraba señales que el ser editor en aquel lugar podía verse más preocupante de lo pensado y peor aún, parecía que si no se media en las acciones, podía terminar como la persona a la que reemplazaba, envuelto en un lio personal que acabaría con él.

Pronto las puertas del ascensor se abrieron en el piso de edición de manga evitando una confrontación entre los dos mayores ò al menos eso parecía hasta que el pelinegro se detuvo en las puertas del ascensor para evitar que se cerraran, mirando directamente al as de ventas a los ojos evidentemente enojado.

 — Tu… —  Señalo a Yokozawa  — ¡Ya te dije que dejes a Onodera tranquilo y no te metas! Y tú… – Señalo ahora a Misaki – ¡Muévete! ¡Hay mucho que explicar en poco tiempo y hay trabajo como para tirar al techo así que prepárate por que te voy a exigir ò te matare en el intento!

Misaki comenzó a moverse resignado pero con afán. Allí comenzaba su día solo e indefenso con un jefe de muy mal genio.


***

Había llegado a las seis treinta de la mañana a la oficina y desde entonces con una taza de café a lado, había comenzado a trabajar en el manuscrito de Usami como lo debía haber hecho desde la noche anterior pero que Takano había frustrado.

Sacudió la cabeza sin la más mínima intención de recordar lo que estaba a punto de dejar que pasara esa noche y que cada dos por tres comenzaba a reproducirse en su cabeza, si se desconcentraba de pronto poniéndolo bastante ansioso y estresado. Sacudió su cabeza nuevamente para así poder regresar a concentrarse en aquellas letras en esos manuscritos ò al menos intentarlo. Se sentía mediocre al haberse dejado vencer por el sueño producto al cansancio del corre y corre de ese día, la pesadez emocional que había experimentado y sobre todo aquel suceso con Takano que lograban que su corazón golpeara con el peligro de que en cualquier momento se le saliera corriendo del pecho, en vez de comenzar a trabajar en los manuscritos según había planeado en su plan de trabajo, por ello desde que había llegado  no se había separado del manuscrito como si fuera critico de literatura, encontraba muy enrollador y entretenido.

Colocaba marcadores por allí y por allá, realmente no eran muchos, más que una que otra nota a lapicero o remarcaba con resaltador si algo simplemente parecía vacío o no concordaba; pero realmente eran contados los casos. A sus ojos Usami había crecido como escritor a como recordaba; sus obras aun contenía la muestra de que el peliplata continuaba valiéndose de los consejos que alguna vez le había dado en lo que continuaba escribiendo, haciéndole sentir que no se había equivocado en asesorarlo el poco tiempo que trabajo con él.

 —  Onodera… —  El primer llamado del día logro separar por primera vez sus ojos del manuscrito, sintiendo los secos y cansados; girándose entonces a darle la cara a Yokozawa que se le notaba apenas llegaba a la oficina por lo que tenía aun el portafolio en la mano.

 — ¿Qué pasa? — Pregunto intentando mantener la calma aunque realmente quisiera solo regresar al manuscrito y no tener que aguantar lo que era obvio: provocaciones del azabache que no se cansaba de no solo buscarle pleito, odiarlo y acusarlo sino que desde que supo que podían tratarse directamente, su propósito visible para cualquiera, incluso para el mismo era que el azabache comenzaría a atacarlo con toda la intención de hacerle caer y así poder darle de baja dentro de la editorial.

 — He venido a recordarte que mañana todos los editores deben presentar un plan de ventas—. Comento con toda la intención de verse como un santo aunque su sonrisa reflejara un obvio “Te voy a destruir” promulgando todo lo contrario a sus palabras — .Espero que así puedas vender todas esas copias en pre prensa —.Sonrió por ultimo burlándose abiertamente de él.

 Onodera con aquellas palabras y la expresión de superioridad del mayor en las cuales pudo leer solo una cosa: “Te hare la estadía de cuadritos y por qué no… que te largues de aquí”. Eso simplemente él no lo permitiría, pretendía ufanamente acabar con la crítica destructiva de aquel hombre, nadie se metía con su trabajo.

 — No te preocupes por mi…—  Respondió entonces el castaño con una sonrisa tranquila que podía dar fe que la actitud y palabras de él azabache no le afectaban en lo más mínimo — .Estaré bien —.  Le contesto por ultimo manteniendo esa sonrisa amable con la cual intentaba decirle “No me asustas ¡No podrás meterte y destruirme en lo que mejor se hacer”, lo cual Yokozawa leyó perfectamente dedicándose a mirar al pelicastaño endureciendo la expresión en su rostro, desapareciendo aquella sonrisa burlona que había embozado desde su ultimo comentario e irse hecho un mar embravecido por aquel raund perdido.

Cambio su expresión de golpe el castaño tras el retiro del otro, ya que en su ausencia podía exteriorizar su rabia antes de poder ahogarse con ella. Odiaba a Yokozawa y como solía juzgarlo por todo, incluido lo de Takano, protegiéndole obsesivamente hasta el punto que era obvio lo que sentía por el pelinegro y casi parecía una perra en celo que lograban casi enfermarlo de la rabia y por qué no así le costara admitirlo, de los celos.

Regreso a mirar el manuscrito examinando la hora en el reloj frente a él, que marcaba las ocho de la mañana, dándose cuenta que Misaki tal vez ya habría llegado. Levantando el teléfono para marcar a Kisa y averiguar como la pasaba su reemplazo.

 — Hola… — Saludo la persona que necesita no más descolgar.

 — Kisa… habla  Onodera — Se identificó rápidamente.

 — ¡Hey! Hola.

 — ¿Cómo van las cosas? — Indago esperando que Kisa pudiera decirle algo sobre el chico nuevo.

 — No han cambiado mucho desde ayer excepto por el nuevo…— Comento el pelinegro sin entender muy bien cuál era el lio entre Onodera y que ya había alguien reemplazándole.

Aquellas palabras de Kisa lograron hacerle sentir que debía bajar a Esmerald corriendo para salvar a su pobre reemplazo que debía estar sufriendo la ira de Takano.

 — ¿…Con Takano? — Cuestiono tragando saliva.

 — Si…

 — ¿Y está muy mal la situación entre ellos? — Inquirió aún más inquieto.

 — Los veo muy tranquilos —.  Respondió el pelinegro bastante tranquilo —  El chico si está muy nervioso pero parece que todo va bien —.  Reporto el pelinegro para lograr calmar al castaño que suspiro con tranquilidad, no viendo tan importante ir a salvar al protegido de Usami, pero aun así no quitaba al hecho que tendría que estar más al pendiente en lo que correría de tiempo que estuviera en literatura y con el chico reemplazándole.

 — Más tarde bajare a ver cómo están las cosas –Anuncio.

 — Bien, aquí nos vemos.

Colgó el teléfono dando un pesado suspiro, sería un día largo… muy largo y agotador tanto para él, como para el pobre de Misaki.


***

 

Tomo asiento muy tensionado. Si bien Takano le había explicado todo sobre el lugar, como funcionaba, que hacían y como trabajaban, en un talante serio y hasta despectivo lograban ponerle el pelo de punta.

 — Hola — Le saludo entonces la persona de al lado – .Soy Kisa y ¿tu?

 — ¡Ho...Hola! — Saludo algo sobresaltado el universitario ya que siendo sincero ni había notado la presencia del otro  – .Yo soy Misaki Takahashi, un gusto.

 — El primer día siempre es estresante ¿eh? — .Comento el pelinegro buscando tranquilizar un poco al pequeño castaño que estaba a su lado.

 — Si…  — Admitió rascándose la cabeza incómodo.

 — Tranquilo, no eres el único que está sufriendo en tu primer día —  Comento Kisa con una sonrisa tranquila —  Onodera llamo para saber cómo te iba con Takano…

Misaki miro sorprendido al chico a su lado ya que no se esperaba aquello de parte del otro al que reemplazaba, sintiéndose un poco confortado de que este estaba en contacto por si cualquier cosa y no lo dejaba a la deriva como que esperara que se defendiera como pudiera.

 — ¡¿Enserio?! —  No pudo evitar preguntar para poder confirmar que no le mentían.

 — Si — Respondió Kisa — Ustedes dos son muy parecidos… ¿son hermanos? — Pregunto tremendamente anonadado ante el parecido que podía estudiar no más comenzar a hablar con el menor, viendo rasgos muy arraigados en el otro que lo relacionaba con Onodera a su parecer.

 — No… de hecho no nos conocemos aun — .Aclaro Misaki sorprendido por aquella pregunta.

 — Son casi iguales, no solo por el cabello castaño y los ojos verdes sino también por lo nerviosos que se ponen y esa aura tranquila fácilmente perturbable — .Explico el pelinegro editor para así lograr distraer a Misaki un poco después de aquella aterradora guía de Takano.

 — Bien… espero conocerle pronto.

Ambos regresaron a sus labores, con Misaki fijando su atención en los dos paquetes grandes de story boards sobre aquel escritorio que ocuparía por un tiempo, sintiendo que una gran gota cruzaba por su cabeza no pudiendo creer que se encontraría con esa exageración de trabajo a pesar de que si apenas estaba familiarizado con el tema que se pondría  a realizar por primera vez.

 — Hola, hola… — Entro sonriendo Isaka con la intención de ir directo donde se encontraba el jefe de edición pero dejo eso de lado unos momentos, no tardando en clavar sus ojos primero sobre Misaki.

 — Buenos días — .Saludaron al unisonó Kisa y Misaki.

 — Entonces Takahashi-san ¿Qué tal el trabajo? —  Pregunto el joven ejecutivo sin despegar su mirada del castaño.

 — Está bien — .Respondió Misaki esperándose cualquier tipo de comentario de parte del otro, le parecería sorprendente si se guardaba uno de sus tantos comentarios imprudentes que solía enviarle ya que su relación no podía catalogarse como una de las más envidiadas.

 — Espero que lo desempeñe bien —.  Dijo manteniendo esa sonrisa tranquila que aparentemente no comunicaba nada especial, sorprendiendo al menor de que no sacara uno de esos comentarios de último minuto, despectivos e hirientes hacia su persona — .Así Usami podrá concentrarse… eso me alivia — .Suspiro hacia sus adentros frustrado. Había hablado demasiado pronto…

Misaki sintió que una gigantesca piedra caía sobre él, aplastándole contra el piso. Isaka y él jamás se llevarían bien, por más que él se esforzara por ignorarle y pasarle por alto los desprecios, el ejecutivo mas arremetía en su contra y no sería poco ahora que tenía razones y excusas para tenerlo lejos de Usami. Solo se dedicó a sonreírle estúpidamente para evitar problemas viendo como el ojilila sonreía teniendo en cuenta que tenía la sartén por el mango.

 — “Que suerte la mía” — Se quejó el castaño universitario mentalmente resignado teniendo en cuenta que se aproximaba el desastre.


***

La hora del almuerzo estaba cercana y para suerte de Misaki, que tenía la vista cansada de tanto revisar uno a uno los millones de story boards que su nuevo y loco jefe esperaba que revisara y memorizara para que se acoplara rápidamente al trabajo, iban ayudándole a perder el correr del tiempo.

Takano estaba sentado entre él y Kisa vigilándole, revisando a su vez algunos papeles y a la disposición del castaño universitario que no veía a la hora de que llegara el momento de salir a almorzar para poder descansar sus resecos ojos.

La mano en uno de sus hombros, logro reemplazar su atención en el story board que tenía en sus manos en ese momento antes de tiempo para así obligarse a  girarse y encontrarse con la presencia de Usami.

 — ¡Usagi…! —  Saludo con una sonrisa ya que no se esperaba ver al otro hasta la cena.

 — Hola…— Saludo el escritor no tardando en notar que Takano estaba mirándole inquisidoramente, como si fuera el error más grande del mundo el que estuviera allí justo en ese momento.

 — Usami-sama… — Saludo el editor en jefe despectivamente, con toda la intención de hacerse notar aunque sabía el otro que ya lo había visto hacia mucho.

 — Si… hola — Saludo el peliplata demostrando lo no muy complacido que estaba de verle nuevamente, pasando a ignorarle.

— Vamos, debes tener hambre —. Propuso el peliplata al castaño, todo bajo la intensa mirada de Takano que no tardo en sentir su sangre hervir ante lo que era para él una falta de respeto para su persona el que se quisiera llevar a su nuevo trabajador antes de tiempo y pasando sobre su autoridad.

 — Falta todavía media hora para el almuerzo, Usami-sama…regrese después — Gruño el pelinegro poniéndose de pie totalmente repelente al escritor.

 — ¿Disculpe…? — Pregunto Usami ante la brusca intromisión del otro ante un tema que obviamente no era de su incumbencia, colmándose rápidamente, mirando asesinamente al otro – .No vengo de humor para que un editor de dibujitos venga a decirme que hacer — .Alego el escritor sin pelos en la lengua.

 — ¡Ni yo tengo el humor de que un escritor de imaginación extensa y poco ceso venga a llevarse a mis subordinados! — .Regreso la queja Takano totalmente furioso.

Kisa y Misaki olieron una pelea ante la actitud pesada y retadora de los dos hombres colocándose ambos de inmediato de pie, intentando con toda la intención de interponerse antes de que la sangre de alguno de los otros dos fuera derramada.

— Usagi por favor… —  Rogo Misaki colocándole cara de perrito regañado al peliplata ya que sabía este no podía resistirse a ella.

 — Oh, maldita sea… — Gruño el escritor vencido ante la mirada suplicante del universitario – .Quería que almorzáramos juntos antes de ir a ver a Onodera pero ya creo que tendremos que vernos en la cena… — Comento decepcionado.

 — Ya nos veremos en la cena ¡lo prometo!

 — Bien, bien, nos vemos al rato… — Dijo resignado inclinándose para despedirse con toda la intención de darle un beso; pero el castaño lo detuvo de inmediato.

 — Aquí no… por favor — .Le rechazo Misaki, con cierta vergüenza frente a la idea de que todos vieran aquella expresión de cariño entre él y el peliplata.

Usami volvió a gruñir por lo bajo bastante fastidiado con el trabajo que lo separaba de su castaño.

 — Bien… nos vemos después — .Dijo retirándose de allí bastante molesto.


***

Mareado del cansancio y del hambre de no haber comido nada en todo lo que llevaba del día, Onodera pensaba que el adelantar el almuerzo media hora no sería tan malo, no cuando había terminado de editar uno de los manuscritos que tenía programado para dos días y tenía que haber comenzado la noche anterior.

La mañana había sido productiva, aún tenía que plantear una lista de correcciones pero eso podía terminarlo mientras comía algo y así se evitaba un desmayo prematuro.

 —  Onodera… —  Le llamaron a su espalda, obligándolo a detenerse y mirar hacia atrás encontrándose con Usami que se acercaba a él; con cigarrillo en mano y obviamente algo molesto.

 — Buenos días, Usami-sensei ¿Qué tal el día? — Pregunto pasando desapercibido la obvia molestia del mayor.

 — No preguntes… — Recomendó Usami, no muy dispuesto en hablar de aquel asunto donde estaba mezclado nuevamente el metiche de editor que tenía Isaka manejando el departamento de manga; concentrándose en lo más importante —  ¿…A dónde vas?

 — A comprar algo para almorzar y terminar las correcciones del trabajo que debe salir la próxima semana y ¿usted?

 — Iba de regreso a casa ya que no lo había encontrado en su oficina pero ya que está aquí…

 — ¿Me buscaba…? — Pregunto un poco sorprendido, pero prefirió pasarlo por alto ya que pensándolo mejor era normal que el peliplata lo buscara, después de todo era su editor, era una pregunta muy boba —.  ¿Y en que puedo ayudarle?

 — ¿Qué le parece si me acompaña a almorzar y hablamos? — Propuso el escritor a lo que el castaño solo afirmo con la cabeza para acto seguido seguirle.

 

***

Habían terminado en un restaurante lujoso cerca de la editorial. Esperaban el pedido ya realizando, mientras Onodera se sentía un poco intranquilo de lo que Usami quería hablar con él, haciéndose a la idea de que posiblemente podía tratarse de Misaki y de Takano como había pasado la noche anterior cuando fue a su apartamento.

 — Y dígame, Usami-sensei… ¿Qué lo trajo a buscarme? No lo esperaba hasta el jueves… — Dijo e Ínsito a hablar el editor ya nervioso del silencio del aludido que estaba mirándole fijamente, sin perderse una sola de sus expresiones y reacciones.

 — Vine primero que todo a traerle esto — .Respondió el peliplata colocando sobre la mesa y acercándole el manuscrito atrasado ya completo y listo para el proceso de edición –  .Esta mañana tuve tiempo para terminarlo.

Sorprendido el castaño tomo el manuscrito del nuevo trabajo de Usami programado para salir en dos semanas y que él sería el primero en tener el placer de leer teniendo la exclusiva sobre los demás.

 — Vaya ¡Qué bueno! Muchas gracias por su esfuerzo Usami-sensei. —Respondió alegre tomando el manuscrito.

 — No lo agradezcas, era terminarlo ò que me enloquezcas, y realmente no quiero saber de editores hasta dentro de tres semanas, así que hay tienes y no me jodas — .Declaro un poco alivianado Usami tras haberse quitado ese trabajo de encima durante un tiempo.

 — Si... — Respondió  Onodera con una nube azul sobre su cabeza tras notar en las palabras del peliplata aquella repelencia ante él, era obvio por que parecía que tenía una relación tirante con su editora — .El problema es que esta semana que viene, usted y yo tenemos mucho trabajo de campo — . Aclaro  Onodera con una sonrisa algo burlona —. Hay al menos tres firmas de libros y dos entrevistas así que por favor descanse.

En ese momento el mesero llego con la comida, no tardando en  colocarla en la mesa frente a ellos con las bebidas y demás utensilios, retirándose acto seguido. Tan pronto se retiró el mesero fue que el castaño noto la expresión de expectación y perplejidad en el rostro de Usami.

 — Eres el primer editor que tiene mi agenda lista y me avisa con tiempo sobre mis compromisos… se siente bien — .Admitió provocando que  Onodera sonriera satisfecho y divertido, bastante alagado.

Hacía tiempo no se sentía así, tan útil y feliz. El leer historias que podían transportar su mente a ese mundo imaginario que creaban las letras de grandes exponentes literarios como lo era Usami Akihiko entre otros. Sentía en ese caso que nada podía salir mal por más difícil que fuera… era todo perfecto.

 

***

Iba entrando al restaurante Takano y Yokozawa tras una disuasión constante y odiosa de parte del azabache por lo que había terminado aceptando el almorzar juntos por mucho que no se encontraba de ánimo y sin apetito.

Le costaba admitir que la ausencia de Onodera lo tenía intranquilo como la cercanía del castaño al peliplata que si bien podía ser solo por trabajo le hacía sentir muy incómodo con esa sensación constante de que lo estaba perdiendo a cada segundo que permanecía lejos de él.

Sus ojos castaños recorrieron el restaurante lentamente, estudiando cada personaje en las mesas y sus acompañantes, la mayoría eran parejas conversando felices, creando un sentimiento muy pesado en su interior, era envidia. Envidia de no poder en contra a una persona para estar así y la persona que conocía era tan insensible como Yokozawa de molesto…

— ¿Ese no es Onodera? — Pregunto entonces el azabache, sacándole de sus pensamientos permitiéndole ver en dirección a donde estaba el castaño. Trago saliva con dificultad tal vez se trataba del nudo que se creó en su garganta a causa del desasosiego que le dio ver a Onodera con el cretino de Akihiko Usami.

Era obvio tanto para el como para el azabache que el joven editor se encontraba allí en un almuerzo del tipo laboral con el reconocido escritor donde se apreciaba al castaño revisando un manuscrito y diciéndole cosas al escritor con referente al mismo.

Para Takano el hecho ò razón por las que estuviera allí no le importaban en lo más mínimo, lo único que le importaba era la rabia que lo invadía al ver a Onodera tan contento y cómodo con ese tipo que podía sentir como la sangre le hervía y le dolían las manos de lo fuerte que las tenía apretadas en  puños listos para usarcé.

¿Trabajo?... claro, todo era trabajo, pero la mirada apacible y la sonrisa cómoda de Akihiko Usami y que le dirigía Onodera era lo que lograba que sus celos subieran hasta el techo. Nadie podía mirar al castaño así no sino era él, nadie podía sonreírle así no sino era el, nadie tenía derecho a estar cerca de Onodera, no sin era él.

 — ¿Masamune? — Yokozawa había buscado la atención del pelinegro por todos los medios pero solo podía verlo clavado en ese lugar mirando como circunspecto al castaño… recordándole que estaba perdidamente enamorado del joven ojiesmeralda y que el eso no lo soportaba pero no lograba entender que era lo que le molestaba tanto…  — .Vamos que el niño está bien… acompañado – Punteo como broma inocente ò al menos era no era intención sabiendo perfectamente que sería un fuerte golpe para Takano, pero si llegaba a olvidar así a Onodera, no dudaría en estar abriendo su boca.

 

***

La hora del almuerzo ya había terminado. Misaki hacia quince minutos había retomado su trabajo, regresando a él los ánimos de su primer día que los nervios por culpa de Takano y los comentarios mal intencionados de Isaka habían derrumbado.

Pronto como alma que llevaba el diablo; Takano entro furioso en la zona de editores con Misaki siendo el único presente, pudo notar como los ojos castaños del editor en jefe se clavaban en él.

 — Tu…— Miro a Misaki inquisidoramente —  Recoge los story boards, tendrás un curso intensivo… — declaro, logrando que el estrés del universitario subiera y golpeara el techo.

Misaki se levantó cual robot y tomando asiento al lado del pelinegro de una manera tímida se preparó para una nueva escena de ansiedad y estrés, patrocinada por Takano.

 — Me imagino que piensas que esto es fácil ¿no? — Pregunto Takano mal humorado.

­— De hecho… no — .Respondió Misaki con ganas de meterse en un hueco.

 — Vives con un eminente escritor — .Soltó sin más.

 — Es mi tutor, pero eso no significa que adore la literatura… de hecho no negare que me aburro un poco el tener que leer tanto —. Se defendió intentando mantener la calma ante los agrios comentarios del pelinegro que le miraba casi asesinamente.

 — Me imagino que el idiota de Onodera te envió aquí desarmado — .Comento en un suspiro de frustración.

Le estaba costando horrores no mezclar el trabajo con sus problemas personales. Pero sentía que ese idiota peliplata le estaba quitando a su castaño, el único amor de su vida y tenía que aceptar que el buscaría desquitarse de alguna manera y hasta ahora su única posibilidad era su nuevo editor Misaki Takahashi.

 — No lo he conocido pero fue amable y redacto esto para mí — .Dijo entonces el universitario sacando un pequeño cuadernillo.

 — ¿Ah?... — Exhalo sorprendido —  ¿Qué es eso? — Pregunto Takano.

 — Emm… es como una especie de manual donde explica correcciones comunes cuando hay excesos de viñetas y mucho texto. Hay varios ejemplos y también me explica palabras técnicas y otras cosas… aun no lo termino de leer.

Takano tomo el cuadernillo comenzando a leerlo rápidamente, sorprendiéndose de lo tanto que Onodera parecía estarse familiarizando y que a pesar de algunas cosas que no estaban muy claras, Takano jamás había imaginado lo tanto que el castaño había avanzado.

 — Y me dices que aún no lo conoces ¿eh?

 — No… el llamo esta mañana pero no pude hablar con él.

Takano se quedó sentado sin notar que cierto peliplata había entrado y menos que estaba detrás de él, ni el mismo Misaki se había dado cuenta de ello.

Usami sabía que era un hombre posesivo, sabía también que era un hombre celoso y odiaba que se metieran con algo que era suyo y Misaki era una de esas cosas. Conocía a tipos como Takano, sus manías y juegos, los enredos que podían crear, buenos contrincantes que podían ser tal vez porque se veía muy reflejado en ese tipo, tal vez lo que estaba a punto de hacer era una infantilidad… bueno la verdad era que el si era infantil, por lo que realmente no afectaría mucho su acción con respecto a su imagen. Por lo que tomo el resorte modulador del espaldar de la silla del pelinegro. El que lograba que el espaldar se moviera y hasta unas cuantas disimuladas vueltas soltó él seguro del espaldar.

Takano suspiro algo cansado, los ánimos se le habían calmado mucho al darse cuenta que  Onodera a pesar de “lejos” aún se preocupaba por su trabajo como lo prometió.

 — Hola… —  Saludo Usami a Misaki colocando sus manos en los hombros del castaño no importándole mucho su brusca intromisión.

Takano escucho la voz del peliplata y gruño recordando lo del restaurante. No quería confrontaciones, por lo que recostó su espalda contra el respaldo de la silla; pero apenas su espalda toco el mismo, la silla cedió logrando que el pelinegro perdiera estabilidad y su punto de equilibrio precipitándose al piso seguido por el fuerte estruendo de su cuerpo contra el suelo.

Misaki se levantó por reflejo de su silla bastante sorprendido de aquel extraño suceso mirando como el pelinegro se colocaba de pie furioso y comenzaba a revisar la silla.

 — Te veo en casa —. Se despidió el peliplata con una sonrisa pasando por alto la caída del pelinegro, la caída que él le había provocado y que le causaba mucha risa; Se la merecía por estar tan cerca de Misaki ò al menos de eso estaba convencido Usami.

El peliplata se inclinó sorpresivamente al castaño arrebatándole un beso rápido que Takano vio detenidamente de manera coincidencia durante casi los dos segundos que duro; apreciando también como el universitario enrojecía por la pena.

 — ¡¡Te pedí que aquí no!! — Estallo el ojiesmeralda en lo que Usami lo ignoraba con una grata sonrisa en los labios por haber cometido el crimen perfecto, saliendo de allí despidiéndose con una leve señal de su mano.

Algo se le movió dentro a Takano, fue como una revelación, por una de las escenas donde él era el protagonista y Misaki era Onodera y todo el resto era igual, ya entendía que pasaba, el peliplata estaba celoso de él, estaba cuidando lo suyo como el cuidaba a  Onodera.

 

***

Iba saliendo del piso de la editorial de manga directo al ascensor encontrándose de frente con su escandaloso y fastidioso amigo y nuevo jefe de Misaki, Isaka.

 — Usami… que sorpresa — .Saludo el ejecutivo bastante animado de verle no más acercarse a él — ¿Mirando a ver como esta Takahashi?

 — Si… —  Respondió sacando un cigarrillo y encendiéndolo, exhalando humo acto seguido — .No tengo mucho tiempo, debo irme ya, pero aprovecho que te veo para dejarte algo muy claro…

 — ¿Qué? — Pregunto el ejecutivo cuestionante ante la seriedad y molestia del peliplata.

 — Es ese editor en jefe de dibujitos tuyo… le hace algo a Misaki… y él y tú me las pagaran…-- Soltó dejando las cosas en claro.

Con una leve palmada en el hombro del menor, Usami retomo su camino sin la más mínima intención de empezar una confrontación. Abordando el ascensor y retirándose de allí, dejando a Isaka bastante sorprendido.

El joven ejecutivo resoplo divertido ante la posición del peliplata.

 — Siempre tan celoso y posesivo… nunca cambiara.

 

***

 

Al fin el día había terminado. De pie al frente de la puerta de su apartamento Takano estaba paralizado como si le hubieran colocado pausa a sus acciones.

Se sentía ansioso… era ò al menos se sentía como un drogadicto en abstinencia con Onodera siendo su droga. Necesitaba verle, necesitaba tocarle, verle en el trabajo, camino a casa…  se sentía como un jodido acosador ¡¡Pero maldición adoraba a ese castaño!! Lo extrañaba ¿Qué más podía pensar de cómo se sentía?

Recordó en ese momento a Onodera tan tranquilo con Usami, almorzando, eso le hervía la sangre como también supo que al peliplata le hervía… si no fuera así no hubiera besado a su nuevo editor en su presencia.

El sonido de las puertas del ascensor llamó su atención, invocando su mirada de curiosidad a la persona que había llegado al piso encontrándose justo con la persona que deseaba ver.

Las ganas de saludarle le atacaron de inmediato por mucho que tuvo que callarse estudiando al estudiar al castaño.

En sus manos había una serie de papeles y cosas que bien se veían bastante pesadas. Una agenda unos libros entre otras cosas y pegado a su oreja sosteniendo con su hombro su teléfono, parecía hablar con alguien.

 — Sí, Usami-sensei pasare a verlo el viernes a las tres…

¡¿Otra vez estaba hablando con ese tipo?! ¿Qué no habían almorzado con el par que siguieran por teléfono? ¡¿Qué más tenían que hablar?!

Su rabia comenzaba a subir más al ver tan bien la sonrisa tonta del castaño dibujada en sus labios, le dolía.

 Onodera apenas si le miro saludándole con un leve gesto, no tardando en meterse en su apartamento cortando en cualquier idea posible de Takano por poder entablar algún tipo de contacto con el que parecía un esquivo castaño en ese momento.

¿A eso iba a basarse todo? ¿En leves saludos desinteresados…? Suspiro… tal vez él también debía dejarle en claro a ese escritor de quinta que Onodera era suyo y no dejaría que se lo quitara.

 

 

***(Continuara)***

 


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