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Amor editado o ¿inédito? por senyu

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Notas del capitulo:

hola a todos, aqui esta el cap de sekai, pero debo advertirles que este no lo he escrito yo, solo lo corregi, por que tengo una buena hija que lo ha escrito primero por que  tenia unas buenas ideas y segundo por que es prte de mi experimento loco, asi que quiero darle las gracias a violetaotakugirl por escribir este cap que me saco muchas risas y espero que les guste a todos

Capitulo 7 sekaii parte 2

Sus ojos miraban nervioso hacia todos lados buscando una vía de escape o algún pretexto por más estúpido que fuese para salir corriendo de ahí lo más rápido que sus pies se lo permitieran.

– ¿Entonces? Estoy esperando  a que me cuentes Shouta– aminoro Yokozawa con voz cortante y  fría que iba haciéndole más difícil al pobre editar mantenerse tranquilo y pensar racionalmente en una salida rápida y “segura”.

 Kisa lo observo, sintiendo como un frio sudor le recorría por todo el cuerpo tan solo el pensar que si decía o hablaba algo indebido seria su condena total, él no era tonto era más que obvio que si molestaba al as de ventas o en su más horrible panorama lo insultaba u ofendía el mismo Yokozawa se encargaría de hacer de su vida un  infierno casi tan parecido al que le hacía pasar al pobre de Onodera, él amaba su empleo como para que justo ahora se ganara a un enemigo en la oficina peor un, alguien tan influyente como Yokozawa.

–No hay nada que contar Yokozawa– hablo de repente Yukina con una de sus lindas y dulces sonrisas en defensa del editor que parecía congelado bajo la fija y acusadora mirada del mayor . –Kisa solo me hablaba de que le sorprendía ver que su compañero de trabajo tuviera tiempo para salir cuando él no tenía ni tiempo de respirar… ya sabe nada importante que le haga perder su valioso tiempo.

– ¿Divertirse? ¿Quién?– pregunto incrédulo el azabache mayor, era más que obvio que el editor pelinegro ocultaba algo… no era en vano los años que llevaba trabajando en el departamento de ventas para conocer a cada uno de los  editores y sus triquiñuelas o caprichos… muestra viva de ese tipo de editores era precisamente su jefe Takano y basado en esa figura y tantos años tratándoles Kisa no era la excepción.

–Ritsu– contesto al fin el editor caso ocultándose detrás e Yukina, odiaba echar a sus compañeros de cabeza pero si era para salvar su cuello no lo dudaría ni un segundo pero rogaba que no se diera cuenta que había sido él, aunque era por una buena causa…después de todo no quería perder la mitad de su noche en una discusión sin sentido donde el saldría perjudicado de una u otra manera cuando tenía la opción de salir rápidamente de ahí al lado de Yukina y pasar tiempo juntos ya que el tiempo que él contaba por su trabajo era mínimo y no quería desperdiciarlo con alguien a quien él tenía que dar la cara casi diariamente en el departamento de edición cuando bien podría ir a pasear ahí con su querido vendedor a mejor a un tener una buena sesión de sexo con él y bueno… Onodera Ritsu ya tenía problemas con Yokozawa… uno mas no haría gran daño… el castaño estaba acostumbrado.

– ¿Onodera Ritsu?– Volvió a cuestionar Yokozawa. Kisa solo asintió como respuesta– ¿Dónde?– pregunto el as de ventas, si él había pasado un mal rato por culpa de ese idiota él se lo devolvería y con creces.

 –No es que me interese mucho Yokozawa pero ¿para que se supone que quiere saberlo?–Resoplo Kisa un poco temeroso debido a la sonrisa de maldad que se dibujaba en los labios del azabache.

–Bueno es muy tu problema si no me quieres decir…–le menciono– Pero ya sabes ¡TENGO TODA LA NOCHE PARA TENER UNA AMENA PLATICA CONTIGO Y CON KOU!– Le recalco, no había nada mejor que jugar con la psicología de un hombre enamorado y peor aún con una hormona bastante puesta… bien sabía que esos dos eran más que amigos a leguas se notaba y si algo sabía que le molestaba al pelinegro editor era dar a conocer sus relaciones o aventuras según fuera el caso.

– Esta en el bar… – contesto con rapidez Yukina apuntando el lugar con un deje de seriedad dejando desconcertando al de al editor y a un sorprendido Yokozawa quien lo siguió con la mirada al observar como el vendedor tomaba a Shouta de la muñeca para prácticamente salir corriendo de ahí.

– ¡Yukina! ¡¡¿Que se supone que haces?!!– le gritoneo Kisa en su improvisada carrera hacia el departamento siendo prácticamente arrastrado por el castaño.

–solo no te preocupes la responsabilidad cae en mi– le sonrió el menor mientras paraba de correr junto con el editor quien le envió una mirada de reproche. Kou suspiro observándolo a los ojos– la verdad es que…–dijo riendo bajito en lo que Kisa enarco una ceja indignado.

–no le veo la gracia Yukina–alego sin entender el aparente chiste que el castaño había contado y él no había entendido.

–Es solo que…solo quería estar a tu lado Kisa y sin ofender Yokozawa tenía toda la intención de echarnos a perder la noche–explico sin dejar de reír.

–Eso sigue sin explicarme el por qué te estás riendo– le enfrento un poco enfadado debido a la actitud del menor, pero si lo pensaba bien él tenía la culpa por enredarse con alguien que prácticamente era un niño, tal vez su actitud era una de las cosas que no toleraba de Yukina pero al mismo tiempo lo enamoraban como nunca. Si, Kisa Shouta estaba loco de remate por enamorarse de un niño con cara de príncipe que lo sacaba de quicio, pero bueno, era suyo y eso era lo bueno.

–Hubieras visto tu cara cuando Yokozawa nos descubrió hablando de él, no sabías que decir y eso viniendo de ti es muy gracioso. Anda acéptalo y deja de arrugar el entrecejo que se te harán arrugas–dijo divertido ocasionando que las mejillas del mayor se tiñeran de carmesí.

–Idiota– susurro como respuesta; Yukina se acercó a su oído robándole su espacio personal acción que tenso a Kisa enseguida.

–Solo quería llegar a casa y hacerte mío tan pronto como pudiera ya tengo una semana sin verte y me estoy volviendo loco. – le susurro haciendo que el sonrojo aumentara en las mejillas del pelinegro.

–Sigo pensando que solo me enamore de tu rostro–mustio agachando su mirada y comenzar a caminar de nueva cuenta. Yukina solo sonrió alcanzándolo con rapidez y entrelazar su mano con la de su amado editor.

–Parece que va a llover– menciono por último el vendedor perdiéndose en la noche junto con su pareja.

***

Entraba al departamento tranquilamente con varias bolsas en sus manos, realmente el ir de compras le relajaba y que más decir que era su pretexto favorito para salir de aquella casa cuando se volvías una batalla campal entre Usagi y su loca editora Aikawa o en el peor de los casos como esa tarde entre los hermanos Usami o claro en ese caso la visita de Isaka. ¿Cómo es que podían llegar a ser tan ridículos?...no podía razonar como un escritor de renombre y un empresario exitoso como lo eran esos dos pudieran ser tan inmaduros para llegar  a pelearse de esa manera tan infantil que esta daba vergüenza.

–“no se en que rayos pensaba Usagi”– pensó Misaki mientras suspiraba con pesadez observando el desastre en las paredes y piso que se encontraban embarrados de pedazos de pastel y claro ¿Quién lo limpiaría? O si el pequeño Misaki…A veces En simples ocasiones no lograba comprender a ese niño en cuerpo de un adulto que se hacía llamar Akihiko.

 

– ¡Misaki!– le llamaron por detrás ocasionando que de un tremendo susto resbalara con el un pedazo de pastel que estaba cerca de sus pies cayendo estrepitosamente al piso, haciendo que las compras salieran volando a los lados.

– ¡¿Qué rayos te pasa?!– le gritoneo el de ojos verdes al mayor quien al escucharlo solo se dio la vuelta para ir a sentarse a unos de los sillones de la sala. – ¡Usagi!– le volvió a llamar el universitario al verse prácticamente ignorado por el mayor hizo caso omiso encendiendo unos de sus adictivos cigarrillos.

el castaño enfadado se levantó con rapidez limpiando las manchas de su ropa y recoger las compras regadas a su alrededor para ir a acomodarlas al lugar que correspondían en la cocina de mal humor camino directo a la sala situándose justo en frente del peliplata quien solo levanto la mirada con calma observándolo fijamente a los ojos como si lo que fuera a decir a continuación fuera lo más sencillo y entendible  del mundo 

  – ¡Quiero que dejes de trabajar en la editorial hoy mismo!– le sentencio el escritor cruzando sus piernas y apuntándolo con su dedo índice. El menor solo le miro moviendo el pie inquietamente mientras una vena se asomaba por su sien debido al enojo que aumentaba cada vez más junto con su desesperación.

–Disculpa creo que no entendí bien, ¿me lo repites Usagi…?– le volvió a interrogar pensando que tal vez su paranoia o su enojo le hacían escuchar cosas que no eran.

–Quiero que dejes tu trabajo–resoplo firme. Después de lo que había escuchado de Isaka ni loco dejaría que Misaki regresara a ese lugar, antes se hacía Hetero “lo cual era claramente imposible”  a que su castaño regresara a trabajar con ese idiota de gafas que lo quería meter a la cama como remplazo de Onodera.

Y Onodera, Onodera  era otro caso aparte, si bien el primer paso era alejar a Misaki del estúpido editor de dibujitos y después hacerle la vida imposible en su trabajo también quería alejar al chico editor de el.  A sus ojos Takano era alguien que no merecía tener a su lado al mayor de ojos verdes ya que si había caído tan bajo como para querer utilizar a Misaki, su Misaki como remplazo era más que obvio que no quería a Onodera sinceramente y solo por eso y bueno porque no una venganza no planeada no lo dejaría volver a su lado, haría lo que fuera para dejarlo como su editor literario de planta y de pasada hacer que el pelinegro se muriera de un coraje, justo como él lo hacía en ese momento por las palabras de Isaka.

 –No lo hare– hablo decidido el castaño, no importaba lo que Usagi le dijera no renunciaría a su trabajo, era algo pesado si pero lo hacía sentirse como alguien útil, era bueno en lo que hacía y no lo iba a dejar por un simple capricho de Usagi.

–Si–le debatió el ojilila

–No y es mi última palabra, no lo dejare solo porque tienes un altercado con Takano–le levantó la voz Misaki. El peliplata se sorprendió mas no lo mostro, si, tal vez Misaki era terco pero él lo era más.

–Solo déjalo…–le dijo Usami. El castaño negó con su cabeza rápidamente–No me cae bien, no lo quiero cerca de ti, ni a ti te conviene estar cerca de él.

–Usagi a un no entiendo tu motivo pero si es ese déjame decirte que es patético, ¿no te cae bien? Tienes idea el por qué no te cae bien–le resoplo frustrado el menor observando como el peliplata no le contestaba ni una sola palabra– no te cae bien porque es exactamente igual a ti… y es obvio que los iguales de repelen.

– ¿Es igual a mí?–pregunto con los ojos abiertos parpadeando perplejo varias veces mientras su boca se abrió ligeramente dejando caer su cigarrillo al suelo.

Si Misaki los miraba por igual también significaba eso que ¿Él podría acostarse con Takano? O en última estancia si Takano atacaba a Misaki ¿él se dejaría?...Misaki lo dijo, eran iguales y eso solo significaba que el riesgo y el peligro que Misaki corría en ese lugar era más grande lo que imaginaba.

–En definitiva no regresas a trabajar ahí– Le dicto el mayor, el castaño objeto molesto en seguida.

–Si sigues así me iré a vivir por mi cuenta…–le amenazo Misaki ya arto de las actitudes infantiles del mayor…

Y tras esas palabras Akihiko se tensó, con 6 simples palabras Misaki lo había desarmado por completo al punto de sentir su mundo desmoronarse.

–Misaki– le menciono con ojos tristes observándolo con arrepentimiento, el universitario lo observo suspirando pesadamente, no quería llegar a tanto pero si no se lo decía estaba seguro que Usagi no cedería.

–Yo…no quise solo quiero que comprendas…–menciono bajito sintiendo un poco de arrepentimiento.

–Misaki tengo miedo…– le revelo el peliplata– tengo miedo de Perderte o que alguien más te lleve de mi lado, que alguien robe tu atención, tu tiempo, tu cuerpo– le resoplo levantándose para abrazarlo con fuerza.

– ¿Ese alguien es Takano?– le pregunto bajamente el universitario obteniendo como respuesta que los brazos del mayor lo apretaran con más fuerzas  a su cuerpo como si su vida dependiese de ello

sin decir palabra alguna el peliplata levanto el mentón del menor observándolo directo a los ojos dándole a conocer todos sus miedos que lo carcomían por dentro, Misaki por su lado se dejaba hacer por el escritor haciendo que su corazón latiera como loco, algo que solo Usagi lograba hacer pero al parecer a un no lograba comprender. A veces creían que los celos enfermizos que se cargaba Usami algún día serian el motivo del fin de su relación.

**

El frio que sentía debido al viento y las gotas de lluvia que caían sobre su cuerpo desde que había salido de su departamento ya era inexistente, su caminar era rápido y ansioso con una sola meta en la cabeza; encontrar a Onodera y llevárselo con él, ya fuera que el castaño quisiera o no.

– ¿Yokozawa?– llamo sorprendido el editor en jefe al encontrarse al azabache justo doblando una esquina al salir de una farmacia,

– ¿Masamune que haces aquí?– le contra pregunto el trabajador del departamento de ventas – ¿y sin paraguas? Por dios ¿quieres enfermarte o qué?–le dijo sorprendió más que nada al verlo casi empapado hasta las huesos debido a la intensa lluvia que hace poco había comenzado a caer.

–Solo quise saber que sentían los pobres que no tienen paraguas–bromeo Takano.

–No ya en serio Masamune ¿Qué haces aquí?– volvió a preguntar ya con el pelinegro junto a él sus planes de molestar a Onodera se echaban a perder.

–  ¿Mas bien que compraste en la farmacia ¿tú estás enfermo?– le dijo curioso Takano.

–Son laxantes– dijo como si nada mientras levantaba sus hombros restándole importancia a su respuesta. El pelinegro editor esbozo una sonrisa divertida –No Masamune no son para mí– se adelantó a su broma– son para Sorata– mintió Yokozawa, obviamente no le podría decir que eran para el uso exclusivo de Onodera, no sin que el pelinegro estallara en su contra– ¿Masamune?– le llamo al verlo perdido en el largo vidrio del bar que estaba justo una calle enfrente.

–Yokozawa, te invito una copa ¿te apetece?– le pregunto Takano al mayor mientras observaba a Onodera desde su posición mientras sus ansias y celos se incrementaban al verlo charlando tan amenamente con Hasegawa – ¿Vienes o no ?– le llamo  al no ver respuesta del As de las ventas quien no sabía si ceder o no, por una parte sabía bien que Takano solo quería ir por que los celos le impulsaban y por otra… seria la oportunidad perfecta para hacerle saber que Onodera no quería nada serio con él y hacerle notar que solo quería jugar con él como en el pasado, sonrió, en definitiva no se podría perder esa oportunidad.

**

Se encontraba asombrado debido al gran talento que tenía su compañero y que decir que la experiencia, no podía creer que tan solo fuera 5 años mayor que él y haya podido editar a tan grandes autores como lo era el mismísimo Ryouichi Sumi que el en su tiempo tuvo el honor de editar.

–Es increíble que la mayoría de los libros que has editado hayan ganado premios de literatura o hayan estado nominados, eres sorprenderte Hasegawa– menciono entusiasmado Onodera tomando un gran trago de su vaso.

–Tú podrías hacer lo mismo si dejaras la edición de dibujitos…– le planteo el mayor observando con deleite como el joven editor de mangas pedía que rellenaran su vaso. Si todo salía bien tendría una gran noche que estaba seguro no olvidaría.

–lo dices como si fuera tan fácil Hasegawa, tú tienes un gran talento yo solo tengo algo de talento y el apellido de mi padre– objeto con melancolía el de ojos verdes– pero ¿sabes? No es tan malo editar “dibujitos”– rio un poco, el de cabellos mieles sonrió.

–así ¿Por qué?...créeme con ese jefe que tienes no le veo nada de bueno al contrario yo diría que es estar en el infierno, ya sabes una de las ventajas de ser editor de literatura es que llevas tu propio ritmo y solo el tienes que rendir cuentas con el autor.

–Tal vez tengas razón…pero aun así…–resoplo observando el vaso medio vacío que tenía entre sus manos. Todo lo que decía su compañero era verdad por cualquier Angulo que se viera el trabajo de editar mangas shojos que para empezar eran dirigidos hacia mujeres, hablaban de romances interminables donde pasabas casi una semana sin dormir y comer y el hecho de tener que lidiar con compañeros que solo gozaban molestándole sin olvidar claro al editor en jefe que era un completo tirano que bien parecía que su propósito de diario era joderle la vida no era un lindo panorama, de hecho parecía la descripción del peor trabajo del mundo.

– ¿Pero aun así…? Que ¿me vas a negar que no extrañas las letras?– resoplo divertido Hasegawa– Vamos sabes que no miento tanto como yo y como tu sabemos que es cierto solo esta que tu lo pidas ahora mismo trabajas con un gran autor y si haces bien tu trabajo te aseguro que te dejaran de planta ¡ánimo!– le animo dándole una pequeña palmada en su espalda.

EL menor solo se quedo en silencio dando otro largo trago a su bebida para pedir de nuevo que lo volviesen a llenar, Hasegawa tenía razón la cuestión en si no era el cambio del departamento más bien el ¿el realmente lo deseaba?, ¿de verdad quería alejarse de Takano para siempre y cortar todo lazo con él? A quien engañaba bien sabía en el fondo que eso era una gran mentira y que tarde o temprano terminaría regresando al departamento de edición de mangas.

**

Entraron al bar en silencio sentándose en una de las mesas del fondo, una donde no fueran descubiertos tan fácilmente por el castaño editor que se encontraba sentado más delante de ellos.

– ¿Qué hace Hasegawa con Onodera?– pregunto Yokozawa disimulando asombro no tanto por el hecho  de molestar, sino mas bien para hacerle notar a Takano que su subordinado se encontraba bien acompañado.

–Gracias por hacerlo notar– menciono indignado el editor en jefe – dime Yokozawa tu tratas directamente con todos los editores literarios de la compañía ¿cierto?– pregunto cambiando rápidamente el tema cosa que desconcertó  al ojiazul con rapidez

–Si eso es obvio…– resoplo con simpleza sin lograr entender la pregunta repentina del pelinegro.

– ¿sabes que? recordé que tengo que hacer una llamada ¿me prestas tu teléfono? Olvide el mío y tengo que recordarle a Hattori sobre unos datos de la reunión de mañana– sonrió el pelinegro– entonces me lo prestas Takafumi– extendió su mano, Yokozawa lo observo fijamente no sabía que se traía en manos Takano pero no era nada bueno, pero algo era obvio el no le podía negar nada a Masamune y más si esta le llamaba de esa manera que prácticamente lo hacía volverse loco.

–Enseguida regreso– anuncio el de lentes al tener el teléfono en sus manos mientras se levantaba de su lugar con rapidez y dirigirse al baño. El pelinegro mayor lo observo suspirando con pesadez para cambiar su rostro en ira completamente contenida al toparse con el rostro de Onodera que sonreía como poseído al lado de Hasegawa.

Entro al baño con una sonrisa maligna en sus labios, la suerte ya empezaba a estar de su lado y no podía desperdiciarla. Levanto la tapa del celular de Hasegawa no es que fuera tan estúpido para hacer lo que estaba tramando con ese número ya que sería demasiado obvio, no su propósito era que su blanco no se diera cuenta del numero del que marcaban y hacerlo desesperar hasta ponerle los nervios de punta…

–Pero antes– susurro para sí al encontrarse con un número en su teléfono que le daría mucho gusto marcar antes de su actuación estelar.

**

 Lo tenía acorralado contra el sillón sin darle siquiera oportunidad de moverse un poco debido al agarre que tenía sobre el cuerpo del castaño, como generalmente sucedía en cada discusión que el universitario y el escritor tenían terminaban en la cama o donde fuera la ocasión besándose con ímpetu y frenesí, casi pareciera automático el hecho  de que eso sucediera. Siempre era así cualquiera de los dos malinterpretaba algo o simplemente tenían paranoia en cualquier situación por más normal que ocurriese, discutían, se gritaban, se amenazaba y el resultado siempre era el mismo: Misaki gimiendo debajo del cuerpo de Usagi quien se deleitaba del cuerpo del menor, un cuerpo que solo había sido suyo, que él había sido el único que lo había marcado, besado, el primero que había explorado por completo la anatomía de aquel joven que desembocaba su locura con una sola acción que cometiera, el único que hasta ese día lo había poseído y que daría todo porque eso nunca cambiara.

–Te amo Misaki– le susurro el mayor en su oído mientras su manos se encargaban de comenzar a desvestirlo, el ojiverde solo gemía de placer bien parecía que el mayor sabia sus puntos débiles y uno de esos era el hecho de decirle te amo cada vez que lo tocaba o acariciaba.–Dime…dímelo Misaki– le resoplo mordiendo levemente su oreja logrando arrancar grandes jadeos de la garganta del universitario quien se remolineaba un poco inquieto debajo de su brazos, se encontraba excitado y mucho y mas desde esa tarde ya que no podía negar la frustración que surgió en el en aquella visita inesperada de Haruhiko Usami. Su cuerpo estaba tan acostumbrado a Usagi que el tan solo tener unos días sin tocarlo se volvía loco a un a si no lo aceptase en voz alta.

–Usagi– resoplo exaltado al sentir la mano del peliplata sobre su miembro comenzado a masturbarlo sobre su ropa.

–Dímelo Misaki– insistió el mayor lamiendo el blanco cuello de Misaki–Necesito que me lo digas– le susurro casi como plegaria, el ojilila necesitaba oírlo de sus labios, sentirlo por medio de  su cuerpo para así asegurar que solo le pertenecía a él, que lo amaba de la misma manera que él lo hacía. Porque solo de esa manera podría aceptar el hecho de que su amado castaño regresara a trabajar el día de mañana.

– te amo…us…!!Takano!!– Brinco alterado Misaki casi haciendo que Usagi cayera al piso– ¡mi teléfono! ¿¡Donde esta mi teléfono!?– dijo corriendo como loco, el teléfono había comenzado a sonar con la melodía que le pertenecía a su jefe y si no contestaba solo significaba que mañana le haría la vida imposible.

–Ignóralo– llamo Usagi completamente frustrado y mas al escuchar lo último que dijo el ojiverde.

–No es tan fácil Usagi si no contesto mañana me hará la vida imposible– susurro escuchando el interminable timbre que lo sacaba de sus casillas –Usagi dame mi teléfono– le pidió el castaño al observar como el peliplata lo sacaba del bolsillo de la playera que traía puesta hace unos minutos.

–Ponlo en alta voz– ordeno, Misaki suspiro cansado tomando el celular en sus manos y atender la llamada.

– ¿Takano san? – pregunto Misaki un poco nervioso debido a la mirada de reproche y enfado que le clavaba el ojilila

–“solo quería desearte buenas noches y recordarte que mañana tenemos reunión prepárate bien”–  contesto el pelinegro con tono tranquilo y sereno

–Ya cuelga– llama Usagi molesto y frustrado– solo a un idiota como e se le ocurre llamar a estas horas

–“Espero no haber interrumpido algo takashi”– llamo con malicia al escuchar la voz de Usagi en la línea– “hasta mañana y dile a tu casero que no se ponga de mal humor que yo cuido bien de ti”– rio colgando la llamada.

Misaki colgó de igual manera, volteando con temor a la dirección de Usagi esperando lo peor u otra pelea del parte del mayor mas se sorprendió al ver que no era nada de eso y en contra de todas las expectativas el mayor lo abrazo besándolo profundamente de nuevo.

–No importa que haya dicho ese sujeto o que pase tu pero tu…eres solo mío Misaki…te amo– le susurro volviendo a besar su cuello su oreja y posteriormente sus labios para introducir su lengua y comenzar  con un beso apasionado y sediento.

**

Miraba divertido como la expresión de una persona podía cambiar en tan solo unos minutos, bueno no lo culpaba el vodka era una bebida que se caracterizaba por efecto retardado, bien podías tomarte toda la botella y no sentir ningún solo efecto, pero después de media hora o hasta tres horas te golpeaba con todo y eso al parecer era lo que le pasaba al editor castaño sentado junto a él.

– ¡Entonces yo le dije que no lo hiciera, pero ¡pregúntame si me hizo caso!– mencionaba Onodera con sus mejillas rojas debido al alcohol que había tomado, bueno eso y sumado el hecho de que cuando se ponía ebrio era una persona un poco insoportable.  – ¡Anda pregúntame!– le animo el pelicafe, Hasegawa sonrió.

– ¿Te hizo caso Onodera?– le pregunto siguiéndole el juego el cual le parecía en extremo divertido

– ¡No!, no lo hizo, el solo me da más trabajo según me iba a ayudar a sacar copias y lo único que hizo fue meter un documento de los 135 que tenía que fotocopiar y hacer 100 copias de eso alegando que era divertido…–dijo dejando caer su cabeza en la mesa un poco mareado y sonrojado por exaltarse.

–Onodera su gustas puedes…– Hablo el mayor mas fue interrumpido por el sonido de su celular que sonaba continuamente.

Hasegawa contesto el numero que marcaba  su pantalla no lo conocía  y aunque bajo sus políticas contestar a números desconocidos su curiosidad le ganaba y por mucho.

– ¿Disculpa hablo con Raúl?– preguntaron al otro lado de la línea, el editor literario arqueo una ceja su voz se le hacía algo conocido mas no podía reconocerla…

– ¿Cual Raúl?– pregunto extrañado

–Disculpe ¿entonces usted no es Raúl?– volvieron a insistir.

–No sé de quién habla…– menciono colgando el teléfono para volver a tomar asiento.

– ¿Quién era?– pregunto Onodera al ver la cara de confusión del mayor.

–nada importante, como te decía si te sientes mal puedes ir a mi casa está cerca…y…–le explicaba mas el teléfono volvió a sonar de nuevo. De mala gana lo descolgó tomando la llamada un poco molesto trataba de hacer casi la jugada definitiva con el joven a su lado y era frustrante el tenerlo sonando a cada segundo.

– sí, habla Hasegawa– contesto sin siquiera fijarse esta vez que numero era.

–Disculpe ¿de verdad usted no es Raúl?– le llamaron de nuevo ocasionando que el editor mayor se enfadara.

– ¡¿Cuál Raúl maldita sea?!– llamo alterado

–EL que te cojee en un baúl – respondieron riendo del otro lado de la línea colgando enseguida.

–Maldito hijo de su... ¡ah!– grito alterado  el pelimiel ganándose varias miradas curiosas que lo miraban extraño.

–Hasegawa ¿estás bien?– pregunto un poco preocupado Onodera al observar el rostro lleno de enojo de su compañero.

–Estoy bien Onodera– suspiro tratando de calmarse.

–Entonces si estás bien ¿me pides otra copa?– pregunto sonriendo Ritsu o lo cual Hasegawa con un gesto amable accedió gustoso.

**

La Gran carcajada que había soltado fácilmente había hecho eco por todo el baño ahora solo tenía que buscar otro teléfono ya que si llamaba de nuevo del suyo seria descubierto.

Si, tal vez era algo demasiado infantil hacer aquella broma pero ese tal Hasegawa se lo merecía y bueno la llamada hacia Misaki era precisamente eso una simple llamada, pero a quien engañaba la había hecho con el único propósito para que el escritor poco sesos la escuchara o contestara cualquiera que fuese el caso.  No podía evitar sentirse increíblemente bien con eso.

Observo como un hombre un tanto ebrio entro al baño sonriendo de nuevo divertido.

–disculpe le doy 10 Dólares si me deja hacer una llamada por su teléfono– le ofreció gustoso Takano, el hombre le observo por unos segundo asintiendo mientras tomaba el dinero con sus manos.

**

– ¿No crees que ya es suficiente Onodera?– pregunto Hasegawa mas que complacido al ver el estado de ebriedad del menor.

– ¡No lo es! A un aguanto– dijo bajito

–Está bien pero…–hablo, mas por tercera vez fue interrumpido por el timbre incesable de su celular, enfadado reviso el número para asegurarse que no fuera el idiota que al parecer le gustaba hacerle bromitas por teléfono y unas de muy mal gusto.

–Bueno habla Hasegawa– contesto con cortesía al darse cuenta que los dígitos no coincidían con los de su bromista

–Disculpe Hasegawa mi pelota roja callo en su piscina– le dijeron en la otra línea, el mayor solo sintió como un tic comenzaba hacerse presente en su sien.

–Yo no tengo piscina– respondió con un poco de rabia.

– ¡Que coincidencia yo tampoco tengo pelota roja! Así y Raúl le manda saludos– rieron de nuevo detrás de la línea ocasionando que el pelimiel azotara su teléfono en la mesa arto de las estúpidas bromas que le hacían por celular.

– ¡Maldita sea!– menciono enfadado optando por apagar su teléfono y botarlo a un lado de la mesa, en definitiva se compraría un nuevo móvil.

– ¿Está bien Hasegawa?– volvió a insistir Onodera

–No te preocupes…–menciono sonriendo y cambiando su actitud por completo al ver a Onodera sonrojado y ebrio a pesar de todo ese mal rato si su plan salía como quería valdría la pena el haberlos soportado.

**

Bebía con calma y divertido una copa que tenía en sus manos, no sabía el por que el de lentes se estaba demorando tanto en el baño, pero el show que tenia frente a él era demasiado divertido para no estar de buen humor, por un lado tenia a un Onodera ridículamente ebrio siendo asechado continuamente por Hasegawa quien por alguna extraña razón empezó a actuar como loco después de contestar su teléfono.

–¿Qué es tan divertido?– pregunto Takano haciendo acto de presencia. Yokozawa sonrió observando como el menor le extendía su teléfono celular para tomarlo de vuelta.

–EL espectáculo de estos dos– señalo a los involucrados– por dios de lo que te perdiste Masamune.

– ¡Ho! ¿En serio?– dijo sonriendo– y no quites la mirada de ahí que vendrá un espectáculo mejor–susurro.

– ¿Que hiciste Masamune?–pregunto curioso el As de las ventas esperando emocionado lo que fuera a suceder a continuación.

Takano sonrió al escuchar un grito de enfado de la garganta de ese odiado editor literario reclamando enfadado con una camarera la cual le había dejado caer varias bebidas encima.                 – ¿Divertido no?– resoplo con alegría observando a Yokozawa quien se mantenía con la mirada fija en Hasegawa.

– ¿Cómo?– cuestiono incrédulo el de ojos azules.

–Te sorprendería el hecho de lo que puede lograr el dinero y belleza– susurro contento y con ego tomando el vaso de Yokozawa y dándole un trago.

–¿la sedujiste?–pregunto entre sorprendido y molesto el mayor

–No como crees– susurro – también le pague.

–Masamune no tienes remedio – resoplo Yokozawa sin poder creer lo infantil que era su compañero.

–Por cierto– le llamo Takano de nuevo, Yokozawa atendió de inmediato– ¿Me das los laxantes?  Es más te los compro.

–No Masamune– sentencio el As de inmediato.

–Anda Takafumi– le susurro despacio utilizando a favor la debilidad del jefe de ventas.

–Haz lo que quieras– dijo arrojando las pastillas, el de lentes sonrió tomándolas en sus manos llamando a la misma camarera que hace un minuto vacio las bebidas en la cabeza del editor en literatura ella se acerco  gustosa y con rapidez a el de inmediato Takano la acerco hacia el susurrándole en el oído varias cosas que hizo a la mujer sonrojarse y asentir de inmediato mientras el pelinegro le entregaba 4 pastillas. Sonrió al verla irse, solo 15 minutos más y podría irse con Onodera de ese lugar.

–No entiendo por que haces esto…si ese niño está aquí con Hasegawa es porque salen ¿Por qué tanto afán en molestarles?– dijo molesto el mayor, le molestaba en exceso la atención que el editor en jefe le prestaba al de ojos verdes, atención que debía tener con él y no con nadie más.–deberías dejarlos en paz y aceptarlo Masamune Onodera no es para ti.

–oye Yokozawa he tenido esta sensación durante un tiempo pero…–le hablo serio el pelinegro de lentes–la Razón de tu actitud hacia Onodera ¿es porque a un tienes sentimientos por mi?– le dijo serio, Yokozawa lo observo casi fríamente para contestarle enseguida.

– ¿huh? Porque tendría…

– ¡Yokozawa!– le interrumpió Takano antes de que el mayor se negara a sus palabras. – se que dormimos juntos en el pasado pero también se que decidimos que jamás volvería a suceder, dijiste que lo entendías así que creí que estaríamos bien y continuaremos con nuestra amistad como antes. ¿No fue así para ti? – le resoplo observándolo a los ojos, bien el As de las ventas había significado mucho para en el pasado pero no podía dejar que se hiciera falsas esperanzas–Estoy enamorado de Onodera– se descubrió el mismo sin rodeos– es por eso, que si intentas algo mas contra él, nuestra amistad se acaba.

 

– ¿Sabes Masamune?– suspiro el mayor rascando su nuca un poco nervioso – ¿hasta cuándo abrirás los ojos? Lo puedo decir solo viendo sus actos y todo lo que veo es a alguien que te arrastrara a abismo de nuevo–le miro serio objetando todo los problemas que el editor en jefe había sufrido en su pasado por culpa del ojiverde– ¿has olvidado que el fue el único culpable de que te perdieras? Es más que obvio por dios ¡solo volverás a ser herido!.

– ¡Eso no es cierto!–alego de inmediato el ojimiel–Onodera solo fue una de las razones de mi colapso, también tenía relaciones con mi familia y todo se volvió muy confuso y sabes que, pienso que eres un gran compañero y gran amigo sin embargo…mis relaciones románticas no tienen nada que ver contigo– le dicto, su compañero suspiro con tristeza observándolo directo a los ojos.

–Masamune…–le llamo con melancolía–Aun si pienso que tuve una horrible disposición,… fui el único que se quedo a tu lado como tu amigo, cuando estabas completamente apartado del resto. También fui el único capaz de traerte de vuelta ¿o me equivoco?– dijo con tristeza contenida en sus palabras– Después de aquella vez donde tuvimos relaciones, tu borraste todos los contactos de tu celular dejando solo el mío y ahora te pregunto ¡¡¿ acaso no es normal que te enamores de una persona que hace eso?!! Cuando me dijiste que solo seriamos amigos solo pensé que no había sido el momento correcto, pero si seguía a tu lado pensé que eventualmente vendrías a mi ¿acaso no cualquiera tendría esperanzas durante todo ese tiempo?– menciono un poco alterado, Takano solo lo observaba atento y sorprendido– entonces contéstame porque…

– ¿Por qué, que?– pregunto el editor en jefe sin saber a que se refería su compañero

– ¿!!!Por qué de todas las malditas personas tenias que elegir a Onodera!!!? Es el único que te hirió en primer lugar…–dijo al fin, después de haber tenido esas palabras retenidas por tanto tiempo al fin las podía decir son libertad.

– Porque a un así lo sigo amando– menciono sonriendo melancólico– Realmente si te soy sincero fue un dolor de cabeza cuando nos encontramos y me di cuenta que era él, nunca pensé que me volvería a enamorar, pero después viviendo y trabajando junto a él, me di cuenta que el pasado o presente no importaban el definitivamente es al único que amo– dijo serio y sereno ya que cada palabra que había dicho no era más que la absoluta verdad.

–entonces si me disculpas me voy– anuncio Yokozawa con su mirada oculta saliendo con rapidez del bar, dejando al de lentes solo y pensativo.

– ¡Hasegawa se siente bien!– se escucho una voz preocupada que era perfectamente conocida para él. Takano sonrió al observar como el pelimiel salía corriendo hacia el baño debido a los laxantes que había mandado poner en la bebida.

Se acerco con lentitud observando el semblante de Onodera el cual apenas y se encontraba sobrio por el susto que le debió ocasionar ver a Hasegawa retorcerse por el dolor de estomago, pero era suficiente para llevarlo con facilidad ya fuera que se resistiera o no.

–Onodera– le llamo–el castaño volteo enseguida sorprendiéndose al ver a su jefe parado justo detrás de él– nos vamos de aquí– anuncio el de lentes tomándolo de la muñeca para salir de ese bar ignorando los alegatos que el menor le hacía.

 

(continuara)

 

Notas finales:

hola a todos, aqui esta el cap de sekai, pero debo advertirles que este no lo he escrito yo, solo lo corregi, por que tengo una buena hija que lo ha escrito primero por que  tenia unas buenas ideas y segundo por que es prte de mi experimento loco, asi que quiero darle las gracias a violetaotakugirl por escribir este cap que me saco muchas risas y espero que les guste a todos


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