—necesito un editor…¿Qué dices?
Justo en ese momento el castaño editor sentía que el mundo se había detenido para él. Sus ojos esmeraldas estaban fijos en la persona de Akihiko Usami recordando sus días con él. Si él y Usami, habían en algún momento comenzado a trabajar juntos. Cuando este apenas estaba comenzando su carrera y para tantear algo de terreno llevo su primer escrito a la editorial de su padre. Onodera le corregia los escritos y le aconsejaba cada cosa que tenía que hacer para las próximas publicaciones. Sabía que ese hombre seria grande, lo supo inmediatamente comenzó a leer esa pequeña obra que había llevado como material a publicar. Y ahora, luego de tal vez tres o cuatro años desde esa primera vez que habían trabajado juntos el regresaba para pedirle algo de ayuda, aunque la verdad… parecía que Usami no le recordaba a él.
Takano se quedo mirando a Usami un segundo. La manera seria en la que esperaba una respuesta de parte de Onodera, Comenzaba a irritarlo, por alguna razón le irritaba el aura de supremacía y grandeza que ese hombre transmitía, como tan sínicamente sin siquiera dirigirse primero a él, se atrevía a pedirle a uno de sus subordinados que abandonara su trabajo por ayudarle a el por mucho que realmente lo que le molestaba era la expresión de anonadamiento que tenia Onodera en la cara, como ese hombre le miraba y desafortunadamente, la gran posibilidad o más bien la definitiva certeza de que el castaño dejaría su trabajo tirado. Era el sueño de Onodera, el sabía que era editor literario, se podía apreciar perfectamente que se encontraba en el puesto y lugar equivocado, que se esforzaba bastante por rendir, pero con esa oportunidad estaría como pez en el agua y eso le enfermaba, le enfermaba tenerlo lejos.
—¿y bien Onodera? ¿Qué dices?—pregunto Isaka algo impaciente. Era consiente por lo que había logrado escuchar de su editor en jefe de la sección de literatura, que Usami Akihiko estaba totalmente atrasado en su fecha de entrega y que Aikawa había logrado darle una prologa de una semana para terminar el manuscrito, el proceso de edición demoraría un poco de tiempo teniendo en cuenta el hecho que Onodera tendría que acostumbrarse al tipo de trabajo de Usami y a la vez hablar con los gráficos de las portadas, las imprentas y comenzar los planes de promoción y ventas. El chico podía tener experiencia, pero lo que realmente tendría, sería una maratón como ninguna otra.
—un segundo…— metió al fin la cucharada Takano. No estaba dispuesto a perder un trabajador por el capricho de un escritor de quinta —.¿qué es que llegan aquí a llevarse a mis editores sin siquiera decirme?
Isaka y el editor en jefe de literatura se miraron entre si un poco incómodos por la manera tan repentina como el pelinegro editor se había puesto en contra tocando un gran punto a su favor al que ellos no habían hecho caso. Era cierto que Takano era el jefe de edición de Emerald y que debieron hablar primero con él, pero tal vez el tiempo era más importante.
—lo lamentamos, Takano. Pero hay circunstancias apremiantes que nos obligaron a trabajar de esta manera sin consultarte—escudo Isaka un poco aplacado con Takano, bien podía ser el jefe del pelinegro, pero tampoco estaba bien no haberle dicho nada, porque el departamento de manga shojo no estaba en condiciones de perder un empleado teniendo en cuenta la creciente demanda de nuevos mangakas a la industria y la presión que Takano tenía que soportar y que intentaba minimizar en sus empleados, por mucho que cada ciclo de veinte días ese departamento pareciera un panteón de muertos.
—no tengo todo el día…—regaño Usami haciendo caso omiso a las quejas de Takano, hasta parecía dirigiéndose a Onodera, apurándole por una respuesta, más que a los ejecutivos a forzar una y mantener controlado a lo que a sus ojos solo era un pataletoso editor de dibujitos.
—y yo tampoco lo tengo, necesito editores, estamos a la mitad del ciclo y ¿ustedes llegan a llevarse a Onodera?
—bueno, Takano. Onodera es nuevo en el departamento y pensamos que no haría gran diferencia con su presencia— explico Isaka siendo lógico en sus especulaciones. Claro, no había notado que sus palabras cayeron como un bloque de cemento sobre el pobre castaño, que no pudo evitar sentirse como un inútil ante aquellas observaciones.
—inútil o no, es mejor a nada…—regaño Takano cruzándose de brazos poco dispuesto a ceder a su trabajador y ex novio.
Usami estaba comenzando a hartarse enserio y hasta estaba a punto de mandar al diablo a aquellos ejecutivos, pretendiendo decirles, que si algún día iban a colocarse serios, le mandaran un editor, pero que no se fueran a atrever a culparlo por el retraso en el manuscrito. Pero antes de poder abrir la boca, su celular comenzó a sonar capturando la atención de todos.
***
Estaba justo frente al edificio de la editorial Murukawa, la editorial que distribuía las obras de su acosador tutor.
Misaki había llegado allí con la ufane intención de encontrarse con Usami, puesto que tras unas cuantas horas de pataletas e insistir e insistir, había terminado aceptándole la invitación a almorzar. Pues bien era cierto que el peliplata andaba muy estresado por la entrega de su manuscrito pero claro, el se lo había buscado por irresponsable.
Sacando su teléfono para llamar a Usami, espero que este le contestara para saber donde estaba y a donde tenía que ir para encontrarse e irse a almorzar no siendo demorada la respuesta del teléfono de Usami.
—hola.
—Hola… ya estoy aquí al frente de la editorial Murukawa— anuncio el castaño universitario, mirando a lo alto el imponente edificio que se alzaba al frente suyo un poco impresionado de la arquitectura del mismo, por lo que no se lo imaginaba tan grande.
—estoy en el cuarto piso en un gigante lio por culpa de Aikawa—se quejo entre dientes el peliplata bastante incomodo, eso podía escucharlo y deducirlo por el talante de voz que tenía en ese momento —.esto puede tardar un poco, ven aquí para que no me esperes afuera.
—ujum… voy para allá—anuncio, colgando el teléfono para guardárselo en el bolcillo. El hecho de escuchar a Usami tan molesto no le había gustado para nada, confinada con la idea de qué tipo de lio lo había podido mezclar Aikawa, por lo que bien sabia él, la pelirroja editora, más bien se dedicaba a que Usami no tuviera ningún tipo de problemas.
***
Los ojos esmeraldas de Onodera se deslizaban de un punto a otro en lo que escuchaba las razones de Takano por no dejarlo ir y las razones de Isaka para que lo dejara ir.
Se sentía como el pequeño peluche de esos hombres, decidiendo sobre él. Bueno, no tenía modo de quejas, eran sus jefes después de todo… pero si Usami le había pedido a el que fuera su editor era por algo ¿no?
—Takano san, entiéndanos por favor, es solo una medida provisional.
¿Medida provisional?, Onodera se giro a ver a Isaka confundido ante tal revelación. Tal como habían subido sus esperanzas de al fin salir del departamento de manga, el joven ejecutivo había destrozado aquello ante la idea de que en algún tipo de corto plazo tendría que regresar a Esmeral, sentía que las cosas no podían ser solo algo provisional. Tenía que esforzarse en el trabajo con Usami, tenía que ser lo suficientemente contundente como para impresionar a las directivas y al editor en jefe para hacer su traslado. Amaba ser editor literario y eso era lo que quería hacer.
—no se ustedes, pero cuando dejen de comportarse como una guardería, me pueden mandar al editor— regaño el escritor, que tras haber contestado a llamada y quedado a la expectativa de los hombres que discutían, el afán por encontrarse con Misaki había logrado que todo aquel embrollo con el editor y su patán jefe pasara a segundo plano.
Pronto para la atención de todos, cierto estudiante castaño hizo aparición llamando especial atención de Usami que le dedico una mirada cansada como quien no quería estar allí en ese momento.
—entonces me quedo sin editor y mirando para el techo ¿no?... ¿saben cuánto tiempo tardare en encontrar a otro editor? — cuestiono Takano, ignorando la llegada del nuevo muchacho esperando que las directivas de la editorial resolvieran su problema o más bien se abstuvieran de llevarse a Onodera con ellos.
—Takano san, abra alguien que pueda tomar el puesto de Onodera san en lo que Aikawa regresa de su licencia— intento equilibrar el editor en jefe de literatura, mas intentando que el jefe de editores de manga cediera… como se notaba que no conocía a Takano.
—¿puedo decir algo? — se digno a intervenir el editor castaño ya hasta el cuello de las nulas conciliaciones de ambos departamentos —.si se supone que es una medida preventiva, técnicamente no estoy abandonando mi puesto, simplemente me estoy trasladando a otra área y para ello soy totalmente autónomo de tomar una decisión que realmente a Takano no tiene por qué afectarle ¿no?
Todos se le quedaron mirando un segundo tras escuchar detenidamente sus palabras, no necesitaban analizarlas para darse cuenta que Onodera le estaba diciendo a Takano que estaba creando un problema donde técnicamente no lo había.
—yo no estoy desacreditando tu capacidad de decisión, Onodera. Pero hay trabajo y en tu caso mucho, necesito editores… el —señalo a Usami con un leve movimiento de su cabeza —necesita sacar su dichoso libro y nosotros necesitamos sacar los mangas de la próxima temporada… técnicamente no están arreglando un problema, solo lo están trasladando de departamento. Ellos obtienen su editor, pero el hueco de un editor faltante queda —explico siendo su argumento bastante contundente.
—¿en cuánto crees que puedes conseguir un reemplazo temporal para Onodera? —cuestiono Isaka dispuesto a prácticamente aprobar el ingreso a la editorial de manga del primer idiota que necesitara el puesto.
—si es alguien con experiencia tal vez una semana— contesto Takano.
—¿y sin experiencia?... porque Onodera no es exactamente alguien con recorrido aquí, no te matara seguir el entrenamiento en alguien más…—replico Isaka.
—por qué no más bien piensan en cuanto tardaría… el—señala al jefe del departamento de literatura —.en conseguir un editor para el eminente Usami.
—por que yo no quiero otro editor, quiero a Onodera Ritsui—las palabras de Usami descolocaron a todos los presentes, ninguno a esas alturas se hubiera esperado que el mismísimo Usami mandara al diablo con sus ideas a Takano quien desvió su mirada de Isaka al escritor, rápidamente notando al universitario acompañante de este que no había notado siquiera.
Ese cabello castaño, esos ojos verdes… esa contextura delgada, esa expresión de desorientado, le recordaron a Onodera en sus años de secundaria. Quedándose un segundo en silencio antes de replicar.
—¿Qué dijiste? — exhalo componiéndose de su momentáneo desconecte.
—Que quiero a Onodera como editor…—repitió talante el peliplata dirigiéndose ahora a la razón del por qué peleaba con el pelinegro —¿entonces?... necesito un editor, ¿Qué dices?
Takano se giro a mirar a Onodera esperando también su respuesta, esperando que dijera que sí.
—bueno, me preocupa dejar a Takano así con todo el embrollo del ciclo— admitió el castaño siendo justo, pero valla sino había notado que el pelinegro estaba a punto de explotar y no se mediría en lo que diría.
—No importa, adelante, ya que, cualquiera puede hacerlo —se giro a ver a Misaki un segundo antes de continuar, señalándole ligeramente con un movimiento de su mano —hasta el podría hacerlo… inútil o no necesito editores aquí y como dijo Isaka, tu inexperiencia te hace fácilmente reemplazable.
Las palabras de Takano, le dolieron, no porque las dijera él, sino que jamás lo habían tratado de esa manera ante algo que él le había colocado tanto esfuerzo. Pero el castaño ni siquiera notaba la amargura y la rabia en la voz de Takano.
—Entonces que el chico tome el trabajo de Onodera en lo que este reemplaza a Aikawa en su licencia— sugirió Isaka vislumbrando una posibilidad de arreglo —como te dije Takano san, solo es provisional.
Ante las palabras de incluirlo como editor de manga, Misaki vio en ello la posibilidad de algo que hacer aparte de cuidar a Usami y la universidad. Necesitaba dinero y maldita sea, era adorador de los mangas, participar en el proceso de creación de uno había sido uno de sus más grandes sueños.
—no lo hará— negó de inmediato Usami sorprendiendo a todos —.Misaki tiene que concentrarse en la universidad.
—¡oye! — regaño Misaki nada dispuesto a dejar que el peliplata se interpusiera en aquella oportunidad de oro. Claro que sabía que lo hacía más por celos que por cualquier otra razón y el no dejaría que este le arruinara el momento.
—Bueno, Onodera tiene trabajo aquí…— alego Takano al ver que el peliplata se había vuelto a la misma defensiva en la que el estaba.
Misaki y Onodera estaban desgonzados de hombros y con expresiones de fastidios tales que casi que se podía leer lo mismo en ellas. Al fin ambos sin siquiera hablarse habían concordado en que todo se trataba más en una pelea de poderes que en el simple hecho de un reemplazo de un editor. Ninguno de los dos hombres pretendía perder.
—Señores, por favor, estamos para resolver el problema, no para agrandarlo—intento calmar los ánimos Isaka pero casi parecía que había sido ignorado por el pelinegro y el peliplata que se estrangulaban con sus miradas.
—Usagi, creo que el único que puede decidir en tomar el puesto temporal o no soy yo —intervino al fin Misaki. Si bien era cierto que el escritor peliplata era difícil de llevar por las malas y por las regulares, tal vez siendo el por las buenas conseguiría hacerle ceder —.me gustan los mangas y realmente no tengo problemas en tomar el empleo de manera temporal, después de todo me falta poco para comenzar las vacaciones.
—Tienes que estudiar mucho, no te fue muy bien este semestre— alego Usami sin querer dar su brazo a torcer.
—tú necesitas un editor, y el —señala a Takano —.también lo necesita… si es una vista provisional no veo el problema, yo trabajo en el puesto del editor que necesitas, el reemplaza a Aikawa y todos felices. Por favor no decidas por mí.
—el tiene razón —concedió Onodera —.y bueno puedo estar al pendiente del muchacho mientras tanto, así técnicamente no estoy abandonando mi trabajo, solo estaría recibiendo ayuda extra.
Takano se quedo mirando fijamente a Onodera unos momentos, si bien ya había llegado a un punto donde no había marcha atrás, la idea seguía sin simpatizarle en lo mas mínimo. Por su parte Usami se miraba con Misaki, leyendo en sus ojitos esmeraldas la suplica de que no interfiriera sus celos y su ente posesivo en algo que él veía como un sueño cumplido. Suspiraron al tiempo Takano y Usami.
—bien, de acuerdo. El chico se queda, pero no seré blando con él, así que mira a ver como lo ayudas— le advirtió Takano rindiéndose al fin.
—De acuerdo, Misaki tomara el puesto—cedió Usami rendido a los ojos de su universitario. Odiaba cuando lo miraba con expresión de borreguito medio muerto.
—Qué bueno que pudimos llegar a un acuerdo— dijo aliviado Isaka dirigiéndose de inmediato a Misaki —.bienvenido.
—Gracias — respondió el universitario
—Onodera ¿en cuánto crees que podrás cogerle el ruedo a Usami? — cuestiono el editor en jefe de literatura esperando salir de la próxima producción cuanto antes mejor.
—No tardare—declaro el aludido con confianza —.no es la primera vez que trabajo con Usami sensei.
Ante tal revelación del chico, todos los presentes clavaron sus ojos sobre el editor castaño que leyó de inmediato que todos esperaban una explicación del por qué declaraba aquello, especialmente de Usami que terminaba de confirmar sus sospechas de que no le recordaba de nada.
—cuando Usami comenzó su carrera, llevo dos o tres de sus manuscritos a la editorial donde trabajaba y el cual soy hijo del dueño…—dijo un poco incomodo de recordar que su padre era dueño de una editorial —.yo edite esos primeros trabajos por lo que se perfectamente cómo lidiar con él.
Usami se quedo pensativo un momento, no tardando en recordar a su primer editor, el que tantos concejos le había dado, no tardando en darse cuenta que como decía el castaño, eran la misma persona. Si bien había crecido un poco mas y su cabello estaba un poco más largo, si que era cierto que si era aquel muchacho.
—“es por eso que se me hacia tan conocido” —pensó Usami —.entonces no tengo por qué ser amable contigo— declaro encendiendo otro cigarrillo.
—bien, Onodera, sígame, para entregarle todo lo que Aikawa dejo como pendiente— le pidieron para que el castaño no tardara en tomar sus cosas ignorando las pesadas miradas de Takano que mas resignado a otra cosa, veía como perdía al castaño de a pocos.
—¿Cómo te llamas? —pregunto el pelinegro dirigiéndose a Misaki.
—Misaki Takahashi— respondió un poco titubeante, tal vez porque Takano no estaba en sus mejores momentos y se le notaba bien bastante molesto.
—mañana tráeme tus horarios de clases, investiga sobre mangas y ediciones y trae tu trasero aquí a las ocho de la mañana.
—si… claro…—trago saliva muy nervioso, algo le decía que las cosas no se iban a colocar fácil.
Takano le dedico una última mirada retadora a Usami como este a la vez había hecho lo mismo. Ambos se advertían sin pronunciar que si llegaban a excederse con alguno de los dos castañoss se destruirían mutuamente.
—“engreido” — pensó Takano no mas regresarse a su escritorio.
—“patan” —pensó Usami, saliendo de allí en compañía de Isaka, Onodera, Misaki y el jefe de literatura.