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No una vez mas! por Evan_Lylu

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Inocente?

Eras apenas las 6 de la mañana y ya estaba en sus manos el maldito permiso firmado por el juez. Podía entrar a la vivienda del jugador y estudiar el lugar de los hechos.

¿El apartamento? Eso era todo menos un apartamento, era grande, un mansión demasiado grande para dos persona. Ubicado en unos de los mejores lugares de California. Contaba con un salón sala, estancia de invitados, una amplia cocina, comedor, una salón de juego, una cancha de baloncesto, un amplio jardín, varias recamaras, un estudio, y jacuzzi, baños lujosos y una piscina. Lo que dos estrellas deportivas podían pagar.

Antony Sommer era un gran deportista, a sus directivos les importaba poco su carácter explosivo, siempre y cuando les llevara a ganar el súper tazón en dos ocasiones seguida, era joven pero un gran elemento para los Delfines de Miami.

De Kaede podía decirse lo mismo, solo que aunque el baloncesto tenia muchos seguidores, la NBA no se comparaba a la NFL mas cuando era temporada de Super Bowl, sin duda los ejecutivos del equipo estaban molestos e indignados con Kaede Rukawa, sabían de sus preferencias, y añeja relación desdés hacia mucho tiempo y los varios escándalos que habían tenido que tapar por no perjudicar a su novato estrella, un jugador con un contrato millonario.

La NBA, tampoco se quedaba corta, Kaede era un jugador prodigio para los Lakers, y habían tenido que ocultar varias indiscreciones de parte de Kaede también para que el joven prodigio siguiera en su equipo. En una ocasión el joven japonés había suspendido su contrato por 1 mes, en vista de un “accidente” como habían alegado a la prensa, pero que era claro que ese accidente tenia nombre “Antony Sommer”, había golpeado al jugador hasta casi romperle el brazo derecho. Kaede hasta entonces había corrido con suerte por que no le habían quedado secuelas, pero las fotos de su estado habían salido en una que otra revistas amarillista. Los entrenadores del japonés le habían advertido que dejara al jugador y que se centrara en su carrera, ya que no siempre estarían para ayudarlo. Pero Kaede simplemente ignoraba sus concejos. Y estos se quedaban sin palabras al verlo desempeñarse en la cancha como todo un dios del baloncesto.

Ahora que ambas firmas deportivas estaban atadas de manos, no podían decir nada mientras esos dos jugadores les remuneraran créditos elevados. Contratos millonarios, entonces, la bomba había salido del anonimato, y la repentina muerte de Antony Sommer no pudo quedar impune. Los abogados del coreback de los Delfines de Miami querían justicia y los familiares igual.

- Veo que quien te contrato tiene buenas influencias dentro del medio… - dijo una voz ronca tras la espalda del abogado.
- Se giro para toparse con un alto hombre de piel negra, rapado y con una tatuaje trivial en el cuello, portaba pantalones de mezclilla y una camiseta blanca, sobre esta una chamarra de cuero, tenis y un cigarrillo entre los labios. Le vio de pie a cabeza, su nombre - Mauri Fisher! jh… - su cuerpo tenso se relajo al ver de quien se trataba. El detective a cargo del caso. Era joven, unos 29 años, pero bueno en su trabajo, el mejor tal vez. Rudo, hombre de armas tomar. Y siempre tras sus pasos. - No imagine que continuaras en el caso.
- Y no estoy en el, créeme - dijo sujetando entre sus dedos el cigarrillo, llevándose una mano al bolsillo del pantalón y caminando por la sala del lugar, estaba tal y como debería estar después del atentado, la sangre en la alfombra, los muebles tirados, era un desastre… el lugar de una batalla.
- Que haces aquí entonces…- pregunto inquieto, ese tipo no le agradaba mucho.
- Para mi conocimiento, el caso esta resulto… ese japonés es acusado de homicidio en primer grado, no sale ni bajo fianza. Es culpable de los hechos – dijo con alarde abriendo los brazos con fin de mostrar el desastre.
- Fue en defensa propia. – alego entre dientes.
- El policía le regreso a ver, con esos ojos avellana que parecían rojos y esa boca torcida en un gesto de desagrado - lo dices por que es tu cliente… “fiscal”
- Digo lo que es y lo que veo en la escena del crimen – Si, era fiscal se supone que era un defensor de los inocentes, pero había tomado ese caso por que el joven en verdad parecía inocente. Miro en derredor extendiendo los brazos - …l intento defenderse de un ataque…
- Y el arma genio? Que hacia en su poder un arma? – alardeo burlón – Si a mi me atacan, demonios!! Tomo cualquier cosa – gruño sujetando un trozo del florero – y con eso me defiendo!! – Alex cerro los ojos en acto reflejo, ese policía estaba loco! Pero entonces le escucho mucho mas cerca y quedamente decir – No voy… por un arma y acabo con ese bastardo conciente de que cometo un crimen… - susurro viendo el pálido rostro del abogado.
- el abogado abrió los ojos para ver esos ojos avellana aun mas cerca, paso saliva y serio agrego, intentando calmar su corazón – No todos actúan como tu, Fisher… Últimamente muchos tienen armas en su casa…
- Cuantas tienes tú bajo permiso…?
- Yo no… jh… - le vio molesto, odiaba a ese tipo y su raciocinio de hallar a todo mundo culpable.
- Alexander, no seas ingenuo… veamos! - miro alrededor razonando un poco, luego se acerco a la puerta, toco la madera de esta donde estaba la alfombra luida. - El llego ebrio, según las pruebas que le hicieron… se tambaleo en esta parte - dijo señalando un jarrón roto en el piso. Miro al frente a un metro - tu cliente se encontraba en ese sofá, al parecer estaba solo, los de servicio tomaron el día… según informes… el… se encontraba… leyendo tal vez… ó…. - susurro caminando al sofá donde estaba un libro tirado, lo levanto, era bueno que nada se hubiera movido del lugar por ordenes del perito a cargo del caso. Tomo el libro y Alexander gimió acercándose.
- No, no podemos tocar nada…
- Fisher tomo el libro sin tomar en cuenta sus palabras y frunciendo el ceño miro las páginas, era al parecer un libro de ciencias económicas, nada interesante, pero había una página arrugada y que al parecer tenía anotado con pluma negra un número celular. - el se encontraba aquí, al teléfono… había una llamada o… estaba al teléfono cuando Sommer llego! - cero los ojos imaginando la escena. Alex le miro serio.

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Kaede tomo el libro, paso las hojas nervioso y encontró la pagina con el numero telefónico, tomo el teléfono y marco desde el sofá. La puerta sea abrió y giro asustado soltando el libro y el teléfono, en eso se escucho la voz de alguien preocupado. Antony ingreso tambaleante y choco contra el buró del recibidor tirando un costoso florero negro, Kaede le miro asustado pero el rubio le soltó un golpe al rostro tirándolo..

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- Discutieron aquí… lo arrojo a la mesa de te – había sangre en una de las esquinas, era fácil notarlo ya que era blanca- se golpeo en la nuca…
- la nuca, en el reporte medico aparecen golpes en varias partes de su cuerpo, pero una contusión en su nuca… un golpe, creí que había sido propinado con el arma… pero…
- Fisher le miro serio y luego sonrío de lado - Eres lento Alex… - bromeo arrogante.
- Alexander le vio molesto - Si no es tu caso que haces aquí..?
- Ya te lo dije, te vi entrar y quise ver que hacías… para mi el caso esta resuelto… - dijo serio cuando a lo lejos vio una pequeña cámara, casi imperceptible al ojo humano. Camino hasta la esquina de la habitación y tomando un banco subió sobre este para cerciorarse de lo que era en verdad - Oye abogado…
- Que…? - pregunto Alex sin verlo mientras tomaba nota del numero que se marcaba en el libro.
- Creo que no estabas enterado de que había cámaras en la mansión.
- No hay cámaras, los peritos buscaron muy bien y no encontraron nada parecido. Hasta extraño les pareció – continúo hablando sin verlo, tocando la página del libro tenia unas cuantas gotas de agua… ¿lagrimas?
- Son estrellas del deporte… y esto no es un adorno. - dijo bajando del banco para caminar donde se encontraba la habitación.
- Le vio caminar aprisa y subir a la que era supuestamente la habitación principal. Lo siguió entonces y le vio adentrarse a la recamara, donde se toparon con una enorme habitación, y un aparato de televión de primera. Tomo el mando de este y la encendió.
- Que haces…?
- Te digo que hay cámaras… mira… - cambio y cambio hasta dar con la señal. Y sorpresa, había cámaras en todo el lugar. Incluso en la cocina y el baño. - Que mente mas retorcida la de los deportistas.
- Hay que ver que tipo de gente hay… - Alex se sentó en la cama, la cual estaba revuelta y había aun sangre en esta, al percatarse se levanto dándole la espalda a Fisher que en ese momento daba con lo que buscaba.

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-AAAAAAAAH!! - un gemido lastimero…
- Te duele? Te dolerá mas…!! - murmuro la voz dentro de la pantalla.

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- Alexander giro a ver la pantalla, Fisher tenia los ojos abierto de asombro.

En la pantalla aparecían Kaede y Antony en una situación muy comprometedora, el rubio tenia al japonés atado de manos a la cabecera de la cama, el japonés presentaba muchos golpes y la sangre escurría entre sus piernas, mientras que solo se miraba la espalda del rubio y esos movimientos que no dejaban nada a la imaginación, por que el caso era que se lo estaba jodiendo de una u otra forma.

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- AAAAAAAAh, ya… basta… por favor… detente, me lastimas… jh…Antony,… jh… - gimió lastimeramente el japonés con los ojos inundados en lagrimas.
- NOO ! Te vi… ni pienses en engañarme… hijo de puta, tu eres Mio, solo Mio… antes te mato a que me dejes por un amarillo que no te dará lo que necesitas…- decía mientras le embestía con fuerza y mordía su cuello.
- nooo jh… basta… no puedo… jh… Antony, por piedad me lastimas… jh…
- CALLATE- le abofetea, casi noqueándole…

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- Quita eso - grito el abogado sacando del trance al negro detective. Este reacciono y viéndole en ese estado alarmante apago el aparato - Oye relájate, no me digas que jamás habías visto algo como eso…
- Um… pero, no es el hecho de ver algo así… solo… eh visto a ese joven… jamás imagine que su estado anímico se debiera a eso… ese chico ha sido destrozado. Jh… - aparto el rostro, no quería parecer débil frente a ese hombre pero no pudo evitar sentir nauseas y corrió al baño a sacar lo poco que tenia en el estomago.

El negro se encogió de hombros y volvió a encender la pantalla, escucho como el abogado sacaba hasta la bilis y decidió bajar el volumen, atraso el video y cambio de cámara, encontró que había varios días de grabación y que todo estaba muy bien programado, encontró el día del asesinato, no había nada en la recamara, las horas estaban, todo había comenzado a las 15:19, de un día de abril.

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En el hospital, Kaede miraba a la nada recostado en la camilla, suspiro cansado y se acomodo de lado acurrucándose como un pequeñito. Cerró los ojos sin poder evitar recordar como había sucedido todo.

------------------recuerdo----------------

- Hey Rukawa, acaso conoces al nuevo proveedor del equipo, ha dado una buena suma a la causa.
- No, pero dicen que es un niño rico… esas personas no saben que hacer con su vida.
- pues dicen que viene de Japón…
- Japón…? - pregunto interesado…
- Así es… bueno nos vemos mañana… que descanses.

Se quedo solo, usaría las duchas ya que seguro que al llegar a la mansión, Antony no le daría chance de ducharse… y seguro que les daba el día a los de servicio para estar solo, como siempre que ganaba un encuentro.

Se tomo su tiempo, y cuando al fin salio con rumbo a su casa, alguien conocido se topo con él, le miro serio y asombrado al mismo tiempo, era… mas con esas fachas no le hubiera reconocido si no fuera por ese escandaloso tono de cabello, portaba gafas oscuras y un traje muy costoso.

- Rukawa…!
- Do’aho? - susurro el vendito apodo que le había concedido en su tiempo de preparatoriano.
- jajajajaja, valla Kitzune… tantos años sin vernos y veo que no me has olvidado… hay que ver, te ha ido muy bien…
- Kaede abrió los ojos asombrado y se acerco a él viéndole de pie a cabeza - Eres el señor Smmit?
- Bueno, ahora si… ya que mi padrastro me ha dado su apellido. - pauso un momento viendo al moreno con picardía, se notaba que estaba impactado - Llevas prisa…? Te invito a cenar… te parece?
- Ah… - cerro la boca y se paro mas tenso aun - yo… no puedo… tengo que… jh… Do’aho, no puedo creerlo…! Te has vuelto un hombre millonario… pero.
- Si quieres saber como, acepta mi invitación… - le dijo en un tono coqueto, quitándose la gafas.
- Es que no puedo, no ahora, llevo prisa… cielos… ah…
- Te has hecho un hombre expresivo Kitzune… bueno, será en otra ocasión te parece… - dijo acercándose galante a el, Kaede se sonrojo, pero el pelirrojo tomo un libro que sobresalía de la bolsa de Kaede y abriéndolo a la mitad tomo una de sus plumas de lujo, y anoto un numero. Kaede no dejaba de verle con asombro. - toma, cualquier cosa ese es mi numero, te daría una de mis tarjetas… pero seguro la pierdes, para traer ese libro en tu bolso, veo que le pones mucho interés, así cuando le abras te acordaras y me llamaras… bueno, nos vemos… - dijo dando la vuelta y dejando a Kaede plantado en el lugar sin saber que decir. Después de un rato bajo el rostro y miro su libro. No podía salir del asombro de ver a ese pelirrojo alborotador, como todo un hombre distinguido, apuesto y millonario, todo un hombre de negocios. - Sakuragi… jh…

Actual

Solo lo había podido ver unos instantes el día anterior, cuando su teléfono ya estaba sonando, debía continuar con su agenda. Por algo su padrastro le había acogido como si fuera su hijo de sangre, y eso era por su capacidad para aprender las cosas y su carácter.
Le miro por los cristales, era casi religioso ahora verle. Todos los pacientes de ese lugar estaban locos, sonrío de lado al ver a su Kitsune sentado en uno de los sillones, mirando hacia la ventana. No, su Kitsune no estaba loco, solo trastornado por la culpa.
Giro sobre sus talones y salio del hospital sin hacer mas. A la salida una limosina blanca le esperaba, el chofer le abrió la puerta e ingreso colocándose unas gafas oscuras, esta vez no iba de saco y corbata, portaba unos pantalones de satín negros, una camiseta de cuello V blanca y una chamarra negra.
- Que tengo pendiente para hoy, Alejandra?
- A las 12 hr tiene el almuerzo con sus padres. Y mas tarde a las 14:30 la video conferencia en la sede, del Rivert.
- Bien – suspiro recargándose del respaldo para perder su vista por la ventana - Le hicieron llegar el permiso firmado, al abogado Maxwell?
- Si señor, a primera hora. – dijo toda seriedad la joven asistente.
- Perfecto, quiero que me informe todo lo referente al caso.
- Señor...? – Pregunto viéndole – Si me permite comentarle… - Hanamichi la regreso a ver serio – Lo siento, pero la presa quiere saber que relación le une al caso del Ala Pivot de los Lakers…
- Amistad, Alejandra. La presa no puede solo tragarse sus preguntas… tengo pendiente una llamada con el Señor Salvatierra. Era para ayer… así que a trabajar. – dijo molesto.
- Si señor…

Mientras la joven asistente se encargaba de su trabajo, Hanamichi no pudo evitar recordad ese encuentro después de años sin verle.

Había ido al Golden State Warriors, por que tenia negocios que atender con los directivos del equipo de los Lakers. Jamás imagino toparse con Kaede ahí, no es que no estuviera enterado que jugaba para ellos, si no que jamás le paso por la cabeza tener un encuentro tan de frente, con su antiguo rival de amores y compañero de equipo.
----------------recuerdo------------
Verlo fue como revivir viejos fantasmas, vio que Kaede estaba mucho mejor de lo que recordaba, se notaba diferente, mas no sabia en que sentido, por que su rostro de porcelana aun lo mantenía, y esos ojos como azul tormenta aun mostraban la tempestad mas devastador que jamás había visto. Pero había algo, algo en el que había cambiado, su expresión, sus facciones mas finas y suaves.
- Te daría una de mis tarjetas… pero seguro la pierdes, para traer ese libro en tu bolso, veo que le pones mucho interés, así cuando lo abras te acordaras y me llamaras… bueno, nos vemos… -
No paso una semana, y justo cuando estaba en una de sus juntas, de esas que no pueden posponerse por nada, su teléfono sonó.
- Miro el número sin recocerlo, Alejandra se levanto para tomar el teléfono de sus manos y atender la llamada. No le dio importancia y siguió en lo suyo – No me interesa como lo consigan, quiero ese contrato en mi escritorio a mas tardar hoy. Quedo claro, mi padre no estará para negativas y yo no estoy para perder mi tiempo con sus peros…
- Señor… el joven Kaede Rukawa.
- Hanamichi sonrío de lado, viendo a su junta de incompetentes – Señores es todo, en una hora quiero el avance de la negociación…
Todos se levantaron saliendo, Alejandra le dio el teléfono y Hanamichi antendió con esa sonrisa aun bailando en su rostro.
- Tardaste mucho en decidirte… - regreso a ver a Alejandra y tapando la bocina del celular ordeno – Fuera, cerciórate que esos hombres me tengan el contrato listo para antes de la comida con mi padre.
- Si señor… - dijo saliendo de la sala de juntas.
Se paro de su asiento y con el teléfono en mano camino hasta el ventanal, viendo la ciudad.
- Disculpa, tenia algunos pendientes. Como estas Kitsune…? Ya te enteraste de la noticia, imagino.
- Me entere, pero es casi una grosería la suma que has depositado al equipo.
- Estoy próximo a hacer un negocio mas remunerador… tienes planes para esta noche…?
- La verdad no, que sabes de Kanawaga…
- Podemos vernos y hablar de ello… te espero a las 7 en el hotel Madison.
- …. Bien…

No había sido difícil concertar una cita… y no había sido difícil llevarlo esa misma noche a la cama… lo que no sabia era por que había sido tan fácil.
--------------- fin del recuerdo------------

- Señor?
- Reacciono perdido, se había ido por mucho tiempo? No, al parecer no tanto.
- El señor Salvatierra, dice que hablara con usted en su apartamento de los Ángeles, hoy a las 5.
- Perfecto… dile que ahí estaré.
Bueno, ya tendría tiempo de preguntarle cuando le sacara de ese manicomio, y lograra que no le llevaran a prisión por homicidio imprudencial. Temía que todo ese desenlace se debiera a ese encuentro que había tenido con el Comeback de los Delfines. Por que jamas imagino que llegara a todo eso.
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Continuara….

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