Lo volteó a ver malhumorado. Sólo pudo remitirse a pasar la mano por la nuca, mientras sonreía nervioso. Llegó tarde a su castigo de verano. Sasuke acomodaba papeles. Kakashi estaba detrás de su escritorio, pasando calificaciones.
- Llegas tarde, Naruto... otra vez - dijo el peliplata sin despegar la vista del papel sobre su escritorio - Es la tercera vez esta semana
- Lo hace un día sí y un día no - se burló Sasuke
- Cállate, teme - bufó el rubio, mientras se acercaba y comenzaba a acomodar papeles junto al pelinegro
- Muy bien, dejen de pelear y trabajen - bostezó Kakashi - Odio hacer esto...
- ¿Y por qué lo hace? - preguntó Naruto
- Iruka me obligó - suspiró, después sonrió y dirigiéndose a Naruto añadió: - siento que tengas que quedarte la ronda que viene...
- ¿Hm? - vociferó Sasuke, sin entender
- Me quedaré la semana que viene también - dijo Naruto, sopesándolo
- ¿Ah, sí? - inquirió el azabache intentando ocultar su evidente desilusión
Por primera vez, Kakashi levantó la vista hacia Sasuke. Notó en su rostro algo distinto que no vio en los días anteriores. Un toque de desencanto tenía su mirada. Como si se hubieran frustrado sus planes. Él llegó a pensar más de una vez que Naruto y Sasuke salían, pero tras observarlos algunas veces en clases se dio cuenta de que no era así. Qué lástima. Suspiró y volvió a su tarea.
Naruto podía parecer despistado pero también pudo percibir que Sasuke ya no tenía el mismo estado de ánimo. Fue tan repentino el cambio que casi se podía sentir esa aura extraña y pesada, tan palpable. Muy notorio. El rubio lo observó, estuvo a punto de abrir la boca para hablarle, pero Sasuke lo interrumpió:
- No hables y déjame trabajar
Ahora estaba irritable. ¡Vaya, qué voluble! Inmediatamente después de la respuesta del pelinegro, Naruto y Kakashi cruzaron miradas, extrañados.
Iba a ser un día largo...
Qué bueno que ya era viernes. Toda la semana haciendo lo mismo, era tedioso: Acomodando papeles con los grupos de segundo y tercer año. Iruka sólo pasaba las calificaciones del primer grado. Viéndolo desde cierta perspectiva era equilibrado: Iruka no tenía ayuda, pero sólo pasaba un solo grado; Kakashi se ocupaba de dos grados, pero contaba con Naruto y Sasuke. Naruto dividía a los de segundo y tercero; y Sasuke los dividía por grupos. El trabajo durante el día se volvió más desgastante, porque el silencio era abrumadoramente incómodo. Al rubio le pareció eterno, pero finalizó pronto ya que terminaron antes su parte y Kakashi los dejó ir.
Sasuke se dirigió a una esquina de la oficina y tomó su mochila, pero lo hizo mal, porque su contenido se vació en el suelo. Naruto acudió en su ayuda. Había un cuaderno y el pulcro estuche de sus lápices, pero... ¿y eso? El rubio sonrió.
- ¿Invitarás a tu novia? - preguntó, mostrándole a lo que se refería. Sasuke frunció el entrecejo y le arrebató bruscamente esos pedazos de papel
- Yo no tengo novia, dobe - dijo el pelinegro, molesto
- Oh, lo siento - sonrió - Algún día llegué a preguntarme qué música te gustaría, debí suponer que esta iba más con tu personalidad...
Sasuke lo miró serio. Era raro siquiera imaginarse al dobe pensando en él de esa manera, y no para maldecirlo, más bien sólo para pensar en él... Soltó una pequeña risa.
- No tengo con quien ir - dijo - De hecho, quería invitarte.
Naruto se sobresaltó. ¿Invitarlo? Qué cosas tan raras decía Sasuke a veces. El pelinegro sonrió levemente.
- Ya sé que te podría parecer aburrido, pero... - se vio interrumpido
- ¡No! - exclamó, nervioso - Claro que no... No es mi tipo de música, pero podría... podría acompañarte...
- Eso estaría bien
Kakashi los observaba en silencio. Sí, ¡qué lastima! No hacían tan mal pareja. Y hasta cierto punto sus discusiones eran hilarantes. El peliplata sonrió y se levantó de su silla mientras alistaba algunos papeles. Sasuke y Naruto voltearon súbitamente a verlo.
- Vamos, chicos, ya váyanse - dijo, amistoso
- Bien - sonrió el rubio
- Oh, Sasuke - le llamó Kakashi
- ¿Sí? - volteó
- ¿Cuándo es el concierto? - inquirió
- El viernes que viene - respondió, extrañado
- Dejaré salir temprano a Naruto, entonces - dijo - Para que lleguen a tiempo.
Ambos se quedaron en silencio. Kakashi les sonrió, intentando hacerlos sentir seguros, entonces ellos devolvieron el gesto tenuemente. El peliplata se despidió de ellos. Salieron de la oficina. La escuela estaba silenciosa, sólo se podía oír el eco de sus pasos. Al acercarse a una bifurcación alcanzaron a escuchar ruido de construcción, provenía de la parte trasera de la escuela.
- ¿Qué estarán haciendo? - preguntó el rubio
- ¿Quieres que vayamos a ver? - dijo neutro, Sasuke
- Sí - respondió
Se desviaron hacia la parte trasera. Los ruidos obviamente no estaban dentro de la escuela, así que al encontrarse con una puerta, la abrieron. Varios hombres trabajaban en una construcción que quedaba por debajo del nivel normal del suelo. Se dedicaban a echar concreto en el gran espacio. El motor del camión de mezcla era lo que habían escuchado en los pasillos. ¿Una...?
- Alberca... - una voz interrumpió sus pensamientos. Era Iruka
- ¿En serio? - Naruto sonaba entusiasmado
- Sí - Iruka sonrió - Y no deberían estar aquí, ya váyanse.
- Muy bien - dijeron ambos al unísono
- Iruka-sensei - le llamó Naruto - ¿Para qué se utilizará la alberca?
- Entrenamiento de varios clubes - respondió - Incluyendo el de básquetbol y también para atletismo.
- ¿No... no se utilizará para algún deporte acuático? - inquirió
- Vamos, dobe - rió el pelinegro - dile...
- Quiero jugar polo acuático - soltó el ojiazul de golpe.
- Bien, Naruto - sonrió el profesor - Junta a tu equipo y a las reservas y el deporte puede que se una a los clubes deportivos
- ¿Es... es en serio? - Naruto realmente estaba contento
- ¡Claro! - exclamó - Aunque necesitarás el apoyo de al menos otro club.
- Sasuke... - el rubio miró al azabache, esperanzado
- Yo no soy el capitán del equipo, dobe - dijo
- Pero lo serás - sonrió - Y para entonces la alberca y mi equipo estarán listos
- Naruto, el apoyo lo decide el jefe de comité del club de básquetbol - dijo Sasuke - y por ahora... no tenemos ninguno
- Lo tendrán, Sasuke - dijo Iruka - No creas que no nos estamos ocupando de eso. Para el próximo ciclo escolar habrá nuevo jefe de comité
- Gracias - sonrió el azabache
- ¿Ya ves? - exclamó el rubio - Ya hablas como el capitán.
Sasuke sonrió, nervioso. Iruka dejó escapar una risa. Pero si era tan obvio lo que dejaban traslucir sus ojos cuando se miraban. Tanto cariño y afecto. Por eso llegó a pensar que eran pareja. Tal vez sólo eran muy buenos amigos... Unos muy cercanos.
- Vamos, chicos, cerrarán la escuela - sonrió
- Sí - dijeron ambos
Se alejaron caminando, mientras bromeaban. Avanzaron hasta la salida. Aún no era tan tarde. Todavía no atardecía. Sasuke volteó a ver a Naruto, inquisitivo. Después miró derecho hacia la calle. Continuaron caminando por las calles en silencio. Pasaron a lo largo de una pared que estaba pintada con una partitura con sus notas. Sasuke recordó el concierto.
- Dobe...
- ¿Sí? - volteó a verlo.
- ¿Me acompañarás al concierto entonces? - preguntó el azabache
- Le pediré permiso a mis padres, ¿bien? - sonrió
- Sí, está bien - dijo
¤ • ¤ • ¤
- Claro, hijo - sonrió Kushina - ¿Cuándo es?
- El próximo viernes - respondió - A las cinco comienza
- Muy bien - dijo - ¿Qué dices, Minato?
- ¿Con quién irás? - preguntó el padre, sonriendo
- Con... - carraspeó - con Sasuke
- ¿A qué hora regresarán? - inquirió de nueva cuenta
- Tal vez a las siete - respondió
- Depende de si lo invita a comer, papá - Deidara siempre tan inoportuno
Minato rió y asintió, dándole el permiso final para que asistiera al concierto. Naruto se viró hacia su hermano, mirándolo aburrido. Deidara sonrió, nervioso. Sabía que a su hermano menor no le gustaba que bromeara con sus asuntos y mucho menos si se trataba de Sasuke. Naruto se fue hacia su habitación, ya estaba un poco cansado. Subió las escaleras, se viró a la puerta de su recámara y la abrió. Al estar dentro, la cerró tras de sí. ¡Claro que juntaría a su equipo! Tomó su teléfono e hizo unas llamadas. ¡Sí! ¡Juntaría a su equipo antes de que acabara el verano! No podía dejar de pensar en eso.
Al terminar de hacer la última llamada, logró escuchar un par de golpes en su puerta. Estaba satisfecho, la mayoría le había dicho entusiasmados que sí. Al resto del equipo lo conseguiría volanteando en la escuela. Abrió la puerta. Su hermano estaba ahí en el umbral, sonriéndole.
- ¿Puedo pasar? - preguntó
- Sí - sonrió Naruto
Deidara se sentó en la cama, suspirando. Naruto se sentó en una de sus sillas.
- Quería hablar contigo - comenzó - en serio
- ¿Sobre qué? - preguntó
- Sobre Sasuke... - respondió tranquilo
- ¿Qué hay con él? - entrelazó las manos, bajando la mirada
- ¿Qué sientes por él? - cuestionó
Naruto alzó la vista y miró meditabundo a su hermano. ¿Qué se traía entre manos? Parecía muy serio como para hacerle una broma. Decidió mejor contestarle con sinceridad, después de todo, ese tipo de pláticas no se daba mucho entre ellos.
- Él es... - hizo una pausa - Es mi mejor amigo, y... yo... yo... supongo que lo quiero
- ¿Te gusta? - sonrió leve
- N-no... - negó con la cabeza - ¿P-por qué lo preguntas?
- Ah... es... curiosidad - suspiró y se acostó de lleno en la cama - Y... te lo pregunto además, porque así me pasaba con Itachi...
- ¿Cómo? - sentía un poco de calorcillo en el rostro
- Cuando lo conocí en la Universidad, ¿te acuerdas? - volteó a verlo: Naruto sonrió de lado - Me peleaba mucho con él, y todo el mundo preguntaba si estábamos juntos, justo como a ti te está pasando con Sasuke. Yo, por supuesto que me molestaba, tanto que ni siquiera me daba cuenta de las reacciones de Itachi, e incluso le dejé de hablar al principio...
- ¿Reacciones? - Naruto sonaba interesado
- Cuando superé las burlas, me puse a observarlo - dijo - se sonrojaba y estaba tenso, por eso no contestaba o sólo rezongaba... Aunque, claro, superé las burlas tiempo después, cuando me di cuenta de que me gustaba.
- ¿Cómo... llegaron a ser novios?
- Él fue el que se confesó, cuando yo planeaba hacerlo ese mismo día - sonrió - Sentí raro que me correspondiera cuando sólo se burlaba de mí, tan raro que no le creí al principio, creí que era otra de sus bromas. Pero llegó a decírmelo varias veces, hasta que entendí que era en serio.
- Vaya...
- ¿Tú recuerdas cuando conociste a Sasuke?
- Claro que sí - respondió
♣ • ♣ • ♣
Naruto se encontraba sentado en el sillón de la sala, junto con su padre y su madre a ambos lados de él. Su hermano, Deidara, caminaba de un lado a otro de la estancia, ansioso, como si fuera león enjaulado. Estaba nervioso. Había estado saliendo con un chico hacía tres meses, y la familia de éste vendría a conocer a la suya esa noche. El nombre del muchacho era Itachi Uchiha, y era simplemente encantador. Le había dicho que su familia estaba compuesta de su padre, su madre y su hermano menor.
Naruto, sin querer, bostezó. Deidara lo volteó a ver, furioso.
- Cálmate, hijo - dijo Kushina, sonriendo nerviosa - Siéntate. Todo va a salir bien. Estoy segura de que Itachi es un jovencito adorable.
- Lo dudo - se burló Minato
- ¡Papá! - le recriminó Deidara
- Es una broma, hijo, calma - sonrió
En ese instante, el timbre sonó. Deidara se sobresaltó y fue a atender a paso apresurado. Se logró escuchar un ligero barullo. Naruto pudo oír cómo su hermano les indicaba que pasaran. A la sala entró primero su hermano, seguido del que debería ser Itachi y el resto de su familia. Deidara comenzó por introducir a su novio. Después todos comenzaron a presentarse. Al final, la pareja presentó a sus hermanos menores.
- Él es Sasuke, mi hermano - dijo Itachi
- Y él es Naruto
Los dos chicos se miraron sin sonreírse y estrecharon sus manos. Después de eso, todos pasaron a la cocina para ir a cenar. Kushina había preparado sopa de miso suficiente para ellos y sus invitados. Mikoto, la madre de Itachi y de Sasuke, comenzó una plática con Kushina, halagándola por su forma de cocinar, el comentario fue secundado por su marido Fugaku, por Itachi y por Sasuke, que solamente sonrió concordando con las palabras de su familia. Naruto se extrañó, Sasuke no parecía del tipo de chico que fuera muy alegre, verlo sonreír era raro, aunque acabara de conocerlo. El muchacho volteó a verlo, al sentir su mirada.
- ¿Por qué me miras así? - le preguntó Sasuke de mala gana
- ¿Y-yo? N-no, por n-nada - titubeó, bajando la mirada
- Basta, Sasuke - le dijo Itachi - Lo pones nervioso
Naruto alzó la vista súbitamente, ruborizado. Sasuke dejó escapar una risa. Entonces, el rubio sonrió relajado. La cena continuó sin percance alguno. Las pláticas estaban mayormente centradas en anécdotas de la nueva pareja. Cómo se habían conocido, discusiones y ese tipo de cosas. Al terminar de comer, Naruto recogió los platos y Sasuke le ayudó a llevarlos a la cocina. El rubio los iba dejando sobre la tarja, mientras el azabache se los iba pasando.
- ¿Quieres que te ayude a lavarlos? - preguntó el pelinegro como si no quisiera hacerlo
- Si eres tan amable - respondió Naruto sonriendo
- Claro que lo soy - dijo Sasuke, altivo
Naruto rió, nervioso. No le había gustado del todo la broma ególatra. Solamente no le caía esa gente. Aunque Sasuke no se parecía mucho a su demás familia. Itachi era serio, pero no un patán. Fugaku, el padre, igual que su primogénito, era serio, pero amable. Y Mikoto, su madre, ella era simplemente encantadora, con su viva mirada y esa preciosa sonrisa. Pero parecía que Sasuke se comportaba así para no parecerse a ellos.
Comenzaron a lavar los platos. Naruto por un lado los limpiaba y Sasuke los enjuagaba por el otro.
- ¿Y en qué escuela vas? - preguntó el rubio
- En la del Centro de Osaka - respondió - ¿Y tú?
- La que está anexa a la Universidad de Osaka - sonrió
- Oye... - carraspeó el azabache - No quiero ser grosero, pero...
- ¿Qué?
- Eres muy escandaloso - rió Sasuke
- Ah - suspiró, conteniéndose de gritar - ¿Por qué lo dices ahora?
- No lo iba a hacer frente a todos, ¿verdad? - dijo
- N-no - respondió
- Además mirabas muy extraño a mi mamá - continuó
- ¿Eh?
- Como si te hubieras enamorado de ella - lo volteó a ver enojado. Naruto se sobresaltó y se ruborizó
- T-te equivocas - titubeó
- ¿Ah, sí? - exclamó - ¿Entonces por qué no le quitabas los ojos de encima?
- E-ella es... bastante linda - subió los hombros - ¡No como tú!
- No necesito tu aprobación, ¿sabes? - subió una ceja
- Qué irritable, ¿siempre eres así? - se burló el rubio
- Será mejor que te calles... dobe - remarcó la última palabra
- ¿Cómo me has llamado? - paró de lavar y cerró la llave del agua.
- D-O-B-E ¡Dobe! - exclamó, dejando el último plato para enjuagado sobre la escurridera
- Eres un teme - bufó el rubio - Lárgate de aquí, terminaré de lavar los platos yo solo
- Y tú eres un dobe y un fastidioso - le contestó - Y con gusto me iré, espero no volver a verte
- Idiota
- Ruidoso
- Patán
- Torpe
- Grosero
- Escandaloso
- Teme
- Dobe
En ese momento, la puerta de la cocina se abrió. Era Deidara.
- Sasuke, ya se van - le avisó
- Perfecto, gracias - dijo, mordaz - Espero no volver a verte
- Ya lárgate - se volvió a lavar los platos
Sasuke se secó las manos sobre la camisa de Naruto, mientras sonreía altivo. El rubio le dio un golpe en las manos, irritado, soltando un quejido. El pelinegro dejó escapar una altanera risa y se retiró de la estancia. ¡Pero qué irritante! ¡Ojalá jamás lo hubiera conocido! Pero Deidara se veía feliz, y no iba a arruinarle su relación con el hermano del teme sólo porque éste fuera un verdadero idiota.
♣ • ♣ • ♣
- ¡Oh, sí! - exclamó Deidara - Ya no me acordaba de eso. Cuando Sasuke secó sus manos en tu camisa, pensé que se habían gustado y después tú le diste un golpe tan tierno.
- ¿Tierno? - exclamó Naruto - Tonterías... En fin, después de eso ya no lo volví a ver, sino hasta empezando la preparatoria. Lo vi en el salón y me sorprendí, me molesté. Aunque él, comportándose como un patán. Luego lo vi jugar básquetbol junto con Shikamaru y me enteré de que ellos dos habían estudiado en la misma secundaria. Ahí, Temari comenzó a hablarme, y se enamoró de Shikamaru
- ¿Qué le verá ella? - preguntó su hermano
- Quien sabe - se rió
- Entonces, el viernes verás a Sasuke - suspiró
- Sí - sonrió
- En un concierto - su tono de voz cambió ligeramente. Se levantó de un brinco de la cama y pícaramente añadió: - En la noche... ¡Qué romántico!
- ¡Dijiste que íbamos a hablar en serio! - exclamó
- Pero si yo ya terminé - se rió y salió de la habitación
Naruto sonrió de lado. Esa plática con Deidara le hizo recordar muchas cosas. Le había hecho darse cuenta de lo que de verdad sentía por Sasuke. Tal vez no se habían conocido de la mejor manera. Tal vez él estaba de mal humor. Pudieron ser muchas cosas, pero al final terminaron siendo los mejores amigos, con sus discusiones y todo. Pero ahora, a Naruto ya no le parecía suficiente ser amigos. ¿Pero, cómo decírselo? Aunque ya se habían besado en dos ocasiones, el pelinegro insistía en que no le gustaba y que sólo eran amigos. Incluso él mismo se lo había dicho. Sólo amigos, nada más. Suspiró, cansado. ¡Tonterías! Había hecho muchas cosas, todas ellas bien. Ahora necesitaba a Sasuke. Lo quería. Y lo que Namikaze Naruto quería, lo tenía...