Adelante lo que sigue
- Por favor, di algo
- Y que se supone que quieres que diga?-preguntó de forma cortante, la cual me hirió un poco
Soubi me miro a los ojos y me hizo entender, que el herido ahí no era solo era yo, baje la mirada algo incómodo sin saber qué decir o que queria Soubi que dijera.
El esperó, en silencio hasta que tuviera algo que decir, porque sabía que sobre todo, quería oír lo que yo tenía que contarle, por lo que respire profundamente levante la mirada para empezar
- lo siento-empecé diciendo-sé que crees que actúe sin pensar pero no es así, esto ya lo tenia planeado desde el ultimo dia de clase-dije tan rápido que me sorprendió que Soubi me entendiera-necesitaba que arrestaran a Billy, ya que el…-me mordí el labio algo incómodo, aunque por poco la situación pudo haber sido mía, hablar de lo que le había pasado a Melodi, aun así la profunda mirada de Soubi me dio un poco de valentía para continuar o más bien empezar mi relato.
Soubi solo me escucho, atento a todo lo que tenía por decirle, a cuanta palabra o gesto que hiciera, todo; mi sueno, mi “premonición” y lo demás, ya cuando acabe me sentía agotado pero en cierta parte aliviado, era como si me hubiera aflojado alguna correa que tenía sujeta al corazon
- y eso es todo-dije casi sin aliento una vez acabe.
por un momento solo reinó un silencio sepulcral mientras Soubi subía su mano con extrema lentitud para acariciarme la mejilla
- Rit-chan, porque no me contaste nada de eso? Podría haberte ayudado y no habrías salido herido-me dijo con seriedad aunque pude distinguir en sus ojos esa mirada de tristeza que le provocaba la solo idea de perderme
- no quería molestarte, además creía que podía arreglármelas solo
- y qué hubiera pasado si de verdad te hubiera lastimado?-dijo frunciendo el ceño-pensaste al menos como me sentiria yo si te perdiera?
- gomene-dije con una mirada triste y estoy seguro que de haber tenido mi orejas estas estan caidas-pero la verdad eso no pasó por mi cabeza
- no?-me pregunto incrédulo
- claro que no Soubi-dije parandome en mis rodillas para quedar a la altura de su rostro para colocar mi frente sobre la suya-ya que tu siempre llegas a tiempo para protegerme
- y siempre lo haré-me dijo antes de acunarme el rostro entre sus manos para poder besarme con dulzura
quizás el final de la noche hubiera sido perfecto si nos hubiéramos entrado uno al otro, pero la verdad es que cuando las manos de Soubi bajaron acariciando mis costados, no puede evitar encogerme algo ante el dolor de su tacto, que aunque era suave, dolía por la paliza recibida, por lo que decidimos (Soubi decidió porque yo si quería continuar) en que lo podíamos dejar para luego, por lo que, en cuanto Soubi termino de hacerme la curación, nos recostamos uno junto al otro, con las manos entrelazadas y la vista en el otro hasta que nos quedamos dormidos
Tenía que admitir, que en cierta medida me agradaba este país, al menos su forma de hacer justicia; en menos de una semana, Billy ya está siendo juzgado por un juez de menores que para encerrarlo solo necesitaba un testimonio de una de sus víctimas; lamentablemente yo no podía justificar porque mis orejas las había tomado Soubi y no ese bastardo, por lo que en un momento me asuste y creí que todo lo que había hecho se echaría abajo, hasta que...en medio del juicio Melodi se colocó en pie y justificó ella misma.
Aquello me dejó más que sorprendido, pero a la vez me sentí muy orgulloso de mi amiga, gracias a que su acto de valor ayudó a que las demás víctimas justificarán y la más reciente de ellas (un chico menor que yo, de mirada caída y cabello color arena) dio las suficientes pruebas físicas para que Billy fuera encerrado por un largo tiempo.
De esta forma, puede sentir como si una oscura puerta en no solo mi vida, sino en la de muchos otros chicos se cerrará ante un brillante y espléndido verano...aunque mi aventura no acababa allí.
Finalmente Soubi, Zoe, Melodi y yo nos dirigimos a Japón a la boda de mi sensei, y he de admitir que jamas habia visto tal brillo en los ojos de Meloi (quien contaría con que ella era una otaku como su hermana mayor). Quizás aún le faltaría mucho para poder sanarse por completo, pero me alegraba el hecho de que pudiera pasarla bien de vez en cuando y que supiera que tenía un amigo en el que podía contar y que la protegería siempre que pudiera.
Con todo esto, Soubi y yo estrechamos aún más nuestro lazo, sabiendo que sin importar lo que se nos avecinaba, lo enfrentaremos juntos y que antes de cualquier suposición, siempre debíamos confirmar en nuestros, para no volver a pasar por un pequeño error de interpretación.
Fin