previamente en : En Lo Que Se Convierte El Odio
-Señor el Rey Fye D. Flourite de Rovers Ville está aquí- al decir eso el guardia, Kurogane giro sobre sus talones para poder contemplar a aquel rey que por fin conocería después de mucho negociar
- Así que por fin nos vemos Fye- decía Kurogane con aires de superioridad
...................................continuación...
Fye estaba como perdido, si bien era distraído, esta no era la ocasión, se había quedado impactado ante aquella figura, sus facciones eran algo rudas pero hermosas, su piel morena y sus cabellos negros y ante todo aquello unos ojos como rubíes, que remarcaban una perfecta y hermosa cara. Sus miradas se encontraron de repente cuando Fye se encontraba viendo los ojos del moreno, ante aquello, Fuego y Hielo chocaron, en ese preciso momento Kurogane, se encontraba caminando en dirección del Rubio que no había dicho ni una sola palabra desde que entro al castillo, al notar este acercamiento, ya que ya no se encontraban tan lejos ahora solo eran separados por unos cuantos pasos Fye reacciono.
-Si, por fin nos conocemos, supongo que es necesario para evitar la guerra- ahora Fye estaba en su papel como rey, para que aquel de mirada penetrante, no notara el nerviosismo de este ante su presencia.
-soldados, retírense – al tiempo hicieron una pequeña reverencia y salieron del salón – vamos, pasemos al gran salón
Fye solo asintió, se encontraba distraído debido a que cuando su mirada se vio reflejada en la de Kurogane su corazón se acelero, se sentía de mil colores y él sabía que lo que había sentido en ese momento era extraño, algo que nunca había sentido por nadie.
Entraron al gran salón, un salón sumamente amplio con unos enormes ventanales por los cuales se podía ver al jardín, la chimenea estaba apagada, tal vez en tiempo de frio o un día con mal clima estaría encendida, y los enormes sillones cubiertos por el más fino satén de color vino, todo combinaba perfectamente con el color negro y gris de las paredes y el piso.
Se sentaron en uno de los amplios sillones y Kurogane ya tenía ahí un servicio con él, no hacía falta llamar a alguno de los sirvientes para que les sirviera algo. (N/A: con servicio me refiero a uno de los carritos tipo hotel donde se tienen los vinos, o la cafetera y las tazas etc.…)
-Kuropon seamos razonables, Rovers Ville no necesita una guerra – hablo Fye mientras daba pequeños sorbos a una taza de té, que tenia entre las manos.
-Mi Nombre es Ku-ro-ga-ne lo comprendes -- valla que el rubio le estaba sacado canas verdes y eso solo por no decir bien su nombre- y además esto no solo ha sido decisión mía, los demás reyes dijeron que si yo no atacaba a tu país, ellos lo harían, así que pensé que tal vez entregarías voluntariamente el trono de tu país, y evitar derramar sangre- tenía una sonrisa de medio lado y en sus ojos se reflejaba una posible victoria cuando…
- y que te hizo suponer eso, Rovers Ville, no puede tener otro Rey- Fye sentía que si aquel de mirada profunda clavaba una vez más su mirada en él se derretiría, su nerviosismo estaba al límite y el café no ayudaba mucho…
Kurogane se acerco al ojiazul de una manera casi comprometedora y con una voz muy seductora le empezaba a susurrar cosas al oído, haciendo que el ojiazul se estremeciera…
-vamos te daré un recorrido por el castillo, y terminaremos de hablar después te parece…
Fye asintió y empezaron a caminar, llegaron al salón principal y subieron las escaleras en las que había visto por primera vez a Kuro.
Llegaron a un amplio pasillo en el que había varias puertas, la primera mostraba una amplia biblioteca, los libreros era altos y muy largos, llenos de libros muy antiguos y otros no tanto, al fondo al lado de otro ventanal un escritorio sumamente elegante estilo Luis XV, y no muy alejado del escritorio un diván sumamente amplio de color beige, era hermoso sin duda.
Y así recorrieron varias habitaciones la mayoría eran en si oficias o pequeñas salas, pero al llegar al final del pasillo se encontraron con una puerta dorada, con el escudo real. (N/A: el escudo real pff… bueno imagine uno típico las espadas cruzadas y así… :D)
Kurogane voltio a ver al rubio con malicia y con un movimiento lento abrió la puerta
-esta es mi habitación… - Kurogane reflejaba lujuria y ante esto el rubio no supo cómo reaccionar.
Y de pronto el ojiazul no supo cómo reaccionar, de pronto estaba acorralado, y tenía el rostro de Kurogane a tan solo unos centímetros del suyo, su espacio personal estaba siendo invadido, y aun en aquel trance Kurogane beso al rubio, era un beso lleno de pasión, no tardo mucho para que este regresara el beso dando paso a que la lengua de Kurogane recorriera toda aquella cavidad del ojiazul… después de unos segundos de aquel beso tuvieron que separarse por falta de aire, pero Kurogane no perdió al tiempo ya que guio al rubio hasta la amplia cama y en un brusco movimiento lo aventó hacia esta, Fye no podía creer que aquel hombre tuviera tanto poder sobre él, enseguida Kurogane se posiciono sobre suyo y le besaba y acariciaba por encima de la ropa, Fye solo se limitaba a disfrutar de aquellos besos que le ofrecía el moreno y se deleitaba recorriendo el cuerpo de Kurogane que de una manera perversa deseaba tener…
Poco a poco Kurogane se des hizo de el abrigo y el saco y la camisa que portaba aquel ángel de tez clara y rubios cabellos, Fye también hizo lo suyo y desprendió de su camisa a Kurogane, este iba lento con el ángel le besaba el cuello y recorría su torso con sus manos, Fye sentía que su cara ardía pero con cada gemido de su parte el moreno agarraba a este de forma más excitante, bajo del cuello de Fye para empezar lamer y succionar sin nada de delicadeza los pezones del cuerpo que ya aseguraba suyo pero… Fye salió del trance y trató de detener a Kurogane…
-de-de-de-te-n-te por favor – Kurogane hacia caso omiso a lo que el rubio pedía, era tarde ya no se detendría ante nada
Kurogane no paraba, como pudo Fye estiro un brazo hasta dar con la mesita de noche y encontrar una jarra con agua la cual atrajo a él y en un rápido movimiento de su mano, justo cuando la mano de Kurogane estaba por tocar la parte más sensible del ángel, le vació la jarra, generando con esto una furia en el moreno
-idiota, que es lo que has hecho – Kuropon estaba que no le calentaba ni el sol
Fye en un ágil salto salió de la cama, levanto su camisa y el saco y se vistió velozmente
-si sales ahora de aquí, la guerra será inevitable – Kurogane estaba conteniendo todo el enojo que tenia porque el ojiazul lo dejo ganoso
-lo sé, y lo siento… - Fye solo agacho la cabeza haciendo que el flequillo le cubriera lo ojos para que aquella imponente figura no viera, la tristeza y pasión o tal vez amor que se reflejaba en sus ojos- --nos veremos en el campo de batalla… Kurotan
Fye salió lo mas tranquilo que pudo de la habitación, pero al llegar al pasillo algo dentro le decía que corriera que saliera huyendo, todo lo que había querido evitar, pasaría, el sabia que eso pasaría por eso se encerró desde un inicio para que nadie lo conociera, para que sus deseos carnales, no llevaran al pueblo a la desgracia.
Corrió y corrió hasta que salió del castillo y ahí en el carruaje lo esperaba lealmente Shaoran, no le dirigió palabra alguna, se limito a subir el carruaje y ante esta acción, Shaoran subió al carruaje y condujo de regreso a Rovers Ville.
-no puedo creer lo que he hecho, o más bien lo que casi he hecho, no puedo sentirme más estúpido, dejarme seducir, por él, y ahora no puedo dejar de pesar en el, en sus ojos, en su cuerpo que parecía casi esculpido por cincel, debo de dejar de atormentarme con eso, necesito descansar para poder pesar con claridad si seguro es lo que necesito. – estos eran sus pensamientos hasta que…. Cerró los ojos y sin darse cuenta ya estaba dormido
+++++sueño de Fye+++++
Estaba apoyado en la orilla del lago que estaba al fin del sendero de arboles de sakuras y en eso, una figura de tez morena se sentó a su lado, no decía nada solo lo contemplaba pero en sus ojos había amor, Fye solo se limitaba a ver sus reflejos en el lago, hasta que aquella figura le rodeo por la cintura, sus cuerpos estaba juntos y una corriente eléctrica le recorría, ¿les recorrería a ambos el mismo sentimiento?
Kurogane agarro la barbilla del rubio con una mano mientras que la otra reposaba en la cintura del ojiazul y le atrajo con suavidad para que su labios se posaran en os del otro…
++++fin del Sueño++++
Entonces Fye se estremeció al recordar los labios del moreno sobre los suyos y despertó…
-así que no te sacare de mis pensamientos he Kurotan
En eso el carruaje se detuvo abrió ligeramente la ventanilla y vio su castillo, por primera vez en todo su reinado no se sentía más feliz de estar por fin en casa…
Se abrió la puerta y Shaoran anuncio la llegada al palacio…
-ya hemos llegado Rey Fye
-gracias por haberme llevado y traído Shaoran, no he sido más que una molestia – Fye seguía pensativo, su mirada estaba llena de mascaras, pero a pesar de ello, el Rey tenía una sonrisa en el rostro, como si en vez de dictar una guerra, se hubiera proclamado la paz mundial.
-No al contrario, fue un honor para mí, pero dígame que ha ocurrido, que es lo que le depara a Rovers Ville
-me temo que nuestro futuro, no es prometedor, Neo Ville nos ha declarado la guerra…
-pero como ha sido eso posible… usted no ha podido negociar…
-ante aquello Fye se quedo inexpresivo como les diría que las causas de que la guerra eran que o había querido entregar el trono y que aparte de todo no había correspondido el deseo del Rey de Neo Ville – Lo siento he hecho lo que he podido, pero como ya lo había mencionado sus intenciones desde un inicio eran de guerra no eran pacifistas.
Fye temía por eso, ahora de donde sacaría un ejército, como se presentaría ahora ante el pueblo (ya podía puesto que la maldición, se cumplió cuando les declaran la guerra XD), que razones de guerra daría. Todo eso albergaba la mente del ojiazul, y aparte de todo eso, seguía pensado en unos hermosos ojos rojos, y con cada recuerdo una extraña sensación se apoderaba de su estomago a caso ¿se había enamorado de Kurogane?
-está bien supongo que lo que dice mi esposa es cierto, las coincidencias no existen, solo lo inevitable, el que esta guerra se desatara ya estaba escrito.
-valla no había visto así las cosas, ahora tengo que pensar como reunir un ejército, Shaoran estoy casado lo mejor será irme a descansar para pensar en que es lo que voy a hacer
-está bien me retiro, cualquier cosa Sakura y yo estaremos dispuestos a ayudar
-hasta luego Shaoran
Fye se fue directo a su habitación, sabía que desde un inicio algo saldría mal, sin poder pegar un ojo a pesar del cansancio, se sentó en la ventana que daba al jardín, pensaba que tal vez si el muriera, se evitaría la guerra…
Veía como caía la tarde, siempre era lo mismo, amanecía, después llegaba la hora del crepúsculo, donde día y noche se unen, para por fin acoger a la noche, que para él era tan fría como su corazón… el nuca había podido enamorarse de nadie, el no quería a nadie, al contrario, se odiaba a sí mismo, como era posible que teniendo un corazón que latía, no pudiese amar, pero ahora algo nuevo había pero ¿Qué? Y ¿Por qué?, tal vez ahora por fin se habría enamorado ¿sería eso posible?