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ANHELADOS DESEOS por Sakyy

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Notas del capitulo:

Bién un avance mas del Fic, aunque se que tardo mucho en actualizar, pido una disculpa para quienes me leen.

Slam Dunk no me pertenece es de Takehiko Inoue, todos los derechos le pertenecen

CAPITULO 2: YO TE DARÍA

By Sakyy

  Las calles estaban vacías, la lluvia caía en un torrencial que parecía no iba a acabarse,  inhalo profundamente y exhalo, poso una mano sobre el cristal empañado, debido al frío que comenzaba a calar, dejando un rastro de su palma sobre el ventanal, sonrió ante esta sensación helada en su mano, pero su sonrisa no duro, se desvaneció cuando a su mente vino aquel recuerdo, poso su frente en el vidrio esperando que el frío le calmara aquellas ideas que le quemaban. Había sido una mala idea, una muy mala idea ir a parar a ese lugar, aunque tampoco esperaba encontrarse con Rukawa, como es que iba a saber siquiera que podría encontrarse a aquel chico en un lugar así, el por otro lado, visitaba muy a menudo esos bares nocturnos, solo para distraerse, distracción que lograba aun mayor si bebía un poco, jamás demasiado pero el alcohol era un liquido que calmaba su interior al menos por un momento.  


Tanto tiempo no había pasado, un mes exactamente, pero para él un mes sin comunicación era tan agobiante, ya se había acostumbrado a esas llamadas sorpresivas por parte del pelinegro, y claro que lo usual para él era contestar rudamente con un “Ahora que quieres”, actitud que no sabía cómo tomaba el otro, quizá ya estaba también acostumbrado a sus contestaciones, pero ¿Qué pensaría Rukawa  si tan solo supiera que Sakuragui no dejaba de plantar una sonrisa con cada llamada, una sonrisa de oreja a oreja, y un brillo en esos ojos castaños?. Quizá más de lo que Hanamichi Sakuragi podría imaginar, y con esas llamadas era como al final del día terminaban juntos en una cancha de baloncesto de algún parque cercano a ambos y tumbados en el concreto con el balón a un lado, ambos mirándose diciendo “Buen Juego”, pero al mismo tiempo diciéndose otra cosa, lástima que ninguno era capaz de descifrarlo, tan inmersos en la negación de que era imposible que el otro sintiera algo más que solo amistad.


  -Necesito aire fresco…- musito para sí mismo, viendo aun tras el ventanal como la lluvia seguía con aun más fuerza, seguro pescaría un resfriado con ese clima, pero no  le importo mucho, estando ahí sin hacer nada solo le agobiaba aun mas, quería distraerse con algo, con lo que fuera, y tomo aquel esférico naranja metiéndolo  a su bolsa y salió a las calles.


      “Ha pasado el tiempo No te puedo olvidar Oh no
 
Desde aquel momento Mi mundo gira alrededor de ti Como un satélite que rota alrededor de su planeta Mi mundo gira y da mil vueltas y es por ti”


 
    Detuvo su andar, observo aquella cancha de baloncesto encharcada por el exceso de agua, su vista se había posado en ella sin advertir que no estaba solo, sus cabellos rojos los sacudió un poco y los recogió hacia atrás no siendo difícil que se quedaran peinados de esa forma por lo empapados que estaban y saco aquel balón mirándolo con detención, después de todo nunca pensó apreciar tanto un deporte como lo era el basquetbol, comenzó a botarlo  dándose cuenta de cómo el esférico no rebotaba como era debido a causa de la lluvia, y observo aquel aro, lo miro unos segundos sosteniendo el balón en sus manos, dio un salto y lo lanzo ensartando libremente.


 
  “Yo te daría Las estrellas y la luna cada día Que me queda por vivir Pero no te has dado cuenta Que mis ojos te persiguen y que yo me muero por ti Por ti”


 
  Sus ojos zafiro le miraba moverse, driblar y tirar a la canasta sin fallar, aun con la lluvia golpeándole sin cesar, sus labios formaron una sonrisa al ver al pelirrojo, tan solo el mirarle le hacía sentirse tan vivo, cerro sus manos en puños,  con tanta fuerza que sus nudillos emblanquecieron al instante, frunció el ceño, molestia y  tristeza de verse ahí observándole como un acosador, le irritaba ese comportamiento suyo, y recordó aquel encuentro que no podía comprender del todo, pensó por un momento que había sido aceptado, ¿pero por que se alejo?, no lo entendía, solo recordó ese rechazo y en su mirada vio miedo, ¿le tenía miedo?, o ¿quizá asco?, no lo sabía con certeza, y escondiéndose así, jamás lo sabría.  


Tantos años queriendo saber si había alguna posibilidad y el temor del rechazo le hizo ocultarse en esa usual careta fría, y ¿ahora?, ahora que habían logrado algo que se definía como amistad, no podía decirle nada porque no quería perderlo, no quería perder lo poco que logro con estos años, se rio, quizá ya lo había perdido y no se daba cuenta, en ese caso, que mas daba,  bajo la vista dejándola perdida en un charco enfrente de él, viendo su imagen reflejada y como se distorsionaba con cada gota caída.    


“Se detuvo el tiempo
Te quedaste con mi amor Oh no  
Me robaste el sueño
Todo gira alrededor de ti Como un satélite que rota alrededor de su planeta Mi mundo gira y da mil vueltas y es por ti”      


Dejo caer el balón sin ánimo de seguir, miro la cancha empapada al igual que él, y respiro profundamente, el frio le había calado hasta los huesos y aun así permanecía ahí, como si esperara algo , solo algo que le ayudara a no pensar, que le dijera que todo estaba bien  y que pronto las cosas se quedarían en el olvido para bien, aunque eso no fuera algo que le gustara, pues él no quería olvidar la sensación que tuvo cuando bailo, cuando fue abrazado, cuando le beso, nada de eso quería olvidar, nada, pero si era lo mejor para poder mantener una relación, ya no de amistad, quizá solo de conocidos, entonces estaría bien olvidarlo todo, se rio sacudiendo la cabeza, que ridiculeces pensamientos de adolecente, el de no enfrentar las cosas solo por aceptar unas sobras, sin duda era un torpe al pensar en ello pero, pero quien estuviera en una situación así, pensaría igual, aun fuesen las ideas más ridículas y cobardes.  Suspiro profundamente, recogió aquel esférico y alzo la vista viendo aquel cielo nublado del cual no dejaban de caer aquellas gotas de lluvia.  


 
“Yo te daría Las estrellas y la luna cada día Que me queda por vivir Pero no te has dado cuenta Que me quedo en silencio y que yo me muero por ti  


Pero no sé qué hacer
Como expresar todo lo que siento Muero en el intento Me falta valor No sé qué decir”  

 
Salió de su escondite, avanzo con pasos firmes hallándose delatado por el golpeteo en el pavimento encharcado. Hanamichi reacciono en un pequeño sobresalto ante el ruido, se giro extrañado de que alguien pudiera estar ahí, eso no podría ser posible. Giro sobre su eje enfrentando a cara a quien ahí estaba, dejo caer el balón ante aquellos ojos fijos en los suyos.  
-¿Estás bien?- Escucho aquella voz de suave tono, y se vio protegido por un paraguas amplio, reacciono y le miro mientras secaba sus ojos.  

-Sendoh- Musito en bajo percatándose de la diferencia de esos ojos, tan metido en sus pensamientos que por un momento  confundió esa mirada. Sonrió al sentirse tonto por un momento.

–Sí, estoy bien – contesto a su pregunta recogiendo el balón nuevamente. Aunque pudo notar como el pelos pincho como uno de los tantos apodos que le decía, no creyó palabra alguna.

–Que extraño..- se dirigió de nuevo a este mirándole –¿Que haces aquí y con este clima?..- Akira le miro y  con el brazo libre le pico sobre el hombro –Debería hacerte la misma pregunta, aun si querías practicar un poco, no son las condiciones adecuadas- Veía el estado empapado del pelirrojo negando con la cabeza, y mostro una bolsa que colgaba de su brazo con el que sostenía la sombrilla – Salí a comprar unas cosas cuando la lluvia comenzó me detuve un momento en la tienda pero viendo que no cedía y ya oscurecía  comencé a regresar, afortunadamente lleve esto si no estaría igual que tu…- sonrió – ¿Te acompaño a tu casa? –cuestiono al chico, ambos asistían a la misma universidad, y sus departamentos no estaban muy alejados uno de otro. –¿Sakuragi?  - cuestiono nombrando ahora su nombre viendo la distracción el otro.  


-Si! Gracias..- agradeció, aunque por un momento podría haber jurado el ver a alguien familiar, alejarse apresuradamente.

   
 
“ yo te daria las estrellas y la luna cada dia que me queda por vivir pero no te has dado cuenta que mis ojos te persiguen y que yo me muero por ti y que yo me muero por ti por ti
 
ha pasado el tiempo no te puedo olvidar oh no “  


 
Abrió la puerta de su departamento, arrojo las llaves sobre una cómoda a un costado y solo se dejo resbalar por la pared hasta quedar sentado en el suelo, sus ropas escurrían dejando un charco a su alrededor. Se cubrió el rostro con ambas manos presionando con algo de fuerza y golpeando la nuca contra la pared.  


  - ¡Idiota! – Se reprendió a sí mismo, estuvo a pocos pasos, había salido de su escondite, se acercaba a Sakuragi y ese Sendoh apareció sorpresivamente sin que lo notara, ¿en qué momento llego ahí?, cuando se entero de la situación y de lo que estaba por hacer, su corazón palpito y salió huyendo lejos de aquella cancha. Respiro profundamente buscando calmarse con esto, se despeino con ahincó y se levanto, tomaría una ducha muy larga, y quizá con ello podría aclararse la mente, y decidirse a dejar de actuar tan infantil, tan cobarde como ahora.  

Notas finales:

Sendoh apareció en un momento no oportuno, o quiza demasiado oportuno, no resuelvo mucho o casí nada del capitulo anterior, realmente cada capitulo sale de la nada cuando la inspiración llega, gracias y esperen la continuación

 

Canción.

 

Yo te daría  de  Manitu


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