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Cada error se paga en esta vida ( Adaptación) por yaoiana

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Notas del capitulo:

Hola minna¡¡¡¡ jij disculpen la tardanza... pero este cap por ser el último sera el más largo  *¬*.  Muchas gracias a tod@s por leer y en especial a:

- black

-Chidori Agatsuma

-eliasessh

- Hisana san

Por sus mensajes....   sin más a leer

 

-       Inuyasha… vuelve conmigo… se que aunque sea muy en el fondo sigues sintiendo algo por mí; entrégate a mi y te demostrare cuanto te amo…

 

-       Mi cuerpo ya tiene dueño y ese es  Sesshoumaru, además, yo no haría lo mismo que a mi me hizo sufrir.

 

-       Hazlo por Izayoi… piensa en nuestro hija.

 

-       Por pensar en ella es que no estoy contigo, el bienestar de mi hija es más importante que tu o que yo.  Yo no le haría el daño de volver contigo Naraku

 

-       Perdóname…  perdóname

 

-       Hace tiempo te perdone Naraku, hagamos tachón y cuenta nueva en nuestras vidas.  Aprovecha este tiempo y conviértete en el padre  que no has sido para Izayoi.   *saliendo de la cocina* 

 

 

Derrotado, así se sentía en esos momentos, perdedor, fracasado, frustrado… Inuyasha era la perdida mas grande que había tenido en su vida y de la que dudaba algún día recuperarse.  Resignarse no era palabra en su vocabulario, pero lo haría… dejaría de ser tan egoísta y pensaría en la felicidad de su hija y de Inuyasha antes que la suya misma.  Se recostó en la mesa y lloro en silencio, aprovechando que ninguno lo veía… intentaría ser un nuevo hombre y empezaría por ganarse el cariño de su hija.

 

Cuando llego a la sala, pudo notar el rostro afligido y preocupado de su esposo; este lo miraba intrigado con aquellos ojos miel que lo enloquecían.  Cargo a su hijo y se lo entrego a Byakuya para que lo cuidara por unos minutos, luego tomo de la mano a su esposo y lo dirigió al segundo piso donde quedaba el balcón.

 

-       Que pasa Inuyasha?

 

 

El peli-plata se abrazo a su cuello y lo beso apasionadamente; necesitaba del amor de su esposo para sentirse seguro  y tranquilo.   Sesshoumaru correspondió el beso, sabia que cuando su esposo pasaba por alguna compleja situación siempre lo buscaba para calmarse y estabilizarse…  amaba saber que   Inuyasha era dependiente a el.

Cargo de las caderas al menor para hacer que sus piernas enrollaran su cintura y después lo apoyo contra una de las paredes, ayudándolo a contraer el equilibrio de ambos cuerpos.   Sus húmedas lenguas se unían frenéticamente al igual que sus manos, la ropa se estaba torneando incomoda y a pesar del deseo que sentían en ese momento, se detuvieron.

 

-       Estas bien Inu?

 

-       Si, ya las cosas están más que claras, espero que él lo haya entendido.

 

-       Sabes que yo no le guardo rencor pero, si intenta propasarse contigo o Izayoi, va a saber de lo que soy capaz.

 

-       Lo se… se de lo que tu eres capaz  *besándolo fugazmente*

 

-       Regresamos?

 

-       Si… aunque… me has dejado con las ganas * sonriendo coquetamente*

 

-       Eso en la noche puede arreglarse  * mordiéndole el lóbulo de la oreja*

 

-       Mmm… si…ahh

 

 

 

Salieron del balcón tomados de las manos, al bajar se rieron fuertemente al ver como su niño tenia sujeto del cabello a Byakuya y este tan solo derramaba pequeñas lagrimas.

Inuyasha lo cargo y Sesshoumaru tan solo se disculpo con el azabache.

 

 

-       Mami…. Papi… miren la muñeca tan linda  que me regalo mi tío Miroku

 

-       Es hermoso princesa, ahora tienes la colección completa  * decía mientras acariciaba los oscuros cabellos*

 

-       Y ya le diste las gracias a tu tío?

 

-       Si mami… aunque el mejor regalo ya me lo dieron

 

-       Cual princesa?

 

-       Mi hermanito Inutaisho  *sonriendo radiantemente*

 

 

El peli-plata y el albino se miraron fijamente para luego abrazar a sus pequeñas adoraciones.  Todos sonreían, inclusive el azabache que se encontraba viendo la escena desde  la cocina.  Sonreía amargamente al ver la calidez de aquella familia que siempre tuvo pero que no supo valorar… y comprobó en carne propia que por muy pequeño o muy grande… “Todo error se paga en esta vida”.

 

 

 

 

Después de que el mayor azabache se marchara,  prometiéndole a su hija que lo llevaría al parque de diversiones,  el ambiente se sintió menos denso  y tenso; parecía como si la casa hubiese tomado un largo respiro.

Luego de eso, cenaron todos amenamente, entre risas y burlas que hacían los hermanos Taisho,  las cuales sus respectivos esposos respondían con un suspiro de resignación… ese par jamás cambiaria.   Unas cuantas horas después,  Inuyasha y Sesshoumaru acostaron a sus pequeños soles, pues el cansancio ya los había rendido y luego se encaminaron a su respectiva habitación.

 

 

-       Mmm… Sesshoumaru… le pusiste seguro a la puerta?

 

-       Si… porque?

 

-       Porque mi hermano es muy fisgón y no me gustaría que nos viera en esta situación  *sonrojado*

 

-       No creo que lo haga, debe estar ocupado con Byakuya haciendo lo mismo que hacemos nosotros  *sonriéndole maliciosamente*

 

-       Sesshoumaru¡¡ 

 

-       Shh… continuemos

 

 

El albino se posiciono encima de su esposo, dejando caer su peso encima de este.  Plantó pequeños y sutiles besos en su cuello para luego ascender hasta su oído y susurrarle lindas y excitantes palabras: Te amo y siempre lo hare.... eres mi esposo y eso nada lo cambiara... me gustas...eres hermoso… eres mío... te pertenezco... eres mi vida.

Inuyasha tan solo jadeaba, aquellas palabras pronunciadas con tan sensual voz lo excitaban de sobremanera; amaba  a su esposo y amaba entregársele en cuerpo y alma.

 

 

-       Mmm… si cielo… yo igual te pertenezco… continua… continua Sessho

 

 

El mayor sonrió y poso nuevamente  sus  labios en los de su amante; comenzó a besarlo lenta y tiernamente, demostrándole todo el amor que le profesaba.  Tomo el hermoso rostro en sus manos y le implanto un sin fin de besos, los parpados, mejillas, nariz, frente... todo fue tocado con infinito amor.

Botón por botón desabrocho la camisa de su obsesión; al retirarla lamio, beso y mordisqueó la deleitable piel canela de su amor.

 

 

-       Hermoso… siempre hermoso

 

-       Ahh… Sesshoumaru… siempre… siempre tuyo  *cerrando sus ojos al sentir la lengua de su esposo bajando por su abdomen*

 

 

Su lengua descendió hasta el pequeño ombligo, la hundió varias veces y luego prosiguió descendiendo.   Se topó con la correa y pantalón de su peli-plata, quitándolos y dejándolo en ropa interior… una excitante imagen a sus ojos.

Besó y lamió aquella erecta hombría por encima del bóxer, mojando aquella prenda con su saliva y sacando extensos jadeos de la boca de su esposo.

 

 

-       Mmm… Sessho… por favor…  * sujetando delicadamente los cabellos * 

 

 

Hizo que su conyugue levantara sus caderas para quitar la ultima prenda, después tomo aquella acanelada virilidad, dispuesto a degustarla, pero cual fue su sorpresa al verse acostado en la cama con su esposo encima de él.

 

 

-       No… puedo esperar mas * dijo con voz  ronca y sensual*

 

 

Retiró con desespero la indumentaria de Sesshoumaru, para luego tomar aquel miembro y auto penetrarse.  Mordió su labio inferior al sentir como aquel grande y erecto pedazo de piel se abría paso en su interior; era tan placentero sentir a su esposo a dentro… Sesshoumaru era la droga que lo hacia llegar al éxtasis.  Esperó acostumbrarse a la intromisión y poco a poco fue moviéndose, incitando a su amante.

 

 

-       Mmm… cielo, no quiero… ahh… lastimarte  

 

-       Sessho…. Ahhh… muévete… onegai… onegai

 

 

No pudo abstenerse ante las suplicas de su amor.  Lo sujetó de la cintura y comenzó a moverse rápidamente, introduciéndose a fondo con cada embestida que daba.  Inuyasha tan solo saltaba sobre la pelvis de su esposo, sus manos apoyadas en el fuerte torso de Sesshoumaru, lo ayudaban a equilibrarse y conllevar las penetraciones.

 

 

-       Si… así… ahhh… así me gusta Sesshoumaru

 

 

Se inclinó y posó sus labios en el cuello del albino, aquella posición propiciaba a que las penetraciones fuesen certeras, sintiendo como aquel glande tocaba su punto de máximo placer…no  pudo evitar  gemir cerca del oído de su amor.

Sesshoumaru, ante aquel erótico sonido, apretó los glúteos de su peli-plata, dejándose llevar por la oleada de sensaciones.

 

 

-       Mmm… que rico… Sessho… sigue dándome ahí… si ahí

 

-       Te… gusta…?

 

-       Si… mm… si… me encanta

 

 

El mayor tomo la virilidad de su pareja, masturbándolo mientras este yacía concentrado en las autopenetraciones.  Disfrutaba de sobremanera lo pasional y sensual que siempre era Inuyasha, jamás se cansaría de su cuerpo… para él no existía obra mas maravillosa que aquel peli-plata.

Posó su vista ambarina en los gestos de su amor.  Inuyasha tenía sus ojos fuertemente cerrados, dejando ver las hermosas y grises pestañas, sus mejillas tenían un tono rosa exquisito, su tez transpiraba y su boca… su boca era relamida por su perfecta lengua.    Tan sensual, exquisito, erótico, lujurioso, sexy… Inuyasha era tan magnánimo, que aun se preguntaba por que Naraku había rechazado tal perfección.

 

-       Te... amo…. Te amo… te amo… no te canses de mi Sesshoumaru, jamás me dejes  *susurrando desesperadamente al odio de su amor*

 

-       Jamás… jamás te dejare mi cielo…

 

Ambos soltaron un largo gemido antes de culminar.  El peli-plata cayó rendido encima del varonil cuerpo de su esposo, sin retirar aquella hombría de su interior.  Soltaba leves jadeos en el cuello del mayor, intentando regular su respiración.

 

-       Cariño, déjame salir de ti,  no quiero lastimarte

 

-       Quiero quedarme así, me siento completo de esta forma *besando de forma cariñosa el pecho de su esposo*

 

-       Sabes Inu, me dio tristeza ver así a tu ex esposo… el imaginarme en la situación de él,  me ayudó a comprender lo desesperante y nefasto que puede causar tu ausencia.  *acariciando los cabellos peli-platas*

 

-       Jjijij, te imaginas si hubiese estado en nuestra boda?

 

-       Hubiese sido todo un desastre *suspirando*

 

-       Ya dos maravillosos años de casados

 

 

FLASK BACK

 

 

Luego de una semana de discutir con Naraku por teléfono, recibió los papeles de divorcio en su casa.  Se los mostro al albino y para ambos fue inevitable llorar de la alegría… por fin estarían juntos no solo en cuerpo y alma, sino también legalmente.  

Aquel día habían celebrado tomando algunos tragos, Inuyasha quien era malo para el alcohol, se embriago y quedo dormido al instante, momento que fue aprovechado por Sesshoumaru para salir en busca de un detalle.

A la mañana siguiente, el peli-plata despertó en la cama que compartía con Sesshoumaru, pero al verse solo se exalto.

 

 

-       Sessho?  *llamándolo*  

 

-       Aquí estoy Inu  *entrando con una bandeja*

 

-       Para mi?  *pregunto al ver el exquisito desayuno*

 

-       Para quién más sería?

 

 

Las hermosas gemas que tenia por ojos  deslumbraron mágicamente, aquel gesto por parte de su peli gris le había gustado a tal grado que sintió miles de mariposas recorrer su estomago.  Luego de terminar su desayuno, diviso una pequeña cajita en la misma bandeja, antes no la había detallado puesto que estaba cubierta por las servilletas.

 

 

-       Que es esto Sesshoumaru?  * mirándola sin abrirla*

 

-       Porque no lo abres?

 

 

Lo abrió inmediatamente, sabia que esperar no era una de sus virtudes, pero de igual modo intento hacerlo con cautela.  Al abrir la caja pudo notar un hermoso anillo de oro con gemas hermosas; miro a  Sesshoumaru algo sorprendido y emocionado, sin poder espetar alguna palabra.

 

 

-       Se que habíamos planeado el casarnos desde hace mucho tiempo  *poniéndole el anillo  en el dedo*  pero quería hacerlo como se debía… Inuyasha, quieres casarte conmigo?

 

 

El peli-plata lagrimeó un poco y se tiró a brazos de su prometido, lo  abrazo con fuerza beso apasionadamente y luego susurro a su oído.

 

-       Si… claro que acepto casarme contigo Sessho

 

 

Acordaron que la boda seria dentro de un mes, para poder arreglar las cosas para la celebración.  Izayoi compartía la misma felicidad que sus padres y les ayudaba a alistar las cosas para la boda.  Una semana antes de la boda, Izayoi e Inuyasha se encontraban juntos alistando algunas cosas para la boda; el mayor tuvo un leve mareo el cual no paso desapercibido por su pequeña.

 

 

-       Mami?... estas bien?... estas pálido

 

-       Si cariño, aunque podrías traerme un vaso con agua *sentándose en el sofá*

 

-       Si mami

 

 

Izayoi corrió hasta la cocina, tomo un vaso y lo sirvió de agua para luego llevárselo Inuyasha.  Miro atenta como  su mami tomaba el agua y luego corría hacia el baño; detallo por una pequeña abertura de la puerta, como su mami trasbocaba y se sujetaba el estomago.  Esto le preocupo pero espero a que el peli-plata saliese del baño.

 

 

-       Mami, seguro que te encuentras bien?... quieres que llame a papi Sesshoumaru al celular?

 

-       No mi cielo, no quiero preocuparlo… mejor, acompáñame al hospital, no quiero estar enfermo antes de casarme con tu papi.  *sonriéndole*

 

 

La menor asintió y acompaño a su mami al hospital.  Inuyasha no es que fuera de las personas amantes de los hospitales, pero le preocupaba enfermarse antes de su matrimonio… había esperado tanto por eso, que no quería dejarlo ir por una simple gripe o enfermedad.

Fue examinado detenidamente por el doctor, quien dijo que podría darle un resultado mas especifico con algunas pruebas de sangre y orina.  El peli-plata, se los realizo para luego a dirigirse a casa con su hija.

 

-       Cariño, prométeme que no le dirás a papi Sesshoumaru, no queremos preocuparlo cierto?

 

-       Si mami

 

 

El resto del día transcurrió normal, el peli-plata sufría de mareos pero bien sabía disimularlos ante los ojos de su amante.  A la mañana siguiente, recibió una llamada a tempranas horas del día, era del hospital donde informaban que tenían los resultados y que podía pasar por ellos.

 

 

-       Sessho, tengo que salir, no tardo

 

-       A donde vas amor?

 

-       A recoger unas cosas… no tardo cielo

 

-       Te acompaño?

 

-       No amor  *besándolo*  no tardo.

 

 

Tomo un taxi y en breve momento llego al hospital, reclamo los exámenes y los llevo con el doctor que anteriormente lo había atendido.

 

-       Doctor?

 

-       Taisho, bien puede tome asiento

 

-       Gracias

 

-       Tiene los exámenes?

 

-       Ehh... si, aquí están *entregándoselos*

 

 

El doctor observó detenidamente los exámenes, todo bajo la atenta mirada miel de Inuyasha.   El peli-plata se encontraba algo nervioso y ansioso, sin saber el porque de su estado.  Cuando el doctor hablo, se exalto por un momento, sintiendo como su corazón latía rápidamente.

 

-       Esta usted en embarazo, tiene 2 meses de gestación

 

 

Inuyasha no salía del asombro… esperaba un nuevo hijo… un nuevo ser se formaba en su interior,  un hijo de el y Sesshoumaru.  Miro atento la sonrisa del doctor y como este se divertía al ver su reacción.

 

 

-       Doc… doctor?

 

-       Mis mas sinceras felicitaciones, le daré una lista con algunas indicaciones y quiero que cada mes venga para hacerle un chequeo a usted y el bebe.

 

-       Si… si

 

-       Bueno, espero que tenga un buen día Taisho

 

-       Si, igual doctor  *levantándose de la silla para marcharse*

 

 

Al salir no pudo evitar sonreír radiantemente, toco su vientre y suspiro cariñosamente.  Ahora solo tenia que contárselo a su futuro esposo, pero… prefería guardar el secreto hasta después de casados ya que así, lo sorprendería y además se aseguraría de que Sesshoumaru se casara con el por amor y no por compromiso.

 

*********************************

 

El tan esperado día había llegado, su hermano estaba con él en la habitación ayudándolo a alistarse; los nervios lo tenían invadido, a pesar de haberse casado, no significaba que era un experto para aquella situación.

 

-       Inuyasha, tranquilízate

 

-       No puedo Miro… y si Sesshoumaru se arrepiente?

 

-       Por dios, Inuyasha, llevan planeando casarse desde hace mucho tiempo, además ese hombre te adora, se le ve a simple vista.

 

-       Si, lo se… gracias hermano, que haría yo sin ti  *sonriéndole* . Miro, Byakuya vino contigo?

 

-       Por supuesto

 

-       Y le dijo algo a Naraku?

 

-       No, sabia que si le decía podría ser un problema para ti

 

-       Gracias

 

-       Bueno, no hablemos de eso, vamos que tu futuro esposo debe estarte esperando

 

-       Si

 

 

Junto con su hermano llego a la notaria. No podía casarse por la iglesia puesto que lo había hecho con Naraku… cuanto hubiera deseado que no fuese así.

Al entrar vio a su peli gris vestir un traje negro; se veía tan bien y apuesto  que sus mejillas enrojecieron al instante… solo dios sabia cuanto amaba y deseaba a ese hombre.     Entro lentamente y se poso frente a su novio, se miraron fijamente y luego estrecharon sus manos… por fin unirían sus vidas como lo desearon.

 

Luego de la ceremonia, todos fueron a casa a celebrar.  En la fiesta se encontraban los hermanos de Sesshoumaru, algunos amigos de ambos esposos, además de Miroku y Byakuya.  Aquel festejo fue sumamente armonioso, todos charlaban y estaban felices por aquel matrimonio que venían esperando con ansias;  luego de las felicitaciones, la pareja se fue de luna de miel dejando a cargo su pequeña niña, con Miroku y Byakuya.

 

-       Te gusta?

 

-       Claro que si Sessho, que hermosa habitación *abrazándolo*

 

-        Y no es todo  *sacando una cadena de oro de un cofre*

 

-       Para mi?

 

-       Si, mira el grabado que tiene

 

 

El peli-plata  miro el escrito que decía: “Por siempre para ti Inuyasha”.  Abrazo a su esposo cariñosamente y luego llevo aquella varonil mano a su vientre; noto la mirada confusa de su amante a lo cual sonrió radiantemente.

 

 

-       Te podre dar mi sorpresa en siete meses

 

-       Inuyasha… es la mejor sorpresa que pudiste haberme dado  *abrazándolo* gracias… gracias  

 

-       No había querido decírtelo antes, porque me sentía inseguro

 

-       Inseguro?... inseguro de que mi cielo?

 

-       De que si te lo dijera, tal vez te casaras conmigo por deber

 

-       Hay Inuyasha… en verdad eres único, solo tu pensarías esas cosas  * sonriéndole*

 

-       Mi hermano también dijo algo parecido

 

-       Y vaya razón que tiene  *besándolo*

 

 

El albino retiro su ropa e hizo lo mismo con la del peli-plata; lo cargo en brazos y lo llevo directo al jacuzzi.   Al introducirse, pudo sentir la grata sensación de las burbujas, mezclada con el contacto de la piel de Inuyasha… una sensación excitante.

Poso sus labios en uno de los hombros de su ahora esposo y comenzó a morderlo y marcarlo delicadamente, después descendió ante los hermosos y erectos botones rosa, acariciándolos con su lengua y succionándolos con ahínco.

El peli-plata, tan solo envolvió a Sesshoumaru con sus piernas; provocando a su consorte deliciosas fricciones entre ambos miembros.

 

 

-       Ansioso?  *pregunto sonriendo*

 

-       Mmm… Sesshoumaru… mas que ansioso  *moviéndose provocativamente para su esposo*

 

Sesshoumaru  no pudo aguantar más y se introdujo de una sola estocada en Inuyasha.  Este tan solo gimió larga y sensualmente ante la intromisión, abrazando con fuerza el cuello de su conyugue.

 

 

-       No te contengas… hazme tuyo sin control… sin vacilaciones… mmm Sesshoumaru

 

-       Ohh… ahhh… Inuyasha

 

 

Podía sentir como la pelvis del albino chocaba contra sus caderas, además como el agua incitaba a que el contacto fuese más ardiente y pasional.

Después de incrementar la velocidad de sus penetraciones, pudo lograr llegar hasta el punto de éxtasis de su peli-plata amor.

 

 

-       Ahhh…. ahhh… mas fuerte Sesshoumaru

 

-       Tu solo pide… que yo te lo daré con gusto…

 

 

Varios minutos de arduo vaivén fueron el tope para que ambos llegaran al orgasmo; los dos  respiraban con dificultad, sosteniéndose entre ambos para no perder el equilibrio.

 

 

-       Ahhh… te amo Inuyasha

 

-       Yo… igual… cielo

 

 

Después de la luna de miel transcurrió una semana, donde todos los allegados se enteraron de la notica del bebe. Los más felices por la noticia eran Izayoi y los hermanos de Sesshoumaru, puesto que seria su primer sobrino.

Luego de tres meses  y saber que su nuevo hijo seria una varón, los regalos no se hicieron esperar, los autos y muñecos de acción  cubrían toda la habitación preparada para el nuevo  integrante.

 

 

-       Cielo… crees que seremos buenos padres?... es que tener un niño creo que es mas difícil que cuidar una niña

 

-       Lo haremos bien, además,  nuestra princesa será un muy buena hermana mayor… cierto Izayoi?  *acariciándole el vientre de su esposo*

 

-       Si mami… cuidare mucho a mi hermanito… ya quiero ver como es¡¡¡

 

-       Y yo que nazca… no creo aguantar mas tiempo este peso

 

 

Sesshoumaru e Izayoi se miraron y tan solo rieron, definitivamente el peli-plata era el motivo de sus vidas. 

Los ansiados tres meses pasaron. Inuyasha  se encontraba en la cocina cuando sintió las fuertes contracciones, se sujeto de la alacena para no caer por los fuertes dolores.

 

 

-       Mami… que pasa?

 

-       Izayoi… ahh… Sesshoumaru esta arriba… dile que ya…

 

 

La niña subió rápidamente y le comento a Sesshoumaru; el albino tan solo tomo las cosas del bebe y bajo donde su esposo.  Tomaron un taxi y los tres se encaminaron hacia el hospital.

Luego de que internaran al peli-plata,  Izayoi y Sesshoumaru esperaban ansiosos en la sala de espera,  se miraban y sonreían nerviosamente, apoyándose mutuamente. 

El doctor salió de la sala, sonriendo a los  que esperaban.

 

-       Felicitaciones, es un hermoso niño, pueden pasar a verlos antes de llevar a cambiar el bebe

 

 

Ambos se encaminaron y al entrar vieron como Inuyasha sonreía feliz mientras cargaba un pequeño niño de tez blanca y cabellos blancos

 

-       Mami… mi hermanito es muy lindo  *mirando embelesado al menor*

 

-       Si… es perfecto  Inuyasha  * con lagrimas en sus ojos*  gracias cielo  *besándolo*

 

-       Mami y como se llamara mi hermanito?

 

 

Los esposos se miraron y luego a su pequeña;  vieron cuando abrió los ojos y mostro aquellas gemas ámbar… iguales a los ojos de su padre.

Se sonrieron entre ellos y espetaron al unísono.

 

 

-       Inutaisho

Notas finales:

Gracias por apoyarte con esta adaptación, espero publicar uno pronto...


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