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Cuando el Hielo se Derrite en Tu Cuerpo por Arwen Diosa

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!!

Estoy muy feliz por poder actualizar a pesar de estar rodeada de canivales... jeje mentira es solo que la universidad es una jungla...

Mi mano se recupero en un 100% y mis examenes no terminaron U.U no!!! crei que podria decir a estas alturas que estaria libre pero la verdadera batalla recien comienza... jejeje (es un clasico esa frasesita no?)

Aqui el capi 10 espero lo disfruten de vedar porque me emocione al escribirlo

Pasen ponganse comodas y comodos y lean 

CUANDO EL HIELO SE DERRITE EN TU CUERPO

 

 

 

Capítulo 10.- Milo Nunca lo Haría Así

 

 

         “Mi esperanza de estar contigo… de tenerte entre mis brazos y abrazarte, que al mirarte a los ojos encuentre mi camino, te vea y suspire amor mío. Las pocas veces que nuestras miradas se unen mis ojos se inundan de luz, intento ocultarlo para no incomodarte y callo el palpitar de mi corazón entre mis costillas ideando alguno que otro chiste para hacerte sonreír si es que tengo el placer de ver tu rostro sonriente y saber que yo provoqué aquello.

         Esperanza, como algo lejano, un imposible… inalcanzable.

         Siento que tropecé y caí antes de llegar a la meta… como un verdadero tonto, de haberte tenido en mis manos, rozando la posibilidad de saberme dueño de tu corazón y… lo eché a perder, te lastimé y jugué contigo… quise burlarme y lo he hecho antes. Las malas compañías me robaban sandeces en tu nombre y todo por la ignorancia, tras conocerte y verme envuelto por la gracia de tus sentimientos jamás te habría lastimado Camus, mi boca no sabría de otra cosa que decir halagos sobre ti. Estoy enamorado, enamorado, enamorado… y duele, aún más que te separen la carne del hueso, aún más que te torturen quemándote la cara, aun más que te saquen poco a poco cada órgano del cuerpo…

         Estoy desolado, intento mantenerme normal estando a tu lado y mi empresa tenía éxito pero… empezaste a salir con Saga, lo sé. Iniciaron una relación unas semanas después de llegar de la misión y en ese punto es donde amarte empieza a doler, como mil cuchillas que me atraviesan el corazón al mismo tiempo. Camus… lo hiciste para alejarme al confesarme tu mismo que habías aceptado a Saga y dijiste también, que lo mejor era dejar de vernos o frecuentarnos como solíamos hacerlo en los entrenamientos o después de ellos, pero yo… simplemente no quiero ser alejado de ti.

         No…

         Entiendo que para sería un tormento el tenerme detrás de ti aún cuando iniciaste una relación y por eso he decidido darte un espacio, sin necesidad que sea interpretado como una derrota. No… espacio, solo es eso, sin mi sombra la relación entre Saga y tú seguirá su camino natural y… cualquiera que sea el sentimiento que los une, morirá, perderá color, se apagará como un fósforo. Lo sé porque en tus ojos al mirarme encuentro el brillo de un amor al que no le das lugar de surgir por tus miedos… no te reprocho nada Camus, yo lo eché a perder.

         Algunos días te veo más contento que otros, se nota en los entrenamientos y otros días… eres el Camus de Acuario tan serio que conocí durante tantos años. Te veo algunas veces caminando con Saga y el silencio los rodea, una incómoda atmósfera, no quiero hacer conjeturas pero… parece que te trata mal, queriendo enfrascarte de nuevo  en todas sus reglas y preceptos. Que si esto mal o aquello está mal, que es lo que debes sentir como lo debes sentir… ah!

         No te tengo a mi lado… no… y por Saga se que te estás alejando de mí, no lo permitiré. Yo el Santo de Escorpión, Milo Caballero de Oro te hizo una promesa de amarte la vida entera, aún si tengo que esperar por tu corazón… amarte no es pesado, no es cargoso, es mi esperanza…”

 

 

 

         Personas a su alrededor, ruido, charla y charla. Sostenía una copa de refresco en la mano cuando muchos de sus colegas estaban bebiendo alcohol, disfrutando de la velada que su diosa les había permitido organizar en su ausencia, dispusieron de la Sala del Patriarca al ser el ambiente más adecuado y ninguno se opuso a tener una noche de diversión, como una de las tantas de las que gozan los hombres de su edad en ésas alturas de su vida… en la juventud.

         Hace un par de minutos que estaba solo, sentado tras la mesa donde se acomodó al principio de la noche. Saga empezó a charlar con el viejo maestro Dohko y por la música se alejaron un poco dejando a Camus.

         Desde donde estaba podía observar a sus colegas en situaciones que, la vida que llevaban no se los había permitido antes. Claramente Máscara de Muerte y Afrodita estaban ya pasaditos de copas al igual que Kanon y Aioria. El León era inútilmente calmado por su hermano y Shura, pero lejos de estar molestos, parecían divertirse. Mu y Shaka habían escogido una mesa un poco apartada y disfrutaban con una conversación y de por medio unas copas de vino tinto acompañada de una buena comida que había encargado Shion a un restaurante del pueblo. Aldebarán visitaba grupo por grupo invitando algunos tragos y Milo… al principio bebía con kanon y luego se quedaba a disfrutar del banquete con Aioros, aunque todo el que le conociera diría que le faltaba cierta chispa.

         - Camus, ¿puedo?

         - ¡Oh! Claro Patriarca.     

         Le sorprendió el hecho de ser abordado de repente por el Patriarca y que ofreciera cambiar su bebida sin alcohol por un vaso de ron. Camus tuvo que negar usando la misma razón que utilizaba siempre y Shion no insistió. Se sentó a su lado y sorbió su bebida.

         - Me da gusto verlos así, los conozco desde que eran unos aprendices que me siento como un padre para ustedes – dijo Shion sin mirar a Camus directamente pero él lo pudo oír a perfección.

         - Si… - no supo que más decir.

         - ¿Y dónde está Saga?  - Preguntó – Supe que iniciaron una relación pero… ¿Dónde está? – Preguntó al no verlo, aunque en realidad sabía que estaba con su Dohko, su pregunta tenía intenciones que pronto saldrían a luz.

         - Salieron un momento con el viejo maestro, creo que tenían algo de que conversar – respondió Camus, aunque no lo sentía como un justificativo valido, no le había agradado para nada ser dejado en esa mesa sin que Saga le dijera nada siquiera, pero… - ¿Cómo se enteró de Saga y lo… mío? – Preguntó para ya no pensar en eso.   

         -  Dohko me lo contó porque se lo preguntó a Saga tras oír unas conversaciones entre Shura y Aioria… solo rumores – dijo – Te felicito.

         - Gracias – respondió por reflejo aunque empezaba a incomodarse un poco… el mismo Shion lo había dicho, que era como un padre y no era sencillo hablar de eso temas... era el Patriarca.

         - No quieres ir a divertirte al otro lado del salón, aquí estas muy solo… - Shion no estaba mareado, tal vez el alcohol le había hecho subir un poco la temperatura de sus mejillas pero, sabía muy bien lo que decía y el porqué, si bien le agradaban todos sus “hijos” los cuidaba más de lo que ellos imaginaban, o lo creían.

         - No, estoy bien gracias… - se sintió de repente observado por la orbes profundas del Patriarca – no me refiero a que prefiero estar solo, no, es sólo que estoy esperando a Saga, cuando el vuelva…

         - ¿Cuándo él vuelva? – repitió Shion. Camus sólo afirmó en silencio - ¿Cuánto tiempo están?

         - Dos semanas – respondió tras pensarlo un poco, no llevaba la cuenta exacta de los días.

         Shion observó a Camus, el Caballero de Acuario estaba lejos de sentirse animado, la manera rápida que respondía a sus preguntas era característica en él pero, ¡Estaban hablando de Saga! Al menos un poco de sonrojo ¿no? ¿O realmente que provocaba Saga en él?

         Quizá era verdad que todo pasa por algo y Camus estaba solo para que tengan justamente esta conversación.

         - No te veo muy entusiasta – declaró Shion elevando un poco la voz para ser escuchado, al otro lado del salón kanon y Aioria habían retado a Máscara de Muerte a beber sin respirar una botella de whisky y más de uno se había emocionado.

         Como respuesta Camus elevó una ceja, realmente no se sentía cómodo hablando sobre esos temas y menos con el Patriarca. Agradeció en silencio, el escándalo en crecimiento que ofrecían sus compañeros. Aunque sí se había salvado de contestar en voz alta, no había manera de salvarse de sí mismo y la pregunta lanzada por Shion le hacía ver una verdad… empezar a salir con Saga no era emocionante, su corazón no latía, no…

         Shion suspiró, debía ser más específico si quería ser entendido y recibir contestación o alguna señal que le indicara que Camus estaba, por lo menos, pensando sobre su estado actual.

         - Te lo dije hace poco, los veo como si fueran todos mis hijos… y sé que en tu juventud… bueno, Saga era un Caballero confiable y saltaba a mi vista los sentimientos que le tenías – Camus le miraba un poco estupefacto – Hablo del pasado, de hace unos años atrás. Saga siempre lo supo y yo también, como guerreros que son no me entrometí porque sé que tu tampoco mezclarías tu deber de Caballero – calló unos segundos - El que persiste suele ganar ¿no? Y tras tantos años, Saga ahora está contigo, en el mejor de los momentos cuando gozan de ésta nueva vida.

         No quería responder, no tenía nada coherente que formular en palabras. Camus se limitó a imitar una sonrisa suave que Shion le brindaba.

         - Aunque, realmente no persistí – dijo borrando la sonrisa, Shion arrugó el entrecejo – Saga… amaneció un día y al despertar se dio cuenta que me quería.

         Shion sorbió otra vez su trago sin despegar sus ojos del semblante de Acuario.

         - ¿Y por qué estás con él? – Sonó tan serio como si en ése preciso momento llevara las túnicas de su rango exigiendo una contestación.

         Una vez más no deseaba formular su respuesta en voz alta, esa pregunta debía afrontarla él mismo antes de disolver las dudas de los demás.

         Unas risas explotaron frente a ellos, Máscara de Muerte después de beber el whisky de un solo trago se había sentado y al intentar ponerse de pie fue de lleno al suelo cayendo en un coma alcohólico. Afrodita lo subía a la silla más cercana mientras los demás se partían de la risa. En su campo de visión estaba Milo, riendo con Aioria sobre el espectáculo.

         Lo encontró más guapo que nunca, Camus simplemente lo vio y lanzó un suspiro que murió sin ser percibido por nadie ni por su propio dueño. Al verlo se le llenaban las pupilas y enredaba los dedos en un nerviosismo sin fundamento. Milo… se le antojaba tanto decir ése nombre mientras lo mirase a los ojos celestes. Milo… y que sus miradas se unan y sin necesidad de palabras comunicarle todos ésos sentimientos que le latían. Estaba consiste de la ansiedad del Escorpión por abrazarle y besarle, de estar juntos. Pero,…         

         - ¿Has visto a Milo? – Shion le obligo a salir de sus pensamientos.

         - ¿Qué? – no estaba seguro de haber escuchado bien.

         - Estoy un poco preocupado por el Escorpión, - dijo el Patriarca – últimamente está un poco solitario, pensativo…

         - ¿Por qué? ¿Acaso está enfermo? – Se apresuró a preguntar – Milo es fuerte y confiable y…

         Shion le tranquilizó con otras de sus sonrisas.

         - No creo que sea su salud lo que esté interfiriendo, he hablado directamente con él y está en perfectas condiciones. Pero… Milo está diferente – dijo escogiendo sus palabras para no extenderse en explicaciones y ser entendido al mismo tiempo.

         - ¿Diferente?

         - Vamos Camus, se que lo has notado. Todo el Santuario debió notarlo… en primera, se separó de Kanon, se hablan y eso da a entender que no pelearon pero… de por sí ya es extraño ¿no? Eran inseparables y en segunda, ya no frecuenta los bares del pueblito vecino con Aioria o Máscara de Muerte… - no continuó, Camus miraba el contenido de su copa con el perfil exacto que Shion quería provocar.

         Ver a Camus pensativo por sus palabras era el objetivo de su conversación.

         - Acuario… te veo más contento  cuando estás con Milo

         Camus lo miró sin entender.

         Shion sonrió mientras se ponía de pie

         - Tal vez es mucho lo que pido pero… que tu relación con Saga no permita que te alejes del Escorpión. Puede que encuentres valiosos tesoros en él. Milo siempre está contento sin importar qué, pero de repente en su vida, Camus, apareció el amor.            

         - ¿Qué?

         - Muchos lo han intentado. Ya sabes, en mayor o menor proporción, atrapar a Milo pero, él no se inmutaba…

         - Patriarca porque me dice todo eso.

         - Camus lo sé, yo como Patriarca y Dohko entre ustedes llego a enterarme de todo y sé que Milo se dejaría hasta sus propios huesos por ti.

         Shion disfrutó el impacto de sus palabras en Camus, se sonrojo levemente y mordiéndose el labio dirigió su mirada al Escorpión y como adivinando sus pensamientos Milo también lo miró. De extremo a extremo del salón, entre la música que sonaba, sus compañeros ajenos a todos el huracán de sentimientos. No… el mundo se había detenido y sólo Camus y Milo seguían girando en un contacto mudo de miradas, sin necesidad de decir nada todo a su alrededor parecía disolverse en colores vivos y ambos querían   unirse en un abrazo que añoraban, que anhelaban.

         - Pero estoy con Saga – dijo bajando la mirada hacia su copa y finalizando con la magia que sintió al unir miradas con Milo – No puedo acercarme a Milo como si nada al saber esto y al mismo tiempo estar con Saga… no es justo para ninguno de los dos.

         - Bueno – dijo Shion – estás con Saga, pero no es tu dueño. Tienes todo el derecho de ir al otro lado del salón y divertirte con tus compañeros, tal y como lo hace el resto y sin necesidad que eso sea mal interpretado por tus compañeros y por nadie – con eso se refería a Saga.

         - Es que…

         - Camus, escucha… una rana que no sale de su charca, jamás conoce el océano… me refiero a que mereces algo más que un amor del pasado, por culpa de un fututo que temes salir a conocer y lo que realmente el amor te pueda ofrecer.

         - Y donde queda el: donde hubo fuego cenizas quedan – refutó Camus, algo que él mismo se había repetido para encontrar las cenizas que había dejado Saga en él, para enamorarse de nuevo. Quería, si era posible, que Shion destruya ese argumento.

         - No grites fuego cada vez que se enciende un fósforo.

“Mi amor por Saga no fue mediocre… fue más que un fósforo encendido y consumiéndose. En verdad lo amaba ¡Soy un idiota! ¿Por qué es tan complicado el amor? ¿Por qué? –AMABA- no hay rastros de realidad en eso, solo suena a pasado, ayer…”

         - Y aunque fueran las cenizas de una fogata entera, el viento se las lleva – dijo Shion cumpliendo su labor de buen samaritano por petición del mismo Shura, que desde el principio le había  pedido su intervención en éste cuento.

         Shura que conocía a Camus, no era inmune a lo que pasaba su amigo y perdonando a Milo por anticipado lo de la apuesta, decidió ayudar un poco. Saga no le haría feliz… si se daba la oportunidad algún día lo explicaría todo.

         La música se puso romántica de repente y la luminosidad de la luz disminuyó. Por breves segundos los dorados callaron expectantes.

         Seguramente el centro del salón habría sido invadido sin esperar por la pareja de Afrodita y Máscara de Muerte fusionados en un tierno abrazo y un movimientos acompasado al ritmo de la música. ¡Al diablo lo que opinaran los demás! Si hasta el mismo Zeus ya debió darse por enterado del amor que le profesaba Máscara de Muerte a Afrodita, el Caballero más desalmado y sanguinario de todo el Santuario. Los rostros de la casa de Cáncer hace mucho no estaban y hubo un lapso de tiempo que Máscara de Muerte se sintió tan vació como su Templo pero Afrodita, con su forma de ser tan… tan… lo llenó de algo más bonito que las rosas, su amor incondicional. Y un baile romántico frente a sus compañeros no le ponina cisquillos. Eso sería posible si “Maski” (como le decía de cariño) no estuviera en coma alcohólico.

         Afrodita tuvo que resignarse.

         La pista se mantuvo vacía casi la mitad de la pieza,  al parecer ninguna pareja sería la primera voluntaria digna de un baile pegadito.

         - Oh! No lo creo – susurró Camus para sí al ver a su mejor amigo sujetando de la mano a Aioria y conduciéndolo al centro de la pista. Y en efecto, no fue el único sorprendido en ver en tal faceta a Shura que parecía tan serio y cortante como su legendaria Excalibur. Aioria sonreía tontamente quizá por los efectos del alcohol y en cuanto estuvieron al centro de la pista se abrazó de su novio y bailaron…

         Shion le indicó a Camus que le siguiera y se dirigieron al otro lado del salón bordeando la pista de baile hasta reunirse con el resto de sus compañeros.

         - ¿Ya estás aceptando que no es un niño?  - Preguntó Shion a Aioros que había empezado a beber más la ver a su “hermanito”    en tal situación.

         - Me hago la idea – exclamó no muy animado y llenó la copa del Patriarca – Hola Camus – le saludó.

         - Hola  - respondió.

         - Camus te dejo con Aioros – dijo Shion apartándose de ellos.

         A Camus y Aioros se sumo Aldebarán con una botella exótica de algún trago y le ofreció una copa a Aioros de un extraño color negruzco y verdoso.

         - Hay que beber parta olvidar – le dijo.

         El arquerito querido sin dudar vació la copa en su garganta. Aldebarán que iba a pasar de Camus, él mismo lo detuvo.

         - Sírveme por favor – pidió.

         El brasilero alzó ambas cejas en sorpresa, era sabido que Acuario era de cero alcohol y luego con una carcajada amigable llenó otra copa para Camus. Él la recibió y usando la mínima parte de su cosmos enfrió el trago. Frío era más delicioso y quería que su primera experiencia su garganta lo disfrute y sin pensarlo o preguntar que bebía se llevó la copa a los labios.

         Su sentido del gusto recibió un sabor mentolado y fuerte mezclado de más hierbas. Le gustó la sensación que a pesar de entrar frío en su boca calentaba su pecho.

         - Ah! Buenísimo – dijo al terminar de tomar.

         - Aua! – Aioros se sorprendió – No era necesario que te lo tomes seco jajaja – rió – Dale otro Aldebarán.

         - Claro que sí – dijo llenándole la copa.

         - Ay… eso dos nunca paran – Afrodita se unió a ellos señalando la pista de baile. Shion y Dohko eran los que bailaban al ritmo de la música lenta, pegando sus cuerpos.

         -  Te da envida, tú no puedes ir porque Máscara de Muerte está noqueado -  le acusó Aioros, Afrodita le sacó la lengua y Camus sorbía otra vez su trago. Aldebarán estaba más allá sirviendo a los demás.

         Camus estuvo con ambos compañeros, compartiendo algunas risas sobre el mal ritmo de Shura o lo ebrio que estaba Máscara de Muerte que babeaba, rieron incluso del estriptis que empezaba a hacer Kanon sobre una de las mesas cuando la música romántica terminó y empezó una bastante movidita, y aunque no tuvo público presente para animarle, él ni se inmutó. En el lapso de ese tiempo su opa había sido llenada un par de veces más.

         Camus buscó con la mirada a Milo, estaba un poco decepcionado. Albergaba una chispita de esperanza de ser invitado a compartir una pieza de baile romántico pero… quizá no hubiera aceptado fácilmente pero conociendo a Milo, tal vez lo habría llegado a convencer. Era peor no ser invitado nunca.

         Bebió un poco más.

         - ¡Camus salud! – Chocaron su copa con otra.

         - Saluddd - respondió sonriendo al ver que era Milo y ambos bebieron - ¿Cooomo estásss?

         Camus llevó aire a sus pulmones tras aspirar profundo. No estaba mareado, no… estaba consciente de sus acciones, pensamientos y palabras pero estás, por alguna razón se empeñaban por salir alargadas y un poco distorsionadas. Como respuesta Milo le sonreía divertido.                 

         “No te burles de mi”

         Pensó, pero le gustó verlo sonreír así, tan guapo como estaba ésa noche…

         - Yo estoy bien, tengo más experiencia – dijo levantando la copa – Cuidado con marearte demasiado pronto ¿Has comido algo? – Milo intentaba no sonar tan emocionado y conmovido al mismo tiempo al ver a Camus es ese estado, sonrojado de las mejillas y esforzándose en mantener compostura.

         - Yoo – dijo Camus – no comi y tampoco estoy borracho. Pero,  Si cocinaste tú… puedo considerrrraarloo.

         “Me estoy comportando como un idiota”

         - Gracias – dijo Milo feliz por el inesperado alago - ¿Qué estás tomando? – en respuesta Camus terminó de beber su copa que estaba más de la mitad.

         - Noo ssse – otra vez alargando las palabras – Aldebarán me lo está sirviendo,  estaaá buenísimoo.

         Milo pasó una mano por los hombros de manera amigable para asegurarse que no cayera al suelo en cualquier momento como Máscara de Muerte.

         - Mejor vamos a comer un poco, verás cómo te sientes mejor – dijo Milo sonriéndole por lo bajo  - Lástima que se acabaron las alitas de pollo.

         - ¿Por qué te looo quieres comeeer al Ikki?

         Ante tal ocurrencia ambos rieron yendo hacia la mesa del buffet.

         Mientras caminaban Milo ubicó con la mirada a Saga, sólo por precaución. Por nada del mundo quería ser motivo de problemas entre Camus y él, no quería ser motivo de discusiones entre ellos para que nunca llegue el día en que Acuario le reclame un “por tu culpa” o “gracias a tu desgraciada existencia” y frases parecidas. Cuando Saga y Camus terminen, si eso pasara iba a ser porque ambos, simplemente no se da, no es posible. Si algo había aprendido de las ironías de la vida era a respetar en la mejor medida posible los sentimientos de Camus. Pero… tampoco iba a desaprovechar la oportunidad de pasar tiempo con el dueño de sus desvelos en una fiesta como esa.

         Saga estaba con Mu hablando en un rincón de la sala. El Geminiano se veía molesto, casi furioso. Shaka estaba cerca de ellos acompañado de Aldebarán. Milo no le dio importancia, Camus podía estar con el que quiera sin necesidad de pedir permiso o cosas parecidas y una escenita de celos por estar bebiendo entre tantos dorados no tenía fundamento de ser.

         - Se llama Fernet – aclaró Milo señalando la copa de Camus mientras comían unas albóndigas de carne con aderezos (milagro, Aldebarán estaba ahí y aun había comida)  – Es algo fuerte para que sea tu primer trago.

         Camus respiró un poco agradecido, el humo del cigarrillo de sus colegas fumadores no había contaminado a totalidad el aire del Salón y gracias a la comida que mitigaba los efectos del alcohol, se sentía más dueño del timbre de su voz.

         - Cuéntame de la resaca ¿Qué tal es? – pidió Camus para saber qué era lo que le esperaba.

         - Uy – Milo puso una expresión de peligro – Prepárate mañana a un dolor tremendo de cabeza… las primeras veces de todo,  duelen – rió Milo por sus propias perversiones, Camus tardó en entender el chiste  pero luego rió – Eso sí, alista litros de agua, los necesitarás.

         - Si, gracias.

         - ¿Cómo te animaste? – Preguntó Milo haciendo una mímica con las manos de “beber”.

         Camus tomó su tiempo de llenar un platillo de más comida, o de lo que restaba y con una seña indicó a Milo que fueran a sentarse  a las sillas más cercanas.

         Milo cogió las copas de ambos y le siguió hasta sentarse juntos.

         - Por nada importante – dijo Camus – estuve hablando con Shion y dijo algo que tiene mucha razón y sentido para mí… - Milo afirmó con la cabeza dándole confianza de seguir – Estoy tan metido en mis propias reglas que me pierdo de muchas cosas. Todo extremo es malo y… si hay algo que he comprobado es que nadie te da un diploma por ser bueno… no me refiero a que tampoco te lo den si eres malo pero…

         - Te entiendo, te entiendo – dijo Milo.

         - Mirándoles se notaba que se divertían y yo… a un extremo esperando a Saga – se acaba de acordar de Saga. Recordaba que se había ido a charlar con Dohko, pero el susodicho tiempo atrás que había vuelto y hasta bailaron con Shion… al no encontrarlo a primera vista… prácticamente le da igual. Al estar con Milo se olvidaba de Saga… y no era la primera vez que le pasaba eso – Sinceramente me estaba aburriendo y decidí divertirme con ustedes. Despojarme de una vez por todas de ese parámetro por el cual me etiquetan “frío, calculador”. Siento que todo lo que viví no fue exactamente parta mi, al contrario, era para alguien más que decidió  que los Santos de Acuario son como me hicieron.

         - Entonces…

         - No me molesta, soy como soy… pero de una vez ¡basta! – Quizá ni el propio Camus lograba entenderse por completo – basta que en una reunión me deje a un lado mi propia pareja y mis compañeros estén en plena fiesta y yo a un extremo ¡basta! Shion tiene razón… esta nueva oportunidad se nos la dio para… - Camus agarró su copa y bebió, Milo lo acompañó -  para…

         - ¿Para qué? – le animó a continuar.

         - No para estar solos… - decidió decir.

         Bebieron hasta llegar al fondo, Camus volvió a aspirar oxígeno a sus pulmones ayudando a su cerebro de no perder la moción sobre sus sentidos.

         - Hablando de estar solosss – dijo Camus – El Patriarca dijo que ya no andas con Kanonnn.

         Separó los labios para contestar pero fue abrazado de los hombros por su querido amigo Aioria y a la vez Shura se sentó al lado de Camus.

         - ¡Ya era horaa que te unnass al club de borra… borrachos! – Exclamó el León al ver el estado de Camus.

         - Cállate gatito – le dijo Milo.

         - Salud Camus – Dijo Shura, tiempo había esperado para poder compartir copas con su mejor amigo. El de Acuario le enseñó su copa vacía.

         - ¡Aldebarán! – Otra vez Aioria gritaba – nuestro primerizo pide más… - Aioria miró a Shura y con una mano pasando por Milo y Camus sujetó a su amor del cuello atrayéndolo hacia él, pegando en el acto los cuatro cuerpos – más, más, así diré yo dentro de poco… prepárate.

         Shura consciente de sus actos sólo le miró, no negó nada. A su León le daría todo de él, lástima que no podía decírselo enfrente de sus colegas que sonreían incómodos.

         Aldebarán los encontró en un abrazo y esperó a que se separen para llenarles las copas y compartir con ellos los primeros tragos.

         Milo hablaba o lo intentaba con Aioria, Camus a su vez con Shura. Aldebarán pronto se vio rodeado de Kanon y Aioros, los siguieron Mu,  Shaka y Shion, Dohko y Afrodita llevaron a cuestas a Máscara de Muerte que a poco recuperaba la conciencia. Saga se unió al final en aquella mesa larga de bufet donde arrastraron sillas suficientes para los catorce. Reunieron el trago que restaba y también la comida y la fiesta hábilmente se renovó.

         Saga estaba sentado casi al frente de Camus, franqueado por kanon a su derecha y  a su izquierda Mu, no le agradaba la idea de compartir una mesa con todos sus colegas ebrios incluyendo a su pareja… 

         Estaba esperando con paciencia a que Camus termine de charlar con Shura. ¿Acaso Acuario lo estaba ignorando? Reconocía que lo había dejado unos considerables minutos solo, pero al volver… ¡qué se encontraba! A Camus bebiendo seco un trago. Deplorable…  y luego dejándose abordar por Milo. Saga hacía una cuenta regresiva.

         Shura y Camus sostuvieron sus copas al unisonó y bebieron no sin antes chocarlas en un salud. Algunos más los imitaron. En cuanto Camus depositó la copa sobre la mesa se encontró en el camino con la mirada severa de Saga.

         Esos ojos…

         Se sintió chiquito, pequeño, ante Saga… desarmado por esa mirada rígida e inexorable. A Camus le hubiera gustado desaparecer.

         Milo que estaba atento a todo tipo de reacción por parte de Saga para evitar una mala escena, advirtió el contacto de miradas entre ambos. Dejó de charlar con Aioria al presentir que algo malo se avecinaba; se prometió el mismo que no haría nada para arruinarles la relación a ambos pero, si podía evitaría a Camus las estupideces de Saga.

         Como estaban siendo separados por una mesa no tuvo que levantar la voz demasiado. Pero aún así, la voz de Saga conservó todos los matices molestos.

         - Acuario deberías estar a mi lado – no le importó que Shura y Milo lo mirasen también.

         Como pareja que eran lo más lógico sería que se sentasen juntos como el resto. Mu y Shaka por ejemplo, sin falta Dohko y Shion y hasta a Afrodita que cuidaba a su Máscara de Muerte recién revivido del más allá.

         - Si – dijo haciendo esfuerzos por que su vos no salga distorsionada de su garganta – ess que… tardabas y yo…

         - Estás ebrio – lo calló Saga sin disimular su despectivo gesto al mirarle.

         - ¡Saga! – Dijo Camus cerrando los ojos y agachando la cabeza – yo…

         - ¡Cual es el problema! ¡Déjale en paz maldito bipolar! – No estaba en sus cabales por tanto ingerir alcohol pero si entendía lo sucedido, captaba la vibra de Saga y tenía ganas de bronca con él por las estupideces del pasado. Aioria estaba tan furioso que incluso le señalaba con el dedo – ¡Si Camus quiere déjale!

         Aioros le intentó callar sin mucho éxito. Saga no espera ser atacado por el León que nada tenía que hacer en el problema y ahora gracias a los gritos de éste tenían un silencio de por medio, sus colegas esperaban enterarse de los problemitas rondaban en la mesa.

         - Será mejor que nos retiremos – dijo Saga al tiempo que se ponía de pie – vamos Camus.

         - Noooo – pidió Kanon – Quédate herma…

         - He dicho que nos vamos – calló a Kanon con su tono furibundo de voz.

         - Saga por favor, la estamos pasando bien, mañana no hay entrenamiento si eso es lo que te preocupa – dijo Shion, a él no lo haría callar – Mira a Camus, se está divirtiendo.

         - Que se vayaaaaa, y de…je a Camusss – Aioria no ayudaba mucho – Aioros le codeó.

         Camus no necesitó escucharlo otra vez, la mirada de Saga estaba sobre él sin remedio y en nueva cuenta se sentía chiquito y desarmado. Apoyándose en la mesa se ayudó a ponerse de pie.

         - Graciasss Patriarca – dijo el de Acuario – pero es mejor retirarnossss – odio no poder controlar el acento de sus palabras.

         Milo apretaba los puños sobre las rodillas, deseando poder encajarle un buen puñetazo en la cara a Saga y partirle la nariz. Como le fastidiaba el no poder hacer nada, pero no iba a entrometerse, esa relación iba a marchitarse por sí sola y punto.

         ¿Y si no…? ¿Por qué estaba tan seguro?

         Ahora mismo Saga se lo demostraba, al tener a Camus a su lado y ambos de pie, le regañaba en voz baja… ni tan baja, porque el resto de los dorados los oyeron.

         - Me sorprende que puedas caminar… no puedo creer que hayas bebido ¿tantas ganas tenías? Es intolerable…

         - Saga… espera. Podemos hablar afueraaa.

         - Si claro, ahora te avergüenzas ¿o qué?

         Los vieron salir en un incomodo silencio corrompido solo por el resonar de sus pasos irregulares. Saga daba uno que otro jalón a Camus del hombro para apresurarlo a salir. Hasta que no los oyeron más.

         - ¿Qué está pasando? ¿De qué me perdí? – Máscara de Muerte fue el primero en hablar.

         - Ustedes creen que vaya a hacerle algo – preguntó Kanon, el tono de voz de Saga siempre fue así para con él pero… también sabía de lo que era capaz.

         - ¡Cómo qué! – Renegó Milo con intenciones de ponerse en pie y seguirles.

         - Tranquilízate – dijo Shaka y Shura sujetó a Milo – No pasará nada, nosotros debemos seguir. Tampoco debemos meternos.

         - Máximo discutirán mañana – dijo Mu calmando a Milo con la mirada.

         Máscara de Muerte que no entendía ni “pio” del asunto, quería curar la resaca con otra y rompió el silencio con un:

         - Sí, salud por eso.

         Se propusieron recuperar el ambiente pero Milo y Shura estaban alertas a cualquier señal de… lo que sea que les indicara algo.

 

 

 

         - Estás hediendo a alcohol.

         Camus ya no refutaba, no estaba ebrio del todo. No… sí era la primera vez que bebía pero tampoco era un niño, era un hombre hecho y derecho que podía tomar la decisión de beber cuando él quiera ¡Y qué mejor con los hombres que habían muerto a su lado! Prefería callar para poner las cosas en claro al día siguiente.

         - Ahora tendré que ayudarte a bajar las gradas…

         - Si tanto te molesta no lo hagasss – “malditas “s”” pensó.

         - ¿Qué? – Saga se indignó – Acuario no voy a tolerar tus sandeces y majaderías.

         Camus bajó solo los primeros escalones ante la mirada expectante de Saga y… bueno, no puedes tomar tanto fernet y esperar bajar de forma normal, sus pies se enredaron un par de veces. Al final se detuvo a tomar aire y recuperar un poco la razón.

         Escuchó algo parecido a un “- estúpido” por parte de Saga y paso seguido era tomado por el brazo y Saga se lo enredaba al cuello y bajaban juntos.

         - ¿Por qué estáss tan molesto? – Preguntó Camus al cruzar por Piscis – Tú fuiste el que desapareció…

         - Estaba hablando con el maestro Dohko – aclaró molesto – Me ausento un instante y… ¡por Atena! No creas que te voy a perdonar tan fácilmente.

         Caminaron en silencio hasta llegar al Templo de Acuario. Entre las paredes de su privacidad ya no tenía porque rogar por obtener un poco más de paciencia… no, Saga dio rienda suelta a su rabia.

         Tomó por inadvertido a Camus y sujetándolo del la camisa que traía lo empujó sin soltarlo hasta que su espalda chocó contra un pilar y lo acorraló con su cuerpo, con la otra mano sujetó los cabellos acuamarines de la nuca y los estrujó encargándose de unir miradas.

         - No quiero volver a verte cerca del Escorpión maldito ¿me escuchaste Camus? – lo dijo lento, sin necesidad de gritos pero pronunciado en filosas palabras, cerciorándose de que contengan el timbre de advertencia necesario.

         Camus no artículo respuesta alguna, nada. Apenas podía respirar o parpadear. La mirada de Saga no era para menos… incluso los brazos le colgaban inertes.

         - ¿No vas a responder? Acaso paso algo entre ustedes… - los celos le cegaban la razón.

         - No… - dijo al fin Camus hallando su voz entre el nudo del pecho que no le permitía el acceso del oxígeno a sus pulmones – Saga, estás…

         - ¿Qué? ¿Me vas a decir que lo estoy malinterpretando todo? ¿Qué no es lo que parece? Se lo que vi, y te vi ofreciéndote como una zorra… tal y como lo hiciste conmigo…

         El aire cambió violentamente de temperatura, descendiendo varios grados a la vez y Camus forcejeó para sacarse a Saga que le traía preso entre el propio pilar de su Templo y su cuerpo.

         Saga proyectó en su rostro una sonrisa pérfida de medio lado mientras soltaba los cabellos de Camus y dirigía su mano a la entrepierna de éste y le acariciaba sobre la ropa.

         -  He sido considerado contigo y te he estado esperando a pesar que ya lo hemos hecho antes. Se acabo el tiempo… para que esperar – más frió y escarcha empezaban a cubrir los pilares – si seguro te lubricas para Milo.

         - ¡Cállate!

         Camus le empujó completamente molesto pero Saga volvió con más fuerza. Con mucho más fuerza fue acorralado contra el mismo pilar, por el impacto éste se agrietó.

         - No me hagas reír, tu poder no se compara al mío.

         - Basta Saga… - no sonaba a una súplica, sino a una orden.

         Saga se acercó peligrosamente a su cuello, olfateando la fragancia a rosas un poco mitigada por la presencia del alcohol, sus manos se colaron a la cadera de Acuario.

         - Suéltame – sentía como el cosmos de Saga se hacía presente debilitando el suyo con una violencia que no percibió antes – Saga… - llamó a la cordura cuando de la cadera, una mano pasó a rozar su espalda por debajo de la camisa y la otra por debajo del pantalón.

         - Eres mío Acuario…

         - No… jamás así – dijo enfriando entonces su propio cuerpo y por efecto el de Saga. Él se enfureció más,  pegó su hombría a la suya en una fricción… - ¡Saga!

         El gemelo mayor pegó los dietes al cuello de Acuario y sus manos no se quedaron quietas.

         - ¡Basta!

         Fue estúpido, fue descuidado pero… la velada la disfrutó al estar con Milo, no le dejó como Saga, no le juzgó al estar bebiendo, rió a su lado y quizá por esa razón  dijo lo siguiente:

         - Milo nunca lo haría así…

         Error.

         Saga paró en seco y los ojos se le desorbitaron. Apenas dio lugar a Camus de argumentar o decir más, sólo pudo quejarse y forcejear inútilmente. Era arrastrado por el Templo de Acuario hasta que tras una puerta encontró la habitación y sin reparar en mirar detalles, arrojó a Camus hacia la superficie de la cama y se montó encima sujetándole los brazos y buscando lugar entre sus piernas.

         - Y cómo lo haría Milo – chocaban nariz con nariz con sus respiraciones aceleradas de por medio – Dime…

         - No… no quise… detente…

         - Tarde.

         Miedo, paralizado por el miedo y por el irreal escenario que vivía y se desataba sobre su cuerpo…

         …

         ¡¡¡NO!!!

          

                                        

              

     

 

  

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

vaya!

Saga si que esta... les dejo a su criterio y por fa no olviden dejarme los preciados reviews si? en verdad me gusta mucho saber que cuento con su apoyo >o< jeje

Y gracias to tambien pienso que Shion es el uke.

Como siempre y perdon que me repita les pido paciencia que el siguinete capi llegara pronto y sera uno de los ultimos.

Nos leemos!!!  


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