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Love's Way por SHINee Doll

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Notas del capitulo:

Kibum dejó de respirar en el momento en que sintió los labios de su compañero posarse sobre los suyos, en el que sería su primer beso. Su corazón saltaba violentamente dentro de su pecho, amenazando con escapar de un momento a otro. Se quedó quieto, notando que Minho tampoco se movía.

 

Labios ~

-Es que realmente no logro entenderlo.- siseó Minho, moviendo sus manos torpemente. –A veces me pregunto qué pasa por la cabeza de Jonghyun-hyung, pero nunca doy con la respuesta.-

Kibum asintió torpemente, tratando de prestar atención, aunque eso era imposible. El modelo llevaba alrededor de veinte minutos hablando sobre algo que él desconocía completamente, pues aunque se encontraba a su lado, toda su atención estaba puesta en el movimiento de los labios de su compañero.

-¿Tú sabes algo, Key-hyung?- cuestionó, logrando sacar al mayor de su ensoñación.

-No.- respondió bajito. Y aquello no era una mentira, realmente no se había enterado de nada. Quizá porque no podía dejar de pensar en los labios rosados del más alto, quien ahora los mordía con una nota de diversión en su mirada oscura.

-Kibum-ah.- acarició con sus dedos la suave mejilla de su hyung, deleitándose con aquella piel tan delicada. Por unos momentos, se perdió en aquella mirada felina, esos ojos negros y enigmáticos. -¿Me estás escuchando?-

-Lo siento.- el todopoderoso desvió la mirada, sonrojado.

El chico carismático lo contempló en silencio. Kibum era hermoso, no podía negarlo, demasiado perfecto. El muchacho mantenía los ojos cerrados, permitiéndole contemplar su magnífico trabajo al delinear aquella mirada tan penetrante y misteriosa. El sonrojo seguía instalado en sus pómulos altos, esos que le hacían ver adorable. Y se mordía el labio con vergüenza, lo que a Minho le provocaba un cosquilleo en el estómago.

Si había algo que Minho deseaba con ansias, desde hace semanas, eso era, sin duda alguna, probar los labios de Kim Kibum. ¿Por qué? Simplemente porque le quería. No. No era sólo eso. No era por curiosidad o cariño, nada de eso. Amor. Sí, él lo sabía. Jinki también lo sabía. Jonghyun parecía sospecharlo. Taemin no quería creerlo. Él, Choi Minho, Flamante Carisma, estaba enamorado de Kim “Key” Kibum, la diva de SHINee.

Kibum abrió los ojos lentamente, aún mordiéndose el labio con nerviosismo. Minho estaba perdido en sus pensamientos, pero su mano no había soltado la mejilla de Key aún. El mayor le contempló sin decir nada, deseando secretamente que aquellos enormes ojos le miraran únicamente a él, que esas mejillas se sonrojaran cuando le dijera un “te amo” al oído, que esos labios le besaran por la noche y sus sonrisas sólo le pertenecieran a él.

Key era egoísta, muy egoísta. Anhelaba cada una de las expresiones del modelo, cada una de sus palabras y sus caricias. Más que eso. Quería que Choi Minho le perteneciera completa y totalmente. Para siempre.

No, no era un capricho, como alguna vez lo fue la atención de Jonghyun. No era un cariño maternal, como en el caso de Taemin. Tampoco era una profunda adoración, producto de la admiración, como lo sentía hacia Onew. No. Era diferente. Le había costado mucho darse cuenta, pero cuando lo hizo, decidió arriesgarlo todo. Porque estaba locamente enamorado del modelo.

Se acercó lentamente, dejando su rostro a escasos centímetros del de Minho, quien despertó de su ensoñación repentinamente. Sus miradas se cruzaron y Kibum perdió el poco valor conseguido, deseando echarse hacia atrás y huir tan pronto le fuese posible.

-Key…- sí, cometió el error de mirar esos labios de nuevo. Minho sonrió, mirando a Kibum dulcemente, y esta vez no pudo reprimir el deseo de acortar la distancia que les separaba.

“Si se queda mirando tus labios, bésalo”.

Kibum dejó de respirar en el momento en que sintió los labios de su compañero posarse sobre los suyos, en el que sería su primer beso. Su corazón saltaba violentamente dentro de su pecho, amenazando con escapar de un momento a otro. Se quedó quieto, notando que Minho tampoco se movía. Ese beso, sin duda alguna, no pasaría de un simple roce. Estaba seguro.

-Lo siento, hyung.- susurró el modelo, apartándose de él y buscando la manera de agrandar la distancia que minutos antes deseaba borrar por completo. –Yo…- sus ojos brillaban a causa del llanto contenido.

Kibum notó el miedo oculto en aquellos orbes oscuros. Se acercó a él, a pesar que el menor trataba de evitar su mirada, y tomó su rostro entre sus manos. Las mejillas de Minho comenzaron a teñirse de un adorable color rosa, apenas perceptible para los curiosos ojos felinos del mayor.

-Te quiero.- soltó suavemente. No esperó respuesta alguna. No la necesitaba.

Minho sintió los labios de Kibum sobre los suyos, aunque de una manera completamente distinta. La mamá del grupo solía ser una persona directa y en extremo decidida, así que no debía sorprenderle el que no titubeara como él. Comenzó a corresponder aquella caricia, sintiendo sus alientos mezclarse.

Sus labios parecían encajar perfectamente, al igual que sus cuerpos. Debían estar juntos, pensó Kibum en algún momento. Se separó sólo unos segundos, los suficientes para tomar algo de aire, y arremetió de nuevo contra el modelo, siendo recibido con mayor entusiasmo.

Para aquel entonces, después de minutos de besos entrecortados y gemidos contenidos, Kibum se encontraba sobre el menor, con una pierna a cada lado de su cuerpo, aferrándose a su cuello con desesperación, mientras el otro le sostenía firmemente por la cintura con un brazo y le acariciaba el muslo derecho con la mano libre.

-Minho.- gimió bajito, volviendo a besarle.

Aquellos roces inocentes de un principio, habían sido sustituidos por violentos choques de labios, sensuales danzas de lenguas y fuertes mordidas. Kibum sentía como sus rosados labios comenzaban a hincharse y estaba seguro que ahora brillaban de un color rojizo, como los de su compañero. Sin embargo, no perdió oportunidad de seguir con aquella travesura. Después de todo, ya había confesado lo que sentía y no le habían rechazado. Con eso bastaba.

-Kibum…- el menor lo apartó un poco, buscando sus ojos. El mayor le sonrió de aquella manera coqueta, moviendo sutilmente su cadera, provocando que Minho cerrara los ojos un segundo. –Te amo…- y volvió a besarle, robándole más que el aliento.

-Te amo.- susurró Key cuando logró respirar de nuevo. –Para siempre.-

Nuevos besos, nuevas caricias, nuevas sensaciones. Sus cuerpos se estremecían ante el torrente de emociones. Sus corazones vibraban enérgicos, llenos de una calidez que hasta ese momento desconocían. Siguieron de esa manera, perdidos en su mundo. En su propia burbuja. Concentrados en ese juego de labios.

 

Notas finales:

He decidido actualizar cada sábado, aunque posiblemente después comience a hacerlo dos días a la semana. Sólo espero que les esté gustando esta pequeña colección de historias. 

 

Nos leemos pronto. Chu ~


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