El gran día llegó. Diciembre… el fin de año donde se recibían los jóvenes del sexto año. Naruto con 17 años terminó sus estudios con excelentes notas y promedio. Pero al igual que el resto, estaba perdido porque iniciaría la vida de un adulto y no sabía qué carrera empezar.
Y le daba un poco de miedo.
Vestido de negro. Con una camisa blanca y corbata azul. Se veía muy hermoso para las mujeres y cierto azabache que no perdía de vista sus movimientos.
—Namikaze Naruto.
Su nombre fue mencionado sobre el adornado escenario. Se puso de pie de la silla junto a la de sus compañeros de salón y caminó por la alfombra roja con una pequeña sonrisa en los labios. Sintiendo las luces llegar a su rostro, las cámaras captando el momento de tomar su diploma como el resto.
El cómo su abuelo y su padrino lloraban emocionados tomando fotografías y haciéndolo avergonzar por sus acciones.
Pero estaba feliz. Tenía una familia y sabía que sus padres estarían orgullosos de él y le miraban desde lo alto en el cielo.
Abrazó cariñosamente a su profesor Iruka, con el recorrió gran parte de su niñez y no pudiendo evitarlo, largo un par de lágrimas con el mayor en medio de un estruendoso aplauso.
—Lo voy a extrañar… mucho…
El peli-marrón le sacudió el dorado cabello mostrándole una gran sonrisa y continuaron con los siguientes alumnos de egreso.
Tuvieron una fiesta en un salón enorme que se utilizaba para las clases deportivas. Con mesas a los alrededores llenas de platos exquisitos como de bebidas. La noche era para ellos. Los jóvenes se movieron en el centro con la música a alto volumen que rompería los tímpanos a un adulto. Naruto bailó toda la noche en compañía de sus amigos, con Hinata e Ino. Luego se tomaron de las manos todos formando un círculo y dando interminables vueltas hasta caer al piso mareados y partirse de risa. Se contaban chistes y cosas estúpidas de cuando uno era un niñito.
Lloraron un poco al decir cuánto se extrañarían y tomarían caminos diferentes, temiendo olvidarse o nunca verse de nuevo. Pero estaban cerca, sus hogares estaban a esquinas de los demás, pero no verían a Naruto por un tiempo y eso les daba tristeza.
Neji invitó a su prima a una pieza lenta de baile. Sai invitó a Ino. Kiba bailó con una chica de otro salón. Skikamaru irritado por la música que no paraba salió un momento a tomar aire, y Naruto… entre medio de aquellas luces casi como reflectores, pudo verlos juntos toda la noche. Sasuke y Gaara se quedaban sentados en el fondo viendo a los demás bailar. Se decían cosas y hasta veía al pelirrojo reír.
“Bien por ellos”-pensó.
La fiesta culminó a las dos de la mañana. El salón comenzó a despejarse. Naruto y algunos de los estudiantes de otros cursos se dispusieron a limpiar el piso repleto de servilletas y gaseosas volcadas.
—¿Quieres ayuda?
Cuando sus ojos le vieron se puso nervioso.
—¿Y Gaara?-volvió a su tarea de limpiar el piso con una escoba.
—Su hermana vino por él. Lo están cuidando mucho.
Tragó en seco y levantó la mirada tratando de no sonar tonto.
—Bien… podrías… ayudarme a juntar las latas. Hay muchas allí-señaló el extremo opuesto.
Sasuke asintió y se puso manos a la obra. Al parecer no volvería a molestarle y eso le tranquilizaba, cuando terminaron, solo un adiós fue suficiente y tomaron caminos separados.
Pero ya no hará falta, Sasuke… este es la última vez que me veras en mucho tiempo…
—No olvides llamarme todos los días de la semana.
—No te preocupes, abuelo. Estaré con el padrino-miró al peli-plata con una sonrisa.
—Sí, estará conmigo. Lo cuidare como mi hijo-le pasó el brazo por los hombros-Será divertido pasarla juntos un tiempo.
Se acercó y lo abrazó efusivamente. Como iba a extrañarlo.
—¿Seguro que… estarás bien?
Jiraiya acababa de enterarse del rompimiento con Sasuke y no podía evitar sentirse mal por su nieto. Cuando llegó a casa luego de terminar con la limpieza, su pequeña familia lo esperaba en la sala con una sonrisa. Le pareció el momento perfecto para comunicarles lo siguiente…
—Hay algo que deben saber ambos…
—¿Qué es?
—Sasuke y yo…
Terminamos hace un mes y medio.
La cara de los dos no tenía precio al mostrar su desconcierto. Pero Naruto ya quería quitarse ese peso y dejar expuesto todo su dolor.
—Estaré bien, viejo… je… créeme que ya he superado todo.
—Hora de irnos-Kakashi tomó dos maletas-Perderemos el vuelo.
—Volveré, abuelo, lo prometo-se miraron unos instantes tras haber roto el abrazo, se sonrieron, y vio a su nieto perderse por la puerta de su hogar. Abriéndose a un nuevo camino.
—Buena suerte…
OOoOO
Cayó de sorpresa al hogar de los Sabaku no. Por una petición especial de Naruto, él estaba allí.
—¿Le sirvo algo de beber?
—No, gracias.
—Por favor, siéntese.
—Se lo agradezco, pero… vengo de paso. Tengo entendido que mi hermano está viviendo aquí.
—Así es.
—Lamento causarles problemas-se inclinó como gesto de disculpa.
—No, no se preocupe. Sasuke se sabe comportar.
Itachi se irguió con una pequeña sonrisa.
—Mi presencia en su casa se debe a que vengo por mi hermano. Tengo algo importante que decirle.
—Sasuke salió con Gaara a dar una vuelta, pero eso fue hace una hora, creería que ya estarán de vuelta en unos minutos.
—Ya veo. Pues… siendo así, aceptaré sentarme.
OOoOO
Caminaban a tropiezos por la cantidad de gente a sus alrededores. En total, cargaban cuatro maletas y dos mochilas en sus espaldas.
—¿Quieres ayuda?
—Puedo solo padrino-le sonrió.
—Ok, sigamos adelante así consultamos el vuelo.
—¡Sí!
¡No llegues tarde, Itachi!
OOoOO
La puerta fue abierta por el azabache seguido de cerca por su novio pelirrojo.
—¿Tú?
Itachi se levantó del sofá recibiéndolo ahí mismo con seriedad.
—Antes que nada, hola Gaara.
—Buenas tardes, señor Itachi-saludó cortésmente el oji-verde.
—Sasuke, necesito hablar contigo-afiló la mirada-Es… importante.
Gaara los observó mirándose intensamente, sabía que era muy personal.
—Subiré a mi cuarto. Hablen tranquilos.
—Gracias por su amabilidad.
—¿Qué quieres?-preguntó de mala gana poniéndose de brazos cruzados.
Una vez que Itachi comprobó que se perdía escaleras arriba y se escuchaba la puerta de una habitación cerrarse, suspiró y soltó la bomba.
Lo que Naruto deseaba por última vez.
—Tu ex… se va a Estados Unidos. Ahora.
OOoOO
—¿A dónde vas?
—Al baño.
—No te tardes, pronto subiremos.
El rubio salió de la larga fila en espera y corrió directo al fondo donde se ubicaban los sanitarios.
Se apoyó en el frio cerámico esperando por aquella persona. Que entrase al baño de hombres y… lo besase por una última vez.
—Sasuke…
Quince minutos tardaron en llegar al aeropuerto. Bajaron del vehículo del mayor y emprendieron la corrida al interior del establecimiento el cual estallaba de gente.
—¡¿Dónde?!-gritó, Sasuke desesperado.
—¡Sígueme!
Con la respiración agitada siguió la espalda de su hermano mayor escuchando los anuncios y horarios de la línea de vuelos, poniéndolo más nervioso a cada segundo. Itachi se detuvo de golpe causando que él chocara con su espalda.
—Aquí. Entra rápido.
No entendía nada. Decirle de Naruto así como si nada y conducirlo a…
—¿El baño?-preguntó confundido.
—Naruto te espera-se apoyó contra la pared al costado de la entrada-No tienes mucho tiempo. ¡Entra!
El menor abrió la puerta y se internó al baño masculino todavía perturbado por lo que acontecía. Al doblar la pared que separaba las cabinas, pudo verlo…
—Sasuke…
Naruto le esperaba apoyado contra la pared al costado del espejo. Se observaron por unos segundos que parecieron eternos en su pequeño mundo.
Quitó la mirada de aquellos pedazos de cielo que tanto lograban atraerle.
—¿Cómo es eso que te vas al extranjero?-mantenía la cabeza gacha.
No escuchó una respuesta. Sino más bien pasos. Cuando levantó el rostro, se encontró con la intensa mirada de Naruto y sus labios alcanzando a pronunciar algo.
—Calla…
Luego… nada importó.
Naruto le besó apasionadamente. Sus brazos rodearon su cuello, queriendo intensificar el sabor y la lengua que se adentraba en su cavidad con tanta lujuria.
—Aaah…
Sasuke cedió fácilmente. Acorraló al rubio contra una de las puertas de una cabina, rodeó su cintura apegando tanto como pudiesen sus cuerpos. El beso duró hasta que el oxígeno escapara de sus pulmones.
Se besaron con completa desesperación. Sus leguas danzando juntas y mezclando sus salivas una y otra vez. Paseando sus manos por el cuerpo contrario.
Para Sasuke, fue el momento más sensual de su vida. Para Naruto, fue los más triste que hubiera sentido.
—Do… dobe…-susurró, intentando recuperar el aire.
—Adiós…-empujó al moreno bruscamente alejándolo de su cuerpo y corrió rápidamente hasta la puerta. Golpeándola.
—¡¡Naruto!!
OOoOO
—Adios, Itachi.
Abrazó al mayor sintiendo un dolor inexplicable en su pecho.
—Buena suerte, Naru.
—¡¡Naruto!!
—¡Vete!
El rubio se separó de él y siguió su camino a la fila que estaba abordando al fondo.
Itachi tuvo los segundos necesarios para lograr agarrar a su hermano del cuello de su camisa cuando este pateó la puerta del baño del lado de adentro.
—¡¡Suéltame!!
Lo tomó con ambos brazos, rodeándole el pecho como si estuviera abrazándolo.
—No iras por él. Debe tomar ese vuelo.
Sintió que desfallecería, pero no fue así. Su hermano lo tomó de la cintura evitando su caída en medio del aeropuerto, pero no pudo evitar que desgarrara su garganta.
Sus ojos se abrieron de golpe sintiendo una punzada en su pecho, un dolor tan fuerte que lo hizo casi desvanecerse.
—¡¡¡Naruto!!! ¡¡No te vayas!!
—Sasuke…-contuvo las lágrimas con esfuerzo, sintiendo el temblor intenso del menor entre sus brazos-Ya es suficiente. Él debe hacer su vida alejado de ti.
—¡¡No!! ¡No, no, nooo!
—Dile adiós al amor de tu vida, hermano menor.
—¡¡Suéltameeeee!!
—¡Ya, cállate!-le tomó fuertemente de los hombros, mirándole con furia y dolor-¡Calla!
—…
—Pareces un niño pequeño actuando de ese modo. Pronto serás padre y debes comportarte como uno.
Sasuke bajó la mirada dejando de forcejear. Pero también se permitió dejarse caer. Su hermano mayor lo tomó entre sus brazos dejando que posara su rostro en su pecho.
—¿Sasuke?
Los brazos de su hermano rodearon la espalda de Itachi, buscando consuelo desesperadamente. Y entonces lo oyó… los sollozos de Sasuke no tardaron en convertirse en llanto frente a una gran multitud que caminaba a sus respetivos vuelos o buscaba a sus familiares entre los pasajeros.
—Idiota…-sollozó el mayor-Si lo amabas… porque le engañaste….
—Por un… hijo… un hijo…
El avión se perdió de vista en el cielo minutos después, bajó la mirada de los hermanos Uchiha.
OOoOO
Caminaba de una esquina a otra, poniendo nervioso a los demás presentes.
—¡Siéntate, joder!-gritó, Temari.
—¡No quiero!
—No se puede gritar aquí, tengan más respeto-comentó, Kankuro.
La puerta fue abriéndose lentamente y los tres callaron al instante. Dos enfermeras salieron y detrás de ellas venia el doctor con un bulto pequeño en sus manos. Sasuke corrió a su lado con una gran sonrisa en sus labios. Los hermanos Sabaku miraban emocionados la escena.
—Con cuidado-habló, el doctor.
—Sí…-se sentía idiota tartamudeando-Es tan pequeño…
Sasuke cargaba su bebé con suma delicadeza.
—Felicidades.
—Bienvenido al mundo… Ryunosuke.
(Continuará)