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"El camino de lágrimas" por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

¡Hola!

Este capítulo es medio extraño, creo que por el final. La verdad no sé. Pero espero sus críticas como apoyo, gracias por sus lindos comentarios.

Y lamentablemente tendré que dejarlos por un tiempo.

(Leer notas finales)

 

—¿Qué?-aquellas palabras retumbaban en sus oídos.

Al ver la cara de desconcierto de Sasuke, sonrió.

—Está aquí, Sasuke, en Japón-respondió tranquilamente. Se perdió por la puerta entreabierta la cual cerró tras su partida.

—Oye… ¿Estás bien?

Sasuke se puso de pie y observó al muchacho desnudo en el sofá que se mostraba indiferente por lo ocurrido.

—Ya vete-susurró, recogiendo sus pertenencias desparramadas en la alfombra.

El menor suspiró y se acomodó en el sofá buscando con la mirada sus pantalones y bóxers. Dichas pertenencias estaban a la orilla del mueble. Comenzó a ponerse los bóxers estando de pie mientras miraba al azabache abrocharse la camisa rápidamente.

—Estuviste genial-sonrió sensual.

El moreno no dijo nada. Tomó su calzado y se acercó a las escaleras para subir a su habitación.

—¿Cuándo lo repetimos?

Sasuke se dio vuelta mostrando una cara nada amigable.

—¿Cuándo? Niño no repito. Siempre busco alguien diferente, no te hagas ilusiones de otra ronda.

El joven rubio lo miró y siguió vistiéndose como si nada. Sasuke comenzó a subir los peldaños.

—Lástima-le escuchó susurrar al chico.

El menor se fue tras su fugaz comentario, Sasuke se recargó en la pared al llegar hasta arriba del pasillo dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo. Bajó la mirada al suelo.

Está aquí, Sasuke, en Japón.

Cerró sus ojos y se dejó caer al suelo sentado. Apretó sus manos formando los nudillos.

—Dobe…

OOoOO

Gaara caminaba por el centro comercial observando las vidrieras. Se sentía aliviado, un peso menos en sus hombros. Naruto le estaba ayudando demasiado y estaba tremendamente agradecido. Pronto caería la noche y regresaría a su hogar en busca de sus pertenencias y las de su hijo para irse con sus hermanos. No tendría problema puesto que el moreno siempre se iba por las noches a algún bar de mala muerte.

—¿Gaara?

Dejó de mirar la ropa del negocio que exponían delante. Se volteó encontrándose con Sai, amigo de Naruto.

—Hola-saludó, sonriendo levemente.

—¿Has podido arreglar tu asunto con Naruto?-preguntó, sonriendo no tan abiertamente.

—Sí. Debo agradecerte, ya que tú me has hecho saber de su llegada y permitiste que los acompañara al aeropuerto.

—No hay problema. Me gusta ayudar a quienes lo necesiten. ¿Cómo anda tu pequeño?

—Muy bien, gracias-los amigos que tenía el rubio eran muy buenos. Jamás tuvo tanto amigos como Naruto, eso lo ponía triste.

—Gaara… yo…-comenzó, nervioso.

El pelirrojo le miró sonriente por su titubeo repentino.

—Sí, dime.

—¿Me acompañarías a hacer las compras?

Gaara vio al pálido moreno con las mejillas algo sonrojadas, supuso que era por el frio que comenzaba a hacer en el ambiente. Estaba vestido con un elegante traje de todo empresario.

—¿Sales del trabajo?

—¿Eh? Si… recién acaba mi hora. Estoy exhausto.

—Bien. Vamos entonces. Será un placer acompañarte-le sonrió cordialmente.

—G-gracias…

Eran las nueve de la noche, Gaara se la había pasado genial en compañía de Sai. Luego de las compras, el azabache le invitó a tomar un café en una cafetería con medialunas. Charlaron de tonterías, como programas de televisión y gustos de cada uno de animales, colores, música entre otras cosas. Pero sabía que tan agradable momento no duraría para siempre.

—Debo irme. De verdad me la pase bien contigo

Sai se puso de pie de la mesa dejando el dinero y tomando las bolsas de compras.

—¿Puedo acompañarte a casa?

—Yo…-puso su cabeza a persar rápidamente. Si Sasuke estaba en casa, habría problemas. Miró su reloj, no, seguramente había salido como tantas noches anteriores-¿Por qué no?-sonrió-¿No será un problema para ti?

—No, por supuesto que no.

Salieron juntos del local. Gaara miró las cuatro bolsas que traía el moreno en las manos, dos en cada una.

—Deja que te ayude….-rosó su mano con la suya tomando las dos bolsas de su mano derecha. Ambos, sintieron una corriente inexplicable. Gaara lo ignoró, pero Sai no quería hacerlo.

Ya era tarde para él.

—Gracias.

—Je… vamos a mi casa.

Estaba enamorado desde un tiempo atrás.

Y sufría. Porque Gaara no estaría por mucho tiempo.

OOoOO

Acababa de cenar. Lavó lo que ensució al instante para cecarlo y guardar en su respectivo lugar. Fue apagando cada luz para subir a su habitación, dejando solamente una pequeña lámpara en el comedor. Cuando entró a su cuarto, comenzó a desvestirse. Desprendió su camisa blanca y estuvo a punto de quitársela, pero algo lo detuvo.

La puerta de su apartamento era tocada insistentemente.

—Maldición, ¿Quién mierda viene a molestarme a esta hora?-molesto, salió bajando las escaleras viendo la luz pequeña iluminar la entrada.

 Quitó el seguro y lo abrió estrepitosamente no siendo consciente de como se presentaba ante una visita.

Cuando vio a la persona del otro lado de su puerta, lo supo. La mirada negra escaneando cada parte de su cuerpo, su abdomen al descubierto.

Se agarró las uniones de la camisa juntándolas con una mano para que dejara de mirar su pecho.

No estaba sonrojado, estaba sorprendido y furioso.

—¡¿Qué haces tú aquí?!-reclamó.

—Quería verte… no lo sabía.

Naruto tragó en seco ante sus palabras. No caería, no, era más fuerte y decidido que antes.

OOoOO

—Así que quieres irte con tus hermanos-hablaba ayudando a empacar la ropa del pelirrojo en una maleta.

—Sí, ya no lo soporto. Qué bueno que no este, no quería meterte en problemas-comentó serio, cargando otra maleta pero con las cosas de su bebé.

—Descuida, se defenderme del Uchiha-rió-Ya lo he hecho en la secundaria.

—Ja, ja, te creo. Mejor apuremos, no quiero encontrármelo en la salida.

—Como mandes, Gaa-chan…

—¡…!-le miró al rostro fijamente.

—…

—Lo… lo siento… no quería…-desvió la mirada de sus ojos verdes que le miraban intensamente.

—No te apenes, es solo que…-bajó la mirada dejando de doblar la ropita de su hijo en la maleta-Es solo… que… de alguna manera me siento muy… feliz…

—Gaara…-abrió sus ojos desmesuradamente de preocupación al ver las lágrimas del pelirrojo deslizarse-¡¿Estás bien?! Joder, soy un tonto. ¡Te hice llorar, nunca me lo perdonare!-se acercó a su lado.

—Estoy…-posó una mano en su hombro y levantó el rostro-Estoy bien, no te preocupes… odio ser tan sensible-rió bajo.

—No llores…-levantó su mano con algo de inseguridad a lo que iba a hacer, pero se armó de valor y le brindó una caricia en la mejilla a Gaara secando sus lágrimas con el dorso de su mano-No te veras lindo llorando… me gusta cuando sonríes-comentó cálidamente.

Sus ojos verdes se abrieron sorprendidos. Esa caricia… le había trasmitido tantas cosas, cosas que nunca pudo recibir de Sasuke, su esposo. Y de Sai, alguien que casi no conocía era… raro y a la vez bonito.

Sai se vio nervioso y rebosante de alegría.

—Déjame estar así… solo un poco, por favor…-susurró escondiendo su rostro contra su cuello.

Sentía su calor, sentía su tristeza. Gaara le estaba abrazando. Lo rodeó con sus brazos sonriendo con ternura.

—No hay… problema, Gaa-chan.

—Gra-gracias…

Lo abrazó contra su pecho brindándole todo su apoyo, escuchando sus sollozos en silencio.

OOoOO

—No sabía que habías regresado.

—No tenias porque saberlo-comentó, manteniendo la cordura-Vete de aquí.

—No quiero-respondió, firmemente.

—Tks… lo de tu hijo lo arreglaremos en otro momento. Gaara ya te lo ha dicho, ¿verdad? Aun así, este no es el momento ni el lugar para hablar. Lo haremos cuando nos juntemos con Gaara.

—No vengo por eso…

—¿Entonces?-preguntó, sabiendo la inevitable obviedad.

Pasó por la puerta haciendo retroceder unos pasos al rubio. Levantó uno de sus brazos acercándolo a la mejilla contraria, acarició las marquitas del rubio con suavidad.

¡Debes controlarte, Naruto!-se gritó, internamente cerrando sus ojos.

—Vine… porque deseaba verte, Dobe. Mierda yo… ¿Cómo debo decirlo…?

Naruto le dio un manotazo apartando su mano del rostro.

—¡No quiero que digas nada! ¡VETE!-se estaba alterando-¡Vete!-se alejó de él con temor agarrándose del borde de la escalera.

—Naruto-sonrió. Todavía lo amaba, el rubio todavía lo amaba-¿No me has olvidado, cierto?-comenzó a acortar la distancia.

Pronto, Naruto lo tuvo cara a cara. Sentía que la respiración se le pararía en un instante.

—¿Me amas, Dobe? Dímelo…-susurró, muy cerca de sus labios-Dímelo…

El ojiazul suspiró fuertemente, sus brazos apartaron el cuerpo contrario con fuerza. Sasuke le miró sorprendido por la fuerza que ejerció en él. Naruto levantó el rostro con el pecho al descubierto y sonriendo altaneramente.

Sasuke se tensó. Ese no era, Naruto.

No lo era.

—¿Amarte?-rió-Ja, ja, imbécil… te odio con todo el alma. Eres… un bastardo insensible. Te arruinaría la vida si quisiera, pero no me da la puta gana en este momento.

Ese Naruto estaba fuera de sus posibilidades.

El rubio se acercó de golpe a él, le tomó una de las manos y la posó en su pecho descubierto, haciendo que lo acariciase.

El azabache le observó totalmente sorprendido. Sintiendo la suavidad de su piel, la piel de su antes novio.

—¿Quieres esto, Sasuke…?-susurró sensual a su oído.

El ojinegro se excitó de inmediato con aquella voz grave.

—Vete con otro entonces, porque yo… ¡No te daré nada!-se separó al instante adoptando una expresión seria en su rostro-¡Y largo de mi casa!

Vaya, el dobe tenía doble personalidad. Tal parecía… que sería difícil conquistarlo nuevamente.

(Continuará)

Notas finales:

 

Mi notebook murió nuevamente. No sé cuando pueda repararse, siendo que todavía no la he llevado para arreglar, si sale mucho el arreglo tardare T.T.

Este capi fue subido de la compu de mi padre, compu que no me llevare conmigo. Es de él.

Estaré ausente por un tiempo indefinido, dependiendo cuanto tarde en arreglarse el problema y que disponga del dinero para pagarlo. Así que, me gustaría ver sus comentarios antes de irme. Me voy el domingo en la noche, así que estaré mirando la pagina para leer los fic por última vez T.T.

MUCHOS BESOS.

Próximo capi:

—Naruto…

—Sasuke, quiero presentarte a alguien.

Gaara y Sai miraban expectantes la puerta abriéndose, Sasuke no le daba tanta importancia.

La miró de pies a cabeza. Una simple mujerzuela.

—Mi abogada.

—Mucho gusto, señor Uchiha, soy Haruno Sakura-saludó, seriamente-Yo me ocupare de que el pequeño se quede con Naruto-Sasuke afiló la mirada en ella-Espero que podamos resolver esto sin tener que llegar a extremos-sonrió.

Esa simple mujerzuela le quitaría a su hijo. No iba a permitirlo, no lo haría. Aunque tuviera que pelear con Naruto.


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