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"El camino de lágrimas" por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Especial de san Valentín, espero les guste. Gracias por apoyarme en cada capítulo.

 

—Admítelo, Sasuke, estás acabado-dijo Naruto en tono serio-Tu hijo… es mi hijo ahora.

Todos miraron a Sasuke que no tenía como defenderse ante las claras pruebas. Agachó la mirada y miró los papeles que Sakura había depositado en la mesa, levantó la muñeca en el aire.

—Bolígrafo, por favor-pidió en tono serio.

La muchacha peli-rosa sonrió y le pasó dicho elemento a sus dedos. A los ojos de todos, Sasuke firmó los papeles donde dejaba la custodia de su pequeño en manos de su ex.

—Ha hecho lo correcto, se lo aseguro.

—Bien…-miró a todos, y se perdió en los zafiros de Naruto unos segundos-tengo cosas que hacer, adiós.

El azabache les dio la espalda y caminó hasta la puerta, tomó el picaporte y salió de ahí rápidamente. Todos suspiraron aliviados.

—Pensé que no lo haría-comentó, el pelirrojo.

—Yo estaba en lo mismo, pero me pone feliz que al menos haya tomado la decisión correcta -respondió, el rubio con sinceridad.

Sakura se paró a su lado y posó una mano en su hombro con una radiante sonrisa.

—Felicidades, Naruto. Eres legalmente tutor y padre del pequeño.

El rubio sonrió y miró a Gaara que lloraba de alegría. Sai lo abrazó sintiéndose feliz por su alivio, su hijo sería cuidado por una gran persona, pero él mismo estaría pendiente que al hijo de Gaara no le faltara nada nunca y le brindaría cualquier ayuda que necesitara en el futuro.

Celebraron con una gran cena y luego cada uno tomó camino a su hogar, a excepción de Sakura que permanecería en casa de Naruto hasta que su esposo viniera por ella.

En la noche, la muchacha peli-rosa se ocupó de levantar los platos de la mesa y las depositó en la pileta de la cocina para lavar.

—Sakura, no lo hagas. Eres mi invitada-el rubio tomó la esponja de las manos de Sakura-Yo me ocupare, tu ve a dormir-le sonrió.

—Naruto, no te preocupes. Me gusta ayudar. Además me has atendido de maravilla, quiero serte útil en algo.

—Ya lo has hecho con el caso. Descansa.

—El que debería descansar, eres tú. Después de todo…-sonrió-Conocerás a Ryunosuke en la mañana.

—Pero…

—No me contradigas-le arrebató la esponja de la mano-Anda, ve a dormir. Te dejare todo reluciente.

—Bien-suspiró, resignado-Buenas noches.

—Que descanses-le sonrió dulcemente.

Naruto subió las escaleras y llegó a su cuarto que estaba medio desordenado. Se sentó en la cama y comenzó a quitarse el calzado.

—Mañana ordenaré todo-susurró, desganado.

Cuando quedó descalzo y libre de sus medias, se ocupó de cerrar su cuarto y quitarse la playera naranja seguido de los pantalones. Se metió a la cama solo con bóxer. Y apagó la luz de la habitación de la tecla instalada a un costado de su cama.

Suspiró en la oscuridad mirando el techo en la claridad de la luna.

Sakura… tuvo suerte de conocerla. Suerte de que ella era abogada, y una muy buena. No había perdido ningún caso. Presentaba herramientas fuertes a la hora de un juicio.

Pero él había visto su otro lado. La chica fuerte y llena de convicciones, tenía su lado inseguro.

Caminaba por las calles acostumbrándose a su nueva vida en ese lugar tan extenso de habitantes. La conoció en una plaza media vacía. Había pasado cerca de ella, estaba sentada en la banca y notó sus lágrimas descender en silencio.

—Disculpa por entrometerme…-se inclinó frente a ella-Pero no me gusta ver a las chicas llorar. ¿Por qué lloras?-preguntó, gentilmente.

La oji-verde la observó sollozando y se secó el agua salada con la manga.

—Es que… mi novio me dejó.

—Cuanto lo siento-se sentó a su lado, posando una mano en su hombro-Suelta el dolor, créeme que te hará bien.

—Me dejó… porque hoy recibí una noticia en el hospital. Le conté y él dijo que no era acta para ser su esposa…-lloró, mirando a otra dirección. El rubio movía su mano sobre su espalda intentado consolarla—No puedo tener hijos…

Naruto sintió una punzada en su pecho. Esa chica sufría la misma situación que él tiempo atrás.

—Dime tu nombre, por favor-pidió, el rubio serio.

La peli-rosa la miró con expresión angustiada.

—Sa-Sakura…

—Sakura, hermoso nombre-sonrió-Me llamo, Naruto. Y lo que me has contado… lo he pasado yo también. Te comprendo perfectamente. Es un dolor profundo en el corazón y que llevara tiempo sanar, pero podrás salir adelante con ayuda de tu familia y amigos.

—Snif… n-no tengo amigos-sollozó-y mi familia vive lejos.

—Sakura, me tienes a mí.

El peli-rosa lo abrazó con fuerza y terminó descargándose en su hombro. A partir de ese momento, la muchacha lo invitaba a todas partes y lo hizo quedarse un par de veces en su casa. Naruto le contó todo de su relación con Sasuke, cuando ganó más confianza. Ella no lo discriminó por tener una relación con otro hombre en vez de una mujer o doncel. Mas bien, lo admiró por superar su dolor y tratar de seguir adelante con su vida.

Sakura se hizo su mejor amiga. Un día, la invitó a su trabajo en la empresa donde ayudaba a tu tío.

Todo había sido un cuento de hadas, eso le dijo Sakura cuando lo vio a los ojos. Naruto la acompañaba hasta el ascensor, cuando este se abrió dejando salir a un pelirrojo de traje negro y corbata roja con un maletín en manos.

Ambos conectaron miradas al instante. Naruto sonrió y supo que era el inicio de un nuevo amor en la vida de su amiga.

Sasori no solo terminó siendo su esposo, a pesar de tan poco tiempo de conocerse, se amaban. Y el pelirrojo se volvió el mejor amigo de Naruto y lo ayudaba siempre a organizar las conferencias. Era medio torpe y temía cometer errores que le costara su empleo, pero Sasori le brindó su apoyo en todo momento.

—Me alegra tener tantos amigos-rió. Pasaron unos cuantos minutos, y Naruto cayó rendido al sueño.

OOoOO

—Naruto, que alegría tenerte aquí. Por favor, pasa-Gaara le izo espacio por la puerta e ingreso algo tímido.

—Gracias… espero no molestar tan temprano.

—No te preocupes. Mis hermanos trabajan, solo estoy yo y el pequeño. Ah, y Sai vendrá dentro de poco, acaba de llamarme y pasara a comprar algo para cenar.

El rubio sonrió y miró curioso a Gaara.

—¿Te llevas muy bien con Sai, Verdad?

El Sabaku se sonrojó de golpe.

—Yo…

—Que feliz estoy por ti.

—Naruto…-sintió su brazo en su hombro.

—Aprovecha cada día para estar con él y tu hijo-sonrió dulcemente.

Gaara derramó un par de lágrimas.

—¡Seré feliz hasta el último momento, Naruto!

—¡Así se habla!

—Ven…-le tomó la mano-¡Ya quiero que lo conozcas!-gritó emocionado, cruzando el pasillo a los cuartos del fondo.

Una vez dentro. El blondo quedó cerca de la puerta y observó como Gaara tomaba al pequeño de la cuna, se volteó mostrando a un pequeño azabache que abría sus ojitos al despertarlo.

Se emocionó de golpe y se tapó los ojos.

—¡Naruto! ¡¿Naruto, estás bien?!

—Estoy bien…-sollozó-Es hermoso, Gaara. ¿Cómo pudo Sasuke ignorar a su pequeño tan cruelmente? Es hermoso como él…

—Naruto… cárgalo.

—No… yo…

El bebé lo miró fijamente y el rubio pensó que estaba leyendo su mente o algo así.

—Vamos, no seas cobarde-rió.

—Soy muy torpe, tengo miedo de que caiga de mis brazos.

—Tonterías, sé que puedes-le depositó el pequeño en sus brazos y Naruto quedó inmóvil.

—Oh, dios… es la primera vez que cargo uno.

—Dile algo, Naruto. Te está mirando.

—¿Qué puedo decirle?-se sentía estúpido.

—Cualquier cosa, solo hazlo. Debe conocer tu voz.

Bajó la mirada viendo sus ojitos negros observándole intensamente.

—Hola pequeño-sonrió conmocionado-Yo… soy Naruto. Tú y yo estaremos juntos por mucho tiempo, ¿Sabes? Pero por ahora… disfruta a tu papá ¿Sí? Él te ama mucho.

Levantó la mirada y vio a Gaara llorar con una sonrisa.

—Hermosas palabras-susurró.

Naruto percibió un cálido toque en su camisa.

—Gaara…

El pelirrojo lo vio minuciosamente y rió.

—Le agradas mucho, Naruto. A mi hijo le agradas.

El pequeño azabache tenía sujeta con ambas manitos su camisa celeste. Y le miraba insistentemente.

Tuvieron algunos problemas después cuando vino Sai. El moreno quería cargar al pequeño, pero no quería despegarse de Naruto. Gaara intentó de todo para distraerlo y sacarlo de los brazos del rubio, pero Ryu seguía agarrando la camisa de Naruto.

Finalmente, cuando anochecía, el propio rubio lo despegó de su cuerpo y se lo entregó a Gaara. El bebé comenzó a llorar de inmediato.

—De verdad se ha encariñado contigo-comentó, Sai.

—Sssshh, no llores, Ryu. Prometo volver ¿Sí?-le acarició la cabeza suavemente y se calmó.

—¡Guao! ¡Eres genial con los niños!-respondió, Gaara.

—Je, je… ¿Tú, crees?-se rascó la nuca apenado-Bien, debo irme. Gracias por la cena, estuvo deliciosa. Sai cocinas estupendo.

—Te lo agradezco-sonrió, el pelinegro.

—Nos estamos viendo, chicos-se despidió en la puerta.

—Buenas noches-saludaron ambos.

—Descansen-habló, Naruto y se perdió tras la puerta.

Caminó pensativo durante el barrio. Miró la hora y el día marcado arriba. Sintió un dolor en el pecho que lo obligó a parar. Se sostuvo de una reja de una casa e intentó normalizar la respiración. Se agarró el pecho, y comenzó a llorar.

El reloj no mentía.

Mañana era día de san Valentín.

OOoOO

La mañana estaba repleta de gente en los negocios. Y adornados con corazones y moños e incluso globos en forma de corazón. Suspiró, no era su día.

Le traía dolor.

Sin embargo, había ido esa mañana temprano por una razón y no iba a escapar sin cumplirla. Vio una hermosa tienda de flores y no dudó en entrar.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?-preguntó la encargada con una pequeña sonrisa.

Sasuke miró su alrededor analizando cada flor.y miro las hermosas rosas rojas.

—Permítame decirle, señor, que la rosa roja es una clara muestra de amor hacia la otra persona. Tiene buen gusto.

El azabache tomó una con delicadeza y la acercó a la mesa de cobrar.

—Me llevo esta solamente.

—Muy bien.

—Quiero ponerle una nota, ¿tiene papel y bolígrafo?

—Desde luego, tome.

—Gracias…

Se puso a un lado y en un pequeño espacio de la mesa comenzó a escribir.

OOoOO

—Sai…

El moreno se presentó a la casa con traje, llevando un ramo de rosas rojas y un paquete de bombones suizos.

—Feliz día de San Valentín, Gaa-chan…

A Gaara se le llenaron los ojos de lágrimas y lo besó en la puerta tiernamente. Esa tarde la pasaron juntos con Ryunosuke, comiendo bombones y viendo películas románticas.

OOoOO

Miraba televisión tranquilamente en el sofá. Se distrajo al escuchar como tocaban su puerta insistentemente.

—¡Ya voy!

Suspiró y se puso de pie acercándose a la puerta.

La abrió y no vio a nadie.

—Maldita sea… me están jodiendo-masculló. Pero su mirada pronto fue captada por una rosa en su entrada.

Se inclinó y la tomó con su mano derecha.

—¿Para mi…?-se preguntó, incrédulo.

Notó la nota amarrada en la rosa, era una pequeña tarjeta. La abrió y tan solo leer la corta frase, hizo que sus ojos desbordaran amargas lágrimas.

 

“Nunca deje de amarte, Dobe. Te mentí esa vez.”

 

—Sasuke… me haces tanto daño…-susurró, llevándose la rosa al centro de su pecho.

 

(Continuará)

 

Notas finales:

 

Aclaración: Naruto solo esta recordando sus propias escenas, ¿Me explico? La parte de Sai-Gaa y Sasuke, él no la sabe. Solo recuerden que donde este Naru, esos serán sus recuerdos del pasado.

¿Se confundió mucho, @-@?

¡Saludos!


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