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"El camino de lágrimas" por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Recordatorio para este capi:

Shiro: hijo de Suigetsu.

Rei: hijo de Juugo

(Los personajes pertenecen a Masashi-sensei)

 

Actualidad.

 

—Naruto.

—Gaara…

Estaba cansado que siguiera sufriendo dormido. Lo tomó del hombro y lo sacudió.

—¡Ya despierta, Naruto!

Los ojos azules se abrieron del susto y se cayó de la silla donde había permanecido dormido. Miró hacia arriba topándose con la mirada oscura de su amigo.

—Sai… lo siento, me quedé dormido-se tocó la frente. Bajó su mano hasta sus ojos y pudo notarlo. Estaban húmedos-Joder… otra vez.

—Es la tercera vez en la semana, Naruto-susurra-¿Estás bien?

Se pone de pie y se limpia los ojos con la manga.

—Perdón, no me gusta que me veas de esta manera. Recordé cosas y… bueno, lo extraño.

—Está bien extrañar a alguien, siempre y cuando no interrumpa tu vida diaria-habla fríamente-No fuiste al trabajo y ya llegas tarde-miró el reloj en la pared-¿Qué harás?

—Supongo que ordenar… pasaré por Ryu luego. ¡Ah, casi lo olvido! Sai, Ryu necesita tu ayuda con un trabajo de arte, me encargo decírtelo.

—Bien. Pasaremos los dos por él y le ayudaré. Pero si no tienes nada que hacer, quiero que me acompañes al aeropuerto.

—¿Aeropuerto? ¿Qué harás allí?

—Itachi, ha vuelto.

OOoOO

Era la una de la tarde. Los salones comenzaron a despejarse, los alumnos transitaban los pasillos hasta la salida.

El joven azabache estaba sentado a un costado de la puerta en las escaleras. Sus amigos habían decidido quedarse a acompañarlo hasta que vinieran por él.

—Es raro. Ya debería estar aquí.

—Tal vez tuvo un inconveniente en su trabajo-alegó, la pelirroja.

—Mh…-se puso de pie-Creo que hoy caminaré.

—Podemos esperar un poco más-habló, el peli-naranja-no es molestia.

—Chicos…-los observó y sonrió-¿Por qué no caminamos un rato?

—¿Ahh?

—¿Qué hay de tu padre?-preguntó, Shiro.

—Descuida, volveré-bajó las escaleras rápidamente y el grupo le siguió.

Cruzaron la calle hasta la otra avenida, se internaron en el barrio donde a esa hora no había gente circulando.

Iban distraídos a excepción de Ryu que se detuvo de inmediato.

—¿Qué sucede?-preguntó, Karin.

—¿No lo escuchan? Son sollozos.

Agudizaron sus sentidos y captaron el ruido de angustia, pero no fue lo único.

—¡Deja de llorar maldito doncel!

—Un jalón de cabello y estás llorando, que patético son ustedes-gritaba otro.

—Me dan ganas de vomitar. Por más que puedan tener hijos, siguen siendo hombres.

—Por favor… basta, ya no me molesten…

—La nena esta llorando, que pena-se burlaba el cuarto miembro de esa banda.

El azabache al oír todo aquello, apretó sus puños con fuerza y salió corriendo a enfrentar los malditos.

—¡¡Ryu, espera!!-gritó, el oji-lila.

—Al juzgar por la voz, son mayores y son cuatro personas-comentó, Rei.

—No tenemos tiempo para tu análisis-frunció el seño-¡Vamos a ayudarle!

Al doblar la esquina pudo verlos. El chico de unos quince años aproximadamente, estaba de rodillas en la acera, uno de los muchachos lo tenía sujeto por el cabello mientras amargas lágrimas surcaban su rostro.

Su mochila estaba tirada con los útiles desparramados. Uno de ellos pateaba su capeta ocasionando que las hojas se salieran y se doblaran de mala manera.

—¡BASTA! ¡No lo molesten más!

—Vino tu principito escoria-río mirando al moreno a la cara. Soltó al joven tirándolo al piso y se puso delante de Ryu. El grupo lo rodeó en un segundo.

—¿Qué buscas niño?

—¿Quieres meterte en problemas por un estúpido doncel?

—Mejor vuelve a tu casita y olvídate de esto.

—Haz lo que dice mi amigo, ¿Quieres?

—¡¡Ryu!!

Miraron a la espalda del azabache, correr tres personas más que se metieron al círculo y se pegaron espalda con espalda mirando al enemigo.

—Eres un idiota-susurró, Shiro.

—Lo siento-sonrió.

—Veo que tienes tu grupito de salvadores, lastima-cerró sus manos formando puños, el resto hizo lo mismo-Prepárense, de esta no se salvan.

—¡Díselo a tu madre, estúpido!-miraron a Karin sorprendidos de sus palabras. Esquivó el ataque y le sorprendió con la guardia baja. Le pateó su entrepierna, y le dolió hasta Ryu ver su expresión de dolor.

—¡Esa es mi Karin!

—¡Concéntrate en tu adversario, Shiro!-gritó molesta.

El azabache observó al chico apaleado todavía en el piso temblando.

—¡Corre de aquí, nosotros nos encargaremos!-esquivó un puño que iba directo a su estomago-¡Lárgate!

El doncel recogió su mochila y lo que pudo de sus pertenencias dañadas y emprendió su huida velozmente.

—¡Ryu!-gritaron, sus amigos al ver que era tirado al piso y lo tomaban de la solapa de su camisa. La mochila todavía permanecía puesta en su espalda.

—¡Déjalo en paz!-el joven de cabellos platinados se acercó a él y fue agarrado por otro oponente de la muñeca-¡Suéltame!-comenzó a forcejear.

—Cállate-levantó la mano e impacto contra la mejilla del peli-lila.

Karin cerró sus ojos llena de impotencia. La tenían sujeta de ambas manos tras su espalda.

—¡¡Shiro!!-Ryu lo vio todo. Su sangre descendía de sus labios, y simplemente le sonrió-Shiro… ¡Déjenlo en paz!

—Debiste pensar mucho antes tus acciones. No juegues al héroe mocoso o puedes perjudicar a tus amigos-río.

Supo desde un principio que no tenía oportunidad con ellos. Mas si eran de 25 años para arriba. Eran altos y tenían más musculo que su propio cuerpo. Pero no era ningún debilucho, los horas en la clase de kendo habían hecho efecto en él.

Pero no era suficiente.

—Mira esto-observó como el mayor sacaba un arma punzante de su bolsillo, se sintió asustado como nunca antes, pero a la vista de sus compañeros y del resto mostraba una increíble indiferencia-Es una pena que tenga que abrir tu piel tan blanca…-la paseó por sus mejillas.

—¡¡Maldito!!

—Tápale la boca a esa zorra-habló furioso-¿Eres el líder, cierto? Como tal, debes responsabilizarte del grupo. Recibirás las palizas por tus amigos.

El pelinegro suspiró y cerró sus ojos cuando lo tiraron al piso boca arriba. Eran dos. Uno agarraba sus brazos y el otro paseaba su navaja libremente por su cuerpo.

—¡¡Basta!!-incluso Rei se había descontrolado. Solo podían ver a su amigo haciéndose el duro, pero estaban seguros que Ryu tenía miedo.

—Este es el precio de meterse con nosotros. Agarra sus brazos fuerte-advirtió-Ya escogí el lugar.

—Bien, si eres hombre te aguantaras esto, niño-se burló.

—¡¡Ryu!!

Mierda…

OOoOO

—No esta-dijo alarmado-Me dijeron que ya salieron hace rato.

—Tranquilízate Naruto. Tal vez está en la plaza con sus amigos.

—Él me llamaría para avisarme. Es mi culpa…-se tocó la frente-Demore mucho.

—La culpa es mía entonces. Nos quedamos charlando y la hora voló.

—Itachi…

—Ven-le tomó del hombro-Vamos a recorrer las calles, puede estar cerca.

Caminaron apresuradamente la calle al cruzar frente al instituto. Más adelante estaba la plaza y podía estar ahí, pero entonces ambos se detuvieron al oír fuertes gritos de angustia.

—¡¡Bastaaa!!

—¡¡No más!!

—¡Naruto, espera!-vio correr al rubio y perderse en la esquina.

Al doblar, se encontró con una imagen demasiada impactante.

—Señor… Namikaze-susurró, Karin llorando.

Itahi apareció y se abalanzó contra los que tenían a Karin y a Shiro.

—¡Apártate de mi hijo!-gritó envenenado el rubio. El puño llegó directo a su rostro y cayó sentado al piso con la boca sangrándole-¡Maldito!

El muchacho se puso de pie y retrocedió asustado por su mirada.

—¡Vayámonos!-gritó al resto.

Los hombres que enfrentaban a Itachi siguieron a su líder y corrieron temerosos por otra calle.

—¡¡Cobardes!!-gritó, Shiro con la mejilla morada.

Karin y Kei permanecían en silencio mirando al padre de su amigo. Se dejó caer de rodillas lentamente y con los ojos aguados en lágrimas frente al azabache.

—Ryu… háblame…

—La he… cagado… je…-abrió sus ojos débilmente. Apenas podía hablar por el intenso dolor-Le… golpeé la cara… y siguió… lastimándome…

—Oh, dios mio, sobrino…

Miró a Itachi acercarse junto al ojiazul.

—Hola… tío…

—No hables-dijo el rubio serio. Lo tomó entre sus brazos y se puso de pie ante la atenta mirada de Itachi.

—Vamos al hospital.

—Bien. El auto quedó adelante.

Naruto miró a los amigos de Ryu.

—Ustedes también vienen con nosotros.

—Si, señor-hablaron al unísono. La mirada del rubio les daba escalofríos. Parecía estar controlando su rabia. Era un demonio.

—Naruto…

—No hables, Ryu…

—Te quiero…

—Idiota…-sollozó, acercó su rostro y le besó la mejilla con ternura-Aguanta hasta que lleguemos.

—No hace falta decirlo… soy fuerte…-río débilmente.

—Lo sé-lo abrazó a su pecho, Ryu rodeó su cuello y descansó su barbilla en su hombro.

—Naruto…-susurró-tu camisa…-se escuchó alarmado porque la manchaba con sangre por sus heridas no tan profundas.

—No importa. Solo relájate. Y dime, papá… bastardo.

Ryu sonrió y cerró sus ojos mientras caminaban a buscar el vehículo.

OOoOO

—Señor Uchiha-la puerta de la oficina fue abierta inesperadamente por su secretaria.

—Mierda-gruñó molesto-Dije que no me molestaran a menos que fuera urgente, tengo muchos papeles que firmar-se quitó las gafas de lectura de sus ojos, masajeándose el puente de su nariz.

—Señor, es urgente-habló nerviosa por su penetrante mirada.

—¿Qué es?

—Su hijo esta hospitalizado.

Sasuke se puso de pie de golpe.

—Cancela la reunión de esta tarde y diles a todos que no volveré hasta mañana-tomó su saco que estaba reposando en su silla.

—¡Si, señor!

Salió por la puerta y caminó seriamente a la vista de sus empleados curiosos. De detuvo y oprimió el botón del ascensor, mientras sacaba el móvil de su bolsillo para hacer una llamada.

—¿Sí?-se escuchó la otra voz.

—Naruto… ¿Cómo está mi hijo?

(Continuará)

Notas finales:

 

Solo les digo que espero les haya gustado, besos ñ.ñ.

Gracias por sus comentarios.


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