—Él está aquí-anunció su rubio padre a Ryunosuke al entrar a la habitación donde descansaba.
El seño del joven azabache se frunció y miró molesto al de ojos azules.
—Te dije que no quería verlo. ¿Por qué le dijiste?
—Sabes por qué, Ryu. Es tu padre-se acercó a la camilla.
El ojinegro bajó la mirada y apretó la cobija que lo arropaba con fuerza.
—Tú eres mi padre-susurró.
—Ryu…
—No me quiere, me abandonó por su trabajo y abandonó a Gaara e hizo de su vida una miseria. No merece vivir. Ojala muriese de una puta vez.
—¡YA BASTA!
Tembló ante el grito de furia de Naruto. Levantó la mirada y observó la tristeza en sus bellos ojos.
—Jamás vuelvas a decir algo como eso, Ryu, es horrible. No le desees la muerte a una persona y menos a tu propio padre. Tal vez haya sido malo en el pasado, pero no podemos juzgarlo nosotros, solo Dios puede. Ryu…-tomó sus mejillas con cariño e hizo que le mirara fijamente-Sabes que te quiero y tu padre también, solo que lo hace a su propio modo. Entiéndelo por favor. Da lo mejor de sí en la empresa que perteneció a su familia por años, da lo mejor para asegurarte un futuro-le sonrió.
Las mejillas del azabache se cubrieron de un tono carmín y desvió la mirada. El rubio le miraba con cariño y lo soltó.
—Bien lo haré pasar.
—Quédate-pidió.
—¿Eh?-se volteó a verlo antes de salir por la puerta.
—Cuando entre, quédate también. No quiero estar solo con él.
Naruto asintió con una pequeña sonrisa.
Cuando salió de la habitación vio al mayor parado contra la pared al frente de él.
—Puedes pasar, Sasuke. Ah, tu hermano volvió sabes-le recordó-Esta al fondo acompañando a los amigos de Ryu, ellos también recibieron daño aunque fue leve.
—Ya veo. Lo saludaré cuando lo vea-se había quitado la corbata que le molestaba y la había guardado en uno de sus bolsillos del saco negro. Se mostraba con los botones de la camisa desprendida y podía apreciarse su blanca piel sin problema.
El rubio entrecerró los ojos. Ya sabía porque lo hacía. Desvió la mirada de su perfecto pecho y volvió a entrar a la habitación siendo seguido por el azabache que sonreía de medio lado al ver los ojos azules escaneando su cuerpo.
—Hola, hijo-se acercó a la camilla y observó su abdomen cubierto por vendas-¿Cómo te sientes?
—Bien…-contestó serio.
Naruto los miraba apoyado en la puerta ya cerrada. Había mucha tensión entre ellos.
—Perdóname.
Ryu lo miró impresionado por aquella palabra. Naruto sonrió.
—Rompí mi promesa de llevarte al instituto. La verdad es que…-se rascó la nuca con nerviosismo-me perdí tanto en el trabajo que lo olvidé completamente. Fui irresponsable, lo siento hijo.
—Ya…-bajó la mirada-No importa-cerró sus ojos. Sasuke siempre lo dejaba con la mente en blanco para responder.
—¿Te duele mucho?
—Si me muevo demasiado, si. Por eso me quedaré unos dos días hasta ver como avanzo.
—Naruto me contó la causa. Eres una buena persona-sonrió levemente-no todos harían lo que tú hiciste. Pero ten cuidado la próxima vez. ¿Sí?
—Si… pero si llega a pasar nuevamente estaré preparado-sonrió arrogante-La semana que viene empiezan las clases de Kendo y soy muy bueno.
—Ya lo creo-rió. Su celular comenzó a sonar y Ryu suspiró.
Sasuke tomó el móvil y al ver el número de la pantalla chasqueó la lengua molesto. De inmediato finalizó la llamada oprimiendo una tecla.
Naruto y Ryu se sorprendieron. Por lo general le daba más atención a lo que pasaba en su empresa.
—Bueno, yo… iré a saludar a Itachi. Ya regreso-se volteó y abrió la puerta no sin antes dedicarle una fugaz mirada al rubio que le miraba serio.
Una vez solos, el joven azabache suspiró aliviado.
—No fue tan difícil-se burló el oji-azul.
—No tanto.
—Hasta se ha mostrado preocupado por ti, es un gran avance.
—No te ilusiones, Naruto. Seguramente lo hace para ganar tu corazón-comentó con molestia.
—Ja, ja, ja… ¿Estás celoso?-le acarició la cabellera negra.
—¿Tú qué crees?-levantó el rostro y le miró profundamente tomando su muñeca con la que acariciaba su cabeza-Eres mío.
El pobre rubio se sonrojó de golpe.
OOoOO
—No puedo creer que regresaras-habló apoyado contra la pared.
—Y yo no puedo creer que dejaras la empresa para venir a ver a tu hijo-Itachi desde afuera observaba como revisaban las heridas de Shiro. Rei y Karin estaban sentados acompañando a su amigo sobre la camilla.
—Pero lo hice ¿No? ¿Por qué regresaste?
—Me alegra que me extrañaras, hermanito-comentó sarcástico-regrese porque quería hacerlo. Eso es todo. Quería ver a mi sobrino y a Naru. A mis amigos de la universidad, los que por cierto veré mañana y a ti…
Sasuke desvió la mirada sintiéndose nervioso por sus palabras.
—No entiendo como… puedes todavía pensar en mí, siendo que… tú fuiste quien me echó de mi propia casa-dijo con rencor, pero sin atreverse a verle al rostro.
—Tú sabes porque lo hice. Y no me digas que no te lo merecías. Pero tampoco fue fácil para mí tomar esa decisión. Te extrañaba y siempre estaba preocupado por ti, después de todo eres mi familia.
Sasuke sonrió de medio lado y se acercó a Itachi posando una mano en su hombro.
—Odio tus cursilerías, pero también… te extrañé-susurró.
Pasó de él y se fue alejando por los pasillos dejando a Itachi sumamente sorprendido y feliz. Sabía bien que decir esas palabras de los labios de su hermano había sido muy bochornoso para él, que le había costado decirlas, y estaba feliz por ello.
Tal vez pronto… podrían recuperar el lazo de hermanos que tenían antes.
OOoOO
Estaba en el baño después de tan tenso momento entre Ryu. Ciertamente lo había dejado mudo en ese instante, se veía tan seguro de sí mismo y de sus sentimientos hacia él.
—¡Pero es un niño!-golpeó la pileta donde se había refrescado el rostro-Oh, Gaara… ¿No pudiste tener una niña? Hubiera sido más fácil-susurró frustrado.
Se miró al espejo fijamente.
—Soy un viejo… ¿Cómo rayos se ha enamorado de mi?
—No eres un viejo. ¿Y quién está enamorado de ti, Naruto?
Genial, lo que le faltaba.
—Sasuke, ¿Qué deseas?-preguntó de mala gana.
—¿Qué acaso no puedo venir al baño?-preguntó sonriendo de medio lado y acercándose a él.
—Si, mientras no sea por otras cuestiones-lavó sus manos y buscó un pañuelo en su bolsillo trasero para secarlas. Todo a la vista de los ojos negros.
Estaba por retirarse cuando Sasuke le detuvo de la muñeca.
Suspiró.
—Suéltame-ordenó.
—Tenemos que hablar.
—¿De qué?-se zafó del agarre y lo enfrentó cara a cara.
—De cuanto te amo y que no puedo olvidarte.
El corazón del rubio latió apresurado.
—N-no digas estupideces…-se puso nervioso de inmediato. Sasuke no dejaba de mirarle con deseo.
—No es una estupidez amarte.
Lo tomó de los hombros y lo empujó contra la pared acorralándolo.
—Sasuke-masculló, intentando controlar su ira.
—Te amo, Naruto.
—No digas eso-la debilidad volvía y se sentía indefenso ante sus palabras, ante sus caricias.
Sintió los labios del moreno besar su cuello con extrema dulzura y tomarlo entre sus brazos de la cintura.
—De-déjame… maldito…-estaba temblando y sentía que lloraría.
Sasuke lo tomó de las mejillas y le miraba con ternura, algo que no era común en él.
—Naruto… no estoy con nadie desde hace tiempo. Quiero recuperarte como sea, y voy a hacerlo. Voy a tenerte de vuelta-acariciaba sus marquitas-No puedo estar sin ti por mucho tiempo… siento que muero…-susurró.
Naruto cerró sus ojos e intentaba no escucharlo, pero era imposible.
—Te amo…
Sintió los suaves labios de Sasuke sobre los suyos, quiso separarlo, pero el moreno lo abrazó con fuerza tomándolo de la nuca y explorando su boca como un delicioso manjar.
Cayó ante sus caricias y sus deliciosos besos. No podía resistirse. Lo triste era que lo amaba demasiado y no había podido olvidarlo tras tanto tiempo.
Movió sus brazos, no para separarlo sino para abrazarlo contra su pecho y corresponder su acción.
Era un idiota, lo sabía y aun así no podía separarlo de él. Cuanto extrañaba besarlo, oler su aroma y sentir su calor junto al suyo.
Sus lenguas se tocaban y saboreaban la cavidad contraria. Se llenaban de la saliva del otro sintiendo una gran estaxis, el calor recorriendo sus cuerpos. Los besos se volvieron fogosos y desesperados.
—¡Aléjate de él!
Naruto abrió los ojos de golpe y se separó bruscamente de Sasuke al momento de oír la voz de su hijo.
—Ryu…
—Todavía lo amas-habló con tristeza.
El blondo sintió una punzada al ver al pequeño azabache deprimido y los ojos vidriosos.
—Tú imbécil-señaló a Sasuke quien no se mostraba alarmado como Naruto-Escucha esto muy bien porque no lo repetiré, ¡Naruto será mi novio, así que no sueñes que volverá a tus brazos! ¡Me oyes!
Sasuke miró impresionado a su hijo y luego miró al rubio quien se tapaba la cara avergonzado. Sonrió de medio lado mostrando una mirada desafiante.
—¡Esto es la guerra!-gritó, Ryu.
—La guerra para recuperar a mi Dobe de las manos de mi malcriado hijo-rió.
(Continuará)