—¡Ryu!
Naruto observó como el joven azabache salía de ahí a paso veloz muy molesto.
—¡Maldición!-miró a Sasuke-¡Esto es tu culpa! Si no me hubieras besado… ahora no querrá hablarme-suspiró.
—Yo también estoy molesto-la voz de Sasuke era muy fría.
—¿Eh?
—Naruto…-pronunció con molestia tomándolo de los hombros-¡¿Desde cuándo está enamorado de ti?! ¿eh?
El rubio frunció el seño.
—¡A mí no me levantes la voz, bastardo!-lo alejó de él.
—¡Es que eres un DOBEEEE!
—¡¡Cállate, TEMEEEE!!
—Ja, ja, ja, ja…
—Sa-Sasuke…-veía al moreno reír de una manera tan dulce que su corazón no paraba de latir descontrolado.
—Lo siento… ja, ja, ja, no puedo evitarlo-cerró sus ojos y suspiró intentando tranquilizarse-De repente me vi atacado por la nostalgia. Pero reír es mejor que llorar ¿Cierto?-vio sus hermosos ojos azules llenos de sorpresa. Tomó sus mejillas con cariño sonriendo de medio lado-No porque sea mi hijo, permitiré que me arranque la única felicidad que tengo en el mundo-junto sus frentes-De lo contrario… si pierdo, creo que tendré que suicidarme-se separó caminando hasta la puerta.
—¡¡Que mierda has dicho!!
El grito de miedo de Naruto detuvo sus pasos.
—¡Sasuke! Eso… ¡Es una broma! ¿Cierto?
Quería acercarse y zamarrearlo de la camisa. Golpearle y luego llorar como un niño.
No contestaba. Solo se quedaba ahí de pie dándole la espalda.
—¡¡Sasuke!!
—Adiós…
Cruzó la puerta del baño dejando al rubio con un dolor punzante en su pecho. Las lágrimas acudieron a él sin piedad, se agarró la camisa con fuerza sintiendo tanta impotencia y confusión en su interior.
Lo amaba tanto, que si moría, no podría soportarlo.
Sin embargo, el daño que le había hecho no tenía perdón. No podía volver con él luego de su infidelidad.
—¡¡Mierdaaaaaaa!!
OOoOO
Su vista se tornaba borrosa. Su cuerpo parecía estar menos ligero de lo normal, se sentía pesado.
—No otra vez…-masculló en voz baja, fingiendo estar bien delante del resto. Faltaba poco para salir del hospital.
Sasuke se detuvo sosteniéndose de la pared. Con su mano restante tocó su frente y notó el cambio de temperatura. Y no solo eso, el dolor de cabeza le estaba matando.
—La fiebre no impedirá que salga y me vaya a casa-continuó su recorrido hasta pasar la puerta de vidrio transparente. Su vehículo estaba parado del otro lado de la ruta.
Todo le daba vueltas y aun así, cruzó despreocupadamente sin ser consciente del peligro del tráfico.
Un auto se acercaba a él y estaba a minutos de atropellarlo.
—¡¡¡SASUKEEE!!!
Se vio impactado al suelo con un peso extra arriba de él, miró hacia arriba y notó un rostro mirándole asustado y con la respiración agitada, lo tenía rodeado con sus brazos.
—Na-Naruto…
—¡Dios, casi haces que me dé un paro cardiaco, maldito!-dejó caer su rostro en su pecho-¡¿Es que no miras a ambos lados?!
Sasuke rió bajito y lo rodeó con sus brazos.
—No me siento bien Dobe… esa es la verdad.
—¿Qué…?-se levantó un poco y tocó su frente con la suya-¡Sasuke, estás ardiendo!
—Odio los hospitales… y lo sabes.
—Lo sé-admitió-Pero aun así no puedo ignorar tu estado.
Deshizo el abrazo de mala gana y viendo como el rubio se paraba sacudiendo sus ropas. Le tendió la mano a él y la tomó sintiendo el impulso de Naruto al levantarlo. Tambaleó debido a un mareo repentino, el blondo paso un brazo por debajo del suyo para que se recargase.
—No quiero…
—No te comportes como un niño, Sasuke-reclamó. Observó a ambos lados la ruta y cruzaron sin problemas.
Abrió la puerta con una mano desocupada y entraron rápidamente.
—Busquemos un doctor.
—Tienes que pedir turno, Dobe… ah… creo que voy a desmayarme-advirtió.
—¡Aguanta un poco, Teme!-lo arrastró hasta el consultorio donde una joven lo miraba extrañada.
—¿Son pareja?
—Sí, lo amo demasiado.
—¡Sasuke, cállate!
—Enm… él no se siente muy bien, ¿Habrá alguien para revisarlo?
La chica chequea su computadora y les responde de inmediato.
—Hay un doctor desocupado. Está en el fondo en la habitación 23. Hable con él.
—Muchas gracias-retoman el camino por el pasillo lentamente ya que Sasuke es algo pesado.
—Lo estás haciendo a propósito, ¿Verdad?-pregunta molesto.
—¿Qué cosa?-la cabeza le daba vueltas.
—Siento que te estoy llevando solamente con mi fuerza y no pones voluntad de tu parte.
—Dobe… de verdad me siento débil…
—¡Deja de decirme, Dobe! Dime… Naruto-baja la voz al saber que están en un hospital.
Una puerta se abre a su paso y de ella sale…
—Ryu…
—¿Qué no se había ido? ¡Porque le abrazas!
—No lo estoy abrazando. Tu padre se siente mal y voy a llevarlo con un doctor.
—¿Celoso, hijito?-sonríe de manera desafiante.
—¡Sasuke, no digas nada!
—Ya veremos quién será el celoso… ¡Cacatúa!-se oye un portazo en segundos. Ryu se había vuelto a encerrar en la habitación.
Sasuke tenía una vena palpitante en su frente.
—¡Tú también heredaste mis genes, idiota! ¡Cacatúa pequeña!
—Sasuke… tú…-lo mira asombrado.
—¿Qué?-pregunta enojado.
Un momento de silencio y ve al rubio reír sin parar. Sasuke tan solo sonríe.
—Ustedes dos, ja, ja, ja, son un desastre, ja, ja, ja…
¿Así se siente… tener una familia…? Quisiera saberlo… Ryu.
No puedo dejarte al Dobe, lo siento.
—Naruto…
—Ja, ja, ¿Sí?
Lo toma de la nuca desprevenidamente con la mano que se encontraba sobre su hombro. Besa sus labios intensamente, degustando cada rincón hasta toparse con aquella lengua.
Naruto no intenta separarle, le corresponde con muchas ansias.
Lo amo, hijo… voy a pelear por él con todas mis fuerzas.
(Continuará)
