Sasuke se abotonaba la camisa blanca mientras el doctor acomodaba unos papeles en el escritorio.
—¿Y doctor? ¿Es algo de lo que deba preocuparme?
—No es algo serio, pero no debería descuidar su salud. ¿Tiene un trabajo en el que requiere mucho conocimiento?
—Soy dueño y jefe de una compañía familiar. Siempre estoy moviéndome de un lugar a otro y me quedo horas en mi oficina firmando papeles, escribiendo artículos. Lo normal-se encogió de hombros.
—Ya veo. Escúcheme señor Uchiha, sufre de estrés. Y sus ojeras se están notando seguramente a que esfuerza la vista en la pantalla. Tiene que descansar un poco los ojos.
—Tengo muchas responsabilidades, doctor.
—Cuidar de su salud también es una responsabilidad. Y ahora… le haré unas preguntas.
—Tks…
—¿Fuma?
—No.
—¿Ha tenido alguna lesión reciente que involucre su cabeza?
—No.
—¿Se salta alguna comida durante el día o noche?
—Pues… a veces me olvido de comer.
—Hay ve. Eso es malo. Su cuerpo debe alimentarse para tener energías.
—Mmm…
—¿Duerme lo necesario?
OOoOO
—Estúpido Teme…-mascullaba en voz baja.
Había ido al baño para lavarse la boca sin dejar ninguna esencia del moreno en ella. Era infantil, pero le urgía hacerlo. Su destino ahora era ir a la habitación de Ryu, notó la puerta entreabierta y vio a Itachi y a los amigos de su hijo.
Se quedó apoyado junto a la puerta esperando.
—Ryu… ¿Duele mucho?-preguntó Karin preocupada.
—Ya no tanto-sonrió-¿Cómo están ustedes?
—¡Ja, no me hicieron nada!-Shiro levantó el puño haciéndose el fuerte.
—Me doy cuenta…-Rei le miraba la mejilla morada y la frente vendada, el resto no era la excepción, Kei tenía vendado medio brazo y una mejilla marcada como Shiro.
La única chica del equipo, tenía las rodillas vendadas y uno de los tobillos. Afortunadamente nadie golpeó su rostro, gracias al uso de sus uñas, supo defenderse muy bien.
—Chicos debemos irnos-habló, Itachi.
—Estaré dos días aquí, no me extrañen-rió.
—¡Creído!-gritó, Shiro sonriendo.
—No te preocupes, le diremos al profesor.
—Sasuke debe hacer eso-se metió el azabache mayor a la conversación.
—No creo que vaya a mi escuela, tío Itachi.
—Lo hará. Puedes estar seguro-respondió con firmeza-Ahora, despídanse chicos. Sus padres deben estar preocupados.
—¡Cierto!-Karin se puso nerviosa.
—Llevamos media hora de retraso-contestó, Kei observando su reloj pulsera-mi celular quedó sin batería, no puedo mandarles un mensaje.
—Los llevaré en el auto, no se hagan problema. Saluden a mi sobrino.
—Nos vemos amigo-Shiro abrazó con cuidado el cuerpo vendado de Ryu-Te tendré la tarea lista.
—Bastardo…
—Ja, ja, ja…
—Recupérate pronto-se acercó Kei bridándole un apretón de dedos.
—No voy a morirme-se burló.
—Esperamos verte pronto en la escuela-dijo la pelirroja con cariño-le dio un pequeño beso en la mejilla.
—Así será, amiga.
Los tres muchachos salieron seguido de Itachi quien miró al rubio apoyado contra la pared.
—Puedes entrar-comentó en una media sonrisa.
—Gracias-miró a los jóvenes-Adiós muchachos.
—Adiós señor Namikaze-respondieron con respeto.
—Volveré cuanto antes por ti.
—Está bien.
Vio al azabache alejarse con los niños y entró cerrando la habitación.
—Ryu…
—¿Qué quieres?-preguntó molesto desviando la mirada a otro lado del cuarto.
—No te enojes conmigo…-habló bajo.
—Dijiste…-se notaba su rencor-que lo habías dejado de lado. Que Sasuke formaba parte de tu triste pasado y no tenías la más mínima intención de volver con él. Sin embargo, te veo en el baño besándolo apasionadamente bien abrazaditos. Me has decepcionado…
—No hables como si tú fueras mi padre-respondió serio-No lo entenderías, hijo.
—¡NO SOY TU HIJO!-gritó lleno de cólera enfrentando su mirada.
Los ojos de Naruto se abrieron de golpe y se cristalizaron.
—¡Quiero que me veas como una persona enamorada de ti! ¡Te quiero! Pero no de la forma en que amas a un padre. ¡Quiero abrazarte! ¡Besarte! ¡Estar contigo en todo momento! ¡Hacer el amor contigo!
—¡De-detente!-se agarró el rostro conteniendo el llanto.
Acalló sus impulsos viendo aquellos zafiros brillosos.
El blondo respiró profundamente y secó sus ojos con la manga antes de continuar.
—Ryu… no puedo verte como alguien más que mi hijo. Tal vez no puedo ser tu padre de sangre, pero sí de corazón. Te he visto crecer, alimentarte, vestirte, eh oído tus primeras palabras, el primer diente que cayó de tu boquita… te amo, pero como a un hijo. Además… soy un viejo, necesitas alguien de tu edad.
—¡Para mí eres el hombre más hermoso que hay! ¡Eres muy sexy, Naruto!
—Ryu…-tomó ambas mejillas acariciándolas, secó sus lagrimas, si, Ryu también lloraba-Ojala tuviera 16 años de vuelta-rió-Serás un lindo novio.
—No quiero a nadie más que a ti…-se aferró a su espalda-Ámame… Naruto-suplicó al borde del llanto.
El rubio sintió una punzada en el pecho, su situación en ese momento era muy difícil.
—Ámame…
—Ryu… yo…
Estaba escuchando a través de la puerta. Se oía perfectamente, apretó los nudillos sintiendo una gran furia.
—Te odio, Ryu…
Sasuke comenzó a caminar hacia la salida del establecimiento. Sin saber que se avecinaba una descontrolada tormenta.
Llamada, Sai.
(Continuará)
