—Sas-Sasuke.
¿Quiénes son esas personas? ¿Por qué llevan caretas?
Esto no es bueno.
No lo es.
—Naruto, no te apartes de mí.
Sasuke también lo presiente. Lo sabía, nosotros vamos a… vamos a…
—¿Sasuke?
Tu mirada me dice más de lo que quería saber. No hay forma de salir de esto, ¿verdad, teme?
Oh, Dios, eso que tiene en las manos es…
—Una escopeta automática.
—Naruto.
No me veas de esa manera, Sasuke, me duele mucho.
—Te amo.
—¡Aaaahhh!
—¡A-auxilio, alguien que nos ayude!
—¡Nooooo!¡No me maten, por favor, tengo familia!
—¡Griten, griten, Jashin, necesita más sangre! ¡Yo salvaré sus almas pecadoras de las llamas del infierno! ¡Jashin, los perdonara en la otra vida, jajaja!
—Naruto…
Mi cuerpo está temblando demasiado, mis ojos liberan muchas lágrimas saladas, yo… todavía necesito seguir un poco más con…
—¡Naruto, mírame!
…vida. Necesito decirte mis sentimientos, Sasuke.
—¡Naruto!-lo toma del mentón-Tienes que saber que pase lo que pase, siempre te amare… siempre, ¿me oyes, Usuratonkachi?
—Sasuke-sollozó.-¿Por qué nos pasa esto?
—Solo tuvimos mala suerte. Cuida de Ryu-no tardó en recibir un impacto en la espalda-Uuggh…-unas gotas de sangre se escurrieron por su boca.
—¡¡Sasuke!! ¡No, no me dejes!-intentó levantarse, pero el moreno lo retenía con su peso.-¡No, Sasuke, no, no!
—Lo hago por ti, yo… seré tu escudo hasta al final-sollozó-Sé feliz.-lo abrazó con fuerza.
—¡Noooo! ¡SASUKE!
…ruto.
—No… me… dejes…
…ruto.
—Sasuke…-una lágrima salió de uno de sus ojos cerrados.
—¡Naruto, despierta joder!-levantó la voz finalmente perdiendo toda la paciencia que le quedaba.
Los ojos azules se muestran nuevamente a la luz. Naruto despierta y no precisamente en la silla junto a la camilla.
—¿Qué haces durmiendo en el piso?
Se seca aquella humedad que había logrado con éxito su fuga de uno de sus ojos y se pone de pie con pereza, observa a Sasuke en la misma posición desde que se quedó dormido. No había ningún milagro.
—Me he caído de la silla, no lo sabía. ¿Por qué me molestas, Sai?-preguntó fríamente, tan molesto que su mirada era realmente obvia.
—Me das lástima, Naruto-escupe igual de molesto.—¿Acaso te has olvidado de Ryu? ¡Vengo de la casa donde lo tenían secuestrado!-levantó la voz—¿No te importa lo que le pase?
La mirada sombría del blondo cambió drásticamente de golpe. Su primera reacción…
Cuida de Ryu. Las últimas palabras que Sasuke susurró.
Pánico. Desesperación. Naruto despertó.
—¡Naruto!
—¡Mi hijo!-miró su reloj, eran las ocho de la noche.
Tarde. Era muy tarde.
—¡Naruto, escúchame!
—¡Mi hijo…Ryu, no! ¡¿Qué he hecho?!-se tiró al piso y lloró.
—¡Imbécil, escúchame!-lo tomó de las mejillas.—¡Él no estaba ahí, Ryu se había ido!
Naruto digirió lentamente sus palabras, pareció tranquilizarse.
—¿Qué estás queriendo decir, Sai?-murmuró apagando poco a poco su llanto.
—Interrogamos a los sospechosos, todos coinciden con lo mismo. Ryu se había escapado de Pain, y al parecer, alguien le ayudó.
—Está vivo… Ryu está vivo-sonrió con los ojos brillosos.
—Así parece-abrazó a su amigo que de inmediato correspondió su acción, necesitaba de un abrazo, necesitaba consuelo desesperadamente.
oOo
—Valla, valla, pero si eres tú.
—Necesito hablar contigo.
—Pasa-le cedió lugar por la puerta—¿Has podido llevar a cabo tu objetivo?
Caminaron al living. Kiseki alquilaba una casa enorme y cerca de la escuela de Konoha. Taiga se acomodó en unos de los mullidos sofás y miró a su compañero.
—No encontré a mi sobrino, Kiss. No estaba en esa casa, estoy muy preocupado.
—Mmm, ya veo. No son buenas noticias. Francamente esperaba que pudieras reencontrarte con él.
—Fui con un policía, y solo estaban los malhechores y un cadáver en una habitación. No sé que imaginar…-se llevó una mano a la frente.—Apenas lo conozco, he pasado poco tiempo con Ryu, pero es parte de mi familia, lleva la sangre de un Sabaku, es mi único sobrino. Ansió encontrarle.
—Taiga, yo, yo lo entiendo, pero… no sé qué más puedo hacer. Tal vez ese chico huyó cuando tuvo una pequeña oportunidad, podría estar desesperado buscando a su familia. Ubicar su hogar.
¿La casa?
—Si-se puso de pie abruptamente—Debe estar… no, pero, no tengo idea de donde vive Naruto.
—¿Naruto?
—Es el padrastro de Ryu.
—¿Y el padre biológico? ¿Sasuke, donde está?
—Él…-bajó la mirada—Él está en coma.
—¡Re-repite eso primo de Gaara!
Ambas miradas giraron hacia las escaleras, Taiga se sintió incomodo, era la primera vez que lo veía y había abierto demasiado la boca, miró a Kiss sumamente molesto.
—Perdón, no sabía que escucharía, mejor dicho, no pensé que podría ponerse de pie con esas heridas tan rápido-se disculpó con una pequeña sonrisa.
—¡Dímelo… por favor!-suplicó con la mano derecha sobre su pecho—¿Mi hermano de verdad…-sus ojos se aguaron—…está en coma?
Taiga suspiró derrotado. Tarde o temprano lo sabría.
—Sí, es verdad.
Y como si eso fuera poco, un adolescente apareció tras de Itachi. Taiga se golpeó la frente mostrando una vena palpitante, Kiss volvió a sonreír.
—Lo encontré en la calle herido, no podía dejarlo tirado-se excusó.
—El papá de Ryu… no puede ser… ¿Qué está pasando? ¿Dónde está Ryu?-levantó la voz—¿Y donde mierda estoy?-exclamó preocupado, Shiro.
—Itachi… cuando muera, tienes que prometerme algo-miró a su hermano fijamente.
—Sasuke, no es gracioso, no quiero saber nada de tu muerte. Todavía falta mucho, yo me iré antes.
Sasuke rió.
—Tal vez, pero… si muero primero, tienes que prometerme algo.
—¿Qué cosa?
—No lloraras mi muerte.
—No puedo prometerte eso.
—¿Por qué no?
—Es obvio que estaré muy triste cuando dejes este mundo, no me hagas hacer prometer que no lloraré. No podré evitarlo.
—Tonto-sonrió—Solo piensa… que en donde esté, no querré ver tus lágrimas. Quiero que sigas adelante, hermano.
—Sasuke…
—Promételo.
—No puedo.
—Itachi…-le miró entristecido.
—Necesito llorarte, cuando llegue ese día, no dudaré en llorarte.
—Sas-sasuke…
—¡Oye!-Kiss subió las escaleras rápidamente.
Itachi cayó débilmente y comenzó a llorar.
—Sasuke…
—Señor Itachi, su hermano no está muerto, no llore-Shiro se conmocionó.
—Sasuke…
—Tranquilízate, está en coma no muerto, tu hermano solo está durmiendo, ¿Lo entiendes?-Kiss intentaba animarlo, Taiga no sabía qué hacer, pero captaba los sentimientos del moreno perfectamente. El nudo en su garganta era una clara señal.
oOo
Sai lo había logrado. Fue una misión muy difícil, pero finalmente lo había podido cumplir, sacar a Naruto del hospital. Casi a rastras. Usando su vehículo de trabajo, condujo hasta la casa del rubio para que este lograra conciliar el sueño en un mejor lugar y pudiera comer algo.
—Sai, de verdad necesito estar junto a Sasuke.
—Lo harás, pero ahora es mejor que descanses en tu casa. Mientras tanto, avisaré a las patrullas y recorreré la zona en busca de Ryu.
—Voy contigo entonces.
—He dicho que no-suspiró—Mira, ya llegamos-las luces del auto alumbraron el sendero por donde se estacionaba.
Naruto distinguió algo raro en la puerta.
—Sai… Sai, en la puerta hay personas.
—¿Eh?
El blondo se bajó del auto apenas de detuvo.
—¡Naruto, espera!
Corrió. Los faroles de la calle ya estaban encendidos, al igual que las casas vecinas. Sus ojos escocieron.
—Naruto.-Sai se precipitó a seguirlo.
—R-ryu…
En la puerta, Deidara tenía entre sus brazos al azabache para evitar que tuviera frio, totalmente dormidos y siendo observados por las miradas llorosas del oji-azul y el pelinegro.
—¡Ryu!-gritó alto para que despertara.
Los dos dormilones abrieron sus ojos inmediatamente. Deidara lo soltó y el joven Uchiha sollozó arrojándose a los brazos de Naruto.
—¡¿Dónde estabas, Naruto?! ¡¿Dónde estabas?!-se aferró con fuerza a su cintura.
—Perdóname, perdóname mi pequeño, perdóname…-siguió llorando—Te he extrañado tanto, yo…
—¿Por qué no fuiste por mi?-lo miró a la cara—No tienes idea por lo que he pasado, te he necesitado demasiado… yo…-sus ojos no dejaban de liberar lágrimas.
—Ryu, yo también te he necesitado-lo tomó del rostro y le besó la dos mejillas. Volvieron a fundirse en un cálido abrazo.
Deidara largó un par de lágrimas y se puso de pie, Sai lo miró curioso.
—Necesito hablar contigo.
Deidara asintió y se alejó con el pelinegro del feliz reencuentro, solo unos pasos.
—¿Quien eres tú?-preguntó seriamente.
—Me llamo, Deidara. Yo…-dudó en hablar—Yo… yo estaba junto a los secuestradores-terminó admitiendo.
—Eres un muchacho honesto-le esposó las muñecas, Deidara no se resistió.
—¿Iré a la cárcel, verdad?-preguntó deprimido.
—¿Tú qué crees?-preguntó sarcástico y lo condujo a la patrulla.
Ryu y Naruto estaban en su propio mundo, no dejaban de sonreír y de abrazarse, no miraba que su tío llevaba preso a su amigo Deidara.
(Continuará)