-Pero si es idéntico!!-lo tomo rápidamente, no muchos sabían quien había sido su maestro, evitaba decirles por su incredulidad al escuchar que era el alumno de un dragón milenario-wow! Muchas gracias Manigoldo!!-el castaño le abrazo feliz, acaba de regresar de ofrendarlo, como cada que podía, guardaba un gran cariño por ese recuerdo.
-En serio era así?-Manigoldo dudo un poco, pero recibió el abrazo contento, en su vida creyó que Dohko fuera estúpido, per Shion era persistente, le alivia saber que no pasaría nada entre ellos.
-ujum…interrumpo?-Shion caminaba molesto junto con Albafika, ni cuenta se dio cuando Dohko llego, y justo como le insinuó Manigoldo, este no fue a verlo.
-La verdad sí-Dohko le dio un suave golpe a su atrapado, por un motivo no se llevaban muy bien sus dos amigos.
-No le hagas caso-Shion tenía cara de pocos amigos, el chico de Cáncer le causaba muchas molestias-mm…Albafika! Es bueno verte de vez en cuando!-Dohko saludo al Piscis sacándole sorpresa de su rostro, no consideraba a Dohko un amigo, mejo dicho, era su rival.
-He…sí-Shion y Manigoldo miraron la escena con escepticismo, pero el canceriano se dio cuenta que no tenía nada de qué preocuparse-estaba a punto de ir a mi casa-le contesto extraño.
-Tan pronto!?, bueno…cuando quieras puedes venir a visitarme-la oferta fue recibida con asombro, Shion no hablo, pero notaba la inconformidad en su charla-Y tú-Dohko llamó la atención de Shion-que no piensas acompañarlo?-Shion abrió su boca en busca de una negativa coherente, más su amigo ya le empujaba para que fuera con Albafika.
-Bajare para verte-Dohko le negó, como se le ocurría decir algo como eso cuando estaba con su ya casi novio, para ser el más popular en todo el Santuario no era tan listo-pero…-Dohko y Manigoldo se despidieron con las manos al ver como se marchaban.
-Ese tonto-el castaño hablaba-si ve que Albafika es bien serio y se le ocurre decir que nada más lo va acompañar, en verdad es muy poco romántico!-le reprendería por eso después, por el momento el sueño ya le estaba llegando.
-Te gusta el romance?-pregunto Manigoldo pensativo, su amigo ya había hablado del tema dos veces en un día-yo realmente no se mucho de eso-quizá por eso no tenía novia, jamás le importo, pero todos ya estaban comenzando a crearse una vida-mierda!, me voy a quedar solo!-ahora que lo pensaba no quería ser el solterón del santuario y por ende, la burla de todos.
-Jajajaja, si no tienes pareja es porque no quieres!-A Dohko no le importaba ser soltero, el amor llegaría en su momento, no tenía porque apresurarlo-además, a mi me gusta que sean atentos conmigo, pero a muchos otros no-a diferencia suya, muchos preferían ser un tanto más serios, como El Cid y Sísifo, no necesitaban andar de la mano por todo el templo para demostrar su cariño.
-Supongo que tienes razón…-Sí a Dohko no le importaba, a él tampoco-nos vemos!-mejor iba con su nuevo prospecto a amigo, lo noto algo triste por no tener donde poner el juego.
Llego a su templo e inmediatamente se puso a buscar una mesa adecuada, no era tan elegante para poner el tablero, pero seguro estaría más contento que si lo ponía en el suelo-ya vine!-como siempre se anuncio a su entrada, para sorpresa suya, el tablero estaba perfectamente acomodado a un lado de la caja que le encerraba-vi que estabas algo deprimido por tener que dejarlo en el suelo, mira lo que traje!-le mostro un par de sillas y una mesa de madera, las empezó a acomodar justo a un lado, eran comunes y sin mucho chiste.
-Gracias…-un susurro a su oído le hizo temblar-también quisiera algo de ropa-Manigoldo se sonrojo, no volteo, pero noto los hombros desnudos de su custodiado.
-No tienes?-la pregunta inconscientemente lo hizo imaginarlo, piel clara exquisitamente labrada sin ningún tipo de prenda que lo protegiera de su vista-ayer, traías una manta-el dios se enredo en su pecho, sin ningún oportunidad de voltearse-te conseguiré ropa-termino Manigoldo sintiendo que el abrazo no se soltaba.
-Si me sigues haciendo favores yo podría recompensarte-Las manos de Thanatos bajaron hasta el vientre bajo de Manigoldo, pero ahí culmino su contacto, el caballero aguantaba la respiración sin proponérselo-…si juegas mi juego, yo jugare a lo que quieras-Manigoldo jaló aire cuando su hospedado se alejo.
Una brisa pasó en la habitación, cuando se dio vuelta Thanatos ya había desaparecido-no juegues conmigo…-su sonrojo estaba en presente, un juego quizá, pero le estaba interesando-aceptare jugar contigo, y también te conseguiré ropa-sería lindo vestirlo justo como él deseaba, además de que tendría un buena compañía-no tienes que hacer nada por mí, si quieres algo puedes pedírmelo, sé que no puedes apartarte de este sitio-Salió de la habitación, cerrando tras de sí, puso una mano en su pecho respirando en calma, le gustaba ese tacto, pero como a todos, suponía que ese tipo de cosas era excitante, quien rechazaría semejante propuesta, viniendo de un ser tan hermoso como el dios-hermoso…-lo mejor sería descansar, mañana le buscaría ropa.
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Qué es esto!?-El dios miraba con asco la ropa que le había conseguido, era una suave tela con un color levemente rosa, el dorado estaba en el borde de las mangas y el cuello, conservador muy parecido al de las mujeres del pueblo-llévatelo! No pienso ponerme eso, prefiero seguir cubriéndome con esta sabana-Manigoldo rio, era una broma sabía que Thanatos no se podría ese vestido, aunque sería interesante verlo en semejante atuendo.
-No te molestes, es blanca, pero creo que te quedara-una camisa con pantalones blancos le fue entregada al pelinegro, siempre llevaba ropa oscura, pero estaba seguro que le quedaría cualquier color-también te traje un abrigo, pero…no puedes salir-un hermoso abrigo negro que llegaba por debajo de sus rodillas, algo inútil, tomado en cuenta que era ropa de invierno y estaba encerrado.
-Si puedo salir, si llevas la caja contigo-no lo había dicho antes, seguramente el hombre no tenía permitido sacarle de ese sitio, le parecía absurdo, salir a pasear en custodia de un caballero.
-No es necesario que salgas de Cáncer, a lo mejor, si te portas bien por supuesto, te llevó más lejos-Thanatos empezaba a tolerar ese tipo de comentarios, estaba confinado, no se sentía “mal”, más no buscó nunca divertirse, felicidad, cariño, compasión eso eran puros capricho que solo dioses mayores o idiotas tenían, su señor Hades era sumamente centrado, no buscaba una musa que le inspirara, su ejército le bastaba, por eso le servía, por eso, y por una que otra amenaza innecesaria, los dioses mayores no eran de su agrado, Zeus, Poseidón, seres que no se conformaban con una amante, y con el amor de sus lacayos, no, ellos buscaban cumplir todos sus codiciosos deseos, sin importar que tanto fueran a quitarle a los demás-no te enojes, sabes que si mis amigos te ven querrán matarte-Thanatos despertó de sus reflexiones, mejor sería no salir, como su hermano dijo, necesitaba tiempo para que su cabeza se enfriara, ¿cuándo cayó tan bajo para convertirse en lo que ese día era?.
-Deseo estar solo-la figura desapareció y la sabana cayó al suelo, Manigoldo noto el vacio en sus ojos negros, recogió la sabana y dejo la ropa en una de las sillas, el dios no estuvo escuchando, por primera vez sintió curiosidad por él, quien era?, Sagitario y Capricornio fueron los encargados de esa investigación.
Fue corriendo con el Cid, Sagitario preguntaría demasiado y el patriarca por más confianza que le tuviera, le conocía, le advertiría gravemente sobre lo que estaba haciendo, el no caería en la trampa de Thanatos, si es que la planeaba, pero necesitaba saber un poco de él-El Cid!!-el hombre giro en su dirección, entrenaba en uno de los tantos ríos que por allí pasaban-necesito preguntarte algo-.
Pasó las tardes de tres días en conversación con el Capricornio, todas, durando hasta la madrugada siguiente, Manigoldo sabía que le estaba exigiendo demasiado sin decirle siquiera su verdadero interés, más no era de su incumbencia, si necesitaba algún favor, le pagaría con creces, pero ese conocimiento fue prohibido para los demás-es todo lo que sé, pero no pareces satisfecho-como encerrarles, su poder, sus habilidades, incluso su apariencia estaba detalla.
-Gracias, fue solo curiosidad malsana-en su camino recordó la mirada vacía del dios, ¿qué significa eso?, desde que le capturaron no quedaba rastro del monstruoso poder al que se enfrento, ni un siquiera de sus insulto dolorosos, de ese tan afamado “orgullo de dios”, parecía un príncipe, de esos que piden y se les cumple, más se limitaba, sabía que no se le cumpliría nada que no pudiera dársele, ningún capricho ni misión inmisericorde, nada.
-Manigoldo!!-una voz familiar se escucho, uno de sus dolores de cabeza-que haces por aquí?-Manigoldo miro a su alrededor, se distrajo tanto en sus pensamientos que salió por la puerta superior de la casa de capricornio, Dégel ahora le miraba con curiosidad.
-Iba a ver al patriarca-explico subiendo, tal vez el pudiera decirle algo, probablemente le pediría que no fuera tan amable con el dios, pero eso, el no quería obedecerlo, al condenar al dios por la eternidad, lo ato a él también, si iban a estar juntos por lo menos los próximos doscientos años, quería llevar una buena relación-puedo pasar?-le sonrió algo ofuscado, le mataba saber quién era, conocer su historia, sí, servía a Hades, era el dios de la muerte, su hermano era Hypnos, su madre la diosa de la noche, pero nada había sobre él, nada de quien era.
El caballero de acuario, puso las manos en su cintura, solían estudiar juntos, era el más inteligente de todo el santuario, pero Manigoldo jamás le compitió, en eso se parecía a Asmita, no les interesaba ni tantito tener el puesto de Patriarca ni destacarse en algo, entre más aislados mejor-estas bien?, te noto cansado-podía ser verdad, se desvela en sus pensamientos, en los escritos de El Cid, no veía a su encarcelado, él mismo pidió estar solo y le daría su tiempo.
-Supongo-suspiro agotado, mejor regresaba a su casa a descansar, quizá era mejor olvidarse de todo, nada ganaba con su búsqueda sin sentido, ni siquiera sabía por qué lo estaba haciendo-sabes, mejor voy otro día-su casa era ahora su único objetivo, escuchó a Dégel hablarle, se rio, no tenía nada que hablar con él.
-Manigoldo- abrió sus ojos no se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo caminando sin ver, para él, ese camino ya era inolvidable, lo conocía a la perfección-te he estado buscando-entro a su casa seguido de su visitante-me oyes?-Manigoldo jalo una silla y recargo su cabeza en la mesa, por supuesto que lo hacía.
-Sí, te escucho, pero no estoy de humor para nada-Manigoldo ni levanto su cabeza, Dohko sabía que estuvo demasiado tiempo investigando, pero no logro nada que no supiera ya-estoy frustrado y no encuentro nada que me importe-Sintió un brazo sobre su hombro, con pesadez alzo la vista, Dohko le sonreía.
El castaño le dejo un libro sobre la mesa-lo sé, tú tienes más el gusto de un niño-Manigoldo tomo el libro, unas pocas historias de los dioses, pero más bien tenía la apariencia de un libro de cuentos-te repondrás!-Dohko se despidió.
“THANATOS era el dios o el demonio de la muerte no violenta. His touch was gentle, likened to that of his twin brother Hypnos (Sleep). Su tacto era suave, similar a la de su hermano gemelo de Hipnos (el sueño). Violent death was the domain of Thanatos' blood-craving sisters, the Keres , spirits of slaughter and disease. La muerte violenta, o terreno sangriento eran deseos de sus hermanas las Keres, espíritus de la masacre y la enfermedad…pinturas griegas lo muestran como un hombre alado e imberbe…”
Manigoldo leyó con cuidado, los pequeños detalles eran por demás interesante, el dibujo de un hombre, similar a Thanatos, pero con un aspecto mucho más descuidado, como el de alguien pobre, llevaba una antorcha al revés, y unas alas negras cerca del cuerpo de un hombre moribundo, también estaba su hermano, pero él no le importaba, estaba suspendido en algún lugar del inframundo- no era mal parecido-estaba extrañamente embobado con la imagen, pero su libro salió volando-otra vez?-pensó que los fantasmas ya estaban de nuevo en su cuarto, para ser un libro infantil, tenía mucha más información que la investigación del Cid y Sísifo-oye!-cuando intento recogerlo el libro se movió debajo de su cama, una mano suave se poso en su brazo, inmediatamente desvanecida-Thanatos?-hace mucho que no iba con él, quizá quería compañía.
