El día entraba anunciado por los rayos de luz solar en su cara, por un momento envidio a Kardia, el ubico su cuarto específicamente para que no tuviera ni una sola ventana cerca de su despertar-Ajam!-escucho como se aclaraban la garganta, pero cuando quiso tomar su almohada para arrojarla a su visita noto dos manos aferrarse a sus hombros y pegarse a su cuerpo-Lo siento!!, Perdón!!, juro que no vi…yo, esperare afuera-La voz de Dohko resumo en sus oídos.
-Au!!-unas uñas se encajaron en su piel para terminarlo de despertar-por que fue eso!?-se sentó en su cama alejando a la presencia, pero rápidamente su rostro cambio del enojo a la vergüenza, Thanatos estaba sobre él, con un sonrojo visible y la cara cabizbaja-Thana…-la mano blanca le tapo la boca, evitando que gritara su nombre-…mierda, lo siento-se disculpo, seguramente Dohko le había visto-No te preocupes el no te conoce-el castaño solo vio una vez a su hermano Hipnos y no lo recordaba por el trabajo de lavado de memoria que realizo Defteros en su momento.
-Debes llevarme al sótano-ordeno con una voz cansada, los rayos del sol estaban trabajando sobre él, quemándolo lentamente-No puedo exponerme al sol-Manigoldo recordó que ellos interfirieron en la batalla con Hades imitando al gran astro.
-No puedo, ve a la ducha en lo que saco a Dohko de aquí-cerro las cortinas de su baño y dejo que la tina se llenara, Thanatos entro dejando que el agua limpiara su cuerpo de la noche anterior-Intentare no tardarme…-Beso sus labios y se acomodo la ropa rápidamente, seguramente el castaño le esperaba en la cocina.
Como esperaba, Dohko estaba en la mesa con un vaso de jugo, las doncellas ya le habían preparado el desayuno y lo habían dejado ahí-Este…-el ojiverde levanto la mirada, claramente apenado-Uf!-suspiro aliviado al verlo ir solo-Esta cerca?-pregunto prudentemente, Manigoldo negó, cruzando los brazos y esperando una explicación-No me mires así! Yo no tengo la culpa!-evidentemente se sintió mal cuando el chico se escondió en los brazos de Manigoldo.
-Y que quieres?-pregunto enojado para intimidar a Dohko, este no intento hacer nada malo pero Manigoldo salió como si fuera a defender al muchacho de cualquier cosa.
-Nada, venía a saludar porque ayer te vi muy deprimido, pero veo que no estabas para nada cerca de eso-recrimino el castaño, cuando entro pensó en despertarlos a ambos, pero no espero que el muchacho se refugiara en Manigoldo como si el mismo fuera un delincuente, pensó, que al estar con Manigoldo tendría un carácter igual o más desinhibido que el peliazul-mira, siento lo que paso, quisiera disculparme con él-hablo sinceramente, no quería espantarlo ni nada por el estilo.
-Disculparte con él?, y que hay de mi?-joder, que no era un cuadro en la pared.´
-Tú no me importas-dijo Dohko grosero burlándose de Manigoldo-mira que traerlo al santuario es atrevido de tu parte-Manigoldo sudo, iba a negarlo, pero que diría, que Thanatos vivía con él, no si quería vivir un rato más.
-Hagamos esto-dijo ya más tranquilo-ve a tu templo, yo arreglo esto y luego te cuento ¿de acuerdo?-Dohko asintió y se dirigió a la salida.
-Pídele una disculpa de mi parte quieres?, dile que no esperaba ver al barbaján de mi amigo con una persona decente-Dijo antes de salir del templo.
Fue rápidamente a su cuarto, Thanatos esperaba en una esquina, a la que no le llegaba la luz-Debo descansar, pase demasiado tiempo materializado-Manigoldo asintió y levanto la caja para llevarlo de nuevo a la celda, no sabía que tan lejos llegaba el límite de su atadura, pero por el momento debía regresarlo a su propio cuarto.
Manigoldo, antes de dejar que Thanatos se esfumara le dio un abrazo rápido-Mejórate-Thanatos desapareció, seguramente agotado, no sabía la cantidad de cosmos que utilizó para hacer algo como lo de anoche. Camino directamente a libra, Dohko le estaría esperando para recibir algún tipo de explicación-Estoy aquí-el templo parecía estar vacio, sintió un escalofrió recorrerle la espina, pero no de miedo como cuando esa voz le hablo.
-Y bien?-Dohko se dirigió a Manigoldo, iba acompañado de Albafika y este lo miraba intrigado-no piensas decirme quien es él?-El de Cáncer lanzo una mirada al pelialrgo, este le sonrió confiado, dejando claro que no le importaba en lo más mínimo.
-No pienso decírtelo enfrente de este-señalo al de piscis, dejando que Dohko le corriera o lo que tuviera que hacer para hablar más tranquilos.
-No seas crio-estaba a punto de comenzar una discusión cuando Albafika le indico que no importaba.
-Está bien, luego nos vemos-Cuando salió dejo atrás su perfume, era incomprensible para Manigoldo saber cómo se le quedaba ese aroma por tano tiempo, es como si el mismo fuera una de esas rosas.
Ambos caminaron directo al cuarto de Dohko, a diferencia de los demás, solía dejar entrar a la mayoría, no reparaba en lo más mínimo cuando se trataba de hospitalidad-Que quieres saber?-dijo cuando recibió una aso con jugo freso .
-Su nombre para empezar-
-No puedo decirte su nombre-Era la verdad, no podía, si le decía “Thanatos”, seguramente el patriarca terminaría por saberlo y reprenderlo, o peor, prohibirle ver al dios.
-…está bien, su edad?-pregunto intentando no irritarse.
-Ah…no la sé-cuantos años tenía?, se veía joven, más que él y Dohko, y Dohko pero probablemente le ganaba por unos siglos-es mayor que tu-si le contestaba eso no se preocuparía.
-En serio?, se ve joven-se dijo a sí mismo-donde se conocieron?, o…donde lo viste por primera vez?-otra pregunta difícil.
Manigoldo torció los labios, lo mejor, si no era capaz de responder sería solo omitir unas partes-En la guerra, nos conocimos en un templo-no era mentira.
-Ah…desde cuando salen?-“ayer en la noche” no parecía algo muy razonable, por lo que no contestaría eso, además no sabía si estaban saliendo.
-No estamos saliendo-
-…-
-Es verdad, el y yo no podemos tener una relación así de fácil-eso se escucho muy poco convincente, y Dohko no parecía dejarle otra opción más que engañarlo-es que..el es clérigo…-recordó su antigua vestimenta, y escucho decir algo de eso en los recuentos de la guerra-no se puede saber que estamos saliendo, por su religión y eso-el rendía culto a Atena, y Thanatos era un dios, nada que ver con la iglesias extranjeras, pero por el momento sería lo mejor.
Dohko bajo la cabeza-Ya veo, esa religión es muy estricta respecto a sus relaciones, en especial con los que ya son monjes-había funcionado-bueno, sea como sea no deberías andarlo ocultando, se ve que es muy tímido y eso no ayuda nada-Recordaba como se había ocultado en el pecho de Manigoldo cuando entro.
-No lo es, créeme, solo tomaste por sorpresa-A decir verdad era bastante seguro de si mismo, hasta que dio con el libro-cierto!-recordó-de donde sacaste el libro que me diste?-Thanatos perdió toda su personalidad cuando se topo con eso, le llamo con el objetivo que no volviera a leerlo.
-Um? Me lo dejo el Cid, dijo que estaba bien si leía un poco-Fue extraño verlo entrar y dejárselo sobre la mesa, pero no replico, después de todo lo hizo de buena gana-por que la pregunta?-Manigoldo negó.
-Nada importante, y…que te parece?-era su turno de preguntar, si bien o mal no era una relación seria, estaba claro que el dios estaba de acuerdo en entablar cierta amistad con él, quería presumirle, pero como era un secreto se conformaba con platicar con Dohko-Verdad que es lindo?-Dohko sonrió.
-Sí, bastante, ya quiero que me lo presentes-no lo vio muy bien, pero tenía el cabello largo y negro como la noche, además de una piel sumamente clara que como brillaba la luna llena, parecía de cuento de hadas.
-Tengo que decírselo primero, haber si quiere, tiene un carácter muy fuerte-ya se imaginaba donde iría a parar si se lo pedía-y tampoco sé si somos algo más que amigos-no quería pensar en eso, pero si el patriarca tenía y razón y estaba tratando de engañarlo tendría que ser más duro para no dejarse llevar-de hecho, ni siquiera sé si somos amigos-
-Como dices eso?, no lo conozco, pero deberías ser optimista, no te ha dicho nada que te indique lo contrario no?-Manigoldo se alegro de tener un buen amigo como Dohko que lo animara en esos momentos.
-Es verdad-
En el sótano de Cáncer, Thanatos miraba con recelo el libro en su propia habitación, no podía destruirlo, sería demasiado cruel hacerle algo así a su hermano mayor-porque no me contestas Hipnos?-Sus pensamientos divagaron, pensó que en sus sueño, por lo menos podría tener una señal de él, pero nunca le contestaba, ese libro no llego de la nada, dudaba que en sus investigaciones, los caballeros hubieran encontrado el libro que Hipnos le obsequio.
El libro cambio de páginas solo, dejándolo en una en particular con una ilustración demasiado nostálgica, en plena oscuridad, dos bebes juntos, uno totalmente oscuro y otro lleno de luz, el rubio, con los ojos dorados como solo Zeus podía concebir, el otro con los ojos tan negros como Hades prefería, estaban juntos en medio de la oscuridad.
“Hipnos, el dios del sueño, Thanatos, el dios de la muerte, siempre van juntos desde su nacimiento, su madre Nix, diosa de la noche no les proporciono un padre, dejando la lealtad de estos dioses en manos del Dios del destino y los doce dioses del Olimpo…”
Ven conmigo, aunque tú no puedas tocar a la gente, yo puedo tocarte a ti-Un niño rubio acaricia a su gemelo tomándolo de la mano y llevándolo por el camino.
Pero nuestra madre no quiere que Hera nos vea-el moreno avanzo de la mano de su hermano, a diferencia de él, Hipnos siempre dejaba con una sonrisa a los seres a quienes tocaba hasta su despertar, no inconscientes permanentemente-dice que sería peligroso aun siendo jóvenes-
Ven-jalo la mano hasta que finalmente cedió a seguirlo-recuerda, si estamos juntos estamos bien-
-Hipnos…-Thanatos abrazo el libro desvaneciéndolo junto con su persona, se preguntaba donde podría estar descansando su hermano y su señor Hades, estar dentro del santuario le estaba cambiando, o mejor dicho, estar al lado de Manigoldo.