No quería verle, no quería pasar tiempo con él, ¿porque tenía que sentirse así cuando le veía? Dolía que Conrad lo tratara como siempre, ¿que pasaba?, ¿para él no significo nada?
Se preguntaba por qué fue tan importante para él mismo, no debería haberlo permitido nunca, pero sabía que quería que eso sucediera.
En su mente recorrían demasiadas preguntas, y de pronto, le vino a la cabeza el accidente que tuvieron al volver de pequeño Shimaron para la celebración de cumpleaños del rey Saralegui, todo comenzó ese día, el día que Conrad le salvo.
Se disponía de un carruaje para llevar a Heika hasta el barco que les esperaba en el puerto, sus acompañantes eran Conrad, Yozak, Darcascos y Wolfram, que iban a caballo dos delante y dos detrás.
Un grupo de diez rebeldes que no aceptaban la unión de pequeño Shimaron con Shin Makoku, les sorprendió en un camino boscoso lejos de la ciudad y aún lejos del puerto. Era la mejor ubicación para una emboscada, pero la comitiva real no lo habían previsto y no se encontraban preparados.
Yozak y Conrad se dispusieron a atacar a los rebeldes, los cuales no contaban con que solo uno de los acompañantes de su majestad pudiera invocar Marioku, y llevaban un gran cargamento de piedras. Wolfram, aún no estando muy bien por la eficacia de las piedras, defendió a Yuri que salió del carruaje por propia voluntad, ya que Darcascos no era de gran ayuda. Todo sucedió muy rápido, de pronto, Wolfram no pudo soportar más el poder de la piedra y cayó al suelo. Pero no se rendiría tan fácilmente, y en el momento que querían herir a Yuri, con un movimiento rápido se interpuso preparado para recibir el golpe, pero eso nunca llego, porque antes que pudiera suceder Conrad lo recibió por él.
No fue una gran herida, pero al rubio le provoco una gran conmoción que no pudo sanar. Todos creieron que la causa del su malestar tenia relacion con su orgullo herido, por no haber sido capaz de salvar a su rey. Pero no era así, su malestar se debia a las palabras que conrad respondió cundo el rubio, mientras le sanaba, le pregunto con voz culpable, el porque se interpuso si habia grandes posibilidades de recibir un golpe mortal. Conrad le miro con los ojos brillantes y una seriedad nada propia en su personalidad, i le dijo:
-Porque eres luz, la luz blanca. Tu guías mi vida.
Wolfram miró como su hermano se alejaba de su lado, el desconcierto se veía reflejado en su rostro. En su mente se repetía: -Soy la luz blanca que guía su vida...-.
Paso el tiempo y todos en el castillo se preocupaban por él, hacia lo de siempre, pero se le notaba distante y un tanto pensativo, en un mes enfermo y Gisela le recomendó salir de pacto de sangre, cambiar de aires. A todos les pareció buena idea, incluso a él, creyó que así no pensaría todo el día en lo mismo pero la gran idea que tuvo su hermano más mayor, cambió sus planes. En dos días salieron Wolfram y Conrad en dirección a Christ, Günter les dejo quedarse allí el tiempo que necesitaran y así fue.
Wolfram no podía soportarlo, Conrad evidentemente, lo trataba como siempre, pero él no veía el mismo Conrad, ya no pensaba en el cómo su hermano, se sonrojaba cuando le miraba o sonreía y cada vez lo encontraba más sexy, eso no podía seguir así -no estaba bien- se decía cada día el rubio, pero esa noche llego, habían cenado ellos solos, ya que en la mansión von Christ en esos momentos no había nadie más aparte del servició, precisamente por eso fue escogido aquel lugar para la recuperación de Wolfram, pero eso no viene al caso, durante la cena, Conrad saco el tema del accidente que tuvieron al volver de pequeño Shimaron y Wolfram no lo soporto mas, se decidió a preguntarle sobre lo que le respondió a su pregunta aquel mismo día, en ese momento el castaño le pidió hablar un poco más tarde de ello en el jardín,(el jardín era inmenso y muy bien cuidado, ellos se encontraron debajo de un gran árbol al lado de un pequeño lago situado justo en el medio del gran jardín) al llegar Conrad suspiro y dijo:
-Sabia que llegaría este día- miro a Wolf directamente a los ojos, la luna en ese momento menguante, ilumino el rostro del menor y dejo verse su belleza, en ese preciso instante Conrad no pudo evitar sonrojarse y decir:
-Te ves realmente hermoso- Al oír esas palabras a Wolf le subieron los colores, para él eso no tenía sentido, ¿porque algo tan difícil se veía tan fácil frente a él?
-Aunque así también.-Conrad esbozo una sonrisa al pronunciarse.
-Conrad… que…
-Solo escúchame Wolf, y por favor siéntate.- los dos se sentaron en la fina hierba de debajo del árbol.
-Te acuerdas de lo que te dije aquel día, ¿verdad?- comenzó a entablar sin mirar al menor.
-Claro, por eso te lo pregunto.
-No te parecieron las palabras de un hermano.
-Exacto.
-Para mi tú no eres un hermano.
En ese momento Wolfram no pudo evitar sentirse dañado, ¿qué quería decir con eso? Y le miro con un semblante triste, Conrad al percatarse de todo, lo observó y rápidamente dijo:
-Sé que esto para ti puede ser duro, pero no puedo seguir así. Wolfram yo… para mi… para mí no eres un hermano, porque te amo.
En ese preciso instante Wolfram no pudo salir del estado de shock en el que entró, diferentes imágenes de lo que sentía por su hermano antes del accidente y después se le vinieron a la mente, como era posible que… en ese momento su cara se volvió completamente roja ¿Qué le pasaba? se preguntaba.
Wolfram era seguro con sus sentimientos, los comprendía, aunque no se hubiera enamorado nunca, lo que sentía al estar al lado de Conrad no lo había sentido en su vida, y no pudo evitar ser la persona más feliz del mundo entre los brazos del castaño, donde se encontraba en ese momento.
-Conrad…-musitó en un susurro
Conrad se separo delicadamente del cuerpo de su lado posando sus manos en su cara mientras decía:
-Lo siento Wolfram yo…
Pero no pudo continuar, sintió las manos suaves y calientes de el demonio de fuego agarrando las suyas y apartándolas de su cara, cuando levanto la vista se percato de lo que nunca hubiera pensado que pasaría, Wolfram se había arrodillado delante suyo y cogía sus manos con delicadeza entrelazando sus dedos con los de él, estaba mirando directamente sus ojos y pudo contemplar los suyos, tenían un tono cristalino parecía a punto de llorar pero, sonría, eso quería decir que… ¿estaba feliz?
Ya no podía aguantar, hacia demasiado tiempo que huya, no lo soportaría más. Poco a poco fue acercándose al rostro sonrojado del rubio, sus labios eran tan tentadores, cuando finalmente los toco pudo notar su suavidad y no dudo en besarlo amorosamente ,se separo de él con cuidado, pero el rubio soltó sus manos entrelazadas y le abrazo por el cuello produciendo que volvieran a unirse, esta vez el mayor no dudo en lamer su labio inferior a lo que el otro entreabrió su boca, el castaño introdujo su lengua en la boca del menor, que a su vez correspondió y de una manera muy apasionada por parte del rubio se tumbaron en el suave hierba, ya no les quedo aire y se separaron .
-Conrad yo…-dijo sonrojándose y apartando la vista.
-Shhhh, aún no- le susurro al oído el castaño levantándose y poniéndose encima del rubio.
Conrad beso apasionadamente a Wolfram mientras comenzaba a desabrochar su camisa y acariciaba su blanco pecho, su boca se deslizo de la del rubio hasta su cuello produciendo gemidos de parte del ojiverde, la lengua del castaño recorrió un corto tramo hasta los pezones, los que lamió, a lo que Wolf no pudo evitar subir su mano hasta su boca para reprimir un gemido, Conrad ante tal acción, le miro directamente y volvió a besarle, para hacerle entender que disfrutara y no se contuviera a nada. Wolfram le hizo caso y comenzó a despojar a Conrad de su camisa, eso gusto a Conrad que a su vez comenzó a tocar sobre la ropa, el miembro del rubio que comenzaba a alzarse
-Con…Conrad- dejo ir Wolf de su boca que en ese preciso instante fue sellada por la de su acompañante.
Pero el medio mazoku al percatarse de la situación, paro y con un gran sonrojo miro claramente a Wolfram, sus ojos parecían desprender deseo, su pelo revuelto y su camisa abierta mostrando su perfecto tórax, para el moreno parecía un sueño.
-Wolfram…- fue lo único que pudo salir de la boca del mayor.
En ese preciso instante el menor dejo de mirar-le para centrar su mirada hacia un lado y con los colores subidos, musitar:
-Vamos… a mi habitación?
Conrad esbozo una sonrisa y se acerco al oído de Wolfram el cual se sorprendió, y le susurro:
-¿De verdad quieres?
A lo que el menor respondió con gran dificultad: - Si
El castaño no lo creía y dejo ir toda su angustia con una pequeña risa que no paso desapercibida por el menor, que pareció molesto elevándose, lo que hizo que Conrad quedara a su lado pero con los brazos a cada lado del cuerpo de Wolf aún sentados en el pasto pero eso no evito el gran sonrojo que aun llevaba el menor por haber aceptado ese hecho, y molesto por la reacción del mayor dejo ir con algo de enojo:
-¿! Que significa esa risa!?
-Que te quiero mucho- dijo el castaño volviendo a juntar sus labios y elevándose cogiendo el menor a lo princesa sin dejar el beso, se lo llevo de allí hacia la esperada habitación.