Draco esperaba tranquilo a que su compañero de casa saliera, Harry había pasado lo peor de sus crisis encerrado en la casa, mientras el de vez en cuando salía para poder traer alimentos inventados por el y por sus recuerdos.
No había echo por volver a la realidad, no lo haría hasta que Harry estuviera bien, no sabia si eso les afectara, ya que ninguno de los dos era un vampiro completo o al menos eso era lo que le habían dicho, Harry asomo con la cara taciturna, su pareja aun estaba acostumbrándose a salir de la casa, al pequeño jardín que Draco creaba todos los días para el, a veces lo revestía de otoño, y otras tantas lo coloreaba de colores imposibles, como el magenta, el añil o el negro absoluto.
_por que sigues conmigo
_por que si
_vete con tus padres, ellos te están esperando
Harry era consciente que estaban juntos en algún lugar, pero no sabia que estaban encerrados en el mundo de los sueños, a pesar que el rubio lograba cosas que en la vida real eran imposibles.
_ellos saben que estoy contigo
Harry salió hasta un banquillo bajo un viejo sauce llorón, ese árbol era muy parecido a los arboles del bosque donde Tom los atacara, Draco suponía que era el ancla que mantenía la cordura de Harry mas o menos estable.
_mi madre tenia un amigo, ese amigo le prometió que me cuidaría, y ahora no tengo a nadie
_yo estoy contigo
Afirmo el rubio, cansándose de la cantaleta de Harry, el hacia su mayor esfuerzo por hacerle la vida mas pasadera, pero estaba harto, cada quien tenia su limite de rastrerismo y ya estaba llegando al suyo.
_bien, yo tenia un perro que mi padre mato por que se moría de hambre y no me quejo
_tu lo tuviste todo
_siempre encerrado en una casa donde mis padres eran distantes a fin de ocultarme su secreto
_nunca lo entenderías
_no quiero hacerlo
_crees que no esta a tu altura el sufrir
_no, pero por que abre de sufrir por algo que no puedo arreglar
_eres un egoísta
_soy un ser humano, tengo derecho a ser egoísta
_me fastidias
_y tu también
El viento comenzó a agitarse entre los dos, mientras que el sauce perdía sus hojas, Harry comenzaba a mostrar sus verdaderos sentimientos.
_todos a los que amo mueren, por que insistes en quedarte conmigo
_por que tu y yo estamos destinados a estar unidos
_no quiero que mueras
Draco se encogió de hombros quitándole importancia
_no lo hare si tu no quieres
_nadie es tan poderoso como para no morir
_si te parece mejor, no moriré antes que tu
Draco se había acercado poco a poco a Harry, sujetándolo por los hombros y uniendo sus frentes en una promesa incierta.
_me lo prometes
_te lo prometo
_Draco
El rubio miro fijamente los ojos de su pareja y noto las lagrimas contenidas en ellos, beso cada cuenca esperando calmar sus temores. Harry sonrió por primera vez en mucho tiempo y se aferro a él como un desesperado, como esa vez que lo había traído a este lugar presa de las visiones de Tom.
_estas listo para volver?
_tenemos que hacerlo
_no, si no quieres
_solo un instante mas, por favor, sólo un instante
Por otro lado Lucius Malfoy esperaba con calma aparente en un vestíbulo revestido de cargados motivos religiosos, una otomana en terciopelo rojo esperaba a que el posara los pies, mientras que una religiosa escribía escrupulosamente en una computadora.
Había visto pasar a dos mujeres mas con el habito de color azul marino y las tocas tan lisas y estiradas que suponía tenían los ojos tan rasgados como las mujeres orientales, el haber llegado ahí no había sido fácil, ni siquiera con todas sus influencias, ninguno de sus parientes aun vivos sabían a ciencia cierta como convocar a la mesa de piedra y la familia Weasley solo le había dicho que el humano los convocaría a todos en cuanto lo supiera.
Si antes no se había convocado una reunión de las razas era por que a nadie se le ocurrió, estaban tan aterrados de ser capturados por Tom que no pensaron en buscar la protección de los ancianos. Tachandose a si mismo como un soberano estúpido no tuvo de otra mas que aceptar la responsabilidad de ir en busca del humano.
Su hijo ya llevaba dos meses durmiendo al lado del chico Potter, Narcisa le había contado que no sabia como acercarse a su hijo, ya que solo podría acceder a sus sueños si es que Draco lo deseaba o bien su hijo la visitaba, los habían mantenido con vida gracias a intravenosas y cuidados especiales, no deseaba que su hijo se atrofiara por mantenerse mucho tiempo inmóvil.
“El romano” le había dado una cita para poder comparecer ante el humano, pero no le garantizo nada hasta que le dijera exactamente para que deseaba hablar con el. Tras enterarse que Tom Ridle estaba muerto y que había una crisis política entre los de la raza, “El romano” trato de agilizar las cosas.
Ese hombre era un vampiro media raza, como Severus, que había elegido concluir su vida sin terminar su ritual de iniciación, ordenándose como sacerdote lejos de las tentaciones carnales, era un vinculo de aquellos de la raza que eran cristianos o creyentes. Lucius no sabia cuanto o como es que siempre había un “Romano” en Italia, y que todos los lideres de las familias mas fuertes sabían como contactarle. Imaginaba que el sujeto al que visitaba sabría de él.
_Sr. Malfoy?
La monja le llamo desde el escritorio, tras haber recibido una notificación en pantalla.
_el camarlengo le espera en la antesala
Un paso mas cerca, y sin embargo temia que esta fuera la parte mas importante, tras la muerte de Tom Sirius y Severus habían recorrido las casas de seguridad mostrando a los prisioneros de Tom pruebas de su liberación, muchos habían exigido una prueba y el nombre de los responsables de su buena fortuna, Harry y Draco ahora eran ovacionados por su valor e incluso algunos jóvenes deseaban conocerlos en persona.
_sígame Sr. Malfoy
El camarlengo, era un hombre de cincuenta años, calvo en la coronilla y con un esponjoso cabello blanco en los laterales de las orejas, vestía una simple sotana negra, pero por el sonido de sus zapatos, sabia que eran de piel genuina hechos a medida. Caminaba recto, con las manos entrecruzadas sobre el vientre pero con la espalda tan tensa como un resorte.
_es extraño que el santo padre le otorgue a nadie una audiencia en sus aposentos
_lo se
_los guardias de la santa sede fueron retirados por ordenes del santísimo, seria usted tan amable de decirme por que?
_ignoro la razón, su excelencia, simplemente soy un mensajero
_me temo incluso que el santo padre me ah pedido abandonar la cámara en cuanto usted este instalado
El anciano se notaba contrariado, eran demasiadas libertades de seguridad que ningún reverendo de su envergadura se tomara nunca desde la época de la fundación de la iglesia.
_lo lamento, pero no se preocupe no le hare daño
_usted no porta ningún símbolo de la iglesia sobre si, y aun así pide que confié en usted como un creyente
_lo juro por mi esposa y mi hijo, que son mi mayor tesoro, nada le ocurrirá al santo padre mientras este con él
_no jure en vano, Sr. Malfoy
El camarlengo lo guio por dos pasillos mas y cuatro habitaciones, Lucius no presto atención, en realidad no le interesaba saber nada a respecto de ese lugar, el era protestante, se había acercado a este lugar por indicaciones de su raza y por la necesidad de invocar la mesa de piedra.
_hemos llegado
El lugar era una amplia oficina, vestida en madera antigua y decoraciones en oro, había repisas con libros y también símbolos y crucifijos en la pared, se notaba buen gusto y opulencia, el anciano en el escritorio le indico una silla cerca de la chimenea apagada y señalo a su camarlengo abandonara la estancia.
_su excelencia
_has recibido una indicación
Dijo como un comentario sin importancia, lo que tenso al hombre de negro, con una reverencia el anciano salió, una vez que se escucho el pestillo por fuera el sacerdote vestido de blanco giro la mirada a Lucius, su presencia era un tanto pacifica, y aun asi, el sujeto rezumaba un poder que sólo alguien como él poseería.
_me temo que no tengo el gusto de conocerle Sr. Lucius Malfoy
_no creo que sea necesario que lo haga, eh venido a pedir un favor
_lo se, pero cree que es adecuado el pedir algo sin antes beber una copa con su anfitrión?
_pensé que
_las personas piensan muchas cosas, en mi caso, eh perdido esa capacidad y sin embargo estoy aquí
Señalo la oficina, el anillo del apóstol en su mano y el rosario colgado de su cuello titilaron un poco antes de que el sacerdote se acercara a el y se sentara en el sillón grande frente al suyo. En todo el trayecto había cargado un par de copas pequeñas servidas desde antes que entrara al sitio.
_me temo, que me educaron a no beber nada que un desconocido me ofrezca
_dudas de mi?
_si
_no tienes por que, soy el representante de dios en la tierra
_aun así eres un ser humano, traicionero y molesto
El sacerdote sonrió, ladino como un gato que acaba de ser atrapado jugando con la jaula del canario.
_esta bien, no insistiré, te parece bien que me digas a que debo tu visita
_mi pueblo quiere convocar a sus ancianos y sólo usted puede hacerlo
_y cual es tu pueblo Lucius?
_la raza de los vampiros
El sacerdote cerro los ojos, y gimió un tanto cansado, con las manos a cada lado de la silla impulso su anciano cuerpo lejos del mueble y le dedico una mirada entre perplejidad y asombro.
_creí cuando me asignaron este cargo, que lo que decían esos libros era una mentira, un cuento de hadas que los cineastas y novelistas hacían real sólo para adolescentes, hasta que el padre Guarda, vino a mi, él es el guardián de la biblioteca, de esa biblioteca que los académicos nos acusan de negar y a la cual sólo yo tengo acceso. Me dijo que ustedes eran reales y que sólo yo lo sabia, junto con unos pocos humanos a los que el secreto les costaría su vida.
_nosotros no molestamos a los humanos, somos criaturas que los dioses castigaron por su arrogancia y nos hemos mantenido en el anonimato
_lo se, a estas llevo poco tiempo en el cargo, como sabes
_no tiene que dar explicaciones, “El Romano” me explico que usted es el primer sacerdote al cual nos acercamos en mas de setecientos años.
Si al hombre de blanco le extraño el termino no dijo nada, y continuo la charla tan perturbado como al principio, aun así sereno como un verdadero diplomático.
_hay una carta papal que uno de mis predecesores nos legó, en ella nos habla acerca de ustedes y de su castigo, y del acuerdo al que se llego a fin de mantener el equilibrio de su existencia y la nuestra.
_me alegro que no debo explicar mas
Suspiro tranquilo Lucius, el sacerdote le miro un tanto perplejo por su reacción, entendió claramente que necesitaban usar una de las cámaras mas antiguas de la iglesia donde sus aposentos se encontraban, solo necesitaba de su presencia y de una botella de vino especial que se guardaba en la biblioteca junto con el bibliotecario.
_para ello, tengo que esperar hasta que anochezca?
_no lo se
_me temo que si desaparezco sin avisar al camarlengo te acusaran de secuestro
Bromeo el sacerdote con una sonrisa traviesa, Lucius le correspondió con una propia y encogió los hombros restándole importancia
_haga lo que deba
El sacerdote camino al escritorio y llamo al camarlengo, unos instantes mas tarde el anciano retiro el pestillo dejando salir al sacerdote y seguido por Lucius.
_el Sr. Malfoy ira conmigo a visitar las criptas, es un invitado muy especial y estoy completamente seguro que nos divertiremos juntos
_pero
_no me discutas, anda a preparar un par de habitaciones de los cardenales unos invitados mas llegaran en unas horas.
_si, su excelencia
El hombre vestido de negro salió, mientras que el de blanco camino en dirección contraria, hasta una escalera de piedra que bajaba hasta unas criptas iluminadas con candelas de baja intensidad.
_esa escalera nos llevara a la biblioteca, y de ahí el padre Guarda nos indicara el camino
_no tiene que oficiar algún evento?
_la misa, pero estoy seguro que mi camarlengo se hará cargo de cubrirme
_que había en las copas?
_vino y agua bendita
_y por que desistió que la tomara
_pensé; si esta metido en la catedral junto a mi, y no le afecta, el agua bendita no le hará nada
_eso suena muy prejuicioso
_soy quien el representante de la iglesia, no puedes esperar menos de mi
A pesar de la idea que tenia de este hombre, Lucius se dio cuenta que era bastante jocoso en su forma de ser, y notaba cierta ansiedad ante la situación, como la curiosidad de un niño ante el primer día de escuela.
Perdió la nocion del tiempo mientras caminaban por los pasillos de piedra, entre adornos religiosos, pinturas hermosas y cortinas de terciopelo, el sacerdote hablaba sobre vanalidades, y de lo curioso que estaba acerca de esa situación.
_no puedo creer que como representante de la iglesia sea testigo de algo que no tiene nada que ver con el ser al que yo represento
_hay muchas personas en el mundo y muchos dioses también
_diferiré contigo, creo que la divinidad de dios es tan grande que dio a cada pueblo la oportunidad de darle cuerpo y nombre
_es una postura demasiado radical para usted no lo cree
_si, por eso tengo tantos detractores en este lugar, a lo mejor tratan de orillarme a la renuncia, pero al haber ocurrido esto recientemente me temo que tendrán que esperar hasta que me muera.
Aplaudió el valor del anciano, por la vitalidad de sus movimientos Lucius supo que a menos que le envenenaran o le dispararan el hombre tardaría algunos años en el trono de San Pedro. Al llegar a la entrada de la biblioteca se sorprendió que no fuera una mazmorra oscura y cubierta de trampas, la puerta estaba cerrada y al parecer solo se abría por dentro.
Pudo escuchar un movimiento en la parte interna para después mostrar a un sujeto pálido y de cabello castaño, vestido con la clásica sotana larga y negra, el alzacuellos bien almidonado y una cuerda de cuentas enredada a la cintura.
_Buenas tardes padre Guarda, podemos pasar?
_adelante su excelencia
Lucius entro a la habitación junto tras el sacerdote de blanco, la habitación estaba iluminada por lámparas eléctricas posadas en candelabros y arañas a lo largo de los pasillos, había mesas de trabajo al bajar unas escaleras y escaleras de biblioteca listas para ser utilizadas, los libreros eran mas bien una colección de vitrinas especiales cubiertas con circuitos de ventilación, la habitación se notaba extensa.
_bienvenido Lucius
_Romano; gracias por tu apoyo
_es el deber del “Romano” el ayudar en estas situaciones
_se conocen?
Cuestiono el sacerdote de blanco ante la conversación.
_no, y si; pertenecemos a la misma comunidad su excelencia
_curioso, en verdad curioso
_espero no se moleste por guardarle este secreto
_esta bien, me extrañaba que supieras tanto acerca de las criaturas no humanas el dia que charlamos
El sacerdote guarda se sonrojo, entretanto Lucius veía la cerradura electrónica que mantenía la colección de escritos a salvo, imaginaba que en caso de un incendio el lugar ardería como una pila de hojas secas, junto con el hombre que custodiaba el sitio.
_en ese caso, serias tan amable de decirme que es lo que debemos hacer?
_claro, tenemos que ir a la mesa de piedra y llamar a los ancianos de todas las razas
_suena bastante simple
_lo es, pero necesitamos su anillo de apóstol y la botella de vino
_por que necesitan mi anillo?
_por que en el anillo del apóstol guarda en su hechura los símbolos de las cuatro razas
Perplejo el anciano miro su anillo con mucha atención, tratando de descifrar esos símbolos de los que su sacerdote Guarda hablaba.
_solo se verán mientras hacemos el ritual, su excelencia.
El sacerdote bibliotecario camino seguro por los pasillos de cristal, cargando una pequeña bolsa de cuero y una lámpara, tras veinte minutos de hileras interminables de libros y pergaminos, el sacerdote Guarda llego a una puerta de madera gruesa, con una llave antigua el hombre abrió.
_disculpe su excelencia, tendrá un fosforo?
_me temo hijo mio que no fumo
Lucius un tanto fastidiado extendió su mano y una llama de color azul apareció en su palma.
_muy útil
Expreso el de blanco al aparecer la mano, el sacerdote Guarda, invoco una antorcha y esta corrió a su palma desde un soporte de hierro en la pared, una vez encendida el camino se volvió un tanto sinuoso y frio, Lucius suponía que estaba bajando a las catacumbas romanas, el aire seco y viciado le decía que era lo mas probable.
_ya estamos cerca
El sacerdote Guarda los llevo hasta otra puerta una que solo se abrió cuando Lucius y el joven sacerdote usaron su fuerza. La habitación era una caverna circular, en su centro había una colección de símbolos que culminaban en cuatro círculos rodeados de círculos concéntricos y líneas.
_señoría, ante usted “la mesa de piedra”
_no parece mas que una mala alfombra de piedra
_un sacerdote siendo escéptico?
Bromeo Lucius ante la actitud del sacerdote mas viejo, el hombre le dedico una sonrisa burlona y froto las palmas, listo para comenzar.
_me muero de la expectativa, señores ahora que sigue
Con la guía del “Romano”, el pontífice coloco su anillo en una ranura al centro de la habitación, para que entre Lucius y “Romano” distribuyeran ríos del vino por las grecas en el suelo, a pesar que la botella era pequeña, el contenido parecía nunca terminarse, el pontífice se posó sobre un circulo de los cuatro mientras que los dos vampiros encendían el vino.
_Dios Santísimo
Fue lo único que apunto el sacerdote blanco ante el susto de verse sumergido entre llamas, Lucius sonrió ante el azoro del anciano y guardo silencio al notar que su compañero de sotana negra cantaba en voz baja.
De la nada un bulto fue apareciendo en los tres círculos restantes, aquel que estaba a la izquierda del pontífice fue ocupado por una mujer con lentes cuadrados y ojos color azul, vestida con un sobrio traje de lana y zapatos de tacón. A la derecha el bulto era más grande y grueso, cubierto por una espesa barba y cabello enmarañado, tan grueso que incluso era difícil notar su rostro, botas de leñador y unos gruesos guantes.
El ultimo en aparecer era el representante de la raza de Lucius, el bulto frente al humano emergió como un cuerpo delgado coronado por unos risos pelirrojos, sus ojos azul cielo brillaron aun por encima de las llamas, los tres recién llegados levantaron las manos y las llamas se levantaron por encima de sus cuerpos y en un abrupto movimiento se extinguieron.
_se puede saber por que demonios me trajeron aquí
_Hagrid, siempre es un gusto volver a verte
_Minerva, tan bella como siempre
_gracias joven Greendewall
De improviso cuatro antorchas aparecieron en el sitio iluminando todo, mientras que el pontífice miraba a su alrededor perplejo.
_si los tres me lo permiten creo que perderé el sentido unos momentos.