Todo el mundo tenemos una horma para nuestro zapato por arichan

Se sentía pesado, como si hubiera dormido durante días. No pensaba que estar muerto se sentiría de aquella forma, ni que escucharía esa voz. Pero le daba lo mismo, el tenía su propia teoría del más allá. No había un Dios, ni habían angelitos, no había perdón. Tan solo estaban tus sueños, aquellos que siempre quisiste tener aquellos por los que luchaste. Aquellos por los que te condenaron en el mundo de los mortales.

Aquellos por los que le condenaron a él. No era fácil asimilar que te has suicidado. No para él. No para alguien que un día lo tuvo todo y al siguiente lo desechan. ¿Cómo pudo ocurrir esto? ¿Cómo pudieron enterarse los medios de su inclinación sexual, de dónde habían salido tantos chicos?

Ni siquiera los conocía, ni los había visto de lejos. Siempre fue alguien muy cuidadoso. Siempre tenía que estar todo perfecto, todo en su sitio. Por ello, muchos le odiaban, muchos le criticaban. Su perfección molestaba a muchos, pero ya nada de eso importaba, porque ya estaba muerto. Aunque no pudiera abrir los ojos, aunque le pesaran, aunque tuviera sueño. Sabía que estaba muerto que ya no le quedaba mucho tiempo para ser feliz, para estar en paz. Para ser él mismo.

Voces en la lejanía eso era lo que escuchaba. Como era posible eso. A lo mejor solo estaba durmiendo, por eso no despertaba, por eso no aparecía frente a él lo que más anhelaba. Pero cuan equivocado estaba.

Su cuerpo seguía vivo. Aquella persona había llegado justo a tiempo, tan solo nos minutos más tarde y Kwon JiYong sería historia. Pero no fue así. Si tarde sí, pero a todos les pillo desprevenidos todo lo que se le vino encima de un día para otro al líder. No supieron como actuar. Tan solo empeoraron las cosas. Y cuando deciden lo que hacer, cuando intentan ayudarle se dan cuenta de que es demasiado tarde, de que su queridísimo líder ha tocado fondo. Que nadie lo puede salvar.

Nunca se imagino verle en aquella escena como protagonista. Nunca se imagino que la gente pudiera ser tan mezquina, de hablar y sacar cosas a la luz sin ser ciertas. Y que más daba si lo eran, nadie tenía derecho a juzgar la vida de los demás. Pero la prensa no dejaría tan fácilmente las cosas. Por eso había ido a la casa. Que después de mucho pelear con la madre de Ji, y amenazarla con asesinarla en repetidas ocasiones, además de un sin fin de adjetivos descalificativos en su contra, le dio la dirección.

Y la llave, bueno el tenía sus contactos. Mejor dicho su encanto. Aquello de ser famoso en ocasiones le reportaba algún beneficio. Pero ahora, en esos momentos en los que veía a los sanitarios intentar mantener con vida a esa persona tan importante para él, no era lo que pensaba, se echaba la culpa de no estar a su lado. De no apoyarle. De no haberle pedido explicaciones y hacer que se quedará con ellos. Todos lo sabían. Los cuatro sabían interpretar los pequeños gestos que Kwon hacía. Siempre actuaba, se habían dado cuenta de ello en una de las reuniones con los demás grupos, cuando uno de los integrantes de Shinee le había agredido delante de todos los directivos, no solo delante de los de YG sino también de los de SM, GD tan solo se disculpó, y se marchó como si nada hubiera pasado.

Aquella noche se escucharon los sollozos desde su cuarto. Pero ninguno tuvo el valor de ir a reconfortarle, ninguno salió de su cuarto. Aquello también les dolía a ellos. Porque si bien en cuanto salía el sol Ji hacia como si nada hubiera pasado, aquello tan solo acrecentaba el dolor de los cinco, unos por no poder hacer más, y otro por encontrarse solo.

Recordando los momentos en los que el más bajo de los cinco estaba en grupo, que compartía momentos con ellos en casa. Que eran escasos, comprendió que no solo era problema de ahora, el problema siempre estuvo. Pero nadie quiso darse cuenta. Se veía tan claro, que ahora desde la lejanía de su posición veía la realidad. Si aquellos rumores eran cierto, por lo menos parte de ellos. Pero no era exactamente como todos lo habían contado. YG no sabía como acallar aquellas declaraciones de gente que ni siquiera a estado cerca de ellos.

Todo era un completo caos, nada se podía hacer, nada podían hacer ya. Aquello se había hecho demasiado grande, no lo podían acallar. Desesperados aquella era la palabra. Pero por aquel joven que se encontraba entrando por la puerta de urgencias que haría lo que fuera por terminar con todo aquel circo. Ya se habían propasado, aquello era demasiado. Se encontró con los demás en la sala de espera, los había llamado justo después que a la ambulancia, habían decidido ir al hospital directamente.

Por suerte la prensa todavía no se había enterado de lo sucedido. Solo esperaba que nadie de aquel lugar se fuera de la lengua. Ya bastante tenían con los rumores de homosexualidad y drogadicción de G-Dragon, si se enteraban de esto lo más seguro es que todos lo dieran por hecho, y en vez de suicidio sacaran por pantalla una sobredosis.

Solo esperaba que saliera de esa. Que todo volviera a la normalidad, pero aquello no iba a ocurrir. GD se había encerrado en su mundo, y cierta sección de la prensa amarilla y grupos de música querían quitarlo del medio hace ya un par de meses. Pero nadie sabía por qué. Nadie se explicaba el porque esa actitud, cuando era uno de los artistas más rentables de toda YG. Aquello tenía gato encerrado, y creía saber de donde provenían los maullidos.

Sin nada más que hacer se sentó junto con sus compañeros, pero no solo estaban ellos. Él también estaba ahí. El causante de todos los males de GD, el conocido como Onew. Pero el problema era saber como se había enterado. Sin vacilar en sus pasos se encaminaba hacia ellos, con una expresión de desconcierto.

• ¿Qué a ocurrido?¿Por qué están todos aquí?- pareciera como que no sabía nada, y de la dirección por donde venía era de dentro del hospital, la pregunta era ¿qué hacía ahí él? - nuestro maknae se a caído, pero las enfermeras son unas chismosas y he venido a ver si era verdad que estabais aquí.

Los cuatro se miraron sopesando la idea de decírselo, y es que era una de las personas que más daño habían hecho a su amigo, porque ellos lo consideraban su amigo. Pero, qué más daba aquello saldría a la luz tarde o temprano.

• JiYong intentó suicidarse, ahora está en quirófano. - su cara se quedo blanca, aquello no se lo esperaba, y como si de una hoja de papel se tratase se desplomó delante de ellos.

• No tenía ni idea, pero ¿tanto le han afectado los rumores? - aquellas palabras salían pesadas y cortantes, como si no terminase de salir del shock. - Eso no puede ser, a él nada le afecta.

   

  Que equivocado estaba, Dong se levantó para incorporarle y sentarlo en una de las sillas de la sala de espera. Ninguno decía nada. Todos estában esperando noticias. Pero tampoco se terminaban de creer la reacción del líder de SHINee, ¿Cómo era posible?

   

   

  Pero ellos no sabían lo que pasaba por la cabeza de aquel joven. Ellos le superaban en años y experiencia, por ello siempre los admiró. Siempre tuvo en la mente la meta de llegar a ser como su ídolo GD, y que ahora, ocurriera aquello, tan solo le hacía albergar un sentimiento de remordimiento. Pero sabía que lo importante era que se recuperase y que aquello no saliera a la luz, ya estaba demasiado manchada la imagen de Ji, como para que ahora saliera esto a la luz. No hacía falta que los integrantes de BigBang le dijeran que no debía decir nada, él no lo haría.

Sabía que insultarlo delante de personas y no tratarlo con respeto, era algo que le gustaba hacer, porque así tenía su atención, pero ahora pensaba que aquello era en parte su culpa. Que aquello era provocado en cierta medida por él. Y eso le carcomía por dentro.

• ¡JinKi!- la voz de uno de sus compañeros se escuchó por el pasillo. Lo estaban buscando y no se extrañaba habían pasado una hora y media desde que Tae lo había sentado en aquella silla, y ni siquiera había movido un musculo, tampoco podía, quería saber como había salido todo en el quirófano.

• Aquí, en la sala de espera de quirófanos. - aquella no fue su voz y su compañero lo supo, para cuando llego corriendo sus ojos se salieron de sus cuencas, - tranquilo no nos lo vamos a comer. - El que habló fue Choi. Quien miraba a KiBum de arriba a bajo, con cara de disgusto. Bueno era la que portaba desde que estaban ahí.

• ¿Qué a pasado? - Me miró a mí, pero de mi boca no salieron palabras, se le secó la garganta y los ojos se le humedecieron, cómo era posible aquello. Pero, no era el único en ese estado, todos los demás estaban igual, expectantes, mirando impacientes a cada doctor, o enfermera que se acercaba a la sala de espera o pasaba de largo.

• Algo terrible. Lo siento Choi, pero no pude llegar antes. ¿Todavía no se sabe nada? - el aludido movió la cabeza hacia el recién llegado, que no era nada más y nada menos que su manager. Ninguno lo había escuchado entrar, pero no venía solo el director de YG también se encontraba allí, entro justo después del manager.

• Lee, nosotros nos tenemos que ir. Vamos. - sin querer moverse de ahí, miró significativamente a los integrantes de BigBang y se inclinó hacia ellos.

• Llamarme con lo que sea, espero que todo salga bien. - tras salir los dos jóvenes de aquella sala, volvió a reinar el silencio. Todos se sentían culpables de lo que estaba pasando, todos le habían dado la espalda en algún momento, pero ahora tan solo podían esperar. Esperar a que saliera de ésta. Esperar a que todo se arreglara, y que no hicieran un circo de esto. Las cartas estaban sobre la mesa.

Tanto el director de YG como el manager de BigBang habían ido a los juzgados a denunciar a la prensa, no habían podido contactar con GD, y no sabían que hacer en un principio. Aquello les pareció muy raro, porque las llamadas estaban restringidas. Eso no era normal, GD nunca apagaba el móvil e incluso se lo tenían que quitar para que no saliera el dichoso aparatito en algunas fotos y videos. Todo el mundo estaba al pendiente, ellos ya habían movido ficha, pero todos tenían la misma sensación, ahí había algo extraño. Pero ahora no les tocaba mover ficha a ellos. Esperarían a ver quien es el que mueve la siguiente ficha, porque estaba claro que aquella partida no solo era a dos bandas.

Todo se veía oscuro, todo estaba rodeado de sombras, pero aquello no le importaba era libre, por fin era libre, y eso lo sabía. Ya nada le ataba aquel mundo que le había hecho sufrir, nadie le echaría en falta. Todo el mundo tenía mejores cosas que hacer que encontrar su cuerpo en la bañera desangrado. Todo era perfecto. Nada le impediría ahora ser feliz, buscar su felicidad.

• ¿Parientes de GD? - tras unas 7 horas de espera, en los que no lograron contactar con la madre del rapero, salió uno de los médicos que le habían atendido. Todos se levantaron en aquel momento nadie decía nada, todos se esperaban lo peor, pero ninguno sabía descifrar la expresión en la cara del médico – Su estado tras 7 horas, y después de varias paradas cardíacas es estable. Pero esta en un estado de coma latente, no sabemos cuando despertará. Había perdido mucha sangre, y las heridas en los brazos nos han costado mucho trabajo cerrar, aunque cuando se recupere tendrá que entrar a quirófano para una pequeña intervención en uno de los brazos. También le hicimos un lavado de estómago, se han encontrado tranquilizantes y antidepresivos. Dentro de poco lo subiremos a la habitación. Si pasan por recepción allí os dirán en cual le alojaremos, si me disculpan.

Todos se inclinaron ante el médico mostrándole sus respetos. Todos suspiraron con alivio, de momento no había peligro, todo estaba bien. Bueno todo lo bien que podría estar con una persona en coma, pero era mejor eso que la otra opción, la muerte. Con caras de alivió, se encaminaron hacia recepción enseguida los atendieron y les dejaron subir. La habitación era individual y grande, estaba decorada con buen gusto. Pero aquello no pareció importarles. De la nada comenzó a sonar un móvil. Al final era el de Dong, el cual salió de la habitación hacia el balcón para poder hablar con más tranquilidad.

• ¿Cómo está, se sabe algo? - ni siquiera su interlocutor dejó que preguntara quien era. Pero aquella voz era de Onew.

• Acaba de salir de quirófano, y lo suben dentro de poco a planta. - no dijo nada de su estado, no se atrevía a decirlo, su mejor amigo se encontraba en coma, y él no pudo hacer nada por impedirlo, él, con quien aquel joven compartió su tiempo y sus aficiones, él que lo acompañaba en el metro hasta casa con las bolsas de la ropa cuando empezaban en aquel mundillo, estaba en coma, y temía que si lo decía en voz alta, se hiciera realidad. Todavía no se creía nada de aquello.

• ¿Pero todo a salido bien? - ahí estaba la pregunta que tanto miedo le daba escuchar, porque sabía que él no era capaz de decir que era lo que le pasaba a su amigo.

• YoungBae, dejame a mí. - Choi le cogió el móvil y se separó un poco de su compañero. - Lee, Kwon está en coma. Los médicos no saben si va poder salvarse, no saben nada, solo nos queda esperar a que quiera despertar. - el silencio se hizo en el otro lado de la línea telefónica, ni siquiera se escuchaba una respiración. Era comprensible aquello no podía estar pasándole a ellos, porque una de las mejores personas del país se encontraba en aquella situación, no se lo merecía.

• ¿En que habitación esta?

• En la 125, en la segunda planta.

• Gracias. - tras aquellas cortas palabras la señal de que la llamada se había cortado estuvo presente, sin ánimos para muchas cosas le devolvió el móvil a su propietario. Y ambos volvieron a entrar en la habitación, nadie se había movido del sitio donde se había instalado cuando entró.

Las horas pasaban lentas, todos metidos en sus cabezas, todos culpándose por la situación, unos de no haber parado todo aquello a tiempo, otro de no haber intervenido antes. No era fácil intentar escoger la respuesta correcta, pero por lo menos todos estaban de acuerdo en algo, jamás lo dejarían solo otra vez.

Al rato la puerta de la habitación volvió abrirse para dejar paso a la cama donde se encontraba un Kwon Ji Yong entubado y conectado a un montón de maquinas que le ayudaban a respirar y seguir vivo. Era una imagen devastadora, un joven con toda la vida por delante, con todo por hacer en esta vida, se había destruido a si mismo por culpa de nimiedades, cosas que daban igual. Daba igual que le gustaran los hombres daba lo mismo con cuantos se había acostado. Si estaba en las drogas se le ayudaría. Pero todo el mundo sabía que la mayoría de aquellas cosas eran mentiras. Mentiras inventadas para conseguir algo, para conseguir destruir aquel hombre que se encontraba en la cama. Y por casi consiguen su cometido, por casi consiguen hacerle desaparecer.

Pero en ese juego él ya no estaba solo, en ese juego ahora jugarían más personas, personas que no lo volverían a dejar solo, personas que le ayudarían en todo, aunque las rechazara, que estaba en todo su derecho. Nunca volverían a separarse de él.

• ¿Qué haremos ahora?- SeungRi, quien se había mantenido callado desde el primer momento, habló para instaurar la duda que a todo el mundo le estaba rondando la cabeza.

• Seguiremos como hasta ahora, las cosas de GD volverán al piso, aunque tengo planeado cambiaros de piso para más comodidad de vosotros y su seguimiento. Hemos denunciado a todas las cadenas y a todo aquel que a levantado injurias en su contra. No sabemos a quien nos enfrentamos pero estamos preparados, todo lo que han dicho era mentira. Excepto lo de su orientación sexual, pero eso no lo sabemos, nunca dejó nada en claro. - el director hablo con voz potente dejando notar el porque había alcanzado tal nivel en el mercado de la música, sabía dar ordenes, sabía que era lo que se tenía que hacer. Aunque en este caso hubieran actuado un poco tarde. Pero todo el mundo esperaba que GD, el gran GD saltara cual diva ante las acusaciones, pero no fue así, un eterno mutismo, y su inesperada desaparición dejaron vía libre a toda esa panda de buitres.

• Será mejor comenzar a empacar todas las cosas de Kwon. Y dejarle descansar, creo que estando todos aquí la situación no mejorará, si algo pasará ya nos avisara. - Choi había asumido el mando de líder en ausencia de Yong.

• Me quedaré yo esta noche, mañana por la mañana que venga alguien a sustituirme. Será mejor que alguien valla a su casa a decírselo a su madre, para que después no diga nada.

• Dong yo creo que mejor es no comentarle nada a la loca esa. A mi no me da buena espina, era la única que sabía donde vivía GD y por casi la tengo que matar para que me dijera donde. - Seung Hyun miró a todos sus caras decían que no se lo creían, pero aquello era totalmente factible. Todos habían visto el cambio de GD de un tiempo para acá. Todos temieron ese momento. Cuando decidió irse del piso le dieron espacio. Cuando decidió dejar la música respetaron su decisión, pero ahora ya no dejarían nada tan solo en las manos de aquel que se encontraba en cama. Nunca más, no podían. No querían perderlo, demasiado importante era como para dejar que se fuera de su lado.

En la habitación solo se escuchaba el sonido de las maquinas, tan solo se notaba la respiración acompasada que las maquinas tenían para suministrarle aire al cuerpo inerte de GD.

Jujuju ¿continuara?