La calle estaba oscura y los postes no ofrecían mucha luz. Alguien debía de cambiar los bombillos, ya que, a esas horas de la noche y con aquella oscuridad, la zona donde estaba no parecía nada segura. Menos aun, teniendo algunos trabajadores sociales (dícese de las meretrices y sus afines) ofreciendo servicios sexuales, demasiado cerca de donde él estaba parado.
¿Quien le mandaba a intentar tomar un taxi a esas horas de la noche? Ya varias personas se habían acercado, ya sea en autos o caminando, pidiéndole gozar de sus habilidades amatorias. Tal vez su radiante sonrisa les llevase a acercarse y seguir insistiendo, obteniendo un rotundo no, que no les detenía en seguir y seguir hasta hartarse. Y es que Uzumaki Naruto podía ser ingenuo, pero no idiota.
Sin embargo, el jodido taxi no pasaba. Probablemente se debía a que aquella zona no era muy concurrida. Llevaba más de media hora aguardando, caminando de un lado a otro, viendo el celular con los regaños preocupados e insultantes de su madre, y nada. Ya cansado esperar, esperar y seguir esperando el medio de transporte que se negaba en aparecer, optó por subirse al primer auto que se acercara. Después de todo, bien podía pedirle la cola hasta un lugar cercano a su hogar y noquearle antes de que pudiese hacerle algo. Por supuesto todo aquello era una simple hipótesis. El resultado dependía principalmente de la clase de sujeto con el que se encontrase.
En cuanto vio que un automóvil se acercaba a una velocidad vertiginosa para la hora y la nula afluencia de vehículos, tuvo que apegarse a la pared, por instinto. Pensó que iba a morir atropellado. El suicida frenó de golpe justo a su lado, y Naruto solo sentía como su corazón latía excesivamente rápido debido al susto.
-¿Acaso eres demente, grandísimo idiota?- Exclamó el chico acercándose a la ventana cerrada, los vidrios polarizados no le permitían ver al psicópata que estuvo a punto de acabar con su vida, ya sea por atropellamiento o por fallos cardíacos.
-Sube- pronuncio una voz profunda y malhumorada tras bajar el vidrio hasta la mitad.
¿Subirse el a aquel auto cuyo conductor tenia problemas de conducta? Ni loco, ni enfermo, ni soñando se subía a aquel coche, por muy fino, caro y elegante que pudiese verse por fuera.
-Sube- pronuncio aquella voz, aun más fuerte y con tono de advertencia.
No, no y no. No subiría y punto. Prefería quedarse vagando por las calles antes de subirse a aquel auto.
Una vez que su corazón volvió a su normal frecuencia cardiaca, se detuvo un momento a analizar los hechos. Aquella voz… creía conocerla de algo…
-¿Sasuke?- preguntó el rubio inclinándose un poco, intentando ver a través del vidrio delantero. Observo como el supuesto Sasuke tintineaba los dedos contra el volante en señal de exasperación. Sí. Tenía que ser él.
-Sasuke-teme- Pronuncio el rubio fuertemente, llamando la atención de los pocos que se situaban cerca.
-Sube ya, usuratonkashi- dijo el Uchiha con voz mordaz
El rubio se subió al auto y se cruzo de brazos inflando los mofletes. Joder, estuvo a punto de morir de un infarto a manos de su idiota mejor amigo.
-Si necesitabas dinero, pudiste haberme pedido prestado- dijo el Uchiha arrastrando las palabras.
-¿Dinero? No necesito dinero…
Claro. Sasuke creía que él estaba prostituyéndose.
-¿Entonces?
-Sasuke, si decidiera vender mi cuerpo por allí, te aseguro que serias el primero en enterarte- explicó el rubio, observando el camino.
-Claro- Dijo el Uchiha con aires de escepticismo
-Sip. Serias el primero y cuando digo primero, me refiero a primero en todo
-Espera un momento. ¿Estás tratando de decir que tu y yo…?
-Pero claro- Interrumpió el rubio- como estas con Sakura-chan de novio, y eres heterosexual de punta a punta, entonces solo sería la información- dijo con aire pensativo-. Sí- confirmó con un asentimiento y golpeando su puño contra su palma en señal de afirmación- Serías el primero en saberlo.
-¿Desde cuando?
-¿Desde cuando qué?
-¿Te gustan los tíos?
-¿Para que quieres saberlo?
-No me respondas con preguntas dobe. Suéltalo de una puta vez
-Amargado- bufó el rubio recostándose despreocupadamente del asiento.
Sasuke le gustaba desde hace tiempo. De hecho, podría decirse que tenía un enamoramiento algo profundo por su amigo. Pero el jodido idiota era excesivamente orgulloso y petulante, lo suficiente como para no admitir que también le gustaba él. Y sabía que sentía algo. Ya varias veces le había pillado mirándole con perversidad, mordiéndose el labio incluso, para luego desviar la vista a otro punto en cuanto se percataba de que él le estaba observando. En pocas palabras, el apellido Uchiha era sinónimo de esa palabra llamada orgullo. Morirían antes de admitir algo que derrumbase su impoluta imagen e intachable reputación.
-¿Y qué si ando por allí vendiendo mi cuerpo? Al fin y al cabo, no te importa lo que yo haga o deje de hacer- lanzó el rubio viendo de reojo las reacciones de Sasuke
-Claro que me importa, usuratonkashi
Bingo. Sasuke admitía que le importaba. Objetivo uno, alcanzado.
-Eres tan podidamente ingenuo que cualquiera podría aprovecharse de tí si haces eso- comenzó, quedando en silencio con expresión pensativa
-¿Qué sería aprovecharse de mí?
Tenía que preguntar. Tenía que saber hasta que punto le gustaba a ese teme, tenía curiosidad por la respuesta que le daría.
-Pues… te dañarían
-¿Y?
Podía decirlo. ¡Claro que podía!
-¿Y? ¿Qué más quieres escuchar?
-Sasuke-Teme. ¿Qué demonios te cuesta decir que te gusto? ¿Es eso tan difícil?
-¿Gustarme tú a mi?- pregunto Uchiha con una expresión incrédula, se notaba algo fingida. Luego aparcó el coche en una zona aledaña al hogar del rubio.
-Dilo al menos una vez. ¡Anda!- le animo Naruto con una de sus típicas sonrisas.
-Estás equivocado- respondió el Uchiha tajante, mirando a otro lado con los brazos cruzados.
-Argh… Como quieras- Naruto bajo del coche, comenzando a caminar rápidamente hacia su casa con expresión molesta
Era tan…. Tan Sasuke. Demasiado orgulloso para admitir algo. Prepotente como solo el podía serlo. Egoísta, cobarde… Con tal de mantener las apariencias, andaba con su pelirosa amiga. Y no es que odiase a su amiga. De hecho ella sabia que el le quería y ella sabia que Sasuke sentía lo mismo. Pero, se quedaba callada para no recibir el chaparrón, no era tan tonta. Por supuesto la chica compartía su opinión. Incluso le apoyaba, pero, la verdad, Sasuke no ayudaba en nada con su puñetera aptitud.
-Naruto- Escuchó que gritaba Sasuke de lejos, probablemente caminando a paso rápido- Detente allí, usuratonkashi- exclamó aun más alto
-¡Que te den!- Exclamo el rubio molesto, acelerando el paso. Saco las llaves para abrir la reja que le permitía ingresar al edificio.
-Idiota- dijo el Uchiha respirando dificultosamente tras haber pegado una carrera, alcanzándolo antes de que se resguardase dentro.
-Mira quien lo dice ¡Teme!
-Ven aquí- dijo Uchiha señalando el suelo, justo frente a él.
-Ven tú.
-Joder, eres desesperante
-Ese soy yo- Exclamo Naruto, bufando.
No iba a moverse. Que caminase el si lo deseaba, eran solo 5 pasos. Cinco míseros pasos ¿qué le costaba caminarlos si estaba realmente interesado?
Vio con sorpresa que camino hasta él en pocos segundos. Mierda. ¿Qué le ocurría? Tenía su expresión estoica y una mirada helada que, aunque sabia era la intención, no le intimidaba en lo mas mínimo. Ya se había curado de esas miradas marca Uchiha, y realmente aquello no surtía efecto en él.
Sin decir palabra, Sasuke le beso, saboreando sus labios con lentitud. ¿No era que estaba renuente a escucharle? Ahora no podía hacer más que recibir aquel beso y corresponderlo como dios manda. Joder. Y se sentía realmente bien. Era excitante y sentía algo caliente en el estomago, algo raro. ¿Era eso amor? Porque si lo era, le gustaba y bastante.
Antes de que Sasuke se separase definitivamente, se aferro a su cuello, incitándole a darle otro beso, aún mas profundo.
-¿Dónde mierda aprendiste a besar así?- pregunto Sasuke con las mejillas levemente sonrosadas
-Trucos que se aprenden por allí- dijo Naruto con aire perverso.
Un día se había puesto bastante curioso. Su amigo Gaara estaba cerca y se pregunto cómo se sentiría besar sus labios. Lo hizo y descubrió que no estaba nada mal. Por supuesto que las sensaciones que le brindo Sasuke en aquel beso eran sublimemente superiores. Causa y efecto de estar idiotamente enamorado, suponía.
-¿Gaara?- preguntó colérico el pelinegro- ¿Andas revolcándote con ese pelirrojo con cara de mapache?
-El hecho de, no implica que… ¡Bah! ¿De que sirve explicarte? Sasuke-teme.
Celos. Iban avanzando al menos. Aquella reacción tan explosiva, rostro amenazante y mirada fiera solo indicaban que estaba ganando la batalla poco a poco.
-Sí. Ando revolcándome con Gaara cada vez que tengo oportunidad. Ya que estas tan enamorado de Sakura, tengo que desatar mis pasiones con otras personas
Sasuke le miró estupefacto. No creería que él haría algo así… ¿o si? Es decir, Gaara era su amigo. Unos cuantos besos eran producto de la curiosidad experimental en un repentino ataque de hormonas. No había sucedido nada, de hecho se trataban igual que antes…
-Te mudas conmigo ya mismo- sentencio Sasuke tomando la mano de Naruto
-¿Y vivir en la cajita de cristal Uchiha? Ni loco. Soy feliz aquí. Gracias.
-Joder, puto usuratonkashi. ¿Cómo puede alguien soportarte?
-Gaara me soporta- susurro él, hundiendo el dedo en la herida
-Basta de hablar de ese mapache. Te vienes conmigo. Fin.
-Pero…
-Si no quieres ir a mi casa, bien, te llevo a un hotel
-¿Qué?
-Hotel- deletreó con desdén
-Un momento… ¿en que demonios estas pensando, Sasuke-teme?
-Voy a quitarte de encima, todo rastro que pudiera haberte dejado ese pelirrojo idiota.
Bueno… no era algo directo, pero aquella frase decía mucho, más bien… demasiado. El orgullo había sucumbido, al menos un poco.
Solo se preguntaba si Sasuke podría aguantarse hasta el hotel. Porque mientras caminaban hacia el coche, le había pellizcado la nalga unas cuantas veces…