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Te soñe por anniieem2

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Cap 9

 

 

Los meses pasan volando cuando estas enamorado. Te pierdes en el tiempo y cuando te das cuenta no puedes creer que haya pasado tanto.

 

 

Era Abril, se sentía realmente mal. Recordaba el día en el que sus padres se habían separado y su mamá había decidido irse de la casa. Al principio el creyó que había sido su culpa, por su racha de adicciones y después decirles que aparte de las mujeres, también gustaba de los hombres (cosa que su mamá no había tomando muy bien), pero se dio cuenta de que no era así, su mamá simplemente se iba porque había encontrado a alguien más, ¿Qué podía tener ese hombre que no tuviera su padre? Tal vez el cuerpo, porque tenía cuerpo al ser maestro de deportes, pero ¿Qué más le podía dar? Nada.

 

 

Si ahondaba mas en sus pensamientos se daba cuenta de que habían más cosas que le molestaban, por ejemplo, saber que su papá por el inmenso amor que sentía la seguía manteniendo, y por lo tanto también lo mantenía a “el”(ni siquiera se había preocupado por aprender su nombre). Y ese día en especial, se daba cuenta de que su papá realmente estaba mal… había pagado inconscientemente la boda de su madre con “el”. Su madre moría de felicidad porque era el mejor día de su vida… su padre, por otro lado, moría de tristeza porque ese era el peor día de su vida, el día que marcaba que había perdido a su amor para siempre.

 

 

¿Qué si iba a asistir a la magnífica boda? Claro que no… tal vez su mamá lo odiaría aun más, pero eso no le interesaba. Seguía sin estar de acuerdo con el modo en el que hacia las cosas.

 

 

Como casi todos los días desde que se había enamorado, iba a casa de Shuichi en su camioneta y al llegar puso la misma sonrisa al darse cuenta de que ya lo esperaba. No bajo de la camioneta, espero a que su novio subiera, y así lo hizo. No podían exponerse tanto por los padres de Shu que aun no sabían de su relación, es más, ni siquiera sabían de su sexualidad y con el machismo de su padre todo era difícil.

 

 

Se dieron un beso cargado de amor y al separarse el otro puso la camioneta a andar

 

 

 

-          A donde vamos – pregunto el pelirosa mientras rebuscaba entre los CD’s que habían en un estuche negro

 

-          Vamos a mi casa – suspiro – hay que esperar a que Mika esté lista para que la llevemos a la boda de mi mamá

 

 

-          Es verdad – recordó - ¿No me habías dicho que querías que fuera contigo?

 

-          No, me arrepentí. No quiero ir ni siquiera

 

 

-          Es tu mamá

 

-          Pero el no es mi papá

 

 

-          Eiri, que terco eres – dijo con fastidio

 

-          Por eso me amas – sonrió

 

 

 

Llegaron a la gran casa, ya todos ahí se habían acostumbrado a la presencia de Shuichi, era como de la familia. Entraba y salía, hacía y deshacía, todo a su antojo y nadie se quejaba.

 

 

Esperaban en el cuarto del rubio y Shuichi lo único que hacía era revisar el armario de su novio.

 

 

 

-          ¿Qué buscas? – pregunto Eiri desde la cama donde se encontraba acostado. Su novio desde que había llegado al cuarto revisaba cada una de sus prendas y eso no era normal, conociendo a Shuichi eso podía significar que traía algo entre manos

 

-          Busco algo que se te vea bien, que sea formal, pero tampoco tanto – dijo sin dejar su tarea en el armario

 

 

-          ¿Y eso para qué? – sonrió al ver como su novio caminaba ahora a los cajones de ropa

 

-          Para la boda – dejo lo que hacía y volteo a ver a su novio – no debes de faltar porque es un día especial para tu mamá

 

 

-          Así como yo no debo de faltar – dijo con un poco de molestia – tu no debes de dejar de comer, no debes de fumar y mucho menos tomar porque no es bueno para ti – soltó sin pensar

 

-          Increíble – dijo fastidiado – ahora vas a regañarme, no estamos hablando de eso, hablamos de algo distinto – se sentó lejos de tu novio, agradecía mentalmente que esa cama fuera tan grande – te recuerdo que tu también lo hiciste tiempo atrás – eso le había dolido al rubio – y se que lo dejaste pero también puedes volver a caer. No me juzgues

 

 

 

Eiri ya iba a decir algo, pero fue interrumpido porque la puerta se abrió y su hermana entro. Se veía realmente hermosa, pero ella no necesitaba ponerse vestidos ajustados como el que llevaba en ese momento para ser hermosa, su hermano siempre la veía preciosa fuera como fuera.

 

 

 

-          ¿Cómo me veo? – sonrió la chica parada frente a la cama

 

-          Muy hermosa – sonrió Eiri – tu siempre te ves hermosa y lo sabes princesa

 

 

 

Siempre le hablaba así a su hermana menor, menos cuando ella estaba de mal humor.

 

 

 

-          Qué bueno – dijo alegre – vamos, vamos – jalo a su hermano del brazo – llévame

 

 

 

El chico sin muchas ganas de levantarse, lo hizo. Volteo a ver a Shuichi que aun se encontraba en la cama con una cara de real molestia.

 

 

 

-          Cuñado, tu no me dijiste como me veo – se acerco a el

 

-          Muy bonita – sonrió con mucho esfuerzo. Sabía que Eiri odiaba cuando las demás personas se daban cuenta de que habían discutido o algo así

 

 

-          Me alegro – de igual forma lo agarro del brazo y lo jalo para que se levantara de la cama – vamos, ¿o no vas a acompañar a Eiri?

 

-          Claro que si

 

 

 

Los tres bajaron, dos aun molestos y la otra muy emocionada. No le emocionaba la boda de su mamá, eso la tenia sin cuidado, lo que realmente la ponía muy animada es que era un evento donde iba a  haber mucha gente que la miraría y ella amaba que la miraran, eso elevaba su autoestima aun mas. Le gustaban las bodas porque podía arreglarse para ellas, nada más.

 

 

Todo el camino fue de silencio, ellos no habían cruzado palabra desde aquella discusión. Siempre era así, discutían, se daban donde más les dolía y después se arrepentían, pero ambos eran tan orgullosos. Al final quien pedía disculpas aunque no tuviera la culpa era el rubio, porque si esperaba a que su novio lo hiciera se podían dejar de hablar una semana entera sin que el otro diera señales de vida. Así era Shuichi, complicado, explosivo, lloraba por cualquier cosa y también se enojaba por cualquier cosa, era un poco violento cuando el coraje lo invadía, el no daba su brazo a torcer, y para colmo, a pesar de estar con el, Shuichi podía decir sin remordimiento de conciencia “no tengo dueño”, a veces su boca era tan venenosa que lastimaba sin querer, o al menos eso quería pensar Eiri, que todo era sin querer.

 

 

Cuando llegaron al lugar donde se iba a celebrar la boda todo estaba perfectamente decorado desde la entrada, cosa que no le extraño, a su mamá le encantaba darse a notar, cosa que le había contagiado a su hermanita.

 

 

La chica bajo de la camioneta muy animada, se acerco a la ventana de su hermano.

 

 

 

-          No vengas por mí, me quedare en casa de mamá

 

-          ¿Le avisaste a papá?

 

 

 

-          Te iba a pedir que lo hicieras tu, yo no le dije porque no sale de su estudio, todo el día toque la puerta y no me abrió, asi que cuando salga, que tal vez lo haga mañana, le dices

 

-          Muy bien – le sonrió – diviértete hermosa

 

 

-          Si – se acerco para darle un beso en la mejilla y después camino para entrar al lugar. Eiri sonrió al darse cuenta de que su hermana caminaba como si ni siquiera el piso mereciera ser pisado por ella y eso hacía que piense que Mika iba a llegar a ser importante.

 

 

Cuando se perdió en sus pensamientos se dio cuenta de que por un segundo se había olvidado de que tenía a su novio enojado a un lado. Ya se había cansado de esa cara de molestia. Su novio era guapo con cualquier sentimiento que adornara su rostro, pero no le gustaba que estuviera enojado o triste.

 

 

 

-          Shuichi, perdón – dijo volteándolo a ver – si quieres voy a cambiarme, me pongo algo que se me vea bien, formal, pero tampoco tanto – eso saco una sonrisa del pelirosa – y me acompañas a la boda de mi mamá, a la cual debo de ir porque es importante para ella

 

No supo ni en qué momento Shuichi lo abrazo fuertemente y el correspondió el abrazo. Una lágrima se le salió de los ojos, no era que no quisiera asistir, simplemente le dolía, más porque podía ver a su papá destrozado por eso.

 

 

 

-          Mejor veamos películas – le dijo el pelirosa al oído

 

-          Lo que tú quieras – dijo separándose de él. Puso su mano en la mejilla del chico, la acaricio por un momento y después se besaron. Fue un beso dulce que poco a poco se fue intensificando. Se separaron por falta de aire

 

 

-          Creo que hay mejores cosas que hacer que ver películas – le sonrió Shuichi y metió la mano dentro de la camisa de su novio

 

-          No vayamos tan rápido amor – sonrió sin apartar la mano de su novio – eso puede esperar – le dio un beso en la nariz – hoy veremos películas. Para eso quiero que te sientas realmente seguro, no quiero que lo hagamos por un arranque de rato – aparto la mano de su novio delicadamente y le beso la palma

 

 

 

Ambos se sonrieron. Shuichi se dio cuenta otra vez de la razón por la cual amaba tanto al rubio, porque de verdad lo amaba, pero habían cosas de su personalidad que no podía cambiar, no por ahora.

 

 

Fueron a casa de Eiri, vieron películas hasta quedarse dormidos juntos, abrazados…

 


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