El sol pronto se escondería así que ya comenzaba a ser hora de que fuera hacia donde Sasuke.
Se sentía un poco más tranquilo, había logrado hablar aquella mañana con sus padres. Ninguno le había dado una solución a su problema, pero lo habían escuchado y le sugirieron que disfrutara de aquellos últimos días con el azabache. Además, le recordaron que debía estar un día antes de que saliera el vuelo en Londres, pues querían que hiciera algunos encargos.
Había decidido no abandonar su sueño de viajar por el mundo sacando fotografías, aunque temía que nuevamente fueran a ser carentes de sentimientos a falta de su musa.
No necesariamente tenia que faltar el azabache, ese noche le propondría viajar con él. Extremarían precauciones para que Sasuke estuviera sano y salvo, le llevaría a recorrer el mundo. Le debía convencer.
Sasuke veía a su hermano hornear un pastel, era la primera vez que lo intentaba. Al menor no le gustaba lo dulce, su hermano era consiente de eso, pero no se negó cuando el mayor lo sugirió.
A Sasuke siempre le había fascinado que a su hermano todo le saliera bien, todo lo que intentaba y por lo que había descubierto, aquella era la primera vez que hacia un pastel.
El sonido de la puerta llegó hasta sus oídos, ambos se miraron.
— Debe ser tu torpe amigo, deberías abrirle — Itachi volvió a su tarea.
Sasuke sonrió, prácticamente corrió hacia la puerta, estaba emocionado.
Antes de abrir se tomo un momento para respirar profundamente y tranquilizarse, no debía mostrarse como un desesperado y mucho menos delante de Naruto, ¡no quería que pensara que le estaba esperando!... Porque no lo estaba, él simplemente quería salir, Naruto se lo había prometido.
Abrió la puerta. No mencionó nada simplemente clavo sus ojos negros en los azules de Naruto.
El rubio iba a quejarse sobre el porque había tardado tanto en abrir; las palabras no salieron de su boca al notar algo diferente en Sasuke, no estaba usando pijama, vestía ropa casual, ¡Sasuke estaba bien vestido!
El menor usaba unos entallados pantalones negros, camisa de cuello de tortuga de color vino y una chamarra negra de piel; sus zapatos brillaban impecables. Esos colores oscuros le hacían verse más pálido, pero no enfermizo, como si su piel fuera de porcelana y por si fuera poco, la ropa le quedaba un tanto ajustada, haciendo que su cuerpo se marcara; inclusive podía jurar ver leves músculos debajo de la camisa.
— Vas a inundar mi casa si sigues con la boca abierta — y fue abruptamente sacado de sus pensamientos.
Naruto no se había dado cuenta que le había recorrido una y otra vez con la mirada, ni tampoco que había abierto la boca; mucho menos se dio cuenta del sonrojo que tenia ni del brillo en sus ojos.
Sasuke estaba un tanto avergonzado por el comportamiento de Naruto, sin embargo, logró aparentar que nada pasaba e ignorando su propio sonrojo, dejo que su amigo pasara.
Los tres estaban en la cocina comiendo pastel. Sabía bastante bien, y como siempre sucedía, Sasuke se maravillo por que su hermano había tenido éxito en su primer intento.
Después de terminar de comer irían a la Abadía y si aun tenían tiempo, bajarían al pueblo; Itachi quería conocer a Sakura para agradecerle por atender las heridas de su hermano.
— Discúlpenme un momento — el celular del mayor de los hermanos estaba sonando; salió de la cocina.
Ambos amigos quedaron solos, en completo silencio y sin saber que decir.
Naruto se preguntaba si debía decirle a Sasuke sobre su pronta partida y el ofrecimiento que quería hacerle sobre viajar con él, o si debía esperar hasta regresar de la Abadía. Era difícil decisión pues el rubio temía la respuesta de su amigo.
— ¿Te preocupa algo? — casi se cae de la silla cuando Sasuke habló.
— No, no, claro que no — negó repetidamente, tratando de creerse a si mismo —, estaba pensando sobre unos preparativos que me faltan por hacer — mintió.
— ¿Preparativos? — Sasuke entrecerró los ojos, había algo más.
— Si, preparativos — no podía mirar esas orbes negras, por ello bajo la mirada a los labios contrarios, al menos que pensara que si le estaba mirando directamente —. Mi padres quieren que compre algunas cosas — eso era cierto.
Observó como los labios de Sasuke se cerraban en una fina linea, mostrando descontento, sabía que no le estaba contando todo. Al final, de esa misma boca terminó por salir un suspiró, y aquellos rosados labios mostraron una leve sonrisa.
A Naruto le volvió a cautivar, Sasuke le parecía perfecto en cada aspecto y nuevamente se sintió mal al saber que podría no volver a verle. Trató de pensar en otra cosa, nuevamente concentrándose en aquellos labios que se le antojaron suaves y dulces. Algo de pastel en la comisura, deseó poder probarlo.
Llevó su mano hacia el rostro de Sasuke, posándola en su mejilla y acariciando con un dedo aquella boca que tanto le gustaba. Como resultado obtuvo un fuerte sonrojo que decoro por completo el rostro de su amigo, además de que los labios se abrieron sin emitir sonido alguno, ¡que encantador era!
Un beso, eso era lo que quería. Se comenzó a acercar al rostro contrario, Sasuke no hizo nada para apartarse. Pero cuando faltaba apenas un poco para terminar la distancia, Itachi apareció y la reacción de ambos fue separarse abruptamente, mirando hacia lados contrarios.
El mayor de los hermanos mostraba duda, ¿había interrumpido algo? Esperaba que no hubiera pasado nada entre ellos, pues aunque sabia que estaba surgiendo cierto sentimiento entre ambos jóvenes, no podía evitar que llegaran esos celos de hermano mayor la idea de que no había nadie a la altura de su pequeño Sasuke.
— Sasuke, acaban de llamarme del despacho de abogados con el que trabajo — comenzó, ignorando la situación —, adelantaron el juicio de uno de mis clientes para mañana al atardecer — y lo iban a escuchar, no podían estar haciendo eso, debían informar con tiempo para poder preparar el caso a tiempo —. Lo siento, debo marcharme.
El menor bajo la mirada, claro, era obvio que su hermano no podía pasar tiempo con él, debio habérselo esperado.
— ¿Cuándo te marcharas? — preguntó.
Itachi podría irse en la mañana, pero debía preparar papeles y hablar con su cliente. Debía partir cuanto antes, era una pena, porque de verdad que quería pasar tiempo con su hermano.
— Preparare mis maletas y me iré — evitó mirarlo —, de verdad lo siento.
— No pasa nada — Sasuke movió la mano para restarle importancia —, tienes que ir.
Y Sasuke sonrió tranquilizando a Itachi, pensando que de verdad lo entendía. Pero Naruto supo que aquella no era la sonrisa hermosa que le había dedicado el día anterior en la Abadía, aquella era falsa y hasta cierto punto triste, ¿cómo Itachi no se podía dar cuenta? Tal vez era lo mejor.
Media hora después los tres estaban fuera de la casa, Itachi había terminado de cargar su maleta y aseguraba que su termo de café no derramara.
Se acercó a su hermano y le dio un fuerte abrazo, permaneciendo así varios segundos, de verdad que le extrañaba.
— Volveré pronto, en dos semanas estaré aquí — se separó del abrazo —, lo prometo.
Sasuke solo asintió, repitiéndose que debía creer en su hermano. Volvió a aceptar un ultimo abrazo.
Después el mayor se acercó a Naruto y le ofreció la mano a manera de despedida.
— Gracias por lo que haz hecho — le sonrió —, por ambos.
Dudo un poco de lo que deseaba pedirle.
— Naruto, sé que no soy la mejor persona para decir esto, pero por favor, no lastimes a mi hermano — hablo tan bajo para que solamente él pudiera escucharle, sus ojos suplicantes.
No espero respuesta, con ello se dio vuelta y se aproximo a su automóvil. Era una suerte que lo tuviera, los trenes solo partían en la mañana.
Faltaban tres horas para que saliera el sol. Sasuke ya no deseaba salir, se sentía cansado y algo triste, pero Naruto insistía en que debían ir, ¡la Abadía los esperaba!
Al final se pusieron en marcha, cabe decir que tardaron mas de lo planeado pues el azabache caminaba a paso lento y desganado.
Sin embargo, apenas llegar, Naruto notó el brillo en los ojos de Sasuke, quien volvió a verse emocionado aunque esta vez no corrió hacia las ruinas, permaneció parado, observando y guardando aquel paisaje por siempre en su memoria.
— ¿Qué quieres hacer? — le preguntó Naruto.
— Caminar — respondió.
Pese a que Sasuke estaba encantado con la vista, no podía dejar de sentirse algo triste. Y pensar que aquella parecía ser una prometedora noche.
Sabía que Naruto caminaba unos cuantos pasos detrás de él, también sabía que estaba amargando le la velada a su amigo, no era su intención. Debía concentrarse en otra cosa que no le deprimiera. Avanzaron despacio, Naruto había comenzado a silbar alguna melodía que a Sasuke se le antojaba familiar, el ambiente comenzaba a tornarse aburrido.
Recordó lo que casi sucedía en la cocina, Naruto tenia intención de besarlo ¿verdad? Él jamas había dado un beso, y la verdad le ponía nervioso pensarlo, ¿y si Naruto pensaba que era malo? ¿si se burlaba de él? Lo único que sabía sobre esas muestras de afecto era lo que había leído en novelas y visto en películas, además, sabía que era algo prácticamente exclusivo cuando había atracción, entonces ¿Naruto sentía algo por él?
La cabeza le daba vueltas con esos pensamientos, era consiente de que él si sentía algo por el rubio, pero no quería hacerlo porque le perdería pronto, no buscaba sentir dolor.
Aun así, la idea de regalarle ese primer beso a Naruto le agradaba y le hacia sentir un hormigueo en el estomago, ¿eso era lo que llamaban amor? Bueno, un mes atrás había pensado que jamas sentiría tal cosa, que moriría sin conocer a esa persona especial, que nunca daría un beso y que moriría virgen. Ahora ya solo pensaba que de aquello solo sucedería lo ultimo.
— Quiero hacer otra cosa — sentenció decidido.
Se frenó y encaro a Naruto. En el rostro del rubio había duda, no tenia la menor idea de que es lo que quería Sasuke.
— Esta bien, ¿qué quieres hacer? — ladeó la cabeza —. ¿Quieres bajar al pueblo?
— Bésame — jamás habló tan decidido.
Aquello fue una verdadera sorpresa, era lo ultimo que pensaría que deseaba.
— ¿Qué? — no es que no quisiera, es solo que estaba demasiado sorprendido.
— Que me beses — avanzó un paso —. Termina lo de la cocina.
Si, estaba demasiado sorprendido como para moverse. Solamente permaneció allí mirando estupefacto a Sasuke.
El menor exhalo aire, molesto porque el rubio no se moviera. ¡Bien, si Naruto no pensaba hacerlo, él lo haría!
Con paso firme se acercó a Naruto y con decisión, le tomo de las mejillas y acercó su rostro. Pronto sintió el suave contacto de los labios de su amigo contra lo suyos y unos segundos después, las grandes manos contrarias le tomaron de la cintura, haciendo que ambos cuerpos se juntaran más.
Naruto le mordió el labio, pidiendo permiso para entrar, Sasuke no dudo ni un segundo en concedérselo. Las lenguas juguetearon y de vez en cuando se mordían; el azabache colgó sus brazos en el cuello del Uzumaki y apenas se separo un momento para tomar aire; al instante volvieron a besarse, aumentando la intensidad.
Los labios de Sasuke le supieron dulces, tal vez por el pastel que anteriormente habían comido; eran tan suaves, aun más de lo que se lo imagino. Además, era torpe y aquello solo lo hacia inocente, simplemente perfecto, no hubiera deseado que fuera de otra manera.
Y a Sasuke aquel beso le hizo sentir tantas cosas; el beso le supo a los bosques en donde su rubio había acampado, al desierto y al oasis que había visitado; le supo a las ciudades de enormes rascacielos y a los pequeños poblados escondidos que solamente podían encontrarse si es que tenias suerte. Pudo saborear la luna que tantas noches le había acompañado y el sol que esperaba volverle a ver.
Aquel fue su primer beso.