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Loneliness por itachiuchihafan

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí les traigo el ultimo capítulo. Espero que les guste, pensé en otro final, pero este fue el que mas me convenció.

Perdonen si tiene alguna falta de ortografía. ¡Que lo disfruten!

 

Guardó la ultima de sus prendas en la maleta y se aseguró que no le faltara nada. Sobre la mesa descansaba su cámara fotográfica, lista para ser guardada.

Aun faltaba una hora para el medio día, una hora para partir. Si se apresuraba, tenia tiempo de ir a visitar una ultima vez, a volverle a besar y jurarle que aunque estuvieran a miles de kilómetros, seria la única persona que amaría.

Sabía que Sasuke no necesitaba escuchar aquello, pues con los antecedentes, para el azabache solo serian promesas vacías.

Tal vez debería hacer algo mejor para su amigo; conseguirle una compañía constante. Decidido, guardo su cámara y tomo todas sus cosas; estaba listo para abandonar esa habitación.

 

 Sakura limpiaba las mesas del establecimiento en el que trabajaba. Aun no había muchos clientes, pero ya no tardarían en llegar. En un poblado tan pequeño como aquel, no había muchos lugares que escoger para ir a comer o tomar alguna cerveza.

Soltó un suspiro, necesitaba unas vacaciones. Tal vez ya venia llegando la hora de que hablara con su jefe sobre ello. Sí, hablaría con él y se iría a alguna ciudad grande.

—             ¡Sakura! — aquella voz tan fácil de reconocer se hizo presente.

La de cabello rosa se giro con una sonrisa, para ver como entraba su nuevo amigo japones.

—             Buen día, Naruto — mantuvo su sonrisa —. ¿A sucedido algo?

Notó que el rubio llevaba una maleta y una mochila consigo; la curiosidad le invadió.

—             Hoy me marcho, a medio día — explicó —, y quería pedirte un favor.

Sakura admitía que si algo le gustaba de Naruto, era esa seguridad que tenia para decir las cosas, asintió para darle a entender que pidiera lo que quisiera.

—             Es sobre Sasuke.

—             ¿Esta bien? ¿Esta herido? — y ahora se mostraba preocupada.

—             No, no lo esta, es solo que… —tomo aire —. Ahora que me voy, volverá a estar solo, crees que ¿podrías visitarle? — suplica en sus ojos.

Los ojos verdes miraron enternecidos al rubio. ¡Que favor más bonito y desinteresado le estaba pidiendo! Además, si ella hubiera sabido antes que en aquella lejana casa vivía un joven en completa soledad, no hubiera esperado ni un momento para hacerle una visita, ¡que horrible seria vivir en aislamiento!

—             Claro que lo haré, no debes preocuparte por ello — le habló tranquilizadora.

Naruto sonrió; no podía creer que en un inicio había dudado de que su amiga aceptara. Amigos como ella eran quienes valían la pena.

—             Entonces, te lo agradezco mucho, me preocupa que Sasuke este solo — admitió.

—             No temas, iré a verle todos los días.

—             Gracias — ahora se mostraba apenado —. Creo que debería irme.

—             Suerte en tu viaje — ambos rieron.

Y con un abrazo, Naruto se despidió de la chica de bonitos ojos verdes.

Sasuke se encontraba sentado sobre la cama; en sus manos uno de sus tantos libros. Trataba de concentrarse en la lectura, pero sus ojos se escapan hacia el reloj que estaba sobre la chimenea. Marcaban que faltaba veinte minutos para el medio día.

Terminó por resignarse, aquel día no leería. Además, había tratado de dormir, inclusive llevaba su pijama más cómoda que consistía en pantalones negros y una camiseta de tirantes del mismo color; para abrigarse un poco, llevaba una bata de seda de color azul marino. Aun así, no habían tenido efecto.

Sus ojos volvieron al reloj, dieciocho minutos más y serian las doce. Suspiró mientras aventaba el libro a su lado.

Trataba de no pensar en que Naruto estaba apunto de partir  de Rievaulx y aunque el rubio le había prometido volver, en el fondo sabía que aquella partida seria para siempre.

En diecisiete minutos… no, en dieciséis minutos, su amor estaría lejos de él.

Se llevo las manos al rostro y se frotó los ojos, ¿cuándo había comenzado a llorar? Por alguna razón, recordó lo que los psicólogos que le vieron le solían decir; el sufrimiento y la soledad son cosas que uno decide para si mismo y que solo se podía remediar, si se tenia valor.

Él ya no quería estar solo, el quería estar al lado de ese rubio y viajar y conocer, ¡él era un Uchiha!

No lo pensó más, se levantó de la cama y echo a correr hacía la puerta de su hogar; una vez allí se frenó, pensando en lo que sucedería si se atrevía a salir en aquel momento en el que el sol estaba en toda su gloria.

Los psicólogos le habían dicho que la perdida de su vista era una forma en la que su mente se protegía de aquella luz que asociaba con el fuego; solo debía de repetirse que aquel astro rey no le haría daño. Su piel se llenaría de ampollas, era consiente de ello; pero todo el dolor valía la pena si estaba al lado de Naruto.

Abrió la puerta y prácticamente se aventó hacia fuera; no lo pensó, sus pies descalzos echaron a correr por la tierra. Tenía menos de quince minutos para llegar a la estación.

 

El tren acababa de llegar a la estación; los pasajeros comenzaban a agruparse en la puerta para poder subir y obtener un buen lugar. En pocos minutos les dejarían ascender.

Naruto simplemente observaba a las personas; odiando con toda su alma el tener que marcharse. Si giraba la cabeza, podría ver la Abadía y él sabía que detrás de ella, escondida entre el bosque, se encontraba una vieja casa que mantenía encerrado a la persona mas increíble que jamas había conocido.

Las puertas del tren se abrieron permitiendo el ascenso.

 

Su rostro, parte de sus manos y pies le ardían; era una suerte que la bata le cubriera los brazos. Su visión se veía nublada, pero aun era capaz de distinguir lo que le rodeaba.

Corría sin detenerse, el aliento le hacía falta y las plantas de sus pies sangraban al haber corrido entre tierra y piedras.

Ignoró por completo la magnifica Abadía que estaba a su lado; no tenia tiempo para admirarla. Siguió corriendo; creía que se desmayaría en cualquier momento, pero debía de llegar a la estación.

El pueblo estaba a menos de doscientos metros de él, no faltaba tanto, solo tenia que terminar de descender la colina; en un descuido, tropezó con su propia bata y rodó un buen tramo, varios metros.

No le importó, apenas se detuvo, volvió a ponerse de pie y a seguir corriendo, mientras lo hacía, se quito la bata y la soltó sin saber si quiera donde quedó; no necesitaba más tropiezos.

El sol comenzaba a quemarle en los brazos y en toda la piel expuesta; además,  pequeñas cortadas producto de la caída le decoraba la piel. Su vista cada vez más borrosa; pero un solo pensamiento tenía, debía llegar con Naruto.

Y fue cuando llegó al pueblo;  no tenía idea de adonde ir; las pocas personas que estaban cerca le miraban con curiosidad y algunos con repulsión. No queria imaginarse como es que se veía en ese momento.

—             ¿Sasuke? — giró su rostro para encontrarse con Sakura, que le veía con duda y preocupación.

—             La estación, ¿dónde esta? — lanzó una pregunta,  los colores en el cabello de Sakura parecían mezclarse con lo que le rodeaba; de verdad que estaba perdiendo su visión, debía llegar cuanto antes.

Sakura solo señalo hacía la izquierda, demasiado sorprendida para decir algo; eso fue suficiente para que Sasuke siguiera corriendo.

—             ¡Sasuke! ¡Espera! — escuchó gritar a Sakura, pero él no se detuvo.

El lado bueno, es que aquel era un pueblo pequeño y la estación pronto estuvo frente a él; con la misma prisa con la que había salido de su hogar, se adentró a la estación. El reloj marcaba que faltaba un minuto para el medio día. La otra cosa buena de un pueblo tan pequeño, es que solo había un anden. 

Su vista se estaba oscureciendo, y él sentía que se quedaba sin fuerzas. Sin embargo, tuvo la capacidad de brincar las barras de metal que restringían el acceso al anden; e inclusive fue capaz de correr para que el guardia no le alcanzara.

Y allí estaban, las puertas del tren; solo debía cruzarlas y estaría donde su amado. Solo un esfuerzo más y estaría a su lado.

Sus piernas le temblaban, pero no se detuvieron,  estaba a menos de un metro. Escuchó como el guardia le gritaba que se detuviera e inclusive escucho como corría detrás de él. Las puertas comenzaron a cerrarse y en un arrebato de adrenalina, él se aventó dentro de la cabina. Las puertas se cerraron, dejando a un guardia furioso gritando a la orilla del anden.

Se recargó contra la puerta, descansando un momento para recuperar el aliento. Su piel le ardía horrores y apenas si lograba distinguir siluetas y colores. No importaba, en unos minutos estaría con Naruto. Se puso de pie para ir a buscarle.

 

Descansó su cabeza en el respaldo. No le gustaba viajar en tren; aunque muchos decían que no se sentía la velocidad a la que viajaban, él siempre se sentía mareado.

Además, sentía una enorme culpa, ¿como es que había dejado al azabache solo? No debió haber subido a ese tren, debió haber regresado a buscarle. ¡Debía tomar un tren de regreso!... No, no era buena idea, probablemente Sasuke no lo recibiría; ya le había dicho su amigo, no podía dejar el trabajo y él no abandonaría su hogar. Suspiró.

Sacó su cámara para mirar aquella fotografía que le había tomado a Sasuke. Era la primera vez que lo hacía y se sentí volver a aquel momento; pudo volver a sentir  la brisa acariciando sus mejillas y revolviendo su cabello. Pudo escuchar la ligera respiración de su amor y volverse a encantar con aquella magnifica sonrisa que solo era para él. Inclusive sintió lo mismo que aquel momento, como si volviera a tomar la fotografía.

—             ¿Naruto?

Inclusive podía jurar escuchar aquella gélida voz llamándole.

—             ¿Naruto?

¡Se escuchaba tan cerca! ¡Que maravilla de fotografía! Deseaba poder escucharla por siempre. Lastima que la cámara se apagara, al verse terminada su batería. La magia de la fotografía terminó.

—             ¿Naruto?

Bien, esta vez la sintió demasiado cerca y ya no estaba mirando la foto. ¿Qué estaba sucediendo?

Se giró en su asiento, mirando por arriba del respaldo y le vio. Allí estaba Sasuke, su Sasuke. Usando una de sus pijamas; todo cubierto de tierra y con el cabello enmarañado. Su piel cubierto de pequeñas ampollas y cortadas; sus ojos se notaban un tanto vidriosos. Y sin embargo, lo encontraba como el ser más atractivo que jamás hubiera visto, pues ante todo, se notaba feliz y aquello lo hacia ver perfecto.

—             Sasuke — susurró.

Lo más lógico es que corriera preocupado a ver que le sucedía, pero estaba demasiado impactado como para siquiera moverse.

—             Naruto, al fin te encuentro — Sasuke sonrió.

Las personas les miraban expectantes, sin comprender la situación y un tanto preocupados por la condición del mas joven. A ninguno de los dos les importo.

—             ¿Qué estas haciendo aquí? — salió de sus labios.

Sasuke caminó hasta estar a menos de medio metro del rubio. Emocionado por haberle encontrado.

Miró aquellos cabellos rubios y esos ojos azules. Naruto era más brillante que el sol y no le lastimaba; si podía estar a su lado, no tenia porque temerle al astro que alumbraba la mañana.

Pudo decirle tantas cosas; como que había llegado hasta allí para viajar con él, que había corrido por toda la Abadía y el pueblo para no dejarle ir. Que ya no deseaba estar solo y que quería con toda el alma estar a su lado hasta el día de su muerte. Sí, pudo decir tantas cosas.

—             Quiero que me devuelvas mi beso — sonrió.

No pudo decir más; pensaba en abalanzarse a los fuertes brazos del rubio y besarle. No llegó a tanto, todo se hizo negro y él se desmayó; no sin antes lograr sentir como era atrapado por aquel que amaba.

 

 

Epílogo.

La arena se metía entre sus ropas y el calor era sofocante. El sol golpeaba sin piedad todo lo que tenia a su paso, pero a Sasuke no le importaba.

Duró un año asistiendo a tratamiento para poder superar por completo su fobia; recibió médicamente para evitar esas molestas ampollas y también le hicieron usar lentes de sol, cada vez menos oscuros hasta que sus ojos lograron mirar la luz sin que le lastimara.

No había sido fácil y aunque muchas veces quiso volver a su casa en la Abadía, con ayuda de su hermano y principalmente de su nueva pareja, logró vencer.

Y allí se encontraba, a varios metros del oasis que había visto en la fotografía que hacia tanto había visto, en la primer fotografía de Naruto que él logro contemplar.

—             ¿En que piensas, Sasuke? — le abrazo Naruto por la espalda, riendo.

Llevaban cuatro años viajando juntos, recorriendo el mundo. A Sasuke cada lugar le parecía maravilloso y aunque no podía negar que al anochecer se soltaba un ambiente mágico, prefería por mucho la atmósfera que se creaba al estar inundado de luz.

Las fotografías de Naruto había recorrido el mundo; transmitían sensaciones que ningún otro fotógrafo lograba. Y es que era de esperarse, si aquella persona que consideraba su musa iba a su lado.

Por otra parte, Sasuke escribía sobre los lugares que viajaban,  él lograba plasmar en palabras, lo que Naruto en imágenes.

—             En lo feliz que me hace estar aquí — se giró para quedar frente a frente.

Y se besaron con las misma pasión que en su primer beso. Ambos estarían juntos, para siempre. Ya no había mas soledad, ya no había mas miedo.

 

Notas finales:

Y bien, ese fue el final, ¿qué les pareció? ¿pensaban que iba a ser así? Cuéntenme, ¿como les hubiera gustado que terminara?

Muchas gracias a todos los que me han acompañado a lo largo de este fic, los que lo leen, a los que han comentado. También muchas, en serio, muchas gracias a esas personas que a pesar de que lo empecé hace más de tres años y que lo abandone durante dos de ellos, siguieron esperando y que cuando regresé lo leyeron y me lo hicieron saber, de verdad muchas gracias.

Y bien, si gustan dejarme un comentario para saber sus opiniones, critica, sugerencias y demás. Para saber que les ha parecido este fic.

Tengo planeado dos nuevos NaruSasu y planeo terminar otro que tengo por allí que se llama Desires of a Lost Soul, yo creo que me voy a dedicar más a ese.

Y por ultimo si alguien quiere ser mi amigo o hablar conmigo, pueden buscarme en Facebook por este correo danyovalle20@hotmail.com o bajo el nombre de Julieta Montecristo.

¡Nuevamente muchas gracias y nos seguimos leyendo! ¡Feliz año!


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