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Loneliness por itachiuchihafan

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Notas del capitulo:

Hola.

¿Ya me habían dado por perdida? Como que desde diciembre a la fecha se pusieron medio extrañas las cosas, más que nada porque pues es mi último semestre en preparatoria y pues ha echarle todas las ganas del mundo ¿No?

En fin, aquí les traigo este capítulo, está un poco corto pero espero traer el siguiente la próxima semana. Sin más espero que les guste, perdonen si tiene faltas de ortografía.

 

 

Habían terminado en la habitación de Sasuke. Era una recamara espaciosa, de verdad que sí. La cama era amplia, con altos doseles de los que pendían cortinas color vino que rodeaban todo el mueble. Había un  arco en una de las paredes, que dejaba ver un vestidor y otra puerta, Naruto sospecho que dirigía a un baño.

Frente a la cama, había una pequeña sala acompañada de una chimenea que permanecía encendida. A un costado de uno de los sofás, había un piano de cola color negro. Todo el piso era de madera. Había una amplia ventana pero al igual que en el resto de la casa, estaba cubierta por gruesas cortinas.

Sasuke atizaba el fuego, en esa época del año hacia frio y más aun estando en aquellas colinas. Había explicado que diariamente un leñador llevaba por las mañanas la leña y la depositaba en una bodega debajo de la casa. Había una puerta exterior de la bodega, de la cuela el leñador tenia llave, así él no tendría que salir, utilizando la puerta interior de la bodega.

 Naruto permeancia sentado en uno de los sofás, frente a él se encontraba un servicio de té, acompañado de un plato de galletas. Según había dicho Sasuke, no comería galletas pues al azabache no le gustaba lo dulce, así que todas eran para Naruto.

Sasuke no era una persona de mucha palabra, en el breve lapso que habían pasado juntos, lo poco que había dicho era su inconformidad por que fuera a visitarle diariamente.

Naruto sabía que le agradaba el hecho de que le fuera a visitar, además ¿Quien no querría estar con alguien tan alegre como él? Más aun estando tan solo.

El rubio suspiro, era un cómodo sofá y la tranquilidad que producía el acogedor fuego en la chimenea era invaluable. Sobre sus piernas reposaba su cámara rota, aun servía para tomar fotografías pero debía de llevar a repararla… Aquella imagen que ofrecía el azabache era perfecta para fotografías.

Acomodo el roto lente y enfocando al Uchiha un flash fue disparado. La imagen del azabache atizando el  fuego con un semblante calmado fue guardada para siempre  en una imagen que no solo estaría en la cámara o próximamente en un trozo de papel, sino que sería guardada en la memoria del de ojos azules.

Sasuke giro su rostro a la dirección en donde se ubicaba su compañero. Su semblante era de desconcierto. La mirada obscura se poso sobre la cámara quebrada.

El azabache tenía años sin ver una cámara fotográfica, si mal no recordaba, sus padres aun estaban vivos cuando le tomaron una última fotografía.

No dijo nada, solo dejo el atizador en su lugar y se limpio las manos. Naruto estuvo tentado a tomarle otra fotografía,  la emoción de haber captado una imagen tan perfecta le invadió. Apretando los pequeños botones de la cámara, apareció en la pantalla digital la imagen que hace unos segundos había capturado.

Esa imagen era única. La seriedad en el rostro del Uchiha era tal que parecía fuera falsa. Sin embargo, con el reflejo del fuego, la frialdad natural y el porte derecho del azabache hacían de aquella fotografía sumamente elegante, especial.

—   Quédate aquí, iré a ducharme — con aquella frase Sasuke se adentro al arco de madera y cruzo la puerta interior,  cerrándola tras de él.

Naruto se vio sorprendido por la rapidez de la acción. Pronto se quedo solo, con la cámara rota en sus manos y el plato de galletas delante de él.

La habitación le pareció más grande, si es que era posible. Le pareció tan amenazante como las demás habitaciones. El fuego no ayudaba y la débil luz que desprendían las lámparas era obsoleta.

Dejo la cámara a un lado y movió su pie nervioso. ¿Por qué Sasuke tardaba tanto? Se levanto del sofá y camino por la habitación. No había muchos objetos personales, de hecho no había nada más que un portarretratos y un libro.

Se acerco a la mesita de noche, en donde estaba el porta retratos. La imagen era la de dos niños, uno de ellos tendría diez u once años, de cabello negro hasta el hombro y ojos con del mismo color pero que hasta cierto punto aparentaban un brillo rojizo que Naruto atribuyo al reflejo del sol. El otro era más pequeño, cuando mucho tendría seis años, su cabello negro azulado estaba levantado de atrás, su piel era aun más blanca que la del otro chico y sus ojos totalmente negros. Ambos sonreían a la cámara y mantenían sus pequeñas manos levantadas hacia adelante, como queriendo tocar al espectador.

Era obvio que era Sasuke y podría suponer por el obvio parecido, que el otro chico era su hermano. Y hablando de Sasuke, la puerta del baño se estaba abriendo. En un rápido, muy rápido, movimiento dejo la fotografía en su lugar y se lanzo al sofá. Tratando de verse lo mas natural posible se metió un puñado de galletas a la boca.

 

Sasuke se dejo caer  en el piso de la regadera, el agua caía precipitadamente sobre su cuerpo desnudo.

Estaba verdaderamente triste ¿Cuánto tiempo pasaría para que pudiera ver a su hermano? Estaba por cumplirse los seis meses desde que se vieron y conociendo el trabajo de su hermano, no podrían verse como mínimo en tres o cuatro meses más.

Eso no justificaba su precipitada decisión de aceptar la compañía del rubio. Nada le aseguraba que ese sujeto no fuera un delincuente, violador o asesino… No era imposible, el Uzumaki aparentemente era un idiota o por lo menos es lo que pensaba. Además, de ser así no tenía miedo pues él era un Uchiha. ¿A quién engañaba? Era un cobarde que no se atrevía a salir a la luz del sol.

Su piel se llenaría de pequeñas ronchas, como había sucedido hace un par de años, antes de ir a vivir a ese pequeño poblado. Además, estaba seguro de que sus ojos no aceptarían tal luz, vamos, con una bombilla brillante le lastimaba a tal grado de negarle la visión por varios días, ahora con una esfera gigante e incandescente en el cielo, llenando de hermosa pero mortífera luz todo lo que tenía a su paso, sería mucho peor.

Se levanto del piso y se dio un último enjuague antes de salir de la regadera. Se seco con una toalla blanca que tenía cerca, para después enrollársela en la cintura, llegando hasta  un poco más arriba de su rodilla. Tomo otra toalla de una pequeña mesa al lado del lavabo que se  coloco en el cuello.

Se aproximo a una mesa en el otro extremo del baño, que mantenía sobre ella una pequeña canasta marrón con un pijama y ropa interior, todo completamente limpio.

 

Naruto estaba atragantándose  con las galletas, no debió de haber reaccionado con aquel impulso. Trato de tragarse  toda la masa masticada en su boca, no lo logro por lo que escupió una parte de ella en su mano.

—   Atrévete a poner eso sobre mi sofá o mi mesa y te juro que lo lamentaras — Sasuke hablo desde  el marco del arco. Su rostro demostraba asco.

El rubio se giro para mirar al azabache, aun con su mano cubierta de la galleta ya masticada.  Sasuke tenía el cabello húmedo. Su torso estaba desnudo dejando ver unos apenas marcados músculos. Llevaba un pantalón de pijama completamente liso de color blanco, sus pies estaban descalzos. En su mano derecha llevaba lo que parecía ser una camiseta negra, probablemente perteneciente al pijama.

—   ¿Por qué solo usas pijamas? — pregunto Naruto llevándose la galleta previamente masticada, de nuevo a la boca.

Sasuke aparto la mirada, vomitaría si veía aquello. Ni si quiera escucho la pregunta de Uzumaki, la ignoro por completo, era como si te preguntaran ¿Por qué te vistes para salir?  Se puso la camiseta que se le ajusto a su torso como una segunda piel.

Sabiendo que el azabache no le respondería, se resigno a quedarse con aquella duda. Tal vez después lo pensaría con más detenimiento y encontraría la respuesta.

—   ¿Por qué vives aquí?  — otra pregunta.

—   Ya te lo dije, no salgo al sol — Sasuke estaba fastidiado ¿Cuántas veces tendría que repetírselo?

Pero Sasuke no comprendió la pregunta, Naruto no se refería a ello.

—   Me refiero al motivo de que no vivas en Londres con tu hermano— sabía que se estaba metiendo a asuntos que no le correspondían pero tenía que calmar su curiosidad.

El motivo no era nada secreto, de hecho había salido en los periódicos y noticieros como un suceso local.

Años atrás, cuando Itachi comenzaba a trabajar y Sasuke tenía quince años, vivían juntos en un apartamento en el centro de Londres. Era un buen lugar pues en el antiguo edificio en que vivían, las personas que también habitaban allí estaban demasiado ocupadas como para preguntarse el porqué de que el adolescente no asistía a la escuela y salía con sus amigos como cualquier chico normal. Además, poca luz lograba entrar al apartamento. Londres comúnmente estaba nublado y con lluvia y cuando llegaba a haber sol,  Sasuke se encerraba en su habitación, con una única ventana que daba a un callejón eternamente obscuro.

A Sasuke le gustaba y no era costoso el pagar la renta.  Itachi trabaja como abogado.  Una joven lo había contratado para acusar a un criminal que le había asaltado y golpeado hasta casi matarla. El mayor de los hermanos acepto el caso, sabiendo que ganaría pues las pruebas eran irrefutables. Y tal como lo pensó, el sujeto fue condenado a veinticinco años de cárcel. Antes de que lo encerraran juro vengarse.

Unas semanas después de aquel suceso, Itachi se había quedado después del anochecer en su oficina, revisando un caso sobre algún terreno o algo parecido. Sasuke estaba en el apartamento, como siempre, acomodando un librero. La puerta se abrió abruptamente y por ella entraron tres sujetos.

No eran especialmente altos y fuertes. De hecho uno de ellos era del tamaño de Sasuke y el más alto apenas y superaba la altura de su hermano. Pero Sasuke era demasiado frágil y ellos contaban con armas.

Sasuke se había quedado estático en su lugar, desconcertado y asustado. Los sujetos habían ido  allí buscando la venganza declarada. Habían investigado y descubrieron la existencia del menor. Decidieron que la mejor manera de vengarse era asesinar al adolescente y así, Itachi cargaría por toda su existencia la culpa pues él sería el causante de la muerte de su pequeño hermano.

Los sujetos se habían abalanzado contra él, lo habían  sujetado con tanta fuerza que pensó que lo romperían.  Trato de soltarse, pataleo e intento morderlos. Ellos pensaban torturarlo para ser así aun más el peso en la culpa del hermano mayor. Cuando quisieron amarrarle de las manos, le soltaron por un breve momento, aquel segundo Sasuke lo aprovecho para tratar de escapar, llegando a la puerta del apartamento.

Uno de los sujetos le alcanzo y Sasuke grito tan fuerte que pensó que se quedaría afónico. Para buena suerte del azabache y para mala de los otros tres, uno de los inquilinos lo escucho. Resulto que aquel inquilino era un policía retirado y llamando a su antiguos compañeros de la central de policía. Valientemente mientras arribaban sus compañeros, acudió a la ayuda del joven y logro detenerles después de una heroica pelea.

Cuando regreso Itachi, la policía ya había llegado, arrestando a los sujetos. Sasuke permanecía serio y distante como era su costumbre y el mayor de los hermanos, trato de mostrase fuerte pero se echo a llorar al pensar que su hermano pudo haber muerto.

Al día siguiente, al policía retirado le dieron una linda placa por heroísmo y la noticia salió en todos los diarios locales. Itachi  descubrió que su trabajo podía poner en peligro a su único hermano pero al no poder dejarlo pues no tendrían con que mantenerse, decidió que Sasuke debía de vivir lejos de él.

La solución fue que Sasuke se quedara a vivir en la antigua casa del abuelo. Itachi le visitaba cada semana pero conforme pasaba el tiempo, fue una vez al mes, una vez cada dos meses y así hasta llegar a una vez cada seis.

—   No te importa — El azabache se sentó frente al piano, sus ojos recorrieron todo el teclado.

Naruto estuvo a punto de protestar sin embargo, en ese preciso momento las manos del azabache descendieron hasta que sus largos dedos tocaron el piano.

La melodía era demasiado tranquila y melancólica. Naruto sintió un escozor en los ojos. Deseo seguir escuchando pero conforme avanzaba aquella triste canción, comenzó a caer rendido en el sofá. Se quedo dormido con el dulce arrullo de la melodía de Sasuke.

Notas finales:

¿Les ha gustado? ¿Cómo creen que se desarrolle la historia? Estos capítulos no han sido más que introductorios pero ya mero se pone emocionante.

Si tienen alguna idea, duda, sugerencia, critica de cualquier tipo, amenaza, opinión, petición y demás, no duden en decírmelo soy todo oídos ¿O en este caso todo ojos? Jajaja.

Gracias por leer y gracias a los que comentan, por eso me caen bien y les quiero.

¿Me dejan un review?

Sin más me despido esperando volvernos a leer pronto.

Sayo!


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